altlas marino costero de la guajira

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Atlas Marino Costero de La Guajira

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ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

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AtlasMarino Costero de

La Guajira

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Director General

Francisco Armando Arias Isaza

Subdirector Coordinación de Investigaciones (SCI)

Jesús Antonio Garay Tinoco

Coordinador Programa de Biodiversidad y Ecosistemas Marinos (BEM)

David Alejandro Alonso Carvajal

Coordinadora Programa Calidad Ambiental Marina (CAM)

Luisa Fernanda Espinosa Díaz

Coordinadora Programa Geociencias Marinas y Costeras (E) (GEO)

Blanca Oliva Posada Posada

Coordinadora Programa Investigación para la Gestión Marina y Costera (GEZ)

Paula Cristina Sierra Correa

Coordinador Programa Valoración y Aprovechamiento de Recursos (VAR)

Mario Enrique Rueda Hernández

Coordinador de Servicios Científicos (CSC)

Óscar David Solano Plazas

Santa Marta, 2012

Corporación autónoma Regional de La Guajira CORPOGUAJIRA

Director General

Arcesio José Romero Pérez

Secretario General

José Gregorio Roys Zúñiga

Subdirector de Gestión Ambiental

Jaime Pinto Bermúdez

Subdirector de Gestión de Calidad

Omar Obando Dáez

Jefe de Oficina de Planeación

Luís Medina Toro

Asesora Control Interno

María José Brujes González

Asesor Fortalecimiento Institucional

Jorge Miguel Guevara Fragoso

Jefe Oficina Jurídica

Mailene Laudith Robles Pinto

Supervisora del convenioCoordinadora Ecosistemas y Biodiversidad

Gregoria Fonseca Lindao

Citar como:

Corpoguajira e Invemar. 2012. Atlas marino costero de La Guajira. Serie de Publicaciones Especiales de Invemar No. 27. Santa Marta, Colombia. 188p.

Citar los capítulos:

Autores. 2012. Título del capítulo. Pp. (intervalo de páginas), en Corpoguajira e Invemar. 2012. Atlas marino costero de La Guajira. Serie de Publicaciones Especiales de Invemar No. 27. Santa Marta, Colombia. 188p.

Palabras clave: zona marino costera, La Guajira, atlas, MIZC.

ISBN: 978-958-8448-45-9

© Todos los derechos reservados, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o transmitida en ninguna forma o por ningún medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros, sin el previo consentimiento escrito del Invemar.

Revisión de estilo y apoyo en edición: Ana Catalina Reyes

Diseño e impresión: John Khatib / Carlos González - Ediprint Ltda.

Diagramación: Jorge Beltrán (ediprint.com.co)

Impreso en Bogotá, D. C. - Colombia 500 ejemplares

Nota aclaratoria de límites

Las líneas de delimitación fronteriza presentadas en los mapas son una representación gráfica aproximada, con fines ilustrati-vos y no expresan una posición de carácter oficial. El Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras -Invemar- no asume ninguna responsabilidad sobre interpretaciones cartográficas que surjan a partir de éstas.

Información imagen analigráfica guarda inicial

Se muestra una imagen estereoscópica analigráfica (efecto tridi-mensional al utilizar filtros rojo y azul) realizada con la fusión del modelo de profundidades digital GEBCO (General Bathymetric Chart of the Oceans) y el modelo de terreno SRTM (Shuttle Ra-dar Topography Mission) el cual pretende mostrar la formas de relieve oceánico y topográfico de la península de La Guajira.

Información imagen guarda final

Se muestra una imagen estereoscópica analigráfica realizada con técnicas fotogramétricas a partir de las bandas pancromá-ticas del satélite EROS – B, esta imagen fue adquirida el 26 de agosto de 2011 a la 1:17 pm en el sector de Dibulla, en La Guajira. En la parte izquierda de la imagen, se puede apreciar el Humedal Bello Horizonte y en la parte superior la playa de los Holandeses. Cerca de la parte superior e inferior derecha de la imagen, es discernible el arroyo Mosquito y sus formas de relieve asociado.

www.invemar.org.coCerro Punta Betín, Santa Marta DTCH, Colombia

PBX: +57 5 432 8600 • Fax: +57 5 432 8694 • A.A. 1016

Page 7: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

3Atlas Marino Costero de La Guajira

PrólogoLa Guajira pertenece al grupo de departamentos

que conforman la Región Caribe Colombiana, adentrán-dose en el mar Caribe. Es el primero con mayor costa sobre el mar, tiene una extensión de 20.848 km2, y está localizada a 1.121 km al norte de Bogotá y a 220 km al noreste de Barranquilla. La Sierra Nevada de Santa Marta aísla el territorio guajiro del resto del país, origina una vertiente propia (el golfo de Venezuela) y determina la sectorización natural y cultural de la península en tres subregiones (Alta, Media y Baja Guajira).

Está conformada por 15 municipios, 44 corregi-mientos, 69 inspecciones de policía, así como, nume-rosas rancherías. En el 2010 contó con una población de 818.695 habitantes. Desde la década de 1970 ha sido punto de llegada de movimientos poblacionales e inmigraciones de países de Medio Oriente, hecho que ha ocasionado un crecimiento poblacional acelerado que a su vez genera una riqueza demográfica mayor, al integrarse con el grupo indígena más grande del país, la etnia wayuu.

En su territorio se encuentran tres parques natu-rales y una gran variedad de actividades económicas y productivas, que hacen de estas tierras un lugar único. Su relación tanto geográfica como cultural con el mar, hacen de éste una de sus mayores riquezas, a la vez que uno de sus elementos más estratégicos en el actual esce-nario económico, político y social.

Por ello, para la Corporación Autónoma Regional de La Guajira – Corpoguajira-, es motivo de orgullo y satisfacción la presente entrega del Atlas de La Guajira a la comunidad regional, nacional e internacional, como parte de su gestión en la administración de los recursos naturales renovables de este departamento, como base para el desarrollo sostenible de la comunidad guajira en Colombia.

La información actualizada de la zona costera, sus aspectos físicos, composición poblacional y económica, bioprospección, territorialidad wayuu y futuro ambiental, son los principales temas que el lector encontrará de la mano de ilustraciones y mapas a diferentes escalas, gráficas actualizadas y fotografías de los mejores repre-sentantes de estas tierras, sus paisajes y habitantes.

Esta publicación no se hubiera logrado sin el apoyo, acompañamiento y dirección del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andreis – Invemar-, quien permitió desarrollar una rigurosa investigación científica orientada a promover la sostenibilidad ambiental en esta región de Colombia, mediante la formulación de lineamientos y estrategias de manejo integrado para esta zona costera.

Para alcanzar este fin, la investigación rigurosa permitió la recopilación de la información necesaria para presentar un panorama completo y actual de un departamento poco conocido a nivel nacional, pero determinante en el futuro de la Región Caribe y único en la composición física, social y ambiental del país.

Esperamos que la información aquí contenida sea la puerta que permita descubrir las riquezas geográfi-cas e históricas de La Guajira, además de incentivar la curiosidad por conocer a profundidad los encantos que esconden estas costas, e incrementar el sentido de per-tenencia y responsabilidad para con un departamento que espera paciente abrirse al mundo desde cada uno de sus encantos. Todo, a partir de criterios que favorezcan la toma de decisiones sobre el uso y mejor aprovecha-miento de los recursos marítimos, como eje fundamental para el desarrollo íntegro de estas tierras.

Arcesio José Romero PérezDirector General CORPOGuAJIRA

Page 8: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

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PrologueLa Guajira is one of the departments of Colombia’s

Caribbean Region; it is the one with the longest shore line. Its territory extends for 20.848 km2, and is located 1.121 km north of Bogotá and 220 km northeast of Barran-quilla. The “Sierra Nevada de Santa Marta”, tallest coastal mountain in the world (5.650 m), makes a natural barrier from the rest of the country which originates a unique landscape and a major hydrographical basin, and deter-mines the natural and cultural zoning of the peninsula into three sub-regions (High, Medium and Low Guajira).

La Guajira consist of 15 municipalities, 44 town-ships, 69 police inspections as well as many “rancherías”, or villages, of the Country’s largest indigenous group, the wayuu. In 2010, La Guajira had a population of 818.695 habitants. Since the 70´s this territory has experienced an increase in population and immigration flow from Middle Eastern countries. Such factors have led the region to experience rapid population growth which in turn, generates greater demographic wealth while integrating

both the immigrant and wayuu communities. Three parks and a variety of economic and productive activities make La Guajira a unique territory. The geographical and cultural location, in relation to the sea, makes La Guajira an economical, political, and social strategic territory.

For this reason, the Regional Autonomous Corpo-ration of La Guajira – Corpoguajira- is proud and satisfied to present this Atlas of La Guajira to the regional, national and international communities. This has been done as part of Corpoguajira’s participation in the administration of the department’s renewable natural resources in an attempt to develop a sustainable community in Colom-bia’s Guajira.

Topics such as the updated information of the coastal zone, the physical, economic and population compositions, the bioprospection, the territoriality of the wayuu community, and the environmental future will be discussed along the pages of the Atlas. These pages will also contain illustrations, maps at different scales, updated graphics, and the best photographs of the territory’s coun-tryside and lovely people.

This publication would not have been successful without the support, guidance and direction of the José Benito Vives de Andreis Institute for Marine and Coastal Investigation– Invemar, – that allowed the implementa-tion of scientific research focused in promoting environ-mental sustainability in this region of Colombia.

This task has been accomplished through the formulation of strict guidelines and integrated manage-ment strategies. The rigorous research has allowed the collection of the necessary information to file a complete and current panorama of La Guajira, an almost national unknown department that is of major physical and social importance for both the Caribbean region and country’s development.

We hope that the information contained here opens the doors to the discovery of the geographical and historical treasures of La Guajira. We also hope that such information motivates the curious search for these coasts’ deeply hidden treasures and increases the sense of belonging and responsibility with the department which patiently awaits the moment to reveal its secrets and magic to the world. All of the above should be done in a way that not only favors the protection and responsible use of the territory’s maritime resources, but also the role it plays as a critical factor in the successful development of these lands, La Guajira.

Page 9: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

5Atlas Marino Costero de La Guajira

Presentación“El valle de piedras, la patria de los vientos, cuna

de la libertad binacional del wayuu, el terruño amado…¡la provincia de los sueños de nuestros abuelos!”

Descripción de La Guajira - Indígena wayuu

Una tierra con tradiciones inmemorables, donde la calidez de su gente y la colosal belleza de sus paisajes, entre el mar y la tierra, entre el desierto y el oasis, deslumbran a cada instante. Ubicada en la zona más septentrional de Suramérica, La Guajira es la tierra donde se mezclan armo-niosamente el mar, el sol, la montaña, el desierto y la calidez de su gente; entre tradiciones, culturas e historia, como en ningún otro lugar del mundo.

Con base en esto, y teniendo en cuenta que para orientar la planificación integral de la zona costera en Colombia, se promulgó en el año 2000 la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (PNAOCI, 2000), en la cual se establecen geográficamente regiones de planificación y ordenamiento ambiental terri-torial, proponiendo como instrumento la subdivisión en unidades ambientales costeras; La Guajira se convierte, en esta ocasión, en objeto de estudio con el ánimo de pre-sentar al público el patrimonio marino de esta área y, por primera vez, la información cartográfica marina de este departamento que no había sido publicada a manera de compendio para su lectura y difusión.

A continuación el lector encontrará una investigación básica y aplicada, presentada a partir de un lenguaje sencillo, pero con todo el rigor científico, que el Instituto de Investi-gaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis

– Invemar- en acción conjunta con la Corporación Autó-noma Regional de La Guajira (Corpoguajira), desarrollaron con el firme propósito de presentar al público en general el diagnóstico, la zonificación, la estructura socioeconómica y cultural única de este territorio nacional ampliamente mencionado, pero no siempre conocido, desde un enfoque sistémico y cartográfico propio para describir con más pre-sencia el área marina y costera en el territorio regional y nacional.

A través de una serie de instrumentos tecnológicos e investigativos, tales como reconocimientos de campo y con sensores remotos, cruceros oceanográficos, entrevistas, talleres de participación comunitaria, talento humano y recursos económicos de ambas partes, surge esta publica-ción donde la cartografía temática, dentro de la geografía, ayuda conceptualmente a la elaboración de mapas que proveen información no limitada a la descripción y, en

cambio, presenta cada vez más datos sobre fenómenos, prácticas, costumbres y consecuencias sobre fenómenos naturales y sociales que rediseñan permanentemente este territorio particular.

La iniciativa de este atlas nace del interés científico del Invemar y Corpoguajira por el conocimiento geográfico, histórico y cartográfico de La Guajira. A partir de una serie de investigaciones marinas llevadas en toda la península durante cinco años, el objetivo de dar a conocer la posición privilegiada de este departamento con el litoral más extenso del Caribe continental colombiano, se conjuga con el ánimo de presentar a una región, y a un país, las maravillas cultu-rales, bióticas y minerales de una zona llena de contrastes y misterios. La Guajira se abre aquí como un mosaico de los ecosistemas marinos y costeros más productivos y diversos del planeta, con sus arrecifes de coral, mamíferos acuáticos, manglares y humedales costeros, entrelazados en perfecta armonía con aquellos continentales igualmente complejos e insondables como el bosque húmedo tropical y el desierto. De igual manera, es una tierra compleja de culturas, etnias y procesos históricos que han marcado el devenir de la Región Caribe y, en cierta medida, de Colombia también, como fuente de riquezas económicas y minerales.

La Guajira ha sido desde siempre foco de enormes intereses: comerciales, económicos, culturales, ambientales y sociales. Por eso, para intentar conocer la realidad actual de esta región, es necesario no sólo hacer uso de un mate-rial descriptivo, que permita crear un marco contextual, desde el punto de vista biofísico y socioeconómico, sino también examinarlos a la luz de sus propios habitantes, en un contexto global que, permita comprender los procesos que viven.

Esperamos que la páginas que encontrará a continua-ción constituyan un aporte al conocimiento de múltiples temáticas en el territorio marino y costero de La Guajira, para así contribuir proactivamente a la construcción de políticas y estrategias de desarrollo sostenible para esta porción del territorio colombiano, acorde con la preserva-ción integral de los valores de diversidad cultural y biológica de este mágico territorio bañado por el mar.

El territorio marino y costero de La Península de La Guajira espera paciente la mirada sincera de todos aquellos que quieran conocerla!

Francisco Armando Arias IsazaDirector General InVEMAR

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Presentation“The valley of stones, the home of the winds, cradle

of liberty in the two nations of the wayuus, the beloved homeland…¡the province of our grandfather’s dreams!”

Description of La Guajira - Wayuu Indian

The National Environmental Policy for Sustaina-ble Development of the Oceanic Spaces and Coastal and Insular Areas of Colombia (PNAOCI, 2000) was issued in the year 2000 to guide the comprehen-sive planning of the coastal zones in Colombia. The PNAOCI geographically establishes planning regions and a set of environmental and territorial organization and proposes the division of the land into coastal environmental units (UAC, for its name in Spanish). With the previous in perspective, La Guajira becomes, on this occasion, major subject of study with the aim of presenting to the public the marine heritage of the area, and for the first time, the marine cartographic information of the Province or Department as it is used in Colombia´s Political division, is presented to public.

The reader or researcher will find in this book presented in a simple language, yet with all the scien-tific rigor that the Institute of Marine and Coastal Research José Benito Vives de Andreis - Invemar- along with the Corporation Regional Autonomous of La Guajira (Corpoguajira), developed with the firm purpose of issuing to the general public the diagnosis, zoning, economic and cultural structure of the department, commonly mentioned, but not always known, from a systemic and cartographic view which will allow the description of a land that has the most extense coastal line and maritime territory in all Colombia.

This atlas came to life thanks to the scientific interest of Corpoguajira and Invemar, who wanted to expand the geographic, historical and cartographic knowledge of La Guajira. From a series of research activities carried across the peninsula for five years, with the aim of making known the privileged position of this department of the Colombian Caribbean conti-nental coastal region with the intention of presenting the cultural and natural wonders of La Guajira.

The work was accomplished through a series of technical and research instruments, such as remote sensing, oceanographic cruises, sample analysis, field interviews, workshops and community participation

along with the human talent and financial resources of both entities. Here, you’ll find an atlas where the thematic mapping, within the geography, will help further conceptual creation of maps that can provide unlimited descriptive information. This publication presents, along with information of natural pheno-mena, findings about cultural practices, traditions, and their consequences on the social aspects of the region which constantly redefine this particular terri-tory.

La Guajira is a mosaic of the world’s most pro-ductive and diverse marine ecosystems; its coral reefs, aquatic mammals, mangroves and coastal wetlands, intertwined in perfect harmony with those continental equally complex and unfathomable ecosystems such as the tropical rainforest and desert. Similarly, this land is a complex mix of cultures, ethnicities, and historical processes that have marked the develop-ment of the Caribbean Region and to some extent, Colombia as well. From its indigenous population, the largest native population in the country, and its multicultural conquest before Columbus to its dis-covery as a source of economic wealth and minerals, La Guajira has waited patiently for those who would sincerely appreciate its diversity after a long time of being underestimated.

One of the environmentally complex areas of the country, in every way possible, La Guajira has always been the focus of enormous interest: commer-cial, economic, cultural, environmental and social. In order to understand the current reality of this region, it is necessary not only to use descriptive material, allowing the creation of a contextual framework from the biophysical and socio-economic viewpoints, but also considering its inhabitants’ perspective while evaluating such in a global context in an attempt to understand the processes they are currently living and those they will be experiencing in the future as a result of the various projects that have been developing the area, its potential, resources and dedication.

We hope the pages that you will read contribute to the understanding of the marine, coastal and cul-tural characteristics of La Guajira thus contributing to positively design of policies and strategies for the sustainable development of the Department, with a human sense, and above all, in agreement with the natural attributes of this magical land and in harmony with its rich environment.

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7Atlas Marino Costero de La Guajira

AgradecimientosUn reconocimiento a todas aquellas personas e ins-

tituciones que aportaron significativamente al estudio de caracterización de la zona costera del departamento de La Guajira en el año 2006 y 2007, proyecto que generó resultados que se convirtieron en el principal insumo para el desarrollo de esta publicación. Queremos agradecer en primera instancia a cada uno de los investigadores del proyecto y contratistas de las distintas disciplinas de Invemar, Corpoguajira, Centre National de Recherche Scientifique CNRS (Francia), líderes y representantes de la comunidad wayuu y asesores científicos internacionales en taxonomía (Museo de Historia Natural Marino Nueva York y Universidad de Murcia).

Una especial mención al equipo de apoyo logístico (conductores, lancheros, auxiliares de campo y tripu-lación de B/I Ancón del Invemar) y al personal de la dependencia administrativa tanto del Invemar como de Corpoguajira, cuya labor resultó imprescindible para la obtención de resultados y el buen curso de la gestión administrativa.

Así mismo queremos expresar especial agradeci-miento al doctor Wilder Guerra, quien con su conoci-miento enriquece el contenido de este Atlas a partir de los resultados de su investigación en la relación de la cultura wayuu con el mar.

Finalmente destacamos el apoyo recibido por la oficina de comunicaciones de Corpoguajira, en especial del fotógrafo Erick Iván Mejía Aragocés, quien puso a disposición buena parte de su biblioteca de fotografía digital para la ilustración de contenidos de esta publica-ción y a la Coordinadora de Ecosistemas y Biodiversidad de Corpoguajira la bióloga Gregoria Fonseca integrante del equipo de trabajo del convenio Invemar-Corpoguajira 2011. A las investigadoras Yeimy Vargas y Milena Hernán-dez por su apoyo en la estructuración del material para diagramación. Al geógrafo José Fuentes y al ingeniero Daniel Rozo del Laboratorio de Sistemas de Información del Invemar por su apoyo en el diseño de la cartografía y a Carolina García Valencia por su asesoría en contenidos y diseño de la publicación.

A todos muchas gracias.

Page 12: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

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Instituciones copartícipes

Es un ente corporativo de carácter público creado por la Ley 99 de 1993, integrado por las entidades terri-toriales, que por sus características constituyen geográfi-camente un mismo ecosistema o conforman una unidad geopolítica, biogeográfica o hidrográfica, dotados de auto-nomía administrativa y financiera, patrimonio propio y

personería jurídica. Es la máxima autoridad ambiental en el departamento de La Guajira, encargada de administrar los recursos naturales renovables y el ambiente, generando desarrollo sostenible en el área de su jurisdicción. Tiene su sede principal en la capital del departamento, Riohacha. Enlace: www.corpoguajira.gov.co

Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira)

El Invemar es una organización de investigación científica y tecnológica sin ánimo de lucro vinculada al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Terri-torial, enmarcada dentro del derecho privado según lo establecido por el Decreto 393 de 1991 y la Ley 29 de 1990. Reorganizado por el Artículo 18 de la Ley 99 de 1993, Decreto 1276 de 1994 y por sus últimos estatutos aprobados en 2005.

La misión del Invemar es realizar investigación básica y aplicada de los recursos naturales renovables y del medio ambiente en los litorales y ecosistemas marinos y oceánicos de interés nacional, con el fin de proporcionar el conocimiento científico necesario para la formulación de políticas, la toma de decisiones y la elaboración de planes y proyectos que conduzcan

al desarrollo de éstas; dirigidos al manejo sostenible de los recursos, a la recuperación del medio ambiente marino y costero, y al mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos, mediante el empleo racional de la capacidad científica del Instituto y su articulación con otras entidades públicas y privadas.

El Invemar colidera mediante convenio (034-2010) la cooperación para construir una base de datos y Atlas Marino costero como catálogo central para facilitar una aproximación más integrada al manejo de estos recur-sos, y sirva como instrumento de apoyo a las diferentes instituciones en la planificación, gestión, formulación e implementación de proyectos ambientales. Enlace: www.invemar.org.co

Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives De Andréis (Invemar)

Page 13: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

9Atlas Marino Costero de La Guajira

ContenidoUn atlas para la zona marino-costera guajira 16

Marco geográfico 19Aspectos geográficos y cartográficos 19

Localización general 21

Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera 24

Clima y oceanografía 26Caracterización climática 26Caracterización oceanográfica 26Surgencia 27

Calidad de las aguas 29

Geología y morfología 35Formaciones geológicas 35Marco tectónico y estructural 35Evolución geológica 36Geomorfología y procesos morfo e hidrodinámicos 37

Sedimentología: parámetros texturales y de composición 42

La biota de la zona marino-costera de La Guajira 44

Ecosistemas continentales costeros 46Ecosistema de bosque húmedo subtropical 46Ecosistema de bosque húmedo tropical y seco tropical 46Ecosistema de desierto 48Ecosistemas de bosque seco y muy seco tropical 48Ecosistema de monte espinoso tropical 49

Ecosistemas marino-costeros 50Manglar 50Humedales costeros 58Formaciones coralinas 63Octocorales 66Playas arenosas y áreas de anidación de tortugas marinas 68Pastos marinos 75Ecosistema de fondos blandos 80

Fauna 83Fauna marina 83Especies marinas en peligro 114

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10

La población costera y sus actividades 116Aspectos demográficos 118

Distribución y crecimiento 118

Composición por edad y género 120

Grupos étnicos 120

Desarrollo social y económico 122

Usos y actividades económicas 126Pesca y acuicultura 126

Actividad agrícola 128

Actividad pecuaria 129

Desarrollo minero-energético y portuario 130

Desarrollo turístico, comercio y servicios 130

Aprovechamiento de fauna 131

Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 132

Aspectos generales 134Localidad 135Componente técnico 136

Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu 148

Los asentamientos costeros wayuu 151Embarcaciones 151Artes de pesca 153La concepción de territorio, vivienda y campamento 154Manejo de información y acceso a los recursos marinos 156Disputas entre pescadores 157Las representaciones del mar y de los seres marinos 158Epílogo 159

Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 160

La zona costera de La Guajira: realidades y potencialidades 162Gobernabilidad en la gestión costera de La Guajira 164

Actores locales 165

Mecanismos de coordinación y participación 166

Planificación y ordenamiento ambiental en la zona costera de La Guajira 167

Ordenamiento del Manglar 168Áreas Marinas Protegidas 173Cambio Climático 175

El MIZC una estrategia para la planificación y el desarrollo de La Guajira 177

Bibliografía 179

Page 15: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

11Atlas Marino Costero de La Guajira

Indice de mapas Mapa 1. Localización general del departamento de La Guajira. 20

Mapa 2. Mapa de información base para la zona costera del departamento de La Guajira. 22

Mapa 3. Fuentes de contaminación del agua en la zona costera de La Guajira . 31

Mapa 4. Indicador de calidad de aguas para preservación de flora y fauna (ICAMPFF) en la zona costera de La Guajira, en el periodo 2001-2010. 33

Mapa 5. Indicador de calidad de aguas para recreación, actividades náuticas y pesca (ICAMRAP) en la zona costera de La Guajira, en el periodo 2001-2010. 34

Mapa 6. Facies sedimentarias del departamento de La Guajira. 43

Mapa 7. Zonas de vida de holdridge identificados en los municipios costeros del departamento de La Guajira. 47

Mapa 8. Humedales costeros de los municipios de Riohacha y Dibulla en el departamento de La Guajira. 59

Mapa 9. Distribución de las formaciones coralinas someras y comunidades agregadoras de biodiversidad (50-70 m) en el departamento de La Guajira. 64

Mapa 10. Distribución de áreas de anidamiento de tortugas marinas en playas arenosas del departamento de La Guajira. 69

Mapa 11. Ecosistemas de litoral rocoso en el departamento de La Guajira. 74

Mapa 12. Distribución de los pastos marinos en la zona costera del departamento de La Guajira. 77

Mapa 13. Distribución de fondos blandos en la plataforma continental del departamento de La Guajira e identificación de áreas de muestreos biológicos realizados en los últimos años por Invemar y Corpoguajira. 82

Mapa 14. Distribución de registros de esponjas en cruceros de investigación realizados por Invemar y Corpoguajira, durante los últimos años. 85

Mapa 15. Distribución de registros de cnidarios en cruceros de investigación realizados por Invemar y Corpoguajira sobre la plataforma continental de La Guajira, durante los últimos años. 87

Mapa 16. Area de distribución de las principales agrupaciones de moluscos registradas en las campañas de investigación realizadas por Invemar y Corpoguajira en los últimos años. 90

Mapa 17. Distribución de registros de crustáceos en cruceros de investigación realizados por Invemar y Corpoguajira sobre la plataforma continental de La Guajira, durante los últimos años. 93

Mapa 18. Distribución de registros de equinodermos en cruceros de investigación realizados por Invemar y Corpoguajira, durante los últimos años. 99

Mapa 19. Distribución de registros de briozoos en cruceros de investigación realizados por Invemar y Corpoguajira, durante los últimos años. 102

Mapa 20. Distribución de registros de peces en cruceros de investigación realizados por Invemar y Corpoguajira, durante los últimos años. 105

Mapa 21. Distribución de avistamientos de mamíferos acuáticos en el departamento de La Guajira. 109

Mapa 22. Distribución de la población en los municipios en la zona costera del departamento de La Guajira. 119

Mapa 23. Desarrollo social básico de los municipios en la zona costera de La Guajira. 123

Mapa 24. Actividades económicas en la zona costera del departamento de La Guajira. 127

Mapa 25. Zonificación de manglares para el municipio de Uribia. 170

Mapa 26. Zonificación de manglares para el municipio de Dibulla. 171

Mapa 27. Zonificación de manglares para los municipios de Riohacha y Manaure. 172

Mapa 28. Portafolio de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad marina y costera del departamento de La Guajira. 174

Mapa 29. Áreas de inundación para los municipios de la zona costera del departamento de La Guajira. 176

Indice de tablasTabla 1. Referencia cartográfica. 19

Tabla 2. Hitos geográficos en el departamento de La Guajira. 21

Tabla 3. Áreas y longitudes aproximadas de la zona marina y costera de La Guajira. 23

Tabla 4. Áreas y extensiones aproximadas de los municipios en zona marina y costera de La Guajira. 23

Tabla 5. Series de la TSM en La Guajira. Estadística descriptiva (Tomado de Bernal et al., 2006). 27

Tabla 6. Principales fuentes terrestres de contaminación del agua identificadas en la zona costera de La Guajira. 30

Tabla 7. Caudales y contaminantes descargados por los principales ríos de La Guajira. 30

Tabla 8. Datos de sismicidad para la zona de estudio en los últimos 100 años. 41

Tabla 9. Listado de especies de manglar típicos en el departamento de La Guajira. 50

Tabla 10. Listado de humedales costeros del departamento de La Guajira, de acuerdo con la clasificación MedWet. 58

Tabla 11. Especies de corales pétreos registrados en el departamento de La Guajira con las referencias bibliográficas que las citan. 63

Tabla 12. Presencia-ausencia de distintas especies de corales y octocorales, encontrados en los censos visuales durante los muestreos de fauna epibéntonica asociada a praderas de Thalassia testudinum en once estaciones del departamento de La Guajira visitadas en agosto y noviembre de 2005. 66

Tabla 13. Listado de macroalgas asociadas a las praderas de pastos marinos en el departamento de La Guajira. 76

Tabla 14. Listado de organismos asociados a praderas de T. testudinum registrados durante los muestreos realizados en la época de transición y lluvias en La Guajira (Gómez et al., 2006). 80

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12

Tabla 15. Comportamiento de avistamiento de aves en La Guajira. Las especies señaladas con asterisco (*) son representadas en la figura 101. 107

Tabla 16. Especies de mamíferos registrados en la zona de manglar de bahía Portete, Alta Guajira. 107

Tabla 17. Especies de mamíferos amenazados observados en La Guajira. 108

Tabla 18. Lista de los mamíferos acuáticos reportados en La Guajira. 110

Tabla 19. Especies de la herpetofauna en el territorio de bahía Portete, Alta Guajira. 113

Tabla 20. Listado de especies con algún grado de amenaza, reportadas en los libros rojos de Colombia para la zona costera y marina del departamento de La Guajira. 114

Tabla 21. Número de habitantes de los municipios costeros de La Guajira para el año 2011. 118

Tabla 22. Resguardos indígenas existentes en los municipios costeros de La Guajira. 121

Tabla 23. Poblaciones indígenas talanqueras en el departamento de La Guajira. 122

Tabla 24. Porcentajes de población con NBI en los municipios costeros de La Guajira, 1993 y 2005. 122

Tabla 25. número de establecimientos de salud existentes en los municipios de La Guajira. 125

Tabla 26. ubicación de las áreas de pesca artesanal marino-costera de La Guajira. 126

Tabla 27. Estimación del rendimiento en peso de los bivalvos del ciclo de cultivo CC1 después de diez meses de cultivo. 143

Tabla 28. Rango de edad (A) e ingreso mensual (B) de la comunidad wayuu entrevistada en el área de estudio. 144

Tabla 29. Listado de caladeros enumerados por Giño Uliana, de Puesto Caracol. 157

Tabla 30. Caladeros citados por Talepito Wouliyuu, de la patria wayuu de La Raya. 157

Tabla 31. Sitios de pesca citados por Ministro Epieyuu de la comunidad de Laguna Grande. 157

Tabla 32. Algunas fortalezas y oportunidades que determinan potencialidades para la zona costera del departamento de La Guajira. 164

Tabla 33. Mecanismos de participación claves para la gestión ambiental de las zonas costeras en Colombia 166

Tabla 34. Categorías y criterios de zonificación para los manglares presentes en La Guajira. 169

Tabla 35. Áreas de manejo en el departamento de La Guajira. 169

Tabla 36. Áreas de manglar del SFF Los Flamencos. 169

Tabla 37. Líneas de acción propuestas para el MIZC de La Guajira. 178

Indice de figurasFigura 1. Sectorización de Alta, Media y Baja Guajira. 18

Figura 2. Perfil de la zona costera. 21

Figura 3. Área y extensión de los municipios en la zona marina y costera de La Guajira. 23

Figura 4. Límites fronterizos del departamento de La Guajira. 23

Figura 5. Trayectoria de los huracanes y tormentas tropicales que más han afectado la zona costera del Caribe colombiano. 26

Figura 6. A) Altura vs periodo de las olas para el segundo semestre del año en La Guajira; B) altura vs. dirección de las olas para el segundo semestre del año (Thomas, 2006). 26

Figura 7. Dirección predominante de las corrientes superficiales del Caribe para la época seca y húmeda. 27

Figura 8. Variaciones en la temperatura superficial del mar (SST) en el Caribe, en los meses de enero y junio. 27

Figura 9. Comportamiento en el agua del viento (velocidad y dirección), en relación con la extensión de la surgencia. 28

Figura 10. Variabilidad interanual media del sistema de surgencia de La Guajira, en términos de velocidad del viento y extensión del surgimiento de aguas frías, en relación con el Índice de Oscilación Austral (IOS) y EnOS. 29

Figura 11. Imágenes AVHRR promedio mensual de temperatura superficial del océano (1985-2005), para el Caribe sur (extensión costera del Caribe de Panamá, Colombia y el oeste de Venezuela hacia el sur, y hacia el norte Jamaica, Haití y República Dominicana 83° 58’ 48,17 oeste - 19° 00’ 39,56 norte a 68° 59’ 38,91 oeste – 07° 00’ 39,56 norte) (tomado de Petús et al., 2007a). 29

Figura 12. Vertimiento de agua residual doméstica en los municipios costeros de La Guajira. 32

Figura 13. Calidad de las aguas marino-costeras de La Guajira, evaluadas con el índice para A) preservación de flora y fauna (ICAMPFF); y B) para recreación, actividades náuticas y pesca (ICAMRAP), entre los años 2001 y 2010. Los números en las barras representan la cantidad de índices en esa categoría y los colores de las barras representan la calidad del agua. 32

Figura 14. Afloramiento de serpentinitas al norte del Cabo de la Vela. 35

Figura 15. Afloramiento de la Formación Monguí al suroeste de Riohacha. 35

Figura 16. Mapa tectónico del Bloque Península. 36

Figura 17. A) K2- Pg (Cretáceo-Paleógeno): cabalgamiento de la placa Caribe sobre la Sierra nevada de Santa Marta y la península de La Guajira; B) Eoceno- Oligoceno: deformación de la parte norte de la placa Suramericana por interacción con la placa Caribe, el desplazamiento de los bloques se da hacia el este con ángulo de 38° C) Comienza la rotación de la placa hacia el este; D) La Península y la SNSM se separan del norte de Los Andes produciendo la aparición del bajo Magdalena (Ingeominas, 2002). 36

Figura 18. unidades morfosedimentarias en el sector del Valle de los Cangrejos, entre los municipios de Riohacha y Manaure. 37

Figura 19. A) Laguna costera de Tukakas en Puerto López; la barrera litoral es un extenso campo de dunas (1), ecosistemas de manglar bordean la zona, favorecidos por el flujo y reflujo mareal (2). B) Laguna de Buenavista, ubicada al oriente de Riohacha, exhibe una espiga litoral que varía dependiendo de la época climática del año (3), la zona sureste de la laguna (4) es una franja de colmatación que se presenta cuando la espiga corta por completo la comunicación de la laguna con el mar. 37

Figura 20. Diferentes tipos de playas en el departamento de La Guajira. 38

Figura 21. Ejemplos de manglar en el Valle de los Cangrejos. 38

Page 17: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

13Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 22. Colina y plataforma de abrasión en el Cabo de la Vela. 38

Figura 23. Variaciones en la línea de costa en el Valle de los Cangrejos entre abril y noviembre de 2004. 39

Figura 24. Cambios en la línea de costa desde 1944 hasta 2003 en el corregimiento de Palomino, La Guajira. 39

Figura 25. Cambios en la línea de costa desde 1947 hasta 2003 en el municipio de Riohacha y Valle de los Cangrejos, La Guajira. 40

Figura 26. Dunas en La Guajira. 40

Figura 27. Diferentes tipos de dunas encontradas en el departamento de La Guajira. 41

Figura 28. Contribución de los bioclastos al total de cada una de las 152 muestras colectadas en la plataforma de La Guajira, entre -10 y -50 m de profundidad. 42

Figura 29. Vista de una fracción de bosque húmedo tropical de la Baja Guajira, en proximidades del río Palomino. 46

Figura 30. Vista general del matorral desértico de La Guajira. 48

Figura 31. Imagen representativa del bosque seco tropical de La Guajira. 49

Figura 32. Vegetación carácterística del ecosistema monte espinoso tropical en La Guajira. 49

Figura 33. Manglares característicos de La Guajira. 50

Figura 34. Manglar en bahía Tukakas o puerto López. 51

Figura 35. Manglar en bahía Hondita. 51

Figura 36. Manglar en bahía Portete. 51

Figura 37. Manglar en la población de Carrizal. 52

Figura 38. Vista de un sector con manglar en el sector de Musichi. 53

Figura 39. Borde de manglar en la laguna navío Quebrado. 53

Figura 40. Vista del manglar presente en el costado norte de laguna Grande. 54

Figura 41. Vista de la vegetación presente a orillas del río Jeréz sobre la costa. 55

Figura 42. Vista general de la vegetación costera en el área de influencia del río Palomino. 56

Figura 43. Vista general de la vegetación en el margen del río Palomino. 57

Figura 44. Vista general de la laguna de Buenavista con flamencos en primer plano. 60

Figura 45. Vista general de la laguna Grande con una bandada de garzas. 60

Figura 46. Sistemas ribereños A) río Palomino y B) caño Lagarto. 61

Figura 47. Pantano La Pedregosa. 62

Figura 48. Millepora alcicornis en fondos de praderas de pastos en bahía Portete. 63

Figura 49. Muestra de corales de La Guajira. 65

Figura 50. Muestra de octocorales de La Guajira. 66

Figura 51. Coral azooxantelado. 67

Figura 52. Proporción de los principales grupos encontrados en La Guajira, asociados al coral azooxantelado Cladocora debilis, a 70m de profundidad frente al municipio de Dibulla. 67

Figura 53. Arca cebra (Swainson, 1833) fue una de las especie de moluscos más abundante. Escala 5 cm. 67

Figura 54. Nalcidometra armata (Pourtalès, 1869), es la especie dominante en el banco de corales azooxantelados. Escala 1 cm. 67

Figura 55. Ejemplo de especies comunes de fondos duros, Apogon affinis (Poey, 1875) encontrada en el banco de corales azooxantelados a 70 m de profundidad y en las agregaciones de briozoos, esponjas y octocorales. Escala 1 cm. 68

Figura 56. A) Playa Tukakas. B) Playa puerto Inglés. 68

Figura 57. Vista general de la playa arenosa en punta Espada. 70

Figura 58. Vista general de la playa arenosa de Chichibacoa. 70

Figura 59. A) Vista general de la playa de puerto Estrella. B) Costado norte de puerto Estrella. 70

Figura 60. A) Playas de bahía Honda, B) costado noreste, C) costado oeste donde se observa al fondo la mancha de pastos marinos que colinda cerca de la playa. 71

Figura 61. Playa arenosa cerca del Pilón de Azúcar. 72

Figura 62. Playas de la Media Guajira A) Costado este, Boca de la Raya y B) sector este de punta La Vela. 72

Figura 63. Litoral rocoso, A) sustrato rocoso bahía Hondita, B) El Faro, C) litoral rocoso con arena cerca al Pilón de Azúcar. 73

Figura 64. A) Thalassia testudinum en bahía Hondita, B) Equinaster sp. sobre Syringodium filiforme, C) Halodule wrightii, D) Halophila decipiens. 76

Figura 65. A) Detritos algales comunes en las playas arenosas, B) Caulerpa racemosa, C) Padina sp., D)Dictyota sp., E) Caulerpa prolifera, F) Sargassum sp., G) Halimeda tuna, H) Codium isthmocladium, I) Caulerpa sertularioides, J) Hypnea musciformis . 78

Figura 66. Principales familias de macroalgas asociadas a las praderas de pastos marinos. 78

Figura 67. A) Asociación de pastos - corales y esponjas, B) Medusa – Cnidario, C) Condilactys gigantea – cnidarios; D) Hypselodoris bayeri – nudibranquio; E) Fasciolaria tulipa – molusco; F) Holothuria sp. – equinodermo; G) Urolophus jamaicensis- raya; H) Petrochirus diogenes – crustáceo; I) Echeneis naucrates – pez; J) Isostichopus badionotus – equinodermo; K) Ascidias 1 –tunicado y briozoos; L) Cassis cf. Madagascariensis – molusco; M) Lytechinus variegatus –equinodermo; N) Ascidia 2 – tunicado; O) Eunicea sp. – octocoral. 79

Figura 68. número de especies para los principales grupos de fauna asociada a pastos marinos. 80

Figura 69. Fauna y flora habitante en los fondos blandos de la plataforma de La Guajira. 80

Figura 70. número de registros de especies hallados para los grupos biológicos encontrados en los fondos blandos de La Guajira. 81

Figura 71. Proporción del número de especies registradas para cada grupo faunístico estudiado. 83

Figura 72. Las esponjas son animales que habitan en los océanos e interactúan con diferentes organismos, generando hábitats para peces y corales, entre otros. 83

Figura 73. A) Espécimen sin identificar que habita en praderas de Thalassia. B) Espécimen sin identificar creciendo sobre fondos arenosos. 84

Page 18: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

14

Figura 74. En La Guajira se conocen diversas esponjas. 84

Figura 75. Porcentaje de especies agrupadas en los trece órdenes taxonómicos de Porifera, conocidos en La Guajira. 86

Figura 76. Representantes del phylum Cnidaria presentes en La Guajira. 86

Figura 77. Composición porcentual de los diferentes ordenes del phylum Cnidaria en el departamento de La Guajira. 88

Figura 78. Esqueletos de la especie Lophelia pertusa encontrados en la Alta Guajira. Escala: 8 mm. 88

Figura 79. Especie introducida Tubastraea coccinea Lesson, 1829. 89

Figura 80. Algunas especies de gastrópodos frecuentes en La Guajira. 89

Figura 81. Proporción y número de especies registradas para las cinco clases de moluscos presentes en La Guajira colombiana. 89

Figura 82. número de especies por infraorden de crustáceos decápodos asociados a praderas de pastos marinos en el departamento de La Guajira. 94

Figura 83. Especies de crustáceos decápodos asociados a praderas de pastos marinos en el departamento de La Guajira. 94

Figura 84. número de especies de crustáceos decápodos asociados a fondos blandos de la plataforma y talud continental en las regiones de la Alta, Media y Baja Guajira. 95

Figura 85. Especies de crustáceos decápodos asociados a fondos blandos en el departamento de La Guajira. 96

Figura 86. Individuo de cangrejo violinista Uca thayeri en su ambiente natural. 96

Figura 87. Especies de crustáceos decápodos de La Guajira, catalogados en el libro rojo de invertebrados marinos de Colombia. 97

Figura 88. Ejemplos de especies representantes de cada una de las clases pertenecientes al phylum Echinodermata que han sido vistos y/o recolectados en el departamento de La Guajira. 97

Figura 89. Proporción por clases de los equinodermos presentes en el departamento de La Guajira. 98

Figura 90. Equinodermos que han sido recolectados dentro de los proyectos Macrofauna I-II, Invemar-Corpoguajira y AnH I-II en la Alta Guajira. 98

Figura 91. A) Astropecten antillensis; B) Ophiura acervata; C) Brissopsis elongata. 100

Figura 92. A) Oreaster reticulatus bajo la categoría nacional de amenaza LC (Preocupación menor). B) Representantes de las especies Isostichopus badionotus y Holothuria (Halodeima mexicana), recolectados en el área de bahía Portete. 100

Figura 93. Colonia de Membranipora sp. compartiendo sustrato con una esponja en el campo de gas Chuchupa. 101

Figura 94. Proporción de especies por órden de briozoos encontrados en el departamento de La Guajira. 101

Figura 95. Riqueza de especies para cada una de las familias de briozoos registradas en La Guajira. 101

Figura 96. Especies bioconstructoras encontradas en la plataforma continental de La Guajira. 103

Figura 97. Familia Serranidae Epinephelus guttatus (Linnaeus 1758) (Foto: Archivo SIMAC). 104

Figura 98. Familia Carangidae. Trachinotus falcatus (Linnaeus 1758) (Foto: Archivo SIMAC). 104

Figura 99. Familia Haemulidae, Anisotremus virginicus (Linnaeus 1758) (Foto: Archivo SIMAC). 104

Figura 100. Proporción de especies registradas por cada orden de pesces registrado en La Guajira colombiana. 104

Figura 101. A) Pelecanus occidentalis, B) Egretta thula y Ardea alba, C) Platalea ajajia, D) Phoenicopterus ruber, E) Haemantopus palliatus, F) Burhinus bistriatus. 106

Figura 102. Delfín nariz de botella (Tursiops truncatus). 110

Figura 103. A) Delfín manchado del Atlántico (Stenella frontalis), frente a Riohacha; B) Delfín rotador (Stenella longirostris). 110

Figura 104. A) Delfín listado (Stenella coeruleoalba), B) Delfín manchado pantropical (Stenella attenuata). 111

Figura 105. A) Cachalote (Physeter macrocephalus), B) Falsa orca (Pseudorca crassidens). 111

Figura 106. Especies de mamíferos acuáticos presentes en la zona costera de La Guajira. 111

Figura 107. Gremios tróficos y mamíferos acuáticos en el departamento de La Guajira. 112

Figura 108. Habitante wayuu del departamento de La Guajira. 118

Figura 109. Tendencia de crecimiento poblacional de los municipios costeros de La Guajira para el 2020. Fuente: DAnE (2005). 118

Figura 110. Estructura de la población por edad y sexo en los municipios costeros de La Guajira. Fuente: DAnE (2005). 120

Figura 111. Composición étnica en la zona costera de La Guajira. Fuente: DAnE (2005). 120

Figura 112. Composición étnica de la población en los municipios costeros de La Guajira. Información base del DAnE (2005). 121

Figura 113. Indígenas de la etnia kogui (izquierda) y wayuu (derecha). 121

Figura 114. Construcción en barro y yotojoro ubicada en la ciénaga Buenavista, zona costera del municipio de Manaure. 122

Figura 115. Cuenca del río Cañas, municipio de Dibulla (arriba) y cuenca del río Ranchería, municipio de Riohacha (abajo). 124

Figura 116. niveles de escolaridad en La Guajira. 125

Figura 117. Pescadores en bahía Hondita. 126

Figura 118. Caladeros de pesca en la zona costera de La Guajira. 128

Figura 119. usos del suelo en la zona costera de la Baja Guajira. Fuente: Invemar (2008). 129

Figura 120. Cultivos de coco en el municipio de Dibulla. 129

Figura 121. Minería de sal en La Guajira. 130

Figura 122. Desarrollo turístico en el Cabo de la Vela. 131

Figura 123. Ecosistemas marinos en bahía Portete y ubicación esquemática de los sistemas de cultivo. 135

Figura 124. Macroalgas de interés comercial. 136

Figura 125. Colecta y pesaje de las macroalgas para realizar los bioensayos de cultivo. 136

Figura 126. Esquema de los sistemas de cultivo de macroalgas marinas en bahía Portete. 137

Figura 127. Biomasa en g m-2 de Gracilaria cervicornis e Hydropuntia cf. cornea entre los meses de junio de 2005 y marzo de 2006. 138

Figura 128. TCR Hydropuntia cf. cornea en los sitios uno y dos, durante septiembre de 2005 a junio de 2006, en bahía Portete. Promedio de TCR (A) y Mayores valores de TCR (B). 138

Figura 129. Organismos epífitos asociados al cultivo de macroalgas. 139

Page 19: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

15Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 130. Sistema de cultivo de bivalvos marinos “long line”. 139

Figura 131. Elaboración de colectores (A) y “reinales” para la captación de semilla de bivalvos marinos (B). 140

Figura 132. Redes perleras (A) y linternas (B) para el levante y engorde de la semilla de bivalvos colectado y comunidad wayuu elaborando las artes de cultivo (C). 140

Figura 133. Monitoreo del crecimiento de los bivalvos cultivados en sistemas suspendidos. 141

Figura 134. Semilla de bivalvos de interés obtenida en los colectores de semilla de bivalvos. 141

Figura 135. Fauna asociada a los colectores artificiales. 141

Figura 136. Cantidad de semilla colectada en cada ciclo de cultivo. 141

Figura 137. Crecimiento en talla (cm) y peso (gr) promedio de los bivalvos cultivados en sistema suspendido. 142

Figura 138. Supervivencia de los bivalvos cultivados en sistema suspendido. 142

Figura 139. Depredadores en el cultivo de bivalvos marinos. 142

Figura 140. Variables fisicoquímicas del agua de mar en la estación de cultivo de bivalvos marinos. 143

Figura 141. Cosecha y procesamiento. 143

Figura 142. Desarrollo de encuestas a la comunidad wayuu. 144

Figura 143. Talleres de socialización y transferencia tecnología del policultivo de macroalgas y bivalvos marinos a la comunidad de Malla Sur (A)y (B), Malla norte (C) y en el móvil de educación ambiental de Corpoguajira (D). 145

Figura 144. Fiestas tradicionales wayuu en el municipio de uribia, La Guajira. 150

Figura 145. Rostro de la canoa. 152

Figura 146. Pescadores sobre embarcación wayuu impulsada por vara en laguna. 152

Figura 147. Suchepa o decoración de canoa. 153

Figura 148. Redes de pescar en embarcación wayuu. 154

Figura 149. Vivienda típica wayuu hecha de barro y yotojoro u otro tipo de cactus. 156

Figura 150. Hombre wayuu. 158

Figura 151. Playa del área urbana de Dibulla. 162

Figura 152. Problemática de la zona costera del departamento de La Guajira (Invemar). 162

Figura 153. Producción de sal en el municipio de Manaure. 163

Figura 154. Frecuencia e intensidad de los eventos naturales que afectan la zona costera de La Guajira. 163

Figura 155. Sistema de gobernabilidad en la gestión marino-costera (Invemar). 164

Figura 156. Actores sociales de la zona costera de La Guajira (Invemar). 165

Figura 157. Proceso de participación con actores locales en el municipio de Dibulla. 165

Figura 158. Actores institucionales en la zona costera de La Guajira (Invemar). 165

Figura 159. Construcción de vía hacia ciénaga Buenavista. 167

Figura 160. Regiones integrales de planificación y ordenamiento para el MIZC de La Guajira. 167

Figura 161. Avances en el proceso de MIZC en La Guajira (Invemar). 168

Figura 162. Manglar en Dibulla, ciénaga Mamavita. 169

Figura 163. SFF Los Flamencos, sector la Isla. 173

Figura 164. Bahía Portete. 175

Figura 165. Día nublado en bahía Hondita. 175

Figura 166. Esquema para la identificación de las medidas de adaptación al cambio climático y su incorporación en la planificación (Invemar). 177

Figura 167. Infraestructura turística en el Cabo de La Vela. 177

Page 20: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

16

para la zona marino-costera guajira

Un atlas

Page 21: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

17Atlas Marino Costero de La Guajira

“…Hubo una época marina en que la geografía política no estaba en tierra firme, sino pintada sobre sus olas” (German Arciniégas). Es así que La Guajira colombiana fue reconocida por el Cabo de la Vela, uno de los primeros puntos de referencia desde el mar, de la tierra firme de “Indias”, que mucho después se co-nocería para los “arijunas” como Jepira, o senda por donde las almas de los wayuu muertos recorren el camino hacia su última morada, en el fondo del mar (ICCH, 2001).

Esta publicación presenta una aproximación a la zona costera de esta península, ubicada en el extremo noroccidental de América del Sur, que cuenta con la línea de costa más extensa en la región Caribe colom-biana.

El Atlas de la zona marino-costera de La Guaji-ra ha sido elaborado recopilando diferentes estudios e investigaciones científicas que se han llevado a cabo entre finales del siglo XX y principios del XXI, y hace un intento por ilustrar en cartografía aquellos aspec-tos marinos y costeros que no han sido presentados antes, en un área denominada zona costera, compren-dida ésta, entre la isobata de los 200 m mar afuera, hasta adentrarse dos kilómetros en tierra detrás de los bosques de mangle, las playas y los centros urbanos costeros. Complementa la obra, que ha sido desarro-llada para la parte continental de La Guajira, y brinda información sobre los componentes: físico, de biodi-versidad, socio-cultural, económico y de manejo de la zona costera.

