anton pannekoek - el socialismo y la religión

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  • 8/14/2019 Anton Pannekoek - El socialismo y la religin

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina 1 de 7

    Anton Pannekoek

    El socialismo y la religin Fuente: Revista Socialista Internacional , abril de 1907. Traducido del ingls

    I

    Si intentamos encontrar una clave para la relacin recproca entre socialismo y religin, en laactitud prctica de los oradores y escritores socialistas y la de los portavoces religiosos, seremos

    cilmente llevados a creer !ue, a este respecto, reinan el mayor malentendido, con usin ycontradicciones internas. "or un lado, vemos !ue numerosos traba#adores, cuando se unen a las

    ilas de los socialistas, tambi$n arro#an por la borda su e teolgica y, a menudo, combaten lareligin con erocidad% es ms, las ense&an'as, !ue orman la base y uer'a del socialismo actual, y!ue #untas orman una concepcin del mundo enteramente nueva, estn irreconciliablementeopuestas a la e religiosa. "or otra parte, vemos a eligreses cristianos, incluso sacerdotes,reivindicar el socialismo, precisamente a cuenta de sus ense&an'as cristianas, y #untarse ba#o labandera del movimiento obrero. ( todos los agitadores y )lo !ue todava es ms importante) todoslos programas de los partidos socialistas internacionales, declaran unnimemente la religin comoun asunto privado de los individuos, en el !ue los otros no tienen por !u$ inter erir.

    *o obstante, la mayora de los sacerdotes y representantes o iciales de la religin combaten lasocialdemocracia muy celosamente. +llos sostienen !ue este movimiento apunta #ustamente ae terminar la e, e insisten -ipcritamente en todas las declaraciones de nuestros grandescampeones, ar , +ngels, /iet'gen, en !ue ellos -acen comentarios crticos sobre la religin yde ienden su propio materialismo como una doctrina cient ica. esto, de nuevo, se oponencamaradas en nuestras propias ilas !ue, con iando en la declaracin de neutralidad -acia la religinde nuestro programa de partido, pre eriran pro-ibir la e tensin de tales posiciones, !ue -eriranlos sentimientos de la gente religiosa. /icen !ue la meta de nuestro movimiento socialista espuramente econmica. ese respecto tienen ra'n, y no de#aremos de repetir esto una y otra ve'en re utacin de las mentiras de los predicadores. *osotros no deseamos inocular a la gente unanueva e, o un atesmo, sino !ue, en su lugar, pre erimos llevar a cabo una trans ormacineconmica de la sociedad. /eseamos despla'ar la produccin capitalista por otra socialista.

    ual!uiera puede comprender la practicabilidad de tal produccin colectiva y sus venta#as sobre lae plotacin capitalista, por ra'ones !ue nada tienen en absoluto !ue ver con la religin. on este

    in, !ueremos obtener el poder poltico para la clase obrera, dado !ue es indispensable como unmedio para esta inalidad. 2a necesidad o, al menos, la conveniencia, de esta trans erencia del poderpoltico, puede ser entendida por cual!uier traba#ador a partir de su e periencia poltica, sin ningunamayor ceremonia, sin entrar en consideracin de si, en materia de e, es protestante, catlico, #udoo un librepensador sin religin alguna. *uestra propaganda, entonces, se consagrar e clusivamenteal traba#o de elucidar las venta#as econmicas del socialismo, y se evitar todo lo !ue pueda ir encontra del pre#uicio de las mentes religiosas. "ero por ms evidente como pueda ser esta concepcin, al menos en su primera parte, tienetodava su inconveniente, y -abr pocos !ue est$n de acuerdo con la 3ltima conclusin. Si ueracorrecto, y si uera nuestro ob#etivo predicar las belle'as del socialismo a todo el pueblo, entoncesdeberamos dirigirnos, naturalmente, a todas las clases de sociedad, y en primer lugar a la mseducada. "ero la -istoria del socialismo -a repudiado por completo a los sentimentalistas utpicos!ue !ueran -acer esto. Se encontr !ue las clases poseedoras no se preocupaban de estasventa#as, y !ue la clase obrera se volva cada ve' ms accesible a esta comprensin. +sto, en smismo, indica !ue tiene !ue tomarse en consideracin algo ms !ue meramente probar al pueblo lapracticabilidad de una trans ormacin econmica de la sociedad. +sta trans ormacin, y suinstrumento, la con!uista de poder poltico por la clase obrera, puede ser slo el resultado de unagran luc-a de clases. "ero, para llevar a su conclusin con $ ito esta luc-a de clases, es necesario

