argumento final
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UNIVERSIDAD ANTONIO RUIZ DE MONTOYAPROGRAMA DE HUMANIDADESCURSO DE LENGUA 2HORARIO: G1PROFESOR(A): Mario GrandaJEFE DE PRÁCTICA: Lesly OjedaESTUDIANTE: Connie Guillén VásquezLima, 28 de noviembre de 2013TEXTO ARGUMENTATIVO (VERSIÓN COMPLETA Y FINAL) ________________________________________________________________
Esquema del texto
Tema: La motosidad como factor de discriminación lingüística hacia los quechua-hablantes y su
exposición en la televisión peruana.
Postura: La motosidad es un rasgo característico del proceso de aprendizaje de una segunda
lengua, mas no es una característica de inferioridad social y cultural, siendo inaceptable su
explotación en los programas de televisión.
Argumentos:
Argumento 1
Premisa 1: La motosidad se da como consecuencia de las interferencias mismas de la lengua
materna de quienes tienen como segunda lengua al castellano.
Premisa 2: La interferencia de una lengua sobre otra tiene un carácter biológico, el mismo que
limita la facilidad de adquisición de nuevas lenguas por parte del quechua hablante.
Premisa 3: Ninguna persona que aprende una lengua sobre otra diferente a la materna está
exenta del fenómeno de la motosidad.
Conclusión: La motosidad es un fenómeno que caracteriza el habla de toda persona que aprende
una lengua diferente a la materna, dada las características biológicas de dicho fenómeno estamos
proclives a una motosidad automática. Por tanto, no existe fundamento lingüístico que justifique
este estereotipo, difundido ampliamente en la televisión, que refuerza la preconcepciones
erróneas acerca del fenómeno en las personas discriminadoras.
La universalidad de la motosidad y la televisión
Los medios de comunicación, específicamente la televisión, en la última década se han
constituido como instrumentos de mantenimiento y reproducción de prácticas discriminatorias al
difundir estereotipos negativos que se arraigan en una sociedad prejuiciosa como la nuestra. Esto
es palpable al revisar la historia de la televisión peruana, donde han sido numerosos los
programas y personajes cómicos que han hecho escarnio de las poblaciones y culturas indígenas.
El énfasis es particularmente alto contra lo andino y allí destaca siempre la burla por el motoseo,
ejemplo de ello personajes televisivos como “la paisana Jacinta” (Pacheco, 2012). De esta
manera, la motosidad se ha constituido como principal factor de discriminación lingüística hacia
los quechua-hablantes y a través de los años ha sido expuesta en la televisión en programas
cómicos, como ya se ha mencionado. Lo importante es discernir si la motosidad es un problema
que sólo concierne a la población quechua-hablante o es un fenómeno universal y por tanto,
inherente a toda persona que busca aprender una lengua diferente a la materna. Es allí, a donde
los esfuerzos de este texto van dirigidos, poniendo en relieve que la motosidad es un rasgo
característico del proceso de aprendizaje de una segunda lengua, mas no una característica de
inferioridad social y cultural, siendo inaceptable su explotación en los programas de televisión.
En los siguientes párrafos, se pretende explicar el fenómeno del motoseo y como éste está
presente en el habla de toda persona que no domina a la perfección una segunda lengua.
En primer lugar, es necesario tener claro que la motosidad es un fenómeno que implica
una forma de habla singularizada por ciertos rasgos de pronunciación y entonación. La misma
que se da como consecuencia de las interferencias mismas de la lengua materna de quienes tienen
como segunda lengua al castellano, ya que éstas persisten en el hablar de las personas a nivel
vocálico y de sintaxis (Cerrón Palomino, 2003). Dichas interferencias son comunes entre los
bilingües quechua - castellano, puesto que muchos de ellos no han conseguido consolidar su
aprendizaje del castellano en condiciones adecuadas. Al respecto, Cerrón Palomino (2003)
sostiene que los hablantes de sistemas desfavorecidos, como el quechua, han ido aprendiendo la
lengua dominante en condiciones violentas. Dichas condiciones no favorecieron ni favorecen la
adquisición de conocimientos para con una lengua específica, de manera que surgen bilingües
con distinto grado de aprendizaje de la lengua secundaria. Como ya se ha mencionado
previamente, cuando las personas que tienen como lengua materna el quechua aprenden
castellano las interferencias surgen de una u otra forma, constituyéndose así como un proceso
natural que no es exclusivo de ellos. Además, como se explicará más adelante, éste fenómeno es
de carácter universal, es decir toda persona es susceptible a ella. Entonces, siendo que no sólo
atañe a la población quechua-hablante, son insostenibles aquellas manifestaciones que indican lo
contrario.