La península de La Guajira, enmarcada al su-roccidente por la Sierra Nevada de Santa Marta y al suroriente por la serranía del Perijá, ha sido tradicio-nalmente dividida en Alta, Media y Baja Guajira, en razón a los accidentes geográficos, vegetación predo-minante o hidrología característica. Es así como, la Alta Guajira, se sitúa en el extremo norte limitando al noreste desde punta Gallinas y punta Espada, hasta el Cabo de la Vela y el sitio Matajuna en el borde con Ve-

Por: José Eduardo Fuentes Paula Cristina Sierra

Pantano La Pedregosa Foto: archivo Corpoguajira

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18 Un atlas para la zona marino-costera guajira

nezuela; cuenta con sistemas montañosos de no más de 800 m de altura sobre el nivel del mar, entre ellos las serranías de Macuira, Jalaala y Palash, Cocinas, y Carpintero. Le sigue la Media Guajira, que abarca la parte central del departamento, extendiéndose desde el Cabo de la Vela y el sitio Matajuna, hasta Riohacha y la cuchilla de Pan Grande en los Montes de Oca, con altitudes máximas de 40 m sobre el nivel del mar. Fi-nalmente, la Baja Guajira se extiende al occidente de la Media Guajira, enmarcada por las estribaciones noro-rientales de la Sierra Nevada de Santa Marta y por las ramificaciones de la cordillera Oriental, bañada por los ríos Ranchería y Limón, y conformada por bos-ques de galería, pastos y cultivos, principales centros urbanos y la explotación carbonífera (ICCH, 2001).

La costa en todo el departamento puede decirse que es de dos tipos, en la Media Guajira es uniforme, recta y regularizada, con alternancia de sectores de erosión que recortan la llanura central en acantilados bajos, y sectores de acumulación litoral que aíslan la-gunas saladas o salobres, además del río Ranchería que construye un delta recortado por la deriva litoral. Por su misma orientación, toda esta costa impide la formación de dunas costeras. En la Alta Guajira, por otro lado, una serie de bahías, como Portete, Honda, Hondita, Tucacas y Castilletes, con aguas tranqui-las, permiten el desarrollo de manglares y lodazales salados; la costa más expuesta al oriente, permite la acumulación de dunas costeras. Toda la plataforma continental noroccidental de la Media Guajira es de pendiente suave, rica en pesca (ICCH, 2001).

Los wayuu designan la variedad regional ante-dicha de la península con los siguientes puntos cardi-nales de su territorio: Winpumüin, o región de todas las aguas, correspondiente a las serranías de la Alta Guajira, de donde míticamente provienen todos los clanes; Jala’ala, o región de las piedras; Wopumüin, o “todos los caminos”, hacia el suroeste, desde la Media Guajira; Palaamüin, o región del mar, hacia el occidente de la península; Anoulimüin, o “hacia la

planicie”, al este; Jasale’omüin o región de las dunas, en el sudeste de la península; y Uuchi’müin, hacia el sur —el prefijo Uchi se relaciona con las montañas— (ICCH, 2001).

Asimismo, esta etnia indígena ha proyectado su cosmovisión y su toponimia sobre el mar, en donde se reproduce la territorialidad continental, y en el mun-do submarino que repite el orden social de los pasto-res, así como han asociado las estaciones a fenómenos estelares o ecológicos. En el primer caso, Juyo’u (la es-trella Arturo) e Iiwa (Las Pléyades), definen respecti-vamente los puntos medios de la primera y la segunda estaciones de lluvia citadas: Juyapu e Iiwa. En el segun-do, las floraciones de ciertas plantas, o la presencia del viento, van definiendo los segmentos de las estaciones secas: Jemíai (tiempo frío) y Joutaleulu (tiempo del viento, seco) (ICCH, 2001).

Este atlas presenta en su introducción los ele-mentos que permitirán al lector comprender su utili-dad, la concepción que orientó su elaboración, la me-todología utilizada y los contenidos globales, tratando lo relacionado con los aspectos geográficos y cartográ-ficos generales donde se presenta la geografía y ubica-ción, división administrativa y los aspectos en cuanto a la creación cartográfica de los mapas. Posteriormen-te, en él se desarrolla la totalidad de las temáticas en seis capítulos: el primer capítulo presenta la estructura física, en la cual se describe los aspectos propios de la geología y geomorfología, clima y oceanografía. El ca-pítulo segundo contiene descripción del conocimien-to en términos de ecosistemas y fauna asociada, así como la descripción de grupos, conforme al grado de conocimiento. El tercer capítulo contiene los aspectos poblacionales y socioeconómicos. El capítulo cuarto contiene los aspectos de bioprospección, subdividido en policultivo y empoderamiento de la comunidad. El quinto capítulo presenta una reseña de la tradición wayuu en torno al mar y la costa. Y, finalmente, el ca-pítulo sexto presenta una aproximación al manejo in-tegrado de la zona costera.

Figura 1. Sectorización de

Alta, Media y Baja Guajira.

Page 23: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

19Atlas Marino Costero de La Guajira

Presentación de los mapasEste atlas es un conjunto de representaciones

cartográficas, figuras y cuadros debidamente justi-ficados, que abarcan, en el caso que nos ocupa, as-pectos físicos, biológicos y socioeconómicos del departamento. Con el fin de obtener suficiente y con-fiable información sobre la situación ambiental y so-cioeconómica en la zona costera de La Guajira. Aquí también se caracterizan los diferentes aspectos con-templados, de tal manera, que permitan un análisis integrado de los mapas, para identificar escenarios regionales y/o subregionales, o de información bá-sica para la toma de decisiones en el ámbito marino costero.

Dándole una gran importancia a la identifica-ción de la biodiversidad y oferta ambiental de la zona costera del departamento, cuya intercalación destaca las principales fortalezas de la región en cuanto a di-versidad biológica, características físicas, socioeconó-micas y aspectos geográficos; el atlas pretende cubrir la ausencia de datos en los aspectos marinos costeros, entregando información consolidada, fácil de inter-pretar, práctica e indispensable para la gestión, mane-jo y conocimiento del territorio.

MetodologíaSe recolectó información cartográfica bási-

ca, desarrollada por las entidades oficiales como el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y la Dirección General Marítima (DIMAR). En la par-te temática, se tuvo acceso a los datos espaciales de Corpoguajira además de la información cartográfica disponible en el laboratorio de sistemas de informa-ción LabSIS de Invemar.

Para la realización de este atlas se trató de pre-cisar los elementos básicos y los contenidos esen-ciales en los aspectos físicos, bióticos, socioeconó-micos, de bioprospección y del manejo integrado. Posteriormente, se desarrollaron los índices temáti-cos y se trabajó en un mapa base sobre el cual cada especialista profundizó en su tema, diferenciando elementos y unidades cartográficas, incorporando las convenciones acostumbradas y los códigos res-pectivos, a través de descripciones estrictamente técnicas. Toda la información cartográfica se in-

Marco geográficoAspectos geográficos y cartográficos

corporó en una base de datos geográfica a escala 1:100.000 y 1:250.000, excepto en las salidas gráficas en el documento, donde para efectos de presenta-ción se utilizó la escala 1: 800.000. Los datos, atribu-tos y representaciones espaciales, fueron presenta-dos utilizando sistemas de información geográfica y percepción remota.

Aclaración de límitesLa determinación del área marina se estimó te-

niendo en cuenta el mapa oficial de Colombia publi-cado en 2002 por el IGAC. En él, se fijan los límites fronterizos actuales, exceptuando los sitios en los que aún no tenemos un “límite” definido. En el caso del extremo con Venezuela, por ejemplo, se asume una lí-nea recta desde Castilletes hasta el punto señalado en el mapa oficial, conocido como de “Áreas Marinas en Proceso de Delimitación por parte de los altos comi-sionados designados por los gobiernos de Colombia y Venezuela”.

En la cartografía se identifica las áreas sujetas a procesos de delimitación con un símbolo carto-gráfico:

Referencia cartográfica

Tabla 1. Referencia cartográfica.

Proyección Conforme de Gauss

Datum Magna-Sirgas

Origen de la zona Este

Coordenadas geográficas 4° 35’ 46,3215” Latitud norte

71° 4’ 39,0285” Longitud Oeste

Fuentes cartográficas Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC)

Dirección General Marítima de Colombia (DIMAR)

Modelo digital de profundidades - General

Bathymetric Chart of the Oceans (GEBCO)

Modelo digital de elevación

Shuttle Radar Topography Mission (SRTM) - 90 metros

Áreas marítimas pendientes de delimitación

Page 24: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

20 Un atlas para la zona marino-costera guajira

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Page 25: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

21Atlas Marino Costero de La Guajira

Localización general

Aspectos geográficos generales de la zona costera

Colombia, un país Ecuatorial-intertropical, po-see una localización privilegiada con una alta variabi-lidad climática, hidrogeológica, biogeográfica y étnica. En particular, el departamento de La Guajira, ubicado en la parte más septentrional de Colombia y a su vez

Hitos geográficos

Ciénaga

Alturas máximas

Ríos

Punto más septentrional de Suramérica

Reservas naturales

Puertos

Relieve oceánico

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Ensenada

Bahía

Parque eólico

Termoeléctrica

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Mamavita, Buenavista, Sabaletes, Orocho, Ocho Palmas, Manzanillo, Pantano Bello Horizonte, Rincón Mosquito, Guayarale.

Loma la Mesa del Cabo 80 MSnM, Zona Alta de Palomino 173 MSnM.

Ranchería, Jerez, Barbacoas, Cañas, Lagarto, Maluisa, Negro, Palomino, San Miguel, San Salvador, Tapias, Viejo.

Punta Gallinas, latitud 12° 27’ 30,04”n, longitud 71°40’ 7,03”O

Santuario de Flora y Fauna - Los flamencos

Bolívar, Riohacha, Inglés, nuevo (Alijano), Brisa, Portete, Huchonal, Aramatka, Lopez, Lodo.

Cañón Macuira, Cañón Ranchería, Valle Guajira.

El Patrón, Grande, Jaguey , Kasimesh, Jocolibao, Pozo de Salmuera, Yotojoroyu, Chochimana, Mariamina, Apure, El Buey, Guarepa, navío Quebrado, Michiragua, Chipa, El Pájaro.

Sararapa, Kasimesh, Chuchupa, umaka, Kemirri, Manaure, San Juan, Aruhasain, Kayusipa.

de la Vela, Falso

Solipa, Jija, Arenas, Gorda, Espada, Kowshochom, utta, Pedregal, Kayushpana, Kosuitche, Ounorep, Huarepú, Shuapia, Torupay, La Vela, Huayapain, Huojojo, Chichibacoa, Shupehin, Dari, Polno, Kauarchi, Semescre, Mushippa, Guamachito, Caricare, Lálata, Ishep, Chuchupa, Ojo de Agua, Epirop, de Media Luna, El Seguión, Jir, Manaure, Cañón, Canajarrú, Soldado, Taripa, Aguja (Chitara), Parey, Paranturero, Kijouru, Gallinas, Taroa, Taroita, Castilletes, La Estrella, Cocos.

Aipia, Masich, Huaritcheru.

Tukakas, Portete, Lepu, Ipari, de Media Luna, Cocinetas, Hondita, Honda.

Jepirrachi, Jouktai.

Ballenas, Termoguajira.

De Camarones, Bocas de Apure, La Enea, San Agustín

De los Cangrejos

De Los Holandeses, De Cardón

Pilón de Azúcar, Ishohuri.

La Mesa del Cabo, Verde, Huaripatu.

Tabla 2. Hitos geográficos en el departamento de La Guajira.

Figura 2. Perfil de la zona costera.

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Punta CastilletesPuerto Espada

Punta ChichibacoaPunta Gallinas

Punta Bolívar

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Bahía HondaBahía PorteteSalinas umaka

de todo el continente Suramericano, es parte del Ca-ribe, presentando gran influencia marina y costera en su paisaje, siendo los más representativos, los paisajes áridos y semiáridos.

Punta Gallinas es el hito geográfico (Tabla 2) más septentrional de la placa continental de Suramérica, éste se ubica al extremo norte del municipio de Uribía, La Guajira. El área costera del departamento abarca 1.458 km2 y se extiende por más de 650 km de línea de costa, comenzando desde el río Palomino (Figura 2), en las estribaciones nororientales de la Sierra Nevada de Santa Marta, pasando por las poblaciones de Dibulla, Riohacha, Manaure y Cabo de la Vela. Más adelante, se ubican puerto Bolívar, bahía Portete, bahía Honda, ba-hía Hondita y punta Gallinas. Circundando por punta Chíchibacoa y puerto Espada, hasta terminar en punta Castilletes, cerca de la población de Castillete (Mapa 2).

Delimitación de la zona costeraPara la delimitación de la zona costera en el de-

partamento de La Guajira se utilizó la definición oficial de la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Coste-ras e Insulares de Colombia. Según ésta, la zona costera continental es la banda comprendida desde la Línea de Marea Alta Promedio (LMAP), hasta una línea paralela localizada a 2 km de distancia tierra adentro. Corres-ponde a la definición jurídica vigente de “Costa Nacio-nal” (Artículo 1º del decreto 389 de 1931 y ratificado en los decretos No. 2324 de 1984 y No. 2663 de 1994).

Adicionalmente, deben cumplirse cuatro crite-rios para delimitar geográficamente el área terrestre de la zona costera (MMA, 2000):

a. Deberán incluirse en esta subzona, el 100% de la cobertura espacial de los bosques de mangle y de los bosques de transición, localizados inme-diatamente después (natal y pangal, para el caso de la Región Pacífica colombiana y llanura alu-vial del río Atrato). Así entonces, la banda de los 2 km deberá fijarse a partir del borde externo del bosque de mangle en el Caribe y del bosque de transición en el Pacífico.

Page 26: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

22 Un atlas para la zona marino-costera guajira

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jira.

Page 27: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

23Atlas Marino Costero de La Guajira

b. El límite externo de esta banda deberá localizar-se para el caso de lagunas costeras sin bosques de mangle asociados a 2 km. A partir de la línea de costa máxima de nivel en el orillar exterior del sistema lagunar. El límite interno corresponde igualmente a la Línea de Marea Alta Promedio.

c. Deberán siempre incluirse dentro de esta sub-zona los terrenos emergidos de todas las áreas declaradas como Unidades de Reserva (marino-costeras), pertenecientes a las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales y su corres-pondiente zona amortiguadora (se exceptúa el Parque Nacional Natural de la Sierra Nevada de Santa Marta).

d. Todos los centros urbanos costeros, que se ex-tienden más allá de 2 km desde la LMAP, debe-rán estar incluidos en toda su extensión en esta subzona. En este caso, el límite terrestre de esta subzona se fijará a 2 km desde el borde más ex-terno del perímetro urbano.

Para calcular las áreas y longitudes aproximadas de la zona marina y costera (Tabla 3), la cartografía fue reproyectada de “ la proyección cartográfica oficial de Colombia - MAGNA Colombia, (con orígenes este y Bogotá) “ a “Lambert Azimutal Colombia”, para es-timar las áreas de una manera más precisa. Adicional-mente, se definió un método de proyección que tiende a conservar las áreas reales (Lambert Azimutal), en un datum con centro en el área total del país (incluidas jurisdicciones marinas), usando el elipsoide SIRGAS.

Tabla 3. Áreas y longitudes aproximadas de la zona marina y costera de La Guajira.

Línea de costa kmÁrea de la zona costera km2

Colombia3.513

15.232

%100

100

Caribe1.937

7.037

%55.13

46.2

La Guajira650

1.458

%18.5

9.5

Límites fronterizosLa Guajira limita con los departamentos del

Magdalena y Cesar, en Colombia; y es el único depar-tamento costero fronterizo con la República Boliva-riana de Venezuela desde la Península de La Guajira hasta las montañas de la Serranía del Perijá. En esta larga frontera venezolana se encuentra el estado Zulia, el golfo de Venezuela y las áreas marinas en proceso de delimitación (Figura 4).

Figura 3. Área y extensión de los municipios en la zona marina y costera de La Guajira.

Noroeste: Mar Caribe

Norte: Mar Caribe

Noreste: , Mar Caribe (Áreas Marinas en Proceso de

Delimitación) ,Golfo de Venezuela

Sur: Departamento del Cesar

Figura 4. Límites fronterizos del departamento de La Guajira.

Sureste: Estado Zulia República

Bolivariana de Venezuela

Este: Estado Zulia

República Bolivariana de

Venezuela

Suroeste: Departamento del Magdalena

Oeste: Mar Caribe, Departamento del Magdalena

Este método de proyección se utiliza para calcu-lar áreas, como en los casos en los que se desea com-parar de manera relativa (%) la representatividad de cierto objeto versus un área que cubra más de un ori-gen. Ejemplo de ello, es la representatividad de la zona costera en el departamento de La Guajira, en compa-ración con el área de zona costera en todo el Caribe colombiano.

División político administrativa de la zona costera en La Guajira

El departamento de La Guajira fue creado en 1871. Éste está compuesto por los municipios de Rio-hacha, Albania, Barrancas, Dibulla, Distracción, El Molino, Fonseca, Hatonuevo, La Jagua del Pilar, Mai-cao, Manaure, San Juan del Cesar, Uribía, Urumita y Villanueva; de los cuales cuatro tienen área dentro de la jurisdicción costera (Figura 3 y Tabla 4): Riohacha, capital de departamento; Dibulla, Manaure y final-mente Uribía.

Tabla 4. Áreas y extensiones aproximadas de los municipios en zona marina y costera de La Guajira.

Entidades territoriales Área km2 Área zona costera km2

Extensión zona costera km

Departamento de La Guajira 20.848 1.458 650

Dibulla 6.633 249 42

Riohacha 4.913 293 46

Manaure 1.643 185 74

uribía 8.200 731 486

Page 28: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

24

del paisaje en la zona marina y costera

Aspectos físicos

Page 29: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

25Atlas Marino Costero de La Guajira

Autores:Blanca Oliva Posada PosadaNelson Guillermo Rangel BuitragoSilvia Narváez-FlórezLizbeth Janet VivasLuisa Fernanda EspinosaCarolina García Valencia

Médano de los Patos (Puerto Estrella)Foto: archivo Corpoguajira

Page 30: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

26 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

El clima en el departamento de La Guajira es cálido y seco a nivel del mar, en donde la temperatura promedio anual es de 29°C, con máximas de 39°C en la zona desértica de Uribia. La brisa marina y los vientos alisios del noreste, actúan durante la mayor parte del año e influyen en el régimen climático en esta zona del país, con periodos lluviosos cuando disminuyen su intensi-dad (junio-noviembre) y periodos secos cuando ésta se incrementa (diciembre-mayo). Asimismo, los vientos alisios trasportan hacia el costado noreste de la Sierra Nevada de Santa Marta las nubes, razón por la cual esta región, que corresponde a la Baja Guajira, se convierte en la de mayor precipitación en el departamento, con valores que sobrepasan los 1.500 mm (río Tapias 1.528 mm). En contraposición, el territorio restante, corres-pondiente a la Media y Alta Guajira, cuenta con lluvias escasas con valores que no sobrepasan los 500 mm/año (Puerto López 184 mm, Manaure 384 mm, Pájaro 318 mm) (IGAC, 1996; Andrade, 2000).

En la zona Caribe es común la presencia de hura-canes en el periodo comprendido entre los meses de de junio a noviembre; no obstante, la afectación de éstos sobre la costa Caribe colombiana es inferior al 1%. Durante las décadas de los 80-90, La Guajira se vio afectada por los coletazos y/o alteraciones causadas por los 25 huracanes y tormentas tropicales que circularon en el Caribe (Figura 5). A diferencia de esto, los mares de leva, ocasionados por el efecto de fricción entre la super-ficie del mar y masas de aire atmosférico de baja presión, han tenido una gran incidencia en esta región del país, donde ocurren hasta tres veces al año con oleajes muy altos y vientos fuertes (Andrade, 2000).

Figura 5. Trayectoria de los huracanes y tormentas tropicales que más han afectado la zona costera del Caribe colombiano

(Ortiz, 2008).

Clima y oceanografía

Caracterización climática

La península de La Guajira hace parte del sector centro-meridional de la cuenca del Caribe, caracterizada por tener aguas cálidas a poca profundidad y una orien-tación general de las corrientes en superficie de este a oeste (Andrade, 2000). La mayor parte del año el oleaje es característico de buen tiempo, leve a moderado, con brisa suave a fresca, lo que origina un mar de tipo mare-jada (Douglas, 1917), acorde con la mayor frecuencia de altura de la ola registrada.

En la época seca, el oleaje se dirige perpendicu-larmente a la línea de costa (noroeste), mientras en la de lluvias se dirige de noreste a suroeste (Javelaud, 1987) (Figura 6). Bajo la presencia de lluvia y chubascos se generan cambios bruscos y de corta duración, en ráfagas, con magnitudes de tormenta, donde el oleaje alcanza hasta dos metros de amplitud con periodos cortos (entre 2 o 3 segundos), que persisten únicamente durante el tiempo de duración del fenómeno (Molares et al., 2001).

Caracterización oceanográfica

Figura 6. A) Altura vs periodo de las olas para el segundo semestre del año en La Guajira; B) altura vs. dirección de las olas

para el segundo semestre del año (Thomas, 2006).

A

B

Page 31: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

27Atlas Marino Costero de La Guajira

Tabla 5. Series de la TSM en La Guajira. Estadística descriptiva (Tomado de Bernal et al., 2006).

La surgencia o “upwelling” es un fenómeno que se desarrolla por la intervención y sinergismo de diversos movimientos que promueven el surgimiento de aguas de profundidad frías y ricas en nutrientes, que enriquecen la capa eufótica1 y enfrían la región costera, favoreciendo la producción biológica. A la vez, y como compensación, se presenta un descenso o “downwelling” de aguas super-ficiales y calientes, lo que promueve la redistribución de masas en el océano. Las regiones de surgencia correspon-den a aguas productivas como las cercanas a la costa de Perú, California, Somalia, Marruecos y Namibia. Estas costas se caracterizan por aguas de bajas temperaturas y alta productividad, que se extienden cientos de kilóme-

En cuanto a las corrientes marinas superficiales, en cercanías a la península de La Guajira, se tiene la influencia de la Corriente del Caribe, la cual se mueve a una velo-cidad promedio de 57-81 cm/s con dirección este-oeste, cuando los vientos alisios están en su mayor actividad (diciembre-abril), y entre 40.60 cm cuando ésta disminuye (julio-agosto). Al momento en el cual la corriente Caribe choca contra la plataforma continental de Nicaragua, se genera la contracorriente de Colombia, que se desplaza en sentido oeste-este. En la mayor temporada de lluvias, entre septiembre y noviembre, ésta alcanza el Cabo de La Vela bordeando la costa (Figura 7).

Figura 7. Dirección predominante de las corrientes superficiales del Caribe para la época seca y húmeda (Tomado de Molares et al., 2001).

En el departamento de La Guajira las mareas son de tipo mixto, semidurno y micromareal, con amplitudes alrededor de 0,3 m y máximas de 0,5 m. Adicionalmente, presentan intervalos de oscilación de pleamares entre 10 y 14 horas, con mayor frecuencia cada 11,5 horas.

La variación de la temperatura superficial del mar es significativa a lo largo del año (Tabla 5; Figura 8). Los cuatro primeros meses del año son los más fríos, época que coincide con el periodo en que los vientos alisios alcanzan su mayor influencia y se desarrolla la surgencia. Por otro lado, las temperaturas son más altas cuando los vientos alisios son débiles y la contracorriente de Colombia se hace sentir en la costa (Molares et al., 2001; Bernal et al., 2006).

La salinidad superficial del mar en las aguas costeras de La Guajira, presenta notorias variaciones con un descenso en el valor partiendo del norte hasta el

Figura 8. Variaciones en la temperatura superficial del mar (SST) en el Caribe, en los meses de enero y junio (Tomado de WWF. Mapas. http://www.hawksbillwwf.org/

mapas_datos/mapas_sst/).

Surgencia

1. Capa de la columna de agua, a la cual llega hasta el 1% de la radiación superficial incidente. Es decir, la profundidad hasta donde penetra la luz en el agua.

sur. Datos correspondientes a la época seca del año de 1996 muestran concentraciones promedio de 36,6, con máximos valores entre punta Gallinas y el Cabo de la Vela (36,8), debidos principalmente a la surgencia, en contraposición a la variación de este mismo parámetro entre Castilletes y Santa Marta, el cual osciló entre los 36,6 - 36,3 (Molares et al., 2001).

SERIE TSM media

TSM mínima

TSM máxima

Intervalo anual

Baja Guajira 27.06 24.50 29.45 4.95

Alta Guajira 27.05 24.50 29.54 5.04

Page 32: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

28 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

tros mar afuera y se constituyen en zonas de abundante pesca e interés económico único (Stewart, 2005).

La surgencia en inmediaciones de la península de La Guajira es un fenómeno estacional, recurrente cada año y confinado a la cuenca sur del Caribe. De acuerdo al estudio de Petus et al. (2007a) sobre 21 años de imá-genes satelitales, la capa superficial del océano, durante la ocurrencia de eventos de surgencia, se caracteriza por temperaturas entre 25,1 y 26,3°C, concentraciones de

“clorofila a” entre 0,21 y 1,4 mg/l y velocidades del viento entre 2 y 10 m/s. A lo largo del año, la ocurrencia de la surgencia está directamente relacionada con la intensi-dad de los vientos alisios costeros que soplan sobre estas tierras, lo que hace que esté supeditada a la ubicación de la Zona de Convergencia Intertropical ZCIT2 .

Comportamiento estacionalDesde diciembre hasta febrero, la ZCIT se ubica en

su posición más meridional (0 - 5°S), dando lugar a que los vientos alisios del norte dominen la cuenca Caribe. A nivel de la península de La Guajira, la intensidad de estos vientos es máxima (8 a 10 m/s), manteniendo una dirección norte-sur. En estos meses, y en respuesta a dichos vientos, la intensidad y extensión de la surgencia iniciada en diciembre, continúa y aumenta paulatina-mente hasta el mes de febrero.

Durante el segundo mes del año, el estudio rea-lizado durante 21 años registra valores de 99% de ocu-rrencia de surgencia (Petús et al., 2007a). La influencia del aumento de aguas frías que afloran para esta época, alcanza para entonces el centro de la cuenca, lo que representa más de 400 kilómetros de extensión del fenómeno, desde la costa colombiana hacia mar adentro (Figura 9). En contraposición, de marzo a abril, la fuerza de los vientos alisios disminuye y se rectifica su dirección hacia el oeste. La respuesta oceánica a este fenómeno, se reduce en relación directa. En esta época de transición, la intensidad de los vientos declina reduciendo el área de influencia a 20 km costa afuera.

Posteriormente, durante el mes de julio, el Verani-llo de San Juan3 se caracteriza por la reanudación de los vientos alisios, con fuerza idéntica o incluso superior a la registrada en los primeros meses del año. Sin embargo, para el segundo semestre su dirección muestra un com-ponente más occidental y, en consecuencia, circulan en sentido menos paralelo al litoral de La Guajira. Esto, asociado al hecho de que su presencia es corta y puede explicar el porqué la reanudación de los vientos durante el llamado Veranillo, en el mes de julio, se acompaña raramente de la ocurrencia de surgencia significativa (Andrade, 2000; Andrade and Barton, 2005 y Petús et al., 2007a).

Una vez llegan las lluvias, la principal zona de baja presión de la ZCIT emigra hacia los 10-12° norte, permi-tiendo la llegada de los alisios del sur a la cuenca Caribe, lo cual favorece la inestabilidad atmosférica. En tanto la intensidad de los vientos alisios del norte disminuye, a velocidades de 6 m/s, la fuerza del viento se hace mínima

e insuficiente para promover surgencia durante este periodo (Petús et al. 2007a). Lo que también explica porqué la ZCIT mantiene, durante esos días, vientos con direcciones menos paralelas al litoral de La Guajira.

La señal del resurgimiento de aguas, es en general fuerte al nivel de Riohacha, dónde se presentan las velo-cidades máximas de viento y las direcciones en sentido paralelo a la costa. Al este de la península de La Guajira, existe un efecto dado por la influencia estacional de la surgencia de Paraguaná. Bajo el aumento de los fuertes y regulares vientos alisios, que afectan al conjunto de la costa Caribe, la surgencia de La Guajira y Paraguaná parece formar un sistema casi continuo, sujeto a la misma variabilidad (Petús et al., 2007b). La intensidad de la sur-gencia evoluciona de manera paralela a su extensión, de acuerdo con la climatología local. Es decir, si hay fuerte intensidad (ocurrencia prolongada) de la surgencia, más importante será la influencia de las aguas frías profundas, en términos de extensión o amplitud en la cuenca del Caribe.

2. ZCIT: franja de bajas presiones sobre el Ecuador donde confluyen los vientos alisios del hemisferio norte y del hemisferio sur. Debido a las altas temperaturas, las masas de aire son forzadas a ascender originando abundante nubosidad y fuertes precipitaciones, algunas acompañadas de descargas eléctricas.

3. Veranillo de San Juan: temporada breve de días soleados, temperaturas mayores al promedio de la época y brisa producida por la entrada del invierno en América del Sur y durante la estación de las lluvias en América Central. Se presenta usualmente en los últimos días de junio, coincidiendo con la celebración de San Juan Bautista (24 de junio).

Comportamiento interanualA escala interanual, la surgencia muestra fre-

cuentes variaciones que pueden estar relacionadas con los fenómenos ENOS (El Niño Oscilación del Sur). Enfield and Mayer (1997) indican que del 50 al 80% de las anomalías de la temperatura superficial del mar en la cuenca Caribe, se asocian a estos acontecimientos; de igual manera precisan, que el recalentamiento en el Atlántico tiene lugar 4 a 5 meses después del mismo efecto en el Pacífico. Alexander and James (2002), por otro lado, confirman e indican un retraso de 2 a 5 meses en este proceso.

Los eventos Niño se traducen sistemáticamente en una disminución de los alisios costeros del año, en el Atlántico, lo que se ve sucedido por la aparición de éstos en el océano Pacífico. Pese a este cambio inversamente proporcional, los mecanismos que interconectan Pacífico/Atlántico, así como la influencia de las temperaturas anó-malas sobre el comportamiento atmosférico, permanecen aún sin ser bien comprendidos.

Figura 9. Comportamiento en el agua del viento (velocidad y dirección), en relación con la extensión de la surgencia

(tomado de Petús et al., 2007b).

Page 33: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

29Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 11. Imágenes AVHRR promedio mensual de temperatura superficial del océano (1985-2005), para el Caribe sur (extensión costera del Caribe de Panamá, Colombia y el oeste de Venezuela hacia el sur, y hacia el norte Jamaica, Haití y República Dominicana

83° 58’ 48,17 oeste - 19° 00’ 39,56 norte a 68° 59’ 38,91 oeste – 07° 00’ 39,56 norte) (tomado de Petús et al., 2007a).

De acuerdo con Petús et al. (2007b) en su estudio, esta interconexión Pacífico-Caribe se ilustra bien en el año 1998, cuando se presenta una dismi-nución máxima de los alisios que continúan al fuerte evento Niño de 1997 (Figura 10). En esta respuesta, la surgencia muestra una intensidad y una extensión mínimas, especialmente en febrero, cuando el fenó-meno llega casi a desaparecer de las costas colombia-nas. Al contrario, los años posteriores a eventos Niña de 1995, 1998 y 1999, muestran una reanudación de la intensidad de los vientos alisios costeros, así como el aumento en la intensidad del surgimiento de aguas. A razón de esto, es posible evidenciar cómo aconteci-mientos climatológicos, tales como Niño, cambian los patrones del viento y con ellos la surgencia en zonas específicas.

Figura 10. Variabilidad interanual media del sistema de surgencia de La Guajira, en términos de velocidad del viento y extensión

del surgimiento de aguas frías, en relación con el Índice de Oscilación Austral (IOS) y EnOS (tomado de Petús et al., 2007b).

En términos de la productividad (contenido de “clorofila a”), las aguas del Caribe, y en especial, aque-llas de la capa superficial, son pobres en nutrientes (Corredor, 1979). La llegada de aguas profundas más ricas a la capa eufótica, trae consigo normalmente una respuesta de fuerte productividad (Müller-Karger and Castro, 1994).

La zona costera de La Guajira se caracteriza por una franja de alta concentración de pigmentos persis-tente a lo largo del año. Esta franja se distingue del resto de la cuenca, dónde las concentraciones no sobrepasan los 0,15mg/l (Andrade, 1995). La franja costera enri-quecida, puede relacionarse con sitios localizados de alta productividad, que a su vez influyen sobre la zona de surgencia, aunque este aumento se hace mayor-mente evidente al nivel de Riohacha, donde los valores máximos llegan hasta 1,4 mg/l de “clorofila a”. Por otra parte, las aguas subtropicales septentrionales del Atlán-tico, afloradas durante la surgencia, son reconocidas como aguas de escaso contenido en nutrientes. Pese a esto, la minúscula contribución de la surgencia puede

jugar un papel importante sobre la productividad bio-lógica de la región (Petús et al., 2007b).

A nivel mundial, la surgencia de La Guajira resulta ser menor, dado que restringe su presencia a algunos meses en el año (Figura 11) y su influencia en términos de variación térmica es relativamente escasa, en com-paración con áreas de surgencia como la de Mauritania en África, situada en la misma latitud (Demarcq and Faure, 2000).

Calidad de las aguasLa contaminación del agua está asociada princi-

palmente a la actividad humana. El manejo inadecuado de los recursos hídricos, produce el deterioro de sus características químicas, físicas y biológicas, además de la alteración de los ecosistemas.

A nivel mundial, la calidad del agua marino-cos-tera es importante para el desarrollo, ya que en estas zonas se realizan múltiples actividades que requieren del cumplimiento de estándares mínimos de calidad, de acuerdo al uso. Por otra parte, algunas de estas

Page 34: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

30 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

actividades son potenciales fuentes de contaminación que constituyen un factor de riesgo para los ecosiste-mas. En el caso específico de La Guajira, donde existen varios cuerpos de agua con gran importancia socio-económica y ambiental, se requiere garantizar la calidad del recurso hídrico para lograr su aprovechamiento sostenible. Para ello, desde el año 2011, el Invemar, a través de la Red de Vigilancia de la Calidad Ambien-tal Marina de Colombia –REDCAM- y Corpoguajira, vienen realizando el seguimiento y la evaluación de la calidad de las aguas marino-costeras del departamento, teniendo en cuenta las principales fuentes de contami-nación y el estado actual del agua, lo cual se describe a continuación.

Fuentes de contaminación del agua

La identificación de las fuentes terrestres de contamina-ción y la estimación de sus des-cargas, permite hacer un análisis de relación entre la influencia de las actividades humanas y sus resi-duos contaminantes, con relación a la calidad del agua. En la franja costera de La Guajira, existen diver-sas actividades de desarrollo social y económico que se convierten en fuente importante de contaminan-tes tales como materia orgánica, detergentes, sólidos, nutrientes inorgánicos y micro-organismos de origen fecal, los cuales afectan la condi-ciones del agua en las áreas costeras (Tabla 6; Mapa 3).

Tabla 6. Principales fuentes terrestres de contaminación del agua identificadas en la zona costera de La Guajira.

domésticos, agrícolas e industriales, los cuales pueden causar contaminación y reducción de la calidad, a lo largo de las cuencas hidrográficas y las zonas costeras (GWP/TAC, 2000), amenazando la salud humana y el funcionamiento de los sistemas acuáticos (Burton, 2003).

Debido a su dinámica, los ríos son los cuerpos de agua que arrastran la mayor cantidad de contaminantes al mar, y su carga varía en función del caudal y las con-centraciones del contaminante que transporta. Durante el 2009, los cuatro ríos principales de La Guajira (Cañas, Jerez, Palomino y Ranchería) arrojaron cerca de 60 m3/s de aguas cargadas de diversos contaminantes, lo que permitió calcular cómo a la zona costera llegaron cerca de 26,215 t/a de sólidos, 212 t/a de nitrógeno inorgánico, 67 t/a de fosfatos y del orden de 918 NMP de microor-ganismos de contaminación fecal (Tabla 7).

Tabla 7. Caudales y contaminantes descargados por los principales ríos de La Guajira. SST: sólidos suspendidos; NT: amonio + nitritos + nitratos; PO4: ortofosfatos Cd: cadmio,

Cr: cromo, Pb: plomo; HDD: hidrocarburos dispersos y disueltos; OCT: organoclorados totales; CTE: coliformes termotolerantes; CTT: coliformes totales. (Fuente de

información de caudales: IDEAM; Concentraciones: monitoreo REDCAM 2009; cálculo cargas: Invemar).

Los cuerpos de agua, además de ser necesarios para los requerimientos básicos de los seres vivos y de los procesos industriales, también actúan como verte-deros, y son un mecanismo de transporte de residuos

Las aguas residuales vertidas sin tratamiento a los cuerpos de agua, de igual manera afectan su calidad y representan un riesgo para la salud humana y la conservación de los ecosistemas marinos, debido a las altas concentraciones de sólidos y nutrientes aportados y los bajos niveles de oxígeno disuelto que demandan los aportes excesivos de materia orgánica.

Los cuatro municipios costeros del departa-mento de La Guajira (Dibulla, Manaure, Riohacha y Uribia), tienen una cobertura de alcantarillado entre 3,5 y 54% aproximadamente (DANE, 2005), con cerca de 470 mil habitantes, que generan alrededor de 71.000 m3/día de aguas residuales domésticas – ARD; de las cuales, el 21% llega del alcantarillado a la laguna de oxidación con tratamiento secundario, a través de un sistema de colectores y redes, con una eficiencia superior al 50% en DBO5 y sólidos (Aguas de la Península, 2011); el 40% se utiliza como sistema de disposición final de ARD tanques sépticos; y el 39% restante hace descargas directas al suelo o en diferen-tes cuerpos de agua, sin ningún tipo de tratamiento, afectando la calidad del agua y de los ecosistemas.

De acuerdo a los datos estimados con la pobla-ción proyectada a 2010 (DANE, 2011), y los factores de contribución diaria por persona, asociados al material orgánico biodegradable para países tropicales (Mara, 1980; Metcalf-Eddy, 1998; Ramírez et al., 2006, UNEP-RCU/CEP, 2010), el municipio de Riohacha produce el 35% del total de las ARD de los cuatro municipios,

Fuente contaminante Tipo de contaminación

Minería (efluentes mineros)

Extracción de carbón, oro, gas, petróleo, yeso, sal, titanio

Física (sólidos suspendidos, sólidos sedimentables). Química (metales pesados)

Agricultura y Ganadería (escorrentía por uso del suelo y residuos sólidos)

Cultivos de yuca, plátano, arroz, café, maíz, sorgo

Química (nitrógeno, fósforo, pesticidas). Residuos agrícolas (estopa)

Industria (efluentes y residuos industriales)

Mataderos de animales Física (sólidos suspendidos). Química (materia orgánica, grasas y aceites)

Procesamiento pesquero (limpieza y congelamiento)

Residuos materia orgánica, grasas y aceites

Actividad portuaria y transporte de combustibles

Puerto Bolívar, Puerto nuevo, Puerto multipropósito Riohacha y Manaure.

Química (hidrocarburos, aceites y grasas)

Doméstica (residuos sólidos y aguas residuales domésticas)

Cuatro municipios costeros: Dibulla, Manaure, Riohacha y uribia

Física (sólidos suspendidos). Química (materia orgánica, nitrógeno, fósforo, grasas, metales pesados). Biológica (virus y bacterias patógenos).

Caudal SST NT PO4 CD CR PB HDD OCT CTE CTT

Río m3/s t/año Kg/año NMP/año

Cañas 12 2.290 49 11,9 0,3 1,6 0,7 0,21 1,1 4E+18 3E+18

Jerez 15 1.325 58 6,9 0,8 6,3 0,04 0,25 - 1E+17 6E+17

Palomino 24,9 3.691 97 24,0 0,6 3,5 4,0 0,32 7,3 3E+18 1E+19

Ranchería 8,2 18.910 8 24,1 0,2 1,1 0,4 0,22 1,8 1E+18 5E+18

Total 60,1 26.215 212 67 2 13 5 1 10 9E+18 2E+19

Page 35: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

31Atlas Marino Costero de La GuajiraR Palomino

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Page 36: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

32 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

seguido de Uribia, Manaure y Dibulla. Sin embargo, es Uribia quien hace el mayor vertimiento directo al ambiente, porque tiene la más baja cobertura en sanea-miento (Figura 12).

Con base en el ICAM, es posible concluir como entre los años 2001 y 2010 las aguas marino-costeras de La Guajira presentaron, en general, condiciones favo-rables para la preservación de flora y fauna, así como para el desarrollo de actividades de recreación, náuticas y pesqueras.

El cálculo del ICAMPFF muestra condiciones ade-cuadas y satisfactorias en el 91,2% de las veces, defi-cientes en el 8 % e inadecuadas sólo en el 1% (Figura 13). Las estaciones que presentaron un estado inade-cuado para este uso, fueron el vertimiento Riohacha en el año 2001 y el río Ranchería en el año 2002 y 2008. El río Ranchería, por su parte, es un importante tributario del departamento que recoge a lo largo de su cauce los desechos sólidos y líquidos generados por las poblaciones aledañas en sus actividades domésticas, agrícolas o industriales. Este río desemboca directa-mente sobre las playas de Riohacha, influyendo en las condiciones deficientes que se presentan recurrente-mente en esta zona.

Por otro lado, debido a las características de la zona aledaña al vertimiento de Riohacha donde se des-cargan al mar parte de las aguas residuales domésticas de la capital del departamento, se han observado condi-ciones deficientes en el área de influencia de la descarga (Mapa 4). En este grupo de estaciones, la calidad del agua representa un riesgo para la protección del hábitat de las especies y comunidades presentes.

En cuanto al ICAMRAP se han presentado condi-ciones adecuadas y satisfactorias en un 87,2%, defi-cientes e inadecuadas en un 8% y 3% de las veces, respectivamente. Estos escenarios han sido observa-dos, principalmente, en las zonas con influencia del río Ranchería, la playa y el muelle de Riohacha, y en algunos casos, en la playa de Manaure (Mapa 5).

En ambos índices, tanto en el ICAMPFF como en el ICAMRAP, las variables responsables de las condicio-nes de insuficiente calidad, han sido principalmente los coliformes totales y termotolerantes, así como en menor proporción los sólidos suspendidos, hidrocarburos y plaguicidas organoclorados.

La existencia de coliformes también indica la entrada reciente de contaminación de origen fecal a los cuerpos de agua y el riesgo potencial de adqui-rir enfermedades por la presencia de microorganismos patógenos. De otro lado, la presencia de altos niveles de sólidos en los cuerpos de agua, disminuye el paso de la luz, evitando con esto la activi-dad fotosintética y afectando la producción de oxígeno, mientras que la presencia de hidrocarbu-ros y plaguicidas, en determina-das concentraciones, puede alterar el desarrollo de los organismos, generando riesgos crónicos o agudos en los ecosistemas.

Figura 12. Vertimiento de agua residual doméstica en los municipios costeros de La Guajira.

Calidad de las aguas marinas y estuarinas

El análisis de calidad está basado en la deter-minación de los índices de calidad de aguas marino-costeras (ICAM) desarrollado por el Invemar, para (i) la preservación de flora y fauna (ICAMPFF), y (ii) para actividades náuticas, pesqueras y de recreación (ICAMRAP).

Los índices de calidad de agua son herramientas que permiten expresar de manera simple la combinación, más o menos compleja, de un número de parámetros que sirven como una medida para determinar la calidad del agua (Fernández et al., 2005). El ICAM permite cuanti-ficar el estado de conservación y/o deterioro del agua de acuerdo a sus características, en función de su uso, en un lugar y tiempo específico (Marín et al., 2003), utili-zando de manera integral las variables oxígeno disuelto, pH, salinidad, nutrientes inorgánicos disueltos (nitratos, nitritos, amonio y ortofosfatos), sólidos suspendidos, hidrocarburos, organoclorados, metales pesados (Cd, Cr y Pb), y coliformes totales y termotolerantes (Marín et al., 2003; Vivas-Aguas, 2007).

Figura 13. Calidad de las aguas marino-costeras de La Guajira, evaluadas con el índice para A) preservación de flora y fauna (ICAMPFF); y B) para recreación, actividades

náuticas y pesca (ICAMRAP), entre los años 2001 y 2010. Los números en las barras representan la cantidad de índices en esa categoría y los colores de las barras

representan la calidad del agua.

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Page 37: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

33Atlas Marino Costero de La GuajiraRio Palomino

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34 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

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200

1-20

10.

Page 39: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

35Atlas Marino Costero de La Guajira

Geología y morfología

Formaciones geológicas

En la zona costera de La Guajira afloran algunas formaciones metamórficas o intrusivas, e inclusive rocas sedimentarias del Neógeno, que sobresalen de la cober-tura sedimentaria del Cuaternario. La Formación Casti-lletes rodea la franja costera de la península de La Guajira, desde Castilletes hasta el extremo sureste de la serranía de Cosinas, y está constituida por rocas calcáreas hacia la parte inferior de la secuencia, y por arcillas hacia la parte superior (Ingeominas, 2002). Rollins (1965) plantea que se depositó en un ambiente marino poco profundo y le asignó una edad Mioceno y probablemente Plioceno, por posición estratigráfica, ya que no encontró fauna diagnóstica para establecer la edad de la formación.

Por su parte, en el Cabo de la Vela afloran ser-pentinitas asociadas a esquistos de anfíbol y cuerpos tabulares de gabro, suprayacidos por rocas sedimentarias siliciclásticas y carbonatadas del Paleógeno y algunos depósitos cuaternarios (Álvarez, 1967) (Figura 14). Las edades definidas para estas rocas son Cretácico tardío – Paleógeno, debido a que el emplazamiento de los bloques de serpentinita estuvo relacionado al evento orogénico ocurrido durante esta misma época (Álvarez, 1967).

Algunos acantilados ubicados al noreste de la zona costera de Palomino, entre Dibulla y Riohacha, y al noreste de Manaure, están constituidos por sedi-mentos de tipo arcillolitas arenosas y conglomerados semi-consolidados en una matriz areno arcillosa, que se asocian a la Formación Monguí, a la que se le asigna una edad Paleógeno-Neógeno, probablemente Mioceno e incluso, más joven (Mosquera et al., 1976) (Figura 15).

Al sur de La Guajira también afloran rocas intru-sivas de la denominada Cuarzomonzonita de Palomino, entre los ríos Don Diego, Chiquito y San Salvador, al este de la desembocadura del río Palomino y hacia la carretera principal (Tschanz et al., 1969b). Y aunque la edad es incierta, se propone por correlación con cuerpos cercanos que puede ser Jurásico, Pre-Triásico o Eoceno (Tschanz et al., 1969b).

El Cuaternario se manifiesta como Depósitos de Llanura Aluvial que cubren áreas extensas; Depósitos Eólicos a lo largo de todo el departamento, destacándose aquellos encontrados en la parte alta de la península, entre el cerro Pilón de Azúcar (Cabo de la Vela) y la boca de Apure (Álvarez, 1967); Depósitos de Playas con variación en la composición, determinada por la zona geográfica en que se encuentren, de arenas litoclásticas grises con abundantes ferromagnesianos o de color claro con predominio del cuarzo, feldespato y arenas bioclás-ticas o combinación de ambas.

Marco tectónico y estructural

El departamento de La Guajira está constituido por tres grandes bloques tectónicos, la Sierra Nevada de Santa Marta (SNMS), la Serranía del Perijá y la penín-sula de La Guajira, los cuales constituyen un complejo mosaico originado por diferentes eventos geológicos sucedidos a través del tiempo.

La evolución de este territorio al norte del país, está asociada hasta principios del Cenozoico (65,5 m.a.), a los eventos que originaron la geología de la parte norte de Los Andes; a partir del Eoceno temprano – medio (55,8-40 m.a.), dos de los bloques, Sierra Nevada y Península, sufrieron un destacable cambio ocasionado por el choque de las placas Caribe y Suramericana, lo que condujo a un desligue parcial de éstos y a la evolución de la parte norte de Los Andes.

Figura 14. Afloramiento de serpentinitas al norte del Cabo de la Vela. Al fondo, suprayaciendo la unidad de manera discordante, se observa un estrato de coral de

espesor variable 30-70 cm.

Figura 15. Afloramiento de la Formación Monguí al suroeste de Riohacha. Un depósito de 1,5 m de espesor suprayace la secuencia. Se observan además incipientes

cavernas resultantes de la incidencia directa del oleaje.

Page 40: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

36 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

El bloque Sierra Nevada de Santa Marta tiene forma triangular limitada al norte por la falla de Oca (este-oeste), al occidente por la falla Santa Marta – Buca-ramanga (noroeste) y al este por el valle del Cesar. El Bloque Península, de otro lado, está formado por tres serranías y algunos macizos montañosos que sobre-salen sobre la planicie costera con tendencia noreste y noroeste (Figura 16). Con fallas normales y de cabalga-miento de dirección norte-noreste a norte-este, cortadas y desplazadas por un sistema de fallas con tendencia este-oeste a noroeste-sureste, posiblemente responsa-bles del levantamiento, hundimiento y desplazamiento horizontal hacia el este de los bloques que conforman las diferentes serranías de la península, la parte terminal de la Serranía del Perijá y parte del levantamiento de la

Figura 16. Mapa tectónico del Bloque Península (Álvarez, 1967).

Sierra Nevada de Santa Marta. El Bloque Perijá, a su vez, está levantado entre las cuencas Cesar-Ranchería, y la cuenca de Maracaibo que corresponde al extremo norte de la cordillera Oriental de Colombia (Ingeominas 2002; Ujueta & Llinás, 1992).

Evolución geológicaLa evolución geológica del norte de Colombia

comprende eventos de “subducción intraoceánica y de colisiones arco-continente, entre el frente de la placa Caribe y los dominios continentales” (Weber et al., 2007), tal como se muestra a continuación (Figura 17).

Figura 17. A) K2- Pg (Cretáceo-Paleógeno): cabalgamiento de la placa Caribe sobre la Sierra nevada de Santa Marta y la península de La Guajira; B) Eoceno- Oligoceno: deformación de la parte norte de la placa Suramericana por interacción con la placa Caribe, el

desplazamiento de los bloques se da hacia el este con ángulo de 38° C) Comienza la rotación de la placa hacia el este; D) La Península y la SnSM se separan del norte de Los Andes produciendo la aparición del bajo Magdalena (Ingeominas, 2002).

A B

C D

Page 41: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

37Atlas Marino Costero de La Guajira

Geomorfología y procesos morfo e hidrodinámicos

Una variada cantidad de geoformas responden al contexto geológico y estructural antes citado, así como a los procesos hidrodinámicos y morfodinámicos propios de la interfase tierra-mar. En las costas bajas se diferen-cian campos de dunas sobre amplias extensiones, en especial en la Media y Alta Guajira, donde se asocian con arenales, lagunas costeras, pantanos de manglar, salares, y hacia el mar con las playas. Esta geoforma merece una atención especial como testigo de la evolución, la pro-tección de zonas litorales y lagunas costeras, y hábitat de especies vegetales que proporcionan abrigo sobre grandes extensiones de territorio desértico o semides-értico. Por tal motivo se detallarán en un capítulo aparte (Figura 18).

Los pantanos de manglar se encuentran en las desembocaduras de los ríos Palomino, Ranchería y la bahía de Tukakas. Estos, no sólo sirven como hábitat a un sinnúmero de especies sino también sus raíces (especialmente las del Rhizophora mangle) actúan como agente estabilizador de la línea de costa, ya que logran disipar la energía del oleaje, además de fijar y compactar sedimentos que llegan a la costa por diferentes medios. De otro lado, los salares se presentan principalmente en los municipios de Manaure y Uribia, donde se extien-den como franjas alargadas y continuas que bordean la

Manaure

Riohacha

-9m

-9m

-10 m

-6 m

-2 m

-7 m

-8 m

-4 m

-5 m

-9 m

-3 m

-11

m

-10 m

72°53'0"W

72°53'0"W

72°54'0"W

72°54'0"W

72°55'0"W

72°55'0"W

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11°3

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N

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N

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N

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Uribia

ManaureRiohacha

71°51'0"W

71°51'0"W

72°54'0"W

72°54'0"W

11°5

1'0"

N

11°5

1'0"

N

JEFD11

Unidades GeomorfologicasCampos de dunas

Duna

Laguna costera

Pantanos de manglar

Planicie aluvial

Playa

Sistema deltaico

FaciesArena bioclastica

Arena biolitoclastica

Arena lodosa bioclastica

Arena lodosa biolitoclastica

Municipio

Batimetría

0 0,9 1,80,45km

VALLE DE LOS CANGREJOS

1:90.000

M a r C a r i b e

Figura 18. unidades morfosedimentarias en el sector del Valle de los Cangrejos, entre los municipios de Riohacha y Manaure.

línea de costa desde el Cabo de la Vela hasta el norte de Riohacha. Muchos de ellos han evolucionado a partir de pantanos de manglar o lagunas costeras intervenidas.

Separadas del mar por espigas, cordones litorales o campos de dunas, es posible apreciar múltiples lagunas costeras, principalmente distribuidas en la Media y Alta Guajira. Debido a que en este sector los procesos eólicos son predominantes, cerca de estos cuerpos de agua se forman pequeños salares con sustrato lodoso gris y presencia de conchas de bivalvos, algas y costras de sal (Figura 19).