    organi'ar al con#unto de la clase obrera, despertar su inteligencia poltica, dotarla de unacomprensin completa de las uer'as internas !ue mueven el mundo. +s, adems, necesario estaramiliari'ado con las ortale'as y debilidades de los oponentes de la clase obrera, con ob#eto de

    -acer el me#or uso de ellas, y para ser capaces de en rentar energ$ticamente todas las in luencias!ue podran debilitar la uer'a interior y e terior del e#$rcito organi'ado de los obreros. Slo una

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina , de 7 clara apreciacin de todos los enmenos polticos y sociales puede preservar a los presentesdirigentes y miembros del movimiento socialista de los deslices y errores !ue podran da&arseriamente la propaganda entre las masas todava no ilustradas. Slo el conocimiento pro undo lescapacitar para arrebatar, mediante sus tcticas, siempre nuevas concesiones a sus enemigos ybene iciar a la clase obrera.

    Si es un -ec-o !ue se re!uiere la mayor cantidad de conocimiento y comprensin en nuestras ilas,para el propsito de emprender bien nuestra luc-a, y si los escritos materialistas de nuestrasprincipales mentes tienden a aumentar esta inteligencia, entonces implicara grandes desventa#asintentar ocultar y suprimir estos escritos y concepciones, por ninguna otra ra'n !ue la de evitar unc-o!ue con los pre#uicios de la gente de conocimiento limitado.

    *uestra teora, la ciencia socialista undada por ar y +ngels, ue la primera en proporcionarnosclaros vislumbres de las di erentes interrelaciones !ue in luyen en nuestro movimiento. Ser, porconsiguiente, necesario para nosotros volver a esta ciencia, para una respuesta satis actoria a lacuestin de la relacin entre el socialismo y la religin.

    II

    Si !ueremos decidir nuestra actitud -acia la religin, para ello ser necesario !ue primero nuestraciencia nos esclare'ca acerca del origen, la naturale'a y el uturo de la religin, y esteesclarecimiento, como toda ciencia, debe basarse en la e periencia y en los -ec-os.

    -ora nos encontramos en todos los pases con un movimiento socialista uertemente desarrollado,con !ue la masa de obreros con conciencia de clase carece de religin, o sea, no creen en ningunadoctrina religiosa y no se ad-ieren a ninguna de ellas. +sto parece, a primera vista, de lo mspeculiar, en tanto esta masa no -a recibido generalmente sino poca instruccin. "or otro lado, lasclases 4educadas5, es decir, la burguesa, retornan ms y ms a la e, aun!ue -ubiese una ve' entreellas un uerte movimiento antirreligioso. "arece, entonces, !ue la creencia o la incredulidad no son,principalmente, un resultado de la cultura, de un cierto grado de conocimiento e ilustracin. 2osobreros socialistas son los primeros entre los cuales la irreligin aparece como un enmeno socialde masas. /ebe -aber alguna causa de inida para esto, y si esto no se demuestra meramente un-ec-o transitorio, debe necesariamente producir una restriccin cada ve' mayor del campo de lareligin por el socialismo.

    2os partidarios de la religin sostienen !ue $ste no es ora el caso, pues la religin, seg3n ellos,algo es ms, y ms elevado, !ue una mera e teolgica. 2a devocin a un ideal, la disposicin a-acer sacri icios por una gran causa, la e en la victoria inal del 6ien ) todo eso se dice %ue estam#in religin ). +n este sentido, el movimiento socialista debe ser incluso llamado pro undamentereligioso. "or supuesto, no vamos a ser !uis!uillosos con las palabras. /iremos simplemente, por lotanto, !ue esta acepcin del t$rmino religin no es el acostumbrado. Sabemos muy bien !ue lasgentes traba#adoras socialistas estn llenas de un gran y alto idealismo, pero en su caso esto noest unido a una creencia en ning3n poder sobrenatural, !ue se supone gobierna el mundo y gualos destinos de los -ombres. *osotros slo usamos el t$rmino religin en este 3ltimo signi icado, esdecir, como una creencia en un dios.

