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El trabajo permitiráaclarar la situaciónsistemática de las

especies incorporadas,como ratona común(arriba, derecha),

carpintero campestre(arriba) y el tero (de-

recha).

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NACE EL PROYECTO

Por unos instantes, imaginemos lasconsecuencias prácticas de una

idea tan simple como utilizar una se-cuencia corta y estándar de ADN (elmaterial genético de las células) paraidentificar todas las especies de orga-nismos que hay sobre la Tierra.

Estas secuencias genéticas seríanequivalentes a los códigos de barrasque se utilizan para reconocer produc-tos en un supermercado y permitiríanidentificar, nada más ni nada menosque cada una de las especies en cual-quier etapa de su ciclo de vida, algo queactualmente no es posible para la ma-yoría de los organismos. Además po-

El códigode las aves

drían identificarse especies a partir defragmentos minúsculos, algo que revo-lucionaría la biología forense.

En 2003, el científico canadiense PaulHebert propuso el uso de una porciónde la secuencia de un gen mitocondrial(que técnicamente llamamos la citocro-mo c oxidasa subunidad 1 o COI), comola secuencia de referencia que podríautilizarse a manera de un código debarras genético. Un año más tarde secreó el Consorcio del Código de Barrasde la Vida (CBOL, por sus siglas en in-glés), una alianza internacional hoyintegrada por más de 130 museos,universidades y laboratorios molecu-lares de 40 países, que promueve laobtención y uso de las secuencias de

AVANCES ARGENTINOS EN ELCATÁLOGO GENÉTICO DE LABIODIVERSIDAD DEL PLANETA

Hace ya unos años los científicos estánaplicando resultados de sus investigacionesen genética a otras disciplinas. Así, más de130 instituciones han decidido sumaresfuerzos para generar una base de datosque entre otras cosas pueda ayudar aidentificar a todas las especies de seres vivosdel planeta. Las aves y los peces son losvertebrados con mayor avance en el armadode este catálogo genético, que aspira aconvertirse en una herramienta clave enconservación.El autor de este artículo Vicedirector delMuseo Argentino de Ciencias Naturales,participa activamente de este desafíointernacional. Aquí nos pone al tanto delproyecto y del papel que juega la Argentina.

Por Pablo Tubaro

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la COI para la identificación y descubrimiento denuevas especies. El secretariado de esta iniciati-va se encuentra en el National Museum of Natu-ral History, Smithsonian Institution, de los Esta-

dos Unidos y sus activida-des están financiadas por laFundación Sloan de NuevaYork.

Estas instituciones estánpromoviendo proyectos diri-gidos a la creación de sistemasoperativos de «códigos de ba-rras genéticos» (ver: http://barcoding.si.edu). Uno de esosproyectos es el ABBI (All BirdsBarcoding Initiative, que pue-

de consultarse en www.barcodingbirds.org), quebusca obtener las secuencias de dicho gen para las10.000 especies de aves silvestres para el año 2010,brindando así un recurso valioso para los planifi-

La colección de tejidos congelados de avesdel Museo Argentino de Ciencias Naturalescon sus respectivos ejemplares de colección(vouchers) aumentó en forma exponencialdurante los últimos 8 trimestres, alcanzandoen la actualidad los 2.500 individuos de casi500 especies de aves argentinas.

Yolanda Daviespreparando laspieles de lacolección.

ASÍ FUNCIONA EL CÓDIGO DE BARRAS GENÉTICO

El primer paso es obtener las secuencias del gen de referen-cia (el de la COI para animales) a partir de muestras de tejidode individuos identificados mediante los métodos morfológi-cos clásicos y que se encuentran depositados en coleccionesde museos que pueden ser revisados todas las veces que seanecesario para confirmar su identidad. El segundo paso esalmacenar toda la información de las secuencias en unabase de datos de acceso libre. Por último, cualquier nuevamuestra puede ser comparada con la base de datos y porsimilitud encontrar el nombre de la especie a la que perte-nece la muestra incógnita. En caso de que la secuencia nocorresponda con ninguna de la base de datos, podría significarque estamos frente a una especie nueva. Confirmar esta sospe-cha requiere de otras evidencias (morfológicas, compor-tamentales, genéticas, entre otras) pero de esta manera seespera que el Código de Barras Genético ayude a descubrir granparte de la biodiversidad del planeta.

