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PERPETRADORES/AS ISRAELÍS APROXIMACIÓN COMPRENSIVA A MUJERES Y HOMBRES ISRAELÍS
PARTÍCIPES DE LA VIOLENCIA SOBRE EL PUEBLO PALESTINO: CORRIENTES Y PERPETRADORES/AS
CANDELA BLANCO MARTÍNEZ
FERRAN IZQUIERDO BRICHS Trabajo de final de grado
22 DE MAYO DE 2017 Universidad Autónoma de Barcelona
1
ÍNDICE
0.INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 2
1.PERPETRADORES/AS DEBATE Y TEORIAS ............................................................................. 4
2.OBJETO DE ESTUDIO ......................................................................................................... 8
2.1 Esquema conceptual: ......................................................................................... 12
3.EL CASO: ISRAEL, AUTOR DE CRÍMESNES DE GUERRA, CRIMENES DE LESA HUMANIDAD O
PRÁCTICAS SOCIALES GENOCIDAS CONTRA EL PUEBLO PALESTINO........................................ 13
3.1 Los perpetradores/as israelís: las fuerzas de defensa israelís (FDI) .......................... 14
4.APROXIMACIÓN A UN ANÁLISIS DEL CASO A PARTIR DE FUENTES SECUNDÁRIAS ................. 16
4.1 La violencia autorizada ....................................................................................... 17
4.2 La deshumanización de la víctima: producto de la ideología y/o producto de ser un
objeto burocràtico .................................................................................................... 17
4.3 La ética de la obediencia .................................................................................... 18
4.3.1 La pertenencia a la organización y el ¿pluralismo? ............................................. 18
4.3.2 Los 4 componentes de la “ética de la obediencia” .............................................. 20
4.4 La presión de los pares y la conformidad ............................................................. 22
4.5 La ambición profesional ...................................................................................... 23
4.6 La rutina de la violencia y la teoria de la selva....................................................... 23
5.RESULTADOS: ................................................................................................................. 25
6.CONCLUSIONES .............................................................................................................. 27
7.BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 30
2
0. INTRODUCCIÓN
El 5 de febrero de 2017, con la llegada de Trump al poder, por primera vez en casi dos décadas,
el régimen israelí de Netanyahu, ha autorizado la construcción de nuevos asentamientos en
Cisjordania. El apartheid dentro del propio estado y en los territorios ocupados y el colonialismo
no son nada nuevo en este “conflicto”. Son consecuencia y medio del proyecto sionista: la
creación y mantenimiento de un estado que es judío antes que israelí. Aunque con absoluta
impunidad, no hay duda de la culpabilidad del Estado Israelí como autor de crímenes de guerra y
de lesa humanidad. Las encuestas de opinión pública judía muestran que casi un 60% es
consciente de vivir en un régimen de apartheid y, por tanto, han de reconocer la existencia de
víctimas de tal estado de las cosas. En una sociedad dónde política y militarismo son uno, el
ejército israelí es, entre otros, brazo activo de la perpetuación de tales crímenes. El servicio militar
es obligatorio, por lo cual es indiscutible que la masa de perpetradores/as son personas, que
llamaríamos “corrientes”, ¿cómo es posible la participación de estos en actividades que se nos
aparecen como inhumanas?
Las teorías sobre perpetradores dieron inicio con la producción del holocausto. El interés de este
trabajo está en seguir insistiendo en la poca excepcionalidad de los ingredientes de este
comportamiento: en la posibilidad de que se produzcan, no como hitos y excepcionalidades sino
dentro de los marcos de la normalidad. Parece que en la sociedad en general, en vez de aprender
y comprender la lección del Holocausto, nos hemos dedicado a “admirar” la excepcionalidad y
monstruosidad de los hechos, como si hubieran sido llevados a cabo por seres especiales. Nada
más lejos de la realidad.
El propósito del trabajo es el de aproximarnos y tratar de comprender la participación de la
población corriente en el conflicto, no comparándolo con el holocausto, sino entendiendo que
comparten ciertas características y que las herramientas teóricas que surgieron, nos pueden ser
útiles. Lo que al final es, como dice Finkelstein (2014), aprender mucho acerca de nosotros. Pero
para hacerlo, hay que reducir las dimensiones físicas y agrandar las morales, a lo que parece que
la academia, cuantitativamente, no le ha prestado mucha importancia.
Por tanto, la cuestión ha sido hacer un repaso de las teorías existentes, desde Arendt y su intuición
de la “Banalidad del Mal”, hasta la aparición del concepto “perpetradores” como tal, con Raul
Hilberg, pasando por las aportaciones más micro de historiadores como Goldhagen, Browning y
3
Bartov, hasta llegar a la relación entre la burocracia y la obediencia en los perpetradores de
Bauman.
Nuestro propósito general ha sido, simplemente, verificar que podemos encontrar utilidad en el
análisis de las explicaciones y variables que hemos tomado en nuestro objeto de estudio para
explicar la problemática. Más concretamente nos interesa especialmente la relación entre una
institución característica de la era moderna: la burocracia, y su papel en menguar las normales
inhibiciones morales de sus miembros.
Nuestro método, dado que se pretende responder a un “cómo/porqué”, se ha basado en técnicas
cualitativas, aunque por el difícil acceso al campo, nos hemos basado en la comparación
bibliográfica y el uso de fuentes secundarias para el análisis del caso. Se han usado datos
estadísticos de fuentes israelís y testimonios de soldados de las fuerzas de defensa israelís
publicadas por una organización (Breaking the Silence) en contra de la ocupación, que lucha por
la visibilización de las actuaciones inmorales del ejército, no como aisladas sino como una forma
sistemática de proceder del ejército. Nuestro trabajo de campo y consecuentemente este
trabajo, no puede, ni pretende, abordar todas las posibles explicaciones al fenómeno. No es más
que una aproximación.
La tesis de este trabajo versa sobre la importancia de la forma burocrática en la producción de
indiferencia moral respecto los actos, no como si esta fuera el diablo, sino, como portadora de
disposiciones que potencian la posibilidad de participar en actos inmorales, siendo menos
consciente de tu implicación en ellos. Otro elemento de vital importancia está en que tal violencia
es autorizada por un gobierno y llevada a cabo por un ejército, que son legítimos. Además, una
vez el estado de violencia es una nueva rutina, la percepción de lo que es normal, común,
“bueno”, es distorsionado.
Es importante apuntar que, como es natural, durante el análisis de los testimonios, han surgido
nuevos debates que habrían de considerarse para nuevas aproximaciones al fenómeno de los
perpetradores/as israelís, que más adelante se presentaran, pero en general: sobretodo en
jóvenes ¿narcisismo y poder como explicación a la crueldad y por tanto a los perpetradores?;
¿manipulación de la información sobre las operaciones militares a los propios soldados?
4
1. PERPETRADORES/AS DEBATE Y TEORIAS
Hannah Arendt, en “Eichmann en Jerusalén”, un estudio sobre la banalidad del mal, plantea desde
su perspectiva filosófico-política, el análisis de uno de los considerados, en su momento, por la
insistencia israelí y la complicidad internacional, como uno de los principales responsables del
Holocausto. La primera reacción respecto a los autores del genocidio, de una academia y opinión
pública traumatizada y en estado de shock por la magnitud y cercanía de los hechos, representada
en los juicios de Núremberg, fue otorgarles una especial crueldad y sadismo: eran unos tarados,
y por ende, singulares y especiales. El hecho que una autora, para más inri judía, plantease una
explicación dentro de los márgenes de la normalidad, provocó una gran conmoción.
Arendt plantea la “banalidad del mal” cómo explicación del comportamiento del acusado durante
el genocidio. Según ella, Eichmann sería un hombre inesperadamente vulgar, singular sólo por:
una especial ambición profesional y por ser incapaz de pensar; que en términos de Arendt nada
tendría que ver con las capacidades intelectuales o conocimientos de un individuo, sino con la
reflexión: capacidad de valorar políticamente, cómo bueno o malo, un fenómeno. Para la autora,
esta última característica no es común: “y si bien esto merece ser clasificado como “banalidad”
[…] tampoco podemos decir que sea algo normal o común” (1998: 418).
Esencialmente el estudio es un análisis del acusado, un perpetrador de crímenes contra la
humanidad. Y aunque para Arendt tal irreflexión no es algo potencialmente común hay otros que
han tratado el fenómeno de lo que en la academia se ha conceptualizado: hombres corrientes,
según el cual los perpetradores/as fueron esencialmente productos de la situación, y no al revés.
