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  • 7/29/2019 BARRIO 19 OK

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    El pueblo que escribi la Bibliaen una horaDANIELA GARCA

    7_Crnica Montemorelos

    /ELBARRIOANTIGUO

    @ELBARRIO

    ELBARRIOANTIGUO.COM

    Ao Uno/Nmero Diecinueve

    Del 8 al 14 de septiembre de 2013

    Made in Monterrey

    El pas ms impunedel mundoFRANCISCO TORRES

    13_Entrevista

    NONFICTION

    ! EMERGENCY

    EXIT

    GRAZIE, INTERNAZIONALE ESTA NO ES UNA RESEA DEL CAF CALIGARITRASTES SUCIOS

    FRENTE AL PALACIO DE GOBIERNONECROLGICAS URBANAS

    por KAIZER CANTLECHO Y BARRICADA

    DONDE ESTAN?

    POR LEONARDO GONZLEZFOTOS DE MAYRA LUCA GONZLEZ

    EL NARCOTRFICO Y SUS LEGIONES

    Contina en pgina 4

    ?

    Una crnica de los hombres y mujeres que se renen frente aLa Pursima para buscar a sus familiares desaparecidos

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    _Ornitorrinco

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    Del 8 al 14 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

    TRASTES SUCIOSHojeaba yo el Lexicn del noreste de

    Mxico, mientras recordaba a mi buenmaestro Ricardo Elizondo Elizondo des-canse en paz cuando consider impor-tante reparar en el siguiente trmino:

    choqua. f. El olor que deja el huevocrudo en la vajilla o los trastes mal lava-dos: me dio asco el vaso porque ola a cho-qua.

    Porque no hay nada como ese mo-mento en que uno le da el primer tragoa la cerveza fra heladsima despusde haberla estado aorando todo el da. Ytampoco hay nada como que ese momen-to se vea alterado, por as decirlo, por eseolor tan caracterstico. No hay nada msterrible que el vaso en cuestin huela achoqua o choquilla, como ms bien loescucho pronunciar.

    El olor a choqua no es exclusivo deMxico, ni del norte de Mxico, cierta-mente, pero nunca he escuchado que enalgn otro pas tengan una palabra paradescribir este fenmeno, y no creo que seaporque en otros lugares haya slo vasoslimpios.

    A la denicin del Lexicn yo agre-gara que este olor resulta no nada msdel huevo, (Por cierto, aprendo algo nue-

    vo alrededor de la palabra blanquillo:blanquillo. m. Huevo, de preferencia degallina. Las mujeres de poblados y ran-cheras pero tambin cualquier perso-na, cuando supone que debe hablar condecencia jams dirn huevos delantede un extrao masculino) sino de usaruna esponja que venga arrastrando par-tculas de cualquier otro tipo de comida,sobre todo si es grasosa. El olor se produce,

    por ejemplo, cuando se lava el vaso con lamisma esponja despus de lavar el platocon barbacoa; o cuando no se lava deltodo bien un vaso que haya tenido leche.(Por otro lado, y en asuntos an menosimportantes todava, el olor a choqua noes exclusivo de los trastes, a veces los pa-tios o banquetas recin mojadas tambinhuelen as).

    Si alguien considerara ociosa la in-clusin de esta palabra en el vocabulario,ciertamente no sera quien se encarga de

    lavar los trastes muy frecuentementeel cocinero o cocinera tambin porqueel asunto viene a la mente cada vez quetiene que enfrentar la dinmica de cmoacabar con este olor: usar un chorrito decloro en el jabn, o un chorrito de vinagreblanco los de conciencia ecolgica obien lavar los trastes en agua fra, eso di-cen (aunque eso ltimo suena a que lasbachas de machacado se pegaran ms alplato).

    Para los bebedores, si un vaso estmal lavado y huele a choqua, no hay mu-cho qu hacerle; pero no es lo mismo unvaso mal lavado con tequila, que un vasomal lavado con agua, por ejemplo. Entrems fuerte la bebida, mayor la chancede disimular el olor: esto deja al agua enla ms susceptible de las situaciones y a

    la Joya de Ponche o la Joya de Pia fuerade riesgo. (Aunque para el caso, pudierael vaso estar baado en cualquier sustan-cia qumica y como quiera no darse unocuenta de ningn otro olor ms que el dela Joya). Otro asunto es que la choqua seapersona ms fcilmente entre mayorsea la proporcin de vaso o copa sin uti-lizar en relacin a la bebida, es decir, queuna de esas copotas para tomar vino que

    ahora estn de moda liderara en esta ca-tegora. Tanto nfasis en que la copa sa-que lo mejor del vino, y quin sabe si losexpertos habrn considerado que alguientiene que lavarla, y lavarla bien, para noechar a perder la experiencia olfativa. Porcierto, nada ms contradictorio que al-guien dndose vuelos a la hora de servirun vino y que las copas en las que sirvehuelan a choqua.

    Siempre he encontrado fascinante elhecho de que en el lxico norestense con-temos con una palabra tan peculiar, perosobre todo, que apunte con tanta precisinhacia algo tan menudo. Me intriga que al-guien se haya visto en la necesidad de ex-presar este asunto muy probablementeinsignicante para muchas personas enuna sola palabra. Algo bueno, creo yo -dir de nosotros y de nuestros estndaresde limpieza, porque en todo caso no hu-biramos tenido ni que denir la palabraen primer lugar, si no nos importara quenuestros trastes olieran feo.

    -Mara Elizondo

    EL NARCOTRFICO

    Y SUS LEGIONESEl escenario es

    inmejorable: el 14de enero de 1996,

    en el municipio deVilla de Jurez, Nuevo Len, se detieneal narcotracante Juan Garca brego enuna de sus ms de 100 propiedades urba-nas y rsticas del estado. Segn la Procu-radura General de la Repblica, Garcabrego intenta darse a la fuga saltandobardas de inmuebles contiguos. Segnotras versiones, reacias al tratamiento fl-mico, la detencin es muy pacca. Quescena! Con agilidad inesperada, Garcabrego moviliza sus ms de 90 kilos y,aterrado ante el n de su imperio, huyesin el tiempo suciente para desquitar-se del judicial que lo traicion. Luego,la tensin del pblico mengua, y al con-vulso Garca brego se le atiende medi-ticamente y se le enva a la Ciudad deMxico. Corte. Se juzga inconvenientela permanencia de Garca brego en elpas. Corte. Salida al aeropuerto en mediodel despliegue febril de seguridad. Gar-ca brego resiste, grita, lanza puntapis,mientras ocho agentes lo suben por laescalerilla del avin que lo depositaren brazos del FBI. Garca brego tiene 51aos, un guardadito calculado en milesde millones de dlares, dos millones dedlares ofrecidos por su captura en Esta-dos Unidos, un sitio de honor en la listade Los Diez Ms Buscados y la fama deser uno de los dirigentes empresarialesmarginales de Mxico (el otro es AmadoCarrillo) Curiosa la leyenda en vida de

    Garca brego, sin rostro conocido ni anc-dotas divulgables, y nada ms con la certi-dumbre de su calidad de capo de capos. Adiferencia del colombiano Pablo Escobar,y muy previsiblemente, Garca brego notendr bigrafos, as que cuando le lleguela oportunidad de morirse, no habr cerca

    de su tumba la parvada de nios que leinformen a los reporteros de televisin lobueno que fue el muerto con esos barrios.

    Cmo explicarse la huella profundadel narco en el imaginario colectivo? Talvez la razn ms notoria sea la intuicinque bosqueja un gobierno en las som-bras, compuesto de los capos y de sus je-fes, nunca o apenas mencionados en losreportajes, los artculos y los procesos ju-diciales. Este gobierno paralelo se armacolectivamente y toma decisiones queafectan enormemente al pas y nada msse aprecian de modo lejano.

    Por qu, no obstante muertos, he-ridos y encarcelados, prosigue el narcoen mbitos rurales? Entre otras cosas,adems de la pobreza y la miseria, porla complejsima red de corrupcin queinvolucra a un sector considerable del

    aparato judicial y administrativo, y porla crisis de las valoraciones ticas en elmundo globalizado. Si sobrevivir es loesencial, lo que coadyuve a la sobrevi-vencia es o puede ser positivo, y en las co-munidades campesinas lo fundamentales su continuidad en sentido estricto. Poreso se aceptan los riesgos omnipresentes;por eso decenas de miles de campesinosinsisten en las siembras del terror, por-que lo contrario es la desintegracin, elxodo forzado, la muerte por inanicin.La matanza incesante que ocupa el tiempoy la pasin de los narcos es requerimiento

    del control de mercados, pero es tambinferoz compensacin psquica.

    Y, qu sucede con los desconoci-dos de siempre, de datos personales tansemejantes, que son el material gastablede la delincuencia, los desechables, losmiles de jvenes, en su mayora de ori-

    gen campesino, contratados casi al azar,y destinados a las prisiones o los cemen-terios clandestinos (tambos de cementoincluidos)? Suelen venir de regiones conalto ndice de criminalidad y violenciasocial, y no les estremece en demasa la

    perspectiva de morir pronto; han vividoen la escasez y son testigos del agobio y elenvejecimiento prematuro de sus padres.Nacidos para perder, aceptan que la faltade porvenir se neutraliza intensicando elvalor del presente. Anuncia el corrido: Porah andan platicando/ que un da me van

    a matar/ No me asustan las culebras/ Yos perder y ganar/ Ah traigo un cuerno dechivo/ para el que le quiera entrar. Iniciodel libro Viento Rojo

    -Carlos Monsivis

    LECHOY BARRICADA

    rase una vezuna mujer y unhombre que vivanen la misma aldea,

    que aprendieron delos mismos maestrosy que luego recorrie-ron caminos igualde extremos durantemuchos aos, perono se voltearona ver nunca has-ta que unos nioshermosos, y cierta

    serenidad que da el tiempo, los hicierongraduarse de algo que ellos no saban quese llamaba La Universidad Desconocida.

    Eso permiti que por n se conocie-ran. Aquella primavera era tan solitariaque pareca Matehuala, hasta que seconvirti en Real de Catorce. Las nochespodan ser fras pero los das transcurran

    entre caballos desbocados y ruinas de lamontaa cercadas por nubes y otras sen-saciones. Eran dos amantes ansiosos y tar-dos retorcindose en el fango del amor.

    Luego vinieron los das lentos y lanormalidad que pide el corazn. En esamansedumbre caminaron juntos, lo mis-mo en Nueva York que en Rancho Nue-vo; por las canchas de tierra de la Liga deFtbol Infantil de San Nicols, o junto al

    mar de una comunidad de indios seri deSonora. Se trataba de esa aventura queempieza y acaba con un beso y una ex-plosin.

    Pero el atrevimiento creci y una no-che, en el viejo Restaurante Rubio, frentea la antigua Fundidora de los obreros deMonterrey que andaban en mangas de

    camisa, la mujer y el hombre garabatea-ron una fecha que brillaba entre las me-sas del lugar: 21 de diciembre fue el daque escogieron para crear, despus detanto tiempo extraviados, una barricaday un lecho.

    Para entrar al juego ms serio de laguerra y la pasin; para subvertir con de-seo y cario la cotidianidad.

    - Pyp

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    _Ornitorrinco Del 8 al 14 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

    ESTA NO ES UNA RESEA DEL CAF

    CALIGARIA veces escribo en revistas pequeas,

    crticas literarias o reseas de lugares paraturistas. A veces pagan, pocas bien. Ahoramismo me han pedido algo sobre el CafCaligari. Les enve un texto namenteelaborado y lo rechazaron: quiero que es-cribas sobre el caf, no sobre una pelcula,dijo El Editor. Me negu. No escribir so-bre la intimidad del lugar que es ms quemi casa. De nio aprend que no se habladel hogar frente a extraos. Me har faltala plata.