En cuanto a las playas, éstas presentan ampli-tudes variables que van de 1 a 40 m y están formadas principalmente por arenas de origen biogénico, debido especialmente al carácter carbonatado de la plataforma adyacente (Figura 20). Porcentajes destacables de mate-rial litoclástico se presentan hacia la Baja Guajira y están asociados a los aportes de los diferentes drena-jes provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM).

La Llanura Deltaica – desembocadura del río Ran-chería, tiene cuatro distributarios: brazo Riito, brazo Calancala, brazo Caimancito y ciénaga de Buenavista. En conjunto, estos cuatro afluentes forman el delta del río Ranchería en el denominado Valle de los Cangrejos, con sus geoformas asociadas de lagunas, pantanos de manglar y playas, entre otras (Figura 21).

Dentro de las geoformas asociadas a costas altas, que exhiben un relieve costero más prominente, se pre-sentan las superficies de abrasión, labradas por la acción del mar en el pasado, sobre un sustrato rocoso. En La Guajira, específicamente, éstas alcanzan a estar elevadas hasta 10 m por encima del nivel medio actual, y logran hasta 10 km de amplitud en los alrededores de Punta Gallinas, Soldado, Cocos, Cabo de la Vela, así como en las cercanías de Riohacha y Camarones.

Las serranías de Macuira, Jarara, Cosinas, Carpin-tero y la SNSM, al sur del departamento, constituyen el

Figura 19. A) Laguna costera de Tukakas en Puerto López; la barrera litoral es un extenso campo de dunas (1), ecosistemas de manglar bordean la zona, favorecidos por

el flujo y reflujo mareal (2). B) Laguna de Buenavista, ubicada al oriente de Riohacha, exhibe una espiga litoral que varía dependiendo de la época climática del año (3), la

zona sureste de la laguna (4) es una franja de colmatación que se presenta cuando la espiga corta por completo la comunicación de la laguna con el mar.

A B

Page 42: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

38 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

Figura 20. Diferentes tipos de playas en el departamento de La Guajira. A) playa en el corregimiento de Palomino, el escarpe presenta una altura de 70 cm y la pendiente es de 15°. (1) fina lámina de minerales opacos. B) Shell cusps (2) en playa al norte de Riohacha, al fondo dunas parcialmente vegetadas (3) y

árboles sobre la playa mostrando el estado erosivo del sector (4). C) Vista panorámica de la playa de Manaure, se puede diferenciar el puerto y el campo de espolones que dan forma dentada a la playa del sector.

Figura 21. Ejemplos de manglar en el Valle de los Cangrejos; las imágenes A1 y A2 muestran el cambio del pantano de manglar entre abril y noviembre de 2004, producto de la crecida del río

Ranchería. (B1) El árbol de avicenia perteneciente a un pantano de manglar se encuentra aproximadamente 3,5 m dentro del

mar, lo que denota el grado de erosión.

Figura 22. Colina y plataforma de abrasión en el Cabo de la Vela. Los lugareños denominan a esta prominencia topográfica

como cerro “Atashiru”, una colina de aproximadamente 100 m de altura. De igual forma, se observan dunas recientes y

antiguas sobre la plataforma de abrasión.

relieve de colinas y montañas que a nivel costero con-forman acantilados donde afloran rocas metamórficas, sedimentarias y algunos cuerpos ígneos descritos pre-viamente (Figura 22). Las terrazas fluviomarinas, con alturas variables entre 0,5 a 30 m, registran pequeños parches aislados en la zona norte de Palomino (cerca de Dibulla), noreste de Manaure y al sur de Riohacha.

En cuanto a los procesos hidrodinámicos y morfo-dinámicos que actúan sobre las geoformas anteriormente descritas, éstos se ven reflejados en rasgos geomorfoló-gicos como acantilados, pilares, cavernas y hendiduras, vegetación desarraigada, escarpes de tormenta y sus-trato de manglar aflorando. En última instancia, también pueden ser medidos en los cambios históricos de la línea de costa que, para el caso de la costa entre la boca del río Palomino hasta Termoguajira, al oeste del río Cañas, se determinó una tendencia erosiva general del orden de -85 m en 59 años, con una tasa de erosión promedio/anual de -1,4 m/año (Figura 23).

En el análisis de Riohacha, desde la cabecera municipal hasta la ciénaga de Buenavista, se determi-naron tendencias erosivas generales del orden de -105 m en 57 años, con una tasa de erosión promedio/anual de -1,85 m/año (Figura 24 y Figura 25). Las variaciones en la línea de costa medidas entre los años 1971 y 2003, para el área comprendida entre la punta Chuchupa y la boca San Agustín, indican acumulaciones de 34 m, lo que equivale a tasas de acumulación promedio de 1,5 m/año.

El levantamiento realizado en los meses de mayo y noviembre de 2005 en la cabecera municipal del munici-pio de Manaure, presentó cambios de -2,6 m equivalen-tes a tasas de retroceso de -0,36 m/mes. En el Cabo de la Vela, entre la Punta el Agua y las playas del Cabo de la Vela, se presentaron cambios promedio de -72 m en 59 años, lo que indica tasas de erosión promedio de – 1,2 m/año. Para Puerto López, entre los años 1971 y 2003, se presentó una acumulación de material sedimentario con

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39Atlas Marino Costero de La Guajira

promedios de 94,82 m, lo que equivale a tasas promedio de 2,05 m/año. Hacia el sector de Castilletes se presenta una tendencia erosiva baja, con -15,4 m en promedio para 32 años, lo que equivale a retrocesos de 0,48 m/año.

El paisaje de dunasLos cuerpos de dunas de La Guajira tienen dimen-

siones variables, de acuerdo al ambiente de formación. Detrás de las bermas de playa actuales (Figura 26), se

Figura 23. Variaciones en la línea de costa en el Valle de los Cangrejos entre abril y noviembre de 2004. El punto de referencia (A) corresponde a los restos de una construcción que fue abandonada por el ingreso del mar, lo que indica una tendencia erosiva previa para el sector; de igual forma, se aprecia el

cambio sufrido en un periodo de ocho meses, tiempo que coincidió con la temporada de mayor cantidad de huracanes en el Caribe.

forman cordones de poca altura (menores de 1 m) y con frecuencia cubiertos parcialmente con vegetación.

A lo largo del Valle de los Cangrejos, se ha podido apreciar montículos en franjas de aproximadamente 100 m, casi paralelas a la línea de costa. Dunas un poco más antiguas y que alcanzan un mayor desarrollo, con hasta 3 metros de alto, se observan hacia el área central del Valle de los Cangrejos, donde precisamente los indígenas aprovecharon la mayor altura de esta geoforma para esta-blecer sus viviendas. Éste es un cordón transversal a la

Figura 24. Cambios en la línea de costa desde 1944 hasta 2003 en el corregimiento de Palomino, La Guajira.

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40 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

Figura 25. Cambios en la línea de costa desde 1947 hasta 2003 en el municipio de Riohacha y Valle de los Cangrejos, La Guajira.

costa con vegetación, que se extiende hacia el continente, aproximadamente de 1 a 2 km (Figura 27).

En el Cabo de la Vela se destacan las dunas anti-guas ubicadas detrás del cerro Pan de Azúcar, sobre una plataforma de abrasión levantada que está limitada por la salina “Kasimesh”. Éstas son dunas estabilizadas de hasta 1,5 m de altura, parcialmente vegetadas, debido a que actualmente están sufriendo procesos de erosión.

Puerto López, a su vez, es el área donde mejor pueden ser apreciados los procesos de origen eólico. Esta zona costera ubicada al noreste de la península, se carac-teriza por presentar un gran campo de dunas junto al mar, cuya altura varía dependiendo de su lejanía a la costa, exhibiendo una zonación de tamaños característica que puede ser identificada de la siguiente manera: primeros 50 m a partir de la línea de costa con dunas de tamaños inferiores a 40 cm, sin vegetación y en movimiento; entre 50-150 m dunas con tamaños intermedios (hasta 1m), parcialmente vegetadas con plantas que cubren el cuerpo de la duna (Cocoloba uvifera (uvito), Batis marítima y Sesuvium portulaca (verdolaga); 150 m en adelante, dunas de hasta 3 m de altura con vegetación arbustiva caracte-rística de la familia fabaceae, Prosopis juliflora (trupillo).

El área urbana del corregimiento de Puerto López se vio afectada por este tipo de proceso que empezó

Figura 26. Dunas en La Guajira A) Valle de los Cangrejos-Riohacha: al frente se observa una duna parcialmente vegetada, al fondo dunas que invaden la llanura aluvial del río

Ranchería. B) Campo de dunas activas detrás del cerro Pan de Azúcar, en el Cabo de la Vela. C) Duna de más de 2 m de altura vegetada por Prosopis juliflora (trupillo) en Puerto

López. D) Dunas vegetadas por Cocoloba uvifera (unito) al sur de Manaure.

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41Atlas Marino Costero de La Guajira

hace aproximadamente 40 años, cuando la migración de material arenoso, a causa del viento, produjo una notable invasión de dunas en el poblado, dejando como única alternativa el desalojo del pueblo a medida que el sistema de dunas iba evolucionando. Habitantes de regiones cercanas aseguran que la última familia que vivió en lo que antes era Puerto López desalojó el área hace aproximadamente doce años.

Las características sedimentológicas de las dunas en el departamento de La Guajira varían dependiendo de su posición geográfica. En Riohacha, por ejemplo, las dunas están compuestas principalmente por arenas de tamaños finos con proporciones similares en las com-posiciones litoclasticas-biogénicas. Hacia la Alta Guajira (Manaure-Puerto López), en cambio, el tamaño de grano aumenta observándose arenas medias que composicio-nalmente muestran aumento en el material de origen biogénico.

Amenazas naturalesLas amenazas que se ciernen sobre la zona costera

del departamento de La Guajira están relacionadas bási-camente con fenómenos marinos y meteorológicos que ocurren en el Mar Caribe y que se han modificado en las tres últimas décadas por el calentamiento global, con cambios en los regímenes de vientos y oleajes, donde además se ha intensificado y extendido la temporada de huracanes. Dichas amenazas también están directa-mente relacionadas con fenómenos geológicos unidos a la tectónica regional, con una red de fallas heredadas de los procesos evolutivos de la zona.

Los datos de sismicidad registrados por el U.S. Geological Survey (USGS) hasta el año 2006 (Tabla 8), indican que en un área rectangular ubicada entre las coordenadas: 12,530 norte - 11,910 norte y 71,104 oeste – 73,584 oeste, desde el año de 1937 hasta la actualidad (2011), sólo se han registrado dos sismos de magnitud superior a 5. Es así como AIS-UNIANDES-Ingeominas (1996) clasifica como zona de amenaza sísmica baja a los municipios de El Molino, Urumita y Villanueva, ninguno de ellos localizado en la zona costera; mientras califica con amenaza sísmica interme-dia a Riohacha, Barrancas, Fonseca, Maicao, Manaure, San Juan del Cesar y Uribia. Las fuentes sísmicas iden-tificadas corresponden a las fallas de Oca, Cuisa y la zona de compresión del Caribe.

Otra amenaza latente presente en este departa-mento, es por desbordamiento de los ríos y por avenidas torrenciales durante los periodos de inviernos fuertes, como en el caso del río Ranchería, donde la planicie deltaica permanece inundada y sólo las dunas sobresa-len sobre el nivel de las aguas. Cuando esto ocurre, los brazos del río rompen la playa para desembocar directa-mente en el mar, impidiendo el tránsito de los habitantes de la región. De igual manera, la espiga aledaña a la ciénaga de Buenavista casi desaparece, como también lo hacen las dunas incipientes que se forman en la zona supramareal.

El río Palomino en época de lluvias fuertes también inunda toda la zona aledaña a su desemboca-dura, se activan los arroyos que se forman en la zona costera y destruye grandes tramos de la playa. En la zona nor-noreste de la península, por otro lado, se forman innumerables arroyos durante los inviernos fuertes, que

Figura 27. Diferentes tipos de dunas encontradas en el departamento de La Guajira. A) Dunas en el Valle de los Cangrejos - Riohacha, primer frente de dunas

inmediatamente después de la zona supramareal, la vegetación cubre la duna incipiente en formación (1), franja lineal de dunas con vegetación herbácea (2), facies

eólicas que invaden depósitos de llanura aluvial(3). B) Dunas estables en el Valle de los Cangrejos (1) franja lineal de dunas con vegetación herbácea, (2) dunas estables y

vegetadas que han sido intervenidas por construcciones. C) Paisaje de dunas ubicado en el Cabo de la Vela (1), limitado por una zona de salar

(Salina Kasimesh 2). D) Dunas activas parcialmente vegetadas en el corregimiento de Puerto López. La flecha indica la dirección del viento.

Tabla 8. Datos de sismicidad para la zona de estudio en los últimos 100 años (Tomado del servicio geológico de los Estados unidos, uSGS, 2011).

Cat Año Mes Día Hora original Lat Long Magnitud PDE 1983 01 13 120915,37 12,04 -73,45 28 4,7 mbGS PDE 1983 01 14 095939,02 12,04 -73,34 33 4,4 mbGS PDE 1983 02 09 004734,47 12,37 -73,26 33 4,6 mbGS PDE 1984 04 20 091819,51 11,91 -73,56 41 4,9 mbGS PDE 1993 05 16 013121,62 12,15 -71,97 33 4,5 mbGS PDE 1994 05 07 111606,27 11,92 -71,79 33 4,4 mbGS PDE 1995 10 23 130229,72 11,97 -73,20 33 4,2 mbGS PDE 1997 11 18 113652,77 12,34 -72,48 33 4,2 mbGS PDE 2000 12 22 061137 12,48 -72,80 42 3,6 mbGS PDE 2004 06 06 135540,74 12,19 -72,31 42 4,1 mbGS PDE 2008 07 10 055641,70 12,46 -71,55 10 4,1 mbGS

Cat Año Mes Día Hora original Lat Long Magnitud SISRA 1932 02 17 160657 12,00 -73,50 5,60 R-I SISRA 1953 09 29 043943,30 12,04 -72,60 4,00 R-I SISRA 1963 05 07 180023,40 12,10 -72,20 5 4,5 SISRA 1963 12 23 223422,10 12,30 -72,80 33 4,5 SISRA 1968 09 12 174546 12,20 -72,10 40 3,00 IGE SISRA 1974 08 07 220340,70 12,10 -71,10 4,10 CAR SISRA 1974 11 29 062809,50 12,09 -72,38 4,19 CAR

Selección de datos: Sur América (SISRA)

Selección de datos: Datos históricos y preliminares

Archivo Creado el: Martes 8 de Marzo de 2011, 01:04:50 pm

Cuadrícula geográfica de búsqueda de terremotos = 8

Latitud: 12.529N - 11.909N

Longitud: 71.103W - 73.583W

Catálogo usado: PDE

Page 46: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

42 Aspectos físicos del paisaje en la zona marina y costera

taponan vías, arrasan obras de infraestructura y trans-forman la configuración de la zona costera.

En otro sentido, la amenaza por procesos antrópi-cos está enfocada principalmente a la tala del mangle y el aterramiento o relleno de dichos terrenos, la extracción de restos de arrecifes, arenas u otros materiales de los acantilados, el emplazamiento de casas cerca de la playa y/o en ocasiones sobre la misma, la construcción de los espolones, muelles y otras obras similares sin los debidos estudios técnicos, que impiden el normal desarrollo de los procesos de circulación y transporte de los sedimen-tos, genera erosión aguas abajo de tales estructuras.

Sedimentología: parámetros texturales y de composición

La caracterización granulométrica de sedimentos de las playas y la plataforma continental en el departa-mento de La Guajira, tomados durante una investigación llevada a cabo en 2005 (Invemar-Corpoguajira), muestran cómo entre -10 y -50 m de profundidad, un 28,84% resul-taron ser arenas, un 44,23% arenas lodosas, un 7,7% lodos arenosos y un 19,23% lodos. En la plataforma somera (< 10 m) de Palomino, Riohacha, Manaure y Puerto López, fueron colectadas 152 muestras de las cuales un 77,6% fueron arenas, 19,7% arena lodosa y 2,63% roca dura.

En cuanto a la composición, luego de ese estudio se pudo confirmar el carácter carbonatado de la plata-forma hasta los 50 m de profundidad, donde se presenta

un predominio de sedimentos bioclásticos y biolitoclás-ticos. De la totalidad de las muestras colectadas en la pla-taforma de La Guajira, entre -10 y -50 m de profundidad, el 48,08% presentó un contenido de CaCO3 superior al 50%; en las playas y plataforma somera de Palomino, Riohacha, Manaure y Puerto López, el 76,8% de las 152 muestras colectadas, tiene contenidos de CaCO3 entre 50- 85% (Figura 28).

Facies sedimentarias de la plataforma

Existe un cambio significativo en la sedimentación encontrada hacia el este de Dibulla, con un predomi-nio de sedimentación biogénica; y la encontrada hacia el oeste, donde predomina la sedimentación terrígena, con facies litoclásticas cuyos porcentajes de carbonato de calcio son inferiores al 15%.

El mapa de facies sedimentarias (CIOH, 1990) se modificó ligeramente para incorporar nuevos datos recolectados durante el crucero de investigación (Inve-mar-Corpoguajira, 2005) en donde, al suroeste del departamento, se empezó a percibir la presencia de la Sierra Nevada de Santa Marta por la pérdida del carácter carbonatado de los sedimentos, anteriormente descrito.

Por su parte, para el sector Riohacha-Cabo de la Vela, donde se encuentra la plataforma más amplia, los porcentajes de carbonato de calcio son más altos y pre-dominan las arenas. Entre el Cabo de la Vela y Punta Gallinas hay una transición con predominio de arenas lodosas biolitoclásticas y en algunas zonas litobioclásticas, mientras que hasta Punta Espada se observa un predomi-nio de lodos litoclásticos y litobioclásticos, posiblemente transportados en forma eólica desde las serranías de la Alta Guajira y/o por la pluma de sedimentos proveniente del golfo de Venezuela (Mapa 6).

Figura 28. Contribución de los bioclastos al total de cada una de las 152 muestras colectadas en la plataforma de La Guajira, entre -10 y -50 m de profundidad.

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de la zonamarino-costerade La Guajira

La biota

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45Atlas Marino Costero de La Guajira

Autores:Diana Isabel GómezAngélica Maria BatistaErika Montoya-CadavidChristian Michael DíazPaola FlórezAdriana GraciaAndrés MerchánMilena BenavidesAndrea PlancoAlexandra GartnerFernando TrujilloDaniel PalaciosDalila Caicedo-Herrera

Vegetación xerofítica en Cabo de la Vela(Foto: archivo Corpoguajira)

Page 50: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

46 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Ecosistema de bosque húmedo subtropical

Ubicado en la parte alta de la península de La Guajira (la Macuira y Jarara), representa un oasis de niebla que contrasta con el paisaje árido localizado a escasos cinco kilómetros de distancia, de vegetación xerofítica, espinosa, de lento crecimiento que predo-mina en la mayoría de la península. La característica más llamativa del área es la presencia del bosque enano nublado perennifolio dominado por Myrsine floridana y Guapira fragans, junto con 2 especies de helechos y 21 especies de arboles de 15 familias diferentes, de apa-riencia muy similar a los bosques andinos situados cerca de la línea de páramo con alturas superiores a los 2.700 msnm), pero ubicado a tan sólo 550 msnm. Presenta alta humedad y una vegetación exuberante, con abun-dancia de epífitas entre bromelias y orquídeas, cada una representada con 9 especies (Dupuy et al., 1993). En el sotobosque crecen varias especies de las familias Aracea, Zingiberacea y Ciperacea. En los espacios abiertos de topografía plana, bordeados por los arroyos, existe gran variedad de plantas herbáceas de las familias Verbenacea, Malvacea y Compositae, entre otras.

Figura 29. Vista de una fracción de

bosque húmedo tropical de la

Baja Guajira, en proximidades del río Palomino (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Los distintos hábitats que pueden presentarse en la zona costera, están determinados por características relacionadas con la precipitación, ubicación geográfica, relieve e hidrografía, entre otros. En el departamento de La Guajira se identifican siete zonas de vida de las cuales cinco de ellas tienen influencia hasta los litorales costeros (Mapa 7), los cuales son de alta importancia para la conservación del patrimonio natural, ya que cuentan con una gran oferta de servicios ambientales como son: producción de agua, biodiversidad, potencial paisajístico y ecotu-rismo. Los ecosistemas presentes en la zona costera son descritos a continuación.

Ecosistemas continentales costeros

La característica más notable de esta zona de vida es su promedio anual de lluvias, que va entre 1.000 y 2.000 mm, que se distribuye durante todo el año sin igualdad en su intensidad. Éstas no son excesivas y se puede contar con suficiente humedad para las plantas durante todo el año (Corpoguajira, 2003).

Ecosistema de bosque húmedo tropical y seco tropical

Ubicado en la Baja Guajira (río Palomino), este ecosistema es característico por tener elevaciones entre 0 y 500 msnm y precipitaciones promedio de 1100-1500mm/año. En asocio con la vegetación del manglar, en la zona costera se observan especies como helechos (Achrostichum aureum), guamo (Inga sp.), jobo (Spondias Bombin L.), caña boba, guanábana de monte (Anona glabra) y balsos, pastos naturales con arbustos aislados, bosque natural intervenido con presencia de potreros y rastrojos altos, zonas de cultivos, matorral natural, bosque natural bajo y bosque natural intervenido denso (Corpoguajira, 2003) (Figura 29).

Page 51: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

47Atlas Marino Costero de La Guajira

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Page 52: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

48 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Ecosistema de desierto

Se representa dentro de las zonas de vida como matorral desértico subtropical (Figura 30). Se extiende en el norte de la península en las regiones de puerto López, punta Espada, Nazareth, bahía Honda, bahía Portete, Cabo de La Vela, Carrizal y Ahuyama, con tem-peraturas medias superiores a 24°C y un promedio de lluvia anual entre 125 y 250 mm, pertenecientes a la provincia de humedad hiperárido.

Por ser un terreno plano y azotado por el viento se presentan erosiones eólicas de extensos arenales y dunas. Esta sequedad en La Guajira Norte se debe a los vientos alisios que soplan todo el año con dirección este y noroeste, sin encontrar barreras montañosas que obliguen a la masa a condensar su humedad (Corpoguajira, 2003).

Este ecosistema tiene una extensión sobre la costa de 244 kilómetros y comprende la parte norte de la península: sobre el mar Caribe, desde un poco al norte de Carrizal hasta un poco al sur de puerto Estrella, así como la parte noreste del departamento, desde Punta Espada hasta Castilletes, frente a las costas tanto colom-bianas como las del golfo de Venezuela.

Figura 30. Vista general del matorral desértico de La Guajira. (Foto: Diana Isabel Gomez L.).

destruyen la vegetación herbácea y aún los mismos arbus-tos, hasta convertir los terrenos en completos desiertos de difícil recuperación. En las vecindades en donde se ha logrado construir y establecer jagüeyes, se pueden tener algunos pequeños rebaños de cabras y ovejas.

Este gran bioma cubre una zona total de 758.536 ha, representando el 1% del territorio nacional. Se carac-teriza principalmente por la ocurrencia de un clima cálido árido (97% del área), e incluye algunas áreas mar-ginales en clima cálido muy seco y cálido seco, donde la precipitación anual media fluctúa entre los 500 y 1.000 mm, y entre 1.000 y 2.000 mm, respectivamente.

De acuerdo con la capa de cobertura de la tierra departamental, el 59% del área se encuentra cubierta por herbazales, un 23% por arbustales y un 16% se presenta como zonas desnudas. El restante 3% se distribuye en otros tipos de coberturas de la tierra que incluyen pastos, bosques naturales, áreas agrícolas y zonas urbanas (Cor-poguajira, 2003).

Ecosistemas de bosque seco y muy seco tropical

Dentro de los grandes contrastes que presenta la geografía colombiana, se encuentra el bosque seco tropi-cal, ecosistema bastante particular en nuestro territorio, ya que se encuentra localizado en diferentes zonas del país y con características propias, de acuerdo a la altitud, vientos predominantes y el nivel de lluvias que se pre-senta durante el año.

De las tres grandes regiones con bosque seco tro-pical en Colombia, la llanura Caribe, incluyendo el sur de La Guajira, es la región con mayor cobertura en la actualidad (IAVH, 1998). Aquí, la influencia del conti-nente y de algunas montañas aumenta la cantidad de lluvias. Se incluyen las ciénagas de Mamavita, Sabaletes, El Pantano y Trupia, la Madre vieja del Río Cañas y la boca del Dibulla. La vegetación que caracteriza estos sectores se encuentra altamente intervenida con cultivos de coco (Cocos nucifera) a lo largo de la línea de costa, alternando con estratos herbáceos de gramíneas, cipe-ráceas y rastreras sobre la arena, tales como Andropogon, Sacharum, Ciperus, Batis y Sesuvium. Asimismo, en esta región se aprecian esporádicos arbustos de uvitos (Cordia dentata) y algodoncillo (Croton sp.).

El bosque seco tropical es una de las mejores regiones para el desarrollo de la ganadería y con riego suplementario, para la agricultura. Las características más notables de esta formación son: lluvia anual entre 500-1000 mm, con la prevalencia de dos períodos llu-viosos (sept-noviembre y mayo-julio) y dos épocas de sequía (Corpoguajira, 2003).

En el período de sequía, árboles y arbustos pierden su follaje y solamente algunas especies conservan sus

La vegetación no es abundante y se compone prin-cipalmente de hierbas, cactáceas, árboles y arbustos de tamaño reducido, tales como algodón lechero (Calotro-pis procera), cardón (Lemaireocereus griseus), cabeza de negro (Melocactus communis), tuna (Opuntia wentiana y O. spp.), trupillo (Prosopis juliflora) y guamacho (Pereskia colombiana). La vegetación arbustiva baja o herbácea se encuentra esparcida en forma de parches, con muchos espacios intermedios, completamente desprovistos de vegetación. Las leguminosas espinosas y las cactáceas son las más abundantes en este ecosistema.

El uso de la tierra rural se reduce al pastoreo exce-sivo, y en parte trashumante, de caprinos y ovinos; en la mayoría de los casos, rebaños de tamaño reducido que

Page 53: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

49Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 31. Imagen representativa del bosque seco tropical de La Guajira (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

hojas, además abundan arbustos espinosos y plantas suculentas como el cardón y las tunas. El matorral está conformado por especies dominantes de la regeneración secundaria como es el caso del matarraton (Gliricidia sepium), los algodoncillos (Croton sp.) y hobito (Cordia collococa). En los estratos bajos de este rastrojo se obser-van: el cadillo (Triumfetta sp.), la venturosa (Lantana sp.) y zarza (Mimosa invisa) (Figura 31).

La influencia de la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM) y de los Montes de Oca, se deja sentir en el aumento de la precipitación en la hoya del Cesar, ya que estas montañas sirven de barrera a los vientos alisios que vienen del este y noroeste.

Los manglares y especies arbóreas, con tamaño entre diez (10) y quince (15) metros, aparecen en áreas aledañas de los cuerpos de aguas, ya sean madre vieja, arroyos y ciénagas, acusando presencia dentro de los manglares las especies Rhizophora mangle, Avicen-nia germinans, Laguncularia racemosa y Conocarpus erectus; distintas a estas especies se presentan el pol-villo (Roseodendron sp.), buche (Pithecellobium sp.), caracolí (Anacardium excelsium), algarrobo, palo de rosa (Aspidosperma polyneuron) y algunas palmas de cera (Copernicia cerifera). El matorral, por otro lado, está conformado por especies dominantes durante la regeneración secundaria, como es el caso del matarra-tón (Gliricidia sepium), los algodoncillos (Croton sp.) y el hobito (Cordia collococca), y en los estratos bajos de este rastrojo se observan el cadillo (Triumfetta sp.), la venturosa (Lantana sp.) y la zarza (Mimosa diplothicha).

Ecosistema de monte espinoso tropical

Se extiende por la Media Guajira, en donde la pre-cipitación es mayor como consecuencia de los efectos de algunas serranías y del carácter más continental de la región. Buena parte de la población habitante del depar-tamento se agrupa aquí, especialmente en las ciudades de Riohacha y Uribia. Se enmarca en el centro y noroeste de la llanura central del municipio de Riohacha, por la costa occidental hasta Carrizal y por el este hasta las estribacio-nes de las serranías de la Alta Guajira, cerca de Rancho

Grande. En este sector se incluye la laguna de Buenavista, Boca de San Agustín y Boca de San Juan.

La característica más notable de esta formación es la precipitación anual entre 250 y 500 mm, que en la Media Guajira es ligeramente mayor, debido a la influencia de las serra-nías de Cocinas y Jarara. Esta for-mación comprende la mayor parte del llano guajiro y varias serranías de poca altura. Aquí, se aprecia que casi la totalidad de la precipitación cae durante los meses de septiembre,

octubre y noviembre, aunque también un poco en mayo y diciembre. Los suelos de la Media Guajira se caracterizan por ser generalmente dunas, manchas salinas o planosoles.

En esta zona son predominantes el cardón (Opuntia wentiana) y el pichiguel (Melocactus com-munis), árboles y arbustos espinosos y caducifolios, y una cobertura de gramíneas mezcladas con cactáceas suculentas y pequeños arbustos. La especie más abun-dante en esta zona es el trupillo (Prosopis juliflora), en asociaciones de individuos de especies como el puy (Tabebuia bellbergi), el campano (Pithecellobium dulce), palo verde (Cercidium praecox), dividivi (Caesalpinia coriaria), guamacho (Pereskia guamacho), chicharrón (Diphysa carthagenensis), brasil (Haematoxylon brasi-letto), cardón (Lemaireocereus griseus) y eventualmente Capparis indica, C. linearis, C. flexuosa, cereza (Mal-pighia glabra), cruceto (Randia aculeata), guayacán de bola (Bulnesia arborea), algodón lechero (Calotropis procera) y la tuatua (Jatropha gossypiifolia). Otras espe-cies rasantes que forman parte del rastrojo bajo, son el olivo (Capparis odoratisima), la ortiga (Gnidoscolus tubolosus) y la ambuca o aromo (Popomax tortuosa) (Figura 32).

En los pocos sitios donde la condición de los suelos es benévola, se establecen huertas con cultivos de maíz, millo, fríjol, sandía y otras frutas y legumbres en menor proporción. En lugares como Siapanao, por ejemplo, se encuentran plantaciones de cultivos per-manentes o semipermanentes como la palma de coco, la caña de azúcar, el plátano y algunos frutales. El riego no es usual dada la falta de agua y el alto contenido de sales de la misma.

Figura 32. Vegetación carácterística del ecosistema monte espinoso tropical en La Guajira (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

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50 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

ManglarSon un recurso natural importante porque en

ningún otro lugar comparten un mismo hábitat tal abun-dancia de organismos marinos y terrestres, como en los manglares de las costas tropicales y subtropicales.

Estas comunidades bióticas son únicas a nivel mundial, porque allí habitan verdaderos organismos terrestres en los niveles superiores de árboles y arbus-tos, mientras que debajo de ellos, moran verdaderos habitantes marinos. Adicionalmente, los manglares sirven de refugio, son sitios de alimentación y anida-ción de diversas especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios, entre otras; exhiben la mayor productividad costera debido a su alta producción de materia orgánica, similar a otras plantas y árboles; funcionan como “pul-mones’ del medioambiente, porque producen oxígeno

Ecosistemas marino-costeros

Figura 33. Manglares característicos de La Guajira (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

y usan el bióxido de carbono del aire; prestan servicios de recreación pasiva, como deportes acuáticos y activi-dades turísticas, y son importantes para la educación e investigación científica (Figura 33).

En el territorio guajiro existen cuatro especies fun-damentales de mangle (Tabla 9), enmarcadas en tres tipos, derivados de los factores climáticos e hidrológicos descritos a continuación:

El primer tipo, achaparrado, se carcateriza por ser altamente ramificado, tendiente a ser de borde, formando franjas muy angostas en bahías o ensenadas, y desembo-caduras de pequeños arroyos. Son especiales de este tipo R. mangle y A. germinans, las cuales se localizan especialmente entre bahía Cocinetas y bahía Portete.

El segundo tipo incluye individuos de porte bajo a medio, presentando manglares ribereños y de borde. Éstos se localizan principalmente entre el área de Musichi y Laguna Grande.

El tercer y último tipo, incluye individuos de mayor porte y tipo ribereño. Forma franjas anchas en caños y ríos provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta, e incluye a las especies R. mangle y L. racemosa, quienes limitan con bosques de pantano, presentándose una franja de Conocarpus erectus en la playa. Éstos se localizan en las desembocaduras del río Tapia, en La Enea, río Jerez, caño Lagarto y río Cañas, específica-mente en Dibulla (Sánchez-Páez, et al., 1997).

En esta región los manglares presentan poca presión antrópica y sus tensores principalmente pro-vienen de las condiciones medioambientales, como son la desecación notoria en la Alta y Media Guajira, por los altos grados de exposición solar, la alta evapotrans-piración sustancialmente mayor que las precipitaciones y la intermitencia de las corrientes. En conjunto, estos componentes generan un déficit hídrico, limitante del crecimiento de los manglares, que proporciona caracte-rísticas arbustivas y disminución del recurso pesquero, además de la mortalidad masiva de los mismos en los sistemas lagunares en épocas de fuerte sequía. En varios sectores como en la Alta Guajira y Mayapo, ocurren procesos de hipersalinización de suelos y aguas (Gil-Torres et al., 2009).

En la actualidad, el manglar es utilizado cuando está seco y apto para utilizarse como leña, para armar las empalizadas que protegen los cultivos y para la construc-ción de ranchos (viviendas), especialmente, cuando no se encuentran otras especies maderables como el trupillo (Prosopis juliflora), preferido sobre cualquier otra especie. Las hojas de mangle, adicionalmente, son utilizadas para alimentar los chivos durante la época de verano cuando escasean los forrajes de otras especies. A finales de los años cuarenta, la corteza era explotada para curtiembre y se exportaba a Venezuela, no obstante, el negocio no duró mucho debido a que se reemplazó con otro producto para teñir (Corpoguajira, 2003). Tabla 9. Listado de especies de manglar típicos en el departamento de La Guajira.

Nombre CientíficoRhizophora mangle

Laguncularia racemosa

Avicennia germinans

Conocarpus erectus

Nombre comúnMangle rojo

Mangle amarillo, bobo

Mangle salao o negro

Mangle zaragoza

Nombre wayuuJunna

Malii-wala

utta

Tipo1, 2, 3

2,3

1,2

2, 3

CaracterísticasEs el de mayor exposición al mar y alcanza hasta 25m de altura con diámetros de 80cm.Crece en forma de arbusto achaparrado y como árbol, hasta 25m de altura.Posee adaptaciones especiales a suelos anóxicos salinos y soporta altas salinidades, hasta de 60uPS.Especie menos marina, crece en terrenos arenosos y soporta condiciones de sequía.

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51Atlas Marino Costero de La Guajira

Zona de manglar en el municipio de Uribia

Los manglares en este sector se encuentran en la costa occidental de la bahía y ocupan una franja de 200 metros de largo por 15 metros de ancho. Se componen de especies de mangle rojo de alturas promedio de 8 m y diámetro a la altura del pecho –DAP- de 22 cm y mangle salado con 4 a 6 m de altura y muy ramificados. Esta franja se encuentra asociada con Batis marítima, Salicornia sp. y la gramínea Distichlis sp.

Bahía Tukakas o puerto López

El cuerpo de agua que compone la bahía de Tukakas tiene aproximadamente unas 1.000 hectáreas. En sus bordes se desarrollan manglares dominados por R. mangle ubica-dos en una franja interna no mayor a 50 m y altura pro-medio de 9 m en comunicación con la bahía. La segunda franja esta compuesta por A. germinans colindante con el continente, y presenta árboles dominantes hasta de 12 m e individuos con alturas hasta de 6 m, encontrándose un sector de mortalidad de aproximadamente 5 ha. La fauna asociada a ellos y reportada por la comunidad, está cons-tituida por el zorro manglero, boa, garzas, ostras, caracoles (Eustrombus gigas), especialmente en el costado rocoso al sur de la laguna; cangrejos, jaibas, langostas, camarones, peces como la liza, el mero, la bocacolora y tiburones, entre otros (Figura 34).

Figura 34. Manglar en bahía Tukakas o puerto López (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Bahía Hondita

El manglar en bahía Hondita se encuentra prin-cipalmente bordeando el cuerpo de agua de aproxima-damente 3.000 ha. Las especies predominantes son R. mangle con alturas entre 2,5 y 4 m y DAP de 5 a 15 cm, de copa frondosa y seguidas de A. germinans con DAP de 8 a 10 cm y alturas de 2-6 m, muy ramificados. En la zona, además, se han reportado poblaciones peque-ñas de flamencos, pelícanos, garzas, chorlitos, tijeretas y cormoranes, así como también lisas, meros, bocacolora y rayas (Figura 35).

Figura 35. Manglar en bahía

Hondita (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Figura 36. Manglar en bahía Portete (Foto: David

Alonso).

Bahía Portete

En sus alrededores se presentan litorales rocosos, playas arenosas y fangosas, costas bordeadas por man-glares y extensas áreas de pantano estacional, lagunas de manglar, praderas de macroalgas y praderas de fane-rógamas marinas mixtas (Thalassia y Syringodium). El fondo de la laguna interna es fangoso, a excepción de la boca y áreas vecinas, donde altas terrazas de origen coralino han formado acantilados rocosos de pendientes fuertes y playones arenosos. Ésta condición, sumada al hecho de que la bahía está relativamente encerrada y bien protegida de las influencias hidrodinámicas adversas, ha permitido la implantación y desarrollo de tres especies de manglar (R. mangle, L. racemosa y A. germinans) que cubren un área aproximada de 1.474,5 ha (Corpoguajira, 2003) (Figura 36).

Aquí, las condiciones ambientales son homogéneas, dado que cada sitio posee un grado distinto de madurez del bosque de mangle. Así el sureste (Kayushiparalao) de la bahía presenta una planicie costera fangosa cerca al nivel del mar, influenciada por inundaciones y varia-ción de las mareas en la bahía, lo que permite la presen-

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52 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

cia de los manglares de R. mangle y A. Germinans. En este punto, además, los manglares se encuentran más desarrollados, alcanzando anchas franjas de hasta dos kilómetros de mangle, lo que ha favorecido la anidación de la Fregata magnificens (fragata). Por otro lado, en los acantilados rocosos y los playones de arena, en la zona noreste de la bahía (Mowasira), la presencia de R. mangle, A. germinans y L. racemosa es mucho menor, represen-tados aproximadamente en una franja de 880 m a partir de la línea costera. En el costado sur (Wayetaro), a su vez, la franja de manglar es angosta, cercana a los 70 m de amplitud, mientras que en el noroccidente (puerto Alijunao) la franja se encuentra entre 200 a 255 m de amplitud (Gil-Torres et al., 2009).

En el sector de Portete el bosque es heterogéneo con dominancia de R. mangle, mientras que en puerto Guarreo existe la presencia de un bosque joven de R. mangle, L. racemosa y A. germinans.

Carrizal

En esta área se presenta una estrecha franja de A. germinans con alturas entre los 4 y 8 m, de cobertura discontinua y achaparrada, que resulta muy importante para la avifauna (Figura 37).

Figura 37. Manglar en la población de Carrizal (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

poco favorables para su desarrollo, debido al “stress” causado por los altos valores de salinidad (80%) regis-trada. Desde la franja hacia el mar, es posible iden-tificar individuos aislados de Avicennia germinans y Conocarpus erectus de 2 a 3 m de altura, asociados a Batis marítima (Sánchez-Páez et al., 1997).

Musichi

Esta laguna se localiza aproximadamente a 20 km al noreste de Riohacha y cuenta en sus alrededores con una franja aproximada de 3 a 5 m de ancho de A. germinans, L. racemosa, R. mangle y C. Erectus, con alturas promedio del dosel de 4 m. En la orilla externa, la franja de A. germinans se asocia con Batis marítima y Sesuvium sp., y unos pocos ejemplares de R. mangle de 2,5 m de altura (Corpoguajira, 2003) (Figura 38).

Laguna Sabaletes y Manzanillo

Aquí se encuentra un bosque de A. germinans con presencia de L. racemosa, con altura del dosel de 7 m, con máximas de 11 m. La mayoría de individuos de Laguncularia que se encuentran en esta zona, son rebrotes que crecen juntos por tala. Esta vegetación se intercala con plantas espinosas y bosque subxerofítico.

Zona de manglar en el municipio de Manaure

Manglares de Mayapo

Los manglares de Mayapo están ubicados en una laguna con una estrecha boca que comunica al mar, alrededor de ésta se encuentra una franja disconti-nua de unos 5 m de ancho de Rhizophora mangle de 2 m de altura, altamente ramificado. Al encontrarse en la zona de manera aislada, e incluso con pocos individuos, estos manglares evidencian situaciones

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53Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 38. Vista de un sector con manglar en el sector de Musichi (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Figura 39. Borde de manglar en

la laguna navío Quebrado

(Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Laguna Navío Quebrado

Esta zona hace parte del Santuario de Fauna y Flora SFF -Los Flamencos- de acuerdo con la resolu-ción No. 169 de 1977. La vegetación de la parte occiden-tal y oriental de esta laguna comprende varios tipos de mangle (A. germinans y L. racemosa), en combinación con la parte oriental con vegetación xerofítica como el trupillo, dividivi, cardón, tina, espinito blanco y colorado, y otras herbáceas (Figura 39).

Laguna Salada

Con un área de 0,05 km2, esta laguna no presenta comunicación visible con el mar ni con el río Ranche-ría, excepto en épocas de máximos niveles de lluvia. En este punto, las aves son sin duda el recurso de fauna más relevante, sobresaliendo la presencia de garzas tales como morena (Andrea cocoi), rayada (Butorides striatus) y blanca (Casmerodum alba), así como los patos cucharo (Ajaia ajaia) e iguaza (Dendrocyna autumnalis), muchos de los cuales son especies migratorias de corta estan-cia en el lugar. En el área de manglar se agrupan aves de la familia Psittacidae (loro y pericos), Formicaridae (hormigueros), Hirudinidae (golondrina) y Tyranidae (siriries), entre otros.

La zona perimetral a la laguna, en los puntos nor-deste, sureste y suroeste, se encuentra cubierta por una espesa vegetación de A. germinans y C. erectus, de alre-dedor de 2 ha en total. En el sector occidental y norte de la laguna se aprecian coberturas de vegetación pantanosa tipo Typha dominguensis y Juncus sp.

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54 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Río Ranchería (brazo Riíto)

Su franja de manglar se encuentra limitada al norte por el mar Caribe, al noreste por el barrio Nuestra Señora de Fátima y al sur por la laguna Salada. Además, se encuentran especímenes de mangle: A. germinans, L. racemosa, R. mangle, Conocarpus erectus y otras espe-cies vegetales como Prosopis juliflora (trupillo), la halófita Batis marítima, Capparis odoratissima, Stenocereus griseus (Tuna) y la semiepífita Rhabdadenia biflora. La vegeta-ción predominante en esta zona es poco desarrollada y se presentan tamaños pequeños, cercanos a la línea de costa, mientras los más alejados (con mayor altitud), no superan los promedios por unidad de registro entre 4,27 m en bosque de borde exterior de A. germinans y 8,86 m en bosque ribereño dominado por L. racemosa y R. mangle (Corpoguajira, 2003). De acuerdo con Vásquez (2000), los perfiles gráficos de la estructura revelaron la composición específica de los bosques, a través de gra-dientes microambientales desde el borde del cauce hacia afuera: a) un área reducida con individuos de R. mangle y b) un área reducida con individuos de L. racemosa y A. germinans.

Boca del río Calancala (Valle de los Cangrejos)

El valle de los Cangrejos, brazo Calancala del río Ranchería, hasta hace aproximadamente 60 años, era una de las desembocaduras del río Ranchería. Limita con el resguardo indígena El Pasito y con la vía Troncal Caribe al sudeste. Las actividades de pesca y cría de ganado caprino por los indígenas, han incidido en la baja regeneración del manglar (A. germinans, L. race-mosa, R. mangle y C. erectus) en la zona; sin embargo,

Figura 40. Vista del manglar

presente en el costado norte de

laguna Grande (Foto: Diana Isabel

Gómez L.).

la franja del terrero de norte a sur hasta El Pasito, en los límites con el corregimiento de Pancho del muni-cipio de Manaure, forma parte de la ampliación de los resguardos de la Media Guajira, lo que conlleva a que el manglar se encuentre mejor preservado (Polanía, 1998, en Corpoguajira, 2003).

Laguna Grande (Pantano del Higuito)

Esta laguna presenta una cobertura de comunidades mixtas entre matorrales y arbustales inundables. Se loca-liza detrás de la laguna Grande, cerca al caserío Perico, en charcas estacionales de menos de una hectárea con sali-nidad residual, conocidas comúnmente como pantanos del Higuito y el Eneal, sin caracterizar una comunidad propiamente dicha. Las especies registradas para esta zona fueron en su orden de abundancia: C. erectus y A. Germinans, mezclada con vegetación de áreas inundables y de bosque seco tropical: Machaerium sp1., Coursetia sp., Clerodendrum aculeatum, Ruprechtti ramiflora, Bulnesia arborea, Pithecellobium dulce, Zuelania guidonia, Mimosa cf. arenosa, Prosopis juliflora y Acanthocereus tetragonus (Corpoguajira, 2003) (Figura 40).

Caricari

Situado en una barra de arena que separa la laguna Grande del mar, se inunda estacionalmente y está expuesta a condiciones muy secas, con baja diversidad y condiciones limitantes de salinidad. Adicionalmente, presenta una cobertura casi exclusiva de L. racemosa y A. Germinans, en menor proporción C. erectus y como acompañante Erythroxylum carthagenense.

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55Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 41. Vista de la vegetación

presente a orillas del río Jeréz so-bre la costa (Foto:

Corpoguajira-CI, 2006).

Buenavista (La Raya)

Localizada al norte de Riohacha, Buenavista es alimentada por el río Ranchería y esta bordeada de man-glares achaparrados con alta ramificación desde la base y bajo porcentaje foliar de A. Germinans con alturas y diámetro promedio de 4 m y 15 cm, respectivamente. Tras esta franja se encuentran playones con presencia de A. Germinans, de 1 a 2 m de altura, asociados con Batis marítima. Al norte de la laguna, se observan algunos individuos aislados de R. mangle, Laguncularia race-mosa y C. erectus, de 2 a 3 m. En la playa también se observa Sesuvium portulacastrum y pequeñas lagunas con B. marítima.

Desembocadura del río Jerez

El sitio del bosque que compone la desemboca-dura del río Jerez se encuentra localizado en las coorde-nadas 11° 16´ 32,5” norte y 73° 19´ 17,8” oeste. Aquí, es posible evidenciar la presencia de manglares dominados por L. Racemosa, con árboles de 10 a 14 m de altura y diámetros de 12-25 cm. En el sector de la barra del mar, en contraposición, hay árboles de C. erectus con un buen desarrollo estructural, altura de 6-12 m y diámetros hasta de 25 cm.

Asociado al manglar también se encuentra el bejuco Rhabdadenia biflora, y en zonas expuestas se ubica Achros-tichium aureum invadiendo aquellas áreas donde fue reti-rada la vegetación del manglar. Es común que la malvacea Hibiscus tiliaceus, Hippomane mancinella y Thepesia popul-nea aparezcan en el área de la playa.

Entre las características de este manglar, se encuen-tra que está influenciado por agua dulce proveniente del río Jerez que nace en la SNSM, el suelo es pantanoso con presencia de abundante turba y permanece inundado gran parte del año, alcanzando niveles hasta de 60 cm (Figura 41).

Ciénaga Mamavita- Boca de la Enea

Ubicada en el corregimiento de punta de los Remedios, la ciénaga Mamavita – boca de la Enea, cuenta con bosques que se caracterizan por estar localizados detrás de la franja de playa, cuya amplitud varía en todo su recorrido hasta la desembocadura del río. El tensor más evidente está dado por la actividad antrópica de los lugareños, especialmente por las especies R. mangle y L. racemosa que alcanzan alturas de 12 m. En el sector de la boca de la Enea, se encuentra una primera franja de 50 m compuesta por las especies de R. mangle con promedio de 18 cm de diámetro, mezclado con árboles de L. racemosa de diámetros hasta de 40 cm, continua a esa franja hacia el continente aparece otra de 50 m de mangle amarillo con DAP de 10 cm en promedio y alturas de 7 m, actualmente intervenidos por los pobla-dores para construcción de cercas y viviendas.

En el sitio denominado boca del Arroyo del Tigre se encuentra un bosque de mangle mixto, de tipo borde-ribereño, con especies de R. mangle de alturas hasta de 4 m y L. racemosa de 6 m. Como fauna aviaria asociada, se registró la presencia de la garza real, pelícanos y patos aguja, entre los más llamativos.

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56 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Sector ríos San Salvador- Negro

Existen en esta área aproximadamente 56 ha cons-tituidas por tres caños conocidos con los nombres de Taguara, Andorra I y Andorra II. El Taguara presenta una forma de embudo inclinado de 1,5 km de longitud y un ancho máximo de 400 m. Cuenta además con pre-sencia de las especies de mangle rojo y mangle amarillo, con portes de 25 m. Por su parte, Andorra I presenta una franja aproximada de 250 m largo por 8 m de ancho, con presencia de A. germinans (DAP 23,8 cm), siendo la única que se encuentra en la frontera con la zona costera. Hacia adentro se intercalan las especies de L. racemosa (con 20 m de alto y 12 cm DAP) y C. erectus (22 cm DAP y 8 m de alto), asentadas en los últimos 50 m lineales.

Andorra II, a su vez, presenta una franja total de 400 m y ancho variable, donde L. racemosa (con 7 m de alto y 16 cm de DAP) se encuentra en la frontera con el mar, mientras y hacia adentro se presenta C. erectus (10 cm de DAP y 4 m de altura). R. mangle (60 cm de DAP y 20 m de altura) y A. germinans (50 cm de DAP y 25 m de altura), constituyen la parte intermedia de la franja.

Como vegetación asociada, en esta zona se encuen-tran: palma de coco (Cocos nucifera), balso (Ochroma lagopus), helecho (A. aureum), moito (Macluria tincto-ria), uvito (Coccoloba uvifera), roble (Quercus humbol-dtii) y guasimo (Guazuma ulmifolia).

Sector ríos Ancho – CañasEn esta área se encuentran tres sitios con presen-

cia de mangle: Caño Sucio (11° 15´ 8,54” norte y 73° 28´13,4” oeste), el Pantano (11° 14´ 9,27” norte y 73° 27´ 29,6” oeste) y la desembocadura del río Cañas (11° 15´ 46,69” norte y 73° 24´ 21,55” oeste).

Zona de manglar del municipio de Riohacha

Sector río Palomino

Este sector es influenciado por la cuenca del mismo nombre, con dos tramos constituidos por un sistema de madre viejas y caños ciegos, los cuales reciben aportes de algunas corrientes que descienden de la Sierra Nevada de Santa Marta, tributarias del río Palomino y son bañadas periódicamente por las mareas altas del mar Caribe (Figura 42).

Figura 42. Vista general de la

vegetación costera en el área

de influencia del río Palomino (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

El primer tramo de este sector corresponde aproxi-madamente a unas 20 ha de manglar, compuestas por seis caños que presentan franjas promedio de 30 m de ancho y especies de mangle rojo (Rhizophora mangle) y amarillo (Laguncularia racemosa), con una mayor abun-dancia del segundo, con alturas que oscilan entre los 6 y 15 m, con diámetros de 18 a 25 cm (Corpoguajira, 2003). El segundo tramo tiene 15 ha aproximadamente y se encuentra compuesto por dos caños ciegos, el Canillal de forma alargada, con una longitud de 600 m y con un ancho de 30 m; y un segundo caño en forma de embudo, el cual parte con una boca angosta en los primeros 100 m y se va expandiendo hacia la parte final, con una exten-sión de 300 m de largo, con 250 m de ancho y compuesto por mangle amarillo y rojo.

En asocio con la vegetación del manglar, se obser-varon especies como helechos (A. aureum), guamo (Inga sp.), jobo (Spondias bombin L.), caña boba, guanábana de monte (Anona glabra) y balsos, entre otras. Como fauna asociada en esta área, se registraron micos, venados, zorros mangleros (Cerdocyon thous), iguanas (Iguana iguana), hicoteas (Pseudemys scripta), babillas (Caiman crocodilus) y gran variedad de aves (Figura 43).

Adicionalmente, en esta zona se pueden encontrar asociaciones de pastos naturales con arbustos aislados, bosque natural intervenido con presencia de potreros, bosque natural intervenido y rastrojos altos, cultivos, pastos naturales con árboles aislados, matorral natural, bosque natural bajos y bosque natural intervenido denso (Corpoguajira, 2003).