“¿No estarían ustedes más contentos si hubiera logrado demostrarles que todos los que lo
hicieron estaban locos?” (Hilberg, 2002). Los estudios y bibliografía sobre los perpetradores/as
que empezarían con Raul Hilberg en La destrucción de los judíos europeos (2002), surgen ligados
al estudio de los genocidios y en especial el Holocausto1. El interés yace en dos cuestiones: el
1Para más información sobre los Perpetradores/as: Browning, C. (2002): Aquellos hombres grises. El Batallón 101 y la Solución Final en Polonia. Madrid, Edhasa; Bartov, O. (2005): The Eastern Front 1941-
1945. German Troops and the Barbarization of Warfare. Nueva York, St. Martin’s; Goldhagen, D. (1996): Hitler’s Will ing Executioners. Ordinary Germans and the Holocaust. Nueva York, Knopf; Arendt, H. (1999): Eichmann en Jerusalén. Barcelona, Lumen; Hilberg, R. (2002): “Reflexiones” en La destrucción de los judíos
europeos. Madrid, Akal; Bauman, Z. (1997): “Singularidad y Normalidad del Holocausto” y “Ética de la Obediencia” en Modernidad y Holocausto. Madrid, Sequitur; Peter H. (2016): “¿Fue Moderno el Holocasuto?” Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 61(228). pp. 173 -190.
5
problema jurídico-político2, centrado en “quién” recae la responsabilidad sobre los hechos y en
una cuestión que debería ser transversal: la comprensión del fenómeno. El debate que empezó
Hilberg, con las aportaciones de Browning (2002), Goldhagen (1996) y Bartov (1995), llega a un
punto de inflexión en la academia sobre todos esos burócratas o soldados, que se convirtieron
en agentes partícipes y activos en el asesinato en masa de judíos, comunistas, homosexuales,
gitanos y cualquier otro enemigo del régimen. Tales autores, des de una metodología micro,
intentan desglosar esas motivaciones y sus conclusiones van des de las explicaciones
multicausales de Bartov y Browning hasta la perspectiva monolítica de Goldhagen.
Los verdugos voluntarios de Hitler (Goldhagen, 1996) sitúa el antisemitismo cómo la causa
principal de la conversión de los hombres corrientes. Según Goldhagen se trata de alemanes
corrientes, portadores de una cultura antisemita inherente de un tipo especial: eliminacionista.
Las críticas a esta teoría han ido des de la manipulación de las evidencias y su metodología hasta
la incongruencia de la propia tesis (Moreno-Luzón, 1999: 140)3.
Bartov, en The Eastern Front (2005), otorga también gran importancia a la ideología. Para Bartov
el adoctrinamiento político e ideológico produce la deshumanización de la víctima
(Untermensch)4, favorecida por las condiciones materiales y psicológicas de la guerra en el frente
oriental.
En cambio para Browning (2002) la guerra, la insensibilidad que crea y su rutina, el antisemitismo,
la división del trabajo, la selección de los verdugos, el interés por la carrera profesional, el
acatamiento de las órdenes y la deferencia por la autoridad y el adoctrinamiento ideológico son,
todos, factores a considerar. El autor da especial importancia a dos factores: el interés por la
2Respecto a la parte jurídico-política, un grupo consolidado de autores señala al Estado y otras autoridades
como únicos perpetradores/as posibles de un genocidio. El argumento fundamental es que los procesos genocidas necesitan de un gran número de recursos técnicos y humanos, y que sólo el Estado es capaz de movilizar tales recursos (Marco, 2012:342). Citando a Kuper, Bauer, Charny y Churchill, Marco concluye que la no inclusión de casos no cometidos por agentes estatales tendría graves consecuencias en el
ámbito judicial, por lo que resulta preferible no señalar un actor específico (Marco, 2012: 342). Des de una perspectiva sociológica, Tony Barta, citado en Marco (2012), plantea que se debe desviar el enfoque individualista de los perpetradores/as hacia un actor colectivo, lo que él define cómo sociedades genocidas. Según Fein i Strauss, citados en el mismo texto, aunque son pocos los casos en que el Estado
no es partícipe, dada la necesidad de planificación y recursos, hay que distinguir los dos fenómenos. 3 Para ver tales críticas véase, por ejemplo: Finkelstein, N. (1997): “Daniel Jonah Goldhagen's 'Crazy' Thesis: "A Critique of Hitler's Will ing Executioners”. The New Left Review, vol. 1, nº 224.; Moreno-Luzón,
J. (1999): “El Debate Goldhagen. Los historiadores, el Holocausto y la nacionalidad alemana”. Historia y política, nº1. 4 Véase el capítulo “Sobre esta visión de los enemigos” a Bartov, Omer : The Estern Front. pp. 76-87.
6
carrera profesional5 y el acatamiento de órdenes, que se explica por la deferencia a la autoridad
y la presión de grupo.
El debate desde perspectivas cómo la de Hilberg y, posteriormente, Bauman, se ha focalizado en
los sistemas de relación y mecanismos del propio régimen organizativo burocrático. Cómo el
sistema y sus agentes consiguieron distanciarse o anular las implicaciones morales de sus actos.
Podemos suponer que teniendo por objetivo un único individuo Arendt no fija la mirada en las
estructuras del régimen de forma exhaustiva, pero da pinceladas sobre su importancia. Señala el
poder de la estructura organizativa en el proceso de conversión de sujetos (burócratas) en
objetos y medios para el objetivo de la misma burocracia: “Desde luego, para las ciencias políticas
y sociales tiene gran importancia el hecho de que sea esencial en todo gobierno totalitario, y
quizá propio de la naturaleza de toda burocracia, transformar a los hombres en funcionarios y en
simples ruedecillas de la maquinaria administrativa, y, en consecuencia, deshumanizarles.”
(Arendt, 1999: 418)6. Idea original de Weber en relación a las consecuencias del sistema
burocrático en su deseo de eficacia y eficiencia, reinada por la racionalidad instrumental: “La
resolución "objetiva" de los asuntos presupone primeramente una resolución conforme a normas
calculadas y "sin tomar en cuenta a las personas” (Weber, 1977: 51).
Hilberg, en La destrucción de los judíos europeos (2002) y Bauman en Modernidad y Holocausto
(1998), si toman por objeto de estudio el sistema y la relación con sus miembros, señalando la
afinidad electiva entre tal desastre y la época en el que se sucedió. El interés concreto del texto
para nosotras está en Singularidad y normalidad del Holocausto y Ética de la obediencia. Cada
uno de estos capítulos explican dos factores característicamente modernos que contribuyeron al
Holocausto7: (1) que el Estado tuviera un gran y eficiente aparato burocrático y sus
correspondientes “...pautas de actuación típicamente modernas, las tecnológico-burocráticas, y
la mentalidad que institucionalizan, generan, mantienen, y reproducen” (Bauman, 1998:120); (2)
5 Demostrado porque ciertos miembros se negaban a ciertos trabajos o no se ofrecían voluntarios porque no les beneficiaba en su ascenso. 6 La autora pone énfasis en no confundir la teoría de la irreflexión con la ausencia de responsabilidad del individuo. Para más información véase “Post Scriptum” a Eichmann en Jerusalén (1999), pp. 418-419. 7 Bauman Z. (1998), citando a Gordon S. (1984,): “Singularidad y Normalidad del Holocausto” en Modernidad y Holocausto, Madrid Sequitur. pp.120: establece 5 factores que en su combinación hicieron posible el Holocausto: el antisemitismo radical, la transformación de este antisemitismo en agenda
política, un estado en manos de un enorme i eficiente aparato burocrático, el estado de excepción producido por la guerra y la no interferencia i aceptación pasiva de los hechos por parte de la pobla ción civil. pp. 120
7
la no interferencia de los hechos por parte de la sociedad civil: “...los mecanismos sociales […]
que hacen que la gente se abstenga de oponer resistencia al mal” (Bauman, 1998:120).
En el caso de Hilberg, en el capítulo Reflexiones de La destrucción de los judíos europeos (2002),
dedica un apartado a la comprensión de los perpetradores/as en relación a las estructuras del
sistema. Para él, en contraposición a lo que dice Arendt, el sistema burocrático nazi no funcionó
como una cadena perfecta de engranajes. Los burócratas elegían, pero cuándo pensaban tenían
un arsenal de herramientas para evadir sus inhibiciones morales: mecanismos de represión y
racionalización surgidos del propio sistema burocrático, preparado para camuflar sus actos.
Aunque sólo Bauman la hace explícita, en ambos autores se esclarece la relación entre
modernidad y holocausto: “… (The) Holocaust was a vast, single event, but I am never going to
use the word unique, because I recognize that when one starts breaking it into pieces, which is
my trade, one finds completely recognizable, ordinary ingredients.” (Hilberg, cit. en Brown, 2013:
94).