    -ora permtasenos preguntarnos de dnde viene esta e, y lo !ue signi ica. +s obvio !ue la e enun poder sobrenatural, !ue gobierna a los -ombres y el mundo, slo puede e istir en la medida en!ue las uer'as reales !ue controlan los procesos de la naturale'a y en el mundo -umano sondesconocidas. n 8a ir ca re !ue sirve como portero en una estacin de la va $rrea suda ricana,y !ue de repente oye al aparato de orse empe'ar a dar se&ales, cree !ue un dios est oculto en$l. Se inclina pro undamente ante el aparato y dice, reverentemente: 4 .o in ormar al /e e enseguida 5 el operador del tel$gra o . +sta concepcin del -ombre no instruido es totalmentecomprensible, y de -ec-o es as como las gentes primitivas creyeron !ue la naturale'a a sualrededor estaba llena de toda clase de espritus misteriosos. +n su economa, ellos dependen

    totalmente de la naturale'a. uc-as uer'as naturales y poderes desconocidos amena'an sus vidasy su traba#o, mientras !ue otros son avorables, 3tiles, bene iciosos para ellos. *o tienen ning3nmedio para conocer y controlar esos poderes. ;stos se les aparecen como sobrenaturales, viriles,

    uer'as con voluntades independientes y buscan in luenciarlos con los medios de su -ori'ontemental limitado, con las oraciones, los sacri icios, o, !ui's, amena'as. +l escaso conocimiento

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina 0 de 7 general re!uerido para su economa est ntimamente conectado con sus concepciones religiosas.2os sacerdotes deben su gran in luencia precisamente al -ec-o de !ue ellos son los directoresmentales de la produccin. s como, en su concepcin de las uer'as de la naturale'a, elconocimiento emprico elemental y crudo est me'clado con la supersticin antstica, as tambi$nsus ceremonias religiosas orman una me'cla de acciones necesarias en la produccin y de accionestotalmente supersticiosas e in3tiles.

    2a gente civili'ada ya no est tan abrumadoramente in luenciada por las uer'as de la naturale'a.un!ue esto no !uiere decir !ue sean cient icamente entendidas en los comien'os de la civili'acin,

    con todo, los -ombres estn ms uera del alcance de su in luencia directa. Sus m$todos deproduccin y de traba#o se -an vuelto tan desarrollados, !ue los -ombres se sienten msindependientes de los acontecimientos naturales y no estn tan desvalidos rente a ellos como lossalva#es. uando llegamos a una etapa ms tarda de la civili'acin, a la edad del capitalismo,entonces nos encontramos con una ciencia natural en rpido desarrollo, !ue investiga las uer'as ye ectos de la naturale'a de modo sistemtico y descubre sus secretos. "or la aplicacin de estaciencia en la t$cnica, las uer'as de la naturale'a se -acen incluso un asunto de la produccin de lasnecesidades de la vida. "ara el -ombre civili'ado moderno, entonces, la naturale'a no posee mspoderes misteriosos !ue pudiesen inducirle a creer en uer'as sobrenaturales. +stos espritus delpasado son domesticados y puestos a su servicio como uer'as ordinarias de la naturale'a, cuyasleyes y procesos son conocidos para $l. *o obstante, encontramos !ue la clase en la !ue esta cultura y su supremaca sobre la naturale'ase encarnan, -a permanecido, o se -a vuelto de nuevo, religiosa en su mayor parte, con e cepcinde una uerte corriente temporal de materialismo burgu$s en el siglo diecinueve. Por %u es estoas"2 3u ra4n tienen ellos )ara asumir la e5istencia de un go#ernante so#renatural de los destinosde la $umanidad2 +n otras palabras, %u uer4as estn all"6 %ue todav"a a ectan uertemente a lae5istencia de la #urgues"a6 y %ue son todav"a desconocidas en su origen y naturale4a y6 )orconsiguiente6 todav"a )ueden considerarse )or ellos como uer4as misteriosas y naturales2 +stas

    uer'as se derivan del orden social. +l re rn dice, de -ec-o, !ue cada uno es el capitn de su propiaalma, pero en la prctica la mayora de los capitalistas averigua !ue esto no es verdad.