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57Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 43. Vista general de la vegetación en el margen del río Palomino (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Caño Sucio

Tiene una longitud de 4 km aproximadamente, y un ancho de 30 m, lo cual logra cubrir un área de 8 ha en las que se encuentran las especies de mangle rojo y amarillo con una altura máxima de 18 m y mínimas de 5 m, con raíces fúlcreas hasta de 5 m de alto y con DAP entre 7- 40 cm, para ambas especies. En los primeros 140 m, desde la costa hacia el continente, la especie que domina es el mangle rojo con un 90%; a partir de aquí, aparece el mangle amarillo formando una verdadera consociación (Corpoguajira, 2003).

A lo largo de esta franja también se observaron especies asociadas al manglar, como uvito de playa (C. uvifera), bijao (Thalia geniculata), coco, pimiento (Phi-lanthus elsiae), chirimoya (Annona sp.), mango (Magni-fera indica), helecho (A. aureum), guamo (Inga sp.), jobo (Spondias mombin), caña boba, guanábana de monte (Annona glabra) y balso (Ochroma lagopus), entre otras. En cuanto a la fauna caracterizada, se encontró la presen-cia de micos, venados, zorra manglera, iguanas, hicoteas, babillas y una gran variedad de aves.

Sector del Pantano

En este sector se encuentran dos especies en asocio, el mangle rojo y el mangle amarillo; y hacia el borde de la laguna se pueden observar especies de canta gallo (Eritrina fusca), camajón (Sterculia apetala), roble (Tabebuia rosea), helecho (A. aureum), pembe (Dalbergia sp.), enea (Typha dominguensis), guanábana de monte (A. glabra), moito (Macluria tinctoria) y resbalamono (Bursera simaruba). La fauna aquí presente está repre-sentada por el mono (Allouatta seniculus), venado, zorro

manglero (Cerdocyon thous), iguana (Iguana iguana), hicotea (Trachemys scripta), babilla (Caiman crocodilus) y gran variedad de aves como copetón, gallito de agua, tijereta, garzas y golondrinas.

Desembocadura del río Cañas

Los sectores de manglares, ubicados en la des-embocadura del río Cañas en el mar Caribe, presentan un área de 8 ha, en la cual se encuentran las especies de mangle rojo y mangle amarillo, con alturas hasta de 20 m y diámetros de 35 cm.

En la zona también se puede encontrar un bosque secundario degradado, donde las especies mayores han sido extraídas en un alto porcentaje, presentando como consecuencia una fisonomía de matorral alto, com-puesta por una comunidad mixta de herbáceas, arbus-tos, árboles, bejucos y en general plantas de las especies invasoras, que forman grupos de hasta 5 m de alto. La zona de pasto, por ejemplo, está cubierta con gramí-neas, leguminosas, herbáceas y rastreras, empleadas en actividades de pastoreo de ganado. La zona de bosque de galería está conformada por bosques secundarios degradados. Mientras que en la zona de cobertura mixta están el pasto-rastrojo y el bosque-rastrojo, así como una comunidad especial en la zona de marisma de bosques de mangle.

Sector microcuencas Lagarto-Maluisa

Estas microcuencas están comprendidas entre las cuencas Cañas y Jerez, con una extensión total de 15.400 ha. La zona baja donde se encuentran los manglares está conformada por dos unidades bien definidas, la primera de ellas hace referencia a la planicie fluvioma-rina que va desde el nivel del mar hasta 50 msnm, a partir de los cuales empieza la otra unidad denominada pie de monte de la Sierra Nevada de Santa Marta, con una altura máxima de 1.600 msnm.

El área total posee un bosque de mangle con 1.383 ha, aunque en ella también coexisten rastrojos, bosques de pantano, pastos con rastrojos, pastos y plantaciones de coco. La vegetación playera está integrada por plantacio-nes de coco (Cocos sp.), verdolaga (Sesuvium portulacas-trum), lirio (Ipomoea carnea) y abundantes ejemplares de uvito de playa (C. uvifera); en zonas más alejadas de la línea litoral, se observan guasimo (Guazuma ulmifo-lia), balso (O. lagopus), dividivi (Caesalpinia coriaria), camajón (Sterculia apetala) e higuerones (Ficus sp.), entre otros.

La vegetación de mangle se localiza a orillas del mar, muy cerca de la desembocadura de los ríos Lagarto, Cañas y Jerez, así como en arroyos que en épocas inver-nales abren sus bocas para formar pequeños estuarios resguardados de los vientos y de fuertes oleajes. La zona con vegetación de pantano se caracteriza por una coloración verde claro intenso, en donde la dominancia está dada por los géneros Potamogeton sp., Polygonum amphibium, Nymphaea sp. y Callitriche sp., los cuales se hallan intercalados entre varias especies de gramíneas y ciperáceas.

Page 62: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

58 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Humedales costerosSon masas de aguas tranquilas, poco profundas,

que se separan del mar por una barra que impide la acción del oleaje y se unen con él, a través de canales angostos, donde reciben agua y sedimentos de los ríos y agua marina. De acuerdo con la información de Cor-poguajira (1992, 1997), RICCERCA e Coperazzione (2002), el departamento de La Guajira cuenta con 32 lagunas costeras, de las cuales el mayor predominio lo tienen las pertenecientes a ecosistemas estuarinos (17), que se encuentran afectadas por un proceso natural paulatino de sedimentación y por una mínima des-carga de sedimentos de sus corrientes tributarias y corrientes restantes, como riberinas. La mayor parte de estos cuerpos de agua, así como salinas y bahías, se encuentran en los municipios de Riohacha, Manaure y Uribia (ver Mapa 8 y Tabla 10).

La zona marina adyacente, que va hasta los seis metros de profundidad, se considera como humedal y es de tipo marino. Este tipo de humedal, por encon-trarse en el mar Caribe donde las mareas no son muy evidentes, se puede dividir en dos subzonas: intermareal y submareal. Es un mosaico de fondos arenosos entre los que se pueden encontrar parches importantes de pastos marinos y macroalgas, y tiene una estrecha relación con los humedales costeros recibiendo y aportando subsidios de energía.

En cuanto a su estado ambiental, se deben citar los ejemplos más sobresalientes: las lagunas Grande y Navío Quebrado, que forman parte del Santuario de Flora y Fauna (SFF) Los Flamencos (Camarones, La Guajira), y se encuentran rellenas de material fluvial, lo que acelera el proceso de colmatación debido a la cons-trucción de carreteras de la red víal nacional (Jorgensen y Voyenwaider, 1989). Entre las lagunas costeras de la Baja Guajira se encuentran las ciénagas de Manzanillo, Zaba-letes, Trupia y Tocoromana. Este complejo de lagunas y ciénagas, donde también se encuentra la laguna Salada, se ubica entre la desembocadura del río Camarones y la desembocadura del río Tapias (Corpoguajira, 2003).

Sistemas estuarinos y deltasComo estuarios se entienden los ecosistemas en

los cuales el agua de mar es diluida por el agua prove-niente del drenaje terrestre. En general, los estuarios son un sistema de baja energía hidráulica y salinidad varia-ble, semicerrado por una porción terrestre y que puede tener una influencia de aguas marinas permanente y/o estacional. A este tipo pertenecen las lagunas de Buena-vista, Ocho Palmas, Navío Quebrado, Chentico, Laguna Grande, Manzanillo, Sabaletes, Trupía y Mamavita, las cuales se diferencian por el caudal y características del tributario, geomorfología, y el número, magnitud y tem-poralidad de su comunicación con el mar.

La laguna de Buenavista (Figura 44) está per-manentemente inundada y conectada con el mar. La

Tabla 10. Listado de humedales costeros del departamento de La Guajira, de acuerdo con la clasificación MedWet.

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permanencia de agua salobre en las lagunas de Ocho Palmas, Chentico, Navío Quebrado, Laguna Grande (Figura 45), Manzanillo, Sabaletes y Mamavita, es de corta duración debido a la alta tasa de evaporación producida por el verano; de esta manera, inicia el ciclo productivo de estas lagunas con la entrada de agua por precipitación, escorrentía y la cuenca principal en el mes de septiembre. Un mes después del inicio del periodo de lluvias, aproximadamente, y por efectos de la presión del agua sobre la barra marina, la laguna se abre al mar permitiendo el flujo entre sistemas. A partir de este momento, las especies obtienen el máximo beneficio de la oferta estuarina hasta que, por efectos de la reducción de aguas dulces y la alta eva-poración, se cierra la boca (diciembre). Para entonces, los niveles del espejo de agua comienzan a reducirse notoriamente, hipersalinizándose el hábitat original hasta secarse casi por completo en el mes de marzo.

Delta es la zona de interacción entre los proce-sos marinos (oleaje, corrientes, mareas) y los proce-sos pluviales (aportes de aguas y sedimentos), ubicada en la desembocadura de los ríos. Por ejemplo, en La Guajira se presenta el Valle de los Cangrejos, delta del río Ranchería, entre otros (Contraloría Gral. del Dpto. de la Guajira, 1997).

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59Atlas Marino Costero de La Guajira

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60 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Los subsidios de energía que reciben estos humedales, los hacen altamente productivos y esen-ciales como hábitat temporal de crianza, alimentación, refugio y reproducción para muchas especies de peces, moluscos, crustáceos y aves. Los estuarios represen-tan ambientes más extremos y con fluctuaciones más violentas, con respecto al mar abierto o los hábitats de agua dulce (Perkins, 1974); por lo cual, son consi-derados como zonas de transición entre el agua dulce y los hábitat marinos, sin embargo, muchos de sus atributos físicos, químicos y biológicos más impor-tantes no son de transición sino únicos.

La vegetación xerofítica acompañante de estos sistemas lagunares está compuesta por el trupillo (P. juliflora) y las cactáceas, como el cardón (Lemai-reocerous griceus), el cacto (O. Wentiana), guama-

Figura 44. Vista general de la la-

guna de Buenavis-ta con flamencos

en primer plano (Foto: Diana Isabel

Gómez L.).

Figura 45. Vista general de la la-

guna Grande con una bandada de garzas (Foto: Diana

Isabel Gómez L.).

cho (Pereskia colombiana), el higo (Opuntia sp.) y el cabeza de negro (Melocactus communis). Relacionada con esta familia, se presenta de manera discontinua el algodón lechero (Calotropis procera), el dividivi (C. coriaria), el brasil (Hematoxylon brasiletto) y el olivo (Capparis odoratissima). En las áreas donde hay manglar, en los alrededores de la laguna Buenavista, es posible encontrar especímenes del mono aullador (Alouatta seniculus), zorro manglero (Cerdocyon sp.), armadillo (Dasypus sp.), roedores de varias especies, marsupiales (Didelphys marsupiales) (chucha o zari-güeyas) y varias familias de murciélagos, representa-dos por lo menos con diez especies diferentes.

Pos su parte, la avifauna de esta zona está com-puesta por especies migratorias como el coclí blanco y rojo (Eudocimus albus y E. Ruber), las garzas morena (Ardeo cocoi), blanca (Casmerodius albus), real (Phile-rodias pileatus) y rojiza (Dichromanassa rufescens), el pato cuervo (Phalacrocórax olivaceus y Ajaia ajaia) y el chorlito (Calidris pusilla). También se encuentran espe-cies de aves, exclusivamente marinas, como es el caso del pelícano (Pelecanus occidentalis), la tijereta de mar (Fregata magnificens) y las gaviotas del género Sterna, aves de las familias Falconidae (halcones y garrapateros), Psittacidae (loros y periquitos), Alcedinidae (martín pes-cador) y Tyrannidae (cardenal, papamoscas). Muchas de las especies anteriores son de hábitos gregarios, que se alimentan de insectos o frutos, y dependen directamente de los manglares. Aquí también se reporta la presencia del flamenco (Phoenicopterus ruber ruber).

En cuanto al componente de herpetofauna, se ha registrado la presencia de especies de lagartos de la familia

Page 65: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

61Atlas Marino Costero de La Guajira

de Tejidae (lagartijas), algunos ofidios como la talla X (Bothrops atrox), la cascabel (Crotalus dirissus terrificus), la bejuquilla (Oxybelis aeneus) y tortugas marinas de las especies (Chelonia mydas y Caretta caretta).

La población íctica presente en los humedales está compuesta predominantemente por especies estuarinas como la lisa el lebranche, la anchoveta y el róbalo (Mugil curema, M. Brasiliensis, M. sp. y Centropomus undecima-lis, respectivamente). En cuanto a crustáceos, el camarón (Xiphopenaeus sp.) es el más común, y como producto de método de pesca la cachirra, se capturan alevinos y juveniles de (Scomber sp.) (sierra), Caranx hippos (jurel), Euthynus alliteratus (bonito), Caranx ruber (cojinua) y Lutjanus synagris (pargo rayado), entre otros.

Sistema riberinoLos sitios donde los ríos se conectan con el mar

son conocidos como riberinos-estuarinos. En el área y debido a las condiciones climáticas, esta conexión es a veces estacional, porque la baja presión del agua permite la formación de una barra marina; sin embargo, las condiciones de salinidad en estos sitios siempre es alta. Además de los canales principales, también existen unas formaciones conocidas comúnmente como “madre viejas” o cauces antiguos de los ríos, de aguas casi estan-cadas, que en los periodos de lluvias aumentan su caudal debido al desbordamiento de los ríos y la presión del agua sobre la barra marina, lo que origina una comu-nicación estacional y esporádica con el mar (Figura 46).

Humedales como Limoncito y El Lagarto, son canales antiguos de los ríos San Salvador y Maluisa, respectivamente, aunque entre ellos aún existen dife-rencias en cuanto a geomorfología e hidrología que los hace radicalmente diferentes. El humedal El Lagarto es un canal principal perpendicular a la línea de costa, formado por la confluencia entre las aguas de “La Pan-tanera” o marisma del río Maluisa, y por los caños y canalizaciones provenientes del río Cañas y de la finca Aguadulce. El canal principal tiene forma de “L”, con una profundidad variable (3-7 m) y un ancho entre 10

Figura 46. Sistemas ribereños A) río

Palomino y B) caño Lagarto (Foto: Diana

Isabel Gómez L.).

y 15 m. Es agua básicamente estancada, con corriente únicamente en el periodo de lluvias cuando abre una boca de conexión con el mar, por donde sale agua dulce hacia el mar en la capa superior y entra agua del mar hacia el humedal por la capa inferior.

La diversidad de peces en estos sistemas es menor a la encontrada en las lagunas estuarinas, en las cuales pueden ser residentes, visitantes esporádicos para su ali-mentación y/o visitantes que utilizan estos sistemas para cumplir sus funciones de reproducción y crianza.

Asimismo, estos sistemas sustentan importan-tes cantidades de caimán de aguja (Crocodylus acutus), especie considerada en peligro de extinción a nivel mundial y endémica en Colombia de esta región. En estos humedales, también se reproduce esta especie, se alimentan y puede crecer hasta 4 m de largo, de acuerdo con información de los habitantes del área, salen al mar y se desplazan entre los humedales.

Asociada a los sistemas riberino-estuarinos, también se encuentra una comunidad caracterizada por manglares de buen desarrollo estructural, hasta 18 m de altura y diámetro hasta de 50 cm, dominados por A. ger-minans en la desembocadura del río Tapias, L. racemosa hacia Dibulla y R. mangle desde El Lagarto hasta el río Palomino, incluyendo la Madre vieja Limoncito.

Sistema palustre El sistema palustre incluye marismas y pantanos

de profundidades menores a 2 m, con vegetación arbórea y arbustiva en sus orillas, así como sistemas de bosques inundables.

Los sistemas de bosques inundables de la zona se caracterizan por tener un gran desarrollo estructural, con altura promedio entre 10 y 12 m y diámetros frecuente-mente mayores a 10 cm. La riqueza y diversidad de éstos, son comparativamente más altas que en las otras sub-zonas de tierra seca del área, siendo medianamente similares a humedales ubicados en bosques húmedos tropicales del sur del país. Entre ellos sobresalen las especies Pterocarpus cf. Podocarpus y Annona glabra.

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62 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Por otro lado, las marismas corresponden a zonas de colmatación colonizadas por manglares, como aque-llas que se encuentran en la confluencia del río Cañas, en la parte sur-occidental de Dibulla, y entre el pantano Michiragual y la laguna Grande. El Gran Pantano de Dibulla, es un complejo de sistemas de canales, madre viejas del río Jerez y otros caños menores, continuos al mar con baja intervención humana; este sistema panta-noso es uno de los sitios mejor conservados, y luego de la franja de manglar, está conformado casi exclusivamente por bosques de Canta gallo (Erythrina fusca), de 12 m de altura y 20 cm de diámetro, y en zonas abiertas por matorrales de platanillo (Heliconia marginata). Aunque la diversidad vegetal leñosa aquí es muy baja, existe alta riqueza de vegetación herbácea exclusiva de ambien-tes acuáticos, un alto aporte de cobertura de copas y un ambiente con alta productividad primaria, sitio de refugio para fauna asociada a humedales.

Pantanos como el de La Pedregosa (Figura 47), Las Flores y el ubicado a 3 km al este de la punta de Los Remedios, son humedales colindantes con la sabana seca, que ofrecen un alto contraste de humedad y un posible refugio de fauna en época de verano. La vegeta-ción se conserva en franjas de ancho variable, mediana-mente alterada en La pedregosa y altamente alterada en punta de Los Remedios. Además, están caracterizados por bosques anegadizos, palmichales, arbustos y her-bazales que presentan una riqueza importante y una composición por flora amenazada en donde sobresalen Pterocarpus cf. Podocarpus, Copernicia tectorum, Bactris guineensis y Guadua paniculada, esta última singular y restringida en la zona.

Sistema lacustre A este sistema pertenecen la laguna Salada y el

pantano Bello Horizonte. El pantano de Bello Horizonte es una depresión de 0,32 km2 de área, que recibe el aporte del arroyo Arenas, pequeños caños y aguas de escorrentía, y permanece inundado todo el año; en época seca tiene una profundidad máxima de 1,3 m, y en época de lluvias puede alcanzar hasta 2,5 m. El humedal está drenado por un pequeño caño que se divide y forma

Figura 47. Pantano La

Pedregosa (Foto: Corpoguajira-CI- 2006).

una serie de canales de agua casi estancada, bordeados por vegetación de hierba y mangle, que confluyen en el caño Sucio, el cual desemboca en el mar.

Para el caso de la laguna Salada, su zona peri-metral en el noroeste, sureste y suroeste, se encuentra poblada por una espesa vegetación de mangle de las especies Avicennia germinans y Conocarpus erectus. Este tipo de bosque se ha estimado entre 1 y 1,5 ha, y depende de la existencia del cuerpo de agua de la laguna para su supervivencia.

En las orillas de esta laguna se aprecian cobertu-ras de 100-150 m2 de vegetación de pantano, como son Typha sp. y Juncus sp., los cuales aparecen en el sector occidental y norte del espejo de agua. En cuanto a fauna silvestre, la laguna Salada, por hallarse muy cercana de la zona rural de Riohacha, ha perdido casi completa-mente las poblaciones de mamíferos. Actualmente, solo se encuentran especies de murciélagos pertenecientes al orden Quiroptera y varios tipos de roedores silvestres de la familia Cricetidae. En cuanto a reptiles, los lagartos menores como el lobo pollero (Tupinambis sp.) y varias lagartijas de la familia Tejidae e Iguanadae (I. iguana), aun son visibles en la zona.

Las aves son, sin duda alguna, el recurso faunístico más relevante del área, sobresaliendo el grupo de las garzas morena (Andrea cocoi), rayada (Butorides striatus) y blanca (Casmerodius albua egretta), así como el pato cucharo (Ajaia ajaia) e iguaza (Dendrocyna autumnalis); muchos de los cuales son migratorios permaneciendo por cortos períodos de tiempo en este ecosistema lagunar. Lamenta-blemente, la contaminación creciente por residuos orgáni-cos y basuras procedentes del área urbana alrededor de la laguna, limitan cada día más su calidad de vida, y por ende, la capacidad de ser buena proveedora de peces, principal alimento de las aves anteriormente mencionadas.

Entre los peces reportados por los lugareños, se encuentran el bocachico (Prochilodus reticulalus magda-lenae), bagre, sardinas (de la familia Characidae), pipon (Poecilia caucana), lebranche (Mugil brasiliensis), lisa (Mugil curema), sábalo (Tarpon atlanticus) y róbalo (Centropomus undecimalis).

Page 67: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

63Atlas Marino Costero de La Guajira

Formaciones coralinas

Las costas del territorio guajiro se caracterizan por ser bajas, con planos arenosos y salinos, y con una extensa plataforma continental. Los fuertes vientos del este y noreste, que caracterizan y condicionan el clima de la región, transportan con-tinuamente grandes cantidades de partículas del suelo arcilloso que se depositan sobre el mar, contri-buyendo a la turbidez de las aguas. Pese a que los corales son propios de aguas tropicales claras e iluminadas, esta circunstancia no les impide pre-sentarse en forma de parches cora-linos y de octocorales a lo largo de la costa.

Para el área específica de La Guajira, de acuerdo con los estu-dios de Integral (1982), Ecology and Environment (1984), Prahl y Erhardt (1985), Invemar (1988) y Díaz et al. (1992), las formacio-nes coralinas del departamento se hallan concentradas en el sector sur-occidental de bahía Portete, y al menos hasta 1992, se encontra-ban constituidas por 19 especies en total, ubicadas a no más de 4 m de profundidad (Tabla 11) (ver mapa 9).

Entre las especies registradas de coral, se encontra-ron las de formaciones llamadas tipo I, representadas por parches arrecifales con una zona somera llana dominada por el hidrocoral (Millepora alcicornis), seguida por un talud externo que baja hasta máximo 4-5 m y se encuen-tra caracterizado por la presencia de grandes cabezas de coral, entre las que se pueden hayar Diploria strigosa, Colpophyllia natans, Montastrea annularis y Siderastrea sp. La zona somera se halla asociada principalmente con praderas de pastos marinos (incluso entremezclada), mientras que el talud se encuentra usualmente despro-visto de ellos y solo cerca de su borde profundo, luego de un canal arenoso estrecho, se presentaron de nuevo dichas praderas. Por otro lado, las formaciones tipo II se encuentran conformadas por corales dispersos entre praderas de pastos, donde la especie dominante es la Millepora alcicornis (Figura 48).

De acuerdo con Díaz et al. (2000), la extensión total de las formaciones coralinas del departamento de La Guajira es de 151,8 km2 fundamentalmente ubicados en bahía Portete y con aproximadamente la misma composición arrecifal encontrada y registrada por Solano (1994) (Tabla 11). Además, se registran otras formaciones coralinas que pueden ser encontradas frente a la costa de Manaure, entre 9 y 12 m de pro-

fundidad, denominadas El Bajo, las cuales consisten en un tapete coralino establecido principalmente entre restos de conchas de moluscos, equinodermos y algas costrosas.

De igual manera, hacia el norte, frente a la ense-nada de puerto López, se encuentra una franja de al menos 3,5 km de largo que se extiende hasta los 5-6 m de profundidad, donde se observan montículos cora-linos aislados de hasta 3 m de altura, probablemente

Tabla 11. Especies de corales pétreos registrados en el departamento de La Guajira con las referencias bibliográficas que las citan. Modificado de Díaz et al. (2000).

Referencia bibliográficaEspecieHidrozoa/MilleporidaeMillepora alcicornisMillepora complanataMillepora squarrosaAnthozoa/AstrocoeniidaeStephanocoenia interceptaPocilloporidaeMadracis decactisAcroporidaeAcropora cervicornisHelioseris cucullataAgariciidaeAgaricia agaricitesHelioseris cucullataSiderastreidaeSiderastrea SidereaSiderastrea radiansPoritidaePorites asteroidesPorites poritesFaviidaeFavia fragumDiploria clivosaDiploria strigosaManicina areolataMontastrea annularisMontastrea cavernosaSolenastrea hyadesSolenastrea bourboniRhizangiidaeAstrangia solitariaOcullinidaeOculina diffusaOculina robustaMeandrinidaeDichocoenia stokesiMussidaeScolymia cubensisMussa angulosaIsophyllia sinuosa

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Gómez et al., 2006

Figura 48. Millepora alcicornis en fondos de praderas de pastos en bahía Portete (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

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64 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

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Page 69: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

65Atlas Marino Costero de La Guajira

originados de viejas estructuras de Acropora palmata que al morir, fueron colonizadas por otras especies de coral. Su zona basal está formada por colonias hemisféricas de Siderastrea siderea y macroalgas, mientras que en la parte superior se encuentran recubiertas por Millepora complanata y algas pétreas costrosas. Particularmente, la cobertura de coral vivo es de 30%, mientras que el fondo esta vegetado por Thalassia testudinum, Halimeda spp. y Caulerpa spp. (Díaz et al., 2000).

En el estudio realizado por Gómez et al. (Inve-mar-Corpoguajira, 2006) de caracterización de praderas

de pastos marinos de La Guajira, se encontraron doce especies de corales, de las cuales Manicina areolata, Sole-nastrea bourboni y Dichocoenia stokesi, se constituyeron en reportes nuevos para la región. En general, la mayor concentración de formaciones coralinas se observó en bahía Portete, algunas de ellas con claros signos de blan-queamiento. La ausencia de un número mayor de espe-cies en común, con lo reportado en el año 1994 y 2000, puede responder en gran medida a que el área donde fueron encontrados se restringió específicamente a zonas con praderas de pastos marinos (Figura 49) (Tabla 11).

Figura 49. Muestra de corales de La Guajira. A) Diploria strigosa, B) Millepora sp. sobre una roca, C) Siderastrea sidérea, D) Diploria labyrinthiformis, E) Colpophyllia natans, F) Siderastrea radians, G) Montastraea faveolata, H) Porites astreoides, I) Oculina difusa, J) Millepora alcicornis y Palithoa caribaeorum, K) Palythoa caribaeorum, L)

Stephanochoenia michellini con pólipos afuera, M) Millepora alcicornis con evidencia de blanqueamiento (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

J K L M

A B C

D E F

G H I

Page 70: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

66 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

En La Guajira, el valor más alto de cobertura coralina viva relativa al sustrato duro, fue registrado en bahía Portete (48,6%), mientras el más bajo se registró en puerto López (16,7%) (Díaz et al., 2000). A pesar de los tensores permanentes de la zona (turbidez, alta resuspensión de sedimentos), las formaciones coralinas se encuentran en buen estado de salud y la frecuencia de signos de deterioro es relativamente baja, si se compara con otras áreas coralinas del Caribe colombiano.

Tabla 12. Presencia-ausencia de distintas especies de corales y octocorales, encontrados en los censos visuales durante los muestreos de fauna epibéntonica asociada a praderas de Thalassia

testudinum en once estaciones del departamento de La Guajira visitadas en agosto y noviembre de 2005. Modificado de Gómez et al, 2006 (Invemar-Corpoguajira, 2006).

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zoarios sésiles, generalmente coloniales, caracterizados por tener sus pólipos con ocho tentáculos pinados, un esqueleto formado por espículas calcáreas y estructu-ras axiales rígidas del tipo córneo, fibrocristalinas o de espículas fusionadas. En el Caribe, la diversidad y abun-dancia de éstos generalmente ha sido representada por gorgonáceos de las familias Plexauridae y Gorgoniidae (Kinzie, 1973) (Figura 50).

Las colonias costrosas de corales dispersas en La Guajira, de las especies de Diploria strigosa, Porites asteroides y Millepora sp., se observan acompañadas de varios géneros octocoralinos Pseudopterogorgia, Eunicea, Plexaura, Muricea, Plexaurella y Pterogorgia, así como también se observan presentes en pequeños grupos formando parte de la fauna asociada a las prade-ras de pastos marinos de la región. Rodeando la roca del Morro, por ejemplo, a 500 m frente al Cabo de La Vela (Díaz et al., 2000), se puede observar un paisaje similar en la composición de corales costrosos y octocorales. Asimismo, de acuerdo con el estudio en campo reali-zado en el año 2005, se registraron algunos parches de aproximadamente 10 m2 de octocorales entre el Cabo de la Vela y Carrizal (Gómez et al., 2006). En la Tabla 12, se listan los corales presentes en las estaciones de muestreo de pastos marinos del departamento, realiza-das en el año de 2005.

De acuerdo con Sánchez (1994), se reportan colo-nias del octocoral telestáceo Carijoa riisei, haciendo presencia en el área comprendida entre El Cardón y La Ahuyama, a 10 m de profundidad, sobre un parche denso de gorgonáceos sobre arena y cascajo (ver Mapa 9). Entre los gorgonáceos que se registran frente a Carri-zal, se encuentran el alcyonáceo Nidalia rubripunctata, entre 79-82 m de profundidad, y el penatuláceo Stylatula diadema, entre 25-30 m de profundidad.

En la actualidad, también se reporta entre el cabo de La Vela y Carrizal, un área con un parche octoco-ralino discontínuo de aproximadamente 20 m2, cuyos organismos de las especies Pseudopterogorgia acerosa y P. bipinnata alcanzan casi los 2 m de altura, entre 3-4 m de profundidad.

Arrecifes de profundidad (50 - 70m)

Contrario a las hipótesis tradicionales en las que se creía que el lecho marino profundo era una planicie inerte y desértica, en las últimas décadas se han descu-bierto numerosos ecosistemas dinámicos y llenos de vida, los cuales son de gran importancia para el hombre, ya que pueden ser fuente de alimento, reservorios de sustancias bioactivas útiles en la fabricación de fármacos, productos industriales y cosméticos, así como un archivo de información geológica y climatológica invaluable (Roberts et al., 2009).

Figura 50. Muestra de octocorales de La Guajira. A) Briareum asbestinum, B) Pseudopterogorgia bipinnata, C) Erythropodium

caribaeorum, D) Plexaura homomalla (Foto Diana Isabel Gómez L.).

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Page 71: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

67Atlas Marino Costero de La Guajira

Debido a las características oceanográficas y físicas particulares de la península de La Guajira, como el evento estacional de surgencia, los fondos arenosos y los constantes sedimentos en suspensión, producto de las fuertes corrientes y el alto oleaje, entre otras; las formaciones coralinas someras no son comunes ni extensas en la región costera (Díaz et al., 2000). Sin embargo, hallazgos recientes sugieren la existencia de comunidades análogas, prosperas a mayor profundidad, donde se está concentrando una mayor biodiversidad (ver Mapa 9). Localizados sobre la plataforma continental de la Media y Baja Guajira, a 50 y 70 m de profundidad (Figura 51), se han descubierto depósitos y formaciones sustentadas principalmente por organismos de naturaleza cal-cárea (corales azooxantelados y briozoos), en torno a los cuales numerosas especies encuentran refugio y alimento.

Como resultado de las campañas exploratorias realizadas por Invemar en el Caribe colombiano, Reyes et al. (2005) reportaron las primeras evidencias de la existencia de una agregación de corales azooxantela-dos, localizado alrededor de 70 m de profundidad. La estación observada se caracterizó por presentar nume-rosas colonias del coral pétreo Cladocora debilis (Orden Scleractinia) (Figura 52), especie que se caracteriza por tener un coralum arborescente, con un eje central del cual se proyectan numerosas ramificaciones secundarias

Figura 51. Coral azooxantelado (Cladocora debilis) ( Milne-Edwards y Haime, 1.849). Escala 1 cm (Foto: Nadia Santodomingo y Javier Reyes).

y terciarias, cuyos cálices se ubican en los extremos (Reyes et al., 2010), ofreciendo superficies disponibles para la fijación y desarrollo de otros organismos sésiles de menor tamaño, como briozoos, espon-jas, foraminíferos y tunicados; los cuales, a su vez, contribuyen con la cementación y crecimiento estruc-tural de la matriz de coral sobre el lecho marino, lo que provee un hábitat a otras especies de inver-tebrados vágiles y peces (Reyes et al., 2005).

En este mismo sentido, y acompañando a C. debilis, se obser-varon 192 especies, correspondien-

tes a 59 moluscos, 44 crustáceos, 36 briozoos, 25 peces, 17 cnidarios y 11 equinodermos (Figura 52), entre los cuales se destacaron los moluscos por ser los más diver-sos, y los equinodermos por ser los más abundantes (Figura 53 y Figura 54, respectivamente), constituyendo así el punto con mayor riqueza faunística entre las tres localidades conocidas para el Caribe colombiano, en las que se sugiere la existencia de arrecifes profundos (Reyes et al., 2005). Otro aspecto a resaltar, fue la presencia de peces de la familia Apogonidae, los cuales son comunes en fondos coralinos o rocosos (Figura 55) (Polanco et al., 2009). Igualmente, se encontraron otras especies que podrían contribuir con el marco estructural de dichas formaciones, como los corales duros (Orden Escleracti-nia) Anomocora prolifera, A. fecunda, Madracis asperula y M. myriaster, el octocoral (Orden Alcyonacea) Acan-thogorgia schrammi, y el coral negro (Orden Antipatha-ria) Antipathes atlantica, entre numerosos poríferos, los cuales aún necesitan ser analizados.

Moluscos  31%  

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Figura 52. Proporción de los principales grupos encontrados en La Guajira, asociados al coral azooxantelado Cladocora debilis, a

70m de profundidad frente al municipio de Dibulla.

Figura 53. Arca cebra (Swainson, 1833) fue una de

las especie de moluscos más

abundante. Escala 5 cm (Foto: Paola Rachello).

Figura 54. Nalcidometra

armata (Pourtalès, 1869), es la especie

dominante en el banco de corales azooxantelados.

Escala 1 cm. Tomado de

Benavides-Serrato et al. (2011) (Foto: Yuly

Contreras).

Page 72: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

68 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Otro hallazgo interesante en esta zona, fue reali-zado durante la campaña Invemar-Corpoguajira, donde se detectó la presencia de asociaciones entre briozoos, esponjas y octocorales (Cruz-Castaño et al., 2005), junto a los cuales también se encontró una alta diversidad de organismos asociados, como se evidencia en los trabajos de peces (Figura 55) de Polanco et al. (2009), moluscos de Fontalvo et al. (2010) y crustáceos de Gómez-Lemos (2006).

Se destaca también la presencia y alta abundancia de especies de briozoos como Celleporaria sp., Bracebrid-gia subsulcata, Stylopoma projecta y Poricella mucronata, las cuales han sido catalogadas como bio-constructoras (Cocito, 2004). Estas especies constructoras se caracteri-zan por presentar un tipo de crecimiento erecto tubular, o incrustante multilaminar masivo de naturaleza cal-cárea. La combinación de estos factores crea una estruc-tura física, que al igual que los corales azooxantelados en aguas profundas, modifica el ambiente y junto con esponjas y octocorales funcionan como efectivas trampas de sedimento, reduciendo la velocidad de las corrientes, y en consecuencia, ofreciendo refugios crípticos a otras especies que buscan protección ante la depredación, olas y corrientes fuertes, lo que los convierte igualmente en hábitats de alta diversidad y abundancia (Cocito, 2004).

Hasta la fecha solo se cuenta con evidencias de la existencia de estas importantes formaciones, por lo cual, estudios futuros acerca de estas comunidades pro-veerán información integral y sólida para la generación de políticas de manejo y conservación, con el propósito de hacer un uso sostenible de los recursos allí presentes.

Figura 56. A) Playa Tukakas. B) Playa

puerto Inglés (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Playas arenosas y áreas de anidación de tortugas marinas

El ecosistema presente en las playas de La Guajira carece virtualmente de productores primarios y depende principalmente de aportes energéticos provenientes de otros sistemas, como de pastos marinos, mangla-res, arrecifes coralinos adyacentes, cuya producción es transferida por corrientes y olas. Además, éste depende también de ecosistemas terrestres como son los litora-les rocosos y selvas, donde las plantas participan en la formación de dunas y en la fijación y compactación de la arena (Figura 56).

Estudios que cuantifiquen la extensión y ecología de las playas arenosas de La Guajira no se han desarro-llado a cabalidad. No obstante, se han realizado registros de ubicación de este ecosistema a través de sistemas de información geográfica para investigaciones sobre areas de anidación de tortugas marinas, por lo que la descrip-ción de estas playas a continuación, se enfocará desde la perspectiva de areas de anidación sobre playas arenosas en el departamento.

De acuerdo con Ocampo (2002), las tortugas marinas han sido parte importante de la dieta de las comunidades costeras e insulares del planeta desde siempre, posibili-tando con ello la subsistencia de conquistadores, corsarios y aventureros del Caribe. Hasta nuestros días, grupos étnicos como los yaquis de México, los misquitos de Nicaragua, los cunas de Panamá y los wayuu en Colombia, derivan parte del sustento de la explotación de este grupo animal. Con el fin de hacerle seguimiento a las tortugas marinas del departamento de La Guajira, se recorrieron aproxima-damente 75% de las playas arenosas del departamento, las cuales corresponden a las áreas de: Castilletes-punta Espada 45 km; punta Espada-punta Chichibacoa 25,5 km; puerto Estrella 25 km.; Taroa Taroita 38,5 km; punta Cañón-bahía Honda 28 km.; Los Cocos 5 km; Media Luna-Jarrajarru 12 km; Apure-Pilón de Azúcar 6 km; Cabo de La Vela 28 km; Manaure 28 km; Mayapo- Buenavista (La Raya) 14,8 km; Calancala-Caricari 40 km; La Enea-Jerez 17 km y Dibulla-Palomino 27,2 km, para un total de 341 km (Mapa 10).

Figura 55. Ejemplo de especies

comunes de fondos duros, Apogon

affinis (Poey, 1875) encontrada en el banco de corales azooxantelados

a 70 m de profundidad y en

las agregaciones de briozoos, esponjas y

octocorales. Escala 1 cm (Foto: Julio

Quintero).

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69Atlas Marino Costero de La Guajira

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70 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

A continuación se describen las características de las playas arenosas de La Guajira, en cada uno de los sectores visitados en el estudio de Ocampo (2002).

Sector Castilletes - punta Espada:

Este sector presenta playas de oleaje moderado y de alta energía, de pequeña y mediana extensión, aptas para la anidación donde la elevación es amplia, inter-nándose en la zona de arenales y médanos, en los cuales se presentan anidaciones de tortugas Chelonia mydas en el mes de mayo. De igual forma, se aprecia un avance paulatino de la erosión a lo largo de la costa, especial-mente en los sectores de puerto Inglés y de puerto López a Castilletes. La dirección de deriva, a partir de punta Espada, cambia hacia el suroeste en el golfo de Venezuela (Figura 57).

Figura 57. Vista general de la playa

arenosa en punta Espada (Foto: Diana

Isabel Gómez L.).

Por otro lado, no se observa ninguna actividad turística en estas playas, exceptuando en playa de Para-jimaru que cuenta con un kiosco bien dotado, cons-truido con materiales y techado con palma amarga, el cual presta servicios en semana santa y temporada de vacaciones a pocos turistas que visitan la zona. Playas de características similares a éstas, también son: puerto López, puerto Inglés, Parajimaru y punta Espada (Base Naval).

Punta Espada-Punta Chichibacoa

Aquí, la línea de costa presenta barrancos de poca y mediana altura en el sector norte y noroeste. Hacia la punta de Chichibacoa, las playas terminan en una zona de lavado frente a los acantilados y a una barrera que forma la plataforma altamente erosionada. De igual manera, predominan espacios intercalados con playas de moderada y alta energía, en zona de arenales y médanos, aptas para la anidación de tortugas. En este sector es posible observar poca erosión de las playas, aunque se aprecia un avance paulatino de este fenómeno. La dirección de deriva se torna hacia el oeste presionando la plataforma abrasiva y desprendiendo bloques en el sector de punta de Chichibacoa (Figura 58).

Asimismo, no se observan actividades turísticas en estas playas, a pesar de su belleza, de su paisaje y arena fina. En la temporada de semana santa, en abril, los habi-tantes de Nazareth visitan las playas, especialmente la de Santacruz. Playas de características similares a éstas son: Playa “Rocosa”, Santacruz, Watnat, Parakimana, Nuevayor, Maasimay.

Puerto Estrella

(Chichibacoa-punta Huayapain)

En esta parte del departamento, la línea de costa presenta barrancos de poca y mediana altura, y la for-mación de médanos de alturas hasta de 20 m de arena fina. Se caracteriza por ser una playa con zonas aptas

Figura 58. Vista general de la playa arenosa de Chichibacoa (Foto Diana Isabel Gómez L.).

Figura 59. A) Vista general de la playa de puerto Estrella. B) Costado norte de puerto Estrella (Foto: David Alonso).

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Page 75: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

71Atlas Marino Costero de La Guajira

para anidación de especies como Chelonia mydas y Dermochelys coriácea, que se presentan en el sector de los arenales, de manera intercalada por la presencia de barreras de la plataforma elevada, altamente erosionada, a lo largo de la línea de costa. La dirección de deriva se torna hacia el noroeste, desplazándose de forma para-lela a la playa. Adicionalmente, se observa poca erosión pero si un avance paulatino en este aspecto; en puerto Estrella, por ejemplo, se evidencia una mayor erosión, barrancos desprendidos y pérdida de playas. En ninguna de las playas de este sector se observa actividad turística en ninguna época del año (Figura 59).

Otras playas de características similares a éstas, son: puerto Lodo, Neimao, Cuttiraren, cabo Falso, puerto Estrella.

Taroa y Taroita

Sector que presenta playas con zonas para anida-ción, de manera discontinua y de pequeña y mediana extensión, debido a la presencia de barreras y acantila-dos de la plataforma elevada, altamente erosionada. La corriente de deriva en este sector se torna noroeste des-plazándose de forma paralela a la playa, y no se observa ninguna actividad turística en ninguna época del año en esta zona. Además, otras playas de características similares a éstas, son: punta Gallinas y bahía Hondita.

Punta Cañón (bahía Honda)

Entre punta Cañón y punta Soldado se forman playas pequeñas y medianas con pendiente alta, aptas para anidación de tortugas y con una variada extensión lineal, entre 10 y 20 m, alrededor de la costa de la bahía. Aquí, se observa erosión de la playa, ya que la fuerza de las olas desprende paulatinamente bloques de la plata-forma abrasiva, presente a lo largo de la periferia de la punta Cañón y en el sector de punta Soldado. Paralela-mente, aquí no se observa ninguna actividad turística en el año (Figura 60). Otras playas similares a estas, son: Pusheo y punta Canejeru.

Playa los Cocos (bahía de Portete)

Las playas con zonas aptas para anidación se pre-sentan de manera discontinua a lo largo de esta zona, donde la plataforma de abrasión forma acantilados de mediana altura (de 1 a 10 m), a lo largo de la línea de costa que bordea la punta de los Cocos. Hacia el oriente, entre punta Jir y punta Reposo, hay sectores de playas más extensos y también con condiciones estructura-les propias para la anidación. Aquí también es posible observar desprendimientos paulatinos de bloques de la plataforma abrasiva, presente a lo largo de la periferia de la punta de Los Cocos. No se presenta ninguna actividad turística y otras playas con características similares son: bahía Portete y puerto Nuevo.

Figura 60. A) Playas de bahía Honda, B) costado noreste, C) costado oeste donde se observa al fondo la mancha de pastos marinos que colinda cerca de la playa (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

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Page 76: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

72 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Media Luna - Jarrajarru

En esta zona se presentan en forma discontinua medianas playas con zona alta y amplitudes entre 10 y 30 m cuya plataforma de abrasión forma acantilados de mediana altura, entre 1 y 8 m. Son playas de alta y mode-rada energía, en las que se observan desprendimientos paulatinos de bloques de la plataforma abrasiva, presente a lo largo de la periferia de punta de Los Cocos. No hay ninguna actividad turística.

Apure: Pilón de Azúcar

La plataforma de abrasión forma acantilados de mediana altura entre 1 y 8 m en esta zona. Adicional-mente, se forman playas aisladas que ofrecen buenas condiciones para la anidación. Se observan también desprendimientos paulatinos de bloques de la plataforma abrasiva, presente a lo largo de la periferia del Pilón de Azúcar. Existe actividad turística mínima, a pesar del potencial de playas existentes (Figura 61).

Cabo de La Vela- Manaure

En esta zona del departamento, las playas cuentan con una moderada y alta energía, la dirección de la deriva corre paralela a la playa, y todo el sector presenta zonas anegadizas, drenadas en invierno por arroyos de mediano caudal y separadas por barreras marinas, entre ellas, se destaca la salina de Umakaha al sur de la ranchería Cardón. De igual manera, este sector se caracteriza por tener playas extensas con zonas altas de mayor extensión, hasta de 80 m. En ellas, no se presenta ninguna actividad anidatoria, pese a que sus características son ideales para este proceso, tal y como lo aseguran testimonialmente los relatos de la colonia, episodios que ocurrieron en el pasado lejano, en grandes cantidades. En el Cabo de La Vela, especí-ficamente, la playa presenta un gran potencial turístico por sus características propias, además de ser reco-nocida abiertamente a nivel nacional e internacional. De acuerdo con esto, en la actualidad se presenta un turismo moderado todo el año, con picos en las tem-poradas vacacionales. Otras playas de características similares son: Cabo de La Vela, Corshochom, Aipir, Ranchería “Tortuga”, Arema, Carrizal, Waretchana, Suruipa, Cardón, Auyama, Shimaru y Manaure.

Mayapo-Bellavista (Boca de La Raya)

Son frecuentes en este sector de playa la presen-cia de acantilados (barrera de la plataforma de abra-sión) de poca altura (0,5-5 m), y las áreas útiles para eventuales anidaciones cuentan con una extensa zona alta mayor de 20 m. Asimismo, este sector presenta leve erosión por mareas y vientos que se vuelven más fuertes y evidentes en punta de La Vela. Por último, esta zona no presenta ninguna actividad turística, aunque posee gran potencial para ello (Figura 62). Otras playas de características similares, son: Popota, boca de La Raya y Valle de los Cangrejos (Calancala).Figura 61. Playa arenosa cerca del Pilón de Azúcar (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Figura 62. Playas de la Media Guajira A) Costado este, Boca de la Raya y B) sector este de punta La Vela (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

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Page 77: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

73Atlas Marino Costero de La Guajira

Calancala- Caricari

Las playas de moderada y alta energía que tradicio-nalmente fueron de anidación, hoy en día se concentran en el sector de playas de las lagunas Navío Quebrado y, especialmente, en laguna Grande, donde la zona alta se encuentra en un rango promedio de entre 4 y 30 m.

Adicionalmente, esta aquí se presenta erosión, espe-cialmente en la zona de los acantilados, donde ésta es moderada con barras marinas en los sectores de Cama-rones y Caricari. Solamente las playas de Riohacha son consideradas de atractivo turístico. Otras playas de carac-terísticas similares son: Calancala, Riohacha, Las Delicias, El Ahumado, boca de Camarones y Caricari.

Playa La Enea- Dibulla

Esta playa la constituyen una franja costera desde punta Tapias hasta el río Jerez, con una amplia presen-cia de bosque seco tropical, suelos de cordones marinas, estrechas y ligeramente planas, que reciben acumulación de materiales por acción de las brisas, las olas del mar y las corrientes fluviomarinas. El relieve es plano con pen-dientes menores a 3°. Su uso se limita al cultivo de coco. Sin embargo, el sector presenta variaciones permanentes por la erosión progresiva en estas playas y en el sector más oriental, se encuentran barrancos de mediana altura que actúan como barreras.

Se presenta alta erosión a lo largo de la playa, especialmente en las puntas de Tapia y Los Remedios. Aunque cuenta con playas con atractivos turísticos, bosque seco, humedales y variedad de aves, no existe explotación turística hasta el momento.

Boca del río Jerez- Boca del río Palomino

Aquí se presenta una alta erosión a causa de las mareas, especialmente en el sector de Corelca, boca del río Negro y el sector de la madre vieja del río Palomino, así como la presencia de barras marinas en la línea de marea. Las playas de anidación presentan un rango pro-medio de 2 a 12 m de zona alta, sin embargo, han sido modificadas, de tal forma, que aquellas cercanas al río Palomino ya no son aptas para anidación. Paralelamente, se observan actividades turísticas con picos en algunas épocas del año, y posee infraestructura (kioscos) aptas para tal fin.

Otras playas de características similares, son: playa Xequión, Gringo, Corelca, Larga-Holandeses y San Sal-vador.

Litoral rocoso

Entre los diferentes ambientes generados a partir de la interacción de procesos geológicos y oceanográficos, se encuentran las costas rocosas, tales como: acantilados, playas de bloques y cantos o terrazas de poca altura. El ecosistema de litoral rocoso se da en esas costas de sus-trato consolidado, en la transición mar-tierra, dispuesto a manera de franjas horizontales y verticales, de diferente

origen geológico, quedando cubiertos o expuestos por los cambios de las mareas, logrando así que se hospeden en él comunidades biológicas de importantes grupos de flora y fauna (Díaz y Batista-Morales, 2011).

En proporción a otros ecosistemas costeros, la extensión correspondiente al litoral rocoso en la costa Caribe colombiana es relativamente reducida, hallán-dose dispuesta en una línea discontinua, entre depósitos arenosos, lagunas costeras, costas pantanosas y sistemas deltaicos (Mapa 11) (Batista-Morales y Díaz, 2010). De igual manera ocurre en el litoral de La Guajira, cuya costa es predominantemente baja, compuesta principal-mente por playones arenosos y zonas pantanosas; allí, no obstante, se pueden diferenciar pocas zonas de alta energía de costas altas (Invemar, 2000), donde afloran

Figura 63. Litoral rocoso, A) sustrato

rocoso bahía Hondita, B) El Faro,

C) litoral rocoso con arena cerca al Pilón de Azúcar (Foto: Diana

Isabel Gómez L.).

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74 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

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Page 79: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

75Atlas Marino Costero de La Guajira

rocas cohesivas, principalmente de origen sedimentario calcáreo que conforman costas rocosas (Posada-Posada y Henao-Pineda, 2007).

A partir de la cartografía usada por Díaz y Batista-Morales (2011), se ha podido determinar que el eco-sistema de costas rocosas en el departamento, alcanza una extensión de unos 38.603 m, otros 47.808 m corres-ponden a una unidad de paisaje donde se encuentran playas arenosas mezcladas con litorales de poca longitud (Figura 63).

Teniendo en cuenta el sistema de clasificación pro-puesto por Osorno-Arango (2008), en el cual se tipifica el ecosistema en relación a las unidades y rasgos geomor-fológicos costeros dominantes, para el departamento de La Guajira se han identificado tres clases en los repor-tes presentados por Díaz-Pulido (1997), Corpoguajira

– Invemar (2006), Invemar (2008), Afanador (2009) y Batista-Morales y Díaz (2010):

La primera clase de litoral rocoso en La Guajira se asocia a la presencia de la geoforma llamada plata-forma de abrasión, la cual corresponde a zonas coste-ras levantadas planas o ligeramente inclinadas hacia el mar, limitadas por escarpes o acantilados, generadas por procesos erosivos marinos sobre material rocoso asociado al Mioceno y Plioceno. Este tipo de litoral se ubica principalmente hacia la Alta Guajira, alcanzando hasta 10 km de amplitud en los alrededores de Punta Gallinas, puerto Estrella, Soldado, Los Cocos, en la parte baja del cerro Pilón de Azúcar y desde punta Espada hacia el sureste, siguiendo el borde costero por algo más de 2 km hasta puerto Inglés. En el Cabo de la Vela, por su parte, aparece al norte del área urbana, se distribuye por aproximadamente 2,5 km y alcanza alturas de hasta 5 m, de menor tamaño y extensión es posible hallarlo en las cercanías de Riohacha y Camarones.

La segunda clase de litoral rocoso se asocia a la presencia de la geoforma llamada terraza marina, la cual corresponde a zonas costeras elevadas y planas que a diferencia de la plataforma, se encuentran compuestas por material de depositación marina posiblemente del Holoceno y Pleistoceno, y cuya posición actual se debe a movimientos tectónicos o variaciones eustáticas. En general, para La Guajira esta geoforma no es muy abun-dante, sólo se registran pequeños parches aislados en sectores de la zona norte de Palomino (cerca de Dibulla), noreste de Manaure, Pájaro y al sur de Riohacha.

La tercera clase es el asociado al rasgo geomorfo-lógico, llamado acantilado, que corresponden a escarpes con una fuerte pendiente y con una altura variable. En La Guajira se pueden observar acantilados en los sectores de Cabo de la Vela, Media Luna, punta Cocos, punta Ojo de Agua y punta Soldado; adicionalmente, también se pueden encontrar bordeando la ensenada de Apiai, en las bahías de Portete, Honda y Hondita, con alturas alrededor de los 15 m, llegando a alcanzar hasta unos 30 m, como en el suroeste de punta Bolívar, punta Espada, punta Estrella y cabo Chichivacoa, y otros más bajos entre 4 y 6 m en punta Los Remedios y en el noreste de Riohacha. Los acantilados presentan asociados rasgos

como playas de bloques, pináculos, notches y cavernas, como los presentes en punta Tapias, Los Remedios, Cas-tilletes, punta Estrella, punta Cocos y el Cabo de la Vela.

