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Bogotá, 4 de Marzo de 2013
Honorable Magistrado
JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB
Secretaría GeneralCorte Constitucional de Colombia
REF: Expediente D-9499
Acto legislativo 1 de 2012,
Artículo 1
Honorable Magistrado:
En respuesta a la invitación a participar en “el debate jurídico que plantea el ciudadano
en la demanda de la referencia” me permito presentar este escrito con algunas
consideraciones y reflexiones sobre el tema debatido, no sin antes hacer algunas
aclaraciones previas:
Sobre la FIP y su aporte al debate
La Fundación Ideas para la Paz –FIP- es una organización de origen empresarial, que se
constituye en un centro de pensamiento cuyo objetivo es apoyar, promover e impulsar
políticas públicas que contribuyan a la superación del conflicto armado en Colombia.
En mi condición de coordinador del área de Postconflicto y Construcción de Paz de la
FIP, me permito agradecer la invitación que se me hizo para participar en el debate de la
demanda de la referencia y procedo a exponer las opiniones y conceptos que me ha
suscitado la lectura de la demanda en cuestión.
Vale la pena aclarar que mi intervención no contiene argumentos propios del juicio de
constitucionalidad del acto legislativo 1 de 2012, pues tal objetivo desborda mi
experticia. El propósito de este documento es aportar ideas y consideraciones, de
conveniencia e idoneidad de la norma demandada para contribuir a la superación del
conflicto armado en Colombia.
Los alcances de la Demanda
A lo largo del documento los demandantes del artículo 1 del acto legislativo no 1 de
2011 (Marco Legal para la Paz, en adelante MLP) consideran que la obligación delEstado de investigar y juzgar todas la violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho
Internacional Humanitario, debe tener un carácter estrictamente universal. Según su
opinión, contra este universalismo conspira la autorización contenida en el MLP de
permitir que el Congreso, por iniciativa del gobierno nacional, determine a través de una
ley estatutaria “criterios de selección que permitan centrar los esfuerzos de la
investigación penal de los máximos responsables de todos los delitos que adquieran la
connotación de crímenes de lesa humanidad, genocidio ….” Igualmente controvierten el
hecho de que la norma solo se refiera a la selección de los “crímenes de guerra
cometidos de manera sistemática”, pues quedarían por fuera aquellos crímenes de
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guerra cometidos de manera esporádica, aunque puedan revestir enorme gravedad.
Finalmente, impugnan la facultad conferida al Congreso, de “autorizar la renuncia
condicionada a la persecución judicial penal de todos los casos no seleccionados”.
En muchos apartes de la demanda, se afirma que la realización de los derechos de las
víctimas a la verdad, la justicia y la reparación y la no repetición, depende de maneracrucial de la intervención de la justicia penal para exigir cuentas a todos los criminales y
victimarios. Esta intervención judicial es reputada como una condición de posibilidad
para la realización de los derechos de las víctimas.
El argumento constitucional fundamental de los demandantes consiste en que el MLP,
en los aspectos demandados, constituye una sustitución de la Constitución Política de
1991, por lo cual desborda la facultad de reforma del constituyente derivado, esto es, del
Congreso de la República. Para sustentar esta impugnación, se basan en los criterios que
ha elaborado la misma Corte Constitucional para tipificar las “sustituciones” de la
Constitución Política y en la noción de “bloque de constitucionalidad” que incorpora los
tratados internacionales de derechos Humanos a la Carta Política. Al contrastar el MLPcon dichos criterios concluyen que se trata de una sustitución de la Constitución
Política, por lo cual solicitan la exclusión del ordenamiento jurídico de los aspectos
demandados.
Y de la justicia Transicional ¿Qué?
Un aspecto que resulta significativo es que la noción de Justicia Transicional no es
mencionada en parte alguna de la demanda - salvo cuando transcriben apartes del MLP-
a pesar de que el acto legislativo No 1 de 2012 fue tramitado con la siguiente leyenda:
“Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos de Justicia Transicional en el
marco del artículo 22 de la Constitución Política y se dictan otras disposiciones”.
Igualmente, no hay practicamente ninguna alusión al contexto en el que se tramitó el
MLP ni respecto del entorno en el cual tendrá que aplicarse. Esta omisión podría
deberse a la técnica del juicio de constitucionalidad-eminentemente normativo-pero no
deja de producir la sensación de que estamos ante verdades jurídicas, eticas y políticas
atemporales, universales y abstractas que no permiten ningún grado de adaptación al
contexto sin grave menoscabo para la esencia de las mismas.