Un ejemplo: el caso del sobrepuesto común y andino

Las divergenciasde las secuenciasde la COI puedenconfirmar la eleva-ción al rango deespecies de for-mas tales comoLessonia rufa yLessonia oreas.

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cadores de la conservación, ornitólogos, ecólogos,oficiales de salud pública y público interesado.

Las aves son un modelo ideal para evaluar laefectividad de esta metodología basada en el genmitocondrial -útil para identificar y descubrirnuevas especies- ya que la taxonomía de este gru-po es la mejor conocida de todo el Reino Animal.

Por otra parte, una particularidad de los pro-yectos de códigos de barra genéticos, como el ABBI,es que cada secuencia válida tiene que estar aso-ciada a un ejemplar de colección (que se denominavoucher) para que pueda ser consultado siempreque sea necesario a fin de confirmar su identidadpor métodos clásicos.

Esto le da un enorme valor agregado a las colec-ciones de los museos y constituye una excelenteoportunidad para ampliarlas dado que en muchoscasos no existen materiales conservados de los quepueda extraerse ADN de alta calidad.

EL CÓDIGO ARGENTINO

El Museo Argentino de Ciencias Naturales «Ber-nardino Rivadavia» es uno de los miembros deeste consorcio internacional y ya inició el desarro-llo del Código de Barras de las Aves de la Argenti-na, en colaboración con la Universidad de Guelph.Recientemente, el Museo ha recibido un subsidiode la Fundación Richard Lounsbery de los Esta-dos Unidos para completar el proyecto hacia finesde 2008 y montar un laboratorio de genéticamolecular para realizar este tipo de estudios.

Esto le ha dado un gran impulso a la ColecciónNacional de Ornitología, que actualmente cuentacon tejidos congelados de aproximadamente 2.500individuos pertenecientes a casi 500 especies delas aves del país. Los ejemplares poseen ademássu voucher de referencia tal como lo requiere elestándar acordado entre las organizaciones. Ade-más se han secuenciado casi un millar de ejempla-res de más de 300 especies y se proyecta para Mar-zo de 2007 disponer del código de barras genéticode cerca del 50% de las aves argentinas.

El Código de Barras genético de las aves estáavanzando rápidamente y los resultados prelimi-

nares muestran que es altamente efectivo en laidentificación correcta de especies. El análisis delas secuencias de la COI de 643 especies (el 93% delas aves que crían en Norteamérica) mostró quelos códigos de barras genéticos permiten la identi-ficación correcta de la especie en el 94% de los ca-sos. En el 6% donde esto no es posible, se puedellegar hasta el género correcto (ver bibliografíarecomendada). Además, se encontró que en un 2%de las especies existe un alto grado de divergenciaen las secuencias de la COI que sugiere la posibleexistencia de especies similares pero diferentes. Siaplicamos estos mismos porcentajes a la avifaunaargentina significaría que por lo menos 20 espe-cies nuevas de aves podrían ser descubiertas paracuando el proyecto esté terminado, lo cual consti-tuiría una de las contribuciones más significati-vas a la ornitología del país de los últimos años.

Dentro de la ColecciónNacional de Ornitología, lostejidos son congelados a -86ºC en un ultrafreezer. Losejemplares morfológicos delos cuales se han obtenidotejidos son mayormentepreservados como pieles deestudio, más esqueletosparciales en armariosseparados de la coleccióngeneral. Este cuidadoespecial se debe a que losejemplares secuenciadosconstituyen los tipos dereferencia genéticos para elnuevo sistema deidentificación de especiesbasados en la secuencia dela COI (gen de referencia).

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADAHebert, P. D. N., Stoeckle, M. Y., Zemiak, T. S. and C. M. Francis.2004. Identification of birds through DNA barcodes. PLOS Biology2:1657-1663.Kerr, K. C. R., Stoeckle, M. Y., Dove, C. J., Weigt, L. A., Francis, C.M., and P.D. N. Hebert. 2007. Comprehensive DNA barcodecoverage of North Amercian birds. Molecular Ecology Notes. doi:10.11111/j.1471-8286.2006.01670.x

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