Trabajos cronológicamente más actuales, disciernen y tratan de desmontar la relación entre
Modernidad y Holocausto. Para Peter Hayes en “¿Fue Moderno el Holocausto?” las atribuciones
de modernidad al Holocausto son excesivas e incorrectas, debidas a “personas que encuentran
varios aspectos criticables en la sociedad contemporánea, sobre todo en su variedad liberal
capitalista, a la que consideran hipócrita y sin alma” (2016: 173). En cambio, le atañe a los
perpetradores/as y al nazismo en general una ideología rudimentaria y atávica. ¿El problema?
comete errores parecidos a los de Goldhagen (1996).
Hayes nos lleva a cuestionar los tres procesos por los cuales se ha relacionado la racionalidad
instrumental típicamente moderna a la eficacia y eficiencia con la destrucción de las víctimas
nazis8. Para Hayes los perpetradores/as encontrarían la justificación de la matanza en la ideología
barbárica nazi y la visión del burócrata irreflexivo no tendría cabida. En realidad, aunque Hayes
no insista en el antisemitismo especial alemán, su tesis se parece mucho a lo expuesto por
Goldhagen: no existe inhibición moral, ya que es la voluntad de los perpetradores/as ser
partícipes te tales prácticas por su antisemitismo. Ambos autores olvidan que ni victimarios
fueron solo alemanes ni las víctimas solo judías.
8 Matar a los judíos como producto de una ideología particular enraizada en la ciencia racial y la ingeniera social, los métodos organizados y mecanizados de confiscación y reutil ización de propiedades, la matanza
8
2. OBJETO DE ESTUDIO
Des de nuestra perspectiva, la visión más culturalista representada aquí por Goldhagen y Hayes,
que atribuye a la ideología la responsabilidad del desastre, es más bien, consecuencia de quedar
cegado por las imágenes del mismo que el resultado de una reflexión pausada. Aunque se podrían
citar múltiples críticas9, en resumen, la tesis de Goldhagen es contradictoria: alude a la absoluta
voluntariedad del alemán antisemita eliminacionista, y por tanto a su autonomía en la toma de
decisiones. Entonces, ¿cómo cabe la autonomía si la ideología eliminacionista es una losa para
cualquier alemán?
En cambio, optamos por la combinación de teorías estructuralistas y agencialistas, así como de
las aportaciones de estudios de enfoque micro. Es decir, la complementación entre la explicación
de Bauman (1998) sobre las disposiciones que crea la estructura burocrática que menguan las
inhibiciones morales, con la visión de Hilberg (2005): los agentes piensan, eligen, pero tienen al
abasto la posibilidad de justificarse, quedando más libres de sensación de culpabilidad. Todo ello
introduciendo las variables y explicaciones más importantes de Browning (2002) y Bartov (2005)
y partiendo de la idea principal de Arendt (1999), ya que creemos que acierta completamente en
la esencia de “Banalidad del Mal”: la mayoría de perpetradores/as estaban libres de especial
crueldad, odio o profundidad. Pero la Irreflexión no basta para entender el fenómeno.
En cambio, para Bauman (1998) “El uso de la violencia es más eficiente y rentable cuando los
medios se someten únicamente a criterios instrumentales y racionales y se disocian de la
valoración moral de los fines” y “esa disociación es una operación que todas las burocracias saben
hacer” (1998: 124), resultado de dos procesos paralelos: (1) la división funcional y jerárquica del
trabajo, la cual creará distancia entre el resultado final de la actividad colectiva y el conocimiento
del resultado de esta; (2) la sustitución de la responsabilidad moral por la responsabilidad técnica:
consecuencias “eliminadas”, la acción del burócrata se convierte en un fin en sí misma, lo que
y los traslados, los ejecutores son de un nuevo tipo de asesinos en masa: un burócrata común, según el término de Arendt, “irreflexivo”. 9 La participación de perpetradores/as de otras nacionalidades, la preocupación de los altos cargos por los problemas psicológicos de sus hombres y su voluntad de convertir la masacre en algo “objetivo”,
ordenado, eficaz y eficiente, el antisemitismo religioso, económico, cultural o racial, ha sido un fenómeno generalizado en Europa y no especialmente en Alemania como estudió Henry L. Feingold , la aversión por los judíos era menor que la de los franceses (Bauman, 1999: 55), etc. Para ver una crítica exhaustiva, pero
sintética, véase: Moreno-Luzón, J. (1999): “El Debate Goldhagen. Los historiadores, el Holocausto y la nacionalidad alemana”. Historia y política, nº1.
9
interesa es la opinión del superior, y el resultado final es moralmente indiferente. Por norma
general, los agentes desean destacar, por tanto una vez distanciadas sus acciones de su fin
externo, el debate moral tiene nuevos parámetros: eficiencia, diligencia y experticia. Esto podría
explicar lo visto en Eichmann y en el Batallón 101 sobre el interés por la carrera profesional.
Según Hervert C. Kelman, citado por Bauman (1998), las inhibiciones morales ante las atrocidades
disminuyen cuando se cumplen tres condiciones, por separado o juntas. Una de ellas es que las
víctimas estén deshumanizadas: según el autor, como consecuencia de las definiciones
ideológicas y del adoctrinamiento. Las variables restantes son la autorización de la violencia y
rutina de la misma10.
Desde otras perspectivas la deshumanización de la víctima por la ideología no explica el asesinato
en masa. Hay una doble deshumanización: la de naturaleza ideológica, que culmina en la visión
“nosotras-ellos” y, la deshumanización de la víctima en su condición de objeto burocrático: la
posibilidad de representarlos en términos puramente técnicos y éticamente neutros y por tanto
exentos de exigencias morales: objeto humano o inhumano, lo que importa es la eficiencia y
reducción de costos (Bauman, 1998).
La cuestión, entonces, parece estar en como las características de la burocracia, la división
funcional del trabajo, la sustitución de la responsabilidad moral por la técnica y la
deshumanización del objeto, actúan y se relacionan con los perpetradores/as.
Bauman recurre a las conclusiones de los experimentos de Milgram (1974) para explicar la “ética
de la obediencia”, con la tesis de que “la crueldad se relaciona con ciertas normas de interacción
social mucho más íntimamente que con los rasgos de personalidad o con otras características
individuales de los perpetradores/as” (Bauman, 1998: 196)11.
Parecen haber 4 procesos, vistos en Milgram (1974), que ayudan a la conversión del individuo,
que ignora o anula las “normales” inhibiciones morales. El primero, la inhumanidad como función
de la distancia social: “la relación inversa entre la buena disposición a la crueldad y la proximidad
10Para más información véase Bauman, Zigmunt (1997) “Introducción: la sociología después del
Holocausto” en Modernidad y Holocausto (1997) pp. 43 11 En contraposición a unos estudios anteriores de Adorno et al. (2006) dónde se estudiaba a personalidades con tendencia a la personalidad autoritaria. Tales estudios no fueron muy apoyados e
incluso sus autores no pretendieron generalizar demasiado en sus resultados. Véase: Adorno, T. W. (2006). La personalidad autoritaria (Prefacio, introducción y conclusiones). Empiria: Revista de metodología de ciencias sociales, nº 12, pp. 155-200.
10
de la víctima” (Bauman, 1998:184). La división funcional del trabajo haría que la distancia física y
psíquica entre víctima-perpetrador se eleve y que la relación entre nuestra acción y el producto
final al que contribuimos se difumine; se causa sufrimiento y se queda en paz consigo mismo
(Bauman, 1998: 185).
¿Pero y aquel que estaba en una cámara de gas a punto de matar a cientos de personas, a las que
acababa de ver entrar? Milgram recuerda que la distancia puede ser psíquica12: “[…] (la distancia)
es una función de la unión de sus verdugos y la exclusión de tal unión. La proximidad física y la
cooperación continua tienden a producir sensación de grupo, con todas las obligaciones mutuas
y la solidaridad que suele traer consigo“(Bauman, 1998: 186).
Es decir, el Batallón 101 de Browning (2002), en el que él mismo captaba como una variable
importante la deferencia a la autoridad, se explicaría por la distancia entre el grupo de pares y su
víctima.
El siguiente efecto de la burocracia seria la complicidad después de los propios actos, en el que el
fenómeno esencial es “el curso de la acción secuencial”: el actor se convierte en esclavo de sus
acciones anteriores y le es imposible abandonar el acto sin rechazar los anteriores.
Cuando Adolf Eichmann viaja a los campos de concentración para una función de revisión y ve lo
sucedido allí, que en sus propias palabras es “monstruoso” (Arendt, 1999: 127), no puede huir de
ello sin antes pensar que son sus trenes un paso necesario para ello. Una paradoja: para esconder
la suciedad (no valorar los actos) hay que seguir en el fango (Bauman, 1998: 188).
El siguiente efecto es el de la “tecnología moralizada”, la re-utilización de las normas morales.