La información concerniente a los litorales rocosos de La Guajira, se encuentra referenciada a manera de apartes en publicaciones científicas, libros, documen-tos técnicos y académicos, que contienen información relacionada con caracterizaciones locales y regionales. Estos documentos son elaborados por instituciones como CIOH-DIMAR, Corpoguajira, Universidad Jorge Tadeo Lozano e Invemar.

En general, los estudios que hacen referencia a este ecosistema para el departamento, hasta la fecha, usualmente lo abordan en términos de su distribución, realizando descripciones que tienen en cuenta aspectos geomorfológicos y de zonación espacial. De manera especial, se hace mención de especies reportadas para los litorales rocosos presentes en esta área; en algunos de ellos, de carácter biológico y ecológico, los grupos que han sido estudiados corresponden a esponjas (Zea, 1987), equinodermos (Monroy y Solano, 2005; Monroy y Solano, 2008) y moluscos (Osorno y Díaz, 2006). De igual manera, se destaca en ellos el estudio realizado por Osorno y Díaz (2006), acerca de la presión pesquera ejer-cida sobre la especie de caracol (Cittarium pica), caracte-rística de este ecosistema y catalogada en los listados de especies amenazadas del país, como “especie vulnerable”. Este último estudio fue realizado para todo el Caribe colombiano, incluyendo sectores de La Guajira, donde se señalaron varios de estos litorales como reservorios para esta especie, al presentarse en ellos una predomi-nancia de tallas grandes.

Estudios relacionados con la caracterización bio-lógica, estado o importancia de este ecosistema, no han sido llevados a cabo con profundidad en el país. En con-secuencia, y dada la importancia que tiene este litoral costero, se hace necesario aunar esfuerzos para adelantar proyectos y vincular profesionales que trabajen sobre este ecosistema estratégico, con el propósito de generar medidas puntuales de conservación y manejo para los recursos naturales, con el fin de garantizar su conser-vación y protección.

Pastos marinos Los pastos marinos poseen hojas, tallos, raíces y

forman flores, frutos y semillas. Pese a que sistemática-mente no pertenecen a la misma familia de las plantas, que comúnmente se conocen como pastos o céspedes, se les da ese nombre por su fisonomía y su tendencia a desarrollar amplias praderas, como las que se presentan con los pastos terrestres. Asimismo, juegan un papel importante al man-tener el equilibrio entre los ecosistemas costeros tropicales ya que son productores primarios, y proveen protección y sustento para muchas especies marinas. Entre sus hojas se reproducen y crían peces arrecifales y pelágicos, moluscos, langostas y otras especies importantes para el sustento de las comunidades costeras.

Page 80: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

76 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Figura 64. A) Thalassia testudinum en bahía Hondita, B) Equinaster sp. sobre Syringodium filiforme, C) Halodule wrightii, D) Halophila decipiens

(Foto: Diana Isabel Gómez L.).

Díaz et al. (2003), registraron en el Caribe colom-biano la presencia de 43.000 hectáreas de este ecosistema representado en cuatro géneros y cinco especies (Figura 64): Thalassia testudinum, Syringodium filiforme, Halo-dule wrightii, Halophila decipiens y Halophila baillonis. Pantaleón et al. (En: Invemar, 2004), confirmaron la presencia de Ruppia maritima en las lagunas costeras de Navío Quebrado y Musichi, en el departamento de La Guajira. Por lo anterior, La Guajira se convirtió en el único departamento con representación de las seis especies (Thalassia, Syringodium, Halodule, Halophila decipiens, H. baillonis y Ruppia maritima) y la mayor área ocupada (34.674 ha) por pastos marinos en el país (Mapa 12).

En general, para la zona comprendida entre Cama-rones y Portete, la cual se caracteriza por tener casi per-manentemente alta turbidez, debido a la resuspensión de sedimentos finos que se ve incrementada por la cons-tante incidencia de los vientos del este y/o noreste, y en algunos casos por la presencia de la desembocadura de los ríos principales, temperaturas entre 24-37ºC y sali-nidades de 34-37 UPS, entre 0 a 3 m de profundidad, se ha registrado la presencia de praderas mixtas dominadas por S. filiforme, H. wrightii, H. decipiens, H. baillonis y T. testudinum. Consecutivamente, en la misma zona, entre los 3 y 10 m de profundidad (puede alcanzar los 5 a 10 km de la costa), la relación de dominancia recae directamente en la Thalassia, seguida en menor propor-ción, en orden descendente de Syringodium, Halodule y Halophila spp.

Desde bahía Honda hasta los alrededores de Tukakas, entre 0 y 4 m de profundidad, en condiciones permanentes de alta salinidad (38-40 UPS), alta tur-bidez y embate de las olas, se observan praderas prin-cipalmente monoespecíficas de T. testudinum, a veces entremezcladas con S. filiforme. Por su parte, el costado norte de la laguna de bahía Hondita, caracterizado por poseer fondos fangosos y visibilidad horizontal y vertical de 5 cm, presenta parches monoespecíficos de H. wrightii, junto con T. testudinum. Debido a las condiciones de poca o nula visibilidad del agua, no es posible determinar por métodos indirectos (fotografías aéreas, imágenes de satélite, etc.) la extensión de esta pradera mixta. Hacia el costado suroeste de esta bahía, se observan entre los 0 y 2 m de profundidad, asociados al litoral rocoso aflorado en esta zona, un parche continuo dominado por T. tes-tudinum, S. filiforme y un pequeño rodal de H. wrightii (Invemar-Corpoguajira, 2006).

En cuanto a la flora asociada a las praderas de pastos marinos, se registra un total de 38 especies de macroalgas, las cuales corresponden a 13 familias y tres phyllums (Rhodophyta 42%; Chlorophyta 40% y Phaeophyta 18%) y se listan en la Tabla 13 a continuación (Figura 65 y Figura 66) (Invemar-Corpoguajira, 2006).

En cuanto a la fauna asociada a los pastos marinos, fueron observadas alrededor de 122 especies pertene-cientes a moluscos (35), peces (26), crustáceos (26), esponjas (17), equinodermos (7), cnidarios (6) y anéli-dos (1) (Figura 67 y Figura 68 y Tabla 14).

Tabla 13. Listado de macroalgas asociadas a las praderas de pastos marinos en el departamento de La Guajira.

PhyllumRhodophyta

Phaeophyta

Chlorophyta

OrdenCorallinales

nemalialesGigartinalesHalymeniales

CryptonemialesGracilariales

Ceramiales

Dictyotales

Fucalesulvales

Bryopsidalese

Dasycladales

FamiliaCorallinaceae

GelidiellaceaeHypneaceaeHalymeniaceae

Gracilariaceae

Ceramiaceae

Rhodomelaceae

Dictyotaceae

Sargassaceaeulvaceae

CodiaceaeCaulerpaceae

udoteaceae

EspecieJania adhaerensJania pumilaHaliptilon subulatumGelidiella acerosaHypnea musciformisHalymenia floresiaHalymenia elongataGrateloupia spp.Gracilaria damaecornisGracilaria dominguensisGracilariopsis lemaneiformisCentroceras clavulatum Ceramium brevizonatumWrangelia penicillataAcanthophora spiciferaLaurencia papillosaDyctipoteris delicatulaDictyota dichotomaDictyota caribaeaDictyota cervicornisPadina boergeseniiStypopodium zonaleSargassum fluitans o natansUlva rigidaUlva lactucaCodium isthmocladumCaulerpa mexicanaCaulerpa proliferaCaulerpa sertularioidesCaulerpa racemosaCladocephalus luteofuscusHalimeda discoideaHalimeda opuntiaHalimeda monileHalimeda gracilisUdotea fibrosaAcetabularia crenulataAcetabularia schenckii

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77Atlas Marino Costero de La Guajira

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Page 82: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

78 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Figura 65. A) Detritos algales comunes en las playas arenosas, B) Caulerpa racemosa, C) Padina sp., D)

Dictyota sp., E) Caulerpa prolifera, F) Sargassum sp., G) Halimeda tuna, H) Codium isthmocladium, I) Caulerpa

sertularioides, J) Hypnea musciformis (Foto: Diana Isabel Gómez L.).

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Rhodophyta  

Phaeophyta  

Chlorophyta  

Familias  7  

Familias  2  

Familias  4  

Especies  16  

Especies  7  

Especies  15  

Figura 66. Principales familias de macroalgas asociadas a las praderas de pastos marinos.

Page 83: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

79Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 67. A) Asociación de

pastos - corales y esponjas, B)

Medusa – Cnidario, C) Condilactys

gigantea – cnidarios; D)

Hypselodoris bayeri – nudibranquio;

E) Fasciolaria tulipa – molusco; F) Holothuria sp. – equinodermo;

G) Urolophus jamaicensis- raya; H) Petrochirus diogenes

– crustáceo; I) Echeneis naucrates –

pez; J) Isostichopus badionotus –

equinodermo; K) Ascidias 1 –tunicado y briozoos; L) Cassis cf. Madagascariensis

– molusco; M) Lytechinus

variegatus –equinodermo; N)

Ascidia 2 – tunicado; O) Eunicea sp. –

octocoral (Fotos: Diana Isabel Gómez L.).

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80 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

 

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Tabla 14. Listado de organismos asociados a praderas de T. testudinum registrados durante los muestreos realizados en la época de transición y lluvias en La Guajira (Gómez et al., 2006).

EsponjasAmphimedon compressaAplysina fulvaChondrilla nuculaChondrosia collectrixClathria eschoenusClathria sp.Cliona variansDesmapsamma anchorataDysidea etheriaDysidea sp.Dysidea variabilisEuryspongia sp.Hyrthios proteusPhorbas amaranthusSpirastrella coccineaTedania ignisXestospongia carbonaria

PecesAcanthostracion quadricornisAcanthurus bahianusAchirus achirusAnisotremus virginicusDactylopterus volitansDiodon holocanthusEcheneis neucratoidesEquetus lanceolatusGymnothorax vicinusHaemulon aurolineatum Haemulon carbonariumHaemulon melanurumHaemulon plumieriHaemulon sp.Halichoeres sp.Lachnolaimus maximusMalacoctenus delalandeiMonacanthus tuckeriMycteroperca bonaciMycteroperca sp.Nicholsina ustaSparisoma radiansSparisoma sp.Stegastes fuscusSygnathus caribbaeusUrolophus jamaicensis

CrustáceosAlpheus belliAlpheus sp.Anfípodo 1Calcinus tibicenHippolyte curacaoensisHippolyte sp.Isópodo 1Isopodo 2Latreutes fucorumLeander tenuicornisLitopenaeus schmittiMacrocoeloma trisp.inosumMicrophrys bicornutusMithraculus forcepsPanulirus argusPetrolisthes galathinusPilumnus caribaeusPilumnus dasypodusPilumnus pannosusPitho anisodonPitho lherminieriPontonia mexicanaPseudosquilla ciliataSternorynchus seticornisSynalpheus minusTozeuma carolinense

AnélidosHermodice carunculata

EquinodermosClypeaster rosaceusEchinaster sp. 1Holothuria griseaHolothuria mexicanaLytechinus variegatusOreaster reticulatusPhyllactis sp.

MoluscosAnadara baughmaniArca zebraArgopecten nucleusAstraea tecta tectaAtrina seminudaBrachidontes modiolusBulla sp.Bulla striataCerithiopsis emersoniCerithium atratumCerithium eburneumCerithium sp.Certhiopsis sp.Chama macerophyllaChlamys muscosaColumbella mercatoriaCrepidula convexaCrucibulum auriculataCrucibulum planumDiodora jaumeiLatirus sp.Littorina nebulosaModulus modulusMusculus lateralisOliva scriptaPinctada imbricataSpondylus americanusStrombus raninusTegula fasciataThais rusticaTrachycardium muricatumTriphora modestaTurbinella angulataValvarina sp.Zebina browniana

CnidariosEunicea sp.Millepora complanataOculina diffusaPlexaurella dichotomaPorites poritesPterogorgia sp.

Figura 69. Fauna y flora habitante en los fondos blandos de la plataforma de La Guajira. A) Vista frontal de un ejemplar de Dasyatis

sp. (Foto: Luis Chasqui). B) Vista general de una comunidad de algas en el sector de Camarones (Foto: Angelica Rodríguez R.) C) Ejemplar de

Dactyloscopus sp. (Foto: Luis Chasqui).

Ecosistema de fondos blandos

Los fondos blandos se encuentran formados por depósitos de arenas, limos, arcillas y restos orgánicos, que constituyen un sustrato inestable y con una relativa baja complejidad topográfica, la cual da lugar al eco-sistema más extenso e inexplorado del planeta, que se extiende desde las playas en la zona intermareal, hasta los fondos sedimentarios del mar profundo (Díaz-Pulido, 1997; Guzmán-Alvis y Solano, 2002; Bouchet, 2006). Las características de dichos depósitos, en cuanto a su origen, composición, tamaño y tipo, le proporcionan cierta identidad a los sustratos de un área particular, lo que sumado a factores ambientales como corrien-tes, sedimentación, materia orgánica, disponibilidad de nutrientes, entre otras; condicionan la permanencia, distribución y composición de las comunidades de orga-nismos que los habitan (Figura 69).

A

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C

Figura 68. número de especies para los principales grupos de fauna asociada a pastos marinos.

Page 85: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

81Atlas Marino Costero de La Guajira

Funcionalmente, los fondos blandos sustentan una buena parte de la productividad secundaria en los ambientes marino-costeros y juegan un papel crucial en el reciclaje de nutrientes y carbono, secuestro de contaminantes, metabolismo de materia orgánica y estabilización de sedimentos, procesos de gran valor eco-sistémico que aún no son comprendidos en su totalidad. Por otro lado, también proporcionan múltiples recursos de utilidad al hombre para su sustento y calidad de vida, tales como alimento, recursos energéticos y escenarios de recreación, entre otros (Snelgrove, 1998; Thrush y Dayton, 2002).

El ecosistema en la plataforma continental de La Guajira es extenso y se estima que sin contabili-zar las playas, los ambientes sedimentarios cubren aproximadamente 1.036.184 ha. La distribución de los depósitos (ver Mapa 13) elaborada con base en la cartografía de facies sedimentarias del CIOH (1999), indica que en el departamento predominan los sedi-mentos arenosos, los cuales alcanzan su cobertura más amplia al sur del Cabo de la Vela, frente a Manaure y Riohacha, con presencia de algunos parches aislados en el extremo oriente de la península; dichas arenas, tienen un alto contenido de carbonatos, de acuerdo con Rangel-Buitrago e Idárraga-García (2010). Por otra parte, los depósitos areno-lodosos prevalecen en un sector mucho más pequeño, comprendido entre bahía Hondita y el Cabo de la Vela; mientras entre bahía Hondita y la Serranía de la Macuira, los fondos tienen un carácter mixto con parches de arenas, are-nas-lodosas y lodos.

La estructura de las comunidades biológicas difiere entre los tipos de sedimentos presentes en un área; la presencia de partículas más gruesas y sueltas, pueden permitir un mayor flujo de nutrientes y oxígeno entre sus intersticios (Díaz-Pulido, 1997), además de facilitar el anclaje y proporcionar sustratos de asentamiento para las especies que así lo requieran (Parada, 1981; Díaz y Zea, 2008; Montoya-Cadavid y Flórez, 2010). En el lodo, por el contrario, las partículas se encuentra muy juntas dado su pequeño tamaño, dificultando el intercambio gaseoso entre ellas y haciendo que este tipo de ambiente sean más anóxicos, por lo que el proceso de descompo-sición de la materia orgánica acumulada se hace menos eficiente, y en consecuencia, hay una mayor selección en cuanto a los organismos capaces de tolerar dichas condiciones. Factores adicionales que pueden influir en la biodiversidad de estos ambientes en La Guajira, son la perturbación natural, el evento de surgencia estacional y la turbidez del agua.

Por otro parte, en La Guajira el conocimiento de los fondos blandos se ha enfocado principalmente en la identificación de las especies asociadas y en la evaluación de la actividad productiva de algunos recursos de interés comercial, como es el caso del camarón. Pese a que en el departamento se concen-tra la mayor cantidad de estudios relacionados a este ecosistema en el país (Montoya-Cadavid, 2010), éstos son realmente pocos en relación a la extensión del

mismo, y en un contexto general, son insuficientes para su caracterización. En ese sentido, el Invemar desde hace varios años ha generado información rele-vante sobre la biodiversidad de los fondos blandos de la plataforma y el talud continental de esta área, a través de la ejecución de once proyectos que han proporcionado datos sobre 127 localidades ubica-das, entre 0 y 940 m de profundidad (Mapa 13). En total, se han encontrado 7.556 registros de especies, distribuidos en ocho grupos de fauna y tres de flora, entre los cuales se destacan moluscos, peces y crus-táceos, por tener el mayor número de ocurrencias; lo cual contrasta con los resultados hallados para los diferentes grupos de algas (pardas, verdes y rojas) y los anélidos, quienes cuentan con el menor número de registros (Figura 70).

Anelidos  25  Crustaceos  

1657  

Briozoos  278  

Algas  verdes  10  

Peces  1670  

Algas  pardas  4  

Cnidarios  598  

Poríferos  94  

Equinodermos  1006  

Algas  rojas  32  

Moluscos  2182  

Figura 70. número de registros de especies hallados para los grupos biológicos encontrados en los fondos blandos de La Guajira.

De un modo general, también se destaca el hecho de que permanecen sin ser evaluados muchos otros organismos pertenecientes a grupos menos conocidos y característicos de estos ambientes, como son los echiuridos, picnogónidos, tunicados, turbela-rios, platelmintos, pogonóforos, priapúlidos y nemá-todos, entre otros. Igualmente, se resalta la escasez de trabajos sobre estructura de las comunidades y la necesidad de explorar diferentes aspectos que permi-tan mayor comprensión de la dinámica ecológica en diferentes escalas.

Las múltiples actividades de explotación que se adelantan en el departamento, y las proyecciones que se tienen con base en su potencial minero e industrial (DNP, 2007), plantean como prioridad el desarrollo de mayores investigaciones sobre estos ambientes, que permitan obtener información útil a las autoridades ambientales, para apoyar los pro-cesos de regulación y manejo que propendan por su conservación.

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82 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

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Page 87: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

83Atlas Marino Costero de La Guajira

Fauna marinaEl departamento de La Guajira abarca cerca de

la tercera parte de línea de costa que tiene Colombia sobre el mar Caribe, siendo una valiosa fuente de recur-sos marinos para la nación. La región comprende una diversidad de ecosistemas y ambientes marinos, que se encuentran representados a través de pastos, formacio-nes coralinas, áreas de manglar, litorales rocosos, comu-nidades de profundidad, fondos blandos y sedimentarios, entre otros. Los cuales proveen hábitat y alimento a diversos grupos de organismos vivientes.

Históricamente, la investigación en el conoci-miento de la fauna marina que habita esta región, se ha basado en el estudio de diversos grupos faunísticos como Porifera, Cnidaria, Mollusca, Crustacea, Echino-dermata, Bryozoa y Chordata, sobre los cuales se cuenta con información taxonómica, biológica, ecológica y pes-quera. Con el fin de establecer el estado actual de estos grupos, Invemar realizó una revisión de la información disponible en artículos científicos, trabajos de grado, informes técnicos y en el Sistema de Información sobre Biodiversidad Marina de Colombia – SIBM.

En cada grupo se incluyen generalidades, un número apróximado de especies, su distribución, com-posición taxonómica y los esfuerzos investigativos que se han desarrollado en el departamento. Como comple-mento, se presenta también un mapa por grupo escala 1:800.000, donde se ilustra la distribución de los registros biológicos georreferenciados que han sido almacenados en el SIBM. Los datos se limitan a los proyectos que se encuentran documentados en dicho Sistema y podrían no reflejar la totalidad de la información conocida para cada grupo. Éstos han sido obtenidos con diferentes objetivos y metodologías, por lo cual no tienen fines comparativos.

Fauna Esponjas 2%

Cnidarios 7%

Moluscos 40%

Crustáceos decápodos 12%

Equinodermos 6%

Briozoos 5%

Peces 28%

Figura 71. Proporción del número de especies registradas para cada grupo faunístico estudiado.

En general, para el departamento de La Guajira, moluscos y peces fueron los grupos que presentaron el mayor número de especies con 927 y 667, respectiva-mente; seguidos por los crustáceos-decápodos (288), cnidarios (168), equinodermos (122), briozoos (113) y esponjas (56) (Figura 71).

Porífera

En los paisajes marinos y costeros, las esponjas (Porífera) son un grupo conspicuo de la fauna y su bio-diversidad resalta la riqueza del entorno ambiental. Las esponjas son los animales multicelulares más antiguos del planeta tierra. La mayoría viven en el mar y unas pocas en aguas continentales, llegando a estar entre las más exitosas formas de vida que han existido (Hooper y Van Soest, 2002). Las esponjas son metazoos que por lo general viven fijos al fondo, tienen diferentes formas (tubos, vasos, ramas, revestimientos, irregulares, abanicos, esferas) y presentan colores variados, usualmente típicos de cada especie (Figura 72). Se alimentan de material particulado en suspensión, especialmente de algas y bac-

Figura 72. Las esponjas son animales que

habitan en los océanos

e interactúan con diferentes

organismos, generando hábitats

para peces y corales, entre

otros. A) Esponja creciendo en forma

de varios tubos unidos (Agelas sp.) y alrededor peces. B) Esponja (Ircinia

strobilina) creciendo de forma irregular

en interacción con ramas de

octocorales (Fotos: Christian Díaz).

A B

Page 88: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

84 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

terias, aunque algunas tienen hábitos carnívoros (Vacelet y Boury-Esnault, 1995). Tradicionalmente, según las carac-terísticas morfológicas externas, es posible identificar las esponjas (Uriz et al., 2003); y actualmente las técnicas convencionales están siendo complementadas con herra-mientas moleculares, para generar escenarios sobre las relaciones filogenéticas entre las tres principales clases del phylum: Calcarea, Hexactinellida y Demospongiae (Erpenbeck y Wörheide, 2007).

Las esponjas ejercen importantes funciones eco-lógicas en los ecosistemas marinos, generan numerosos hábitats (disponibilidad de espacio y alimento) para gran cantidad de microorganismos y macroorganismos sésiles y móviles, debido a la alta biomasa que alcanzan y los diferentes sustratos que logran colonizar (Zea, 1993). Además, compiten y generan complejas interacciones ecológicas con otros organismos. También tienen una alta diversidad química de sustancias naturales con potencial farmacológico, biomédico e industrial (Rodrí-guez et al., 2010), al tiempo que son empleadas como elementos bioindicadores de la calidad ambiental en ecosistemas marinos y costeros (Díaz y Rützler, 2009).

En la región del mar Caribe se conocen aproxi-madamente 519 especies de poríferos (Miloslavich et al., 2010) y para su identificación se cuenta con varias guías visuales; sin embargo, son pocos los investigadores que se interesan en este grupo de la biota marina (www.spongeguide.org; www.marinespecies.org/porifera), por lo cual varios especímenes están pendientes por regis-trar y en algunos casos describir para la ciencia (Figura 73). Algunas esponjas presentes en La Guajira no han sido formalmente registradas, por lo cual es necesario realizar estudios para conocer posibles nuevas especies (Mapa 14).

En el Caribe colombiano más de la cuarta parte de las especies de esponjas conocidas, se han estudiado en fondos duros, como formaciones coralinas, litorales rocosos y en algunas zonas de manglar y praderas de pastos marinos (Zea, 1987). Para La Guajira, especí-ficamente, se conocen estudios sobre esponjas en los ecosistemas de litoral rocoso y praderas marinas de Thalassia (Montoya-Maya, 2002), así como en la franja superior del talud continental a 280 m de profundidad (Lattig, 2000), y en sustratos artificiales sumergidos de las plataformas para la extracción de hidrocarburos (San-todomingo et al., 2004).

Figura 73. A) Espécimen sin identificar que

habita en praderas de Thalassia.

B) Espécimen sin identificar

creciendo sobre fondos arenosos

(Fotos: Diana Isabel Gómez L. y programa BEM-

Invemar).

El principal referente fue publicado por Díaz y Zea (2008), a partir de material recolectado por la expe-dición dentro del proyecto Invemar-Corpoguajira, ya que aumentaron de 12 hasta 53, el número de especies de esponjas para los extensos fondos blandos de arena carbonatada que caracterizan el departamento (Figura 74). Por su parte, la información sobre el Porifera, regis-trada en el Sistema de Información Sobre Biodiversidad Marina de Colombia – SIBM, permitió generar el mapa que indica la distribución de las principales áreas donde se concentran especies recolectadas y/o observadas por los

Figura 74. En La Guajira se conocen diversas esponjas. A) Dysidea sp. creciendo sobre sustratos artificiales. B) Amphimedon

viridis. C) Mycale microsigmatosa creciendo sobre sustratos artificiales. D) Stelleta sp. recolectadas durante la expedición Invemar-

Corpoguajira (Fotos: Christian Díaz y programa BEM-Invemar).

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86 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

proyectos más relevantes con información sobre espon-jas (Macrofauna Corpoguajira y BEM Chuchupa) en La Guajira. Arriba, a la izquierda, Dysidea sp., y abajo Mycale (Carmia), microsigmatosa creciendo sobre sustratos arti-ficiales (Figura 74).

La estimación del número de especies para el depar-tamento, se realizó con los registros de material deposi-tado en el Museo de Historia Natural Marina de Colombia

– MHNMC. De acuerdo con ellos, se conocen aproxima-damente 56 especies del phylum Porífera agrupadas en dos clases (Demospongiae y Calcarea); la primera clase incluye el 98% de las especies, y se clasifican en 12 órdenes, entre las cuales se resaltan Hadromerida, Poecilosclerida, Haplosclerida y Halichondrida, por la importante riqueza de especies que contienen y las variaciones biológicas que representan (Figura 75). No obstante, se desconocen las especies de por lo menos seis géneros (Aaptos, Hyatella, Tethya y Negombo). Tampoco se conocen en detalle las esponjas que están asociadas a praderas marinas ni aque-llas que pueden estar presentes hacia el margen continen-tal profundo. Por lo tanto, es necesario llenar estos vacíos de conocimiento para completar el inventario de esponjas del departamento, ya que hasta la fecha solo se conoce que la mayor riqueza de esponjas se presenta alrededor de los 50 m de profundidad, principalmente frente a bahía Portete, al occidente del Cabo de la Vela y al nororiente de Dibulla. En estas localidades, los hábitats conformados sobre fondos de arena desnuda y fragmentos calcáreos, así como la oferta considerable de alimento en suspensión gracias a la sedimentación y corrientes de masas de agua, permiten el desarrollo de estas primitivas formas de vida que pueden ser el componente dominante del paisaje en algunas áreas, tal y como sucede en el margen sur de las islas del Rosario, cerca a Cartagena.

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HAPLOSCLERIDA  

POECILOSCLERIDA  

HADROMERIDA  

Figura 75. Porcentaje de especies agrupadas en los trece órdenes taxonómicos de Porifera, conocidos en La Guajira.

A nivel global las investigaciones dirigidas a este grupo cobran cada vez más interés, puesto que constitu-yen un componente clave de los ecosistemas profundos, al crear importantes refugios en los fondos del océano que funcionan como reservorios de gran diversidad de especies, incluyendo algunas de interés comercial como peces (Hogg et al., 2010). En este contexto, en Colombia se encontraron evidencias de la presencia de tres formaciones de corales azooxantelados a lo largo del Caribe colombiano, donde una de ellas se encuentra a 70 m de profundidad frente a Palomino, en La Guajira.

Estas formaciones coralinas son hábitats con características particulares que funcionan como reser-vorio de formas exclusivas de vida, al proveer sustratos para el asentamiento de epibiontes como esponjas, brio-zoos y octocorales, entre otros, los cuales también están jugando un papel importante en el soporte de dichos hábitats (Reyes et al., 2005). Adicionalmente, dentro de la expedición Invemar-Corpoguajira, en las estaciones sobre 50 m de profundidad frente a Manaure y entre Dibulla-Palomino, una importante diversidad de espon-jas y briozoos fue recolectada, sugiriendo la existencia de lechos de biodiversidad, donde se podrían refugiar una importante variedad de moluscos, crustáceos y peces (Gómez-Lemos, 2006; Polanco et al., 2009; Fontalvo et al., 2010). De acuerdo con lo anterior, las esponjas se presentan tanto en las formaciones de corales azooxan-telados, como en los lechos marinos de la plataforma continental, participando como un importante com-ponente biológico de los paisajes y fondos marinos del departamento.

CnidariaEl phylum Cnidaria es un grupo diverso y abun-

dante, común en los ecosistemas marinos someros y profundos; en él se clasifican los corales, anémonas, hidroides, zoantídeos y medusas; y pese a la amplia variedad morfológica existente entre sus taxa, todos ellos se caracterizan por presentar células especializa-das denominadas cnidocitos, de las cuales se deriva su nombre (Cairns et al., 2009) (Figura 76).

La Guajira es un departamento privilegiado por presentar características oceanográficas y físicas particulares, que inciden directamente en la composi-ción y abundancia de las especies, de allí que algunos cnidarios como los corales zooxantelados, principales

Figura 76. Representantes del phylum Cnidaria presentes en La Guajira. A) Octocoral Carijoa riisei (Foto: programa BEM-Invemar). B) Zoantídeo Parazoanthus tunicans (Foto: Juan Felipe Lazarus). C) Hidroide Halocordyle sp. (Foto: programa BEM-Invemar).

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87Atlas Marino Costero de La Guajira

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88 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

formadores de arrecifes coralinos someros, no tengan un óptimo desarrollo, sean poco diversos y restrinjan su distribución a zonas protegidas como el Cabo de la Vela, bahía Portete, puerto López y Manaure (Díaz et al., 2000a); no obstante, otros organismos con estrategias adaptativas diferentes como los corales azooxantelados y los octocorales, se desarrollan favorablemente en sus ambientes.

Aunque los trabajos enfocados al estudio de los cnidarios en La Guajira no han sido tan exhaustivos como en otras regiones del país, los datos compilados en esta revisión reflejan una riqueza notable del grupo en esta zona. La información analizada fue tomada a partir de los proyectos ejecutados por Invemar Macrofauna I, II (1998-2001); Áreas Arrecifales (1999); Fanerógamas marinas (2001); BEM-Chuchupa (2004); Invemar-Cor-poguajira (2005); ANH I y II (2007-2009); así como de los trabajos de Prahl (1985); Prahl y Erhardt (1988); Díaz et al. (2000a); Reyes (2000): Aguirre (2006); Ortiz (2007) y Reyes et al. (2010); la cual fue complementada con los datos del material depositado en el Museo de Historia Natural Marina de Colombia (MHNMC), a lo largo de los últimos cuarenta años, incluyendo material colectado en el R/V Oregon. A partir de dicha información, se estimó la existencia de alrededor de 168 morfo-especies del phylum Cnidaria en el departamento de La Guajira, correspondientes a los órdenes Scleractinia (corales duros), Alcyonacea (octocorales o corales blandos), Pennatulacea (plumas o lápices de mar), Actiniaria (anémonas), Antipatharia (corales negros), Zoanthidea (zoantídeos), Rizostomeae (medusas), Anthothecata y Leptothecata (hidrozoos) (Figura 77).

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Por otra parte, la distribución geográfica de los cnidarios presentada en el mapa 15, proviene de la infor-mación georeferenciada originada en algunos de los proyectos previamente mencionados, así como de la colección de referencia de cnidarios del MHNMC (pro-yectos Cni NMNH y Programa BEM-Generales), que alimentan el Sistema de Información en Biodiversidad Marina (SIBM). Debido a que la información proviene de diferentes fuentes, cada una con enfoques particulares, y metodologías y esfuerzos muestreales disímiles, no se pretende realizar aquí un análisis comparativo; al con-trario, se busca reflejar la cantidad de especies presente en cada punto y en cada área estudiada.

Figura 77. Composición porcentual de los diferentes ordenes del phylum Cnidaria en el departamento de La Guajira.

Pese a los factores limitantes que inhiben el desarrollo óptimo de los corales zooxantelados en La Guajira, el orden Scleractinia fue el más representativo del phylum, dentro del cual fueron determinados 79 morfo-especies (70 a nivel de especie y 9 a nivel de género), lo que equivale al 67% del total de las espe-cies estimadas para el Caribe colombiano por Reyes et al. (2010). De dichas especies 30 corresponden a zooxanteladas, 45 a azooxanteladas y 3 a apozooxan-teladas, lo cual indica una riqueza mayor en aguas más profundas.

En segundo y tercer lugar, en cuanto a riqueza del phylum, se encuentran los alcyonaceos y los anti-patarios, respectivamente; pues aunque no son grupos tan diversos como los escleractinios, el estudio más detallado de estas dos órdenes generó información sig-nificativa, donde alrededor del 45% de los ejemplares de alcyonaceos presentes en La Guajira, se encuentra a nivel de género, esto debido a la dificultad para iden-tificarlos a nivel específico por el sobrelapamiento de los caracteres morfológicos que se presentan entre sus especies. A futuro, y con el empleo de nuevas herra-mientas (como la genética molecular), estos grupos representarán nuevos registros para el país y posible-mente nuevas especies para la ciencia. Además, será de gran valor e importancia para el hombre, identificar las especies de estos taxa que puedan ser útiles para suplir algunas necesidades actuales, como es el caso de la especie Eunicea sp., la cual contiene sustancias bioactivas con propiedades antiplasmodiales (Wei et al., 2004). De modo complementario, será de gran impor-tancia determinar el papel que pueden estar cumpliendo algunas especies de octocorales, en la formación de las estructuras biogénicas halladas en la Media y Baja Guajira, donde se están albergando altas concentracio-nes de diversidad biológica (Mapa 9).

Uno de los descubrimientos importantes para resaltar en La Guajira, fue el hallazgo de esqueletos erodados de la especie azooxantelada Lophelia pertusa (Figura 78), la cual es la principal especie estructurante de los bancos de corales de profundidad en el Atlántico norte y en el Golfo de México (Roberts et al., 2009). Su presencia, en esta zona del país, podría sugerir la exis-tencia de una comunidad sustentada por esta especie en inmediaciones de la Alta Guajira (Reyes et al., 2005), la cual podría estar conformando un hábitat similar al encontrado frente al municipio de Dibulla, a 70 m de

Figura 78. Esqueletos de la especie Lophelia pertusa encontrados en la Alta Guajira. Escala: 8 mm (Foto: Javier Reyes y Nadia Santodomingo).

Page 93: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

89Atlas Marino Costero de La Guajira

profundidad, el cual está estructurado principalmente por Cladocora debilis (ver Figura 51), y junto al cual se halló una alta diversidad de especies de macroinverte-brados y peces. Asimismo, como evidencia de la riqueza faunística del departamento, recientemente fueron des-critas dos nuevas especies para la ciencia, a partir de material recolectado en La Guajira, Stephanocyathus isabellae y Heterocyathus antoniae (Reyes et al., 2009).

Otra temática que debe ser abordada y monito-reada referente a este tema, es la introducción de espe-cies no nativas en La Guajira. Hasta la fecha, solo se ha observado en territorio guajiro, el caso del coral Tubas-traea coccínea (Figura 79), y aunque aún se desconoce el impacto directo que éste puede generar a la fauna nativa, seguramente ya se encuentra compitiendo por espacio y recursos frente a otras especies (Flórez y San-todomingo, 2010).

colombianas (Miloslavich et al., 2010). De acuerdo a los registros existentes y a la información disponible, la estimación del número de especies para La Guajira colombiana podría comprender más de 900 taxones, que se agrupan en cinco clases (Bivalvia, Gastropoda, Cepha-lopoda, Polyplacophora y Scaphopoda), 166 familias y 492 géneros, siendo los gastrópodos los más destacados con el 62% de todos los registros (Figuras 80 y 81).

Los estudios sobre la caracterización de estos ejemplares para La Guajira no son muy abundantes, no presentan continuidad en el tiempo y se han hecho principalmente en la zona intermareal somera (Fontalvo et al., 2010). Este documento incluye una revisión tanto de trabajos publicados, proyectos ejecutados, tesis de grado e informes técnicos, que permiten tener una idea global de la información existente sobre la malacofauna presente en la península.

Los primeros registros en la zona provienen de las exploraciones del yate Chazalie, que llevó a cabo algunas recolectas en 1896, en las localidades de Riohacha y bahía Honda (recolectas en playa y, entre 5 m y 20 m de profundidad), en donde Dautzenberg (1900) identi-ficó 83 especies entre gastrópodos, bivalvos, quitones y escafópodos. Posteriormente, en 1968 el R/V Pillsbury recolectó organismos en varias estaciones localizadas

Figura 79. Especie introducida Tubastraea coccinea Lesson, 1829 (Foto: Juan Felipe Lazarus).

Figura 80. Algunas especies

de gastrópodos frecuentes en La Guajira. A) Cassis madagascariensis

B) Turbinella angulata. C) Terebra

cf. weisbordi. D) Hypselodoris sp.

(Fotos: A. Diego Luis Gil Agudelo. B. Angélica

Rodríguez-Rincón. C-D. Luis Chasqui-Velasco).

Polyplacophora  2%  

Scaphopoda  2%  

Cephalopoda  2%  

Bivalvia  32%  

Gastropoda  62%  

Figura 81. Proporción y número de especies registradas para las cinco clases de moluscos presentes en La Guajira colombiana.

A B

C D

En general, aunque se cuenta con un conoci-miento relativamente amplio de los miembros del orden Scleractinia en el departamento de La Guajira, la infor-mación referente a los demás grupos del phylum es aún incipiente, pese a su alto potencial. Al abordar nuevas temáticas en el estudio de los cnidarios, y continuar explorando la fauna marina de la región, se contará con nueva información de las especies y ecosistemas, la cual es imprescindible a la hora de crear y ejecutar las políti-cas de manejo, uso y conservación para el departamento.

MolluscaRepresentan un grupo importante de organismos

de ambientes terrestres, dulceacuícolas y marinos, que se han adaptado a vivir en aguas someras, oceánicas y pro-fundas, desde los trópicos hasta los polos. En el Caribe norte colombiano, específicamente, se presentan varie-dad de hábitats tales como sistemas lagunares, zonas de arrecifes, playas rocosas y arenosas, praderas de pastos, manglares, fondos blandos, etc., que albergan una gran diversidad de formas de vida de este grupo de inverte-brados. Estimaciones recientes del número de especies del phylum para el Caribe suroccidental (Colombia, Panamá, Nicaragua y Costa Rica), han reconocido unas 1.451 especies, de las cuales 1.168 se presentan en aguas

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90 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

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91Atlas Marino Costero de La Guajira

frente a La Guajira, parte de esta información ha sido publicada en documentos como el de Bayer (1971).

Trabajos recientes, llevados a cabo por investiga-dores nacionales, incluyen a Díaz (1990), quien docu-mentó 280 especies de moluscos recientes y subfósiles de bahía Portete (178 gastrópodos, 94 bivalvos, 4 esca-fópodos y 4 quitones) y Puyana (1992), quien analizó la zoogeografía de 195 especies de gastrópodos de las costas y plataforma continental de La Guajira.

Posteriormente, Díaz y Puyana (1994) documenta-ron para este sector más de 576 especies como presentes. Por otra parte, Guzmán-Alvis y Solano (1997) estudiaron la estructura de la infauna a nivel de familias en la pla-taforma continental comprendida entre Dibulla y el río Palomino, entre 6 y 21 m de profundidad. Con relación a los moluscos asociados a las praderas de Thalassia testudinum, Montoya-Maya (2002) y Díaz et al. (2003), al evaluar la macrofauna asociada a estos pastos a lo largo del Caribe colombiano, incluyeron localidades como puerto López, bahía Portete y desde el Cabo de La Vela hasta Riohacha, donde identificaron algunas especies del grupo.

Ortiz (2007), para este mismo ecosistema, regis-tró 62 especies de moluscos en 15 estaciones estableci-das entre la Media y Alta Guajira. Proyectos realizados por Invemar, desde 1998 hasta el 2010 (Macrofauna I, II, ANH I y II), sobre la macrofauna de los fondos blandos de la plataforma y el talud entre los 20 y 1.000 m de profundidad, permitieron identificar unas 357 especies para el departamento (e.g. Díaz., et al., 2000b; Rache-llo, 2003; Gracia et al., 2004; Ardila y Rachello. 2004; Gracia y Ardila, 2004; Gracia et al., 2005). Complemen-tando los estudios en fondos blandos, por medio del proyecto Invemar-Corpoguajira, Fontalvo et al. (2010) evaluaron la composición y abundancia de 215 especies de moluscos epifaunales de la plataforma somera, a 10 y 50 m de profundidad. Finalmente, Gracia-Escobar (2008) estudió la estructura y los aspectos biológicos de los quitones del litoral rocoso en el Caribe colombiano, incluyendo tres sitios de muestreo en el sector de Media Luna, inventariando un total de nueve especies.

Con información consultada en el Sistema de Información sobre Biodiversidad Marina –SIBM, se generó el mapa en el cual se ilustran los proyectos y estaciones en los que se han encontrado registros de moluscos para el departamento. Esta información es una aproximación para determinar los sectores en los cuales se han presentado recolectas de estos organismos. Las estaciones también incluyen información acerca del número de familias encontradas (Mapa 16).

Para algunas especies de moluscos, la importancia ecológica y comercial es conocida, siendo La Guajira una región de gran valor para la extracción de recursos pesqueros. Históricamente, aquí se han desarrollado diversos trabajos, algunos de ellos enmarcados dentro del estudio interdisciplinario de los bancos naturales de ostras del Cabo de La Vela y Riohacha (e.g. Pinctada imbricada y Pteria Colymbus: Seczón, 1996; Borrero et al., 1996; Bautista, 1998; Hernández, 1999). También

se ha evaluado la captura artesanal de almejas, con el arte de pesca tellinaro, en la zona costera del Santua-rio de Flora y Fauna (SFF) Los Flamencos, por Bello-Garzón (2002). Mientras que Gómez-León et al. (2009), publicaron la cartilla con información para adelantar el cultivo de bivalvos marinos (Euvola ziczac, Argopecten nucleus, Pinctada imbricada y Pteria colymbus) en bahía Portete. Adicionalmente, también se ha trabajado desde el 2007 en proyectos piloto para el cultivo del cefalópodo Octopus spp. en la región guajira (Ramírez, 2008, 2009; Infante-Villamil, 2010), y recientemente, Nieto-Bernal et al. (2011), elaboraron un documento que describe la composición y abundancia de doce especies de gastró-podos de importancia comercial.

En el contexto de las especies amenazadas, Osorno-Arango et al. (2009) presentaron el Plan de Investigación para la Conservación de Cittarium pica (Kouchet), donde se incluyó la evaluación de su abun-dancia y densidad poblacional en el Cabo de La Vela (localidades del Pilón de Azúcar y Ojo de Agua). Más recientemente, Nieto-Bernal et al. (2010) evaluaron las poblaciones del recurso caracol pala (Eustrombus gigas), en la región de La Guajira, desde Riohacha hasta el Cabo de La Vela.

Según Puyana (1992), en cuanto a la fauna somera, La Guajira debe considerarse como un área aislada desde el punto de vista biogeográfico, siendo su malacofauna mucho más afín con el sector occidental de Venezuela, la región de Santa Marta y en menor grado con las Islas de Sotavento. En el caso de especies de aguas un poco más profundas, esta información no ha sido establecida, sin embargo, hay que destacar el hallazgo de algunas especies nuevas para la ciencia, entre los 20 y 500 m de profundidad, y que se encuentran actualmente registra-das solo para este departamento colombiano (e.g. Ardila y Díaz, 2002; Ardila y Valdés, 2004; Gracia y Boyer, 2004; Gracia y Vera-Peláez, 2004; Ardila y Harasewych, 2005; Simone y Gracia, 2006), lo que podría sugerir que este sector sería mucho más rico en endemismos y número de especies, lo que inmediatamente deriva en la necesi-dad de aunar más esfuerzos investigativos en este con-texto, con el fin de determinar su situación y el estado de su diversidad biológica.

De acuerdo a lo documentado anteriormente, se podría concluir que la diversidad de moluscos conocida para el departamento de La Guajira representa aproxi-madamente un 31% de la conocida a nivel del Caribe, 64% del Caribe suroccidental y 79% de la malacofauna del Caribe colombiano. Aunque, no se han realizado los mismos esfuerzos investigativos para el conocimiento de esta fauna a lo largo de toda la extensión que comprende el departamento. Al contrario, los estudios se concentran en algunos sectores como bahía Portete y el Cabo de La Vela. A causa de esto, aún se requiere información sobre la distribución de las especies de moluscos pre-sentes, su estado de conservación y ecología en todo el departamento. Además de ser necesaria la formación de especialistas en taxonomía, sistemática, biología y pesquerías, entre otros, que permitan obtener una mejor

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92 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

comprensión sobre la importancia de la diversidad y ecología de este grupo en la región y el país.

Crustacea

Los crustáceos son un extenso subphylum de artrópodos, con aproximadamente 52.000 especies vivientes descritas a nivel mundial (Martin y Davis, 2001). Aunque es de esperarse que en el futuro este número aumente, de acuerdo a que aún quedan muchas especies por nombrar y por describir.

Es un grupo principalmente acuático, cuyos indi-viduos habitan todas las profundidades, tanto en el medio marino (89%), como en el de agua dulce (10%); e incluso, algunas especies han logrado colonizar el medio terrestre (1%) (Bowman y Abele, 1982). Cons-tituyen además uno de los principales grupos zoológi-cos marinos con mayor éxito biológico, por el número de especies vivientes y por la diversidad de hábitats que colonizan, y no existe otro grupo que muestre la diversidad morfológica y biológica que presentan los crustáceos (Martin y Davis, 2001).

La información sobre la fauna de crustáceos de La Guajira presentada en este documento, se basa en exploraciones realizadas en la plataforma y el talud continental, por medio de redes de arrastre a profundi-dades entre 20 y 920 m a bordo del barco B/I ANCON, denominadas Macrofauna I (1999), Macrofauna II (2001), Macrofauna-Corpoguajira (2005), ANH Exploración I (2008) y ANH Exploración II (2009). Estas campañas fueron desarrolladas por el Invemar junto con la Universidad Nacional de Colombia, el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Colciencias), el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade), la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira) y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) (Navas et al., 2010).

Con el material biológico recolectado hasta ahora, se han desarrollado numerosos estudios y publi-caciones, dentro de los que se destacan los trabajos de Campos et al. (2005), en el talud continental del mar Caribe colombiano y el de Gómez et al. (2008), en la plataforma continental de La Guajira. Adicionalmente, también se tuvo en cuenta la información derivada de las recolectas puntuales obtenidas por expertos (pro-grama BEM-generales), levantamientos de informa-ción y monitoreos de ecosistemas marinos enfocados en la infauna bentónica, el estudio de los cangrejos en el delta del río Ranchería y su área de influencia (Arteta-Bonivento, 2009), la investigación desarrollada por Rodríguez (1982) para los cangrejos de la familia Portunidae en el Caribe colombiano, dos trabajos de pregrado apoyados por el Invemar que incluyen fauna asociada a los pastos marinos (Aguirre, 2006; Ortiz, 2007) y la generada en el proyecto “Distribu-ción y caracterización de las praderas de fanerógamas marinas del Caribe colombiano” (Invemar, 2002). En general, este material biológico se encuentra catalogado

en la colección de referencia de crustáceos del Museo de Historia Natural Marina de Colombia (MHNMC) y hace parte del Sistema de Información sobre Biodi-versidad Marina de Colombia (SIBM) .

El mapa de distribución de registros (Mapa 17) presenta la información de los crustáceos de la epifauna recolectados en los proyectos del SIBM, indicando el número de familias registradas en cada estación. Se destaca aquí que la información referenciada en este documento no tiene fines comparativos y debe ser empleada con precaución, teniendo en cuenta que la recolección de las muestras en cada proyecto se desa-rrolló con objetivos y métodos diferentes.

En el departamento de La Guajira se han regis-trado un total de 297 especies de crustáceos, agrupados en 8 órdenes y 98 familias. Sin embargo, la mayoría de estas especies hacen parte del orden Decapoda, con un total de 288 especies, 57 familias y 165 géneros. Es evidente la falta de estudio en las otras ordenes Amphipoda, Cumacea, Isopoda, Leptostraca, Myo-docopida, Stomatopoda, Tanaidacea y Thoracica, en las cuales sólo se registran 9 especies en total, mientras el resto de la información se encuentra hasta el nivel de familia. El orden Decapoda es uno de los grupos más reconocidos, de acuerdo a que presenta la mayor riqueza de especies, incluyendo entre otros grupos, a los conocidos como cangrejos verdaderos (infraor-den Brachyura), los cangrejos ermitaños, galateidos y porcelanidos (infraorden Anomura), los camarones (suborden Dendrobranchiata, infraorden Caridea y Stenopodidea) y las langostas (infraorden Astacidea y Palinura). Su importancia, a parte de la ecológica, radica también en que son componentes fundamen-tales de las pesquerías, por su alto valor comercial en muchos países (Holthuis, 1991).

El mayor número de especies del orden Deca-poda, corresponde a los cangrejos verdaderos del infraorden Brachyura, con 143 especies (49,7 %), seguido del infraorden Anomura y de los camarones del infraorden Caridea, con 60 (20,8 %) y 46 especies (16,0 %), respectivamente. Otros grupos, como los camarones Dendrobranchiata y Stenopodidea, así como las langostas Palinura y Astacidea, se encuen-tran representados por un bajo número de especies, con porcentajes menores al 10 %, con respecto al total de especies registradas. Esta riqueza representa un alto número de especies de crustáceos decápodos en La Guajira, considerando que en el Caribe colombiano se han identificado un número aproximado de 614 especies (Campos et al., 2010).

De acuerdo con lo anterior, y según Campos et al. (2003), La Guajira es la tercer área costera del Caribe colombiano en riqueza de especies (61,2 %), después del Magdalena (88,1 %) y Bolívar (67,2 %), y por encima de áreas como Córdoba-Sucre, Antioquia-Choco, San Andrés y Atlántico, con valores entre 44,8 y 53,7 %. A su vez, los porcentajes de familias presentes en este departamento, para los diferentes grupos, son altos en comparación con el número total registrado

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94 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

para Colombia (Campos et al., 2010), obteniendo los siguientes valores: Anomura (77,8 %), Astacidea (50,0 %), Brachyura (77,5 %), Caridea (68,8 %), Dendro-branchiata (80,0 %), Palinura (75,0 %) y Stenopodidea (100 %).

Las familias mejor representadas en La Guajira son Galatheidae y Porcellanidae, con 16 especies cada una, y la familia Portunidae, con 15 especies. Los indi-viduos que pertenecen a Galatheidae son conocidos como camaroncillos, galateidos, langostinos o múnidas, y presentan una amplia distribución geográfica y bati-métrica en áreas tropicales y templadas, desde la super-ficie hasta más de 5.000 m de profundidad (Baba et al., 2008). Los comúnmente llamados cangrejos porceláni-dos (familia Porcellanidae), habitan sustratos duros en aguas poco profundas, se caracterizan por presentar un aplanamiento dorso-ventral del cuerpo, con un capara-zón bien calcificado y quelas moderadamente elongadas, usualmente amplias y simétricas (Williams, 1984). Por su parte, la familia Portunidae agrupa a las “jaibas”, que se diferencian por poseer un caparazón más largo que ancho y por presentar el último par de patas del tórax adaptadas para nadar y enterrarse en el sustrato, gracias a la forma ovalada y aplanada del segmento terminal (Rodríguez, 1982).

En las praderas de pastos marinos de ésta región, se han registrado 19 familias, 36 géneros y 57 especies de crustáceos decápodos asociados a este ecosistema. Los cangrejos verdaderos y los ermitaños, de los infraorde-nes Brachyura y Anomura, son los mejor representados con 25 (44 %) y 16 especies (28 %), respectivamente (Figura 82). La familia Diogenidae presenta la mayor riqueza (ocho especies), destacando al cangrejo ermi-

Anomura 28%

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Caridea 18%

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Palinura 3%

Figura 82. número de especies por infraorden de crustáceos decápodos asociados a praderas de pastos marinos en el

departamento de La Guajira.

taño gigante Petrochirus diogenes (Figura 83a), por ser el ermitaño de mayor tamaño recolectado en los estudios de este grupo en Colombia (Sánchez y Campos, 1978; Merchán-Cepeda et al., 2009). Los individuos adultos de esta especie suelen habitar conchas de Eustrombus gigas y Turbinella angulata para proteger su abdomen blando y normalmente se les observa solitarios o por parejas (Sánchez y Campos, 1978). En Colombia se han encontrado hasta 70 m de profundidad (Merchán-Cepeda et al., 2009), mientras que en otras áreas del océano Atlántico hasta 128 m (Williams, 1984). Otras especies comunes en este ecosistema son el camarón flecha Tozeuma carolinense (Figura 83b), que frecuen-temente nada en posición vertical posándose sobre las hojas de los pastos marinos; los cangrejos esmeralda Mithraculus sculptus y el cangrejo porcelánido verde Petrolisthes armatus (Figura 83c y d), quienes se caracte-rizan por habitar áreas de poca profundidad, ubicándose en las cavidades o grietas bajo corales, escombros y rocas (Williams, 1984).