    omo productor independiente, el capitalista puede -acerlo lo me#or posible, puede atender

    escrupulosa y rugalmente su negocio, puede e plotar a sus empleados a ondo sin ning3nsentimentalismo, puede mantener sus propios gastos dentro de un lmite decente% pero, noobstante, los precios pueden caer -asta !ue tenga !ue vender casi sin bene icio, o incluso con unap$rdida, y a pesar de sus es uer'os el malvado monstruo del racaso se cierne sobre $l. < sunegocio puede estar yendo bien, y puede estar acumulando dinero a una buena tasa, cuando derepente una crisis le alcan'a y se traga todo su negocio. !mo ocurre esto2 ;l no lo sabe. 2e altael conocimiento de economa poltica !ue podra iluminarle sobre el -ec-o de !ue, el capitalismo,necesariamente debe producir grandes uer'as sociales tales !ue pueden al'ar al individuo a unaelevada prosperidad si es a ortunado, pero !ue tambi$n pueden destruirle. +l origen de estas

    uer'as debe buscarse en el -ec-o !ue la produccin es, de -ec-o, social, pero slo en la orma yapariencia de una produccin dependiente de la empresa y el control privados.

    +l individuo se imagina !ue est traba#ando de modo independiente, pero tiene !ue cambiar susproductos con otros, y las condiciones del intercambio, los precios y la posibilidad de intercambiardel todo, son decididas por la totalidad de las condiciones sociales. 2a produccin no es reguladaconscientemente por la sociedad. Su carcter social est por encima de la voluntad de la-umanidad, lo mismo !ue las uer'as de la naturale'a y, por esta ra'n, las leyes sociales seencaran al individuo con la inevitabilidad y la ine orabilidad cruel de las uer'as naturales. 2as leyesde esta naturale'a arti icial, de este proceso de produccin, son desconocidas a $l% por eso $l estante ellas como el salva#e est ante las leyes de la naturale'a. +llas traen destruccin y miseria enmuc-as ormas, ocasionalmente tambi$n ortuna. +llas gobiernan su destino capric-osamente, pero$l no las conoce ni las entiende.

    +l proletariado socialista se sit3a ante estas uer'as con una actitud di erente. +s precisamente sucondicin oprimida la !ue le priva de todo inter$s en la preservacin del capitalismo y en laocultacin de la verdad sobre este sistema. s, el proletario est capacitado para estudiar bien elcapitalismo, est compelido a amiliari'arse por completo con su enemigo. ;sta es la ra'n por lacual el anlisis cient ico del capitalismo dado en El !a)ital , !ue es la obra de la vida de 8arl ar ,encuentra repugnancia y poca comprensin por parte de los cient icos burgueses, pero ue

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina de 7 aclamado con aprecio entusiasta por el proletariado. 2os proletarios encuentran en esta obra unarevelacin de las causas de su pobre'a. =racias a esta ense&an'a, estn capacitados para entendertoda la -istoria del modo de produccin capitalista. Se vuelven conscientes de las ra'ones por lascuales -a de llegarles la -ora de caer a innumerables pe!ue&os burgueses, de por !u$ el -ambre, laguerra y el su rimiento a propsito de las crisis, tiene !ue seguirse necesariamente de estaproduccin. "ero ellos tambi$n ven de !u$ manera el capitalismo tiene !ue arruinarse por suspropias leyes. 2a clase obrera entiende por !u$, a trav$s de su propia penetracin insig$t yconocimiento, sern capaces de despla'ar el capitalismo por una produccin social reguladaconscientemente, en la !ue ninguna uer'a misteriosa pueda ya traer la destruccin a la -umanidad.2a raccin socialista de la clase obrera, entonces, se sit3a ante las uer'as sociales tan inteligente ycomprensivamente como lo -acen los burgueses educados ante las uer'as de la naturale'a.