Dentro del sistema burocrático el lenguaje moral adquiere un nuevo vocabulario: lealtad, deber
y disciplina, dónde el superior es la autoridad (Bauman, 1998: 189). Tal teoría coincide con la
visión de la sensación de decencia a la que apuntaba Hilberg. El autor hace hincapié en que el
perpetrador tomaba el deber como “senda asignada”, sin tener nada que ver con sentimientos
personales (2005: 1137). El subordinado siente orgullo o vergüenza dependiendo de lo bien que
haya realizado las exigencias de la autoridad, no dependiendo de la sustancia de su acción. Como
sentenciaba el propio Eichmann en el juicio: “Mi honor es mi lealtad” (Arendt, 1999: 153).
12 Véase Stanley Milgram, Obedience to Authority: An experimental View, Tavistock, Londres, 1974, p. 11
11
Por último, otro de los factores determinantes está en la responsabilidad flotante: la renuncia a
la propia responsabilidad, ya que esta recae en la autoridad. No hay necesidad de pensar, la
voluntad de la persona autorizada ya es legítima. El derecho a mandar y el deber de obedecer
bastan (Milgram, 1974). Para Hilberg la doctrina de órdenes superiores: “el perpetrador emplaza
su responsabilidad y conciencia a su superior” (2005: 1133), o el “criterio moral ajustable”, en el
que el perpetrador se justifica pensando que lo inmoral es del tipo anterior o siguiente (2005:
1138).
En los niveles del Holocausto “la perpetuación colectiva de acciones crueles es facilitada por el
hecho de que la responsabilidad es esencialmente “algo flotante” mientras que los
perpetradores/as están convencidos de que reside en la “autoridad competente” (Bauman, 1998:
192).
Por último, una variable a tomar en cuenta es lo que en Bartov se ha llamado “condiciones de
guerra”, lo que Kelman llama la rutina de la violencia y lo que Hilberg llama “defensa psicológica
de última instancia”. Es decir, como afecta la socialización en la guerra hasta llegar al punto de
que se trate de una última forma definitiva de justificación, la “teoría de la selva”: “la guerra es
política primitiva […] cuándo se extingue la voluntad de luchar, se extingue la propia vida”
(Spengler, cit. en Hilberg, 2005: 1139).
Hay dos críticas fundamentales que se hacen a la hora de tratar de aplicar las conclusiones del
experimento artificial a la realidad: una es la falta de pluralismo que en la vida real se suele dar
(el perpetrador podría dudar de la autoridad si así lo hacen otras autoridades o grupos y menguar
su subordinación); la segunda, en cambio, trata de la relación positiva entre la pertenencia la
organización y la solidaridad, creencia y deber con la misma.
Es entonces nuestro objetivo corroborar si las herramientas conceptuales, propuestas por estos
autores son válidas para entender y analizar a los perpetradores/as del caso del que nos vamos a
ocupar: el conflicto iseraelopalestino, y nuestra hipótesis es que así lo son. Una segunda hipótesis
parte de la idea de que es el ejército israelí, como aparato burocrático, que por su legitimidad en
la sociedad israelí produce ese “no pluralismo” y refuerza el sentimiento de pertenencia de los
perpetradores/as, que refuerza la “ética de la obediencia”.
13
3. EL CASO: ISRAEL, AUTOR DE CRÍMESNES DE GUERRA, CRIMENES DE LESA
HUMANIDAD O PRÁCTICAS SOCIALES GENOCIDAS CONTRA EL PUEBLO PALESTINO
Estamos a un año del cincuenta aniversario del Estado israelí y más de la ocupación. Durante este
tiempo se han sucedido la violación de derechos humanos y del derecho internacional
humanitario de manera sistemática e incesante, que entran en lo descrito en el artículo 7 del
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional como Delitos de Lesa Humanidad (Dugard,
2007, artículo 3), así como lo que se define como crímenes de guerra13.
Por poner hechos a la teoría: (1) la Nakba, una limpieza étnica que arrasó 400 pueblos y provocó
la huida de 800.000 personas de sus casas (Abu-Sitta, 1998) creando, paradójicamente, la
diáspora palestina (Izquierdo, 2009: 61); (2) el espolio de bienes palestinos, legalizado a partir de
la ley del “ausente”, práctica lógica en el marco de un proyecto colonial (Segev, cit. en Izquierdo,
2009: 63); (3) el cambio radical de la cotidianidad del pueblo palestino: ocupados por los colonos
e invadidos por milicia, la construcción del Muro, el derribo de casas o los checkpoints militares
que impiden la libre circulación en “pro” de la seguridad y comodidad de los colonos (Izquierdo,
2009: 114). En definitiva, reiterada expresión de violencia deliberada, no como fin sino como
medio, que facilita un objetivo que culminaría en la capitulación y la marcha de los palestinos
(Warchawski, 2003).
Lo que concluye el Informe Dugard es que Israel es el responsable de tres regímenes contrarios
a los Derechos Humanos: colonialismo, apartheid y ocupación extranjera (2007: 6). Todo ello
acompañado del rol pasivo de la comunidad internacional y el apoyo de ciertas comunidades al
Estado Israelí. Como señala el abogado sudafricano: "la responsabilidad del Estado de Israel por
la violación de las leyes internacionales en sus acciones contra el pueblo palestino no debe ser
pasada por alto", pero en cambio parece "una estrangulación controlada que parece caer dentro
de los generosos límites de la tolerancia internacional" (Dugard, 2007).
13 Lo que se refiere a : “ataques contra la población c ivil o bienes de carácter civil, y aquellos en que no
se hace distinción entre objetivos militares y personas civiles o bienes de carácter civil, el empleo excesivo de la fuerza en ataques desproporcionados contra la población civil o bienes y la propagaci ón del terror entre la población” (Dugard, 2007).
14
Por otra parte, un debate mucho más polémico está en la tesis defendida por autores/as sobre el
estudio del conflicto des de una perspectiva genocida14. Esta rama parte de la idea de que la
propia definición de genocidio está limitada por su consumación (Goldentul, 2015: 118). En
cambio, y aquí está su valor, esta perspectiva observa el genocidio como un proceso dinámico y
procesual que puede, o no, acabar en el exterminio. La herramienta clave es el concepto de
Feierstein (2009): prácticas sociales genocidas15; proceso de construcción que necesariamente
aplica el genocidio para que este se desarrolle. Consume o no en la muerte seriada (cit. en
Goldentul, 2015: 118)16.
La importancia para nosotras no está en la consumación o no de un genocidio, ni en su posibilidad,
la cuestión aquí está en el papel de israelís corrientes como perpetradores/as de la violencia
contra el pueblo palestino, ya sean de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o
prácticas sociales genocidas.
3.1 LOS PERPETRADORES/AS ISRAELÍS: LAS FUERZAS DE DEFENSA ISRAELÍS (FDI)
Más allá de la responsabilidad de cada uno de los partícipes en la violencia contra el pueblo
palestino, lo que aquí interesa es de naturaleza esencialmente distinta: cómo aquellos israelís
corrientes se convierten en perpetradores/as de actos que se nos aparecen como inhumanos.
Para ello, necesitamos identificar quienes son tales perpetradores/as y en qué estructura están
organizados.
14 Para bibliografía sobre Israel y Palestina des de una perspectiva genocida: Lescano, L.: “De la expulsión al encierro: claves del genocidio en Palestina.”, Rebelión.org, 23 de Noviembre de 2008, disponibl e en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=76364 [consulta: 12 de Febrero de 2017]; Lera, MJ. (2011):
“Práctica sociales genocidas: el caso de los moriscos y los palestinos”, en Carabaza J.M. y Hornedo, M. (eds): El saber en el Al-andalus. Textos y estudios, Sevilla, Servicio de publicaciones de la Universidad de Sevilla, pp. 135-172.; Goldentul, A. (Noviembre de 2015): “Acerca de (im)posibles nomenclaturas: “genocidio” y “prácticas sociales genocidas” en el conflicto palestino-israelí (1948-2009)”, Revista de
estudios sobre genocidio, nº 7, pp. 115-136.; Feierstein, D. (2009): “Terrorismo de Estado y genocidio en América Latina”, Buenos Aires, Prometeo. 15 Los procesos, prácticas sociales genocidas, que toman parte, son seis: la construcción de una otredad negativa, el hostigamiento, el aislamiento, las políticas de debilitamiento, el aniquilamiento material, la
realización simbólica de las prácticas sociales genocidas (Feierstein, 2009). Goldentu l (2015), Lera (2011) y Lescano (2008), se dedican a sistematizar y comprobar si tales prácticas se dan en el conflicto Israel -Palestina. 16 Para Goldentul (2015) el genocidio no se ha producido en tanto que no hay intencionalidad de exterminio explicita observable, en cambio para Lera (2011) el genocidio es claro, aunque no se pronuncia sobre la intencionalidad, en principio necesaria para la definición de genocidio.
