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    Longa, Francisco Toms

    EL DUALISMO OBJETIVISMO SUBJETIVISMO. LA "PRCTICA" COMO EJE EN LAS

    PROPUESTAS DE ANTONIO GRAMSCI Y PIERRE BOURDIEU

    Nmadas, Nm. 22, sin mes, 2009Universidad Complutense de Madrid

    Espaa

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    EL DUALISMO OBJETIVISMO-SUBJETIVISMO. LA PRCTICACOMO EJE EN LAS PROPUESTAS DE ANTONIO GRAMSCI YPIERRE BOURDIEU

    Francisco Toms LongaInstituto de Investigaciones Gino GermaniUniversidad de Buenos Aires, Argentina

    Resumen.- En el siguiente trabajo intentaremos exponer las perspectivas de Antonio Gramsci yPierre Bourdieu respecto al dualismo clsico entre Objetivismo y Subjetivismo que ha dividido a lasciencias sociales contemporneas. Este dualismo, antes que un recorte real de lugares desdedonde abordar los fenmenos sociales, ha sido una construccin histrica que, sin embargo, hatenido incidencia mayscula en los mtodos del conocimiento contemporneo, constituyendo asuna antinomia ficticia en su contenido pero real en sus efectos(Belvedere: 2004). Intentaremosdesplegar las crticas que Gramsci y Bourdieu realizaron a ambos puntos de vista, para luegoindagar en la propuesta superadora que forj cada uno de ellos. Ms adelante intentaremosdetectar puntos de encuentro y de oposicin entre cada propuesta de superacin, sugiriendo que

    existe un trasfondo comn entre ambos autores; este trasfondo comn anclado en la prctica noimpidi, sin embargo, que los autores mencionados terminen proponiendo diferentes solucionespara la superacin del dualismo.

    Introduccin

    En el siguiente trabajo intentaremos exponer las perspectivas de Antonio Gramsciy Pierre Bourdieu respecto al dualismo clsico entre Objetivismo y Subjetivismoque ha dividido a las ciencias sociales contemporneas. Este dualismo, antes queun recorte real de lugares desde donde abordar los fenmenos sociales, ha sidouna construccin histrica que, sin embargo, ha tenido incidencia mayscula enlos mtodos del conocimiento contemporneo, constituyendo as una antinomia

    ficticia en su contenido pero real en sus efectos(Belvedere: 2004).

    Intentaremos desplegar las crticas que Gramsci y Bourdieu realizaron a ambospuntos de vista, para luego indagar en la propuesta superadora que forj cada unode ellos. Ms adelante intentaremos detectar puntos de encuentro y de oposicinentre cada propuesta de superacin, sugiriendo que existe un trasfondo comnentre ambos autores; este trasfondo comn anclado en la prctica no impidi, sin

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    embargo, que los autores mencionados terminen proponiendo diferentessoluciones para la superacin del dualismo.

    Nuestro anlisis reconoce un recorte temporal en la obra de los autoressealados: en el caso de Gramsci nos centraremos en su perodo carcelario

    porque encontramos all las elaboraciones ms maduras respecto al tema que nosinteresa. Especficamente indagaremos en el Cuaderno 11 (XVIII) de susCuadernos de la Crcel, (Gramsci: 1986) donde el autor se aboca a problemasepistemolgicos y de la ciencia en general. Para el anlisis de la obra de Bourdieuhemos indagado principalmente en su libro El Sentido prctico (Bourdieu: 2007),en las entrevistas compiladas en Cosas dichas (Bourdieu: 2005) y en suintroduccin al libro Un art moyen (Bourdieu: 1990). En esos textos creemosencontrar sus elaboraciones ms importantes y representativas sobre el dualismoy su propuesta metodolgica de superacin.

    Los recortes mencionados no implican que vayamos a ignorar el resto de labibliografa de cada uno de los autores; muy por el contrario, nuestro anlisis seconstruye en un dilogo continuo con la totalidad de sus obras, aunqueponderando esos perodos (1932-33 en Gramsci y 1965-75 en Bourdieu), dondese encuentran los ms sistemticos anlisis sobre el tema. Huelga decir, adems,que nos proponemos comparar dos autores que, si bien ya han sido contrastados(ver Garca Canclini: 1984; Friedman, K:1996; Schaffer, S: 1995) cuentan contrayectorias, contextos y presupuestos epistemolgicos dismiles.

    Gramsci, por un lado, fue un militante comunista italiano cuya obra madura se forjhacia 1930, en las difciles condiciones que las crceles del fascismo italianodedicaba a sus presos polticos; por ello, su obra carcelaria tiene carcterfragmentario, disperso y repetitivo pero a la vez brillante. Los Cuadernos de laCrcel fueron escritos con las limitaciones de las bibliotecas presidiarias, bajointermitentes permisos para escribir, redactados en forma parcialmenteclandestina y, en general, con trminos encriptados para burlar la censura queinspeccionaba hoja por hoja los contenidos.