Más notoria es la no alusión al concepto de Justicia Transicional pues parecería que tal
noción no es de buen recibo en una parte- y no la menos importante- de la comunidadde organizaciones colombianas defensoras de los derechos humanos. Un mensaje aún
más perturbador, implícito en ese omisión, es que Colombia parecería no haber estado
sometida a las vicisitudes de un conflicto armado, sino que ha sido una democracia
asediada por terroristas y violadores de derechos humanos. No hay ningún conflicto que
superar ni transición que recorrer. Se trata tan solo aplicar la ley penal para sancionar a
los violadores de derechos humanos.
La pertinencia de la Justicia Transicional
En abierta contradicción con el rechazo de la noción de Justicia Transicional implícito
en la demanda contra el MLP, en este documento consideramos que esa noción es nosólo idónea sino necesaria para superar el conflicto armado en el que Colombia se
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debate desde la década de los años 60. Por lo tanto, el MLP debe darle sustento a una
serie de decisiones políticas y jurídicas que deben permitirle al Estado y a los
ciudadanos colombianos hacer el tránsito de una situación de conflicto armado a otra de
vigencia plena del Estado de Derecho y de la democracia política.
Por lo anterior consideramos útil aportar algunos criterios analíticos y empíricos paraabordar las estrategias de justicia transicional. Se trata de un conocimiento y una
información producida por académicos, investigadores y diseñadores de política
(policymakers) que han reflexionado sobre las estrategias de Justicia Transicional que
se han adoptado en diversos países del mundo.
La definición de Justicia Transicional1
Lo primero es definir qué entendemos por Justicia Transicional. Para ello nos basamos
en la propuesta del ICTJ, entidad especializada en el tema2:
La Justicia Transicional (JT) es la respuesta a violaciones masivas o sistemáticas dederechos humanos. Busca el reconocimiento de las victimas así como promover
posibilidades de paz, reconciliación y democracia. La JT no es una forma especial de
justicia sino una justicia adaptada a sociedades que se están transformando a sí
mismas después de un periodo de abusos generalizados de derechos humanos”.
Este enfoque se inició en la década de los 80 y principios de los 90, alrededor de los
procesos de transición que se estaban dando en Latinoamérica y en Europa del Este, en
la medida en que los cambios de régimen en algunos países de esas regiones iban
acompañados de demandas de justicia respecto de actos violatorios de derechos
humanos cometidos bajo los regímenes políticos que se estaban abandonando. Se
trataba, por lo tanto, de responder a esas demandas de justicia pero sin arriesgar las
transformaciones que se estaban produciendo.
Las aproximaciones a la Justicia Transicional
Aparte de la definición general arriba transcrita, respecto de la cual es posible predicar
un relativo consenso entre funcionarios, políticos, académicos, defensores de derechos
humanos y promotores de paz, las divergencias y controversias aparecen cuando se trata
de concretar cuales son los mecanismos, procedimientos y estrategias para lograr los
objetivos de “paz, reconciliación y democracia”.
En esta materia es posible identificar por lo menos cuatro aproximaciones al tema:
La aproximación maximalista: Considera que los violadores de derechos humanos –de
un régimen autoritario o de un conflicto interno- se deben someter a estrictos procesos
judiciales para evitar que en el futuro se produzcan nuevas violaciones. De esa manera
se establece y legitima el Estado de Derecho y se fortalece la democracia. De no hacerse
así, se está promoviendo la cultura de la impunidad, se erosionan las bases del Estado de
Derecho y se fomenta la justicia privada.