    !u, entonces, descansa la causa de la irreligin del moderno proletariado socialista y conscientecomo clase. *o es el producto de ninguna propaganda antirreligiosa intencional. *i es lareivindicacin de ning3n programa. "rocede, ms bien gradualmente, como consecuencia de lavisin social ms pro unda !ue el pueblo traba#ador ad!uiere mediante la instruccin en el campo dela economa poltica. +l proletario no se divorcia de su e por ninguna doctrina materialista, sinomediante la ense&an'a !ue le permite ver clara y racionalmente a trav$s de las condiciones de lasociedad, y en la medida en !ue capta el -ec-o de !ue las uer'as sociales son e ectos naturales decausas conocidas, la vie#a e en los milagros des allece en $l.

    III

    "ara entender la naturale'a de la religin por completo ) y slo una com)rensin com)leta nosca)acitar )ara a)reciar sus e ectos en la sociedad )resente ) debemos llegar a una concepcin clarade la naturale'a de cosas espirituales en general. +s a este respeto !ue los escritos ilos icos de>ose /iet'gen son tan valiosos, por!ue ellos nos proporcionan claridad sobre la naturale'a de lamente, de los pensamientos -umanos, las teoras, las doctrinas, sobre las ideas en general. Slo deeste modo comprendemos plenamente nuestro papel en la vida social y en la luc-a presente.

    ual!uier cosa !ue est$ en la mente, es una re le in del mundo uera de nosotros. ?a surgido apartir de este mundo. *uestra concepcin de las cosas verdadera y real se deriva de nuestrae periencia en el mundo, nuestra concepcin de las cosas buenas y santas de nuestras necesidades."ero estas re le iones mentales no son meros cuadros re le#ados, !ue reproducen el ob#etoe actamente como es, mientras !ue la mente #uega un papel puramente pasivo. *o, la mentetrans orma todo lo !ue asimila. partir de las impresiones y sensaciones, a trav$s de las cuales elmundo material e#erce una in luencia sobre ella, ella elabora concepciones y asunciones mentales./iet'gen -a e plicado !ue la di erencia entre el mundo y mente, el original y la copia, es esto: !ueel in initamente variado, concreto, siempre cambiante lu#o de enmenos, en los !ue la realidadconsiste, se convierte mediante la mente en concepciones abstractas, i#as, inmutables, rgidas. +nestas concepciones los -ec-os generales, duraderos, importantes, prominentes, son separados delcuadro multicolor de enmenos y designados como la naturale'a de las cosas. /el mismo modo,espirituali'amos con los t$rminos bueno, moral, santo, a!uellas, de entre las muc-as cosas einstituciones necesarias para nuestro bienestar, !ue son esenciales para la satis accin de nuestrosre!uerimientos de perduracin, vitales y generales.

    +s in-erente a esta naturale'a de los conceptos y asunciones mentales !ue, aun!ue se derivan dela realidad, no pueden, con todo, seguir la realidad inmediatamente en sus incesantes alteraciones.

    uando una cosa -a sido recogida de la e periencia, una ve' como una copia mental $sta seconvierte en i#a en la mente y permanece all entroni'ada como una verdad reconocida% mientras,se estn api&ando en la mente nuevas e periencias, con las cuales esa verdad ya no puedereconciliarse. l principio, esa verdad resiste, pero gradualmente tiene !ue ser sometida amodi icacin, -asta !ue, inalmente, cuando los nuevos -ec-os -an sido acumulados en masasaplastantes, es derrocada, o completamente entendida y alterada. ;sta es la -istoria de todas lasteoras cient icas. +l lugar de la vie#a teora es tomado por una nueva, !ue proporciona entonces un

    resumen abstracto y sistemtico a la provisin entera de -ec-os materiales.*osotros no estamos tan interesados a!u en las teoras cient icas, como en las concepciones

    generales acerca de la naturale'a del mundo y la posicin del -ombre en $l incorporadas en lasiloso as y las religiones. ;stas no son teoras abstradas de las e periencias y observaciones