15
En el caso que nos ocupa son múltiples los tipos de perpetradores/as que participan de la
violencia, pero por dos motivos principales nos dedicaremos únicamente al ejército israelí:
primero, porque son los agentes que están implicados directamente en el terreno y ,
aparentemente, por su cercanía a los hechos y víctimas deberían ser más susceptibles de
inhibición moral, aunque parece no ser así, si viéramos “banalidad” en tales agentes, es fácil
trasladarla a un perpetrador de oficina; segundo, por pragmatismo, hay información de tal perfil
de perpetrador/a y aunque sea a partir de fuentes secundarias tenemos al alcance datos para el
análisis. Y en general, son las FDI, desde 1967, el actor principal, activo, de la continuación del
proyecto colonialista israelí.
El modelo que pretendemos aplicar a la realidad israelí no es absoluto. Como ya se ha dicho, hay
distintas tipologías de perpetradores que responden a “patrones” distintos. El objeto del estudio
planteado solo cabe para un perpetrador/a que es miembro de una organización burocrática.
Las FDI son, como cualquier otro ejército, un ejemplo paradigmático de institución burocrática:
la división jerárquica y funcional está presente en todo lo largo y ancho de la estructura y la
sustitución de la responsabilidad moral por la técnica y la deshumanización del objeto burocrático
es quizás de las más obvias respecto a otras organizaciones. El uso del vocabulario técnico para
referirse a los objetivos humanos y la reutilización de los marcos de la moralidad para convertirlos
en técnicos en una organización militar es un paso esencialmente necesario para su
funcionamiento.
16
4. APROXIMACIÓN A UN ANÁLISIS DEL CASO A PARTIR DE FUENTES SECUNDÁRIAS
Para tratar de analizar si tales variables se dan en la realidad del caso, habríamos de aproximarnos
al campo y tratar con metodología cualitativa, dado que nuestra pregunta responde a un “cómo”,
pero nuestros recursos no nos permiten un método con fuentes primarias. Por tanto, utilizaremos
lo que está al alcance: testimonios de vídeos y entrevistas ya sistematizados, es decir, fuentes
secundarias. El valor de tales testimonios está en su calidad de perpetradores/as: combatientes
o ex combatientes que denuncian la realidad de las acciones israelís en el territorio ocupado
palestino, extraídas de lo publicado por “Breaking the Silence”. Tal organización tiene por objetivo
divulgar las actividades sistemáticas del ejército en los territorios ocupados y en las operaciones
militares, en tanto que van en contra de los derechos humanos y romper el discurso hegemónico
institucional.
Por tanto, por lo menos post hoc estos individuos juzgan como negativas sus actuaciones, pero
aunque algunos explicitan haber dudado de la moralidad de una orden, no hay vacilación real de
desobedecer, ¿por qué?, ¿cómo pasan de hombres y mujeres corrientes a perpetradores/as?
Nuestro perfil podría definirse “extremo”: colaboradores o miembros de una organización que
parte de un análisis de la situación contraria a la hegemónica de, y sobre, las FDI, como mínimo
en cuanto a conscientes y “capaces” de poner voz a tales ideas. Es lógico suponer que para el
resto de miembros las prácticas del ejército están menos sujetas a dudas o juicios morales y por
tanto su inhibición moral parecería ser menor. Por tanto, en cierto modo perdemos, quizás,
representatividad pero ganamos contenido discursivo.
El análisis y la comprensión de este fenómeno que traslada imágenes de horror y monstruosidad
que parecen increíbles, ha de estar constantemente acompañado de la consciencia de que tales
cosas son llevadas a cabo por centenares de miles de personas que no pueden ser “tarados”, ya
por estadística, y son “manzanas podridas” como declara el ejército.
Como aclara Warchawski: “lo que es sintomático no es el comportamiento de un bruto con la
capacidad mental aparentemente mermada, sino el hecho de que el ejército deje hacer
brutalidades de este calibre, no los sancione y haga de ellos, lo quiera o no, modelo de conducta
militar”(2003: 74).
17
4.1 LA VIOLENCIA AUTORIZADA Dado que el Estado de Israel está acusado de sistemáticos crímenes, es clara que la violencia está
autorizada y que por tanto sería normal que los perpetradores/as no sientan sus acciones como
susceptibles de ser juzgadas, ellos siguen órdenes de un gobierno y de unas FDI legítimas, son
actos de Estado. Pero el grado de permisividad de violencia, incluso de la que el Estado definiría
como producto de “manzanas podridas” es sistemática. Como explica una soldado, el disparo a
un niño palestino, por tirar piedras a un tanque, es menos grave que dejar pasar un camión a
Israel sin registrarlo: “To kill a kid wasn’t a big deal, but if you let pass a truck to Israel without
registration the punishment will be much worst”17. El castigo para el soldado autor del asesinato
fue un cambio de zona. La muerte de un niño, palestino, es menos grave que no revisar un
camión. Cognitivamente, para el perpetrador, su acción aunque no sea juzgada como buena, no
es grave llevarla a cabo. Por poner otro ejemplo: "¿So what do I do?" Check if she's armed – then
shoot her. I should shoot anyone who's armed, but if I engage at close range then I understood
from that briefing that it's better to shoot first and ask questions later18.
4.2 LA DESHUMANIZACIÓN DE LA VÍCTIMA: PRODUCTO DE LA IDEOLOGÍA Y/O PRODUCTO DE SER UN OBJETO BUROCRÀTICO
Hay una, posible doble deshumanización de la víctima en la disminución de las inhibiciones
morales: consecuencia de la ideología y del trato como objeto burocrático. La ideológica produce
sentimientos de superioridad-inferioridad, enemigos, miedo, racismo, etc. una deshumanización
pasional del otro, que en los testimonios no ha sido explícita en primera persona pero si sobre
terceros (en los discursos de rabinos y comandantes). Es obvio que en la sociedad Israelí hay
racismo19, pero en nuestro perfil estudiado de perpetradores/as no se ha visto reflejada la
deshumanización ideológica, lo que es lógico por la propia fuente (una organización que defiende
la no-ocupación y que valora negativamente las acciones de las FD), pero demuestra que no es
necesaria, aunque la ideología rodea todo el conflicto y lo influye, no es suficiente para la
17 Videos de testimonios de Breaking the Silence: “The Tank Commander Shot One Of The Kids”. Disponible en: http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/72822 18 Breaking the Silence (2009): “Soldiers’ Testimonies from Operation Cast Lead, Gaza 2009. Testimonio
35 pp. 72 19 En los textos y vídeos analizados, solo hay 4 testimonios que hablen de racismo, pero solo un 21% de la población israelí podría considerar casarse con un árabe (The I srael Democracy Institute, 2016).
18
conversión de hombres y mujeres en perpetradores. En cambio, en sus relatos sobre otro tipo de
perpetrador, los colonos, se ha visto continuamente20.
Por otra parte, la deshumanización fruto de ser un objeto burocrático: “la posibilidad de
representar esos objetos en términos puramente técnicos y éticamente neutros” (Bauman, 1998:
128) lejano a exigencias morales, aparece constantemente, y de forma muy evidente en el
lenguaje. Aquel hombre o mujer destinado a morir no tiene nombre ni edad, es un “target”, un
objetivo. “It’s always: “Targets, targets, targets.””21. Es un “Target” como cualquier otro objetivo:
personas concretas, grupos, edificios, áreas etc. Incluso un testimonio apunta, explícitamente, a
esta conversión de las personas en “targets”: “But the very fact that they’re described as
‘uninvolved’, rather than as civilians, and the desensitization to the surging number of dead on
the Palestinian side “o “[…] the way militant cells and people were regarded as targets and not as
living beings – that’s something that troubles me.”22.
4.3 LA ÉTICA DE LA OBEDIENCIA
4.3.1 LA PERTENENCIA A LA ORGANIZACIÓN Y EL ¿PLURALISMO?
Como hemos visto, la pertenencia a la organización y el pluralismo son variables de las que
depende la mejor o peor sucesión de la “Ética de la obediencia”. La “Ética de la obediencia” y el
pluralismo tienen una relación negativa, pero en cambio con la pertenencia a la organización es
positiva.
“Las FDI son una institución con un estatus excepcional que oscurece a la misma clase política, a
la que incluso fuerza a seguir sus recomendaciones” (Michael, cit. en Navarro-Muñoz, 2012: 316).