1Para el desarrollo general de este texto nos hemos basado fundamentalmente en el texto de Tricia D,
Olsen, Leigh Payne, Andrew G. Reiter,Transitional Justice in Balance- Comparing Processes, Weighing
Efficacy, United States of Peace Press, Washington DC (2010) . En adelante se hará alusión a este textocomo el Balance2
ICTJ, “What is Transitional Justice?” (Traducción libre)
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La aproximación holística o integral: Este enfoque se separa de los tres anteriores por
considerar que aquellos reducen demasiado los mecanismos para luchar por los
derechos humanos y para manejar el legado de violencia del pasado. Esta posición es
promovida por el ICTJ y en el siguiente texto explica su alcance de manera elocuente
(con traducción libre):
“Si no hay ningún esfuerzo por decir la verdad o reparar …castigar a un pequeño
número de perpetradores puede ser visto como una forma de venganza política. Decir
la verdad sin conexión con los esfuerzos por castigar a los abusadores y por hacer
reformas institucionales, puede ser visto como simplemente palabras. Hacer
reparaciones que no estén vinculadas con procesos penales o mecanismos de verdad
puede ser percibido como “dinero sangriento,” esto es, como un intento de comprar el
silencio o la aquiescencia de las victimas. Igualmente, reformar las instituciones sin
ningún esfuerzo por satisfacer las legítimas expectativas de justicia, verdad y
reparación de las víctimas, no solo es ineficaz en términos de rendición de cuentas
(accountability), sino de improbable éxito en sus propios términos”.
La aproximación integral u holística consiste pues en abrir el abanico de mecanismos
para lograr la combinación de ellos que mejor se adecue a las muy disímiles situaciones
y contextos que deben ser enfrentados en los procesos transicionales.
Sin duda de la lectura del Marco Legal para la Paz se puede colegir que su fundamento
está más cercano a la aproximación holística que a cualquiera de las otras. Los
demandantes, por su parte están claramente inscritos en la aproximación maximalista,
en la medida en que se concentran de manera exclusiva en los aspectos de la norma que
según ellos vulneran la obligación del Estado de investigar, juzgar y castigar
judicialmente todas las violaciones de los derechos humanos.
Las estadísticas de la Justicia Transicional3
En uno de los mas completos estudios que se han llevado a cabo sobre el desarrollo de
estrategias de justicia transicional en diferentes países del mundo (que incluye
información sobre 161 países, en el periodo comprendido entre los años 1970 y 2007),
se señala que la utilización de procesos judiciales es más recurrente en las transiciones
de regímenes autoritarios a la democracia, o con posterioridad a golpes de estado,
alzamientos militares o a pequeñas revueltas. Son menos usuales cuando se trata de
superar una situación de conflicto o guerra civil. Así, nos explican los autores del
Balance, en el primer caso (transiciones políticas) el numero de procesos judicialesidentificados es de 228 mientras que con posterioridad a un conflicto armado o guerra
civil (más de 1000 muertos en combate) el número de juicios es apenas de 39.
En cuanto a otra de las figuras propias de la justicia transicional que es la de la amnistía,
los investigadores señalan que son levemente menos utilizadas en transiciones políticas
(209) que en contextos de guerra civil (215). En general las amnistías tienden a ser
otorgadas a los oponentes del Estado (133 en contextos políticos y 172 en contextos de
guerra) mientras que muchas menos son concedidas a agentes del Estado (48 casos en
contextos políticos y un caso en contextos de guerra civil). En general se aplican más
amnistías que procesos penales tanto a agentes del Estado como a opositores políticos.
3 Balance ibidem
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Por considerarlo de interés, transcribimos el siguiente cuadro que contiene informaciónestadística sobre la Prevalencia de Mecanismos de Justicia Transicional (1970-2007)4
Mecanismo Número Porcentaje
Procesos penales 267 32
Comisiones de la Verdad 68 8
Amnistías 424 50
Reparaciones 35 4
Purgas Institucionales 54 6
Total 848 100
Como se observa el mecanismo más utilizado es la amnistía con una 50% de
prevalencia, seguida de lejos por los procesos penales.
Los conflictos armados y la justicia Postconflicto
Cuando la justicia transicional se aplica a sociedades en tránsito del conflicto armado a
la paz, se utiliza la denominación de justicia postconflicto. Es claro que cada vez se dan
más procesos de Justicia Postconflicto, pues mientras que los regímenes abiertamente
dictatoriales han disminuido en el mundo, los conflictos armados internos han
proliferado o se han mantenido.