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina 8 de 7 especiales de e ploradores dotados de conocimiento. 2os -ec-os sobre los !ue estn edi icadas sonms bien las e periencias y sentimientos de naciones enteras o de las clases populares. +llas ormansus ideas y concepciones generales a partir de su e periencia concerniente a su propia posicin en lanaturale'a y los entornos sociales, particularmente los concernientes a los re!uerimientos de suvida. /onde!uiera !ue poderosas uer'as desconocidas les presionan ) como $emos indicado antes )su concepcin del mundo es dominada por uer'as sobrenaturales, y otras concepciones se acoplana este pensamiento undamental. ;ste ue el caso, -asta a-ora, durante casi la totalidad de la-istoria, con slo unas cuantas e cepciones.

    +ntonces, en las doctrinas religiosas nosotros encontramos las concepciones primitivas generalesacerca de la naturale'a del mundo y de las relaciones del -ombre con esas uer'as desconocidas,e presadas en ormas misti icadas. @odo lo re!uerido para el mantenimiento o los intereses de estaclase de la poblacin asume la orma de una ley divina. uando toda esperan'a de me#ora pormedio de la autoa irmacin se -a ido, como aconteci entre los proletarios romanos arruinados delos primeros siglos de la cristiandad, entonces el dcil su rimiento sin resistencia y el esperar inertepor la salvacin sobrenatural se convierten en la ms alta virtud. "ero, cuando se re!uiere unaen$rgica preparacin para la guerra para mantener el dominio de un pas con!uistado, y es cumplidacon $ ito, como lo ue entre los #udos del Aie#o @estamento, entonces >e-ova- ayuda a su puebloelegido, y a!uellos !ue luc-an valientemente obedecen sus leyes. /urante la gran luc-a de clases en+uropa, llamada la Re orma , cada una de las clases comprometida en la luc-a consideraba como lavoluntad de /ios cual!uier cosa !ue estuviera de acuerdo con sus intereses de clase, pues cada cualslo poda concebir esas cosas, !ue eran vitales para la e istencia de su clase, como siendoabsolutamente buenas y necesarias. "ara los seguidores de 2utero, !ue amaba servir a un prncipe,la ley de /ios, o la verdad de /ios, demandaba la obediencia a la autoridad% para la burguesa librede las ciudades ella demandaba la igualdad calvinista de los individuos y la seleccin por la gracia%para los campesinos rebeldes y los proletarios demandaba la igualdad comunista de toda la-umanidad. 2as religiones en pugna de ese perodo pueden compararse, de manera general, con lospartidos polticos de -oy en da. 2os miembros de la misma clase se agrupaban en torno a ellas, yen sus congresos conse#os ormaban, en la igura de con esiones de e nosotros diramosprogramas, -oy da , sus concepciones generales de lo !ue ellos pensaban !ue era la verdad, lobueno y lo necesario, y lo !ue era, consiguientemente, la verdad de /ios y la voluntad de /ios. +na!uellos das la religin era algo vivo, pro unda e ntimamente conectado con el con#unto de la vida,

    y por esta ra'n ocurra continuamente !ue la gente cambiaba su religin. +l !ue un cambio dereligin se considere meramente una suerte de violacin del convencionalismo, como en nuestrosdas, es un indicativo de !ue la religin es de#ada intacta por el gran movimiento social de lostiempos modernos, por las luc-as !ue estimulan a los -ombres, y deviene una mera cscaramuerta.

    on el desarrollo de la sociedad -an surgido nuevas clases y nuevos antagonismos de clase. ?ancrecido, dentro de las comunidades previamente e istentes, a partir de las distintas clases creyentesy de los antagonismos resultantes de ellas. /el mismo estrato del pe!ue&o burgu$s -an emergidograndes capitalistas y proletarios. 2a con esin de e, !ue era anteriormente la e presin con unvestido teolgico de una conviccin social viva, se convierte en una rmula rgida. 2a comunidad decreyentes, anteriormente una comunidad de intereses, se convierte en una cosa osili'ada. 2as

    concepciones mentales persisten por la tradicin como ormas teolgicas abstractas, mientras tantono sean sacudidas por el uerte vendaval de una nueva luc-a de clases.