    En este lugar todos somos una pecu-liar comunidad. Siempre estamos los mis-mos y hacemos lo mismo. Al entrar salu-das con una sonrisa, al partir te despidesde quien te encuentres camino a la salida.No importa si has charlado antes con elloso no, aqu la cortesa es comunal. El Cheffruncir el ceo si le pides un corte bien co-cido la carne, para que sepa a carne debechorrear suciente sangre. Si me pidenotra cosa les doy un pedazo de carbn. Nohay diferencia. No hay sodas, slo jugosPascual. Nada de cerveza industrial.

    Tenemos una especie de poltica na-cional-alternativa. Somos bien patriotas ybien diferentes. Se consume lo hecho aqu,en chiquito, negocio pa poquitos y esco-giditos. Al diablo con las multinacionales,ac bebemos productos pa gargantas edu-cadas. Si lo pensara bien, es un poco elitis-ta, los grandes consorcios tambin tienenderechos. Es por eso que no lo pienso. Sepuede beber tinto. No se reservan mesasni el derecho de admisin. En el men hayensaladas, pizzitas, pastas y cortes. Combi-naciones estrafalarias: arndano y pin,queso de cabra, salmn, esprragos, jamnespaol, aceitunas. Todos los platillos apa-recen con nombres raros, no s bien a bien

    por qu. Una vez llev a mi madre a de-sayunar, dijo que el lugar pareca habersedecorado con todos los muebles que laabuela haba desechado durante su infan-cia. As es ah, antigedades por muebles,aches de pelculas de arte, plantitas dejardn de suburbio, vajilla usada, cubiertosarremolinados en vasos. El mejor caf pre-parado gota a gota, a presin, a la francesay hasta inyectado. Bao mixto, pero bienaseado. Una camarera que no habla, son-re mucho y en ocasiones baila. En la callehay un gran farol de piso y un aparcaderode bicicletas.

    Al entrar al primer cuarto hay unasala usada, una consola y una bscula deabarrotera de cuando mi abuela me lle-vaba de la mano a comprar combustiblepara el calentador. En la siguiente habita-cin hay cuatro mesas, dos grandes y dospequeas, un televisor oculto, aches deBlanco y Rojo colocados en la pared. Unenorme cuadro de Alicia, la Liebre y elSombrerero, arma el toque expresionistadel lugar. Al seguir, cuatro pequeas me-sas ms, una pizarra con la especialidaddel da y su maridaje. ltima parada, la ba-rra de bebidas. Este es el Caligari del queno escribir para ninguna revista, y dondeconoc a La Poeta.

    Ella siempre estaba merodeando ellugar. En los sillones, bebiendo Minervascon algn pintor. En la barra brindandocon artistas asiduos. En alguna mesa acari-ciando su abdomen abultado y moviendoperezosa la lechuga de su ensalada con untenedor torcido. En los sillones de nuevo,ahora charlando con reporteros de cultura.Fumando cigarrillos largos, en la calle, conpoetas. Slo algunas pocas veces escribien-do. Casi siempre bebiendo cerveza. Ese erael mundo de La Poeta.

    - Luis Valencia

    FRENTE AL PALACIO DE GOBIERNOUbaldo Loera espera su turno paciente-

    mente, lejos del bullicio de sus compaeros.

    Lleva una hora parado bajo el sol de Monte-rrey y su piel morena comienza a agrietarse.Como antiguo bracero, Ubaldo est acostum-brado a sufrir los estragos del sol desrtico, perosus 65 aos le pesan hoy ms que de costum-bre. Hizo un gran esfuerzo para venir desde surancho, al sur de Nuevo Len, hasta el palaciode gobierno en aras de reclamar y exigir jun-to con sus colegas- el bono que les debe el go-bierno estatal desde hace ms de tres aos.

    -Cuando me fui a Texas en el 64, a travsde la frontera de Chihuahua, no saba que ibaen el marco de un convenio: trabaj como bra-cero en campos de algodn, fui tratado comoanimal, sin dignidad, transportado en trilercomo si fuera mercanca y usado de rancho enrancho durante casi seis meses, hasta que de-cid regresar a Mxico, explica con una diccinimpecable. Ellos no saben lo que es eso, ni tie-nen familiares que lo hayan padecido, han de

    ser familias ricas de toda la vida, licenciados,pero tienen que entender que no exigimosnada que no nos sea debido, slo pediimos lonuestro, repite sin perder su tmida sonrisa

    - Aqu fue donde me enter, gracias a unto, que tena derecho a una parte del dineroque el gobierno federal pact con EstadosUnidosentre los aos 40 y 60_ por cada mi-grante que llegara al gabacho a ayudarloscon las cosechas que fueron abundantes enesos aos. Pero hasta ahora no hemos vistorastro de ese dinero. Se lo quedaron y quere-mos que nos lo devuelvan.

    Ubaldo es un hombre sonriente, peque-o de estatura; trae una camisa de cuadros

    rojos y una gorra antigua. A pesar de sus aos,su pulso es fuerte y su saludo firme. Tiene lasmanos arrugadas y duras de los que trabaja-ron toda la vida en el campo, alimentando y

    vistiendo al resto de la poblacin sin que se lesagradezca nunca.A su lado, el cuchicheo se transforma pro-

    gresivamente en un grito de protesta. Decenasde ancianos se reagrupan en torno a dos pan-cartas en las que exigen los pagos que les sondebidos como ex braceros por los gobiernos es-tatales y federales. En privado, se habla de unacantidad de 53 millones de dlares pagadospor el gobierno norteamericano al mexicanodurante la dcada de los sesentas. En voz alta,amonestan al gobernador.

    Sal si no eres cobarde, ahora es tiempo demostrar que s gobiernas para todos.

    No nos iremos hasta que nos paguen,entraremos a la fuerza si es preciso, grita un se-or de sombrero vaquero y largo bigote blanco,bajo los vtores de sus compaeros.

    En medio del evento, un hombre de cor-bata y saco gris desentona de la multitud. Elabogado y poltico Esteban Romero -licencia-

    do Tello como le dicen- es el vocero de la aso-ciacin Unin de ex braceros y migrantes delnoreste de Mxico A.C. Como buen poltico,arenga a la multitud y levanta triunfalmentelos brazos de dos mujeres diminutas y ancia-nas, de rasgos indgenas, conocidas como LasGeneralas. Son las esposas y viudas de bracerosenfermos o fallecidos que nunca han recibidosus pensiones gubernamentales.

    -El licenciado Tello es el nico que no nosha abandonado, confiamos en l, ya no cree-mos ni en el PAN ni en el PRI que nos han pro-metido cosas sin cumplir, los polticos son todosiguales, exclama otro seor de bigote fuerte ylentes de sol que sostiene una pancarta.

    Pero cuando Tello aprieta la mano deldelegado del gobernador, de apellido Pea,que viene a proponerle porque slo se dirigeal licenciado- la formacin de una comisinpara la resolucin del conflicto, el secretismose apodera de los interlocutores.

    Si no es firmada no vale nada, vean sunariz de Pinocho, le grita un hombre al quecallan enseguida sus colegas. El ambiente estenso. La poltica es un arte engaoso que po-cos manejan honestamente.

    Mientras se forma la comisin, la mayo-ra de los ancianos se tranquiliza y se sienta aun lado del palacio de gobierno, con la firme

    intencin de no marcharse hasta obtener unapromesa firmada del gobernador. Por su lado,Ubaldo se encamina discretamente al Oxxoms cercano para comprar algo de beber paral y sus compaeros de lucha.

    Varios han muerto, pero los que anvivimos tenemos que cuidar el no deshidra-tarnos, jovencitos jovencitos ya no somos,explica con su sempiterna sonrisa, mientrasse aleja de la plaza en la que residen provisio-nalmente 50 ancianos combativos, decididosa enfrentar al gobierno hasta obtener una res-puesta clara a sus exigencias.

    - Diego Legrand

    GRAZIE, INTERNAZIONALEAcab el Festival Internazionale y

    no com una sola pizza. Ha sido en esesentido un viaje raro, entreverado ymemorable como lo que voy a contar-les. Por ejemplo, es saludable conrmarcmo en Italia una revista como Inter-nazionale, que cada semana publica lomejor de la prensa del resto del mundo,conserva un gran encanto entre gente

    joven, y una seduccin que crece. Unaevidencia de la curiosidad y el entusias-mo de su pblico es que una tarde fuerona vernos a un teatro -a Leonardo Faccio,a Gabriela Wiener, a m- unos 900 espec-tadores. Como todo festival, el de Inter-nazionale, en Ferrara, fue tambin unescenario de reencuentros: no slo conmis queridos cmplices de presentacin(Wiener se convirti en best seller, lo quenos recuerda el olfato y la apuesta de uneditor independiente y comprometidocomo Lorenzo Ribaldi). Tambin fue unreencuentro Carlos Dada -a quien aplau-dimos por el premio Anna Politkovska-

    ya, un premio a la valenta que recibien nombre del trabajo colectivo de elfa-ro.net (y en una cena acabaramos dis-cutiendo de los horscopos)-, Diego En-rique Osorno -que present El Alcalde,un documental de atmsfera sobre unpolmico y complejo personaje, y en el

    que debuta de codirector (recomiendo noperdrselo)- y Jon Lee Anderson -quien,incluso en los festivales, incansable, nosensea cmo pelear-. Fue tambin unreencuentro con Philip Gourevitch, conquien pude conversar sobre su experien-cia de cinco aos de editor de The ParisReview, de su libro sobre Ruanda (Que-remos informarle que maana seremosasesinados junto con nuestras familias) yde su trabajo con el documentalista Erroll

    Morris. El Festival Internazionale fuetambin un abrazo con David Rieff (Na-dar en un Mar de Muerte, el libro sobre sumadre, Susan Sontag, y Contra la Memo-ria): 13 aos atrs lo haba entrevistado enLima sobre ayuda humanitaria y acabcontndome su amistad con Cioran. Porel festival Internazionale tambin pudeconocer a Wojciech Jagielski, el gran re-portero polaco elogiado por Kapuscinski(Buen Lugar para Morir y Torres de Pie-dra) -gracias, Artur Domoslawski-, quiense fue con una revista bajo el brazo. El Fes-tival me reservara un ltimo encuentro:en la camioneta que llevaba desde Ferra-ra -la ciudad de Antonioni- hasta Bologna-la de Pasolini- conoc a Tom Janseen, uncaricaturista holands quien lamenta-ba entre sonrisas no poder contar en supas con tal capital de polticos corrup-

    tos como los nuestros para ser ms til yms guerrero. Muy atento y conocedor,

    me pregunt si en Per segua existien-do la revista Monos y Monadas. Nuestrochofer, un baterista punk italiano, hinchadelAC Milan, le pregunt por Marco VanBasten. Pero se fue ms interesado en LosSaicos y en Etiqueta Negra. ArrivederciItalia. Gracias, Internazionale.