    Bourdieu, por otro lado, fue un socilogo universitario que lleg a las ms altasesferas de la sociologa acadmica francesa, con una produccin cientficadestacada y con desarrollos taxativos tanto en sus marcos tericos como en sustrabajos de campo; en stos ltimos, estudi desde la civilizacin kabila y lasociedad Bearnesa hasta los consumos culturales en sociedades occidentales.Cabe sealar que, a diferencia de Gramsci, la mayora de estos trabajos fueronescritos con la comodidad que brinda el sistema acadmico europeo a susintelectuales destacados.

    Sin embargo, cuando pareciera que nada poda ofrecernos la comparacin entreestos autores, proponemos develar un trasfondo comn que une las perspectivasde ambos. Creemos que ese trasfondo se asienta en algunos supuestos de latradicin marxista (y especialmente en algunos textos de Marx), y en el particularnfasis dado por esta tradicin al momento de la prctica. Trataremos de

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    demostrar que tanto la propuesta de superacin gramsciana como la bourdianatienen un punto de encuentro en la nocin de prctica desarrollada desde elmarxismo. A partir de ese concepto pivotear nuestro anlisis del dualismomentado en Antonio Gramsci y Pierre Bourdieu.

    Antonio Gramsci. Contexto y creacin

    La posibilidad de encontrar un autor que hubiera resuelto el divorcio entre teora yprctica de manera coherente y destacada en ambos planos, ha sido (y es) unatentacin al momento de las lecturas de Gramsci (Garca Canclini: 1984). Estatentacin conden a la obra de Gramsci a ultrajes varios; su carcter fragmentarioal que hemos aludido arriba, dio lugar a las ms diversas exgesis. Los textos deGramsci han sido asociados a proyectos polticos radicales, reformistas,moderados, extremistas, socialdemcratas, autonomistas, etc. A menudo, los usosde Gramsci han permitido hacerle decir a su obra prcticamente cualquier cosareferida a la nocin del Estado y de Capitalismo, en cualquiera de sus planos(cultural, poltico, esttico, ideolgico, econmico, productivo, social).

    No es nuestra intencin ofrecer una versin impecable de la obra de Gramsci; sinembargo, creemos que varios momentos de los cuadernos son una muestraabsoluta de genialidad, lucidez creativa y coherencia. Fruto de estos momentos deplenitud creativa son, por ejemplo, los desarrollos del Cuaderno 11 (XVIII), sobresupuestos metodolgicos, la idea de ciencia y, en particular, sobre los extremosobjetivista y subjetivista.

    Subjetivismo. Una simple novela filosfica

    La crtica de Gramsci a las posturas subjetivistas est regada de ejemplos clsicosde pensadores y tericos que postulaban un sujeto con plena capacidad demaniobra, sin reconocer las limitaciones de las condiciones estructurales yeconmicas en las que estaban insertos esos sujetos. Este extremo subjetivistaplantea la libertad de obrar del sujeto ms all de cualquier condicionamientomaterial, como si ste existiera por fuera de las estructuras.

    En este sentido, el autor cita un ejemplo donde un cientfico supone la existenciade un cuerpo sin mente, es decir sin un sujeto que regule ese cuerpo: lossubjetivistas sostienen que sin la actividad mental, dicho cuerpo no existira comotal. Ante esta afirmacin, Gramsci responde que todo cuerpo contina siendomasivo por ms que est constituido por vaco, advirtiendo que aquellos ejemplossolamente sirven para demostrar lo ridculas que resultan las concepcionessubjetivistas de la realidad que permiten tan banales jueguitos de palabras(Gramsci: 1986: 305).

    En virtud, Gramsci seala que mantenerse en este extremo implicara estarreproduciendo esencias del catolicismo si fuera verdad que los fenmenos

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    infinitamente pequeos en cuestin no se pueden considerar existentesindependientemente del sujeto que los observa, en realidad no seran ni siquieraobservado, sino creados y caeran en el mismo dominio de la pura intuicinfantstica del individuo (Gramsci: 1986: 306).

    Gramsci revisa adems, la postura de Lukcs, quien sostena desde el marxismo,que se puede hablar de dialctica slo respecto de la historia de los hombres y node la naturaleza; esta afirmacin presupone un dualismo entre la naturaleza y elhombre que, segn Gramsci est equivocado: porque cae en una concepcin dela naturaleza propia de la religin y de la filosofa greco-cristiana e incluso propiadel idealismo, que realmente no logra unificar y poner en relacin al hombre y a lanaturaleza ms que verbalmente ()Seguramente Lukcs, por reaccin contra lasteoras barrocas del Ensayo popular, ha cado en el error opuesto, en una formade idealismo. (Gramsci: 1986: 303)

    Como vemos, la crtica de Gramsci hacia Lukcs es una crtica situada en tiempoy espacio, donde interpreta la postura del autor hngaro en funcin del clima deideas que lo rodeaba1. En un anlisis sobre El problema de la objetividad en laobra de Gramsci, Oscar del Barco apunta que para el autor italiano, la posturasubjetivista niega la posibilidad de objetivar nuestros conocimientos, ya que stoshan sido construidos subjetivamente (Del Barco: 1962). Sobre este punto, DelBarco sostiene que, para Gramsci, hay algo real ms all del simple conocimientohumano, algo que puede consolidar un objetivo-humano siendo que todas lascosas tienen como en un trasfondo indeterminado una capa ontolgica que lossustenta, la mesa, por ejemplo, no se agota totalmente en su sentido -como objetoy percepcin humana- pues entonces nos encontraramos en pleno idealismosubjetivo () en este objetivo humano, que se identifica con lo histrica yuniversalmente subjetivo, hallamos una de las pautas de la oposicin al idealismopor cuanto el idealismo se reduce a la conciencia tomada cmo mnada () valedecir como pura abstraccin (Del Barco: 1962: 37).