Figura 83. Especies de crustáceos decápodos asociados a praderas de pastos marinos en el departamento de La Guajira. A) Petrochirus diogenes B) Tozeuma carolinense C) Mithraculus sculptus y D) Petrolisthes armatus (tomadas de Humann, 1999).

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95Atlas Marino Costero de La Guajira

La mayor parte de la información de los crustáceos decápodos, proviene de los asociados al ecosistema de fondos blandos, en los que se agrupan 49 familias, 140 géneros y 227 especies. La plataforma continental en el departamento de La Guajira, entre 10 y 200 m de pro-fundidad, presenta la mayor riqueza (162 especies), con respecto al talud continental, entre 200 y 920 m de pro-fundidad (77 especies). Esta tendencia también se observa en las regiones de la Alta, Media y Baja Guajira, con un mayor número de especies en la plataforma (104, 110 y 103, respectivamente), con respecto al talud continental (60, 40 y 57 especies, respectivamente).

En la plataforma, para las tres regiones del depar-tamento, predominan los cangrejos verdaderos del infra-orden Brachyura, con porcentajes mayores al 60% con

respecto a los demás grupos, a su vez que sobresalen Anomura y los camarones Dendrobranchiata y Caridea, con porcentajes entre 7,8 y 13,6 % (Figura 84). La jaiba Portunus spinicarpus (Figura 84a), es una de las especies más recolectadas en esta zona: suele habitar un sustrato fangoso, arenoso, rocoso y en algunas ocasiones de algas, presenta un caparazón verde grisáceo y cerdas de color rojo en el margen interno de las pinzas (Rodríguez, 1982).

A mayor profundidad en el talud continental de las tres regiones de La Guajira, se observa una reduc-ción de especies de Brachyura (entre 24,6 y 25,0 %) y un aumento de Anomura (entre 30,0 y 33,3 %), por la presencia de la familia Galatheidae, con especies abun-dantes como Agononida longipes (Figura 85b); mien-

Figura 84. número de especies de crustáceos decápodos asociados a fondos blandos de la plataforma y talud continental en las regiones de la Alta, Media y Baja Guajira.

Page 100: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

96 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Figura 85. Especies de crustáceos decápodos asociados a fondos blandos en el departamento de La Guajira. Portunus spinicarpus (A), Agononida longipes (B),

Glyphocrangon neglecta (C), Penaeopsis serrata (D), Polycheles sculptus (E) y Metanephrops binghami (F)

(tomadas de Campos et al., 2005).

tras que Caridea y Dendrobranchiata se mantuvieron relativamente constantes, agrupando especies frecuen-tes como Glyphocrangon neglecta y Penaeopsis serrata (Figura 85c y d respectivamente). En este zona, además, se destaca la aparición de especies que integran a las familias Polychelidae y Nephropidae (entre 5,0 y 7,0%), conocidas como langostas de profundidad, como es el caso de Polycheles sculptus y Metanephrops binghami, respectivamente (Figura 85e y f), que se diferencian de las demás langostas por la presencia de quelas (pinzas) en los tres primeros pares de patas, pueden alcanzar más de 20 cm de longitud y habitan desde los 100 m hasta más de 2.900 m de profundidad; actualmente, carecen de interés para la pesca, pero suelen aparecer junto con otras especies de langostas en las capturas de pesca de arrastre (Holthuis, 1991).

En la desembocadura del río Ranchería y su área de influencia, Arteta-Bonivento (2009) registró 11 especies pertenecientes a seis familias, de las cuales el cangrejo de las rocas Grapsus grapsus, en las zonas rocosas, el cangrejo fantasma Ocypode quadrata, en las playas arenosas; y el cangrejo violinista Uca thayeri

Figura 86. Individuo de cangrejo violinista Uca thayeri en su ambiente natural (Foto: David Alonso).

(Figura 86) en el cauce del río, presentaron una abun-dancia alta con respecto a las demás especies, siendo mayor a 3 individuos/m2. Asimismo, en la zona costera del departamento habitan dos especies de crustáceos, el cangrejo ermitaño terrestre del Caribe o cangrejo soldado Coenobita clypeatus y el cangrejo azul de tierra Cardisoma guanhumi. El cangrejo soldado, habita gene-ralmente conchas del gasterópodo Cittarium pica en estado adulto, vive en lugares húmedos y protegidos de la radiación solar, debajo de la hojarasca, troncos o raíces; se caracteriza por presentar mayor actividad en la noche y por la coloración azul a violeta en la pinza de mayor tamaño, crema en el caparazón y anaranjado en las patas caminadoras (Sánchez y Campos, 1978). Por su parte, el cangrejo azul de tierra, habita áreas cercanas a fuentes de agua, debido a que las hembras depositan sus huevos y los individuos se desarrollan a nivel larval en el medio marino; se alimenta de algas, plantas o carroña y viven en áreas sombreadas cubiertas por vegetación, en madrigueras de agujeros profundos hasta de 1,5 m o en refugios debajo de troncos (Schmalbach, 1974).

En Colombia, el Ministerio de Ambiente inició desde 1996 la producción de la serie “Libros Rojos de Especies Amenazadas de Colombia”, con el fin de brindar información básica relacionada con la conservación y el manejo sostenible de las especies silvestres en el país. En ellos, el libro rojo de invertebrados marinos cataloga como vulnerables (VU), a cuatro especies de crustáceos que habitan áreas de La Guajira: el langostino blanco sureño (Littopenaeus schmitti) (Figura 87a), la langosta espinosa (Panulirus argus) (Figura 87b), el cangrejo de coral (Carpilius corallinus) (Figura 87c) y el cangrejo azul de tierra (Cardisoma guanhumi) (Figura 87d), los cuales presentan una pesca intensiva y un deterioro constante de su hábitat, como principales amenazas (Bermúdez et al., 2002; Arteta-Bonivento, 2009).

A pesar de la importancia de este grupo de inverte-brados marinos, aún se desconocen muchos de los aspec-tos biológicos, ecológicos y pesqueros de gran cantidad de especies, por lo que es importante el fortalecimiento de iniciativas para impulsar y desarrollar estudios enfo-cados no sólo en los crustáceos decápodos, sino también en grupos menores de crustáceos. Este conocimiento es fundamental para determinar las condiciones base, que permitan detectar cambios naturales y antropogénicos en el ecosistema marino, a su vez, que faciliten la com-prensión de su funcionamiento, teniendo en cuenta que los crustáceos en las comunidades tropicales, forman la

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97Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 88. Ejemplos de especies representantes de cada una de las clases pertenecientes al phylum Echinodermata que han sido vistos y/o recolectados en el departamento de La Guajira. Clase Crinoidea: A) Nemaster grandis (Foto: Sven Zea). B) Clase Asteroidea: Oreaster reticulatus (Foto: Erika Ortiz). C) Clase Ophiuroidea: Astrophyton

muricatum (Foto: Erika Ortiz). D). Clase Echinoidea: Eucidaris tribuloides (Foto: Carlos Muñoz). E) Clase Holothuroidea: Isostichopus badionotus (Foto: Carlos Muñoz).

Figura 87. Especies de crustáceos

decápodos de La Guajira, catalogados

en el libro rojo de invertebrados

marinos de Colombia. Fotos:

A) Littopenaeus schmitti tomada

de Bermúdez et al. (2002); B) Panulirus argus y C) Carpilius corallinus tomadas de Humann, 1999;

D) Cardisoma guanhumi tomada

de Merchán-Cepeda et al. (2006).

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base del flujo de energía del bentos hacia muchas espe-cies demersales y pelágicas (Longhurst y Pauly, 1987).

EchinodermataLos equinodermos son un grupo de invertebra-

dos exclusivamente marinos que incluye a las plumas de mar, estrellas de mar, estrellas quebradizas, erizos y pepinos (Figura 88). Estos invertebrados se diferencian

de los demás organismos, por presentar un esqueleto externo compuesto de carbonato de calcio, un sistema vascular acuífero que está involucrado principalmente en la alimentación y la locomoción, y una simetría radial pentámera. Estas características pueden variar entre los grupos que componen el phylum, encontrándose por ejemplo, algunos pepinos de mar que no presen-tan calcita en su pared corporal o especies de erizos y pepinos con simetría bilateral secundaria.

Page 102: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

98 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

El phylum, actualmente comprende aproximada-mente 7.000 especies en cinco clases: Crinoidea (plumas de mar, 650 especies), Asteroidea (estrellas de mar, 2.100 especies), Ophiuroidea (estrellas quebradizas, 2.000 espe-cies), Echinoidea (erizos de mar, 800 especies) y Holothu-roidea (pepinos de mar, 1.400 especies) (Pawson, 2007). En 1986, Baker et al. describieron una sexta clase, la Con-centricycloidea; sin embargo, después de numerosas opiniones acerca del estatus de estos equinodermos y estu-dios basados en carácteres morfológi-cos y moleculares, se concluyó que los concentricycloideos pertenecen a la clase Asteroidea (Mah, 2006).

Hasta este momento se han rea-lizado pocos estudios de los equino-dermos de La Guajira, la mayoría de la información que existe se encuentra almacenada en el Sistema de Infor-mación de Biodiversidad Marina de Colombia (SIBM), del Museo de Historia Natural Marina de Colom-bia (MHNMC), del Invemar. Adicio-nalmente, existe literatura donde se incluyen registros de especies para el departamento, pero no son estudios específicos para el área (Borrero-Pérez et al., 2002a; Borrero-Pérez et al., 2002b; Borrero-Pérez et al., 2003; Benavides-Serrato et al., 2005; Borrero-Pérez et al., 2008; Benavides-Serrato y Borrero-Pérez 2010; Benavides Serrato et al., 2011).

Ophiuroidea 35%

Asteroidea 26%

Echinoidea 19%

Holothuroidea 12%

Crinoidea 8%

Figura 89. Proporción por

clases de los equinodermos

presentes en el departamento de La

Guajira.

los proyectos Macrofauna I-II, Invemar-Corpoguajira y ANH I-II en la Alta, Media y Baja Guajira. La información que se presenta a continuación, representa la totalidad de especies que fueron recolectadas dentro de estos proyectos (Figura 90).

Figura 90. Equinodermos que han sido recolectados dentro de los proyectos Macrofauna I-II, Invemar-Corpoguajira y AnH I-II en la Alta Guajira (A), Media Guajira (B) y Baja Guajira (C).

Desde siempre, la Alta Guajira se ha caracterizado por ser el área donde se encuentra un mayor número de especies, en comparación con el resto del departamento (30 especies). Por otro lado, la Baja Guajira tiene un número similar de especies encontradas en la plataforma y el talud, reflejando con ello el alto número de estaciones de proyectos que han fijado sitios de colecta en ésta área, específicamente. Caso contrario se observa para la Media Guajira, donde se evidencia el bajo número de especies encontradas en aguas profundas; mientras el alto número de especies en aguas someras, puede ser el resultado de las exploraciones del pro-yecto Invemar-Corpoguajira. Según la figura 90 en cuanto a la composición de especies por clase, es evidente que en la plataforma continental de todo el departamento, la clase Ophiuroidea es la que tiene un mayor número de especies. Ésta situación se observa, generalmente, en los equinoder-mos, teniendo en cuenta que esta clase se caracteriza por ser una de las más prósperas, debido a la movilidad de los individuos y su diversidad de hábitos alimentarios, lo que les permite alcanzar hábitats inexplorados por otros equi-nodermos y otros invertebrados (Hendler et al., 1995). Asi-mismo, dentro de los muestreos de aguas más profundas, se destacó la clase Asteroidea como la más rica en la Baja y Media Guajira, aunque en la Alta Guajira, éste número es levemente más bajo que el alcanzado por la clase Ophiuroi-dea (Mapa 18).

Dentro de las 265 especies de equinodermos que han sido registradas para el Caribe colombiano, 141 han sido observadas y/o recolectadas en La Guajira, representando con esto el 53% (Figura 89) del total existente en el país. En este sentido, y a pesar de la falta de estudios del grupo en el departamento, se observa una buena representatividad con respecto al número total de especies que han sido registradas para el Caribe colombiano.

A finales de la década de los 90, se inició una nueva etapa en el estudio de los equinodermos en Colombia, enfocada especialmente a la fauna colectada con redes de arrastre demersal tipo semi-globo, tanto en la plataforma (20-200 m), como en la franja superior del talud continen-tal (200-1000 m) del Caribe colombiano, en el marco de

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99Atlas Marino Costero de La Guajira

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100 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

Figura 91. A) Astropecten

antillensis; B) Ophiura acervata;

C) Brissopsis elongata

(Fotos: A- Sven Zea; B y C- Milena Benavides y Giomar

Borrero).

Figura 92. A) Oreaster reticulatus bajo la categoría nacional de amenaza LC (Preocupación menor). B) Representantes de las

especies Isostichopus badionotus y Holothuria (Halodeima mexicana), recolectados en el área de bahía Portete (Fotos: A.Angélica Rodríguez y B.Olga

Lara).Dentro del proyecto Invemar-Corpoguajira, se recolectaron un total de 37 especies de equinodermos, en las que las más destacadas por su abundancia fueron: Nemaster grandis, Astropecten antillensis, Ophiura acer-vata y Brissopsis elongata (Figura 91).

Una especie común, en las praderas de faneróga-mas de La Guajira, es Oreaster reticulatus, la cual está incluida en el libro rojo de invertebrados marinos de Colombia bajo la categoría nacional LC (Preocupación menor) (Figura 92). Debido a su gran tamaño, su natu-raleza lenta y el fácil acceso a su hábitat, ésta estrella ha sido susceptible a la extracción humana para ser vendida como objeto decorativo (Borrero-Pérez et al., 2002c). De acuerdo a esto, es prioritario hacer estudios de su dinámica poblacional con el objetivo de conocer el estado actual de las poblaciones, y así poder tomar las medidas de conservación necesarias para garantizar su supervivencia.

Por otro lado, en el departamento de La Guajira también se ha documentado el primer registro de pes-quería de pepino de mar (Borrero-Pérez et al., 2006), el cual evidencia una recolección masiva de Isostichopus badionotus y Holothuria mexicana, en el área de bahía Portete (Figura 92). Aunque estas especies aún no han sido incluidas dentro de las especies de invertebrados marinos amenazados en Colombia, en el último taller organizado por la UICN que se realizó en Cartagena, en junio de 2010, se planteó su inclusión como especies vul-nerables. Sin embargo, debido a la falta de información tanto biológica como de pesca en Colombia, estas espe-cies quedaron bajo la categoría DD (datos insuficientes).

Aunque estas especies aún no han sido incluidas dentro de las especies de invertebrados marinos amena-

zados en Colombia, en el último taller organizado por la UICN que se realizó en Cartagena, en junio de 2010, se planteó su inclusión como especies vulnerables. Sin embargo, debido a la falta de información tanto biológica como de pesca en Colombia, estas especies quedaron bajo la categoría DD (datos insuficientes).

Bryozoa

Los briozoos, miembros del phylum Bryozoa, constituyen un grupo principalmente marino de peque-ños organismos coloniales, donde cada individuo con-forma una unidad modular calcificada, quitinosa o gelatinosa. Se caracterizan por poseer una estructura especializada para la alimentación llamada lofóforo, en la cual el ano se encuentra ubicado por fuera de la corona de tentáculos.

Estas criaturas representan uno de los componen-tes más importantes, diversos y desconocidos de la fauna bentónica; son básicamente sésiles (aunque también hay algunas especies de vida libre) y se les encuentra coloni-zando todo tipo de sustratos, desde los polos hasta los trópicos, en todas las profundidades de nuestro planeta. Los briozoos son esencialmente filtradores y cumplen con un papel relevante como precursores en la suce-sión ambiental, son importantes fijadores de carbonato de calcio, ayudan en la cementación y compactación de espacios en los micro hábitats donde se encuentran (Winston, 1986), e incluso, varias de sus especies pueden consolidar estructuras que sirven como agregadoras de biodiversidad (Cocito, 2004).

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Familias

Actualmente, en el mundo existen unas 6.000 especies descritas (Gordon et al., 2009). Hasta el 2007, en el Caribe colombiano se encontraban registradas 112 especies de briozoos (Montoya-Cadavid et al., 2007), las cuales equivalen al 41 % de las estimadas para el Atlántico Occidental Tropical por Schopf (1974). La presencia de este grupo en La Guajira, es parcialmente conocida a través de los resultados de diferentes tra-bajos, el primero de ellos llevado a cabo por Osburn (1947), quien registró 53 especies recolectadas entre 3 y 119 m en inmediaciones del Cabo de la Vela y bahía Honda; más tarde, Flórez y Montoya-Cadavid (2004) documentaron 64 especies a partir de las muestras obtenidas en la campaña Macrofauna II entre 20 y 500m; en el 2005, durante el proyecto BEM-Chuchupa, se evaluó la fauna asociada a las estructuras artificiales del Campo de gas Chuchupa, donde se identificaron 47 morfo-especies (Invemar-Ecopetrol, 2005) (Figura 93); en ese mismo un año, durante la ejecución del proyecto Invemar-Corpoguajira (2005), se identificaron 83 especies recolectadas a 10 y 50 m, sobre los fondos blandos de la plataforma, a partir de las cuales se incre-mentaron los registros conocidos previamente para el departamento y el Caribe en general; y finalmente, las

Figura 93. Colonia de Membranipora sp. compartiendo sustrato con una esponja en el campo de gas Chuchupa (Foto: Nadiezdha Santodomingo).

especies más recientes provienen de las exploraciones del proyecto ANH I (Invemar-ANH, 2008), donde se hallaron 8 especies capturadas en la costa afuera, sobre los fondos blandos del talud superior.

Los resultados de composición del phylum y su distribución gráfica fueron obtenidos a partir de la información generada de los proyectos realizados en ecosistemas de fondos blandos (Macrofauna II, Macro-fauna-Corpoguajira y ANH I), los cuales, en total, eva-luaron 36 localidades ubicadas entre los 10 y 300m de profundidad (Mapa 19). Dichos resultados indican que la mayoría de los briozoos identificados en La Guajira, corresponden al orden Cheilostomata (Figura 94). En total se encontraron 113 especies, agrupadas en 73 géneros, 45 familias y una categoría para ubicación no determinada (Incertae sedis). Las familias con mayor número de especies fueron Smittinidae, Candidae, Phi-doloporidae y Schizoporellidae (Figura 95) las cuales suelen ser las de mayor ocurrencia en el Caribe colom-biano (Montoya-Cadavid y Flórez, 2010), y algunas de las más frecuentes en la región Caribe (Winston, 1984; 1986; Fransen, 1986; Winston y Woollacott, 2009).

Cheilostomata  90%  

Cyclostomata  8%  

Ctenostomata  2%  

Figura 94. Proporción de especies por órden de briozoos encontrados en el departamento de La Guajira.

Figura 95. Riqueza de especies para

cada una de las familias de briozoos

registradas en La Guajira.

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102 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

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103Atlas Marino Costero de La Guajira

Si bien son pocos los trabajos enfocados al estudio de este phylum, la evidencia disponible indica que la riqueza y abundancia de dichos organismos en el depar-tamento de La Guajira es la más alta en todo el Caribe colombiano (Flórez et al., 2007; Montoya-Cadavid et al., 2007).

Una de las observaciones más importantes realiza-das respecto al grupo en el área, es la presencia de espe-cies formadoras de hábitats en la Media y Baja Guajira, a 50 m de profundidad (Mapa 19), tal y como se mencionó previamente en la sección de comunidades de aguas profundas. Las evidencias actuales revelan la presencia de colonias altamente calcificadas, con crecimientos de tipo erecto (p.e. Bracebridgia subsulcata), incrustante multilaminar (p.e. Cellepora sp.) y laminar (p.e. Poricella mucronata) (Figura 96) quienes junto a otras especies de briozoos, octocorales y esponjas, generan una for-mación estructural que alberga una alta diversidad y abundancia de crustáceos, moluscos y peces, entre otros (Gómez-Lemos, 2006; Polanco et al., 2009; Fontalvo et al., 2010). El conocimiento de dichas comunidades es aún bajo y no se ha determinado a ciencia cierta su complejidad morfológica, ni el papel que desempeña cada grupo en la conformación de estas vulnerables e importantes estructuras biogénicas.

Aunque es conocido que en las zonas tropicales los briozoos cumplen un rol importante en la construcción y cementación de los arrecifes, éstos no llegan a susti-tuir a los corales hermatípicos, en abundancia y estruc-tura, como sí sucede en altas latitudes (Cuffey, 1972); no obstante, las condiciones ambientales existentes en La Guajira (Díaz et al., 2000a), al limitar el desarrollo óptimo de los corales zooxantelados, puede estar favore-ciendo a otros organismos de naturaleza calcárea como los briozoos, en la construcción de dichas formaciones (Flórez et al., 2005). Asimismo, estos organismos sus-pensívoros se ven favorecidos por la disponibilidad de alimento, generado por el régimen hidrodinámico pre-sente en la plataforma de La Guajira, y debido a su alto polimorfismo y plasticidad fenotípica, son capaces de adaptarse a condiciones ambientales variables (Cocito et al., 2000), incluso, su desarrollo puede verse favorecido con la disminución de la temperatura del agua, generada estacionalmente por el fenómeno de surgencia (Lom-bardi, 2007; O´Dea, 2007).

Otro aspecto a destacarse con respecto a este grupo, está relacionado con el hallazgo de un alto número de especies asociadas al coral azooxantelado Cladocora debilis, en un banco coralino ubicado a 70

Figura 96. Especies bioconstructoras

encontradas en la plataforma

continental de La Guajira.

A) Bracebidgia subsulcata, escala

0,1 mm. B) Poricella mucronata, escala

0,3 mm. C). Cellepora sp., escala 2 cm. D) Stylopoma

spongites, escala 0,4 mm. (Fotos: Erika

Montoya y Paola Flórez).

m de profundidad (Reyes et al., 2005); lo cual también se relaciona directamente con la disponibilidad de sus-trato que proporcionó dicho coral para el asentamiento y desarrollo de las colonias incrustantes de briozoos en el área (Flórez et al., 2007; Montoya-Cadavid y Flórez, 2010).

Pese a que estos organismos pueden soportar fuertes condiciones ambientales, son vulnerables al impacto por actividades humanas como los dragados y arrastres; así, partiendo del importante rol que des-empeñan en los ambientes que habitan, tales como la construcción y agregación de especies, entre otros, se hace necesaria la generación de mayores estudios que permitan profundizar en su conocimiento y proporcio-nar, a su vez, información útil para propender por el uso razonable y conservativo de los recursos que sustentan.

PecesLos peces en la costa norte del Caribe colombiano,

hacen parte de los principales recursos alimentarios marinos que sustentan la población de esta región. En La Guajira se conoce actualmente un aproximado de 667 especies registradas, incluidas en 139 familias y 36 órdenes, contemplando desde los peces de hábitos cos-teros, hasta aquellos que ocupan profundidades mayores a los 200 m en el talud continental, siendo esta riqueza de especies más del 50% de las 1.100 especies calculadas por Polanco et al. (2010) para el Caribe colombiano, en general.

La diversidad morfológica y composicional de la plataforma del departamento, sumada a sus particulares condiciones oceanográficas y climáticas, que producen fenómenos como la surgencia, permiten la presencia de una cantidad representativa de biotopos, que favorece la crianza y establecimiento de una alta biodiversidad de peces marinos. En el norte de La Guajira, principal-mente, es posible encontrar peces asociados a ecosistemas de sustrato duro, en algunas formaciones coralinas pre-sentes al interior de bahía Portete, en los alrededores de puerto Estrella y en pequeñas formaciones presentes al noroccidente de la costa, frente a la ciudad de Manaure e inmediaciones del Cabo de la Vela.

Algunos peces habitan praderas de fanerógamas, en áreas protegidas como bahía Portete y en cinturones de mangle bordeando esta misma bahía, además de y bahía Honda. De igual forma, estos dos últimos ecosistemas, además de albergar su propia ictiofauna, sirven como

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Page 108: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

104 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

áreas de crianza de gran número de formas juveniles, de varias familias, que cambian de ambiente en su vida adulta. Finalmente, los fondos blandos someros y profun-dos, también se constituyen en un ecosistema poblado de peces, al igual que el ambiente pelágico. Los grupos a nivel familiar, que presentan una mayor riqueza de especies conocidas para el área, son los serránidos (meros, chernas y cabrillas) (Figura 97), sciánidos (corvinas, corvinetas), carángidos (jureles, palometas, cojinúas, medregales) (Figura 98) y los haemúlidos (roncos) (Figura 99) con más de veinte especies cada uno.

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Figura 97. Familia Serranidae

Epinephelus guttatus (Linnaeus 1758) ((Foto: proyecto

SIMAC-Invemar).

Figura 98. Familia Carangidae.

Trachinotus falcatus (Linnaeus 1758)

((Foto: proyecto SIMAC-Invemar).

Figura 99. Familia Haemulidae, Anisotremus

virginicus (Linnaeus 1758) ((Foto: proyecto

SIMAC-Invemar).

Figura 100. Proporción de especies registradas por cada orden de pesces registrado en La Guajira colombiana.

bajos como el de Caldwell y Caldwell (1964), Testaverde y Ríos (1972) y Palacio (1974). La información de otras campañas oceanográficas foráneas, como las realizadas en el Oregón, que igualmente trabajaron en esta área, per-manece aún en archivos de literatura gris.

Posteriormente, se iniciaron en el país una serie de estudios, como los realizados por Baruque (1978), Saave-dra (2000), Gómez-Canchong et al. (2004) y Quintero-Gil (2006), entre otros, los cuales se enfocaron en el levan-tamiento de información de la fauna íctica del área total de La Guajira o estuvieron dirigidos, principalmente, a ecosistemas o localidades específicas, como es el caso de Garzón-Ferreira (1989), quien realizó un inventario de la fauna presente en bahía Portete.

Las investigaciones de Saavedra (2000), Quin-tero-Gil, (2006) y Polanco et al. (2009), por su parte, están enmarcadas en grandes proyectos de caracteri-zación de la fauna demersal del Caribe colombiano, como es el caso de Macrofauna I, y puntualmente en La Guajira, dentro de proyecto Invemar-Corpogua-jira. Asimismo, se realizaron importantes esfuerzos en la evaluación del potencial pesquero en la región, a nivel global de captura (Manjarrés, 1998; Arévalo et al., 2004; Correa y Manjarrés, 2004; Gómez-Canchong et al., 2004; Viaña et al., 2004, entre otros), o a nivel puntual, según el grupo de peces de interés (Acevedo et al., 2007; Castillo, 2008), lo que produjo importantes listados de especies comerciales y de descarte, según las diferentes metodologías de pesca.

Finalmente, es importante resaltar que en esta región del país se han encontrado dos especies nuevas para la ciencia, como parte de las colectas realizadas durante el proyecto Macrofauna I, como es el caso de Paramyxine wayuu (Mok, Saavedra-Díaz y Acero P., 2001), colectada entre 200 y 306 m al norte de Colombia, aguas afuera frente a bahía Portete y Quadratus ancon (Mok) (Saavedra-Díaz y Acero, 2001) colectada aguas afuera frente a punta de Los Remedios, entre 470 y 488 m de profundidad. Estos casos específicos, son una eviden-cia más de la necesidad de seguir explorando las aguas juridisccionales nacionales, con el ánimo de conocer a cabalidad nuestra enorme riqueza ictiofaunística.

Sobre el Mapa 20 a continuación, se ilustra la dis-tribución de los registros biológicos georreferenciados de las familias de peces presentes por estación, que han sido almacenados en el SIBM. Los datos aquí presentados se limitan a los proyectos que se encuentran documen-tados en dicho sistema, y no reflejan la totalidad de la información conocida para cada grupo, por lo cual no se recomienda su uso con fines comparativos.

Todos ellos pertenecientes al orden Perciformes, el cual comprende 49 de las 139 familias de las cuales se tienen registros para el área y 306 especies, siendo el orden con mayor riqueza de especies seguido de los Anguilli-formes y los Pleuronectiformes, cada uno con 38 especies, como se observa en la Figura 100, donde se incluyen en la categoría de otros, todos aquellos órdenes que están representados por cuatro o menos especies.

La estimación de número de especies registradas para el área, es producto de trabajos realizados desde la década de los años sesenta, por algunas campañas extran-jeras que posteriormente publicaron sus hallazgos en tra-

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106 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

AvesLa avifauna marina es muy abundante en esta

región y depende casi exclusivamente del mar en cuanto a su régimen alimenticio, aunque tiene una íntima rela-ción con el continente, y en especial, con las zonas de manglar, donde encuentran su lugar de descanso, de anidación y los dormitorios.

Corpoguajira y Conservación Internacional Colombia (2006), buscando generar un programa sos-tenible y efectivo a largo plazo para la conservación de las aves acuáticas y playeras en La Guajira, establecieron

siete estaciones de monitoreo para aves migratorias y residentes, operadas por personas locales, con fines de investigación y educación. Este proyecto hizo parte de Plan Trienal de la Corporación, dentro del Programa de Protección de la Biodiversidad. Como resultados rele-vantes hasta el momento, se han registrado 286 especies de aves, pertenecientes a 62 familias de las 86 reportadas para Colombia por Hilty & Brown (1986), 63 migra-torias, 1 en categoría de amenaza Vulnerable (VU), el flamenco Phoenicopterus ruber; 7 de Rango Restringido y 46 especies CITES, que están sometidas a amenaza por su comercio (CITES, 2007).

Figura 101. A) Pelecanus occidentalis, B) Egretta thula y Ardea alba, C) Platalea ajajia, D) Phoenicopterus ruber, E) Haemantopus palliatus, F) Burhinus bistriatus (Fotos: Corpoguajira-CI- 2006).

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107Atlas Marino Costero de La Guajira

Tabla 15. Comportamiento de avistamiento de aves en La Guajira. Las especies señaladas con asterisco (*) son representadas en la

figura 101.

En cuanto a las “Migratorias Boreales”, 16 especies se registraron en todas las estacionesActitis maculariusArdea herodiasArenaria interpresCalidris albaCalidris minutillaHirundo rusticaLarus atricillaLimnodromus griseusNumenius phaeopusPandion haliaetusPluvialis squatarolaThalasseus maximusTringa flavipesTringa melanoleucaTringa semipalmataTringa solitaria

De las especies “residentes” observadas, 20 de ellas se registraron en todas las estacionesArdea alba*Caracara plancusCathartes auraColumbina passerinaEgretta caeruleaEgretta rufescensEgretta thula*Egretta tricolorFalco sparveriusFregata magnificensHimantopus mexicanusMimus gilvusPelecanus occidentales*Phalacrocorax brasilianus,Platalea ajaja*Polioptila plumbeaQuiscalus mexicanusRynchops nigerSternula antillarumTroglodytes aedonZenaida auriculata

Composición de la avifauna

Las familias con mayor número de especies fueron Tyrannidae (34), Scolopacidae (20), Accipitridae (17) y Ardeidae (13). Dentro de éstas, es importante des-tacar el alto número de playeros (Scolopacidae) que están llegando a la península de La Guajira, entre otras especies de aves migratorias que tuvieron su pico de observaciones durante los meses de agosto y septiembre (Corpoguajira y Conservación Internacional Colombia, 2006) (Tabla 15) algunas de las cuales se representan en la Figura 101.

Artiodactyla y Perisodactyla, son perseguidos común-mente por los habitantes de la región para consumo y/o para el comercio ilegal, al igual que se presenta reitera-damente la destrucción de los hábitats, lo que desencade en el alejamiento o escasez de estas especies en la zona del bosque seco tropical (Corpoguajira, 2003).

Entre los ecosistemas tropicales, los mamíferos juegan un papel clave en el mantenimiento y regene-ración de los bosques, a través de procesos como dis-persión de semillas, polinización, folivoria y frugívora (Spiegel y Nathan, 2007). También son componentes integrales de la religión, la cultura y la economía de los habitantes de la región neotropical, y son utilizados como alimento, mascotas o elementos decorativos por diferentes grupos étnicos, mientras muchas especies de primates y grandes carnívoros son utilizadas como especies emblema o sombrilla, para promover la con-servación de los ecosistemas tropicales; razones por las cuales, los mamíferos se han convertido en importan-tes herramientas de la conservación y enlace entre la comunidad científica y el público en general (Spiegel y Nathan, 2007).

Las referencias a este grupo se han realizado espa-cialmente localizadas, a continuación en la Tabla 16 se listan los mamíferos registrados en la zona de bahía Portete, en la Alta Guajira (Corpoguajira, 2003).

Nombre común Nombre científico

Ardilla Sciurus granatensis splendidus

Armadillo Dasypus novemcinctus

Conejo sabanero Sylvilagus floridanus continentis

Chucha Chironectes minimus

Chucha Didelphis marsupialis

Erizo Coendo vestitus

Gato pardo Felis yaguarundi

Mapuro Marmosa xerophila

Mono araña o Cariblanco Cebus albifrons

Murciélago Leptonycteris curacaosensis

Ñeque Dasyprocta fuliginosa

Oso hormiguero pequeño Myrmecophaga sp

Ratón Familias Cricetidae y Nuridae

Venado sin cuerno o Cauquero

Mazama rufina

Zaino Tayassu tayacu

Zorro Cerdocyon thous aquilus

Tabla 16. Especies de mamíferos registrados en la zona de manglar de bahía Portete, Alta Guajira.

La Península de la Guajira muestra una baja diversidad de mamíferos, con un registro total de 150 especies. Según los pobladores de la zona, indígenas wayuu y habitantes guajiros, los avistamientos de estos animales son muy esporádicos y se ven en muy bajo número. A continuación se reportan once especies de mamíferos amenazados presentes en este departamento en la Tabla 17.

Otras especies con mayor capacidad de adap-tación, cuyas poblaciones son de importancia en esta

En las estaciones de SFF Flamencos y Musichi, se han registrado el 75% de todas las especies de aves asociadas a ecosistemas acuáticos, y el 66% de las aves migratorias en La Guajira, convirtiéndose en localidades importantes para la conservación de la diversidad biológica de esta región. Por otra parte, las estaciones de SFF Flamencos, Musichi, Carrizal y bahía Hondita, sostienen poblaciones del P. ruber (Rengifo et al., 2002). La estación de Dibulla, por su parte, posee el mayor número de especies registradas, debido a la variedad de hábitats, y en el humedal El Chocho es importante establecer un área protegida para las especies de aves acuáticas y migratorias, con énfasis en la colonia de reproducción de garza pico de zapato (Cochlearius cochlearius), una de las pocas reportada para Colombia.

Mamíferos costerosLos mamíferos son un grupo faunístico con alta

diversidad de formas y hábitats, los cuales son altamente sensibles a las modificaciones del bosque. Las especies pertenecientes al orden Primates (monos), Carnívora,

Page 112: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

108 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

franja, han sido encontradas e identificadas en La Guajira colombiana, como es el caso de los Chiroptera (murciélagos), representados por más de tres familias y 25 especies con distintos hábitos alimenticios. Asi-mismo, también son comunes en esta región del país, las ardillas de los géneros Sciurus y Microsciurus, y poco frecuentes los monos (Alouatta seniculus), carnívoros del género Mustela frenata; el zorro manglero (Procyon sp.), armadillo (Dasypus sp.) y la nutria (Lutra longi-cauda annectens).

Combatt, A & Gonzalez, E., 2006, Jimenez & Dominguez, 2007; Pardo et al., 2009a).

Adicionalmente, también se han desarrollado algunas investigaciones más detalladas sobre abundancia y uso de habitat de delfines en el golfo de Morrosqui-llo, utilizando la fotoidentificación (Avila, 1995; García, 1998; Dussan-Duque et al., 2003; García y Trujillo, 2004). De manera complementaria, se cuenta con registros de varamientos, que son reportados esporádicamente a lo largo de todo el litoral, y que en algunos casos, han podido ser documentados científicamente, sumán-dose así al conocimiento de especies poco comunes en Colombia.

En el departamento de La Guajira, sin embargo, es muy poca la información que existe sobre mamíferos acuáticos, aunque las características de su plataforma continental, sumada a la desembocaduras de ríos y zonas de surgencia, hacen preveer una diversidad importante si se realizan más estudios. Los fenómenos de surgencia de aguas profundas y cargadas de nutrientes en la plata-forma continental de La Guajira, favorecen la abundan-cia de fitoplancton que constituye la base de la cadena alimenticia del mar (Bernal et al., 2006). Este tipo de surgencias son particularmente importantes para atraer gran cantidad de especies de fauna marina, entre las que sobresalen los cetáceos. En este texto se hace una revisión de la información existente y se proporciona un diagnóstico sobre los mamíferos acuáticos en el depar-tamento de La Guajira.

Los registros de mamíferos marinos en La Guajira presentados aquí, provienen de una compilación de observaciones ocasionales, trabajos de grado y reportes de varamientos.

Adicionalmente, se usan datos de avistamien-tos realizados durante el programa de Observadores de Fauna Marina, implementado a partir del 2008 en buques de sísmica por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el apoyo de Invemar, el cual permitió comenzar a consolidar información de mamí-feros marinos de manera más sistemática.

La metodología empleada en dicho programa, consiste en observaciones continuas durante el periodo de la exploración sísmica, realizadas desde el exterior del puente de mando, localizado a 5 m de altura del nivel del mar, donde el campo de visibilidad es superior a los 180° para el observador. Para identificar las espe-cies, se cuenta con la ayuda de binoculares Tasco 7 x 50 con brújula incorporada, mientras para los registros fotográficos se utilizó una cámara NIKON D80, con lentes de 200 mm y de 70 mm. Todos los observadores cuentan con experiencia en reconocimiento de mamí-feros marinos, en los casos en que existieron dudas para identificar las especies, se enviaron fotografías a expertos de los Estados Unidos de la Adminsitración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en ingles) (Mapa 21).

Para el departamento de La Guajira, hasta el momento, se han descrito 10 especies de cetáceos, de

Tabla 17. Especies de mamíferos amenazados observados en La Guajira.

Mamíferos acuáticos

Colombia es un país con una alta diversidad de especies de mamíferos acuáticos, sustentada en las carac-terísticas excepcionales de su geografía, con extensos litorales en el Caribe y el Pacífico, además de una com-pleja red hidrográfica con cuencas de gran importancia como el Magdalena, Orinoco y Amazonas. Esto ha per-mitido que a nivel nacional se haya descrito la presencia de 40 especies, entre cetáceos, sirénidos y carnívoros acuáticos. Sin embargo, el nivel de conocimiento de estas especies es muy heterogéneo, con información relativamente completa solamente para cinco de ellas: la ballenas jorobadas (Megaptera novaenglia), los delfines de río (Inia geoffrensis y Sotalia fluviatilis) y los manatíes (Trichechus manatus y Trichechus inunguis).

Por su parte, la vertiente del Caribe colombiano tiene una extensión de 1.600 km desde el golfo de Urabá hasta la península de La Guajira. En esta región, especí-ficamente, se han reportado 22 especies de mamíferos acuáticos, representadas por 20 especies de cetáceos, una de sirénidos y una de mustelidos. Aunque se asume la presencia de cetáceos a lo largo de toda la región, la mayoría de las observaciones provienen de zonas ale-dañas a las localidades más accesibles, contándose con información sobre la presencia y distribución del delfín de Guyana (Sotalia guianensis), la ballena de Bryde (Balaenoptera edeni), la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) y el delfín nariz de botella (Tursiops trun-catus) (Prieto-Rodríguez, 1988; Vidal, 1990; Florez-Gon-zalez, 1994; Avila, 1995; García, 1998; Dussan-Duque et al., 2003; García y Trujillo, 2004; Pardo & Palacios 2006;

Categoría Especie Nombre común

CR Ateles hybrydus hybrydus Mono araña

En Balaenoptera musculus Ballena azul

En Balaenoptera physalus Ballena aleta

Vu Sotalia guianensis Delfín gris

Vu Megaptera novaeangliae Ballena jorobada

Vu Physeter cotodon Cachalote

Vu Myrmecophaga tridactyla Oso hormiguero

Vu Aotus griseimembra Mico nocturno

Vu Leopardos tigrinus pardinoides Tigrillo

Vu Pantera onca centralis Jaguar

Vu Lontra longicaudis nutria

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109Atlas Marino Costero de La Guajira

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110 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

los cuales 9 corresponden al suborden Odontoceti y uno al suborden Misticeti. De igual manera, se reporta la presencia de una especie del orden Carnívora, como es el caso de la nutria neotropical (Lontra longicaudis), y se infiere la presencia de mantaíes (Trichechus manatus), pertenecientes al orden Sirenia, (Tabla 18).

Existen pocos trabajos enfocados a la inves-tigación de mamíferos acuáticos en La Guajira, y mucha de la información recopilada antes del 2000, corresponde a observaciones ocasionales desde barcos camaroneros, como las de Prieto-Rodríguez (1988), con reportes del delfín manchado del Atlántico (Ste-nella frontalis), frente a bahía Portete, puerto Bolívar (julio 24 de 1985), o la misma especie frente a Rioha-cha (P. Salazar, com. pers.). Para la falsa orca (Pseu-dorca crassidens), por otro lado, existe el reporte de un varamiento en el 2001, en el Santuario de Fauna y Flora los Flamencos (11º24’ norte, 73º07’ oeste) (Pardo et al., 2009).

Igualmente, existen reportes de la presencia del delfín de Guyana (Sotalia guianensis), en localidades como Dibulla y la punta de Los Remedios, donde apa-rentemente se realizó la captura de especímenes de esta especie para acuarios como el de El Rodadero, en

Santa Marta, en la década de los años noventa. Esta información fue suministrada por el Capitán Francisco Ospina Navia a uno de los autores de este capítulo, y corroborada por entrevistas a pescadores de la region (D.M. Palacios, obs. pers. 1993).

Figura 102. Delfín nariz de botella

(Tursiops truncatus) (Foto: Fundación Omacha).

Figura 103. A) Delfín manchado del Atlántico (Stenella frontalis), frente a Riohacha (Foto: Patricia Salazar); B) Delfín rotador (Stenella

longirostris) (Foto: Fundación Omacha).

A

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Tabla 18. Lista de los mamíferos acuáticos reportados en La Guajira.

Orden Cetácea

Suborden Familia Subfamilia Especie Nombre común

OdontocetiDelphinidae

Steninae Sotalia guianensis Delfín de Guyana

Globicephalinae Globicephala macrorhynchus Calderón de aletas cortas

Pseudorca crassidens Falsa orca

Delphininae Tursiops truncatus Delfín nariz de botella

Stenella attenuata Delfín manchado pantropical

Stenella frontalis Delfín manchado del Atlántico

Stenella longirostris Delfín rotador

Stenella coeruleoalba Delfín listado

Physeteridae Physeterinae Physeter macrocephalus Cachalote

Orden Misticeti

Misticeti Balaneopteridae Balaneopterinae Balaenoptera edeni Ballena de Bryde

Orden Carnivora

Mustelidae Lontra longicaudis nutria neotropical

Orden Sirenia

Trichechidae Trichechus manatus manatus Manatí antillano

Page 115: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

111Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 104. A) Delfín listado (Stenella coeruleoalba), B) Delfín manchado pantropical (Stenella attenuata) (Fotos: Fundación Omacha).

Figura 105. A) Cachalote (Physeter macrocephalus), B) Falsa orca (Pseudorca crassidens) (Fotos: Fundación Omacha).

Figura 106. Especies de mamíferos acuáticos presentes en la zona costera de La Guajira. A) Calderón de aletas cortas (Globicephala macrorhyncus), B) Delfín de Guyana (Sotalia guianensis) (Fotos: Fundación Omacha).

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Para el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) (Figura 102), se ha realizado un trabajo de grado por Combatt y González (2007) en la Baja Guajira, en la región de Dibulla, evaluando la ocurrencia y distribu-ción de la especie. En él, se registraron 11 avistamientos y se determinó que la actividad más importante del área es la alimentación.

En el programa de observadores de fauna marina se han georeferenciado 78 avistamientos de cetáceos en

156 días de esfuerzo, entre agosto de 2008 a marzo de 2010, de los cuáles, sólo 38 se lograron identificar en 8 especies de cetáceos: cachalote (Physeter macrocephalus), calderón de aletas cortas (Globicephala macrorhynchus), delfín nariz de botella (Tursiops truncatus), delfín man-chado pantropical (Stenella attenuata), delfín manchado del Atlántico (S. frontalis), delfín rotador (S. Longirostris), delfín listado (S. coeruleoalba), y falsa orca (P. Crassidens) (Figuras 103 a 106).

Page 116: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

112 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

En el caso de la nutria neotropical (Lontra longi-caudis), se ha reportado su presencia en varios puntos de La Guajira, incluyendo Palomino y bahía Portete en diversas zonas con manglares principalmente. En el primero de estos puntos, se inició un programa de investigación en una alianza entre las Fundaciones Maconde, Omacha, Samauma y el Camp Kajuyali, que permitió identificar la presencia regular de nutrias en los ríos Ancho y San Salvador (Morales-Betancour, 2009). De este proceso se han colectado muestras de tejido para un proyecto de filogeografía genética de la nutria neotropical en Colombia.

La presencia de manatíes (Trichechus manatus), también ha sido referenciada por algunos pobladores locales, aunque aún no ha sido confirmada. Por ello, se infiere que por los tipos de habitat disponibles en la zona, es muy factible que estén presentes, posible-mente asociados a la desembocadura de algunos ríos.

La diversidad de mamíferos acuáticos en el departa-mento de La Guajira muestra la capacidad de adaptación de estas especies a diferentes ambientes, tanto marinos como estuarinos y de agua dulce. Algunas de ellas son especialistas, como es el caso de los manatíes, quienes consumen plantas marinas, mientras que otras, depen-diendo de la disponibilidad y estación climática acceden a varios recursos, como es el caso de los cachalotes, los

calderones y los delfines rotadores, que incluyen dentro de su dieta calamares y peces demersales.

Las especies con hábitos más costeros, como el delfín de Guyana y el nariz de botella, buscan su alimento en arrecifes de coral y en zonas de manglar; mientras que los más océanicos, como los del género Stenella, centran sus esfuerzos en peces pelágicos (Figura 107). La ballena de Bryde, al parecer, busca ambientes marinos con alta productivad, como las surgencias.Usos y aprovechamientos

Sólo se cuentan con datos de capturas de mamí-feros acuáticos dirigidas sobre cetáceos en la década de los años noventa para el comercio de ejemplares vivos, especialmente el caso de Sotalia guianensis y Tursiops truncatus, para el Acuario de El Rodadero, en Santa Marta (Magdalena). A raíz de que en los años 90 en Venezuela se reportó la caza de delfines para ser usados como carnada en la pesca del tiburón (J. Bolaños, pers. com.), en Colombia se hizo un sondeo informal en varios puntos de La Guajira en 1992 (L.E. Cadavid, pers. com.), confirmando que esta práctica también se extendía hasta esta región del país. Sin embargo, en esta época no se estableció la magnitud de esta actividad y se desconoce si aún se practica, especialmente dado que las actividades y los sectores pesqueros han cambiado notoriamente en las decadas anteriores.

Figura 107. Gremios tróficos y mamíferos acuáticos en el departamento de La Guajira.

Page 117: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

113Atlas Marino Costero de La Guajira

Tabla 19. Especies de la herpetofauna en el territorio de bahía Portete, Alta Guajira.

Nombre científicoOxybelis aeneusBoa constrictorCrocodylus acutusCrotalus durisusEnulius flavitorquesDrymarchon coraisClelia cleliaErythrolamprus bizonaLiophis lineatusPhimophis guianensis Gonatodes albogularisGonatodes vittatusThecadactylus rapicaudaIguana iguanaAnolis auratusAmeiva ameivaAmeiva bifrontataTretioscincus bifaciatusCnemidophorus lemniscatusMastigodryas pleeiEretmochelys imbricataCaretta carettaDermochelys coriacea

Chelonia mydas

Nombre comúnBejuquilloBoaCaimán agujaCascabelCazadoraCazadora grisCazadora negraFalsa coralFalsa coralVíbora sangre GecoGecoGecoIguanaLagartoLagartoLagartoLagartoLobitoRatoneraTortuga careyTortuga gogo, boba, caguamaTortuga marina canal, ó de quilla, jachapa, barriguda, laud, cana.Tortuga verde, blanca, franca, parlama, criolla, Pepe blanco.

Los mamíferos acuáticos tienen un gran poten-cial como atractivo turístico en América Latina, donde en muchos países se genera cerca de US$280 millones (Hoyt y Iñíguez, 2008) en torno a ellos. En la última década, el turismo de naturaleza ha estimulado el desplazamiento de millones de personas a destinos que pueden ofrecer aún muestras representativas de especies carismáticas y habitats críticos. Colombia no ha sido la exepción a este fenómeno cultural, ya que se calcula que entre el Amazonas, con la observa-ción de delfines rosados, y el Pacífico, con las ballenas jorobadas como atractivo principal, se genera anual-mente más de US$ 8 millones (Hoyt y Iñíguez, 2008; Trujillo, 2009). En La Guajira, por su parte, el turismo también se ha ido consolidando como una alterna-tiva económica importante, y se debería incorporar el tema de los mamíferos acuáticos como un atractivo más a futuro.

HerpetofaunaLos anfibios y reptiles son grupos que presentan

grandes ventajas a la hora de realizar estudios que per-mitan evaluar el estado de conservación de los diferentes ecosistemas, por tratarse de organismos muy sensibles a los cambios climáticos. Además de estas caracte-rísticas, los dos grupos de organismos se encuentran altamente relacionados con interacciones ecológicas como depredador-presa. Así, el temor que producen los reptiles en las comunidades ha traído como con-secuencia la matanza indiscriminada de una amplia variedad de serpientes y lagartos no venenosos, lo que a su vez ha generado que muchas de estas especies estén actualmente limitadas a pocas áreas del país o incluso se encuentren en vías de extinción.

En la zona costera de La Guajira, específicamente, se destacan varias especies de reptiles por su alta vulnera-bilidad, entre ellas las tortugas marinas y el caimán aguja, las cuales junto con otras especies de la herpetofauna registradas en la zona de manglar de bahía Portete se encuentran en peligro por su valor económico, gastró-nomico y/o cultural (Tabla 19) (Corpoguajira, 2003).

En cuanto a programas de conservación, además del de tortugas arinas iniciado en 1998 por Corpogua-jira, con la colaboración de las comunidades costeras, se realiza también el de caimanes y babillas, en los humedales costeros de La Guajira (Corpoguajira, 2006), teniendo en cuenta que a nivel global, Crocodylus acutus es una especie amenazada y ubicada en la categoría “Vulnerable” de acuerdo a los criterios y categorías de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza – UICN (Crocodile Specialist Group, 1996), y es listada en el “Apéndice I” a nivel global (excepto en Cuba donde está listada en el Apéndice II), según CITES.

A pesar de los conflictos con el ser humano, los cocodrilos son uno de los componentes principales de los humedales tropicales en los aspectos ecológicos, como indicadores de hábitat, debido a su posición en la cadena alimenticia y a sus características de uso del hábitat (Medem, 1983; Ross, 1995; Casas-Andreu y

Barrios, 2003). Además, los cocodrilos proveen de incentivos económicos a las comunidades rurales. Abadía (2002) determinó, por ejemplo, cómo el valor ecoturístico de C. acutus supera en gran proporción su valor comercial por medio de su piel, lo cual evi-dencia la relación innerente entre la pérdida de los cocodrilos y la reducción en el valor de los humedales (Ross, 1995).

De acuerdo a lo anterior, este programa de conser-vación del caimán aguja (Crocodylus acutus) pretende la recuperación y estabilización de las poblaciones silves-tre de caimanes en bahía Portete, con la participación permanente de la comunidad local y la combinación de actividades de investigación, seguimiento y monitoreo, para un manejo sostenible de la especie. El proyecto desa-rrolló el objetivo de establecer los lineamientos básicos para la formulación de un programa de manejo orientado a la recuperación de las poblaciones de babilla (Caiman crocodilus fuscus) y del caimán aguja (Crocodylus acutus) en los humedales costeros del municipio de Dibulla, que simultáneamente contribuyeran al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades de Dibulla y de punta de Los Remedios, mediante la producción a largo plazo de excedentes comercializables a nivel nacional o inter-nacional.