Tienen un grado de apoyo y confianza cuantitativa, cualitativa y longitudinalmente mayor que
cualquier otra institución israelí: un 90% de la población judía tiene “mucha confianza” o
“bastante confianza” en las FDI; según ideología, la institución goza de una hegemonía envidiable
(derecha 91%, centro 92%, izquierda 89%), entre los judíos ortodoxos, políticamente en contra
20 Por poner un ejemplo, aunque es algo continuo en los testimonios: (una niña de 4 años, hija de colonos):
“[…] a row of Palestinian students passed by. The Jewish settlers threw rocks to at the Palestinian girls, […]. Suddenly this sweet, l ittle, blonde child, […], pics up a rock, and with her l ittle childish voice says: get away from here, you dog”. Videos de Breaking the Silence: “A 4 year old child throws stones”. Disponible
en: http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/55996?sg=0 21 Breaking the silence (2014): This is show we fought in Gaza. Testiminio 109, pp. 232. 22 Breaking the Silence (2014): This is how we fought in Gaza, Testimonio 40, pp. 163.
19
de la obligatoriedad militar, el ejército es la institución en la que más creen; la media de fiabilidad
entre el período 2003-2015 es de 88,3% (The Israel Democracy Institute, 2016).
Recordemos que hay obligatoriedad militar y por tanto es un espacio de socialización de los
ciudadanos y además que la milicia está inserta en la esfera política. Tal rol del ejército en la
sociedad Israelí se debe, sobre todo, a motivos históricos en la conformación del Estado: primero,
en su relación con la seguridad y segundo, como consecuencia del reto identitario nacional de la
diáspora. La importancia de la seguridad y defensa del estado es identidad de país (Zertal, 2010:
152). Según Ben Ami, desde un inicio: “los jóvenes líderes de la milicia representaban el “hombre
nuevo” de la revolución sionista y, a diferencia de los padres fundadores, que habían llevado
consigo el Galuth23, los miedos milenarios a la aniquilación de una nación perseguida y en
ocasiones parecían cargar con el peso entero de la historia judía, el camino del joven Sabra24 era
el de la confianza y la certeza” (Ben Ami, 2006; 31).
Aunque ya al inicio la milicia es pilar fundamental del país, tras la “impresionante” victoria de
1967 la credibilidad y legitimidad de las FDI aumenta y se consolida penetrando en la vida política,
incrementando, además, el tamaño y presupuesto de las IDF y, por intereses partidistas, militares
entran en la política Israelí, como lo es el ejemplo del ex militar y ex primer ministro Ariel Sharon25,
entre otros muchos con otros cargos (Barak y Scheffer, 2006). Como concluye Navarro-Muñoz:
“(las FDI son la) […] principal autoridad epistémica del país.” (2012: 318).
Entonces, aunque pueda haber grupos en desacuerdo (pluralismo), no parece que puedan opacar
la hegemonía de, y sobre, el ejército. Es fácil suponer que con tal grado de legitimidad, el orgullo
de pertenencia a las FDI es alto y que por tanto lo son la solidaridad y colaboración entre sus
miembros.
En este caso tanto la relación negativa con el pluralismo como la positiva con la pertenencia a la
organización, parecen favorecer a la “Ética de la Obediencia”, como se ve en este ejemplo: “I was
so proud when I enlist, I was very happy of having my assignment”26, y la creencia de que las FDI
23 “Galuth” designa a las personas de la diáspora, nacidas fuera de la tierra de Israel. 24 “Sabra” designa a las poblaciones judías nacidas antes de 1948 en Israel y sus descendientes entre la
actual población israelí. Por extensión, el término se refiere a todos los nacidos en el Estado de Israel . 25 Ariel Sharón fue un militar y político israelí. Como estadista fue el 11º primer ministro del Estado de Israel (2001-2006). Sharón fue comandante en las Fuerzas de Defensa de Israel desde su cr eación en 1948,
como oficial paracaidista, participando en la guerra de la Independencia. 26 Videos de testimonios de Breaking the Silence: “This is why we came to Hebron?” Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=DdRBO1jpDws
20
son morales: “[…] – maybe really so we wouldn’t think the IDF does immoral things”27. Se muestra
una actitud acrítica y que por tanto no cuestiona, en primera instancia, lo que se hace ni manda
hacer.
4.3.2 LOS 4 COMPONENTES DE LA “ÉTICA DE LA OBEDIENCIA”
- Inhumanidad como función social de la distancia:
Esta función es quizás la más fácil de comprender a la vez que la más difícil de explicitar. De lo
que se trata aquí es de dilucidar que los perpetradores/as menguan su humanidad hacia los
palestinos por la falta de empatía creada por la distancia social. Por un lado la distancia
psicológica: grupo versus la víctima. Un ejemplo de hasta a que normalidad llega esta distancia
social y de su cotidianidad, es la experiencia de una soldado israelí que cuenta como ella y
cualquier otro “roban” de las tiendas palestinas: “We catch whatever we want in the Palestinian
shops, it was a gift to us, it was accepted […] it was legitimate, very normative, I would never do
it to a settler”28. La cuestión está en que en algo tan sencillo, romper las reglas de mercado de
manera tan sistematizada y explicita, solo se puede hacer si el receptor de ese trato no es lo
mismo que tú, el palestino no es un sujeto como él, como el colono, sino un objeto.
Por poner un ejemplo más claro de un tipo de distancia más física pero psíquica a la vez, se ha
visto constantemente en la publicación de Breaking the Silence de la operación Plomo Fundido
de 2009, en el proceder de las operaciones en las que participan distintos rangos para llevarla a
cabo. Con lo que el primer partícipe sólo se dedica al mapeo de objetivos de una zona, una zona
que en principio está avisada, por fuerzas aéreas y que los civiles han abandonado. El soldado lo
hace, es su trabajo, en teoría no hay civiles, si hay alguien se supone que es terrorista. Pero es
que lo más posible es que ni siquiera piense en civiles. El mapea, no mata a civiles, hay tal cantidad
de pasos hasta que se acciona un cañón que puede llegar a matar a palestinos, que no siente ser
partícipe de las muertes.
- Responsabilidad flotante, criterio moral ajustable, doctrina de órdenes superiores:
Se refieren a la creencia del perpetrador de que la responsabilidad sobre lo que hace, ya sea
inmoral o no, no está en ellos, sino en la legitimidad de la autoridad (Bauman, 1997), su superior.
27 Breaking the Silence (2014): “This is how we fought in Gaza” Testimony 98 pp. 211. 28 Videos Breaking the Silence: “Gift”. Disponible en: http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/76890
21
Para Hilberg el perpetrador se justifica a sí mismo trasladándola a cualquiera: superior, igual, o
inferior, pero no él.
En las dos publicaciones exploradas, explícitamente, la responsabilidad solo se menciona en
contraposición al discurso institucional sobre las “manzanas podridas”, para denunciar un hecho
sistémico del propio proceder del ejército. En cuanto a los testimonios, solo un testigo habla de
su responsabilidad sobre los hechos29, y en las entrevistas ni si quiera son preguntados.
Se puede ver el traslado de la responsabilidad en ciertas experiencias de los soldados. Se explica
el abuso policial sobre detenidos del ejército: “We will take them for a few minutes -he said-, we
were also tired, […] no one had slept” “[…] we realized what was going on, but they already took
them”30. Ven lo que está sucediendo con sus detenidos pero no reaccionan, la responsabilidad
de lo que está pasando la dejan sobre ellos. Otro ejemplo: un oficial hace gatear a palestinos en
carreras para ver quién va a poder pasar el checkpoint y el soladado explica: “That tooked place
in my checkpoint 10, 15 meters away from me” “okay that’s him doing it, he’s the one that’s
wrong […] I just get through it. I move on” 31. En ambos casos, son ellos los responsables (de los
detenidos o del checkpoint) pero no toman parte en lo que sucede, trasladan esa responsabilidad
a otro: superior, igual o inferior.
- Tecnología moralizada, el deber de la “senda asignada”:
Aquí la cuestión está en la re-utilización o substitución de las normas morales en la organización
burocrática. Lejos de las consecuencias de la acción o por la deshumanización de la víctima, el
perpetrador toma la acción como un fin en sí mismo. Considera la validez o no de su acción según
la evalúe su “superior”. Es decir las normas se rigen por la eficacia, eficiencia y rapidez con que
las haga.
”We have to reach a very specific person” “it was an important one […] specific person… I don’t
remember the details” “we were very proud, in the unit that we apprehended him, I even don’t
29 Breaking the silence (2009): Soldiers’ Testimonies from Operation Cast Lead, Gaza 2009. Testimony 51, pp. 51 30Videos Breaking the silence: “Detainee Abuse” Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=Sfc1IieF_MI 31 Video testimonio Breaking the Silence:” Crawling Competition” Disponible en: http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/25771
22
remember why […]”32. Su trabajo es el arresto en sí mismo, a quién y qué le va a pasar no es de
su incumbencia, ni siquiera se acuerda de ello. Lo que sabe es que tiene que hacerlo y cuando lo
consigue se siente muy orgulloso, porqué ha salido bien, ha cumplido su papel con éxito, como
cualquier otro trabajo. Por otra parte y al revés: “Me, I was really looking for reasons not to attack
– and maybe that, too, is immoral, maybe that, too, is wrong – it’s all a question of perspective”33,
duda de la “moralidad” de buscar razones para no atacar, para no hacer lo que las órdenes dictan
para defender su país.