    En sus desarrollos especficos sobre la ciencia y las metodologas cientficas queencontramos en el cuaderno 11, Gramsci destaca el progreso de la ciencia y suevolucin mediante la correccin y la ampliacin de las experiencias yobservaciones. Admitiendo que ese progreso ha ocurrido, el autor se preguntacmo podra suceder esto si la experiencia dada no se reprodujese, no obstanteque, cambiado el observador, no pudiese ser controlada, ampliada, dando lugar anexos nuevos y originales? (Gramsci: 1986: 305). El extremo subjetivista resultaentonces absurdo para Gramsci porque si los hechos no existieranindependientemente del espritu del observador (en este caso el cientfico), laciencia no podra existir, quedando reducida a una serie de actos de fe en lasafirmaciones de los distintos experimentadores (Gramsci: 1986).

    (1)

    Como veremos ms adelante, ste tipo de perspectiva crtica es la que utilizaremos nosotros para interpretar las posturas de Gramsci y de

    Bourdieu.

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    Objetivismo. Residuos del concepto de dios

    Si Gramsci ya se haba proclamado contra el extremo subjetivista, descargar suscrticas con mayor ahnco hacia el opuesto objetivista. Aqu, sus desarrollos sobrela ciencia se centran en la posibilidad o no de que exista una realidad objetiva, por

    fuera de los sujetos y de la historia.La cuestin ms importante a resolver en torno al concepto de ciencia esentonces, si la ciencia puede dar (y de qu manera) la certeza de la existenciaobjetiva de la llamada realidad externa; para Gramsci es un error pedir a la cienciacomo tal la prueba de la objetividad de lo real: porque esta objetividad es unaconcepcin del mundo, una filosofa y no puede ser una dato cientfico (Gramsci:1986: 308).

    Gramsci seala una paradoja segn la cual la postura objetivista conduce a unextremo idealista: constituyendo una contradiccin absoluta, la posibilidad depensar en estructuras objetivas por fuera de los procesos histricos y sociales,implicara caer en una forma de misticismo () se cae en una forma barroca deidealismo platnico, porque estas leyes abstractas se parecen extraamente a lasideas puras de platn (Gramsci: 1986: 291). As entendido, el concepto objetivodel materialismo metafsico parece querer significar una objetividad que existe porfuera de los hombres, impensada para la perspectiva historicista radical del autoritaliano.Los objetivistas, expertos en descubrir elementos despojados del sujeto queoperan como invariante en la ciencia y en la sociedad, estaran reproduciendo consu mtodos la bsqueda de una causa nica y ltima, con ello manifiestan unabsqueda de dios de cuo religiosa. Aqu, Gramsci retoma la metfora catlicapara ilustrar lo absurdo de la propuesta objetivista de pensar una historia sinhombres, absurda siendo que tambin la ciencia es una superestructura, unaideologa (Gramsci: 1986: 308).

    En rigor de verdad, para Gramsci, lo objetivo s puede existir, pero no como unaestructura ahistrica, sino como aquello que es comn a todo los hombres, lo quetodos los hombres pueden controlar del mismo modo, independientemente unosde otros. Objetivo significa entonces en Gramsci nicamente que se afirma serobjetivo, es decir, aquella realidad establecida por todos los hombres que esindependiente de un punto de vista simplemente particular o de grupo, pero quereconoce, en el fondo, un anclaje en una concepcin particular del mundo, unaideologa.

    Gramsci y su propuesta de superacin. Una filosofa de la praxis

    Luego de este recorrido, observamos que lo ms interesante del planteogramsciano est en su forma de encarar la dicotoma como dos partes de unatotalidad, que se encuentra momentneamente desarticulada; por ende, la sntesisno se construye remendando los extremos aisladamente sino repensando unaestrategia de superacin como parte de una totalidad a la que ambos extremos

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    pertenecen. Esta propuesta de superacin tendr su piedra fundamental en elconcepto de prctica, que Gramsci decodifica en el trmino praxis. Para relevar supropuesta, indagaremos en sus anlisis tanto sobre la ciencia como sobre losconsumos culturales.

    La ciencia se presenta como el plano en el cual se ha logrado una mayorobjetividad y es, como lo seala finalmente Gramsci, el elemento del conocimientoque ms contribuy a unificar el espritu, a tornarlo ms universal; es laobjetividad ms objetivada y concretamente universalizada, (...) La ciencia no sepresenta nunca como desnuda nocin objetiva: aparece siempre revestida de unaideologa y concretamente es ciencia la unin del hecho objetivo con una hiptesiso un sistema de hiptesis que superan el simple hecho objetivo (Gramsci: 1986:310).