    Por ahora, me llevo un disco de Fabri-zzio de Andre y otro de Mina, un libro de

    poemas de Pavese, un diccionario muy di-dctico italiano-espaol, tres posibles nue-vos autores para la revista, pero sobre todoy por fortuna, nuevos y renovados amigos.Nos debemos ms de una pizza. Grazie. DelFacebook del autor

    -Julio Villanueva Chang

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    Viene deportada

    La noche del sbado 13 de noviem-bre de 2010, David Ibarra y su esposa Vir-ginia llegaron a su rancho en el ejido LaEsperanza del municipio de CadereytaJimnez, Nuevo Len. Eran alrededorde las 7:30 de la noche, ya estaba oscuropor el invierno. En el trayecto notaroncon extraeza que los caminos estabanvacos y no le dieron importancia. Al es-tacionarse, a la pareja le pareci raro verdos camionetas dentro del oscuro lugarde descanso. David baj a hablar condos hombres y una mujer, Virginia espe-raba nerviosa arriba de la camioneta. Depronto se encendieron las luces. Su ran-cho, al que iban a descansar, haba sidotomado por un grupo de ms de 15 hom-bres armados que se identicaron comopolicas ministeriales. Fueron encao-nados por casi todos ellos, puntos laserse posaron sobre sus frentes, danzando,amenazantes. Las camionetas de lujocon placas de Tamaulipas y Coahuila,los uniformes desaliados y la prepoten-cia les hicieron pensar lo peor.

    A ustedes los estbamos esperan-do, les dijo el que pareca ser el lder delgrupo, ataviado de uniforme militar ycon arma larga. Una mujer les tom susdatos. David y Virginia fueron registra-dos y despojados de sus pertenencias:celulares, carteras, todo lo que tenan en-cima que tuviera un poco de valor. Sinoponer resistencia, encomendndose aDios, resignados a lo que les deparara eldestino, fueron esposados por varios deestos hombres que luego los subieron aunaSuburban negra.

    Despus de dar varias vueltas, des-orientados y aturdidos, sin saber a cien-

    cia cierta qu pasaba, la pareja fue lle-vada de nuevo a la casa donde algunavez haban descansado. Los condujeronhacia adentro y uno de los tipos encar aDavid. Estoy en tus manos, contest lantes de que el sicario lo golpeara.

    Les haban tendido un colchnen medio de la cocina sobre el que lesordenaron acostarse. Los esposos co-menzaron a platicar de todo y de nada,

    una confusa charla que los mantenavivos, lejos del horror de haber sido se-cuestrados. Ninguno recuerda quse dijeron en ese momento,la memoria es confusa,pero las palabras lesinfundieron el ni-mo de saber queal menos esta-ban juntos.

    El sbadoen la maana,David y Virgi-nia volvierona ser encajue-lados. Esta vezviajaron por se-parado: David enla Suburban negraen la que haban sidollevado la noche anteriory Virginia en una color arenacon placas de Tamaulipas. Les taparonla cabeza con una toalla y recorrieroninterminables caminos de terracera. Seencontraron as haciendo los rondineshabituales de estos sicarios, impotentes,rogando a Dios porque su familia nofuera a buscarlos.

    Estos hombres se encargaban derepartir despensas a alguna gente de losejidos para que les ayudaran a halco-near, recuerda Virginia. Uno de ellos,que pareca ser novato, tom un sobrey pregunt a otro sobre el contenido delmismo: varios miles de pesos para pagara federales y otras autoridades que coo-

    peraban. Virginia recuerda haber pre-senciado una transaccin de este tipoen un Oxxo por la salida de Cadereyta.

    El lunes por la maana llevaban yatres das de haber sido secuestrados. Enla cajuela de estas camionetas, Davidy Virginia perdan poco a poco sus es-peranzas mientras volaban a mximavelocidad, levantando polvo por los ca-minos. Les dijeron que los iban a llevar

    a General Tern para ah matarlos. Pare-ca que su suerte estaba echada.Fue en uno de esos intempesti-

    vos cruces de las brechas si-nuosas que caracterizan

    y comunican esta re-gin, donde las ca-

    mionetas en lasque viajaban losIbarra se topa-ron de frentecon un con-voy militar.

    El veh-culo en el queiba Virginia fue

    el primero enentrar en el fuego

    cruzado. La parejasenta el zumbido de

    las balas sobre sus cabe-zas mientras el martilleo de

    las metralletas retumbaba en sus odos.Ninguno de los dos pensaba en s mis-mos, slo en el otro y su familia.

    David y Virginia fueron rescatadospor el ejrcito alrededor de la una de latarde, pero hasta ya entrada la nocheles quitaron las esposas. Al principiolos militares no crean que los espososhubieran sido realmente secuestrados.Tuvieron que pasar varias horas paraque los liberaran. David les pidi sinxito durante todo el da que los deja-ran hacer una llamada para avisar asu familia que l y su esposa ya se en-contraban bien. Justo en ese momento,

    despus de mucho insistir, se comuniccon su hermano y se enter que su hijaJocelyn y su novio Jos ngel estabandesaparecidos.

    El calvario pareca haber termina-do, mas apenas comenzaba para la fa-milia Ibarra.

    II

    Ciudadanos en Apoyo a los Dere-

    chos Humanos A.C. (CADHAC) fue fun-dado en 1993 por la hermana ConsueloMorales. Desde su fundacin, CADHACse ha dedicado durante dos dcadas aluchar por los intereses de los desprote-gidos, de los muchas veces olvidados, delos estigmatizados por la sociedad.

    La hermana Consuelo es una mujerbajita y desbordante de energa. A pesarde su estatura impone desde el momen-to en que llega a cualquier lugar. Surostro es bondadoso pero duro a la vez.Naci el 27 de marzo de 1947 en Mon-terrey, estudi la licenciatura en TrabajoSocial y es religiosa por la Congregacinde Cannigas de San Agustn. En el ao2007, cuando Felipe Caldern desple-g a los militares en su llamada guerracontra el narcotrco, las violacionesde los derechos humanos por parte delas fuerzas de seguridad aumentaronconsiderablemente. Los abusos contrala poblacin civil de mano de las au-toridades han incluido asesinatos, des-apariciones y tortura. CADHAC, bajo ladireccin de Consuelo Morales, ha de-nunciado estos abusos, documentandolas violaciones y coordinando campa-as para exigir justicia. Adems, la orga-nizacin ha dado asistencia clave a lasvctimas de los desaparecidos, tanto defuerzas armadas como el crimen orga-nizado, con tratamiento psicolgico ygrupos de apoyo.

    Virginia Buenrostro es la coordina-dora de este grupo de apoyo para losfamiliares desaparecidos en CADHAC.

    Estos hombresse encargaban de

    repartir despensasa alguna gente

    de los ejidos paraque les ayudaran

    a halconear,

    recuerda Virginia

    Del 8 al 14 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

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    Fue elegida a votacin por el mismogrupo. Con cierta autonoma pero conel auspicio de esta organizacin, elgrupo se rene todos los mircoles decuatro a seis de la tarde y planean ac-tividades con el n de ayudar en lasbsquedas y apoyar a los familiaresque han quedado desamparados des-pus de perder al sostn de sus fami-lias. Se hacen colectas para ayudar a

    pagar el camin de los que ms nece-sitan en el grupo, se compran tilesescolares cuyos destinatarios son losnios que han perdido a sus padres,se organizan eventos y actividadesque buscan mantener los casos en laatencin pblica, para encontrar asus familiares, para saber de sus para-deros. CADHAC ha logrado acuerdoscon la Universidad Autnoma deNuevo Len, en los cuales se entre-gan becas de preparatoria y facultad alos jvenes familiares de estas perso-nas de paradero desconocido.

    Los primeros miembros de estegrupo de familiares de desaparecidosfueron cuatro o cinco familias que

    empezaron a asistir a CADHAC en elao 2008. Entre ellas estaban la seo-ra Laura, la seora Gloria, la seoraMaximiliana, la seora July, todasparientes de policas y trnsitos quedesaparecidos.

    Ellas hablaron con la hermanaConsuelo y comenzaron la lucha.Pero ms personas siguieron desapa-reciendo. Fue hasta el Movimientopor la Paz con Justicia y Dignidad,encabezado por Javier Sicilia, cuandose acercaron ms personas que no sa-ban de esta organizacin.

    Cuando comenz el grupo, la her-mana Consuelo les dijo: nosotros so-mos una organizacin que los vamos

    a ayudar a volar, que ustedes sepandefenderse, que ustedes sepan dirigirsus actividades y exigencias al gobier-no. Y justamente es eso lo que hanhechos por ellos. Segn la percepcingeneralizada de las personas que hanperdido a algn familiar, slo con elapoyo de CADHAC se puede hacerque las autoridades se interesen enel caso de algn desaparecido. De he-cho, cada determinado tiempo, unacomitiva conformada por la hermanay personas del grupo se renen con laProcuradura General de la Republica(PGR) para exigir atencin en diver-sos casos que ataen a este grupo.

    La hermana Consuelo es mater-nalista y en su afn de resolver las co-sas rpido, algunas veces tiene arran-ques impulsivos, dice un antiguacolaboradora de CADHAC. Aunquetambin matiza: Consuelo es alguiencon buenas intenciones.

    CADHAC es un segundo hogarpara la mayora del grupo que serene cada da en la calle de PadreMier, frente a la plaza de La Pursima,donde encuentran cordialidad y paz.Cuando todos les cierran las puertaspor miedo, aqu se les abren y con bra-zos extendidos auxilian a la mayora.CADHAC signica encontrar la ayudaque no han encontrado en ningnotro lado. Adems, para Virginia yotras tantas, es tambin una escuelaen la que les han enseado y dotadode elementos para saber cmo exigira las autoridades que se investiguensus casos.

    Virginia considera a la hermanaConsuelo como una verdadera hermana,y no porque su hbito le d ese nombre,sino por la ayuda que le ha dado en losmomentos ms difciles de su vida. Ade-ms, la hermana es para ella un consueloreal; est convencida de que sin su ayudasera imposible que estuviera como hoyest.

    III

    Casi al mismo tiempo en que Davidy Virginia fueron rescatados por el ejr-cito, su hija Jocelyn Mabel Ibarra Buen-rostro y su novio Jos ngel Meja llega-ron al rancho para buscar a sus paps.De lo que pas despus se sabe poco. Unchofer que trabajaba para David Ibarratambin desapareci. Jocelyn y Jos n-gel haban hecho justo lo que Virginiaimploraba que no hicieran.

    El grupo armado que haba secues-trado a los Ibarra se comunic por tel-fono con ellos. En un principio reclama-ron a David por haberles echado alejrcito cuando los tenan secuestrados.Nos echaste al ejrcito, te vas a chin-gar, te crees muy chingn porque terescataron, repetan por la bocina losintransigentes sicarios, aunque sabanque era imposible, pues los haban teni-do incomunicados durante ms de tresdas.

    David, el hijo mayor de la pareja,que en ese momento trabajaba para

    una compaa de telecomunicacionesen Puebla, regres a Monterrey al en-terarse de lo ocurrido. Fue l quien co-menz a negociar con los secuestrado-res para liberar a Jocelyn y Jos ngel.Los sicarios exigan 80 mil pesos y losttulos de varios trilers propiedad deDavid Ibarra.

    David junt el rescate y acord ver-los en la avenida Eloy Cavazos. Se ibacomunicando con su familia, mientraslos sicarios cambiaban de lugar de en-cuentro una y otra vez.

    As fue llevado hasta Cadereytadonde habl por ltima vez con su fa-milia. Voy a apagar el celular porqueme dijeron que lo hiciera. Fue lo ltimoque se supo de l.

    IV

    Sobre la calle Padre Mier, frente ala plaza de La Pursima y al lado de una

    agencia automotriz se encuentran lasocinas de CADHAC. Es de esos lugaresque se empean en pasar desapercibi-dos. Uno puede pasar cientos de vecesy nunca reparar en ellos; parecen estarconstruidos especcamente para queslo las encuentre quien busca.