La información estadística propuesta por el Balance, muestra que la aplicación de los
procesos penales en el postconflicto se ha incrementado en forma notoria desde los años
90, con posterioridad a la terminación de la Guerra Fría. De manera que la desaparición
del enfrentamiento entre las dos potencias incrementó las posibilidades de demandar y
aplicar justicia al terminar los conflictos armados internos. Pero en cuanto al uso de las
amnistías para superar y cerrar conflictos, la información muestra que también se ha
incrementado dentro del mismo periodo. De manera que no se trata de un recurso
descuidado o marginado, a pesar de la presión de la comunidad internacional para evitar
su utilización. Es cierto que en contextos de post-conflicto resulta mucho más complejo
y peligroso utilizar mecanismos de rendición de cuentas (proceso penales y Comisiones
de la Verdad) pues la posibilidad de incentivar el retorno a las armas de algunasfacciones rivales es muy alto. Un ejemplo de esos riesgos está bien tipificado en el caso
de Burundi, al finalizar el conflicto interétnico de los años 90. El mismo día en que se
esperaba el informe sobre los abusos cometidos durante el conflicto por parte de una
Comisión de la Verdad organizada por Naciones Unidas, se produjo un golpe de Estado
y se reinició el conflicto.
Algunas conclusiones de los investigadores del Balance pueden ser útiles para iluminar
el proceso en el que se encuentra Colombia. La información agregada muestra que: 1)
cuando se trata de terminar un conflicto armado que se ha caracterizado por altas dosis
de violencia, la sociedad se inclina por evitar los juicios y procesos penales. Acude por
4 Transitional Justice in Balance-ibidem
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lo tanto a otros mecanismos propios de la justicia transicional, como las amnistías o las
comisiones de la verdad; 2) En sentido contrario, mientras más largo ha sido un
conflicto armado, la tendencia de la sociedad es a enjuiciar criminalmente a los
rebeldes; 3) Cuando el conflicto se termina a través de un cese al fuego o un acuerdo de
paz, es más probable que los países expidan una amnistía que cobije tanto a los agentes
del Estado como a los rebeldes; 4) la presencia de Naciones Unidas en condición degarante de paz ( peacekeeper ) induce la utilización de comisiones de la verdad junto con
proceso penales para agentes del estado y rebeldes;
Como se puede deducir de las anteriores conclusiones empíricas –esto es que no tienen
pretensión normativa pues son anotaciones empíricas - el MLP abre un margen de
utilización de diversos mecanismos de justicia transicional que se ciñen a las
necesidades de superación de nuestro conflicto. Si la duración de la violencia que
hemos padecido inclina a los colombianos a enjuiciar penalmente a los rebeldes, esto se
logrará, sometiendo a juicio a los máximos responsables de las violaciones graves de los
Derechos Humanos, tanto rebeldes como agentes del Estado; si la sociedad, cansada del
conflicto y la severidad de la violencia que lo ha caracterizado, decide apuntar a uncastigo relativo compensado por un mayor acceso a la verdad, recurrirá a la Comisión
de la Verdad que contempla en mismo MLP. Podrá articular esa iniciativa de rendición
de cuentas con la atribución de beneficios como la suspensión de la pena, o del principio
de oportunidad o la suspensión de la acción penal, siempre que cumplan las condiciones
que establece el mismo MLP:“la dejación de las armas, el reconocimiento de
responsabilidad, la contribución al esclarecimiento de la verdad y la reparación integral
de las víctimas, la liberación de secuestrados y la desvinculación de los menores de
edad reclutados ilícitamente que se encuentren en poder de los grupos armados al
margen de la ley”.
El marco Legal para la Paz: una opción sensata y viable
Con base en lo dicho y en lo expuesto líneas arriba, la FIP concluye que el Marco Legal
para la Paz está inspirado en una concepción holística de la Justicia Transicional, que
considera que para la superación de un conflicto armado interno a través de una
negociación política, es necesario utilizar múltiples instrumentos diseñados para
alcanzar la paz. Estos mecanismos deben propiciar la sostenibilidad de los resultados, la
democracia política y la vigencia del Estado de Derecho.
Consideramos que la demanda interpuesta contra el MLP se concentra en uno solo de
los componentes de la norma que es el de potestad de seleccionar a los máximosresponsables de todos los delitos cometidos para ser enjuiciados penalmente. Con base
en ello afirma que se rompe el principio constitucional de igual protección ciudadana
ante la ley, se violan los derechos de las víctimas y, en consecuencia, se produce una
ilegitima e inconstitucional sustitución de la Constitución Política de 1991. En este
juicio aparece una evaluación recortada de la norma, que evade un análisis integral de la
misma.