    Para Gramsci toda ciencia consiste en una nocin objetiva y un sistema dehiptesis que la reviste, y deja abierta la posibilidad de diferenciar y apropiarse deuna rechazando la otra, para ello pone el ejemplo de un grupo social que seapropia de la ciencia de su poca sin aceptar la ideologa que la reviste (Gramsci:1986). Es decir, considera que existe cierta autonoma de la esfera objetiva,aunque siempre est ligada a un sistema de hiptesis que representa a un cuerpoterico, una ideologa: La ciencia es por un lado un llegar a ser (histrica) y porotro lado es sede de la actividad creativa del hombre y en este sentido puede serconsiderada (para su estudio) como un facto (Del Barco: 1962: 38).

    Para articular su propuesta superadora de ambos extremos, Gramsci parti de unaperspectiva integral, desde donde pretendi reestablecer la unidad de lo escindido;esta unidad sera producto de la sntesis dialctica de la contradiccin entreobjetivismo y subjetivismo, extremos que en el plano poltico han conducido tantoal materialismo como al idealismo, respectivamente. En funcin de proponer dichasntesis, el autor decidi citar nada menos que a Engels, uno de los fundadoresdel marxismo clsico. En la cita, Engels sostiene: la unidad del mundo consisteen su materialidad demostrada () por el largo y laborioso desarrollo de lafilosofa y las ciencias naturales (Gramsci: 1986: 302). Esta definicin contiene,para Gramsci, precisamente el germen de la concepcin justa porque acude tantoa la historia como al hombre para demostrar la realidad objetiva.

    Ms adelante seala un ejemplo propuesto por Bertrand Russell, donde el autorbritnico propone una operacin de superacin similar: nosotros no podemospensar, sin la existencia del hombre sobre la tierra, en la existencia de Londres yEdimburgo, pero podemos pensar en la existencia de dos puntos en el espacio,donde hoy se encuentran Londres y Edimburgo, uno al Norte y otro al Sur(Gramsci: 1986: 279). En virtud, esos espacios tal como los conocemos, existenporque existen los sujetos que los dotan de sentido, sin embargo no podemosafirmar que tales lugares fsicos no existiran ms all de nuestra percepcin. ParaGramsci, si no se comprende esta relacin no se puede comprender la filosofade la praxis, su posicin frente al idealismo y el materialismo mecnico (Gramsci:1986: 279).

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    Se podra sealar que en la obra carcelaria gramsciana encontramos, en trminoscuantitativos, ms crticas al objetivismo que al subjetivismo. Sin embargo, antesque la cantidad de ejemplos brindados para la crtica de uno u otro, lo importantees que el peso argumentativo para criticar cada extremo es ecunime.

    Es probable que una mayor aparicin de crticas al objetivismo responda alcontexto en el que el autor se estaba proclamando: el clima de ideas imperante enel marxismo hacia los aos treinta mostraba una fuerte hegemona de la visinmaterialista-ortodoxa sovitica, ligada a los anlisis econmicos objetivos delsistema capitalista. Gramsci estaba, en sus escritos y en su militancia, enfrentadoesta visin cannica del Materialismo Dialctico sostenida por el Komintern, quepretenda ejercer una vigilancia epistemolgica absoluta en el pensamientomarxista de la poca.

    En esa clave podemos tambin analizar la lectura que realiz Oscar Del Barcohacia 1962 de los Cuadernos de la Crcel; en ella, Del Barco, observa la intencinde Gramsci de romper con el dualismo, pero termina por considerar que enGramsci hay una opcin final que lo acerca al subjetivismo. En este punto nosparece importante resaltar que del Barco est leyendo a Gramsci en un contextode confrontacin con la lnea dura del Partido Comunista argentino, al queperteneca y del cual ser luego expulsado por sugerir crticas al dogma oficial delpartido2.

    Para Gramsci el enfoque correcto es aquel que reconoce la existencia de unamaterialidad en el mundo real, pero a la vez admite que est referida a sujetoshistricos: El hombre es el que conoce, pero en ese proceso el conocimiento setransforma en objetivo en cuanto que es un conocimiento real para todo elgnero humano unificado en un sistema cultural unitario (Gramsci: 1986: 276).Una vez que el hombre como sujeto histrico da nacimiento a la historia y laaccin, habilita la posibilidad de objetivar categoras histricas; con ello, lo objetivoen Gramsci, refiere siempre a humanamente objetivo,lo que puede corresponderexactamente a histricamente subjetivo, o sea que objetivo significara aquelloque se consolid como universal para los todos los sujetos(Gramsci: 1986: 276).Enmarcado en una realidad no inmutable o cosificada, sino en una realidadobjetiva y a la vez histrica, por lo tanto, susceptible de ser modificada. Gramscidesde su perspectiva historicista radical, reconoca la existencia de condicionesobjetivas, a la vez que habilitaba espacios para la transformacin de la sociedaden funcin de la voluntad de los sujetos.