- El curso secuencial de la acción:
El curso secuencial de la acción se refiere a la dificultad de querer juzgar como malos los actos,
una vez estas en la dinámica, por la necesidad de tener que juzgar lo anterior. En el siguiente
ejemplo, vemos como una soldado explica su primera experiencia buscando armas en los cuerpos
de dos palestinas34:”I felt really bad […] I just did what I was told” – “the second time, it’s not that
I liked, but I make it in a more automatically way […] it was less of a shock.” La soldado en vez de
evitar hacer esta parte de su trabajo, lo hace de manera mecánica y como ella explica no
recuerda, hasta el momento de esta entrevista, haber reflexionado sobre ello con ella misma: “I
think I didn’t talk even with me”. Evita pensarlo, juzgarlo, hace su trabajo, probablemente, por la
imposibilidad de “limpiarse si uno no se ha ensuciado”.
4.4 LA PRESIÓN DE LOS PARES Y LA CONFORMIDAD
Este concepto ha sido el más fácil de ver porqué la presión de grupo es una experiencia que es
vivida conscientemente y, por tanto, lo puede hacer explícito: “To be less violent more human,
they left you outside”, “to annoy Palestinians it’s a norm, it’s the way to behave in the field”, “if
you are less violent there are no “explicit” consequences but, your job’s assignment will be much
worst […] and I wanted more and more to be a member of the group, to have the life that
everybody has it”35. No es solo que te sientas extraña y fuera, es que resulta contraproducente
para tu carrera laboral.
32 Videos Breaking the Silence: “A bat of an eye”. Disponible en:
http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/84274?sg=0 33 Breaking the Silence (2014): This is how we fought in Gaza, Testimonio 106, pp. 225-226. 34 Videos Breaking the Silence: “Weapons Search” Disponible en: http://www.breakingthesilence.org.il
/testimonies /videos/38625 35 Videos Breaking the Silence: “Norms” Disponible en: http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/78477
23
4.5 LA AMBICIÓN PROFESIONAL
La variable de la ambición profesional es vista tanto por Arendt (1999), como por Browning (2002)
como motivo de conversión. Desde nuestra perspectiva, aunque en casos particulares podría
serlo, de forma generalizada parece más un producto que su causa: no parece raro tener ganas
de hacer bien el trabajo y promocionar cuando, por el resto de variables, la relación entre trabajo
y juicio moral es casi inexistente. No se ha visto en los testigos una gran emoción por el ascenso,
aunque volvemos a repetir que nuestro perfil no es representativo y que por sus características,
no tendría mucho sentido ver tal comportamiento. Pero en cambio sí hay cantidad de ejemplos
de las normales sensaciones de orgullo y satisfacción, respecto al deber que se les ha acometido,
y sensaciones de aburrimiento y cansancio cuando hay poco que hacer, un comportamiento muy
normal para cualquier trabajo: “he wasn’t only wrote the operation but he was totally psyched
about it, he named Sunstroke […] my friend was eager to hand the operation file, and to listen his
commander: I approve operation Sunstroke (to recreate the scene of the film)”; “Great, there’s
action today, something to do, as it it’s usually boring and there was nothing happening all the
day…”; “ There’s an intifada, so we can practice (arrests) on real people […] one hand, its nobody,
but otherwise, it’s good to practice”.
4.6 LA RUTINA DE LA VIOLENCIA Y LA TEORIA DE LA SELVA
Aunque como dice Warchawski tratar el conflicto iseraelopalestino como una guerra o como una
operación antiterrorista es una falacia (2003, 75)36, el estado del conflicto, sea de la esencia que
sea, es de continua violencia, cognitivamente como un contexto de guerra. Lo que se pretende
ver es como las condiciones de la situación afectan y cambian la percepción y la forma de afrontar
las situaciones de los perpetradores/as. Hay una nueva socialización en la que el actor aprende,
reflexiva o irreflexivamente, a afrontar esa nueva realidad: “Al principio, apuntas con tu arma a
un niño de cinco años y después te sientes mal […] Luego, llega un momento en el que…, te pones
tan nervioso y estás tan harto de entrar en los pueblos y de que te tiren piedras.”37; “I found
36 Warchawski (2003) se refiere a que para poder clasificar el conflicto como guerra, palestina tendría que
tener un ejército, sino proporcional, con capacidad de organización y estrategia conjunta y para l lamarlo operación antiterrorista los muertos palestinos tendrían que haber empezado con los ataques suicidas y cuándo estos empezaron la muerte de palestinos por parte de Israel ya eran un hecho. 37 Artículos El País (26 Agosto de 2012): “Soldados israelíes denuncian los abusos contra niños y adolescentes palestinos”. Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/26/actualidad/1345997855_853212.html
24
myself cocking my weapon and firing in the air […] luckily I stopped […] I supposed to shot him if
he didn’t stop. […] I stopped everything, I said, whatever, its end” “I explained to my commander
and I said that in the end nothing happened, he answered: pacifist huh?”38 Parar es lo excepcional.
Finalmente, como Hilberg (2005) apunta, el mismo contexto es una justificación para los
perpetradores/as, de última instancia: “Anything we did there, we'd answer ourselves: there's no
other choice, but this is how we shirk our responsibility. You bring yourself to this kind of
deterministic situation, a moment that not I have chosen, where I no longer have any
responsibility for my own actions”39.
38 Videos Breaking the Silence: “Pacifist, Huh?” Disponible en:
http://www.breakingthesilence.org.il/testimonies/videos/12578 39 Breaking the silence (2009): Soldiers’ Testimonies from Operation Cast Lead, Gaza 2009. Testimony 51, pp. 51.
25
5. RESULTADOS:
La primera hipótesis implícita en el trabajo está en la posibilidad de utilizar los conceptos
aportados por los autores (Bauman, Browning, Bartov, Arendt y Hilberg) surgidos de las
explicaciones del Holocausto al caso de Israel en su violencia contra el pueblo palestino. Respecto
a esto creemos que es claro que aunque no son explicaciones absolutas, tales conceptos
analíticos son útiles y necesarios para comprender el fenómeno. Una vez vista la institución de
las FDI como portadora de las características de la forma burocrática (división funcional y
jerárquica del trabajo, la sustitución de la responsabilidad moral por la técnica y la
deshumanización del objeto burocrático) se ha analizado si es acertado el objeto de estudio partir
de los testimonios extraídos de Breaking the Silence.
Respecto a la doble deshumanización se ha visto que ambas se producen. Aunque la
deshumanización producto de la ideologia no se ha visto cuantitativamente en los testimonios,
es inconcebible el conflicto sin esta. Pero al no estar en todos los perpetradores, no es suficiente
y ni si quiera necesaria para todos ellos en la conversión. En cambio, la deshumanización como
objeto burocrático se ha manifestado reiteradamente. Lo que es claro es que la deshumanización,
ya sea de un tipo u otro, provoca cierta apatía hacia los palestinos que mengua las inhibiciones
morales.
Para la suposición de que la pertenencia a la organización y el no pluralismo de opiniones sobre,
y de, las FDI son fundamentales para la sucesión de la ética de la obediencia de los subordinados,
el resultado es afirmativo. La increíble hegemonía de las FDI en la sociedad israelí y por tanto el
orgullo de la pertenencia a esta, es punto cardinal para la confianza que depositan en su autoridad
y por tanto fundamental para la conversión de hombres y mujeres corrientes a perpetradores/as.
Por tanto, para nuestra segunda hipótesis, es la legitimidad del ejército israelí que produce el “no
pluralismo” y refuerza el sentimiento de pertenencia de los perpetradores/as, que refuerza la
“ética de la obediencia”, aunque no podemos confirmar la hipótesis por nuestra falta de
representatividad, podemos decir que en la medida de nuestro trabajo, así es.