    La pequea entrada de menos detres metros de ancho slo tiene espa-cio para la puerta y una reja que tapacasi todo el frente del lugar. Un escuetoanuncio indica que ah se encuentraCiudadanos en Apoyo a los DerechosHumanos A. C. Un poco ms all, la es-tampa de las alarmas ADT avisa sobrela alarma con la que cuenta el centro.Al tocar el timbre la puerta se abre y con

    un saludo, una amable recepcionista teinvita a anotar tu nombre en el libro devisitas.

    El vestbulo del segundo piso tienetoda la amplitud que le falta a la partede abajo. Lo que parece una entrada pe-quea, en su planta superior esconde unespacio amplio en el que ha conservadosu estilo de casa construida hace mu-chos aos y remodelada hace unos po-cos. Hay ocinas, salas de juntas, baos yun vestbulo donde se realiza la reuninde los familiares de los desaparecidos.

    Ms de 30 sillas de Coca-Cola per-manecen colocadas en la. Sobre el alu-minio rojo de cada una de las sillas estsentado un familiar aigido por la penade no saber dnde se encuentran sus se-res amados.

    El sofocante calor combatido pobre-mente con un abanico no amedrenta niun pice a los presentes. Aqu el calor seaguanta con agua fra, sudor y la espe-ranza de encontrar una pista que puedaayudar a encontrar a sus familiares. Lapared est tapizada con recortes de pe-ridico en los que se menciona la luchade CADHAC, los avances que han he-cho; tambin hay pancartas y volantesde Se busca. Si se mira con atencin, esesperanza lo que tapiza la pared. No sonuno ni dos, sino cientos de recortes, conlas seas particulares de muchos de losfamiliares perdidos.

    La mayora de los asistentes son ma-dres de familia que han perdido un hijoo hija. Escuchan con atencin, algunasresignadas y cabizbajas, la narracin dePedro, un tipo fortachn de unos 40 aosque frente a ellos expone el secuestro desu hija. A Pedro por momentos le falta lavoz, las palabras se atoran en sus labios,abatido en muchas ocasiones. Pareceque no tendr la fuerza para terminarsu narracin.

    En la esquina, muy atentas al re-lato, algunas seoras parecen haberencontrado la fuerza para seguir en lalucha. Los vamos a encontrar, repitencomo mantra. Se miran y se convencenentre ellas con la mirada, esperanzadascon encontrar a sus hijos y de pronto

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    Despus de dar variasvueltas, desorientados y

    aturdidos, sin saber a ciencia ciertaque pasaba, la pareja fue llevada de

    nuevo a la casa donde alguna vezhaban descansado. Los condujeron

    hacia adentro y uno de los tiposencar a David. Estoy en tus

    manos, contest l antes de queel sicario lo golpeara. Les habanpreparado un colchn tendido en

    medio de la cocina y les ordenaronacostarse. Los esposos comenzaron

    a platicar, de todo y de nada, unaconfusa charla que los mantena

    vivos, lejos del horror de habersido secuestrados.

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    se convierten en Sherlock Holmes mo-dernas; atan cabos, deducen cosas, sevuelven expertas en comunicaciones,GPS, informacin telefnica, rumores... Elcntico repetido por estas seoras da a Pe-dro la fuerza para terminar de contar sumartirio, un calvario compartido por casitodas las personas a su alrededor. No tie-ne noticias de ella desde abril. El ltimomensaje que le mand a su esposa fueuna p. Para l, nunca una simple letratuvo tanto signicado.

    Claramente soy el agente externo eneste grupo de personas unidas por el do-lor, ese dolor seco de no saber el paraderode sus familiares y la desesperanza de la

    prcticamente nula ayuda de las autori-dades. Soy blanco de todo tipo de mira-das: curiosas, interrogativas, inquisidoras,a veces desaantes, algunas ms slo meignoran mientras se enfocan en el casoque est frente a ellas.

    Concluyen con un rezo. Todos setoman de las manos, y se explica queaunque el grupo no responde a ningunareligin, se hace con la nalidad de obte-ner paz e irse ms tranquilos. Despus serompe el crculo y se da la convivencia.

    El ambiente se vuelve a veces alegre,la gente sonre, platican entre ellos. Sabenque estn dando un paso para esclarecersus casos.

    V

    No slo los militares y los cartelesdel narcotrco acaparan los secuestrosy desapariciones en el estado de NuevoLen. Aunque parezcan lejanos, CAD-HAC y el grupo tienen casos de tratantesde blancas. En junio de 2009, Ana LucaGonzlez, estudiante de psicologa en laUniversidad del Norte, acept un trabajoen el Texas Golden Casino. La chica de 23aos y ojos caf estaba enamorada de sunuevo trabajo como dealeren mesas depker y de hecho haca tan bien su traba-

    jo que le fueron ofreciendo cada vez ms

    horas como dealer, conociendo gente ydesenvolvindose cada vez ms en eseempleo.

    Ana Luca era guapa y animada, ade-ms tena el corazn roto despus de ter-minado una larga relacin amorosa, asque a nadie sorprendi cuando de prontoempez a salir con un tipo que deca servendedor de autos de lujo.

    Despus de unos pocos meses deconocerse y tener citas, este hombre detreintaitantos, delgado y de pelo negrole propuso matrimonio a Ana Luca. Sumam, Guadalupe de la Garza, le advirtique era muy pronto para un compromi-so as, pero no sospech del hombre que

    peda su mano, pues se haba ganado suconanza y no vea problema en l.

    Se casaron en diciembre del 2009 yrentaron una casa en el municipio de Es-cobedo. Casi desde el principio, Ana Lucase dio cuenta que su ahora esposo no eraen realidad un vendedor de autos. Salatodas las noches fuertemente armado,usando mscaras y falsos uniformes mili-tares. Ana Luca hablaba constantementecon Guadalupe. Le mencion su preocu-pacin y los uniformes que encontr enla casa, pero le esconda mucho de lo querealmente le estaba sucediendo.

    En febrero de 2010, Ana Luca y su es-poso desaparecieron.

    Los padres pidieron ayuda a milita-res de la Sptima zona, quienes se inte-resaron en el caso debido a los uniformesfalsos que Guadalupe les dijo que tenanah. Con una orden de cateo, los milita-res registraron la casa. All encontrarondocumentos que relacionaban al esposode Ana Luca con una banda de tratantesde blancas ubicados en Cancn. Tambinencontraron armas, chalecos antibalas y

    joyera.Guadalupe comenz a investigar por

    su cuenta. Entre los documentos encon-trados haba algunos a nombre de EstelaPercival, pareja y mano derecha de Ral

    Martins, ex agente espa de la dictaduraargentina y dueo de centros nocturnosen Buenos Aires y Cancn, acusado nu-merosas veces (entre ellas por su hija, Lo-rena Martins) de poseer una red de tratade blancas internacional.

    El general del ejrcito que en princi-pio ayud a Guadalupe y su familia parabuscar a Ana Luca fue transferido a otrazona militar, por lo que el caso quedpendiente. Las autoridades han plantea-do a Guadalupe la posibilidad de que suhija no siga con vida. Con frecuencia ellasuele imaginar lo mismo. El pensamien-to no dura mucho tiempo, siempre hayalguien que le dice que la vio en Cancn,

    otro la vuelve a desanimar, y as continacon su bsqueda.

    Con la ayuda de CADHAC, donderecibe asistencia legal y psicolgica, tresaos despus, Guadalupe de la Garza si-gue luchando para encontrar a su hija.Ahora est ahorrando para pagarse unviaje a Cancn y poder buscar a su hija enaquella zona turstica.

    VI

    Cada 15 das este grupo de familiaresde desaparecidos se renen en la Ma-croplaza para visibilizar el movimiento.Alrededor de 20 personas claman serescuchadas, muestran en las coloridascartulinas fosforescentes los mensajesde exigencia al gobierno, las fotografasde sus seres queridos y platican con todoaquel que se acerque a preguntar del mo-vimiento.

    Unos ofrecen palabras de nimo.Hay quien lleva a su hija para que veacon sus propios ojos que las desaparicio-nes existen, una advertencia impactantepara la joven incrdula. Algunos viden-tes, con un discurso truculento disfrazadoen palabras alentadoras, ofrecen discre-tamente sus servicios, intentando tomarventaja de la desesperacin del familiar

    que lo busca. Afortunadamente, en CAD-HAC les han advertido para no caer enesta clase de estafas.

    Virginia, con los ojos anegados en l-grimas y una servilleta en la mano, hablade la bsqueda de sus hijos. Fue hasta fe-brero del 2011 que la PGR le hizo caso ycomenz a investigar. Cuando los secues-tradores de sus hijos fueron capturados,estos declararon que haban matado aDavid, Jocelyn y su novio Jos ngel. Laseora Virginia cuenta esto mientras laservilleta se retuerce una y otra vez por lafuerza de sus manos.

    Es peor vivir esto, que cuando estu-ve secuestrada. Slo espero que no sea

    cierto. Que esas monstruosidades quedijeron que les hicieron sean puras men-tiras. No he vuelto a ser la misma, piensoen ellos a cada momento y en las cosashorribles que les pudo haber pasado,salen de la boca desbordndose sus pala-bras, las lgrimas se contienen y la servi-lleta se contorsiona de nuevo, aunque nola usa en ningn momento, ms bien essu apoyo, una especie de soporte que lamantiene rme.

    Aunque los secuestradores declara-ron dnde haban enterrado los cuerpos,estos nunca fueron encontrados, por loque la esperanza de encontrarlos convida contina en la familia Ibarra. De he-cho, hace varios meses, mientras Davidy Virginia estaban reunidos aqu mismoen la Macroplaza, una joven se acercpara decirles que haba visto a Daviden el metro de Coln. No les dijo ms. Elshock de las noticias nubl todas sus pre-guntas. Virginia y su esposo lo han inter-pretado como una seal divina para quesigan continuando con la lucha.

    Ahora llega una seora y habla conVirginia. Su hija tambin est desapareci-da y no sabe qu ms hacer para que lasautoridades la tomen en cuenta. Virginiala invita a la reunin del prximo mir-coles en CADHAC.

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    Ciudadanos en Apoyoa los Derechos Humanos(Cadhac) fue fundado en

    1993 por la hermana Consuelo

    Morales. Desde su fundacin,Cadhac se ha dedicado a darapoyo a miles de personasen la defensa de derechos

    humanos. Son dos dcadasluchando por los intereses

    de los desprotegidos, de losmuchas veces olvidados,

    estigmatizados porla sociedad.

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    EL PUEBLO QUEESCRIBIO LA BIBLIA

    EN UNA HORA

    POR DANIELA GARCAFOTOS CORTESA DE LA UNIVERSIDAD DE MONTEMORELOS

    Por qu le importara esforzarse en romper un rcord Guinnessa un grupo religioso que cree que el fn del mundo est cerca?

    Faltan unos segundos para quese cumpla el plazo impuestopara romper el rcord. El relojcorre y marca ya 59 minutos.

    Participantes y espectadores gritan, corean,

    se apoyan. La adrenalina se ha apoderadodel enorme recinto dentro del gimnasiode la Universidad de Montemorelos y lagente mira impaciente al reloj. Una per-sona continua escribiendo furiosamentemientras el resto observa con impaciencia.De repente, alguien grita: Paren el reloj!

    y este se detiene, marcando 59 minutos y52 segundos. Slo ocho segundos menos delo planeado. Escribimos toda la Biblia enuna hora, se lee en las playeras de las per-sonas que en ese momento se levantan de

    su asiento, aplauden y se abrazan. Alguienrecoge la ltima hoja que faltaba y la aco-moda con el resto. El notario pblico encar-gado de dar fe del evento se levanta de susilla y con una sonrisa anuncia que han lo-grado su propsito: en Montemorelos hanescrito la Biblia en menos de una hora.