    Para la correcta interpretacin de esta complejidad, Gramsci propone recurrir almarxismo como herramienta de interpretacin/transformacin del mundo. Tanto ha

    (2) Tras militar varios aos en el PC, Del Barco junto a un grupo de compaeros descubre que los textos de Gramsci haban sido silenciados por la lnea

    cannica que diriga el PC. Por ello, consideramos que su lectura de los textos gramscianos est situada en un momento histrico de confrontacin con

    la lnea objetivista por la cual velaban los mximos dirigentes del partido, lo cual pudo haberlo ayudado a valorar ms las crticas de Gramsci al

    objetivismo.

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    preocupado a Gramsci la escisin entre teora y prctica y el dualismo objetivismo-subjetivismo, que en su propuesta incluy una redenominacin del marxismo aldefinirlo como Filosofa de la Praxis. Solamente si el marxismo es utilizado comouna filosofa de nuestras prcticas lograr ser una herramienta verdaderamentedialctica: solo si la filosofa de la praxis es concebida como una filosofa integral

    y original que inicia una nueva fase en la historia del desarrollo mundial delpensamiento, en cuanto que supera (y al superar incluye en s los elementosvitales de ambos) tanto al idealismo como al materialismo, expresionestradicionales de las viejas sociedades (Gramsci: 1986: 284).

    Como hemos visto, Gramsci no se interes por los aspectos abstractos delmarxismo y ponder, por el contrario, la necesidad de fundarlo en la praxis. Estapraxis a la que refiere no es simplemente la accin, sino ms bien el modo comoel hombre est arraigado orgnicamente en su cultura, su forma de actuar en ellay sus posibilidades de transformacin del contexto de sus prcticas: no elmaterialista ni el idealista, sino identidad de los contrarios en el acto histricoconcreto, o sea actividad humana (historia-espritu) en concreto, conectadaindisolublemente a una cierta materia organizada (historicizada), a la naturalezatransformada por el hombre. Filosofa del acto (praxis, desarrollo), pero no del actopuro sino precisamente del acto impuro, real en el sentido ms profano ymundano de la palabra (Gramsci: 1986: 337)

    La propuesta de Gramsci no enaltece ninguno de los extremos. Al decir de Oscardel Barco, el autor italiano no tiene como punto de partida ni al sujeto (y laproblemtica subjetivista) ni al objeto (y la problemtica materialista) sino lainescindible unidad de los dos como momentos de la praxis(Del Barco: 1962: 37).Para Del Barco, este correcto abordaje metodolgico se traduce luego en lapropuesta poltica de Gramsci: ni materialismo metafsico ni novela filosfica: lasolucin gramsciana es la genuina solucin del marxismo que nos da en unasumma coherente la sntesis (la superacin)(Del Barco: 1962: 37).

    Pierre Bourdieu. La academia se repiensa

    Pierre Bourdieu naci en Francia en 1930 y fue uno de los socilogos de mayorrenombre en las ciencias sociales durante el siglo XX. Realiz trabajos de campocon enfoques antropolgico y sociolgico y su obra se vio influenciada por elmarxismo y por la tradicin weberiana (Meichsner: 1974).

    El momento de su obra que hemos decidido privilegiar es aquel entre 1965 y 1975.All encontramos algunos de sus anlisis acerca del dualismo objetivismo-subjetivismo, problema central desde su perspectiva, para las ciencias sociales.Tal importancia le ha otorgado Bourdieu a este asunto, que uno de los libros en elque focalizaremos, El sentido Prctico, comienza de la siguiente manera: detodas las oposiciones que dividen artificialmente a la ciencia social, la fundamentaly la ms ruinosa es aquella que se establece entre el subjetivismo y el objetivismo(Bourdieu: 2007: 43). En este fragmento observamos que el enfoque de Bourdieu

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    Buscando contestar a la orientacin mecanicista del estructuralismo que sugeraun fetichismo de las luchas sociales y una historia sin sujeto (Bourdieu: 2005:25), Bourdieu insisti en la capacidad que tienen los sujetos de generardisposiciones al interior de la estructura, capacidad que haba sido descartada de

    plano en las perspectivas estructuralistas, cercenando la posibilidad deautodeterminacin de los sujetos y sometindolos a un determinismo exterior ymecnico (Bourdieu: 2007).

    Superacin. Hacia una dualidad anclada en la prctica

    Partiendo de esta compleja interrelacin entre los extremos, para Bourdieu esimperioso abandonar las visiones dicotmicas que presentan una alternativaficticia entreun subjetivismo obstinado en investigar el lugar del surgimiento purode una accin creadora irreductible a los determinismos estructurales y unpanestructuralismo objetivista que pretende engendrar directamente lasestructuras por una suerte de partenognesis terica (Bourdieu: 1990:17). Losesfuerzos de superacin deben aportar a constituir una perspectiva renovadacapaz de asumir que las condiciones objetivas no existen sino en y por el productode la interiorizacin de esas condiciones en los sujetos.