    uando viene esta nueva luc-a de clases, encuentra los vie#os antagonismos tradicionales en sucamino, y empie'a entonces la luc-a entre la e tradicional y la nueva realidad. 2os presentesintereses de clase e ectivos son id$nticos para la poblacin traba#adora de di erentes con esionesreligiosas, mientras !ue e iste un pro undo antagonismo de clase entre los traba#adores ycapitalistas de la misma denominacin religiosa. "ero la nueva realidad re!uiere tiempo parasuperar las vie#as tradiciones. /esde los tiempos en !ue una comunidad religiosa representaba unacomunidad viva de intereses, la asociacin de los miembros de la misma e -a sido transmitidacomo una tradicin )y una tradicin sagrada de a!uella). causa de !ue esta asociacin es laimagen mental de una realidad anterior, persiste como un -ec-o espiritual e intenta mantenersecontra la avalanc-a de los nuevos -ec-os, !ue in luencian la mente del traba#ador por su propiae periencia y por la propaganda socialista. l inal, el vie#o grupo de concepciones e intereses, !uese -a convertido en una cscara muerta, debe ceder ante el nuevo grupo, basado en los interesesde clase actuales.

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina 9 de 7 2a religin, por consiguiente, slo es temporalmente un obstculo para el avance del socialismo. +nvirtud de la sacralidad vinculada a sus doctrinas y mandamientos, puede mantenerse ms tiempo yms tena'mente !ue otras concepciones burguesas, y esta tenacidad -a creado a veces la impresinde !ue la idelidad de los traba#adores religiosos sera un impedimento prctico y una re utacin delsocialismo terico. "ero, a la larga, incluso esta ideologa sucumbe al poder de la realidad, como lostraba#adores catlicos de lemania -an demostrado.

    IV

    2as ense&an'as socialistas -an inoculado a la clase traba#adora con una concepcin del mundoenteramente nueva. 2a comprensin de !ue la sociedad est en un proceso de continuatrans ormacin, y de !ue la miseria, la pobre'a, la e plotacin, y todo el su rimiento de laactualidad, son slo temporales y pronto cedern paso a un orden de sociedad !ue ser inauguradopor su clase, en el !ue la pa', la abundancia y la raternidad reinarn% esta comprensin deberevolucionar de aba#o a arriba toda la concepcin del mundo del traba#ador. 2a teora del socialismosuministra el undamento cient ico de esta concepcin del mundo. 2a economa poltica nos ense&aa entender las leyes internas !ue mueven el proceso capitalista, mientras el materialismo -istricode#a al descubierto los e ectos de la revolucin econmica sobre las concepciones y acciones de lagente. ( esto est irreconciliablemente opuesto, como doctrina materialista, a la religin. +ltraba#ador socialista, !ue -a reconocido sus intereses de clase, y !ue -a sido as inspirado con elentusiasmo por el gran ob#etivo de su luc-a de clase, desear entonces, de modo natural, lograr unentendimiento claro de los undamentos cient icos de sus acciones prcticas. on este in, sein orma de las doctrinas materialistas del socialismo. "ero esto no meramente a cuenta de lasatis accin derivada de una comprensin completa !ue, para los partidos socialistas, es necesariapara promover entre sus miembros una comprensin completa de estas ense&an'as. s bien, esnecesaria por!ue tal comprensin es indispensable para un empu#e vigoroso de nuestra luc-a.

    +l estado real de asuntos es, entonces, #ustamente el contrario del !ue creen y proclaman lostelogos. *uestras doctrinas materialistas no sirven para privar a los traba#adores de su religin.+llos slo se apro iman a nuestras doctrinas despu$s de !ue su religin ya se -aya ido, y vienen anosotros para una undamentacin ms pro unda y uni orme de sus puntos de vista. 2a religin no-uye por!ue nosotros propaguemos las doctrinas del materialismo, sino por!ue la minan los simplesnuevos espigueos en el campo de economa, recogidos por una observacin cuidadosa del mundoactual.

    l declarar !ue la religin es un asunto privado, no !ueremos decir !ue care'ca de importanciapara nosotros cules concepciones generales sostengan nuestros miembros. "re erimos unacomprensin cient ica completa a una e religiosa acient ica. "ero estamos convencidos de !ue lasnuevas condiciones alterarn, por s mismas, las concepciones religiosas y !ue la propaganda,religiosa o antirreligiosa, es incapa' de cumplir o impedir esto.