Es inconcebible creer que los promotores de la demanda contra la facultad de selección
contenida en el MLP desconozcan que el juzgamiento de la totalidad de los
perpetradores de graves violaciones de derechos humanos es una quimera. No sólo por
la duración de nuestro conflicto sino por la masiva letalidad del mismo, es claro quenuestro precario sistema judicial no puede asumir esa titánica tarea.
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Puede uno preguntarse entonces ¿porqué pretenden mantener el principio en contravía
de los hechos? La única respuesta plausible es que tratándose de defensores de los
derechos humanos, consideran peligroso que se establezca una excepción al principio
universal de investigar y juzgar todas las violaciones de los derechos humanos y del
DIH, pues por ese agujero se pueden colar más adelante muchas otras excepciones. El propósito es loable, pero subsiste la pregunta de si el camino escogido es el mejor para
lograr el objetivo.
En nuestra opinión, excluir el principio de selectividad del ordenamiento constitucional
no mejorará la situación de las víctimas pues estas seguirán siendo afectadas por la
selectividad fáctica, carente de racionalidad visible y controlable. En esas condiciones
tendrán más posibilidades de esquivar la justicia quienes más poder tengan (tal vez los
máximos responsables), mientras que los subalternos o más débiles quedarán en manos
de una justicia congestionada, engorrosa y lenta, que difícilmente les resolverá la
situación jurídica. Las victimas entretanto tampoco verán satisfechos sus derechos.
Por su parte, el Estado hará un promesa de justicia que jamás logrará satisfacer.
Mantendrá así a una gran masa de desmovilizados en condiciones de limbo jurídico, con
lo cual disminuirá el incentivo de los excombatientes para retornar a la legalidad. Con
ello se afectará la legitimidad del Estado. Una legitimidad que es un recurso estratégico
para superar las situaciones difíciles que se tendrán que enfrentar en la eventualidad de
que los acuerdos de paz con la guerrilla logren su culminación.
En conclusión, en nuestra opinión el MLP, al facultar al Congreso por iniciativa del
gobierno nacional a seleccionar los máximos responsables de graves crímenes
cometidos durante el conflicto armado está obligando a que la selectividad fáctica se
transforme en una selectividad normativa, cuyas motivaciones sean públicas y
controlables. En esas condiciones la selectividad solo será legítima en la medida en que
contribuya de manera clara a la paz duradera y sostenible. Por lo demás el mismo texto
del MLP se afirma que la gravedad y la representatividad serán criterios para proceder a
la selección de casos. Igualmente señala que la Comisión de la Verdad podrá formular
recomendaciones para la aplicación de los criterios de selección.
Finalmente, creemos que el conflicto armado entre el Estado colombiano y las guerrillas
de las FARC y el ELN está en un momento de “madurez” para ser resuelto, entre otras
debido a que ninguna de las partes cree que logrará sus objetivos por la vía de la
violencia. Por lo demás el cansancio de la guerra por parte de los colombianos aseguraque, en la eventualidad de un acuerdo de paz genuino con las guerrillas, conduzca a los
ciudadanos a avalar la selección de los máximos responsables y el tratamiento
diferenciado para quienes no queden cobijados en esa categoría. Todo ello debe ser el
producto de una deliberación pública amplia y participativa.
Es nuestra opinión la Corte Constitucional debería declarar la EXEQUIBILIDAD de las
normas que autorizan a elaborar y aplicar criterios de selección para el juzgamiento
penal de los máximos responsables de graves violaciones de derechos humanos,
permitiendo al mismo tiempo que quienes no sean seleccionados reciban un tratamiento
penal diferente.
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El antecedente que mejor justifica la conveniencia de este recurso normativo, es el
desempeño de la justicia colombiana en la aplicación de la Ley de Justicia y Paz (975-
2005). Con seguridad las múltiples evaluaciones negativas de dicho proceso con las
AUC deben ser conocidas por la Corte Constitucional. La conclusión más evidente de
ese antecdente es que el Estado debe tener una concepción estratégica de los procesos
de negociación y de paz si quiere evitar el empantanamiento de los mismos, perdiendola posibilidad de CERRAR el atávico conflicto armado que nos corroe. En ese propósito
mantener la posibilidad de “determinar criterios de selección que permitan centrar los
esfuerzos en la investigación en los máximos responsables..” es una necesidad crucial.
Atentamente,
JAUN CARLOS PALOU TRIASCC 79140724 Usaquén