    Para ello, a la hora de presentar una propuesta superadora, Bourdieu encuentrasu piedra fundamental (al igual que Gramsci) en el momento de la prctica ypropone superar el dualismo partiendo de una dualidad anclada en la prctica.Esa partir de la prctica en interaccin de ambos extremos donde los sujetos por unlado reproducen las estructuras que los condicionan, pero a la vez tienen laoportunidad de actualizar esas estructuras mediante su accionar innovador;habiendo ignorado esta interrelacin, el dualismo Objetivismo-Subjetivismo mutilla dualidad propia de la vida (Bourdieu: 2007).

    Como vemos, las dos perspectivas se encuentran interrelacionadasdialcticamente ya que, si bien las estructuras sociales constrien la prctica delos agentes, es a partir de esas mismas estructuras que guan las luchasindividuales y colectivas, que el agente trata de conservar o transformar lasestructuras objetivas. Lo que equivale a decir que existe mutuo condicionamientoentre el objetivo de las conductas organizadas segn regularidades mensurables,y las relaciones singulares que los sujetos mantienen con las conductas objetivasde su existencia, y con el sentido objetivo de sus conductas. (Bourdieu: 1990: 18).

    En vistas de lograr traducir esta perspectiva metodolgica en una propuestaconcreta para el estudio de las ciencias sociales, Bourdieu resignific algunascategoras que permitiran un abordaje superador de los dos extremostradicionales. Entre las categoras ms destacadas se encuentran las de habitus ycampo.

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    La categora de habitus se define como un sistema de disposiciones durablesmediante los cuales percibimos, juzgamos y actuamos en el mundo. An cuandocada individuo tiene una variante nica de la matriz comn, estas disposicionesson compartidas con otras personas y se adquieren por medio de la exposicin acondicionamientos sociales. El habitus es productor y producto de la estructura

    generadora y reproduce la prctica permitiendo, al decir del autor, unaorquestacin sin director. La diferencia fundamental de esta propuesta deBourdieu con el estructuralismo mecnico, sera que el habitus no representa unaestructura inmutable sino que est siendo continuamente estructurado por lospatrones de las fuerzas sociales del momento histrico que atraviesa. El conceptode habitus vendra a representar entonces una manera de escapar a estaalternativa entre el estructuralismo sin sujeto y la filosofa del sujeto. (Bourdieu:2005), explicando lo que el subjetivismo describe y revalorizando lo que elobjetivismo se limita a contemplar.

    La categora de habitus fue utilizada por Bourdieu, por ejemplo, para analizar lasprcticas rituales observadas en sus etnografas; en esos casos, termin porconcluir que dichas acciones eran producto de un sentido prctico y no de unclculo inconsciente o de la mera obediencia a una regla. Esto explicara ciertacoherencia que el autor observa en los ritos y que sera otorgada por el habitus,pero seala que es una coherencia parcial propia de las construcciones prcticasy no una proyeccin necesaria e inmodificable de las acciones a futuro (Bourdieu:2005).

    La categora de campo refiere a un conjunto de relaciones de fuerza definido porla posesin y produccin de una forma especfica de capital. El conjuntoestructurado de los campos, que incluye sus influencias recprocas y lasrelaciones de dominacin entre ellos, define la estructura social. Bourdieu proponeanalizar la relacin entre habitus y campo, es decir entrela historia encarnada encuerpos (disposicin) y la historia objetivada en cosas (posicin) (Bourdieu:2007), en vez de la relacin clsica entre individuo y sociedad. Por ello, ni elhabitus ni el campo tienen la capacidad de determinar unilateralmente la accinsocial, convirtiendo en crucial la relacin entre ambos a la hora de explicarcualquier evento social.

    Si bien la definiciones de habitus y campo estn pensadas desde la prctica, lapropuesta de Bourdieu no parece dar cuenta de los mecanismos reales de lasociedad y de las acciones individuales. El autor sostiene que las prcticas no sonsimples ejecuciones del habitus producido por la educacin familiar y/o escolar,sino que en la prctica se actualizan las disposiciones del habitus que hanencontrado condiciones propicias para ejercerse: Si bien el habitus tiende areproducir las condiciones objetivas que lo engendraron, un nuevo contexto, laapertura de posibilidades histricas diferentes, permiten reorganizar lasdisposiciones adquiridas y producir prcticas transformadoras (Garca Canclini:1984: 35). En teora, Bourdieu sugiere que existen diferencias entre habitus yprcticas, pero nosotros sostenemos, siguiendo la lectura de Garca Canclini, que

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    en sus anlisis se pierde el sentido verdadero de las prcticas, quedando enprimer plano el habitus como generador cuasi absoluto de las prcticas.

    Gramsci con Bourdieu. Las huellas de Marx

    El problema de si al pensamiento humanose le puede atribuir una verdad objetiva,

    no es un problema terico, sino un problema prcticoK. Marx, II tesis sobre Feuerbach

    Como hemos visto, ambos autores se han encargado de repensar las implicanciasde asumir cada uno de estos extremos a la hora de realizar estudios cientficos yde pensar propuestas polticas. Tanto Gramsci como Bourdieu, con todas lasdiferencias ideolgicas y sociales que conservan entre s, han propuestomecanismos superadores basados en la prctica. Enfocando desde la prctica esentonces, donde se podra proponer un abordaje metodolgico que nos evite caeren ambos extremos: aquel que sugiere que cada accin inaugura el mundo de lavida, o el que indica que nuestra accin est fatalmente determinada porestructuras que nos anteceden y nos sobreviven.