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    Fue Jalel Gmez, un joven estu-diante de la facultad de Teologade la Universidad de Montemorelos,quien propuso la idea de romper el rcordde transcripcin de la Biblia. La escuela,

    abrigada y patrocinada por la Iglesia Ad-ventista del Sptimo Da, estaba por cele-brar su 70 aniversario. Con motivo de ello,directivos y la junta de consejo decidieroninvitar a los alumnos a proponer ideaspara conmemorar el nacimiento de la uni-versidad. As fue que los directores de lasdiferentes facultades que existen dentrode la casa de estudios (Medicina, Teologa,Comunicacin, Educacin, Administra-cin, Economa, Msica y la Preparatoria)se reunieron con sus respectivos alumnosy lanzaron la convocatoria. Los congrega-ron a todos en los auditorios de las facul-tades y empezaron a hacer propuestas. Unestudiante de teologa, de tez clara, cabe-llos oscuros y sonrisa permanente, a quiensiempre le haban interesado los rcords ygustaba de leer e investigar los que habansido aprobados y publicados por Guin-

    ness, solt la idea al aire: Por qu no rom-pemos el rcord de transcribir la Biblia enmenos tiempo? Ya que Jalel era alumnodel rea de teologa, haba sido exhortadopor los directivos a pensar en algo que es-tuviera directamente relacionado con sureligin y creencias adventistas. Unos pro-pusieron realizar un monumento al librosagrado, otros leerlo en conjunto. Pero suaficin a los rcords le dio otra idea, la cualcoment al pastor y maestro que estabasentado junto a l, Juan Jos Andrade, unhombre alto y de pelo cano a pesar de suedad, quien consider que la idea era bue-na. Juntos la propusieron ante la junta deconsejo y fue aprobada.

    I

    La Iglesia Adventista fue fundada so-bre creencias protestantes derivadas de lareforma luterana y la separacin entre laIglesia de Inglaterra y los catlicos roma-nos, cuando el Rey Enrique VIII buscabadivorciarse de su primera esposa, Catali-na de Aragn, para contraer nupcias consu amante, Ana Bolena. Las doctrinas ycreencias de la Iglesia Adventista se basancompletamente en la Biblia, en donde elpensamiento central es el sacerdocio detodos los creyentes, es decir, que tienen lamisin divina de evangelizar. La Bibliaes su doctrina central, ya que no cuentancon un credo propio. Ellen G. White, una

    de las fundadoras de la doctrina adven-tista, haba pertenecido en su niez a laIglesia Metodista, separada de la IglesiaAnglicana, caracterizada por su firmeza ala hora de leer las sagradas escrituras, sin

    dejar nada a la interpretacin. Llev esamanera de pensar a su nueva iglesia, endonde no slo fue parte de los fundadores,sino que se convirti en una de las figurasprincipales debido a la cantidad de escritosque dej, supuestamente de inspiracindivina.

    No fue casualidad que a la hora deidear una manera de celebrar el aniversa-rio de la Universidad de Montemorelos,-meramente Adventista- se decidiera uti-lizar la Biblia como recurso.

    El 24 de noviembre de 2012, en la Uni-versidad de Montemorelos se termin detranscribir la Biblia con un tiempo de 59minutos 52 segundos. El libro, escrito amano por un total de dos mil 153 perso-nas, pes 38 kilogramos y abarc mil 731pginas. Del total de participantes, 941fueron hombres y mil 212 fueron mujeres.

    La persona de mayor edad que participcomo escribiente tena 94 aos y la de me-nor edad slo cuatro, aunque nada msredact una lnea. Se repartieron 2 mil 153plumas (slo una por persona) y se distri-buyeron mil 900 playeras con el logotipodel evento: una Biblia abierta y la leyendaEscribimos toda la Biblia en menos deuna hora.

    El pastor Juan Jos Andrade y un gru-po de alumnos encargados de la organiza-cin del evento, empezaron poco ms deseis meses antes a trabajar en la logstica.Primero se decidi utilizar la versin de laBiblia Reina Valera 1960, la ms popularentre los adventistas de Latinoamrica.Despus, se dedicaron a dividir el libro,que tiene un total de 31 mil 128 versculos.A cada participante le tocara escribir entre

    15 y 18 versculos. Durante los meses ante-riores al da de la celebracin, el pastor hizopruebas para medir el tiempo que tardarauna persona en transcribir esa cantidad deversculos: aproximadamente 30 minutos.

    Transcribir la Biblia no es una tarea f-cil; se trata de un libro que consiste en otros73 libros; 46 delAntiguo Testamento y 27del Nuevo Testamento, segn el canoncatlico, que es al que pertenece la versinutilizada para la celebracin. Existen librostan largos que constan de hasta 150 captu-los, como el de Salmos. Haciendo clculos,el pastor Andrade lleg a la conclusin deque si queran terminar de transcribir o

    copiar la Biblia en menos de una hora, ne-cesitaran al menos unas dos mil personasparticipando al mismo tiempo.

    De forma optimista, el pastor Andra-de pens que con el nmero total de matr-

    cula en la universidad era suficiente paracumplir con el rcord. El problema fue laapata con la que se top, cuando, en lugarde contar con 2 mil colaboradores, slo en-contr 700. Por ms que buscaba apoyo yparticipacin de los estudiantes, todo que-daba en promesas y conjeturas sobre si elda del evento se lograra reunir a la canti-dad de personas que necesitaban. Tres dasantes del previsto, las listas de participan-tes incrementaron y se anotaron las 2 milpersonas que se necesitaban.

    II

    No es la primera vez que los jvenesadventistas se proponen realizar unaproeza de este tipo y lo logran. La Bibliaque rompi el rcord ahora descansa enuna pequea mesa de madera en la parte

    trasera de la biblioteca de la universidad,en donde se encuentra el Centro Whitea slo unos pasos de la oficina del pastorAndrade. Junto a ella, con hojas amari-llentas y pastas desgastadas por el tiempo,est su hermana mayor. Ms de 40 aosseparan la creacin de ambas, escritas porestudiantes; la ms antigua fue redactadapor los alumnos de la universidad a fina-les de la dcada de los 70. Mientras en elcorazn del pas se llevaba a cabo la revo-lucin estudiantil ms importante de losltimos aos; cuando estudiantes de lasprincipales universidades de Mxico selevantaban contra el rgimen priista delPresidente Daz Ordaz y miles de vidaseran truncadas en una de las peores ma-tanzas de la historia moderna mexicana,los estudiantes de la Universidad Adven-

    tista en Montemorelos, a miles de kilme-tros de distancia, se dedicaban a copiar ellibro sagrado. En esa ocasin tardaronpoco ms de un ao en reproducirla, ter-minando a mediados de 1969.

    El 24 de noviembre del 2012 fue unsbado, el da sagrado para los adventistas.De acuerdo con la tradicin juda, el sba-do es el sptimo da de la semana y si se leela Biblia con detenimiento, en elAntiguoTestamento Dios le entreg a Moiss losDiez Mandamientos, donde se establececlaramente que el sptimo da sera un dade reposo. El da de culto, de alabanza a Je-hov. Tal vez ese sea el nico credo de los

    adventistas; los Adventistas del SptimoDa respetan esa jornada y le rinden cultoa su dios. Como lo explica la Biblia, los dascomienzan al oscurecer para los adventis-tas, es decir, al caer el sol del viernes, deja

    de ser viernes y se convierte en sbado yas consecutivamente. A pesar de eso, de-cidieron realizar la transcripcin de en s-bado, con la justificacin de estar trabajan-do en un acto que consideran religioso, apesar de que est destinado a romper unrcord humano, temporal.

    Detrs de la montura de sus lentes, elpastor Andrade busca la cita bblica que lorespalde. xodo 20: Seis das trabajaras yhars todas tus obras. Ms el sptimo daser de reposo para Jehov tu Dios. Lodejamos para el culto, la oracin sin queeso significa que los dems das no haga-mos culto. Se puede adorar a Dios todos losdas.

    -Se considera de culto romper el r-cord?

    - S. Fue una actividad espiritual, rela-cionada con la Biblia.

    - No est rompiendo con el da de re-poso?

    - Creemos que no- responde.Esta creencia de los adventistas influ-

    ye tambin en la poblacin del municipiode Montemorelos, donde una importantecantidad de los habitantes pertenece a esaiglesia.

    De viernes en la tarde a sbado en latarde, no se les ve por ningn lado. No sa-len, ni a cenar, ni a comprar nada Perono son de aqu, la gente de aqu es catlica,los adventistas vienen de otras partes deMxico a vivir ac porque est la escuelaesa aqu, explica un fornido joven queatiende una tienda de dulces, nieves y co-mida chatarra, mientras se recarga sobre elrefrigerador. No eran tantos, pero ltima-mente hay bastantes que vienen de otros

    lados.El viernes llovi en Montemorelos,pero el sbado sali el sol y aunque hacafro, fue el da perfecto para que se reunie-ran miles de personas en aras de romper elrcord. Intercesin divina, dira el PastorAndrade. Haban rentado sillas y mesasque ya estaban acomodadas dentro delgimnasio, llevadas incluso desde Monte-rrey. La gente empez a llegar a las dos dela tarde, se registr, recibi sus camisetasconmemorativas y se dirigi a su lugar.Cada coordinador estaba encargado de 20personas y tena ya en su poder las hojasen donde estaban impresos los versculos

    El 24 de noviembre de2012, en la Universidad deMontemorelos se terminde transcribir la Biblia conun tiempo de 59 minutos

    52 segundos. El libro,escrito a mano por un total

    de dos mil 153 personas,

    pes 38 kilogramos yconsisti de mil

    731 pginas

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    _Crnica Regionalque le tocaran escribir a cada persona. Seles entregaban y levantaban las paletasverdes que tenan en la mano, lo cualsignicaba que ya estaban listos para co-menzar.

    A las tres de la tarde en punto, todaslas paletas verdes estaban levantadas yse marc el inicio de la transcripcin; elsilencio rein en el recinto y el reloj em-pez a correr.

    III

    A pesar de las pruebas hechas du-rante meses por el pastor Andrade y susalumnos para mantener bajo control unmximo de variables, ya fuera que hu-biera ms personas de las que hubieranesperado, o que todos los participantesestuvieran en silencio y concentrados;apenas lograron terminar en poco me-nos de una hora. Y es que no contaroncon el nerviosismo de las personas in-volucradas y los errores que estas podancometer. Despus de todo, no habanrecibido con anterioridad los textos queles iba a tocar transcribir, y no todos se losconocan de memoria, como se haba pla-neado en un inicio.

    Haba ciertas partes de la Biblia queeran ms difciles de transcribir; los prof-

    ticos del Antiguo Testamento contienennombres complicados, al igual que al-gunas de las Cartas de los Apstoles. Es-tos textos problemticos ya haban sidoidenticados, y se asignaron a jvenesestudiantes de las facultades de Teolo-ga y Letras, quienes por sus estudios yaestaban familiarizados con ellos. Aunas, tuvieron problemas para terminarrpidamente. Los retrasos se dieron en laseccin del xodo, algo que el pastor An-drade no tena contemplado. No se tratade un libro obviamente complicado, connombres largos y resonantes, sino de unlargo pasaje histrico en donde se narrala vida de Moiss, las plagas de Egipto,la salida del pueblo judo de aquel pasafricano y su travesa por el desierto paraalcanzar su liberacin.