    !u reside lo crucial de la distincin entre nuestra concepcin y todas las anteriores, entre elmovimiento proletario actual y los movimientos de clase anteriores. *uestra teora materialista nos-a descubierto los undamentos e ectivos de las luc-as -istricas anteriores. ?a demostrado !uesiempre ue una cuestin de luc-as de clases e intereses de clases, cuya meta era la trans ormacinde las condiciones econmicas. 2os -ombres no eran claramente conscientes de las ra'onesmateriales de sus luc-as. Sus concepciones y ob#etivos estaban enmascaradas por una cubiertamstica de verdades eternas y ines santos e in initos. Sus luc-as se llevaban adelante, porconsiguiente, como luc-as entre ideas, como luc-as por la verdad divina en cumplimiento de lavoluntad de /ios. 2as luc-as asumieron la orma de guerras religiosas. s tarde, cuando la religinya no ocupaba el primer puesto, cuando la burguesa, imaginando !ue podran captar el mundoentero mediante la ra'n, luc-aba contra los representantes de la iglesia y la noble'a, entonces estaburguesa imaginaba !ue estaban emprendiendo una luc-a por lo racional 3ltimo, por la #usticiaeterna basada en la ra'n. +n ese periodo la burguesa abander el materialismo. "ero, en tantotodava no entendan ms !ue un poco de la aut$ntica naturale'a de la luc-a, y la llevaban adelante

    en esa misti icacin #urdica, a!u y all Bla presentabanC como una luc-a contra la religin. *o vieron!ue esta luc-a no era otra cosa !ue una luc-a de clase de la burguesa contra las clases eudales, ytena por su ob#etivo solamente el establecimiento del modo capitalista de produccin.

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  • 8/14/2019 Anton Pannekoek - El socialismo y la religin

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    Anton Pannekoek - El socialismo y la religin Pgina 7 de 7 este respecto, nuestra luc-a de clase es di erente de todas las anteriores% pues, en virtud denuestra ciencia materialista, nosotros la reconocemos e actamente como lo !ue es, a saber, unaluc-a por la trans ormacin econmica de la sociedad. un!ue percibimos la elevada importancia deesta luc-a, y a menudo e presamos en nuestros escritos !ue traer la libertad y la -ermandad a la-umanidad, reali'ar los ideales cristianos del amor -umano y emancipar el pensamiento -umanode la opresin de la supersticin, no obstante nosotros no presentamos esta luc-a como una luc-a$tica por un ideal moral, como una luc-a #urdica por la libertad y la #usticia absolutas, o como unaluc-a espiritual contra la supersticin. "or!ue nosotros sabemos !ue, en realidad, se emprende parala revolucin del modo de produccin, por los re!uisitos de la produccin, y todas las dems cosasno son sino resultados !ue luyen de esta base.

    +sta clara apreciacin de la naturale'a real de nuestra luc-a se e presa en la declaracin de !ue lareligin es un asunto privado. *o -ay ninguna contradiccin entre nuestra doctrina materialista yesta reivindicacin prctica. *o representan dos puntos de vista antagnicos, !ue debanreconciliarse, en el sentido de !ue D las consideraciones de )ractica#ilidad D deben reconciliarse conDla entere4a del )rinci)io terico D. *o, al igual !ue nuestras llamadas consideraciones de

    )ractica#ilidad son, en todas partes, resultados de una teora !ue se entiende con claridad, as lomismo a!u, como muestran las posiciones e puestas arriba. 2a declaracin de !ue la religin es unasunto privado es, por lo tanto, una e presin de la naturale'a y inalidad claramente cient icas denuestra luc-a, una consecuencia necesaria de nuestra teora materialista de la -istoria, y slonuestro materialismo es capa' de proporcionar una de ensa cient ica de esta reivindicacin.

    Traducido y digitalizado por elCrculo Internacional de Comunistas Antibolchevi ues

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