    Creemos que esta centralidad brindada al momento de la prctica y a la idea desuperacin dialctica, responde, entre otras causas, a la filiacin con la tradicinmarxista de estos autores. La importancia que otorga Marx en sus textos tanto a lasuperacin de los opuestos como a la prctica es innegable. Segn Oscar delBarco, Marx, al estatuir la prctica como fundadora de la objetividad descoloca elplanteamiento clsico del problema a partir de dos absolutos opuestos (el sujeto yel objeto) (Del Barco: 1962: 29). En los textos filosficos de Marx, como las Tesissobre Feuerbach o los Manuscritos Econmico-filosficos, por ejemplo,encontraremos los ms importantes desarrollos de Marx en este sentido (Marx:2004).

    Bourdieu, por su parte, recusa la denominacin de marxista tanto como la deweberiano: en verdad rechaza cualquier denominacin de ese estilo porconsiderar que constituyen membretes que nada aportan al entendimiento de unautor sino que lo terminan por encorsetar y reducir. No obstante, reconoce que haledo a Marx y que se ha visto influido por sus escritos, especialmente por lasTesis mencionadas (Bourdieu : 2005). Respecto a su filiacin con la obra deGramsci, Bourdieu no declara haber sido influenciado de manera central por laobra del pensador italiano, sin embargo comenta haberlo ledo (aunquetardamente) y resalta algunas ideas que comparte con l3.

    (3) Respecto a su filiacin con Gramsci, Bourdieu ha dicho: cuando se interroga acerca de mis relaciones con Gramsci-en quien se encuentran, sin

    duda porque se me ha ledo, muchas cosas que no pude encontrar ms que porque no lo haba ledo- lo ms interesante en Gramsci, que efectivamente

    le recientemente, son los elementos que provee para una sociologa del hombre de aparato de partido y del campo de los dirigentes comunistas de su

    tiempo, todo lo cual est bien lejos de la ideologa del intelectual orgnico por la cual es ms conocido (Bourdieu: 2005: 38) Al respecto, Meichsner

    sostiene que los trabajos de Bourdieu sobre el campo poltico fueron inspirados, entre otros, por Gramsci (Meichsner 1976).

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    En Gramsci, la relacin con el marxismo es mucho ms directa. Para dicho autor yfundador del Partido Comunista Italiano, el intento de superacin que implica lafilosofa de la praxis (es decir el marxismo) la convierte en un mtodoautosuficiente para interpretar y transformar la realidad, al combinar una propuesta

    crtica de abordaje terico (filosofa) y prctico (de la praxis). Es asombrosocomprobar cmo Gramsci coincida naturalmente con Marx (cuyos textosfilosficos no conoca) en el planteamiento del concepto de objetividad y suvinculacin con la prctica. Si recordamos la primera tesis de Marx sobreFeuerbach: El defecto fundamental de todo el materialismo anterior incluido elde Feuerbach es que slo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo laforma de objeto o de contemplacin, pero no como actividad sensorial humana, nocomo prctica, no de un modo subjetivo (Marx: 2004). Como vemos, la cercanade esta perspectiva con el abordaje gramsciano es muy significativa.

    Una lectura situada

    Para analizar crticamente la propuesta de cada autor, lo ms acertado pareceinterpretarlos en funcin del contexto histrico en el que su pensamiento y accinestuvieron situados. Gramsci fue un historicista radical mientras que Bourdieu hasido un acadmico de raigambre weberiana y marxista.

    Gramsci, hacia 1930, estaba interesado en resaltar la potencia subversiva delsujeto ante el marxismo ortodoxo propuesto por la lnea cannica del materialismodialctico sovitico. Bourdieu, por el contrario, hacia 1980 se estaba enfrentando alas nuevas corrientes del marxismo que ponderaban ciegamente la capacidadirrestricta del sujeto en el proceso de transformacin de la sociedad.

    Creemos que, a diferencia de Gramsci, en la propuesta de Bourdieu terminaprimando la impronta de un anlisis pseudo-estructuralista, sin lograr unaverdadera superacin. En primer lugar, la categora de habitus, an cuando sepropone como superadora del dualismo, muestra una fuerte matriz estructuralista.Con explicaciones sobre las conductas sociales que acaban siendo recursivas,Bourdieu hace descansar prcticamente todo en el habitus. Claramente, Bourdieuexplica con ms y mejores argumentos la sumisin a la estructura de lasconductas sociales, que la capacidad de modificar y reactualizar esa estructuraque tienen los sujetos; esto ltimo es apenas mencionado en sus textos.