El diagnóstico adelantado en el municipio de Dibulla durante los meses de diciembre a julio de 2010, mostró claramente que las poblaciones de las dos espe-cies, en el sector comprendido entre la desembocadura de los ríos Ranchería y Palomino, se encuentran some-tidas a un proceso continuo de extracción, en el que se aprovechan principalmente individuos de la clase III, que corresponde a la fase comercial, para ser utilizados como pieles y probablemente como pie de cría, así como el aprovechamiento de sus huevos y neonatos para su comercialización hacia granjas de zoocría, ubicadas

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114 La biota de la zona marino-costera de La Guajira

en los departamentos de Atlántico y Bolívar, princi-palmente. En la actualidad, el procedimiento a aplicar, con el ánimo de prevenir y mitigar estas practicas, se basa en la vinculación participativa de las comunidades involucradas, como dueñas ancestrales de los recur-sos y máximas conocedoras del comportamiento de

las especies, en el diseño y operación de los programas de conservación, mediante modelos que permitan el reemplazo del uso de los recursos por alternativas más rentables, o en su defecto, el montaje de procesos pro-ductivos que garanticen su uso y sostenibilidad, sin poner en decrimento las especies.

Especies marinas en peligroA la fecha son reportadas 47 especies de hábitats

marino costeros con algún grado de amenaza en el área de La Guajira (Tabla 20). Esto no significa que sean las únicas en peligro, sino que específicamente no se listan las especies eminentemente terrestres que, al igual que las marinas, también se encuentran referenciadas en los Libros Rojos de Especies Amena-zadas de Colombia. Lo relevante de esta información, es que una proporción menor de éstos son reportados en localidades específicas del departamento, alrededor del año 2000 y la mayor parte se remonta a avista-mientos de por lo menos 15 años atrás.

Teniendo en cuenta que las causas principales de la disminución de estas poblaciones son: la sobrexplotación y la degradación de sus hábitats, cabe preguntarse en los últimos años, cuántas especies más se han puesto en peligro de extinción en la zona, por las diversas actividades antró-picas desarrolladas en el área sin supervisión ambiental. Un levantamiento de información actualizado del estado de éstas especies y de otros grupos, en los distintos ecosistemas del departamento, daría una mayor idea de cuan estables o degradados se encuentran en un panorama biológico ambiental, con el fin de apoyar con esto la creación de áreas y/o zonas para la protección y conservación de especies y ecosistemas.

Grupo /Especie Nombre común Lugar/ HábitatGrado de amenaza

AVES (Rengifo et al., 2002)

Lepidopyga lilliae Colibrí Manglares Baja Guajira CR

Basileuterus conspicillatus Arañero embridado Río San salvador En

Harpyhaliaetus solitarius Aguila solitaria Dibulla, valles de los ríos Palomino, San Salvador y Ancho En

Phoenicopterus ruber Flamenco Lagunas costeras Media Guajira Vu

PECES MARInOS ( Mejía y Acero, 2002)

Ginglymostoma cirratum Tiburón gato Plataforma* Vu

Carcharhinus limbatus Tiburón tollo Plataforma Vu

Tarpón atlánticuos Sábalo B. Portete y plataforma En

Arius proops Bagre Plataforma Vu

Batrachoides manglae Guasa Plataforma Vu

Mugil liza Lebranche B. Portete y plataforma En

Hippocampus erectus Caballito de mar Cabo de La Vela, pastos marinos Vu

Hippocampus reidi Caballito de mar de hocico largo

Cabo de La Vela y B. Portete

Pastos marinosVu

Epinephelus itajara Mero guasa B. Portete, Manaure, pastos marinos CR

Epinephelus striatus Cherna B. Portete y Palomino En

Eugerres plumieri Mojarra rayada B. Portete y plataforma Vu

Lachinolaimus maximus Pargo pluma B. Portete y plataforma En

Scarus guacamaia Lora B. Portete Vu

Emblemanopsis tayrona B. Portete Vu

Balistes vetula Pejepuerco Plataforma En

Lutjanus analis Pargo B. Portete y plataforma

Epinephelus niveatus Cherna pintada Plataforma DD

Pagrus pagrus Pargo Plataforma DD

REPTILES (Castaño-Mora (Ed), 2002)

Croccodylus acutus Caimán aguja Áreas ribereñas Alta Guajira, B. Portete CR

Trachemys scripta Tortuga carey Plataforma nT

Geochelone carbonaria Morrocoy Plataforma CR

Podocnemis lewyana Tortuga de río Río Ranchería En

Eretmochelys imbricata Tortuga Plataforma, pastos marinos CR

Chelonia mydas Tortuga verde Plataforma, pastos marinos En

Caretta caretta Cabezona Plataforma CR

Dermochelys coriacea Jachep (wayunaiki) Plataforma, playas arenosas CR

Page 119: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

115Atlas Marino Costero de La Guajira

Tabla 20. Listado de especies con algún grado de amenaza, reportadas en los libros rojos de Colombia para la zona costera y marina del departamento de La Guajira. Grados de amenaza: Especies en Peligro Crítico (CR); En Peligro (EN);

Vulnerables (VU); Casi Amenazadas (NT); Datos Deficientes (DD); Preocupación Menor (LC). Plataforma*= plataforma continental entre cabo de La Vela y Palomino.

Grupo /Especie Nombre común Lugar/ HábitatGrado de amenaza

InVERTEBRADOS (Ardila et al., 2002)

Acropora palmata Coral cuervo de alce B. Portete En

Acropora cervicornis Coral cuervo de ciervo B. Portete y cabo de La Vela CR

Stephanocoenia intersepta B. Portete Vu

Mussa angulosa B. Portete nn

Cittarium picca Burgao Cabo de La Vela, litorales rocosos Vu

Eustrombus gigas Caracol de pala Plataforma y B. Portete, pastos marinos y litorales rocosos Vu

Muracypraea mus Caracol porcelana Plataforma, pastos marinos Vu

Cassis flamea Casco flameante Plataforma, pastos marinos Vu

Cassis madagascariensis Casco imperial Plataforma, pastos marinos Vu

Charonia variegata Tritón atlántico B. Portete y toda la plataforma Guajira Vu

Polymesoda arctata Guacuco Palomino y plataforma Vu

CRuSTACEOS (Ardila et al., 2002)

Litopenaeus schmitti Camarón blanco Toda la costa guajira Vu

Panulirus argus Langosta espinosa Toda la costa guajira, pastos marinos y litorales rocosos Vu

Cardisoma guanhumi Cangrejo azul de tierra, bandolero Toda la costa guajira, playas arenosas Vu

EQuInODERMOS (Ardila et al., 2002)

Oreaster reticulatus Estrella cojín Manaure, b. Portete, puerto López, pastos marinos, fondos blandos LC

PECES DE AGuA DuLCE ( Mojica et al., 2002)

Prochilodus magdalenae Bagre Río Ranchería CR

ESPECIES VEGETALES

Bombacopsis quinata Ceiba tolua Costa de la Media y Baja Guajira Vu

Page 120: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

116

y sus actividades

La población costera

Page 121: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

117Atlas Marino Costero de La Guajira

Autor:Anny Paola Zamora

Mujer indígena wayuu tejiendoFoto: archivo Corpoguajira

Page 122: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

118 La población costera y sus actividades

Distribución y crecimiento

La zona costera de La Guajira, administrativamente comprende los municipios de Dibulla, Riohacha, Manaure y Uribia, los cuales albergan en la actualidad una pobla-ción total de aproximadamente 489.761 personas, quienes representan el 58% de la población total del departamento y el 1,1% del país (Tabla 21).

Aspectos demográficos

Tabla 21. número de habitantes de los municipios costeros de La Guajira para el año 2011. Fuente: proyecciones Censo DANE (2005).

MunicipioRiohachaDibullaManaureuribiaTotal

Población total222.32228.29288.445150.702489.761

Cabecera186.7334.53137.37210.576239.212

Resto35.58923.76151.073140.126250.549

El municipio con mayor cantidad de población es Riohacha (Figura 108), donde se concentra el 84% de los habitantes en el área urbana, sobre la zona costera. El resto de municipios presentan una menor proporción de población urbana; sin embargo, sus cabeceras munici-pales también se encuentran ubicadas en la zona costera, a excepción de Uribia que tiene su casco urbano fuera de este límite (Mapa 22). Es de resaltar que el 50,56% de la población costera de La Guajira corresponde a población indígena, pertenecientes principalmente a la etnia wayuu (Figura 108).

En términos generales, la dinámica poblacional de los municipios que integran la zona costera de La Guajira ha sido creciente entre 1985 y 2010, donde se puede apreciar una tendencia al aumento hacia el año 2020. Según proyecciones del DANE, para este año se espera que los municipios costeros de La Guajira alcancen una población total de 673.726 habitantes (Figura 109).

Figura 108. Habitante wayuu

del departamento de La Guajira (Foto:

archivo Corpoguajira).

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Riohacha Dibulla Manaure Uribia Total municipios

Figura 109. Tendencia de crecimiento poblacional de los municipios costeros de La Guajira para el 2020. Fuente: DAnE (2005).

La tendencia de crecimiento poblacional sobre la zona costera se ha venido acentuando en los últimos años; uno de los aspectos que ha contribuido a este fenó-meno ha sido la fuerte influencia migratoria derivada de los procesos de violencia que vive el país en general (Invemar, 2008). De igual manera, el turismo, el comer-cio y la explotación de recursos minero-energéticos, también han sido considerados algunos de los princi-pales dinamizadores de la concentración de población en la zona costera de La Guajira.

En este sentido, Riohacha, al ser la capital del departamento, es el municipio que representa el prin-cipal centro urbano y foco de atracción poblacional. Asimismo, éste concentra la mayor parte de los grupos sociales, institucionales e infraestructura asociada a las actividades de comercio y servicios. Estas característi-cas lo ubican entre los cinco primeros centros urbanos más importantes del Caribe colombiano (Miesel y Pérez, 2006).

La alta población en la zona

costera pone en evidencia la

importancia de esta área en el

desarrollo socioeconómico del

departamento de La Guajira; por lo

tanto, es necesario que se definan

en el corto, mediano y largo plazo,

estrategias de ordenamiento y

planificación que contribuyan a un

adecuado uso de la misma.

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La población costera y sus actividades 119Atlas Marino Costero de La Guajira

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Page 124: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

120 La población costera y sus actividades

Composición por edad y género

En cuanto a la composición y distribución de la población por edad y sexo, se tiene una alta proporción de niños y población joven, representada en una base piramidal bastante amplia, entre las edades de 0 a 29 años. Este indicador resulta sumamente útil en cuanto permite identificar cómo en la zona costera existe un alto porcen-taje de población infantil y juvenil con altas probabilidades de vincularse a futuro, en diversas actividades económicas, además de ser la base sobre la cual es posible percibir las necesidades de consumo, los requerimientos y la carga social de la población en general, de acuerdo a la alta proporción de niños, niñas y jóvenes.

Según el censo del DANE de 2005, en La Guajira: el rango de población de 0 a 19 años concentra la mayor proporción (50%), con relación al total de la población del departamento, seguido por el rango de 20 a 29 años o jóvenes (17%) y el de 30 a 39 años (12%), denominado adultos jóvenes. Por otro lado, la población de rango de 60 años en adelante, o adultos mayores, es el que presenta el menor porcentaje de población con un 7% (Figura 110). Esta situación, expone como en la zona costera se tiene un alto potencial de población joven (rango de 0 a 29 años), con capacidad de vincularse al desarrollo productivo de la región; aunque para lograrlo, los mayores esfuerzos sociales, deberán estar dirigidos hacia la inversión en educación, alimentación y salud (CEPAL, 2010). Por otra parte, en la población de adultos jóvenes (rango de 30 a 39), se requiere un mayor esfuerzo en el desarrollo de políticas orientadas a la generación de empleo y formación para la inserción en procesos productivos.

Finalmente, y teniendo como base la Figura 110, se observa cómo la estructura poblacional de los municipios costeros de La Guajira es simétrica, con una relación de masculinidad de casi 1% (0,97 hombres por cada mujer), es decir, por cada 100 mujeres existen 97 hombres.

Figura 110. Estructura de la

población por edad y sexo en los

municipios costeros de La Guajira. Fuente: DAnE

(2005).

Grupos étnicos Los grupos étnicos constituyen un patrimonio

histórico, cultural y espiritual del país y de la humanidad, concretándose en ellos el principio constitucional de la multi-etnicidad (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2009). Según el censo del DANE (2005), los municipios costeros de La Guajira se caracte-rizan por presentar una alta diversidad étnica y cultural, representada en un 50,56% por población indígena, un 14,40% por afro-colombiana y un 35,04% por el resto de población que no pertenece a un grupo étnico en particular (Figura 111).

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Afro-­‐colombiano  14,40%  

Sin  pertenencia  étnica  35,04%  

Figura 111. Composición étnica en la zona costera de La Guajira. Fuente: DAnE (2005).

Del 50,56% de la población indígena presente en el departamento de La Guajira, la etnia wayuu representa el 99,97%; mientras que el 0,03% restante corresponde a las etnias koguis, wiwas y arhuacos. La comunidad wayuu se encuentra distribuida principalmente en los municipios de Uribia, Manaure y Riohacha; mientras que las otras tribus indígenas se encuentran principal-mente concentradas entre Riohacha y Dibulla (Tabla 22; Figura 112).

En términos generales, los resguardos indíge-nas han dado estabilidad y seguridad territorial a los pueblos indígenas (Figura 113). Sin embargo, por diver-sas razones, como el intercambio continúo con la socie-dad no indígena, la ampliación de fronteras agrícolas, la colonización, los macro desarrollos económicos, el desplazamiento forzado, entre otros, han generando muchas veces un clima de presión, inestabilidad, des-plazamiento y desarraigo en la población indígena de La Guajira (Corpoguajira, 2004).

De acuerdo a lo anterior, y dada la importancia étnica que tiene el territorio guajiro para el país, la Presidencia de la República, a través de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, ha venido impulsando la construcción de tres (3) pueblos indígenas alrededor de la Sierra Nevada de Santa Marta denominados “Talanqueros” (Tabla 23). Estos pueblos son asentamientos de las etnia kogui, wiwa y arhuaco, que tienen como objeto servir de freno al avance de los colonos y funcionar como centro de atención para los indígenas de las diferentes etnias que habitan la Sierra (Acción Social, 2008).

Page 125: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

La población costera y sus actividades 121Atlas Marino Costero de La Guajira

Tabla 22. Resguardos indígenas existentes en los municipios costeros de La Guajira. Fuente: Ministerio del Interior (2010).

Resguardo indígenaKogui, Malayo, Arhuaco (Ampliación)

Alta y Media Guajira

La Macoya, Monte HarmonRizias de Las Delicias

Perratpu (Boca de Camarones)Mañature

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Municipio

Riohacha, Dibulla, San Juan del Cesar

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Riohacha

Riohacha

Riohacha

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Fecha de declaración- Resol. 109 del 8 de Octubre de 1980.- Resol. 078 del 9 de Noviembre de 1990.- Resolución no. 015 del 28 de Febrero de 1984.- Ampliación del reguardo por medio de la Resolución No. 28 del 19 de Julio de 1994.- Resolución no. 048 del 30 de Noviembre de 1998.- Resolución no. 074 del 16 de Diciembre de 1996.

- Acuerdo No. 89 del 20 de Diciembre de 2006.- Resolución no. 012 del 5 de Mayo de 1999.

- Resolución no. 1050 del 18 de Diciembre de 2000.

Entidad que la declaróInCORA

InCORA

InCORA

InCORA

InCODER

InCORA

InCORA

Grupo Étnicokogui, wiwa y arhuaco

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wayuu

wayuu

wayuu

wayuu

wayuu

Figura 112. Composición étnica

de la población en los municipios

costeros de La Guajira. Información

base del DAnE (2005).

Los wayuu que residen en La Guajira, son el

grupo de indígenas más numeroso del país

y representan cerca del 20% de la población

indígena nacional (DNP, 2010).

Figura 113. Indígenas de

la etnia kogui (izquierda) y wayuu

(derecha) (Fotos: Archivo Corpoguajira).

Page 126: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

122 La población costera y sus actividades

Tabla 23. Poblaciones indígenas talanqueras en el departa-mento de La Guajira. Fuente: Corpoguajira (2010).

Nombre del pueblo talanqueroBurimake

Seywiaka

Domingueka

Ubicación

Sobre la cuenca del río Ranchería en el municipio de San Juan del Cesar.Sobre la cuenca del río Palomino en el municipio de Dibulla.Sobre la cuenca de la quebrada Santa Clara en el municipio de Dibulla.

Etnias

wiwa

kogui y arhuacokogui

Figura 114. Construcción en barro y yotojoro

ubicada en la ciénaga Buenavista,

zona costera del municipio de

Manaure(Foto: Anny Zamora).

Seguidamente, se encuentra Dibulla con un 66,52% y Riohacha con el 49,10%. En el área rural de todos los municipios en mención los índices de NBI llegan a ser superiores al 90%.

Esta situación obedece principalmente a la escasa inversión social, especialmente en lo que tiene que ver con cobertura en servicios públicos y equipamientos sociales (Tabla 24 y Mapa 23).

Tabla 24. Porcentajes de población con nBI en los municipios costeros de La Guajira, 1993 y 2005. Fuente: DANE (2005).

Municipio

RiohachaDibullaManaureuribia

Total NBI Año 200549,1066,5279,7596,05

NBI urbano Año 200540,6039,3650,6043,26

NBI Rural Año 200585,4571,0098,2898,42

Desarrollo social y económicoPobreza

El índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) es uno de los indicadores sociales empleados en Colombia para evaluar la pobreza. Este indicador integra como princi-pales variables de análisis la cobertura de servicios públicos, las condiciones de habitabilidad, el nivel de escolaridad y la dependencia económica (Lora, 1999).

El departamento de La Guajira muestra uno de los índices de pobreza más altos del país y del Caribe (Figura 114), registrando un crecimiento de más de un punto porcentual (1,10%) entre el periodo de 1993 hasta el 2005, pasando de 64,1% personas con NBI en 1993 a 65,2% personas en el 2005 (DANE, 2005).

En la zona costera, específicamente, Uribia y Manaure son los municipios que presentan el mayor porcentaje de población con NBI en el departamento, representado por el 96,05% y 79,75% de la pobla-ción total en condiciones de pobreza, repectivamente.

Cobertura de servicios públicos y saneamiento

Los municipios de La Guajira presentan condicio-nes deficientes en la prestación de los servicios públi-cos de acueducto y alcantarillado, principalmente, con indicadores de cobertura que no alcanzan en algunos casos el 10% (DANE, 2005). Tal es el caso del municipio de Uribia, cuya cobertura del servicio de acueducto y alcantarillado es tan solo del 5% y 4%, respectivamente (Mapa 23). Esta situación, obedece principalmente a la limitada accesibilidad a la zona y a las condiciones climáticas desfavorables, como las sequías prolongadas, lo que incide notablemente en las condiciones de vida de la población, en especial, en la población indígena que es la más afectada.

Page 127: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

La población costera y sus actividades 123Atlas Marino Costero de La Guajira

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Page 128: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

124 La población costera y sus actividades

Es de resaltar que la Baja Guajira, a diferencia de la Media y Alta Guajira, presenta una mayor cobertura y disponibilidad de servicios públicos, ya que cuenta con mayores facilidades de accesibilidad y presenta un mayor potencial de recurso hídrico para satisfacer las necesidades de la población. Entre las principales cuencas abastecedoras de agua para las comunidades presentes en la Baja Guajira se encuentran los ríos Negro, Ancho, Cañas, Jerez, Tapias, Camarones y Ranchería (Figura 115) (Invemar, 2008); mientras que en la Alta Guajira el agua es tomada principalmente de manantiales, nacimientos, aljibes o jagüeyes, que además de ser empleados para el consumo humano, también son utilizados para la cría de animales (Corpoguajira, 2010).

El manejo y disposición inadecuada de los resi-duos sólidos, también es un problema que enfrentan los

Figura 115. Cuenca del río Cañas, municipio de Dibulla (arriba) y cuenca del río Ranchería, municipio de Riohacha (abajo) (Fotos: Archivo fotográfico programa CAM - Invemar).

municipios costeros de este departamento. La anterior situación se presenta, de acuerdo a que se efectúa a cielo abierto, en botaderos satélites y fuentes hídricas principalmente, lo que ha venido ocasionando dete-rioro de la calidad ambiental de algunos lugares, así como el desmejoramiento en la calidad de vida de las comunidades.

El servicio de energía eléctrica, por otro lado, es aquel que presenta la mayor cobertura en la zona costera de La Guajira (Mapa 23), llegando a alcanzar en los municipios de Riohacha, Dibulla y Manaure porcen-tajes de cubrimiento del 79%, 66% y 40%, respectiva-mente (DANE, 2005). No obstante, estos valores siguen siendo bajos en comparación con la media nacional y del Caribe colombiano, lo que resulta preocupante si se considera que el departamento de La Guajira cuenta con la empresa Gecelca S.A. E.S.P., una de las mayores infraestructuras de generación de energía eléctrica del país y participa con el 5% de la producción de energía eléctrica total de la costa Caribe.

El servicio de gas natural, a su vez, es prestado por la empresa Gases de la Guajira S.A. E.S.P. y la mayor cobertura en la prestación de este servicio la presentan los municipios de Riohacha y Dibulla (Mapa 23), los cuales muestran un comportamiento progresivo en la demanda del servicio, en especial en las áreas urbanas.

Educación Los niveles educativos en La Guajira se midieron

a través de la tasa de analfabetismo y los niveles de esco-laridad, los cuales fueron de gran utilidad para analizar la situación actual y futura de la población, con relación a sus perspectivas de desarrollo integral.

En general, las tasas de analfabetismo para el total de los municipios del departamento son conside-radas las más altas del Caribe y del país (Ministerio de Educación Nacional, 2010), correspondientes al 42,75% en Uribia, 28,02% en Manaure, 21,31% en Dibulla y 9,61% en Riohacha (DANE, 2005). Asimismo, los niveles de escolaridad en esta región del país son bas-tante bajos, encontrándose que el 46% de la población no presenta ningún tipo de nivel educativo, mientras el 44% de la población solo alcanza el nivel de educación básica primaria y secundaria, y una minoría del 5% alcanza el nivel de educación tecnológico y superior (Figura 116).

Riohacha es el municipio que presenta la menor tasa de analfabetismo y los mejores niveles de esco-laridad en el departamento; asimismo, es el principal receptor de estudiantes de los demás municipios de La Guajira. Por ser la capital, Riohacha concentra la mayor parte de equipamientos sociales e institucio-nales (Miesel y Pérez, 2006), y cuenta con las únicas instituciones de educación superior en esta zona del país.

Cabe hacer énfasis en los municipios de Manaure y Uribia, donde las altas tasas de analfabetismo y los bajos niveles de escolaridad, crean el escenario idóneo para ciertas manifestaciones culturales propias de los

Page 129: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

La población costera y sus actividades 125Atlas Marino Costero de La Guajira

grupos indígenas, mayoría en la zona; sin embargo, fac-tores como las distancias entre las comunidades con respecto a las escuelas más próximas, o la integración más temprana al trabajo para satisfacer las necesidades familiares e individuales, también han acrecentado el desmedro de la educación de la población guajira.

Otro factor que ha alejado de las escuelas a los niños y niñas indígenas es la poca preocupación del gobierno nacional y departamental por brindar una oferta suficiente y acorde en establecimientos educa-cionales bilingües (español – wayuunaiki), que inte-gren educación intercultural de calidad, ejerciendo mayor atracción sobre los niños, niñas y jóvenes, con el fin de evitar la deserción y la ausencia escolar (CEPAL, 2008).

Mejorar el sector educativo es una de las grandes apuestas sociales para La Guajira, dado que al contar con mayores niveles de educación se generará en la sociedad capital intelectual, factor fundamental que dinamiza el crecimiento y el desarrollo de una región.

SaludEn La Guajira el sector salud refleja serías deficien-

cias en cuanto a cobertura y calidad, lo cual se explica

Figura 116. niveles de escolaridad en La Guajira. Elaboración realizada por el Invemar con base en información suministrada por el DAnE (2005).

por la limitada oferta de establecimientos, que además demandan mantenimiento, dotación, remodelación y ampliación. Actualmente, el municipio de Riohacha es el único que cuenta con un hospital de segundo nivel de complejidad, siete centros y nueve puestos de salud. Los demás municipios del departamento cuentan, cada uno, con un hospital de primer nivel de complejidad (Tabla 25), lo que conlleva a que cuando las condiciones lo ameritan, las personas tienen que ser trasladadas hasta Riohacha, Santa Marta o Barranquilla.

Mejorar el sector educativo es una de las

grandes apuestas sociales para La Guajira,

dado que al contar con mayores niveles de

educación se generará en la sociedad capital

intelectual, factor fundamental que dinamiza

el crecimiento y el desarrollo de una región.

Tabla 25. número de establecimien-tos de salud existentes en los muni-cipios de La Guajira. Fuente: Secretaria Departamental de Salud de La Guajira (2009).

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Nivel de complejidad211111111111

Page 130: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

126 La población costera y sus actividades

Usos y actividades económicasLa estructura socioeconómica del departamento

de La Guajira se sustenta principalmente en el sector minero-energético, el cual representa para el año 2008 cerca del 63% del Producto Interno Bruto (PIB) departa-mental. Le sigue, en orden inmediato, el sector terciario con cerca del 7% del PIB, representado principalmente por el turismo, el comercio y los servicios. Mientras que el sector agropecuario, por su parte, representa aproxi-madamente el 6% del PIB.

La Guajira es el departamento con mayor produc-ción de sal, gas y carbón térmico de exportación a nivel nacional. Posee un gran potencial para la generación de energías renovables (eólica) y para el desarrollo del turismo en sus distintas clasificaciones (resort, ecoturismo y etnoturismo). Asimismo, cuenta con el mayor número de cabezas de ganado caprino y ovino del país (Corpo-guajira, 2010). Bajo este contexto, la zona costera de La Guajira representa un papel importante para la economía, dado que en ella se encuentran establecidas las principa-les actividades productivas que dinamizan el desarrollo socioeconómico de la región y es un punto estratégico para la conectividad e integración hacia los mercados internacionales del departamento (Mapa 24).

Pesca y acuiculturaDada la extensión de las costas y de la plataforma

continental, además de la causa de fenómenos oceano-gráficos particulares como la surgencia que ocurre en el mar, la productividad biológica marino-costera de La

Guajira es considerada bastante significativa (Corpo-guajira– Invemar, 2006). Según Páramo et al. (2007), el área marina adyacente al departamento de La Guajira comprende una de las áreas con mayores agregaciones de peces demersales del Caribe colombiano, especial-mente en los sectores de Punta Gallinas, Cabo de La Vela y, frente a Manaure y Dibulla. Esto le otorga a la zona costera un gran potencial para el aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros a corto, mediano y largo plazo (Figura 117).

En términos generales, la pesquería que se desa-rrolla en el departamento es tanto artesanal como indus-trial. La primera, se práctica tanto en el mar como en las lagunas costeras que se encuentran en la parte continen-tal; mientras que la segunda se desarrolla exclusivamente en el mar. Las principales lagunas costeras donde se práctica la pesca son: Navío Quebrado, Salá, La Raya, Ciénaga Mamavita y Ocho Palmas.

Los principales caladeros de pesca industrial y sitios de pesca artesanal en el territorio marino adya-cente al departamento de La Guajira se presentan en la gráfica a continuación (Figura 118). La distribución espacial de la intensidad de pesca artesanal, se da espe-cialmente en profundidades comprendidas entre 2 y 160 m y < 1mn hasta 22 mn, siendo el Cabo de la Vela y frente a Manaure, los sitios de pesca que presentan una de las mayores intensidades (faenas/mn2) (Rueda et al., 2010).

Figura 117. Pescadores en bahía

Hondita (Foto: Mirla Sánchez).

Tabla 26. ubicación de las áreas de pesca artesanal marino-costera de La Guajira. Fuente: Rueda et al. (2010).

Arte

BuceoChinchorroChinchorro camaronero Línea de manoPalangreRed de cercoRed de enmalle ( malla 203.2 a 889.0 mn)Red de enmalle ( malla 25.4 a 76.2 mn)Red de enmalle ( malla 89.9 a 203.2 mn)Red de enmalle ( malla 89.9 a 228.6 mn)Trampas

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Dentro de las artes de pesca artesanal más utiliza-das en La Guajira se destacan la red de enmalle (malla 88,9 a 203,2 mm) y el palangre con 197 y 132 equipos, los cuales son operados, en general, por dos y tres pes-cadores, respectivamente (Tabla 26). Adicionalmente, se utilizan cayucos, con eslora entre 3 y 8 m, propulsados con vela y remo, así como lanchas con medidas de 4,2 a 12 m de eslora, propulsadas a vela y remo, motor fuera de borda entre 25 y 75 HP y motor interno de 9 y 16 HP (Rueda et al., 2010).

Page 131: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

La población costera y sus actividades 127Atlas Marino Costero de La Guajira

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uajir

a.

Page 132: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

128 La población costera y sus actividades

Bh. Portete

Bh. Honda

Bh. Hondita

Bh.Cocinetas

Bh. Tukakas

Bh. Lepu

Boca La Enea

Bocas de Apure

Boca de Camarones

Pta. Chichibacoa

Pta. Jija

Pta. HuayapainPta. Shupehin

Pta. Shuapia

Pta. OunorepPta. Kayushpana

Pta. Solipa

Pta. Utta

Pta. Kowshochom

Pta. Espada

Pta. Gorda

Pta. Arenas

Pta. Pedregal

Pta. La Vela

Pta. Manaure

Pta. La Estrella

Pta. El Seguión

Pta. Castilletes

Pta. HuojojoPta. Taroita Pta. Taroa

Pta. GallinasPta. Kijouru

Pta. Parey

Pta. Aguja (Chitara)Pta. Soldado

Pta. CañónPta. Jir

Pta. CocoPta. de Media Luna

Pta. Ojo de Agua

Pta. Chuchupa

Pta. Ishep

Pta. CaricarePta. Guamachito

Pta. Mushippa

Pta. Semescre

Boca de San Agustín

Cb. Falso

Cb. de la Vela

Eda. Aipia

Eda. Huaritchera

-900

-400

-2500

-100

-2900

-400

-300

-200

-300-2500

-800

-100

-2400-2400

-2600

-250

0

-100

-2800

-260

0

-230

0

-2700

-100

-2700

-2600

-2500-2400

-230

0

-2100

-2000

-1900

-2200

-1800

-1700

-1600

-1500

-1400-1300

-1200

-900

-800

-100

0

-110

0

-600

-500

-700

URIBIA

DIBULLA

MANAURE

RIOHACHA

71°0'0"W

71°0'0"W

72°0'0"W

72°0'0"W

73°0'0"W

73°0'0"W

12°0

'0"N

12°0

'0"N

11°0

'0"N

1:2.150.000

0 10 205

km

VENEZUELA

JEFD11

M a r C a r i b e

Intensidad de pesca artesanal agregada

1 - 6

7 - 14

15 - 27

28 - 52

Caladero de camarón de aguas someras

Zona costera

Visitas/mn2

El producto de la pesca artesanal se destina, en su gran mayoría, al consumo doméstico local, mientras que otra parte es vendida a los restaurantes del Cabo de La Vela, Manaure y Riohacha; o, en algunos casos, es almacenada en cavas de hielo a la espera del intermediario que gene-ralmente lo transporta a Venezuela, Maicao y Santa Marta. La pesquería artesanal de La Guajira también responde a aspectos culturales de la región, desempeñados principal-mente por los indígenas wayuu, quienes tienen la pesca como un rol importante en su cotidianidad (Díaz-Merlano y Guerra-Curvelo, 2003).

La pesquería industrial, por su parte, está dirigida básicamente a la captura de camarón y es practicada por barcos arrastreros que trabajan en la plataforma continental. Esta actividad se realiza principalmente en la zona norte del departamento de La Guajira, entre Manaure y Castilletes, a partir de los 15 m de profundi-dad, hasta aproximadamente 50 m, desde las 5 mn de distancia de la costa, aunque en algunos lugares se hace a menor distancia (Mapa 24).

Las especies capturadas por la flota de arrastre industrial de camarón de aguas someras son: Farfantepe-naeus notialis, F. brasiliensis, F. subtilis, Litopenaeus schmitii y Xiphopenaeus kroyeri, contribuyendo F. notialis con el 70 % de las capturas (Paramo y Saint-Paul, 2010).

En términos generales, el aprovechamiento de los recursos marinos se constituye en una fuente impor-tante de ingresos y alimentos para la población local. Por ello, una de las perspectivas tecnológicas que viene adquiriendo gran importancia y que hace parte prio-ritaria de la política del sector pesquero en el departa-

mento, es la promoción y desarrollo de la acuicultura, dado que representa una forma eficaz y sostenible de asegurar que haya suficiente proteína para alimentar a una población en aumento. Además de convertirse también en una alternativa ante la presión que se ejerce sobre los recursos que se concentran en la zona costera (Invemar, 2009).

En La Guajira existen recursos marinos con muy buenas perspectivas para el desarrollo de la maricultura, que han venido siendo evaluadas técnicamente para el apro-vechamiento pesquero por parte de la comunidad wayuu. Entre ellas se encuentra el cultivo en campo de macroalgas (Rhodophyta) y bivalvos (ostras y pectínidos), así como el sistema productivo alternativo a las formas de subsistencia tradicional existentes en bahía Portete y el cultivo piloto en jaulas flotantes de pulpo (Octopus vulgaris), que se realiza en la Alta Guajira (Ver capitulo IV. Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete). No obstante, los avances en acuicultura para otras especies potenciales aún requieren de investigaciones y de estudios de comercialización, que establezcan la viabilidad socioeconómica para fomentar el desarrollo de la maricultura en la zona costera del departa-mento.

Actividad agrícolaDadas las características edáficas y climáticas, la

producción agrícola se localiza principalmente en la Baja Guajira (Mapa 24 y Figura 119), donde hay más de 20.000 ha dedicadas al cultivo de arroz, sorgo, maíz,

Figura 118. Caladeros de pesca

en la zona costera de La Guajira: el

área de pesca rosada corresponde

a los caladeros de la pesca industrial

de arrastre y las cuadrículas en tonos

de naranja a negro, corresponden a la

intensidad de pesca artesanal. Fuente:

Rueda et al. (2010).

Page 133: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

La población costera y sus actividades 129Atlas Marino Costero de La Guajira

RIOHACHA

DIBULLA

73°0'0"W

73°0'0"W

73°10'0"W

73°10'0"W

73°20'0"W

73°20'0"W

73°30'0"W

73°30'0"W

11°3

0'0"

N

11°3

0'0"

N

11°2

0'0"

N

11°2

0'0"

N

1:600.0000 2 41

km

M A R C A R I B E

JEFD11

USO DE LA TIERRAAgropecuarioAgrícolaConservaciónIndustrialResidencial, comercial y serviciosTransporte y pesqueroTurísticoLímite municipal

coco, piña, plátano, banano, palma de aceite, café, frijol, ajonjolí, yuca, frutales y hortalizas (Díaz-Merlano y Guerra-Curvelo, 2003).

Riohacha y Dibulla, por ser los municipios con mayor influencia de la Sierra Nevada de Santa Marta, cuentan con importantes fuentes hídricas que facilitan el desarrollo de la actividad agríc la (Figura 120). Dicha actividad se desarrolla tanto de forma tradicional como empresarial, correspon-diendo esta última a monocultivos permanentes de banano, palma de aceite, café y coco, los cuales se constituyen en los productos esenciales de la agroindustria que se desarrolla en la zona, y la cual tiene una relación directa con los reque-rimientos del consumo en los mercados internacionales (DNP et al., 2006).

En Manaure y Uribia, de otro lado, las altas tempo-radas de sequía y la falta de disponibilidad de agua, limitan el desarrollo de cultivos permanentes, por lo que las comu-nidades indígenas allí asentadas solo pueden cultivar en

Figura 119. usos del suelo en la zona

costera de la Baja Guajira. Fuente: Invemar (2008).

temporadas de invierno productos agrícolas de subsistencia, en parcelas pequeñas llamadas localmente “rosas” (Corpoguajira y Asociación Desarrollo Guajiro, 2006).

Actividad pecuaria

La producción pecuaria representa un reglón importante en la economía del departamento. Este sistema productivo corres-ponde principalmente a la ganade-ría extensiva (Mapa 24), combinada con algunos cultivos agrícolas de subsistencia (Invemar, 2008).

En la Baja Guajira predomina el ganado bovino, representado en el año 2007 por 79.452 cabezas, equiva-lentes al 26,7 % de la producción total del departamento y al 12,2 % del hato nacional. Los ganaderos en esta región del país practican la actividad en áreas inundables en épocas secas, y en zonas altas en temporadas de lluvia. La ganadería que se explota en un 47 % es de propósito múltiple y hace falta tecnificar y especializar la actividad (FEDEGAN, 2007).

En la Alta Guajira, cuyas condiciones climáticas no facilitan la ganadería bovina, predomina la ovina y caprina. Este tipo de ganadería es la actividad fun-damental de la población indígena wayuu, y en torno a ella giran las labores cotidianas de las comunidades (Díaz-Merlano y Guerra-Curvelo, 2003).

Los rebaños de los cuales disponen los grupos familiares funcionan como bancos de prestigio que sirven tanto para la subsistencia, como para mantener su status social dentro de la comunidad wayuu, a través

Figura 120. Cultivos de coco en el municipio de Dibulla (Foto: Anny Paola Zamora).

Page 134: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

130 La población costera y sus actividades

del cumplimiento de sus obligaciones tribales cuando sobrevienen velorios, matrimonios y pagos compensa-torios por conflictos. El pastoreo de animales implica gran disposición de tiempo y energía humana durante los periodos secos, ya que el pastor puede verse obli-gado a recorrer kilómetros en busca de agua y alimento para su rebaño. Los excedentes de la actividad pastoril tales como carnes, cueros, quesos y leches ácidas, son comercializados en los centros urbanos de la península (Corpoguajira y Asociación Desarrollo Guajiro, 2006).

Desarrollo minero-energético y portuario

La zona costera de La Guajira se caracteriza por presentar una gran oferta de recursos mineros y ener-géticos como carbón térmico, gas, oro, yeso, titanio y sal marina (Mapa 24). Dichos recursos desempeñan un papel preponderante en la economía de los municipios costeros, del departamento y del país, convirtiendo a La Guajira en una zona con alto flujo de recursos por regalías en Colombia (Miesel, 2007).

Es de resaltar que en la zona costera de La Guajira, existen las mayores reservas de gas probadas del país, las cuales en la actualidad están siendo aprovechadas por la empresa Chevron Petroleum Company en los campos de Chuchupa I y II, Ballenas y Riohacha, en un área aproximada de 81.974 ha.

La extracción de sal marina se desarrolla prin-cipalmente en el municipio de Manaure, en un área aproximada de 4.071,45 ha. Más del 50% de la sal que se consume a nivel nacional proviene de las salinas ubi-cadas en esta zona del departamento, razón por la cual se constituyen en un punto relevante como fuente de ingreso y empleo del municipio y de toda la Alta Guajira. El mineral blanco se extrae de forma artesanal, por parte de comunidades indígenas espontáneas, así como de forma mecanizada por Salinas Marítimas de Manaure Limitada -SAMA LTDA.- (Figura 121).

En la zona rural del municipio de Dibulla se desa-rrolla una interesante actividad artesanal y minera para la extracción de oro. Los “cateadores”, como común-mente se les reconoce, extraen el preciado mineral en múltiples corrientes de aguas que descienden de la Sierra Nevada de Santa Marta, entre las cuales se encuentran los ríos: Jerez, María Mina, Tapia, Río Ancho, Cañas, Negro, Palomino; y quebradas como: las de El Lagarto, Salamanca y el arroyo Mamaise. De igual manera, en el corregimiento de Palomino se extraen materiales aluvia-les que son empleados básicamente para la construcción de edificaciones y carreteras. La empresa minera Agre-gados Río Negro se encarga de la explotación técnica e industrial de las rocas presentes en las riberas de las fuentes hídricas de la zona, convirtiendo el material extraído en pequeñas partículas (agregados, arenas, gra-villa, recebo, etc.) mediante su procesamiento (Alcaldía municipal de Dibulla, 2009).

En cuanto a la minería de carbón térmico, ésta no se desarrolla propiamente en la zona costera, pero si se relaciona estrechamente con la misma, principalmente en lo que tiene que ver con el transporte y exportación del mineral. Para la exportación del carbón, además de La Mina, el proceso involucra un ferrocarril que trans-porta el mineral a Puerto Bolívar, punto de embarque de la empresa Carbones del Cerrejón Limited, el cual se encuentra ubicado en el municipio de Uribia, específica-mente en bahía Portete sobre el mar Caribe. Este puerto tiene capacidad para recibir barcos hasta de 175.000 toneladas y es el mayor puerto carbonífero de América (Miesel, 2007).

Además de Puerto Bolívar, es preciso hacer énfasis en la proyección que se viene realizando para la zona costera de La Guajira, donde se aspira la construcción de otros puertos para la exportación de carbón térmico hacia diversos destinos internacionales. Entre éstos se encuentra Puerto Brisa S.A. y el de la empresa MPX. Cada uno de ellos tiene proyección de establecerse en el municipio de Dibulla, en el sector correspondiente entre el río Ancho y la quebrada El Lagarto.

Adicionalmente, en la zona costera de La Guajira se encuentran algunas de las mayores infraestructuras instaladas del país para la generación y comercializa-ción de energía, tales como: i) Termoguajira, ubicada en el municipio de Dibulla y cuya planta es propiedad de Geselca S.A E.S.P; y ii) el parque eólico Jepirachi, que es operado por la empresa E.P.M y está ubicado entre las rancherías Arutkajüi y Kasiwolin, cerca de Puerto Bolívar, en bahía Portete. Este último, es el primer parque experimental para la generación de energía eólica construido en Colombia.

Desarrollo turístico, comercio y servicios

El turismo es un integrador del medio natural y cultural con el medio económico, posibilitando en algunos casos, a través de la planificación, un desarrollo

Figura 121. Minería de sal en La Guajira

(Foto: Angela Lopez).

Page 135: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

La población costera y sus actividades 131Atlas Marino Costero de La Guajira

integral en torno al espacio físico y patrimonio natural, histórico y cultural de los municipios; igualmente, esti-mula el empleo, el consumo y por ende, dinamiza la economía de bienes y servicios (UNIANDES, 1997).

La Guajira es una región con un gran potencial turístico (Figura 122). Sus paisajes contrastantes y varia-dos, su idiosincrasia y su identidad histórica y cultural, la convierten en un área importante para desarrollar el eco y etnoturismo. Entre los principales sitios de interés y de afluencia turística en la actualidad, se encuentran las playas de las áreas urbanas de Dibulla, Riohacha y Manaure; Boca de Camarones, el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta, el Santuario de Fauna y Flora los Flamencos, el Cabo de La Vela y el Pilón de Azúcar; así como las minas de sal de Manaure, las rancherías, las dunas de la laguna de los Patos, Punta Gallinas, el parque eólico Japirachi, entre otros (Invemar, 2008; Corpoguajira, 2010).

Bajo este contexto, la Agenda Interna para la Com-petitividad de La Guajira, ubica al turismo en el primer renglón de los sectores estratégicos, como apuesta para fortalecer el desarrollo local y regional (DNP, 2007).

A pesar de las evidentes ventajas comparativas que tiene la zona costera de La Guajira para el turismo etno-ecológico, su desarrollo actual es muy limitado, por no decir precario. Esto se hace evidente al repasar las cifras sobre la infraestructura para hospedaje en la actualidad. Por ejemplo, en el 2006, en el Cabo de la Vela, en el sitio más frecuentado por los turistas, sólo había 32 establecimientos que podían albergar hasta 2.066 personas, principalmente en hamacas (1.633 personas) y en chinchorros (208 personas). Asimismo, en la Alta Guajira, existen hoy por hoy 18 establecimientos con capacidad para recibir 540 personas, los cuales en su gran mayoría no cuentan con luz eléctrica y/o servicios sanitarios adecuados (Miesel, 2007).

Actualmente, el Cabo de la Vela cuenta con una oferta de alojamiento mucho mayor a la presentada en el 2006, pues ya cuenta con más de 42 posadas turísti-cas, la mayoría de éstas prestan el servicio en hamacas

y algunas lo hacen en camas (2.300 camas por día) (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2011). No obstante, y pese a los esfuerzos, la falta de vías ade-cuadas y la correcta prestación de servicios de acueducto y saneamiento básico, siguen siendo los principales obs-táculos para el desarrollo turístico en todo el territorio de La Guajira.

Aprovechamiento de fauna

La cacería se da de forma ilegal y está dirigida por una parte a la subsistencia y por otra a la captura de especies de interés comercial. Los principales impactos que genera el aprovechamiento ilegal de la fauna están relacionados con la reducción de especies de gran impor-tancia ecológica y biológica, que además se encuentran en la categoría de amenazadas o en extinción. Entre las principales especies de fauna silvestre de la zona costera de La Guajira que son comercializadas ilegalmente, se encuentran: las babillas (Caiman crocodilus), caimanes (Cocodrylus acutus), tortugas (Eretmochelys imbricada, Caretta caretta, Chelonia mydas, Dermochelys coreacea) e iguanas (Iguana iguana).

De la anterior lista, las primeras especies son comercializadas como pieles y como pie de cría, además de sufrir el aprovechamiento de sus huevos y neonatos para la comercialización hacia granjas de zoocría, prin-cipalmente, ubicadas en los departamentos de Atlántico y Bolívar. De igual manera, las especies restantes son capturadas y comercializadas como carne para restau-rantes en Riohacha, Manaure, Uribia y Dibulla.

También existen otras especies de fauna que son utilizadas como mascotas, como es el caso de los fla-mencos (Phoenicopterus ruber ruber), el mono aullador (Alouatta seniculus), la boa (Boa constrictor) y algunas aves (Sicalis flaveola, Caracara plancus, Milvago chima-chima, Polyburus plancus, Melanerpes rubricapillus, Falco sparverius, Aratinga pertinax), entre otras.

Figura 122. Desarrollo turístico

en el Cabo de la Vela (Foto: Angela

Lopez).

Page 136: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

132

actividad promisoria en bahía Portete

Maricultura,

Page 137: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

133Atlas Marino Costero de La Guajira

Autores:Javier Gómez-LeónOlga Lucia Lara QuinteroMarisol Santos-Acevedo

Línea de cultivo con macroalgas (Gracilaria) para instalación en cultivo en bahía Portete.

Page 138: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

134 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

La zona marina del departamento de La Guajira es considerada una de las áreas con mayor productividad del Caribe colombiano, debido al evento de surgencia que se genera en sus aguas durante la mayor parte del año. Como consecuencia de esto, la explotación de los recursos marinos tales como los crustáceos, moluscos, tortugas y peces, ha sido durante siglos el principal sus-tento para las comunidades wayuu dedicadas a la pesca y ubicadas en las zonas costeras.

La etnia indígena wayuu se concentra principal-mente en el centro y norte de la península (Media y Alta Guajira) y tiene costumbres ancestrales como la caza, la recolección y la horticultura; mientras sus principales ejes socioeconómicos son la pesca y el pastoreo (Guerra, 1990; Borrero et al., 1996).

Sin embargo, la baja productividad de la mayoría de las tierras costeras y la escasa disponibilidad de agua dulce en la mayor parte del departamento, hace conve-niente dirigir los esfuerzos de la comunidad hacia la maricultura, con el fin de aprovechar la tradición marí-tima de estas poblaciones, así como la oferta de especies promisorias que actualmente no están siendo explotadas por el poco conocimiento con respecto a su distribución, abundancia y potencial económico.

La acuicultura es uno de los sectores productores con crecimiento más rápido en el mundo y se le reco-noce como una de las actividades que pueden contribuir de manera significativa a la mitigación de la pobreza, la seguridad alimentaria y a la generación de ingresos (Werlinger, 2004). Dentro de esta actividad uno de los grupos más interesantes son los bivalvos, los cuales son un importante recurso alimenticio en muchos países, donde alcanzan una alta producción y rentabilidad económica, que representa el 8% de la producción pesquera mundial y el 17% del total producido por la acuicultura. Durante los últimos cincuenta años, se ha pasado de producir 900 mil a 11 millones de toneladas de bivalvos, un incremento que fue particularmente veloz en la década de los 90 gracias al desarrollo y tecnificación de los cultivos (Lovatelli, 2003).

En diferentes países asiáticos la acuicultura se ha desarrollado como una actividad rural integrada a los sistemas de producción agrícolas existentes. Esta acti-vidad se ha fomentado, con el objetivo de producir y obtener alimento para el consumo doméstico y/o para la obtención de ingresos económicos adicionales; lo cual ha contribuido a la mitigación de la pobreza, tanto directa

Aspectos generales

como indirectamente, a través de nuevos empleos y ofertas de alimentos a bajo costo para las poblaciones de bajos recursos (Werlinger, 2004).

Latinoamérica no es la excepción ante esta situa-ción, en varios países se han venido realizando cultivos de algunas especies de bivalvos a nivel experimental, como es el caso de Pinctada imbricata (León et al., 1987; Jiménez et al., 2003), Euvola ziczac y Nodipecten nodosus en Venezuela (Freites et al., 2000; Vélez y Freites, 1994; Lodeiros et al., 1998; Mendoza et al., 2003). En Brasil se destacan las especies N. nodosus (Rupp y Poli, 1993; Rupp y de Bem, 2004); Crasssostrea gigas y Pinctada mazatlanica. En México han trabajado con Argopec-ten circularis (Monteforte et al., 1995) y en Perú con Argopecten purpuratus (Bandin y Mendo, 1999), la cual también se encuentra en Chile donde se cultiva a nivel industrial, alcanzando altos precios por la magnitud del mercado internacional que representa (Aguilar y Wolfgang, 2000).

La oferta de bivalvos marinos en Colombia pro-viene principalmente de importaciones y en menor pro-porción de la pesca artesanal, la cual permite abastecer tan sólo el mercado regional (Mora y Ávila, 1990). Algunas actividades de cultivo realizadas en la Ciénaga Grande de Santa Marta trabajaron con la ostra de mangle Crassostrea rhizophorae (Wedler, 1980; Arias et al., 1995); mientras que otras investigaciones realizadas en la región de Santa Marta y el Cabo de La Vela se hicieron sobre diferentes especies de bivalvos (P. imbricata, Pteria colymbus, N. nodosus, Argopecten nucleus, E. ziczac). Estos estudios permitieron establecer las temporadas de mayor abundan-cia de juveniles (Castellanos, 2006), el ciclo reproductivo de algunas de éstas (Ablanque, 1996; Castellanos-Montes, 1996; García-Valencia, 1997; Assmuss, 2000) y el estado actual de los bancos naturales de ostras perlíferas en La Guajira (Borrero et al., 1996). Sin embargo, también se evidenció que la abundancia de semilla silvestre de bival-vos, capturada a partir de colectores artificiales, es variable, baja y poco predecible, lo que estimuló la realización de trabajos tendientes al desarrollo larval de A. nucleus y N. nodosus, determinando las mejores condiciones para obtener una alta producción de semilla en el laboratorio (Acosta, 2004; Velasco et al., 2007; Velasco y Barros, 2008; Gómez León, et al., 2009 y 2010).

DESARROLLO DE UN POLICULTIVO PILOTO DE

MACROALGAS Y BIVALVOS MARINOS EN EL

DEPARTAMENTO DE LA GUAJIRA, CARIBE COLOMBIANO

Page 139: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 135Atlas Marino Costero de La Guajira

Puerto Portete

Bahía Portete

Pta. Coco

Puerto Viejo

Pta. de Media LunaPuertoBolivar

PuertoAlijano

1

1

1

1

1

1 1

1

1

1

11

1

1

11

1

-3

1

1

1

1

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-3

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1

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1

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1

11

1

1

-15

1

1

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-9

1

71°50'0"W

71°50'0"W

71°55'0"W

71°55'0"W

72°0'0"W

72°0'0"W

12°1

5'0"

N

12°1

5'0"

N

12°1

0'0"

N

12°1

0'0"

N

ECOSISTEMAS MARINOS DE BAHÍA PORTETE Y UBICACIÓN ESQUEMÁTICA DE SISTEMAS

DE CULTIVO

GEZ-LabSIS-INVEMARFuente Base: GEBCO,Base Cartográfica IGAC

Proyección Magna Sirgas EsteFuente Temática: INVEMAR, CORPOGUAJIRA 1:140.000

0 0,8 1,60,4 km

Puerto Maritimo

Puerto Maritimo Especializado

Zona costera

Límite departamental

Isóbatas

Límite municipal

Cabecera

Pt o. Po rtet e

Bh. P ort et e

Pt a. Co co

Pt o. Vi ej o

Bh. I pa ri

Bh. d e Med ia Lu naPt o. B oli var

Punt a M edi a Luna

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

-3

1

-6

-6

-3

-3

-6

-3

-6

-12

-6

1

-9

-6

1

-15

-3

-6

-9

P u n t aM u s h i p p a

P t a .C h u c h u p a

P t a . L aV e l a

V a l l e d e l o sC a n g r e j o s

P t a .S h u a p i a

B o c a d eC a m a r o n e s

P t a . L aE s t r e l l a

P t a .C h i c h i b a c o a

B h .H o n d i t a

P u n t aM e d i aL u n a

P t a .J i r

B h .H o n d a

P t a .H u o j o j o

P t a .C a s t i l l e t e s

P t a .A r e n a s

P t a .G a l l i n a s

B o c a s d eA p u r e

P t a .K o w s h o c h o m

P t a .S o l i p a

URIBIA

RIOHACHA

DIBULLA

MANAURE

Lag. deNavioQuebrado

Cga.Buenavista

Lag.Guarepa

Lag. El Buey

Cga.Orocho

Salinas deKayusipa

Salinas deKemirri

Salinas de Sararapa

Bh.Cocinetas

Cga.Sabaletes

72°0'0"W

72°0'0"W

73°0'0"W

73°0'0"W

12°0

'0"N

12°0

'0"N

11°0

'0"N

11°0

'0"N

1:4.000.000

JEFD11

Sistemas de cultivo

Parcelas de macroalgas

Policultivo de macroalgas y bivalvos

VENEZUELA

Ecosistemas marinos

Comunidades coralinas

Manglar

Praderas de fanerógamas

Sedimentos bioturbados

0 25 5012,5km

Figura 123. Ecosistemas

marinos en bahía Portete

y ubicación esquemática

de los sistemas de cultivo:

policultivo de macroalgas y

bivalvos, y parcelas de

macroalgas.