En segundo lugar, con respecto a lo mencionado en el párrafo anterior, cabe anotar que la
interferencia de una lengua sobre otra tiene un carácter biológico que limita la facilidad de
adquisición de nuevas lenguas por parte del quechua-hablante (Cerrón Palomino, 2003). Dicho
carácter biológico consiste en la fijación de hábitos articulatorios que ocurren alrededor de los
diez a doce años (Cerrón Palomino, 2003). Por esta razón, no todas las personas tienen la misma
facilidad en la adquisición de una segunda lengua y son objeto de la presión de su lengua
materna. Siguiendo ese razonamiento, los fenómenos de interferencia como el motoseo son
consecuencias normales de dicha limitación. Además, cada persona es diferente tanto
sicológicamente como lingüísticamente y, tienen capacidades distintivas, que condicionan
también el dominio en mayor o menor grado de una lengua diferente a la materna. Por ello,
argumentar que la motosidad es consecuencia de la incapacidad de la persona quechua-hablante
para hablar bien el castellano queda descartado. Asimismo, los prejuicios extendidos sobre el
tema, difundidos perniciosamente en la televisión, que caricaturizan a las personas de origen
andino como ignorantes, faltos de inteligencia, incultos, entre otras características, son
inaceptables en una sociedad democrática caracterizada por su multiculturalidad.
Por último, ninguna persona que aprende una lengua diferente a la materna está exenta
del fenómeno de la motosidad dadas las interferencias mencionadas previamente. Por ejemplo,
una persona cuya lengua materna es el castellano, al tratar de aprender a hablar inglés no estará
exenta del motoseo (Pérez, J. & Zavala, V. 2010). Ello, porque las características propias de su
idioma obstruyen su desempeño a nivel de pronunciación y gramática respecto de una segunda
lengua como el inglés. Incluso los extranjeros que buscan aprender el castellano presentan los
problemas antes mencionados y su hablar se caracteriza por la discordancia a nivel sintáctico y
mala pronunciación. A éstos últimos, no se les objeta el hecho de hablar mal el castellano, es más
en nuestra sociedad se ve con naturalidad su forma de expresarse. El argumento es que como el
castellano no es su idioma nativo, es aceptable que tengan errores al hablar y pronunciar
palabras. Caso contrario, a de los quechua-hablantes cuyo acento es ridiculizado y menospreciado
en la televisión, sobre todo a través de programas de corte cómico. Lo anterior, no hace más que
demostrar que existe una connotación racial detrás de aquellas ideas e intolerancia hacia lo que se
constituye como una violación a la norma estándar.
En conclusión, la motosidad es un fenómeno que caracteriza el habla de toda persona que
aprende una lengua diferente a la materna. Dadas las características biológicas de dicho
fenómeno, estamos proclives a una motosidad automática. Asimismo, ésta es independiente de la
capacidad intelectual de cada persona, de modo que es inaceptable atribuirla a una bruteza
congénita, palabras acuñadas por Cerrón Palomino (2003), ya que no existen fundamentos
válidos para argüir su validez en términos lingüísticos ni extralingüísticos. Por tanto, no existen
razones válidas que justifiquen este estereotipo, difundido ampliamente en la televisión, que
refuerza la preconcepciones erróneas acerca del fenómeno en las personas discriminadoras.
Tomando en cuenta la universalidad del fenómeno, ya que nadie está exento, urge la necesidad de
combatir la discriminación ejercida sobre la población quechua-hablante. La misma, que se
caracteriza por hablar un castellano motoso, de lo contrario estaríamos siendo cómplices de
aquellos que consideran a la motosidad como violación a la norma estándar. En consecuencia, es
imperativo, desterrar dichas concepciones cuya motivación es índole socioeconómica y racial.
Para ello, hay que empezar por eliminar de la televisión programas cómicos como, por ejemplo,
“La paisana Jacinta”, que refuerzan la normalización de esa discriminación a través de
estereotipos que redundan en aspectos socioeconómicos más que lingüísticos.
5. Referencias bibliográficas
Cerrón Palomino, Rodolfo (2003). Castellano andino. Aspectos sociolingüísticos, pedagógicos
y gramaticales. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.
Pérez, J. & Zavala, V. (2010) Educación intercultural bilingüe en el ámbito iberoamericano.
Aspectos cognitivos e ideológicos del motoseo en el Perú. Recuperado de
http://congresosdelalengua.es/valparaiso/ponencias/lengua_educacion/perez_zavala.htm .
Pacheco, K. (2012). Racismo, discriminación y exclusión en el Cusco.
Tareas pendientes, retos urgentes. Recuperado de
http://www.guamanpoma.org/blog/wp-content/uploads/2012/05/Racismo-Discriminaci
%C3%B3n-y-Exclusi%C3%B3n-en-el-Cusco-2012.pdf