    En segundo lugar, siguiendo a Garca Canclini (1984), Bourdieu no distingue entrelas prcticas cmo ejecucin o reinterpretacin del habitus, y la praxis comotransformacin de la conducta para la transformacin de las estructuras objetivas.Los efectos de tal confusin se vern unas lneas ms abajo cuando revisemos lalectura sobre los consumos culturales que formula el autor. Por otro lado, en lapropuesta gramsciana encontramos un anlisis crtico, que no se limita a dar porsentada la realidad prctica (error en el que cae frecuentemente Bourdieu) sinoque plantea escenarios que son producto de disputas polticas y sociales, de

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    contradicciones, marchas y contra marchas de los procesos histricoshumanamente objetivos.

    Segn Friedman, quien realiza una comparacin entre ambos autores, la teora delhabitus de Bourdieu es limitada, mientras que Gramsci logra trascender la

    dicotoma al corporizar la nocin de lucha social dentro de un modelo dereproduccin social: Bourdieu solamente puede decirnos que no est en el intersde las elites, pero el enfoque de Gramsci en el proceso histrico de la formacindel estado nos provee de un modelo en el cual el cambio del destino poltico de losgrupos aliados puede ligarse a la institucionalizacin de formas ligadas al capitalsimblico; Gramsci nos permite movernos ms all de la simple dicotoma queopone las formas estructurales del poder al poder del proceso informal del agentehumano(Friedman: 1996: 10)4.

    Acordamos con Friedman cuando sostiene que la teora del habitus de Bourdieuasume que la reproduccin social es no-problemtica. El anlisis histrico de lahegemona en Gramsci, por otro lado, busca explicar el proceso por el cual lareproduccin social es posible, por ello, es que este autor sostiene que Gramsciproblematiza lo que Bourdieu da por sentado.

    Un ejemplo claro de la diferencia de enfoques entre ambos autores loencontramos en el anlisis de los consumos culturales de la sociedad capitalistamoderna, al que ambos se dedicaron. En este caso, Bourdieu apunt al consumocultural mientras que Gramsci prefiri centrarse en la resistencia de las clases aese consumo (Garca Canclini: 1984). Como sugiere G. Canclini, Gramsci parte delas oposiciones culturales entre clases mientras que Bourdieu, dando por sentadasestas oposiciones, se enfoca en un momento posterior que sera el estudiocientfico del consumo cultural5. Nuevamente en este punto observamos que losdiferentes enfoques permiten a Gramsci, por ejemplo, sobrevaluar la autonoma dela accin, descuidando la importancia de las estructuras que condicionan esaaccin. Bourdieu, por otro lado, acenta la pasividad, la dependencia y lareproduccin social del consumo cultural obviando la capacidad transformadora delos sujetos:

    Nos animamos a sugerir que las diferencias de enfoques manifiestan una mayoradhesin de Gramsci a la propuesta marxista (siendo que se ocupa de transformar

    (4) Traduccin propia.

    (5) Respecto a los estudios sobre consumo cultural, G. Canclini (1984) propone, analizando las propuestas de Gramsci y Bourdieu, que la superacin

    tiene que partir del siguiente supuesto: la transformacin se construye en la totalidad de las relaciones sociales, en la produccin material y en la

    produccin de significados, en la organizacin macro-estructural, en los hbitos subjetivos y en las prcticas interpersonales.

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    la realidad) y una influencia ms marcada del pensamiento weberiano enBourdieu, quien apunta a la interpretacin de la sociedad; es decir, las diferenciasmetodolgicas son producto de diferentes posturas ideolgicas y de diferentescontextos histricos del marxismo y de la teora social. Inscriptos en su tiempo, yen pos de superar las visiones hegemnicas del marxismo, tanto Gramsci como

    Bourdieu intentaron superar el dualismo. En este intento se evidencia la voluntadtransformadora de un pensador/activista radical como fue Gramsci, y la inquietudinterpretativa de un intelectual consagrado como Bourdieu.

    Algunas reflexiones finales

    A la mayora de los acadmicos contemporneos (Giddens, Habermas, Schutz)los ha desvelado la posibilidad de construir una alternativa superadora a estosextremos; nosotros no pretendemos solucionar un dilema metodolgicocentenario, menos an en un breve artculo como el presente, sin embargo s nosinteresa expresar brevemente algunas ideas al respecto.

    En primer lugar, creemos que tanto el objetivismo como el subjetivismo olvidaronque todo contenido del conocimiento es material inserto en un tiempo histrico yen una experiencia pre-cientfica, que son el tiempo y la experiencia del sujetocognoscente; este sujeto, a su vez, vive en un mundo pre-donado que determinasus prestaciones (Gmez-Heras: 1989: 133). Esta polaridad, siguiendo a Gmez-Heras, se plantea respecto a la distincin entre las cosas y el conocimiento deellas.

    El problema entonces ha sido contraponer las esferas en vez de co-implicarlas enuna experiencia que englobe a ambas; en este ejercicio de co-implicacin, laprctica se debe reconocer como transformadora (del habitus por ejemplo), a lavez que producto del mismo. Cmo sugera Schutz, se trata de repensar los lazosentre uno y otro y no de reconfigurar aisladamente cada uno. Esto supone unproyecto de transformacin de la realidad que, si bien es pre-concebido, est enconstante constitucin en virtud de su realidad histrica contextual.

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    http://www.nuso.org/upload/articulos/1156_1.pdf

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