La inhumanidad como función social de la distancia y la complicidad después de los actos y su
curso secuencial de la acción, han sido las variables más complicadas de evidenciar. Como hemos
apuntado son variables de las que los testimonios no son conscientes y son difícilmente
observables con nuestro método. Lo que si hemos podido dilucidar es que dado a las
características burocráticas de la organización a la que pertenecen los perpetradores/as y a los
26
testimonios observados, tales procesos estarían dentro de la normalidad del funcionamiento de
las FDI y se han visto tendencias que lo confirmarían. La tecnología moralizada y la
responsabilidad flotante, en cambio, están presentes en la mayoría d los testimonios. Por una
parte se han visto ejemplos expuestos que muestran que en el momento de proceder no había
inhibición moral respecto a ciertas operaciones y en cambio gran orgullo de llevarlas a cabo. Por
otra parte queda clara la responsabilidad flotante cuando no hay, excepto una, referencia a la
responsabilidad de los actos por parte de los testimonios, y por parte de la propia organización
solo se da en contraposición al discurso institucional de las “manzanas podridas” para trasladarlo
a un nivel estructural y sistemático.
La violencia autorizada es vital para el proceso, tanto en la que según Israel es legal como en
aquella que ellos llamarían de “manzanas podridas” pero que es sistemática. Se ha podido ver
que los castigos a acciones como disparar a un niño palestino son menos graves que los de no
registrar un camión y por tanto la acción en sí misma pierde gravedad. En general además en el
propio protocolo es indiferente el orden entre comprobar si un potencial enemigo porta arma y
luego, si así es, disparar, o al revés. Otro componente fácilmente comprobable ha sido como la
socialización en el campo, la rutina de la violencia, afecta a la reconsideración de lo que es normal
o no, y por tanto lo que es corriente o no, lo bueno o malo.
La presión de grupo ha sido la más explícita de las variables que menguan la inhibición moral o
que la hacen superar: el rechazo, la exclusión y la asignación de trabajos más pesados a los
combatientes funcionan en su conversión a perpetradores/as.
Por último la importancia de la ambición profesional vista por Arendt (1999) y Browning (1998)
en sus estudios, no nos ha constado con nuestros testimonios, y no se ha visto ninguna evidencia
de que la variable como tal importe demasiado. Lo que si se ha visto es el interés del individuo
por hacer bien su trabajo y mostrarse orgulloso por eso. Pero por lo que se nos aparece, tal actitud
parece normal si consideramos que, por las otras variables ya mencionadas, el perpetrador se
toma su misión como un trabajo como cualquier otro y es esperable que lo deseado sea hacerlo
bien. Es decir, parece ser que la ambición profesional es más una consecuencia de la
consideración del trabajo como cualquier otro, exento de inhibiciones morales, que una causa de
la conversión de hombres corrientes a perpetradores.
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6. CONCLUSIONES
En este documento se ha tratado de aplicar y comprobar la validez de las teorías sobre los
perpetradores/as para los partícipes de la violencia israelí sobre el pueblo palestino y así entender
los procesos y razones de la participación de hombres y mujeres corrientes en crímenes de
guerra, de lesa humanidad o incluso de prácticas sociales genocidas. En especial se ha enfatizado
la teoría de Bauman (1977), basada en los experimentos de Milgram (1974), sobre la “ética de la
obediencia”, dónde la misma esencia burocrática toma un papel esencial en disponer la situación
para que a los individuos les sea más fácil superar las inhibiciones morales.
La teoría sobre los perpetradores/as y más aún la perspectiva de prácticas sociales genocidas
parece anudar la equiparación entre el Holocausto y el conflicto iseraelopalestino, pero no es esa
la intención. La relación está en que el Holocausto dio el punto de partida a las teorías sobre
perpetradores/as y, en que así como en la Alemania nazi se produjeron crímenes contra la
humanidad, en Israel se están produciendo y son sus hombres y mujeres corrientes los partícipes.
Pero esto no es ni sinónimo ni pretensión de equiparar ambos desastres, sino de usar la teoría
existente como herramienta de análisis.
Respecto al método, el utilizado en el trabajo no es el más adecuado ni todo lo que se ha podido
extraer es en absoluto concluyente. Dado a la complicada forma de acceder al campo de
investigación de nuestro objeto de estudio nos hemos conformado con aproximarnos a la misma
y a utilizar aquellas fuentes que estaban a nuestro abasto, en este caso fuentes secundarias
(entrevistas a testimonios y datos estadísticos ya sistematizados y bibliografía). Por lo tanto lo
que se ha extraído solo es válido para nuestro análisis pero su valor está en dilucidar tendencias
y posibilidades para una futura mayor profundización. La dificultad metodológica se ha puesto de
manifiesto, sobretodo, en la comprobación de los componentes de la “Ética de la Obediencia”
dado a la naturaleza de las variables.
Ni podemos ni nos atrevemos a decir cuáles son las variables más importantes ya que nuestro
trabajo no es para nada representativo del fenómeno. Como suele, y debería, ser, parecen haber
más preguntas y dudas una vez hecha la primera aproximación que respuestas. Pero podemos
decir que nuestro objeto de estudio parece ser acertado para un buen análisis del caso de los
perpetradores/as israelís. Nada más lejos de acabar y ni siquiera empezar el debate, hay ciertos
puntos de las teorías estudiadas que parecen ser claros, así como otras pautas y variables que
deberían considerarse para próximos trabajos.
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En lo que se refiere al debate irreflexividad (Arendt) versus justificaciones del perpetrador
(Hilberg), en nuestro perfil, y podríamos suponer que es generalizable, se ha hecho evidente que
hay debate, no irreflexividad pero si “banalidad”, que hay consciencia, vacile, sobre la moralidad
de los actos. Pero, siguiendo a Hilberg, se superan o los evitan con las justificaciones que el
sistema pone al alcance. Es más plausible la conjunción de estructura y agencia (disposiciones de
la forma burocrática que potencian la no inhibición, sumadas a las justificaciones de los individuos
si surgen dudas o debates) que la tesis de una estructura cegadora o las agencias plenamente
autónomas.
Las variables que surgían de análisis más micro, como los de Browning, e incluso Arendt, son
acertadas, pero aparecen como elementos “aislados”, no es hasta que hay un marco teórico que
las englobe, una conjunción de las distintas perspectivas, que se dilucidan los procesos y
mecanismos que llevan a la participación de hombres corrientes en crímenes de guerra y de lesa
humanidad. El ejemplo que se nos ha aparecido más ilustrativo de esto es el de la consideración
de la variable de “ambición profesional” denotado por Arendt y Browning, que al integrarlo en la
teoría aparece más como una consecuencia de la conversión que como una de sus causas.
Durante el análisis de los vídeos y publicaciones de testimonios de Breaking the Silence de la
operación Plomo Fundido de 2009 han aparecido nuevas variables que durante el marco teórico
no habíamos tenido en cuenta y, en cambio, creemos que tienen mucha importancia estudiarlas
para considerarlas en próximos trabajos, en aquellos perpetradores que forman parte de una
operación militar ofensiva: (1) la diferencia entre las normas éticas que se trasladan a los soldados
en los entrenamientos y en ciertas zonas y la flexibilidad de estas en las zonas de operaciones
militares; y (2) el constante mensaje de amenazas terroristas en las áreas dónde está el ejército,
que crea la sensación de peligro constante y por tanto miedo, pero la no materialización de estas.
Otro de los debates que se nos ha ido presentando al analizar las declaraciones de testimonios,
pero al que no hemos podido llegar es el de la “crueldad y monstruosidad” de ciertas acciones
por parte de israelís, que en nuestra opinión aunque podría confundirse con la reacción
ideológica, más bien parece como una demostración de poder y una cierta satisfacción en el uso
de este que incluso parece que tuviera que ver con la autoestima de su autor. El debate sobre el
narcisismo como explicación de ciertas acciones violentas ha sido presentado en otros
fenómenos, pero sería interesante poder estudiarlo e igual encontrar que la monstruosidad y
crueldad impuesta sobre alguien no tiene nada que ver con la víctima, sino con su autor.
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Por prevención, la tesis de que la estructura y características de la burocracia es un factor
determinante en la conversión de hombres y mujeres corrientes a perpetradores/as no pretende
culpabilizar a una institución ni del holocausto ni del conflicto israelí como si esta fuera en sí
misma el diablo y la única responsable. Nada más lejos de esto, la burocracia tiene ciertas
características que producen consecuencias en sus miembros que junto a otra multiplicidad de
factores pueden acabar contribuyendo al desastre, sin olvidar que sus miembros, más
constreñidos o menos, son capaces de pensar.
Para finalizar una conclusión que se ha podido extraer del trabajo realizado es la sospecha, y por
los hechos casi la comprobación, de que la oración “conversión de hombres y mujeres corrientes
a perpetradores/as” invoca al equívoco. Y aunque se comprende por la noción de cambio, no es
menor en sus consecuencias para la comprensión, por la imagen que provoca: el hombre normal,
corriente, bueno, etc. versus el hombre perpetrador, cruel, no normal. Creemos que tal
contraposición enmascara más que explica. En cambio creemos que es mucho más ilustrativa,
más plausible y realista: “hombres y mujeres corrientes perpetradores”.
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7. BIBLIOGRAFÍA
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