    La demora principal se dio cuandoun joven menor de edad, que ya lleva-ba escrito poco ms de la mitad del textoque se le haba asignado, se equivoc.Durante las juntas previas al evento seles inform a los coordinadores que cual-quier error en la escritura signicaba que

    la persona deba de empezar de nuevo,sobre todo si se trataba de un error tangrave como el que cometi el nio; sebrinc dos versculos completos. Empezde nuevo y, tal vez por nervios, volvi aerrar. En lugar de empezar una vez ms,el nio desisti y cambi su lugar con un

    joven que haba atendido al evento peroque por inscribirse tarde, no haba tenidooportunidad de participar escribiendo. Elcoordinador lo seal y le orden que sesentara a escribir. Todos a su alrededor loapoyaron y lo vitorearon. El tiempo co-rri en su contra, pero logr su cometido.

    S se puede! S se puede!, se escu-chaba que coreaban los participantesdurante los ltimos minutos que corriel reloj.

    Al terminar, el notario que dio fe delevento detuvo su reloj. Slo ocho segun-dos menos de lo que se haban propuesto.Representantes de la Sociedad Bblica, elPresidente Municipal de Montemorelos,dirigentes de la Iglesia Adventista a nivelnacional y representantes de la Secreta-ra de Asuntos Religiosos que acudieronal evento se levantaron y aplaudieronmientras los participantes se abrazaban,aplaudan y gritaban olvidando porcompleto el sentimiento de angustia ex-perimentado momentos antes, cuando

    estaban seguros de que no romperan elrcord.

    El tiempo rcord ocial es 59 minu-tos, 52 segundos y una dcima de segun-do, grit el Rector de la Universidad. To-dos aplaudieron.

    IV

    Los Rcords Guinness o El Libro delos Rcords Guinness es una obra quese publica anualmente para presentaruna coleccin de rcords mundiales, yasea logros humanos o naturales. Regis-tra proezas de todo tipo: existen desdercords de personas que logran levantarms peso sobre sus cabezas, hasta la ma-

    jadera ms grande y la mayor cantidadde babosas en la cara Su popularidad

    es tanta que, adems de su publicacinanual impresa, existe un sitio de internet,una serie de televisin y un museo dedi-cados a la marca.

    Ser publicados en El Libro de los R-cords Guinness, para los estudiantes yadministrativos de la Universidad de

    Montemorelos sera la mejor forma decelebrar los 70 aos de la fundacin de lacasa de estudios. Es por eso que, en cuan-to el consejo educativo aprob el eventode transcripcin de la Biblia, el pastorAndrade busc a la fundacin. Mantu-vieron contacto por correo electrnico yle informaron que la resolucin tomarahasta seis meses. El pastor lo consider;esperar seis meses signicaba que esta-ban terriblemente cerca de la fecha delevento. Le ofrecieron otra opcin; pagaren libras esterlinas la cantidad de 13 milpesos para recibir la resolucin en slotres dasEl Rcord Guinnesstambin esnegocio. Tres das despus, en un correoelectrnico le informaron que debido alas polticas de la asociacin, no podrantomar en cuenta el rcord. No tenan ensus registros nada relacionado a la Bibliao a la religin. Pero le ofrecieron otrasopciones, como transcribir una historia,cualquier historia.

    Pero la Biblia es una historia, es lahistoria de la salvacin, espet el pastorAndrade. Para la asociacin Guinnesseso no import, no aprobara su rcord.Por el otro lado, la universidad no estabainteresada en romper el rcord si no setranscribira la Biblia. No quisimos quelos muchachos se chasquearan, as que

    nos pusimos a pensar en qu bamos ahacer. El pastor, junto con los alumnosque le ayudaban a organizar el eventoy los directivos de la empresa, decidie-ron hacerlo de todas maneras. El lmitelo impusieron ellos mismos; ya se habaroto el rcord en otra ocasin pero con untiempo de cuatro horas. Decidieron quefuera una.

    Al cuestionar al pastor sobre la deci-sin de continuar con la transcripcin dela Biblia, en lugar de buscar otra historiau otro libro, su respuesta fue clara:

    Es un acto misionero, evangeliza-dor. Se trata de decirles a todos el valorque tiene para nosotros la Biblia, quedeben encontrar en la vida orientacinpara vivir. Promesas, esperanza, consejosoportunos todo eso se puede encontrar

    en la Biblia.-Evangelizar sobre el inminenteapocalipsis? El n del mundo?

    - Como iglesia, tenemos un nfasisen el apocalipsis, pero tratamos de noperder la realidad presente. Hemos sidollamados a propagar el mensaje del tercer

    ngel, el mensaje bblico. Debemos de pre-pararnos, si queremos encontrarnos conJess, debemos confesar nuestros pecadospara ser perdonados, dice mientras se re-carga sobre su pulcro escritorio, en dondedescansan dos libros: su Biblia y uno de losescritos de Ellen G. White.

    V

    El Movimiento Millerista en EstadosUnidos empez a principios de la dcadade 1840, con la interpretacin del predica-dor metodista William Miller, quien trasleer el pasaje bblico de Daniel 8:14: Has-ta dos mil trescientas tardes y maanas;luego el santuario ser purificado, llega la conclusin de que la segunda venidade Jesucristo se dara en el ao 1843. Milesde personas creyeron en su palabra y sedeshicieron de sus bienes, vendieron suspropiedades y donaron todo su dinero.Pero nada pas; no hubo mensajes apo-calpticos en el cielo ni terremotos quesealaran el gran rapto. Miller reconside-r, hizo cuentas nuevamente y lleg a laconclusin de que el siguiente ao era lafecha real. La historia se repiti. A esto sele conoci como El Gran Chasco. Ellen G.

    White fue una de las personas que creyen el predicador y, tras caer en depresinpor no haber sido llevada al cielo en elgran rapto, recibi su primera visin, quecasualmente le dej saber que lo que enrealidad haba sucedido en esa fecha, erael inicio del juicio final.

    Desde que se fund oficialmente laIglesia Adventista del Sptimo Da, tras ladecepcin de no haberse dado la segun-da venida de Jesucristo y las visiones deEllen G. White, los adventistas han sidocuidadosos en no dar fechas exactas delArmagedn. Podra ser bien en unos me-ses, unos aos, unos siglos Quiz hastamilenios. A pesar de haber aceptado laequivocacin del pastor Miller; o msbien, sus malos clculos, la Iglesia Adven-

    tista est caracterizada por sus creenciasapocalpticas. Viven preparndose paraese momento, convencidos de que podradarse en cualquier momento. Pero por lopronto, mientras llega el Apocalipsis ver-dadero, tienen todo el tiempo del mundopara seguir rompiendo rcords.

    La Biblia que rompiel rcord ahora descansa

    en una pequea mesade madera en la parte

    trasera de la biblioteca dela universidad, en dondese encuentra elCentroWhitea slo unos pasosde la ocina del pastor

    Andrade

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    _Necrolgicas Urbanas

    Siempre hay un edicio aban-donado en lo alto de la colina.Siglos de imaginaciones perpetan el

    retrato sin que por ello pierda realidadni humanidad. An se teme a la sombraproyectada sobre el poblado, a los au-llidos nocturnos de la madera llovida;se sigue huyendo hacia el calor de losfuegos, hacia la sordera entre otras vo-ces. Ni la ciudad del regio monte, con surfaga de automviles, sus chimeneasoxidadas y sus torres de vidrio, puede ig-norar la presencia de lo ahora ausente.Si un pueblo necesita de tan primitivoespanto, ese pueblo es Monterrey.

    El mapa esboza en los bordes deContry, aferrado a las faldas del Cerro dela Silla, uno de los sectores residencia-les mejor acomodados de la metrpoli.Lo recorren varios caminos de nombrevigoroso, todos ellos con peso histrico:Descartes, Franklin, Einstein, Galileo,Anaxgoras, etc.; all en lo ms alto co-mienza la enumeracin de dioses. En elpaisaje predominan el verde bien aso-leado y humedecido de los parques y latextura lisa de las calles en pendiente.Barriendo el vecindario con la miradase alcanzan a distinguir estilos arqui-tectnicos que van desde la casa de tejaroja sobre ladrillo blanco hasta las ex-centricidades geomtricas de nuestropasado siglo. Las casas suben y subenhasta que el cerro las detiene, habr quever por cunto.

    Si se contina mirandoes inevitable la aparicinde una gura que rompeel cuadro. Pescado a untrozo de monte casi vaco,

    de entre el primor de loshogares brinca directo ala pupila un gris apagadoque poco tarda en develarsu cuerpo de cilindros ver-ticales. El ojo se detieneunos instantes, incapazde acostumbrarse a lasformas de la estructura, sino es que aterrado ante laposibilidad de reejar ob-

    jeto semejante. Borges na-rr en alguna ocasin losterrores ocasionados poruna propiedad en Lomasde Zamora cuya arquitec-tura era ajena a la sio-noma humana. No seracosa extraa sentir, aun-que sea por un breve mo-mento, temores similaresante la presencia de lo queel murmullo popular anllama La casa de los tubos.

    De acuerdo con las mar-cas de los mapas, la casa estfrente a la calle BenjamnFranklin, tras las murallas

    blancas de la colonia privada La Escon-dida. Son comunes los curiosos, en sumayora jovencitos y turistas, que mi-

    ran el edicio de frente a travs de lospatrones de la reja. Policas patrullanla zona para evitar la ltracin de inde-seables en el terreno. El hecho no apagala osada ni el morbo de los visitantesdiurnos y nocturnos; ellos encuentranla manera de escurrirse a travs de lasgrietas para deambular el vaco entre elconcreto. Caminan despacio rumbo a laentrada anqueados por hierba y mato-rrales algo marchitos, con la mirada jaen el complejo de torres enmudecidas amedio gesto; dos cilindros y un puentetubular que los atraviesa improvisan elumbral que da la bienvenida. Ya den-tro distinguen los tabiques expuestos,las paredes a medio acabar, los rayonesde aerosol difuminados por las mismasfuerzas que carcomen los muros. A suizquierda notan las rampas y escalerasrecorriendo en espiral el borde internodel tubo ms grueso; la prolongada ca-da sera suciente. Trepan las pendien-tes y atraviesan pasillos tubulares hastala cima. Una coleccin de ventanalespermite la irrupcin de la ciudad mi-niaturizada por la altura. Los visitantescontinan su ronda, pensando en lasineludibles historias, temerosos en suesperanza de encontrar siluetas, voces,chillidos y araazos, de un exorcismo amano de los espectros.

    NecrolgicasUrbanas

    POR KAIZER CANT

    La casa de los tubos

    El vecindario conoce bien la mitologa de la casa. Sin dicultad podran enumerar cada uno de los misterios del edicio y susvariantes como quien recuenta con cierto desgano fbulas de cuna o fogata. Saben de aquel annimo, a veces ms joven, a vecesms viejo, que mand a construir un castillo lleno de rampas para facilitar el trnsito a las ruedas en la silla de su niita y de cmoun descuido precipit a la pequea a travs de uno de los ventanales hacia la muerte. Tambin han hablado sobre los accidentesfatales durante su construccin que le ganaron a la propiedad abandono y una reputacin de maldita. Algunos optan por la histo-ria del narcotracante estrafalario que tuvo que huir sin dar trmino a la casa; el destino de aquel hombre vara segn la versin.

    Pero ninguno de los relatos trasciende formalmente hacia el hecho. El folclor ha optado por dejar a los personajes de sustragedias en el anonimato del sustantivo comn. Cualquier indicio de un nombre encamina hacia rastros falsos o nublados. Latradicin data la elevacin de la estructura a principios de los aos 70, sugerencia que a pocos consta. En cuanto al ingenio queimagin aquella arquitectura cilndrica y los maestros que inspiraron la manipulacin de sus espacios, escasas son las bocas quelo hablan. De La casa de los tubos slo nos queda una tumba sin marcas que la vez es cadver.

    Los curiosos seguirn entrando y saliendo, llenando las torres de rostros, siluetas y aullidos. Hasta los fantasmas son mejoresque un cascarn vaco, mejores que el silencio de una memoria apagada, mejores que el olvido como nica consecuencia de lamuerte, mejores que imaginar que en sepa cuntos aos este pueblo y su nombre sern si acaso un borrn sofocado sobre la paredy que slo sobrevivir el enigma de lo que tocaron nuestras manos.

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    _Entrevista

    El pas ms impune

    del mundoPOR FRANCISCO TORRES

    Alejandro Solalinde espuntual. Acude con pre-cisin a la hora citada, niun minuto antes ni uno

    despus. Es sereno y muy atento; escuchams de lo que habla. Su franqueza es poco

    comn, se expresa acorde a su sentir delmomento. Cuando le pregunto cmo seencuentra, me responde: Un poco tristepor tantas injusticias, entre ellas lo quese est haciendo con el maestro AlbertoPatishtn.P.- Hablando un poco de Monterrey,qu tal se siente venir a hablar conlos regiomontanos acerca de temascomo migracin e indgenas, que pa-reciera que ac en Monterrey no tie-nen tanto arraigo como lo tendranen el sur o en el centro?

    R.- No, no la tienen en ningn lado.Este tema, as, las dos cosas, indgenas ymigrantes, es algo que es bastante raro.A m me sorprende que los jvenes delTecnolgico (ITESM Campus Monterrey)hayan impulsado este congreso a este ni-vel para hablar de este tema, para m tan

    importante, porque son temas nodales,tanto la migracin, que tiene una trascen-dencia muy grande, aun ms de lo quepuede ver la gente, como los indgenas,que pudieran parecer como un reductoque ya casi se va a acabar, que ya no tienecabida en el siglo XXI y que resulta queson los grandes depsitos de nuestras ra-ces, de nuestra cultura, del sentido de vi-vir y de lo que nos puede equilibrar hoyen da en este mundo materializado, po-larizado por el dinero y que adems vivepara acumular.P.- Usted cree que el caso de AlbertoPatishtn refeja lo que es el sistemade justicia aqu en Mxico?

    R.- Claro que s. En Mxico el sistemade justicia est de cabeza, y el Estado en-tero est de cabeza, pero tambin por lacorrupcin y la impunidad. Mxico es, talvez, el pas ms impune de toda la Tierra.El 98 por ciento de los casos que se presen-tan quedan impunes y se denuncian, en-tonces, por supuesto que es una injusticia(el caso Patishtn). Me queda claro que lajusticia, la verdadera justicia, se compra,se vende, y esa es nada ms para las per-sonas que pueden tener palancas, dineroo recursos. Si hubiera justicia, algunos delos polticos que estn ahora debieran es-tar en las crceles.P.- Si comparamos el caso de AlbertoPatishtn y el reciente de FlorenceCassez, qu opinin le merece elproceso que se le dio a ambos?

    R.- Pues que hay doble rasero, haydoble rasero porque a Florence Cassez,como es una extranjera, ella es europeay de una potencia, pues claro que se letiene que dar toda la facilidad del mundopara demostrar que el debido proceso no

    se dio, verdad? Pero tratndose de un in-dgena, y adems un indgena luchador,que es incmodo, que es una piedrita enel zapato, claro que para l todo el peso dela ley en este, muy entre comillas, Estadode derecho que algunos polticos creenvivir.P.- El Estado de derecho que se viveen este sexenio con Enrique PeaNieto, en qu se diferencia con el deFelipe Caldern?

    R.- Pues ninguna. En qu se va a di-ferenciar si el sistema es el mismo? Habrpersonas, como en todos lados, de buenavoluntad.

    No digo y tampoco voy a satanizar eltiempo de Felipe Caldern porque hubogente tambin buena, pero, igual queahora, son muy pocos y no logran incidiren cambios hacia adentro, no son auto-crticos y simplemente no son tomados

    en cuenta. No ha habido diferencia por-que es el mismo sistema que venimoscargando desde hace muchos aos. Esun sistema tocado profundamente porla corrupcin. Entonces cmo crees quepueda estar el estado de justicia en Mxi-co en este caso? Pues muy mal.P.- En el 2000, cuando lleg el PAN,nos dijeron, o al menos nos hicieroncreer, que iba a haber un cambio desistema y de rgimen. Durante los70 aos del PRI se habl de persecu-ciones polticas y de presos polticos.Patishtn es claramente un presopoltico...

    R.- Por supuesto que s...P.- Entonces, cul es la diferenciadespus de que se va el PRI y llega elPAN si sigue habiendo casos como

    el de Patishtn?R.- La alternancia solamente fuecromtica, nada ms. Cambiaron colores,pero el sistema, insisto, sigue siendo elmismo. Nunca lleg el cambio que no-sotros queramos, que el pueblo quera.La gente quera un cambio de verdad, nosolamente de presidente ni de partido,quera un cambio realmente en Mxi-co. Pero bueno, hay que decirlo: Fox notuvo dos dedos de frente, fue una perso-na totalmente incapaz para haberse ima-ginado lo que se tena que hacer. Estabaa dos mil aos luz de una visin de es-tadista. Era una persona que lleg muyocasionalmente al poder, que lleg mscomo una accin punitiva de la gentehacia al PRI que un aprecio, de verdad, asus mritos; a su lengua s, pero a sus m-ritos no. Entonces defraud totalmentea la historia, defraudo totalmente a lanacin. Nunca lleg ese cambio. Hizo al-guna cosa buena por ah, como siemprealguna buena se hace, pero la verdad fueun fraude para ese cambio que nuncalleg. Hoy est otro color y tampoco lle-ga ese cambio. Nos quieren engaar concambios cosmticos, con cambios super-ciales, nos quieren engaar diciendoque el mundo ya se arregl tan solo por-que vino otro color. Es mentira. Mientrasno se tome en cuenta a la gente, son unamentira los cambios. Mientras no par-tan de una conciencia, una concienciaeducada, no van a existir realmente esoscambios.P.- Cuando usted habla de un cam-bio, qu representara en Mxicoun cambio?

    R.- Una inversin de la dinmica depoder. El poder y todo ha sido de arribahacia abajo, ha sido deductivo. Hoy que-remos que sea al revs, que sea inducti-vo, que parte de una informacin de unpueblo y una ciudadana bien informa-da, una ciudadana con una conscienciay una accin participativa, y tambin deuna accin coordinada para que puedahaber, en serio, mejores resultados ha-cia el bienestar de todos en Mxico; todopara que se generen mejores leyes, quese generen mejores comportamientos,que haya una participacin ciudada-na en todo aquello que la ciudadana

    pueda hacer y que no cuesta dinero, sinovoluntad. Hay que tomar en cuenta ala gente, or a los jvenes, or a los nios,or a las mujeres, or al campo; tomar encuenta a los indgenas, aprender de ellos.Yo digo: lo primero que tienen que hacerlos polticos para salir de ese descrditotan grande en el que viven es irse a lasescuelas zapatistas para aprender cmose manda obedeciendo.P.- Qu representa el MovimientoZapatista para Mxico?

    R.- Signic realmente una sacudida

    en lo ms profundo a la consciencia nacio-nal porque estbamos embelesados por elsonido de las sirenas priistas, salinistas,que nos decan que Mxico ya estaba en-trando en la era de ser una gran potencia ypuras mentiras, no? Nos sacuden dicin-donos: Seores, hay un Mxico profundoy hay una gran injusticia. Mentira quehay ese propsito de ayudar a la nacin.De hecho, hemos presenciado sexenio trassexenio esos robos. El Movimiento Zapa-tista tuvo los pantalones de plantrsele enfrente a Salinas de Gortari en ese momen-to que tena el poder, en ese momento queera presidente, y decirle que era un malgobierno, que era un mentiroso y que eramentira que nos iba a ir bien con el Trata-do de Libre Comercio (TLC), que estaba he-cho mal. Entonces despiertan la conscien-

    cia de la ciudadana, de los indgenas, yempieza tambin a llamar la atencin deEuropa, sobre todo hacia este movimien-to. Hoy han crecido, nos han demostradoque estn generando procesos profundosde formacin que pienso no van a ser f-cilmente borrados de la historia y del mo-mento que vivimos ahora.

    P.- El Movimiento Zapatista ha-bla de no querer cambiar el sistema,sino quiere crear algo nuevo...

    R.- S, porque no es reformista. Nues-tra Constitucin es la ms manoseada, lams violada de todas las constitucionesdel mundo.

    Si queda el dos por ciento de la origi-nal es mucho, entonces, tienen razn. Je-ss lo deca de otra manera; Jess era tam-bin muy radical en ese sentido. Deca: Aodres viejos, vino viejo. Vino nuevo, vasi-jas nuevas. Un parche viejo no lo vas aponer en una tela nueva porque te rompela tela nueva, y as lo deca Jess: A vinonuevo, vasijas nuevas. Por qu estar conparches? Por qu estar con reciclajes?Por qu estar con todo Mxico recicla-do? Ahorita los polticos que tenemos yaestn viejos, ya son maosos, ya deberan

    de retirarse y dejarles lugar a los jvenes.Ah, no, pero ellos son los que tienen queseguir ah. Ahorita son presidentes mu-nicipales, al rato quieren ser diputados,luego senadores y hasta gobernadores.Tambin el nepotismo, la familia que seva dando la vuelta. Por eso tienen raznlos zapatistas en decir: No, nosotros noqueremos parchecitos, no queremos unasreformitas parciales. Queremos una vidanueva, que empieza desde una conscien-cia nueva con races nuevas. Tienen todolo necesario con races culturales autcto-nas y su propio espacio como para hacer-lo. Entonces, felicidades, enhorabuena yyo desde este ao voy a inscribirme a laescuelita para el prximo ao.P.- La Escuelita Zapatista?R.- Claro que s.

    P.- Se dice que el papa que acaba deentrar es el primer papa revolucio-nario. Usted qu piensa?

    R.- Yo creo que es el primer papa, des-pus de 700 aos desastrosos de la Iglesiaentre el poder y el dinero, que empieza atomar reversa de esos dos falsos valores yempieza a poner a la Iglesia, otra vez, enel camino evanglico de ser misionera,pobre y servidora; en el camino de acercar-se a la gente, bajar, dejar sus tronos, dejarsus estructuras mentales de prncipes quetienen, pero realmente bajar, hacerse ser-vidora de la gente, por la gente y entre lagente.

    En el ltimo da del Congreso por los Pueblos Ind-genas, organizado en el Tecnolgico (ITESM) CampusMonterrey, el Padre Alejandro Solalinde acepta char-lar de los temas de su vida: migrantes, indgenas, elMovimiento Zapatista y hasta de religin.

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    _Opinin14

    [email protected]

    Aqu recibimos sus crnicas,

    comentarios y quejas.

    Pesea...

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    Desde la Calle Rojo

    SOBRE BILINGISMOS

    Del 8 al 14 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

    JUAN SORDO

    Mitad sonorense, mitad regio.Sloterdijkeano.Estudiante [email protected]

    Sonidos

    de Monterrey

    Un panormico sobre la avenidaPino Surez anuncia en inglsoportunidades de trabajo. Se encuentra sobreun edificio que asemeja un cajn gris. Perte-nece a uno de los call centers que han proli-ferado en el rea metropolitana durante losltimos aos y que atienden predominante-mente al mercado estadunidense. Dentro deestos, la sonoridad de la lengua inglesa, consus abundantes monoslabos y la paradjicanaturalidad afectada del acento americano,domina las jornadas de trabajo. Tener unode esos empleos ha permitido a miles de

    jvenes regiomontanos provenientes de laclase media sostener un nivel de vida relati-vamente acomodado. Aunque muchos po-sean estudios universitarios, es el dominiode esta segunda lengua lo que result crucialen su acceso al mundo laboral.

    En Nuevo Len, con casi 14 mil 500operadores (las empresas prefierenllamarlos ejecutivos), cifra su-perada slo por el DistritoFederal y el Estado deMxico, se concen-tra ms del 17 porciento de la capa-cidad de una in-dustria nacionalde teleserviciosen outsourcingque maneja 147millones de lla-

    madas mensuales.Por supuesto, notodas estas cifras co-rresponden a serviciosbrindados en ingls, sinembargo, en una porcinconsiderable de estos call cen-ters el idioma se habla a diario confluidez y preferentemente sin acento mexi-cano. No son slo exigencias internas delsector. Adems, la creciente disponibilidadde personas criadas y escolarizadas en los Es-tados Unidos, varias refugindose de la crisiseconmica de su pas en Monterrey, elevalos estndares.

    Sus conversaciones telefnicas per-manecen confinadas en el interior de esosenormes edificios, escuchadas acaso por lossupervisores que aleatoriamente las moni-torean. No obstante, son slo una fraccin

    pequea del ingls hablado en una ciudadque siempre ha sido especialmente abierta alo norteamericano y que hasta cuenta conuna importante colonia de estadounidenses;una ciudad cuyo primer peridico moderno,The Monterrey News, se imprima en eseidioma. ste suena cotidianamente en lasaulas de cualquiera de los numerosos cole-gios bilinges, en las oficinas de las empresasde capital norteamericano presentes desdetiempos del porfiriato, en los encuentros denegocios y en los antros que frecuentan losestudiantes extranjeros que llegan ao conao a las universidades privadas locales.

    A unos metros de aquel panormico seencuentra la Alameda Mariano Escobedo.Durante los fines de semana, en especial losdomingos, est llena de paseantes. Muchosde ellos tambin son bilinges, mas ningu-no es el targetde aquel anuncio. Adems del

    espaol, lo que hablan son leguas indgenas.No es tan fcil escucharlas; suelen hablarlasbajito. Hasta parecen evitar sus palabras paraahorrarse el rechazo. Si acaso uno nota que elespaol no es su lengua madre por la mane-ra en que lo pronuncian, con dificultades enel ritmo y esa musicalidad del habla indge-na que ha llegado a caricaturizarse.

    Casi nadie los menciona. De entre las ex-cepciones puede nombrarse a Sverine Du-rin, antroploga del Centro de Investigacio-nes y Estudios Superiores en AntropologaSocial (CIESAS), quien estudia los procesos demigracin indgena a la ciudad, y tambin alos miembros de asociaciones civiles que

    trabajan en la Casa del rbolocupndose dealgunas de sus necesidades y problemticas,adems de ensear nhuatl. Pese al silencio,Monterrey y su zona conurbana se ha con-vertido en los ltimos veinte aos en un im-portante destino de migracin indgena, al-canzando en 2010 una poblacin que rebasalos 35 mil miembros de distintas etnias (msde 40 mil en todo el Estado) segn las cifrasque Durin elabora con datos del INEGI acer-ca de lenguas indgenas. Llegan a la ciudadpara encontrar resguardo, comnmente enoficios de construccin y servicio domstico,

    siempre en busca de ingresos ms promete-dores que los que podran encontrar en sushogares. Por supuesto, la remuneracin esmenos atractiva en comparacin a la de losangloparlantes call centers.

    Se puede pasar la vida en la ciudad sintoparse nunca con ellos o creyendo no hacer-

    lo. El remedio es simple: slo bastacon tomar en el momento

    oportuno un camin dela ruta 214 que une San

    Pedro con Guadalu-pe, pasando por el

    centro de Monte-rrey, para escucharuna conversacinsostenida por dosmujeres jvenesen una de las 13

    lenguas indge-

    nas que se hablanen el Estado y quela mayora no po-

    dramos identificar,menos an compren-

    der. O bien, un refrigeriode tamales y zacahuiles en un

    puesto improvisado a un flanco dela Alameda ofrece la excusa perfecta paracompartir la mesa con una familia joveny su hijo, escuchando en su conversacincmo los padres alternan con soltura entreespaol y nhuatl, esta ltima por muchola lengua indgena ms hablada en NuevoLen, una lengua llena de combinacionesde consonantes que se pronuncian con dul-zura y que curiosamente no utilizan paradirigirse a su hijo, a quien le reservan slo elcastellano. La prctica a muchos parece in-significante, pero contribuye a la lenta des-

    aparicin de estas lenguas y a un proceso dedisolucin de uno de los criterios con los quedemogrficamente se determina si el indivi-duo es indgena, negando a los hijos parte desu herencia cultural, legando una extensatradicin al olvido.

    En Nuevo Len,con casi 14 mil 500

    operadores (lasempresas preeren

    llamarlosejecutivos),cifra superada slo por

    el Distrito Federal y elEstado de Mxico

    la retrica del gobierno de Nuevo Len quepresume avances en la materia, siguendesaparecidas ms de 1114 personas, deacuerdo con los registros de CADHAC.

    Dejo con dolor los CondominiosConstitucin, luego de muchosrobos de la batera de mi automvil y losasientos de mi bicicleta. Aunque decid nosalirme del cdigo postal #6400; no estoy

    dispuesta a dejarel centro. Re-nunciamos aalgunas cosaspero a otras no.

    As pasacon la gente

    que convive a largo plazo, por eleccin, enuna familia, por casualidad en el trabajo, opor mera coincidencia en un camin o enespacios de esparcimiento. Los problemasque las ciudades tienen, se ven proyectadosen cada individuo y viceversa.

    Reflejo: martes pasado, unas personasdecidieron ir a relajarse un rato en el cine yterminaron huyendo del lugar en estampi-da. El motivo? Una movilizacin policiacaque trat de desarticular una banda que de-cidi poner su tianguis de armas en el esta-cionamiento del centro comercial en el que

    se encontraban.Vivimos con miedos que son incom-prensibles en otras partes del mun-

    do, pero adems cargamoscon las crisis cotidianas

    que cada comunidaddesarrolla en su paso.

    La forma de hacernoscargo de ellos y buscar

    respuestas llegando aacuerdos, es precisamente

    donde radica la madura-cin comunitaria.

    En esta edicin, nos di-mos cuenta de que los grupos

    que han sido ms afectados son los quesuelen mostrar una mayor cohesin so-cial, como el de familiares de desaparecidosque la hermana Consuelo Morales recibey acompaa en su imparable bsquedade sus hijos. De igual manera en Saltillo,el encuentro que se ha generado entre mi-grantes por iniciativa del Padre Pantoja quese ha ocupado de dar asilo y aliento en sutransitar a quienes deciden dejar sus racesy buscar nuevos horizontes es otra forma deconvivencia profunda.

    Hay quienes se encuentran en el cami-

    no a partir de una lucha de muchos aos,como los ex braceros, mientras que otrosgrupos deciden festejar su setenta aniver-sario buscando romper un rcord, es el casode la universidad adventista de Montemo-relos.

    Nosotros nos unimos para contar loque est pasando, a sabiendas de estar den-tro de la misma crisis colectiva.

    DAG

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    Cualquier destinopor largo y complicado que sea,consta en realidad de un solo momento:el momento en que el hombre

    sabe para siempre quin es.Biografa de Tadeo Isidoro Cruz

    Alguien grita primero. Se ahoga! Losdems replican el grito en una cade-na de susto, pero nadie se mueve de su lugar;observan desde arriba del puente mientras elmuchacho atrapado entre las piedras va des-vanecindose dentro del agua. Un grupo depersonas que acampan en esa rea de la Sierrade la Ventana se acerca al escuchar el gritero.Lo que pasa despus es movimiento continuo,apenas acotado con pequeos gestos: un hom-bre joven se desprende del grupo, camina, sequita la camisa, trepa a la orilla del puente ysalta. Cae durante doce metros hasta que sucuerpo alcanza la supercie del arroyo, levan-ta una explosin lquida y desaparece. Las per-sonas ahora temen por la vida de dos. El tiem-po, como ola, cae y tensiona los cuellos, las

    manos, los ojos de los que se quedaron arribadel puente. Ellos tambin se estn ahogando.El agua se vuelve a romper, por n. Ahora s,la gente se acerca a la orilla y ayuda al hombre

    joven que lleva agarrado al muchacho. Peroel muchacho est muerto. No est muerto,ms bien, no lo dejan morir; el hombre jovenle da respiracin de boca a boca y realiza ma-niobras para reanimarlo, le pega en el pecho.Las manos del hombre, ms que instrumentosde salvacin parecen hachas que caen y tra-tan de cortar las cuerdas con que las parcas sequieren llevar al muchacho. Lo que mueve alhombre joven es una tozudez que casi espantaa los otros que observan. Quiere obligar al chi-co a que vuelva a la vida. Durante media horano cede en su voluntad, hasta que el mucha-cho, ms que salvado, es arrastrado afuera dela oscuridad: abre los ojos y respira. El hombre

    joven, Dardo Aguirre, nalmente descansa.

    ***

    Naci en Baha Blanca, Argentina, el 22de julio de 1938, pero pudo hacerlo en la In-glaterra del siglo XIX, por su temperamento.Lo criaron en una familia obrera. Lea. Tuvoetapas, ms que favoritos. La primera quizfue la de Henry Miller y su amoralidad, peroantes, tal vez, fue Jack London y sus aventurascrueles pintadas al natural. Desemboc inevi-tablemente en la oscura rivera de Joseph Con-rad. De esas aguas alborotadas surgi el sueodel pibe: a los 12 aos, Dardo fantaseaba conunirse a la Legin Extranjera, aunque aosdespus, a los 18, el gobierno tuviera contral una captura recomendada por desertardel ejrcito. Un amigo, el novelista Pupko, loapod El extranjero. Dardo empatiz ms conRasklnikov que con la vieja o con el hacha de

    Crimen y Castigo. Cortzar le fue grato y Bor-ges lo acompa toda la vida. Un da antes demorir, dej sobre su cmoda una historia delperonismo contada por Feinmann.

    ***

    Estar sin l es estar sin el centro, dice CoralAguirre, desde atrs de su escritorio en esa ofici-na que parece ms una buhardilla. Fue su espo-sa durante toda la vida y no evita la emocin alhablar de l.

    La historia de Coral y Dardo es en parte pa-sin y en parte mmesis. Ella lo conoci antes deque l supiera de su existencia. A los 15, Dardose escap de su casa por primera vez; sus padreslo reportaron y el caso sali en los peridicos.Una amiga de Coral le coment que el chicodel caso era compaero suyo en clases de violn.Platicaron de l. Cuando Coral y Dardo coinci-dieron en la orquesta de Baha, ella lo reconoci.Todos saban de su captura recomendada y esole daba un halo de misterio. Al menos para Co-

    ral fue algo lo suficientemente atractivo comopara hablarle.