Dentro de este contexto y con toda la información biológica y oceanográfica disponible, sumado al logro tecnológico de la obtención de semilla en laboratorio que garantizaría la calidad y cantidad necesaria para el cultivo, así como varios estudios de mercado realizados (Invemar, 2010) y el potencial de mercado a nivel inter-nacional, se puede afirmar que el cultivo de bivalvos marinos tiene buenas perspectivas para proyectarse a escala comercial en el país. Además, al realizarse direc-tamente en aguas marinas, reduce la presión sobre los ecosistemas costeros. Por otro lado, dicho cultivo no utiliza otros insumos como alimentos, fertilizantes y/o antibióticos comunes en diversos cultivos de otras espe-cies marinas, como es el caso del camarón.

En cuanto a las algas marinas, son muy pocos los trabajos que se han desarrollado en La Guajira concer-nientes a su cultivo. En este aspecto, se destacan úni-camente las investigaciones que viene realizando la Fundación Terrazul en el desarrollo de la maricultura de algas, como alternativa para las comunidades costeras de los corregimientos comprendidos entre Carrizal y el Cabo de la Vela.

El fomento y desarrollo eficaz del cultivo de algas y bivalvos entre los pescadores artesanales y las comu-nidades wayuu asentadas en esta área, pueden conside-rarse como una alternativa de subsistencia, realizada en conjunto con sus actividades de pesca tradicional. Este cambio cultural de la pesca hacia la acuicultura, es un proceso a largo plazo que requiere un sólido apoyo del Estado y del sector empresarial, que permita incorpo-rar en el conocimiento tradicional nuevas alternativas productivas (Invemar, 2003).

Las actividades desarrolladas en torno a la crea-ción de un policultivo piloto de macroalgas y bival-vos marinos en el departamento de La Guajira, entre noviembre de 2004 y marzo de 2006, fueron las siguien-tes: 1) selección de la comunidad receptora (líderes y auxiliares de campo); 2) socialización del proyecto; 3) reconocimiento del área de estudio e instalación de la estación experimental de cultivo, con el propósito de establecer un policultivo piloto de macroalgas y bivalvos en un ambiente natural, que permitiera la diversifica-ción de los sistemas productivos acuícolas y el desarro-llo de las comunidades costeras en el departamento de La Guajira. Por último, se realizaron talleres teóricos y prácticos dirigidos a la comunidad como inicio de la transferencia tecnológica del policultivo y encuestas para conocer la organización social de la misma.

LocalidadLas actividades de cultivo se realizaron en bahía

Portete, sector localizado en el norte de La Guajira, donde se ubicaron dos sistemas de cultivo entre puerto Warreo y Early Coal: el primero, un policultivo de macroalgas y bivalvos a 15 m de profundidad; y el segundo, parcelas de macroalgas a 3 m de profundidad (Figura 123).

Los factores ambientales en la zona son relativa-mente estables, la temperatura oscila entre los 24 y 29°C, y la salinidad entre 34 y 36,5. El agua presenta alta tur-bidez, debido a la resuspensión de sedimentos por la acción del viento, con valores promedio entre 1 y 4 m de visibilidad y el 70% del fondo fue areno-fangoso y/o de sedimentos bioturbados (Invemar, 1992).

Page 140: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

136 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

Componente técnicoCultivo de macroalgas marinas

Una vez finalizadas las exploraciones, e insta-lado y ajustado el sistema, se encontraron praderas de las siguientes algas de interés: Gracilaria cervicornis, Gracilaria caudata, Gracilaria mammillaris, Gracilaria dominguensis, Hydropuntia cf. cornea e Hypnea mus-ciformis, las cuales se observaron en profundidades de 1 a 2 m, en la zona submareal del sector noroccidental de la bahía, desde la boca hasta puerto Warreo. Asi-mismo, se observaron otras algas como Grateloupia sp., Codium sp., Hypnea sp. y Caulerpa racemosa en el sector de Los Cocos.

Por su importancia económica y alimenticia, producción de carragenina y abundancia en la zona de estudio, se seleccionaron las macroalgas: Gracilaria cervicornis¸ G. cervicornis Hydropuntia cf. cornea, H. musciformis y Grateloupia sp. (Figura 124). Después de la selección, se recolectó una biomasa total de 114 kg, provenientes de la zona submareal del sector noroc-cidental de la bahía. Las algas se lavaron con agua de

Figura 124. Macroalgas de interés comercial. (A) Gracilaria cervicornis; (B) Grateloupia sp. (C) e Hypnea musciformis.

B

A

C

Figura 125. Colecta y pesaje de las macroalgas para realizar los bioensayos de cultivo.

mar, se limpiaron suavemente y se les evaluó el estado sanitario (Figura 125). Las algas jóvenes, sin partes blanquecinas y alteraciones de la pigmentación, para el caso de G. cervicornis y de H. cf. cornea, se inserta-ron entre las cuerdas de polipropileno y se amarraron con nylon, en grandes fragmentos con pesos entre 5 y 50 g, separados ente sí cada 20 cm, a lo largo de la cuerda en el policultivo. Con las macroalgas G. cer-vicornis, H. musciformis y Grateloupia sp., por otro lado, se implementaron otras técnicas de cultivo en las parcelas, atándolas dentro de mallas cilíndricas, con el fin de darles mayor estabilidad (Figura 126).

Page 141: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 137Atlas Marino Costero de La Guajira

Estacas

1,5m

Fragmentos de algas

1,0m

Figura 126. Esquema de los

sistemas de cultivo de macroalgas

marinas en bahía Portete. (A) Policultivo suspendido de

macroalgas y bivalvos en el sitio

uno; (B) parcelas de monocultivo

de macroalgas en el sitio dos; en líneas (C) y

dentro de mallas cilíndricas. Tomado

y modificado de Delgadillo y

newmark (2006).

A

B C

Entre cada siembra, se realizaron actividades de man-tenimiento y limpieza, tanto de las algas como de las cuerdas, e igualmente se repuso el material perdido con nuevas algas recolectadas para este fin.

En la zona donde se realizaron los módulos de cultivo junto a la playa, se observaron peces loro Spa-risoma rubripinne, y Sparisoma sp.; de igual manera, se observaron mojarras (Gerres cinereus), espáridos (Archosargus rhomboidalis); roncos (Haemulon stein-dachneri, Haemulon plumieri y Haemulon macrosto-mun); pargos (Lutjanus synagris y Lutjanus griseus), y cirujanos (Acanthurus chirurgus); los cuales ramo-neaban las algas, razón por la cual se instalaron los sistemas de cultivo tipo cilindro para los ensayos de cultivo de H. musciformis, Grateloupia sp. y G. cervi-cornis (Figura 126C). Sin embargo, esta medida no presentó resultados satisfactorios para controlar los herbívoros, por lo cual se ensayó colocar las algas dentro de mallas para su protección. Después de realizar muchos ensayos, el análisis se centró en los cultivos con G. cervicornis e H. cf. cornea, específi-camente, debido a las dificultades para mantener el material en los sistemas, a la fragilidad de las algas y a los pobres resultados reflejados por las otras especies en abundancia y biomasa obtenida.

Para los análisis respectivos, las líneas de cultivo se extrajeron cada 20 a 35 días, con el fin de hacer un seguimiento a las algas sembradas y obtener de esta manera, la tasa de crecimiento relativo (TCR), la cual se expresó como porcentaje de crecimiento diario y se derivó de la fórmula de interés compuesto, propuesta por diferentes autores (Areces, 1995; Anderson et al., 1997; Marinho-Soriano et al., 2002):

TCR= [(Pf/Pi)1/t-1]x100

(Pf): Peso final.(Pi): Peso inicial.(t): Intervalo de tiempo transcurrido entre ambas obser-vaciones.

Asimismo, durante el estudio se evaluó el efecto del peso inicial del fragmento (5 a 50 g) sobre la TCR y el incremento de biomasa o producción neta (% de peso ganado); se estimó el porcentaje de pérdida y cre-cimiento de los fragmentos sobre los sistemas de cultivo, y se registró la temperatura y salinidad del agua de mar con un conductímetro ATC precisión de ± 1% y la trans-parencia con un disco Secchi.

De otro lado, con el fin de estimar la dinámica de los fragmentos de las algas sobre los sistemas de cultivo, se categorizó el comportamiento de las mismas en pérdida y ganancia (crecimiento), obteniendo la propor-

Page 142: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

138 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

Figura 127. Biomasa en g m-2 de Gracilaria cervicornis

e Hydropuntia cf. cornea entre los

meses de junio de 2005 y marzo de

2006.

ción de los mismos con respecto al total de fragmentos sembrados. De esta forma, con el porcentaje de pérdida y crecimiento, se realizaron tablas de contingencia para determinar la dependencia de las proporciones con res-pecto al tiempo. Los factores ambientales medidos en campo se correlacionaron con las TCR de las macroalgas, por medio del coeficiente de correlación de Spearman, siguiendo las recomendaciones de Anderson et al. (1997) y Muñoz et al. (2004).

La biomasa de Gracilaria cervicornis osciló entre 629 g m-2 y 2,088 g m-2, con el mayor valor observado en agosto y el menor en diciembre. Mientras que la biomasa de Hydropuntia cf. cornea se mantuvo entre 320 g m-2 y 872 g m-2, con el mayor valor en septiembre y el menor en diciembre (Figura 127).

CultivoLa especie Gracilaria cervicornis presentó una tasa

de pérdida del 97 y 98,9% para el sitio uno (cultivo sus-pendido) y dos (cultivo en parcelas) respectivamente. La TCR osciló entre 0,1 y 1,22 % día-1, con promedios de 0,44% día-1 (± 0,52) en el sitio uno, y 0,52% día-1 para dos fragmentos que crecieron en el sitio dos. Debido al porcentaje de pérdida presentado se suspendió su siembra a causa de su fragilidad y poca permanencia en los sistemas de cultivo.

Hydropuntia cf. cornea mostró una tasa promedio de pérdida de 85 y 76,6% en el sitio uno y dos, respectiva-mente. La tasa de crecimiento relativo tuvo un promedio de 0,91% día-1 (± 0,77) y osciló entre 0,02 y 3,5% día-1 en el sitio uno, con el valor mayor de porcentaje obser-vado en octubre de 2005. El sitio dos presentó una TCR promedio de 0,97% día-1 (± 0,73) con rangos entre 0,03 y 4,1% día-1, registrando el punto más alto en febrero de 2006 (Figura 128 A y B).

Aunque no fue posible hacer un análisis estadístico para comparar los resultados entre las especies, sí se obser-varon diferencias entre las mismas: destacándose G. cer-vicornis con tasa de pérdida y TCR más altos, en relación con Hydropuntia cf. La gran pérdida de fragmentos de G. cervicornis sobre las líneas de cultivo, no permitió hacer comparaciones entre los dos sitios, sin embargo, se observó mayor estabilidad del alga en el sitio uno.

Los fragmentos de Hydropuntia cf., por su parte, presentaron menor pérdida y mayor TCR en el sitio uno

0

Meses

1

2

3

Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun

TC

R (

% d

ía -1

)

Sitio uno Sitio dos

Figura 128. TCR Hydropuntia cf. cornea en los sitios uno y dos, durante septiembre de 2005 a junio de 2006, en bahía Portete. Promedio de

TCR (A) y Mayores valores de TCR (B).

A

B

con respecto al sitio dos, entre septiembre y octubre de 2005, con un descenso en la TCR en el mes de noviembre del mismo año. Entre diciembre de 2005 y mayo de 2006 se observó el patrón inverso, menor pérdida y mayor TCR en el sitio dos. De otro lado, en el sitio dos, entre diciem-bre (2005) y enero (2006), esta especie dobló su peso en 55 días, con 1,74% día-1 máximo de TCR. No obstante, al mes siguiente se observó un comportamiento similar, pero obteniendo el doble del peso en 25 días, con un substancial incremento de la TCR a 4,1% día-1.

La prueba de Kruskal-Wallis, para la especie Hydropuntia cf. cornea, mostró que no existen diferen-cias significativas en la TCR entre el sitio uno y dos (p<0,05), pero sí entre los meses y los fragmentos sem-brados (P<0,05); en donde los fragmentos con menor peso presentaron mayores tasas de crecimiento, y los de mayor peso, altas tasas de pérdida.

Durante el desarrollo del cultivo también se reali-zaron ajustes en los tipos de amarres, profundidad de las líneas, dirección con respecto a las corrientes y activida-des de mantenimiento, para mejorar los rendimientos del cultivo y el estado de las algas.

En cuanto a los parámetros fisicoquímicos, la tem-peratura del agua estuvo entre 25 y 31,9°C, con un prome-dio de 28,1°C (±1,66); mientras la salinidad varió de 33,9 a 38 con un valor medio de 36,5 (±1,10). La transparencia del agua en el sitio uno varió de 0,8 a 4,5 m y en el sitio dos de 0,1 a 1,5 m, con promedios respectivos de 1,76 m (±0,59) y 0,83 m (± 0,42), respectivamente. La tempera-tura y la salinidad en los dos sitios, así como la transpa-rencia en el sitio dos, presentaron una variación altamente significativa (P<0,01) en el tiempo de estudio. Por otro lado, el coeficiente de Spearman no mostró correlación

Page 143: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 139Atlas Marino Costero de La Guajira

de la TCR con los factores ambientales determinados durante el estudio (P<0,05).

Diferentes organismos crecieron, como epífitos sobre las macroalgas, principalmente en la época lluviosa (agosto y noviembre de 2005). Los epífitos dominantes fueron algas filamentosas y macroalgas de los géneros Ceramium sp., Dyctiota sp. y Laurencia sp., hidroides, ascidias, poliquetos tubícolas, Balanus sp., briozoarios del género Membrani-pora sp., moluscos del género Electroma sp. y lapas de la familia Fissurellidae (Figura 129).

Las algas cultivadas también fueron “hospederas” de pequeños crustáceos tales como camarones y anfí-podos y de poliquetos. En general, se observó alta sedi-mentación en la zona, representada en gran cantidad de barro acumulado sobre los fragmentos de las algas. Entre diciembre de 2005 y junio de 2006, se observó una reduc-ción en los epífitos que crecieron directamente sobre los fragmentos de H. cf. cornea, que para esta época fueron el alga parda del género Feldmannia sp., el alga roja Jania sp. y el bivalvo Pteria colymbus. Adicionalmente, se encon-traron algas de los géneros Soliera sp. y Sargassum sp. asociadas a las cuerdas.

Aunque los resultados pueden parecer poco pro-misorios, se debe continuar la evaluación del potencial

Figura 129.Organismos

epífitos asociados al cultivo de

macroalgas. Balanus sp. (Círculos)

(A); sedimentos, poliquetos tubícolas

(Flecha) (B) y algas rojas (C).

de las macroalgas en el país. Estos ensayos de cultivo en bahía Portete se constituyen en una base para el desarrollo de más investigaciones en este campo en Colombia, profundizando en estudios de áreas con potencial para cultivo, nuevas especies por evaluar, biología, ecología y nuevas aplicaciones potenciales en áreas alimentarias, farmacológicas e industriales.

Cultivo de bivalvos marinosEl sistema de cultivo “long line” se instaló en

el sector de puerto Warreo a una profundidad de 13 m. Éste tiene una estructura flotante de forma tra-pezoidal que consiste en un cabo de polipropileno o nylon de 12 a 16 mm de diámetro y de 100 a 200 m de longitud, anclado o sujeto al fondo en los extremos con dos bloques de concreto de 120 kg cada uno, con el fin de que la línea de cultivo no se corra. La línea principal, o línea madre, se encuentra suspendida a 3-5 m de profundidad mediante boyas superficiales y sumergidas. De ella se desprenden líneas secundarias que mantienen las artes de cultivo (colectores, redes perleras y linternas) en la columna de agua (Figura 130).

Figua 130. Sistema de cultivo de

bivalvos marinos “long line”.

A B C

Page 144: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

140 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

Etapas de un cultivo de bivalvos marinos

1. Captación de semilla de bivalvosPara la captación de semilla se elaboraron colecto-

res artificiales formados por una bolsa externa de angeo plástico con ojo de malla de 0,5 mm, y una manga interna compuesta por dos bolsas cebolleras (bolsa de malla de polipropileno) con ojo de malla de 8 mm (Figura 131A).

Cuando se tienen los colectores armados, diez de ellos se unen por parejas (para un total de cinco pareja) a un cabo de 3 mm de diámetro, recibiendo el nombre de reinal (Figura 131B) a la línea madre. En el extremo de cada reinal se debe colocar como lastre un peso de 2 kg, con el fin de mantener las artes de cultivo tensas mientras se encuentran inmersas en el mar. Los reinales se instalan mensualmente en la línea madre del sistema, separados 2 m entre sí, permaneciendo en el agua durante diez semanas.

A

BFigura 131. Elaboración de colectores (A) y “reinales”

para la captación de semilla de bivalvos marinos (B).

2. Cultivo intermedio y engordeLuego de cumplir el tiempo necesario (diez

semanas), los colectores y/o reinales fueron retirados del agua para ser transportados a la estación de trabajo en tierra, con el propósito de separar y contar la semilla obtenida por especie, y así colocarlas en redes perleras construidas con alambre galvanizado y malla de nylon con un ojo de malla de 5 mm para el respectivo levante. Estas redes deben dejarse en el agua aproximadamente dos meses; una vez los animales alcanzan tallas de 30

mm se transfieren a redes linterna, donde se inicia el engorde de los individuos, etapa en la cual se efectúan desdobles para que los bivalvos tengan el espacio sufi-ciente para crecer y desarrollarse en buenas condiciones hasta completar el ciclo de cultivo (Figura 132).

C

Redesperleras

Muerto2 kg

Cabo de3mm

Cabo de 3mm

Mallade nylon

Muerto2 kg

Red linternade 10 pisos

Aro dealambre

galvanizado

A

B

Figura 132. Redes perleras (A) y linternas (B) para el levante y engorde de la semilla de bivalvos colectado y comunidad wayuu

elaborando las artes de cultivo (C).

Mantenimiento de líneas madre, sistema de flotación y artes de cultivo

Mensualmente se realizó la limpieza de las líneas madre y las boyas de la estación de cultivo; la parte de las líneas ubicada a 3 m fue raspada con ayuda de guantes, cuchillos y equipo básico de buceo, mientras que las de mayor profundidad se limpiaron por medio de buceo con equipo scuba hasta el sistema de anclaje. Las artes de cultivo fueron limpiadas y secadas al sol luego de ser utilizadas.

Page 145: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 141Atlas Marino Costero de La Guajira

E F

Figura 133. Monitoreo del crecimiento de los bivalvos cultivados en sistemas suspendidos.

Crecimiento y supervivencia

El crecimiento de las diferentes especies fue monitoreado mensualmente, seleccionando 30 indivi-duos al azar de cada especie para ser medidos y pesados, por medio de calibrador y balanza digital (Figura 133). Paralelamente, en cada faena de limpieza de los ani-males, se realizó el seguimiento de la supervivencia y el desdoble de los animales, manteniendo el 30% de cobertura. Por último, se registraron mensualmente la temperatura, salinidad, oxígeno disuelto y transpa-rencia del agua, con un conductímetro, un oxímetro y un disco Secchi.

Durante la extracción y selección de la semilla, se observó gran diversidad de fauna y flora asociada: pepinos, gasterópodos, camarones, balanos, peces, poli-quetos, ascidias y cangrejos, algunos de ellos considera-dos depredadores de los bivalvos y otros competidores por espacio y alimento (Figura 135).

Figura 134. Semilla de bivalvos de interés obtenida en los colectores de semilla de bivalvos. Scallops: Argopecten nucleus (A); Euvola ziczac

(B); ostras perlíferas: Pinctada imbricata (C) y Pteria colymbus (D).

C D

A

BA

C D

Figura 135. Fauna asociada a los colectores

artificiales. Cangrejos (A); cirrípedios (B);

ascidias (C); pepinos (D); erizos (E) y

peces (F).

La captación de semilla en el sistema de cultivo de bivalvos fue distinta entre ciclos (H’=220,9; P<0,05), presentándose la mayor cantidad en el ciclo de cultivo 4 (CC4), con 220,6 semillas por reinal en enero de 2006; la menor, en cambio, se registro en abril del mismo año, en el CC7 con 1,4 organismos por reinal. En cuanto a la colecta de semilla también fue diferente entre espe-cies, (H’=238,7; P<0,05), siendo la especie P. colymbus la que registro el mayor número con 394,7 organismos por reinal.

La semilla obtenida del CC1 fue la más abundante de los ciclos iniciados en el segundo semestre del 2005; P. imbricata se destacó con 31,4 semillas por reinal, seguida por P. colymbus con 14,6 semillas. En el CC2 esta última especie registró la mayor abundancia con 20,6 individuos, observando una disminución en la fijación de semilla durante el CC3 (Figura 136). Es importante destacar que únicamente se realizó un cultivo completo CC1, ya que los organismos requieren mínimo diez meses para alcanzar una talla comercial para el consumo.

0

50

100

150

200

250

1 2 3 4 5 6 7 8Ciclo

N° d

e se

mill

as /

rein

al P. imbricata

P. colymbus E. ziczac A. nucleus

Figura 136. Cantidad de semilla colectada en cada ciclo de cultivo.

Se instalaron un total de 2.350 colectores de semilla, en ocho ciclos de cultivo, seleccionando los scallops Argopecten nucleus, Euvola ziczac y las ostras perlíferas Pinctada imbricata y Pteria colymbus, por su abundancia e interés comercial como alimento (Figura 134). Otras especies colectadas pero no monitorea-das fueron Leptopecten bavayi, Barbatia sp., Chlamys muscosa, Lima sp., Pinna carnea y Atrina seminuda.

B

Page 146: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

142 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

Pinctada imbricata, por ejemplo, logró una talla (longitud) promedio de 4,8cm y un peso 23,7gr (Figura 137), con una tasa de crecimiento (TC) de 2 mm al mes; P. colymbus, alcanzó una talla de 6,1 cm, un peso de 37,3 g y TC de 3 mm al mes (Figura 137). Para los scallops (A. nucleus), la longitud final fue de 4,8 cm, con una TC de 3 mm al mes y un peso de 31,9 gr (Figura 137); por último, E. ziczac registró, al quinto mes, incluyendo los dos meses de captación de semilla, una talla de 4,7cm y un peso de 17 g. Pese a estos resul-tados, no fue posible monitorear su crecimiento hasta el final del cultivo por la mortalidad total en el mes siete (Figura 137). La tasa de crecimiento fue de 5 mm al mes, y es importante recordar que los tres primeros meses equivalen a la captación de semilla.

Supervivencia

El mayor porcentaje de supervivencia se observó en las ostras perlíferas P. colymbus (64,9%) y P. imbri-cata (40,9%); en los scallop A. nucleus y E. ziczac, la supervivencia fue del 12,12 y 0% respectivamente (Figura 138).

0 3 6 9 12 15 18 21 24 27

0

1

2

3

4

5

6

7

4 5 6 7 8 9 10

Pes

o (g

r)

Tal

la (

cm)

Mes

Talla (cm) Peso total (gr)

A

0

5

10

15

20

25

30

35

40

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

10

4 5 6 7 8 9 10

Peso

(gr

)

Tal

la (

cm)

Mes

Talla (cm) Peso total (gr)

B

0

5

10

15

20

25

30

35

40

0

1

2

3

4

5

6

4 5 6 7 8 9 10

Pes

o (g

r)

Tal

la (

cm)

Mes

Talla (cm) Peso total (gr)

C

0

5

10

15

20

25

0

1

2

3

4

5

6

4 5 6

Pes

o (g

r)

Tal

la (

cm)

Mes

Talla (cm)

Peso total (gr)

D

Figura 137. Crecimiento en talla

(cm) y peso (gr) promedio de los

bivalvos cultivados en sistema

suspendido. P. imbricata (A); P. colymbus (B); A. nucleus (C) y E. ziczac (D). Las

barras verticales indican el error

estándar.

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

100

4 5 6 7 8 9 9 10

Supe

rviv

enci

a (%

)

Tiempo (meses de cultivo)

P. imbricata P. colymbus A. nucleus E. ziczac

Figura 138. Supervivencia de los bivalvos cultivados en sistema suspendido.

Depredadores

Durante la separación de semilla de los colectores y durante el mantenimiento de las redes perleras y lin-ternas, fueron encontrados organismos depredadores pertenecientes a las familias Cymatiidae (gasterópodo), Portunidae, Xantidae y Majidae (crustáceos). La especie más frecuente fue el caracol Cymatium sp., siendo un potencial depredador de bivalvos. Los poliquetos de la familia Spionidade y Sabellidae también han causado considerables pérdidas económicas en cultivos de ostión (Liñero y Díaz, 2006), ostra perlera (Velayudhan, 1983), almeja (Bosocolo y Giovanardi, 2002) y abulón (Kojima e Imajima, 1982; Lleonart et al., 2003) (Figura 139). Es conocido también que los cangrejos Callinectes y Portunus atacan a las ostras, particularmente a las juveniles (Monteforte y Cariño, 1992).

Figura 139. Depredadores en el cultivo de bivalvos marinos. Gasterópodo Cymatium sp. (circulo) y concha de P. colymbus (cabeza

de flecha) (A y B). Concha de A. nucleus infestada por el poliqueto sabellidae Nataulax nudicolis (C), nótese las galerías construidas por

el poliqueto: los puntos oscuros son los depósitos de conquiolina (flechas) y poliqueto Nataulax nudicolis (D).

A B

C D

Cymatium

Ostra

Page 147: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 143Atlas Marino Costero de La Guajira

Variables fisicoquímicas

El oxígeno disuelto presentó el mayor promedio en febrero, con 8,4 mg l-1, mientras en mayo presentó el menor con 4,8 mg l-1. En cuanto a la temperatura, en noviembre fue el mayor registro con 29,8°C y en febrero el menor con 25,3°C. La salinidad, por su parte, tuvo el mayor valor en junio (con 37,8) y el menor en octubre (34,4). Por último, la mayor transparencia se registró en mayo con 1,6 m y la más baja en diciembre con 4,4 m (Figura 140).

Figura 140. Variables fisicoquímicas del agua de mar en la estación de cultivo de bivalvos marinos.

Rendimiento

El mejor rendimiento en carne, después de diez meses, se registró en las ostras P. colymbus y P. imbricata con 33 y 31%, respectivamente (Tabla 27).

Items/Especie Pinctada imbricata

Pteria colymbus

Argopecten nucleus

Total de individuos 180 133 5

Talla final (longitud) (cm) 4,8 6,1 4,8

Peso concha promedio por animal (gr) 23,7 37,3 31,9

Peso total en concha (gr) 4267,3 4960 159,3

Peso en carne promedio por individuo (gr) 7,3 12,3 3,7

Peso total en carne (gr) 1321,8 1639,0 18,6

Tabla 27. Estimación del rendimiento en peso de los bivalvos del ciclo de cultivo CC1 después de diez meses de cultivo.

3. Cosecha y procesamientoEl proceso de cosecha consiste en extraer las redes

linternas que contienen los bivalvos que han completado su tiempo de cultivo para realizar la limpieza y lavado, uti-lizando cuchillos de acero inoxidable y cepillos. Posterior-mente, se realiza la cocción, introduciendo los animales en agua hirviendo durante diez minutos. Luego, se hace el “desvalve” o apertura de las valvas para la extracción de la parte blanda de los bivalvos, separando el músculo y la gónada del resto del cuerpo (en scallops) y toda la carne en las ostras. Una vez realizado este procedimiento, con la carne de los bivalvos se elaboró ceviche, arroz y antipasto (Figura 141).

Figura 141. Cosecha y procesamiento. Extracción (A); limpieza (B); cocción (C); preparación ceviche (D); pesaje (E) y consumo (F).

A B C

D E F

0  0,5  1  1,5  2  2,5  3  3,5  4  4,5  5  

32  

33  

34  

35  

36  

37  

38  

39  

02/10/2009   02/11/2009   02/12/2009   02/01/2010   02/02/2010   02/04/2010   02/05/2010   02/06/2010  

Tran

sparen

cia  (m

)  

Salin

idad

   

Tiempo  (meses)  

Salinidad  Transparencia  

23  

24  

25  

26  

27  

28  

29  

30  

31  

0  1  2  3  4  5  6  7  8  9  

02/10/2009   02/11/2009   02/12/2009   02/01/2010   02/02/2010   02/04/2010   02/05/2010   02/06/2010  

Tempe

ratura  (°  C)  

Oxígeno

 disue

lto  (m

g/l-­‐1

)  

Tiempo  (meses)  

#¡REF!   #¡REF!  

Page 148: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

144 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

Edad (A) Ingreso Mensual (B)

Valor $ %

Rango (años) % 100.000 10,5

10-19 14,4 200.000 8,6

20-29 28,8 300.000 42,5

30-39 29,8 400.000 13,4

40-49 17,3 500.000 9,6

50-80 9,7 600.000 15,4

Componente social

Se realizaron encuestas a la comunidad wayuu asentada en el sector de Media Luna, en bahía Portete, para conocer sus actividades económicas, prácticas cotidianas e indagar sobre sus aspectos socio cultura-les, para así obtener un conocimiento de los intereses y necesidades primordiales de la gente, en relación con el territorio que habitan (Figura 142).

La transferencia tecnológica del policultivo se realizó con talleres teóricos y prácticos, con apoyo logístico de la móvil de educación ambiental de Cor-poguajira y su grupo de trabajo, en colaboración con dos representantes de la Asociación de Pescadores Arte-sanales de Playa del Muerto (ASOPLAM), comunidad que apropió la tecnología del cultivo de bivalvos en la bahía de Neguange, Santa Marta.

En las 105 entrevistas realizadas a los jefes de familia, se hizo referencia a las 596 personas integran-tes de los diferentes grupos familiares, pertenecientes a nueve rancherías que componen el sector de Media Luna y en total conforman una población que sobrepasa los 1.000 habitantes. Dentro de la comunidad entrevis-tada, el estado civil prevaleciente es la soltería (36,5%), seguido del matrimonio (31,7%) y por último la unión libre (29,8%). En la tabla 28 se muestra la distribución porcentual de los grupos de edad en la comunidad (Tabla 28 - A y B).

Figura 142. Desarrollo de encuestas a la comunidad wayuu.

Tabla 28. Rango de edad (A) e ingreso mensual (B) de la comunidad wayuu entrevistada en el área de estudio.

Los resultados muestran como el 50% de la pobla-ción es analfabeta, el 34,6% tiene educación básica pri-maria, 5,7% secundaria y el 59,7% están en programas de alfabetización para adultos. Asimismo, el 78% de la ocupación de los jefes de familia es la pesca, la cual rea-lizan con chinchorro, trasmallo, palangre, arpón, línea de mano y gancho.

Otra actividad preponderante dentro de esta comunidad, es la comercialización de la pesca (6,7%) y otras ocupaciones como la mecánica, la conducción de vehículos y otros oficios caseros o domésticos (obreros, artesanos, albañiles y vigilantes), los cuales ocupan el 14,5%. De la actividad pesquera, el 41,4% la utilizan para consumo directo y el restante 58,6%, venden lo recolectado a restaurantes, comercializadoras y/o inter-mediarios. Las actividades de trabajo son ejecutadas durante 25 días del mes, con jornadas diarias de 5 a 16 horas e ingresos mensuales entre $100.000 y $600.000 (Tabla 28). Los grupos familiares están compuestos en promedio por seis personas, de los cuales el 75% dependen de los jefes de la familia. El 42% de los entre-vistados tienen entre 1 y 5 hijos, mientras el 37% no tienen hijos y el 21% tienen de 6 a 15 hijos.

Transferencia tecnológica

Se realizaron dos talleres teóricos tanto en el sector de Malla Norte (Escuela etnoeducativa Kumusuchiwou en Media Luna), como en el de Malla Sur (Casa de

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Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 145Atlas Marino Costero de La Guajira

Beatriz Epiayú), donde los principales temas tratados fueron: 1) la presentación del proyecto y 2) biología y ecología de las especies a cultivar. Previo a dichos talleres, se realizaron perifoneos en el área con el fin de motivar la participación, lo que contribuyó a alcanzar una asistencia entre 50 y 200 personas por taller, incluyendo mujeres, hombres, personas de la tercera edad, jóvenes y niños (Figura 143).

Durante los talleres realizados se llevó a cabo la selección de dos representantes de la comunidad para el proyecto y los auxiliares de cultivo. Al finali-zar las actividades se hicieron dinámicas y diálogos, que buscaron captar las impresiones de la gente con respecto al proyecto y su nivel de aceptación entre la comunidad, los cuales arrojaron niveles favorables entre las familias.

Figura 143. Talleres de socialización y transferencia tecnología del policultivo de macroalgas y

bivalvos marinos a la comunidad

de Malla Sur (A)y (B), Malla norte

(C) y en el móvil de educación ambiental de

Corpoguajira (D).

A

B C

D

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146 Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete

Aunque la mayoría de los habitantes de la zona de influencia directa del proyecto hablan y entienden español, se tomó la decisión de utilizar interpretes de wayuunaiki durante los talleres, como fue el caso del señor Luís Marín en el sector de Malla Norte y la señorita Pilar Epiayú en el sector de Malla Sur.

También se realizaron varios talleres prácticos durante las etapas del cultivo de algas y bivalvos en el mar, así como en la estación de trabajo en tierra, donde la comunidad participó activamente en la extracción de colectores, traslado a redes perleras y redes linterna, limpieza de animales, mantenimiento de artes de cultivo, entre otras actividades.

Los auxiliares del policultivo fueron trasladados desde bahía Portete hasta Neguange para recibir una capacitación dirigida por los investigadores del Invemar, quienes recibieron el apoyo del personal de ASOPLAM. La capacitación se desarrolló mediante clases teóricas y prácticas sobre el montaje de las líneas de cultivo, uso adecuado del equipo básico de buceo, observación de las artes y los materiales utilizados para la captación de semilla, levante y engorde de bivalvos, revisión de las instalaciones en tierra: bodega de materiales y área des-tinada a la limpieza de los animales, mantenimiento de linternas del ciclo en producción, limpieza de los bivalvos, extracción de redes perleras, toma de datos de longitud y peso de juveniles de diversas especies.

CONSIDERACIONES

· La comunidad wayuu de los sectores Malla Norte y Malla Sur ha obtenido su sustento principalmente de los recursos marinos. A través de la pesca arte-sanal esta comunidad indígena se ha mantenido por generaciones, por ello, la implementación de actividades de cultivos marinos en una cultura con costumbres tan arraigadas, implica un proceso de socialización de nuevos conocimientos, transferen-cia tecnológica y apropiación de una nueva alter-nativa productiva. Los resultados obtenidos hasta la fecha en este proceso, revelan un gran interés de los indígenas hacia la maricultura, manifestada en la masiva participación de los diferentes grupos de edad en las actividades hasta ahora desarrolladas.

· El cultivo de bivalvos en bahía Portete presentó una gran ventaja: la semilla colectada se puede trasladar inmediatamente a la etapa de engorde (redes lin-terna), en otras palabras, la etapa de levante, normal-mente efectuada en redes perleras, no fue necesaria debido al gran tamaño alcanzado por los individuos en el área de estudio durante los primeros meses de vida. Este comportamiento se debe a la gran oferta de alimento producto de la surgencia, con lo que se obtuvo mejor crecimiento en un menor tiempo.

· No obstante, es importante recalcar que esta actividad es un proceso, del cual, solo se ha realizado una etapa inicial. Los resultados obtenidos hasta este momento permiten afirmar que el área de estudio posee un gran potencial para el desarrollo del cultivo de bival-vos, además de la buena disponibilidad de la comuni-dad para seguir en esta cadena de aprendizaje, lo que también son factores que constituyen las bases para sugerir la continuidad del proyecto con miras a forta-lecer en la comunidad el procesamiento del producto, el conocimiento del entorno, la organización comu-nitaria y la valoración económica de la actividad en bahía Portete.

· Dentro de este primer paso en el cultivo de bivalvos en la Alta Guajira, la especie con mayor potencial para su cultivo es P. colymbus, por la disponibilidad de semilla colectada (49 organismos por colector), tasa de creci-miento de 3 mm por mes y una sobrevivencia de 65%, además del mejor rendimiento en carne con el 33%, seguido por P. imbricata con 31%.

· El cultivo de macroalgas es una tarea que requiere más estudio para determinar la factibilidad a futuro. Aunque muchas han sido las iniciativas para realizar cultivos de algas, los casos exitosos no son comunes a pesar del gran potencial que existe en América Latina y el Caribe (Smith, 1998; Santelices, 2005), ya que los fac-tores físicos y químicos que inciden en la producción de algas, tanto en los cultivos como en el medio natural como la temperatura, irradiación, movimiento del agua, sedimentación, nutrientes, además de los disturbios biológicos (herbivorismo y epifitismo) y físicos (mares de leva), en conjunto con los roles ecológicos que se generan en los sitios del cultivo, que hacen parte inevita-ble de todo proceso productivo, no siempre se conjugan para lograr una elevada producción (Santelices, 1999).

· Por otra parte, es necesario tener en cuenta que para cualquier proyecto productivo es fundamental determi-nar con exactitud los productos que se esperan obtener de los cultivos, así como el destino de los mismos. Por lo que es de suma importancia conocer la calidad de los ficocoloides de las algas utilizadas en estas activida-des, así como su potencial nutritivo, para así encontrar el mercado ideal o la mejor forma de utilización para éstas, pues también puede ser utilizado directamente por los indígenas como alimento para consumo directo, fertilizantes de la tierra o alimento de sus animales, todo esto incluido dentro de un proceso cultural para la uti-lización del recurso (Buzeta, 1988; Norziah y Ching, 2000; Freile-Pelegrín y Murano, 2005).

·La especie Hydropuntia cf. cornea presentó mejores tasas de crecimiento con respecto a la G. cervicornis, principalmente porque su morfología y manejo fue medianamente adaptable a las condiciones de la bahía y a los sistemas específicos de cultivo. Los rangos de TCR para esta especie fueron mayores a los reporta-dos en México, Venezuela y Santa Marta (Colombia)

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Maricultura, actividad promisoria en bahía Portete 147Atlas Marino Costero de La Guajira

(Bula-Meyer, 1989; Rincones, 1990; Robledo, 1999; Delgadillo et al., 2005), y menores a lo reportado en Brasil, donde su rango fue de 2 a 6 % día-1 (Costa, 2001). El promedio de TCR fue relativamente bajo con res-pecto a estas otras experiencias, principalmente por la gran variabilidad en la permanencia de los fragmentos sobre los sistemas de cultivo, pérdidas por causa de las actividades de mantenimiento y limpieza, y por la fluctuación e incidencia de factores ambientales, que en diferentes investigaciones han sido relacionados con los descensos y/o aumentos en la productividad de los cultivos (Santelices y Doty, 1989; Anderson et al., 1997; Robledo, 1999).

· El epifitismo observado en los sistemas de cultivo de bahía Portete es un factor documentado en diferen-tes estudios, donde se reportan patrones similares en cuanto a los organismos epífitos de las algas (Bula-Meyer, 1989; Kuschel et al., 1991; Anderson et al., 1997); aunque, a diferencia de otros estudios, el grado de epifitismo fue relativamente bajo en esta experiencia, teniendo en cuenta que en otras regiones, la biomasa de epífitos ha destruido completamente los cultivos o

reducido drásticamente la producción. Este factor es uno de los problemas más importantes en el cultivo, puesto que afecta en gran medida la producción de biomasa y la salud de las algas, incrementando la sus-ceptibilidad a parásitos y causando la ruptura de las mismas, así como una reducción en las TCR debido al taponamiento de la superficie de las algas, lo que impide la absorción de luz y los nutrientes (Kuschel et al., 1991; Critchley et al., 2004).

· El acercamiento a la comunidad wayuu, en el sector de Media Luna, en bahía Portete, con el fin de conocer sus actividades económicas, prácticas cotidianas e indagar sobre sus aspectos socio culturales, sumado a que el proyecto no altera sus costumbres o prácticas ances-trales, fue fundamental para obtener buenos resultados tanto técnicos como en la percepción de la gente frente al proyecto. De esta manera, la comunidad se integró a las labores del proyecto, trabajando activamente en todas las actividades. Al final, la transferencia tecnoló-gica a las comunidades locales fue exitosa y con gran proyección a futuro, con el fin de que se convierta en una actividad productiva que contribuya al bienestar de la población del área y del departamento.

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148

y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu

Territorialidad

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149Atlas Marino Costero de La Guajira

Autor:Wilder Guerra Curvelo

Panorámica con embarcación de pesca

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150 Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuuTerritorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu

1. Duremberg y Pallson (1987) han indicado que en algunos sectores académicos, económicos y ambientales predomina la idea de que la no regulada explotación de los recursos considerados públicos, entre ellos los provenientes del mar, es la causa de la merma significativa que actualmente sufren dichos recursos. Esa es la presunción que sirve de base al modelo que ha postulado la llamada “tragedia de los comunes” (Nor: 1978). La noción de la libertad de los mares ha sido, según McCay (2001), en muchos casos una consecuencia de pasados coloniales o experiencias modernizantes en sociedades no occidentales

La identificación de sistemas de tenencia marí-tima y otras formas de asignación del acceso al espacio, así como los recursos costeros entre pescadores de pequeña escala, han sido una de las más notables contribuciones de las investigaciones realizadas en diversos continentes en el marco de la antropología marítima. De manera contraria a la extendida con-cepción de que las comunidades de pescadores perci-ben al mar como un espacio abierto1, Mc Cay (2001) ha señalado que en muchas comunidades costeras no occidentales, el acceso a los recursos marinos es a menudo restringido por instituciones locales que tienen una beneficiosa incidencia en la mitigación de los conflictos por dichos recursos, a través de la distribución de las áreas de pesca, la reducción de la captura de algunas especies o la restricción de las capturas en ciertos espacios o en determinadas épocas del año.

Los principios en que los habitantes indígenas del litoral guajiro basan sus mecanismos de control territorial han sido insuficientemente documentados en la literatura etnográfica cono-cida, al igual que ha ocurrido con muchos aspectos de la vida social de las comunidades de pescadores indígenas. Durante varios meses del año 2003 y el primer semestre de 2004, se visitaron más de cin-cuenta asentamientos de pescado-res indígenas en la zona costera de La Guajira colombiana, entre la Boca de Camarones y Castilletes. Allí, se utilizaron técnicas propias de la disciplina etnográfica entre las que se incluyeron observación, entrevistas y encuestas etnográfi-cas abiertas y semi-estructuradas, así como grabaciones de historias de vida.

A lo largo de la etapa de trabajo de campo se realizaron decenas de entrevistas a pesca-dores con diversas especialida-des en las actividades haliéuticas, entre ellos, buzos, pescadores de línea o de redes y arponeros. Asi-mimso, se pudo hacer el registro de la existencia de variantes regio-nales en relación con los tipos de conocimiento que estos pesca-dores poseen. En algunas zonas como las del Cabo de la Vela y Carrizal, los pescadores hicieron énfasis en los relatos mitológicos y en su poca preocupación por la toponimia marina, mientras que en otras zonas como Camarones,

Punta de la Vela y Popoya, los nombres dados a los arrecifes y caladeros tienen más importancia que el aprendizaje de narraciones mitológicas sobre los seres marinos.

Este capítulo, en concreto, parte de los siguien-tes interrogantes: ¿cuáles son los patrones de asen-tamiento y distribución espacial de los pescadores indígenas a lo largo del litoral guajiro?; ¿cuáles son los tipos de concepciones territoriales y regulaciones existentes para el acceso a los recursos marinos en los asentamientos costeros wayuu?; ¿cómo se maneja la información sobre los recursos pesqueros? y ¿cómo es representado espacialmente el mar en las narra-ciones wayuu?.

Figura 144. Fiestas tradicionales wayuu en el municipio de uribia, La Guajira (Fotos: archivo Corpoguajira).

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Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu 151Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu Atlas Marino Costero de La Guajira

Los asentamientos costeros wayuu

El general Francisco Pichón, señalaba en su famosa “Geografía de la península” (1947) que:

“Los guajiros dividen en cuatro partes la tierra que ocupan: GUAJIRA ARRIBA, a la parte de la península comprendida entre su garganta y su extremo norte; GUAJIRA ABAJO desde el istmo mencionado y la margen derecha del río Ranchería; LA MONTAÑA, a las sabanas aledañas a Montes de Oca, y LA PLAYA, toda la costa occidental…A los que habitan en la primera parte les dicen guinpeje-guar (sic) (arriberos); a los que residen en la segunda, guopujeguar (abajeros); a los que pueblan la tercera guichijeguar (de la montaña), y a los que viven en la cuarta, aparanse (pescadores)” (Pichón, 1947:91).

Por otro parte, los pastores wayuu llaman a los habitantes de la zona costera “apalaanshi” (de palaa: mar), término despectivo con alusiones geográficas, pues traducido literalmente al español significa playero: que vive a orillas del mar. Algunos de los grupos familiares asentados cerca al litoral poseen también rebaños de cabras y ovejas, pero su calendario social y económico, conocimientos y patrones migratorios, están fuertemente orientados hacia el aprovechamiento de los recursos del medio costero. En consecuencia, los asentamientos “apa-laanshi” corresponden a aquellas comunidades wayuu en donde la influencia de los cuerpos de agua marinas es significativa.

La mayor parte de los asentamientos de pesca-dores wayuu se encuentran dispersos a lo largo de la costa occidental de la península, desde Laguna Grande, en la boca de Camarones, hasta Castilletes, en la parte colombiana, y aún continúan hasta las comunidades de pescadores de Neima y Cojoro, situadas en la parte venezolana de la península. La zona costera indígena del departamento de La Guajira puede dividirse en dos sec-tores. El primero de ellos abarca desde Laguna Grande hasta el Cabo de la Vela y el segundo desde este hito geo-gráfico y cultural hasta Castilletes. Esta diferenciación, además, se relaciona con las características morfológicas y sedimentológicas de la plataforma continental, pues al noreste del Cabo de la Vela la plataforma continental se estrecha, la profundidad aumenta y los suelos tienden a ser lodosos y de naturaleza litoclástica; mientras que al suroeste del Cabo, la plataforma tiende a ser más plana y los suelos son de carácter arenoso con una proporción bioclástica mayor (Díaz, 2003).

El primer sector (desde Laguna Grande hasta el Cabo de la Vela) abarca una extensión aproximada de 135 km, registrándose allí la máxima concentración de comunidades de playa o “apalaanshi”. Adicionalmente, este territorio se considera de gran tradición pesquera dado que aquí se desarrolló históricamente la explota-ción de los bancos de perlas desde el siglo XVI.

Entre las principales comunidades indígenas dedicadas a la pesca marina visitadas durante el trabajo de campo que da lugar a este capítulo, se mencionan las siguientes: Kari Kari, Boca de Camarones, Tocoromana, puerto Guasimo, El Ajumao, El Colorao, La Macolla, Puente Guerrero, La Cachaca, puerto Caracol, Las Deli-cias; Marbella y Villa Fátima (las dos últimas son áreas urbanas indígenas de Riohacha), El Pasito, El Cangre-jito, La Raya, Punta de La Vela, Buena Vista, Popoya, Mayapo, El Pájaro, Sarampión, Tawaya, Marakari (Musichi), Manaure Abajo, Piedras Blancas, Santa Rosa, Ahuyama, Poportin, Ariguayao, El Cardón, Soruipa, Carrizal, Arema, Murujuy, Aipir, Koushotchon, Cabo de La Vela, Kasiwolin, Media Luna, Portete, San José de Bahía Honda, Pusheo, Punta Gallinas, bahía Hondita, puerto Virgen, Chimare, puerto Lodo, puerto Estrella, Neimao, Nueva York, Punta Espada, Parajimarú, puerto Ingles, Topía, El manglar de Pablito, puerto López y Castilletes.

El censo binacional realizado en 1992 por Colombia y Venezuela, reveló que un total de 2.333 hombres wayuu se dedicaban a la pesca como activi-dad económica principal y otros 1.885 indígenas se dedicaban a la explotación de sal en la zona costera. La Gobernación de La Guajira estimaba en el 2004 que en el departamento se encontraban 2.030 pesca-dores permanentes, con una población dependiente de 13.330 personas. El número de embarcaciones emplea-das para la pesca artesanal se estimó en 612, de las cuales 348 eran lanchas de madera, 52 embarcaciones de fibra de vidrio y 212 cayucos tradicionales. Estas cifras, sin embargo, pueden reflejar un subregistro de las embarcaciones, debido a las dificultades logísticas para realizar un censo efectivo de éstas.

Embarcaciones Las embarcaciones utilizadas por los indígenas

wayuu son fundamentalmente de dos clases: los cayucos o las canoas tradicionales, llamados “anua” en lengua nativa wayuunaiki, y las chalanas o lanchas, construidas en madera o en fibra de vidrio, las cuales se consideran de reciente introducción.

Los remos empleados por las embarcaciones tra-dicionales impulsadas a vela o por este medio tienen medidas variables. Un cayuco en la zona de Musichipa portaba un remo que presentaba 2,2 m de largo y 20 cm en su parte más ancha. En tanto que otro en la comuni-dad de La Cachaca tenía un pequeño remo de 1,25 m. Además de los remos, también se utilizan instrumentos de madera en forma de pala llamados “anulechi”, cono-cidos en español con el nombre de canaletes, los cuales funcionan como timones, y cuyo tamaño es proporcional al de la canoa que impulsan. Una medición realizada en campo, encontró que un canalete media 1,80 cm de largo. Con este instrumento, los pescadores wayuu buscan también el sonido de las piedras en los fondos marinos

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152 Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuuTerritorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu

con el fin de localizar especies altamente valoradas como es el caso de las tortugas.

Los motores utilizados por las embarcaciones son principalmente de dos tipos: central y fuera de borda. Los primeros tienen mayor aceptación entre los wayuu y son designados con el término onomatopéyico toko-toko por el sonido característico que hacen al funcionar. Usualmente, estos motores suelen ser en su mayor parte de la marca Briggs & Stratton y tienen una capacidad entre 12 o 16 H.P., por ende, requieren menor canti-dad de combustible para su operación que los motores fuera de borda, los cuales son de una potencia mayor. Además, los pescadores wayuu les arman y desarman con facilidad. En contraste, la mayor complejidad en su operación y mantenimiento, la requieren los motores fuera de borda, menos utilizados que los centrales y se afirma como justificación entre muchos pescadores que el ruido que producen puede alejar a los peces.

La denominada chalana es una embarcación intro-ducida en las últimas décadas desde Venezuela y Rioha-cha, construida en astilleros y compuesta de varias piezas de madera que requieren continuo mantenimiento. Éstas son impulsadas por motores de tipo central o fuera de borda. Actualmente, varios constructores wayuu asen-tados en zonas cercanas a Riohacha también construyen estas barcas.

En tiempos recientes, los pescadores wayuu acos-tumbran pintar y decorar la proa de las embarcaciones dibujando ojos, que les sirven para reconocer el camino de retorno a casa, no extraviarse en las noches y ubicar los bancos de peces. De igual forma, se representan en los costados diseños tradicionales llamados “suchepa” que, a semejanza de las pinturas faciales de las mujeres wayuu, son considerados el maquillaje de las canoas. El conjunto de decoraciones en la proa permite, en muchas ocasiones, la conformación de un rostro singular que constituye la personalidad de la nave (Figura 145).

Figura 145. Rostro de la canoa. (Foto: archivo Corpoguajira).

Figura 146. Pescadores sobre

embarcación wayuu impulsada por vara

en laguna (Foto: archivo Corpoguajira).

Las embarcaciones pueden también clasificarse en masculinas y femeninas. La embarcación hembra, “Jier”, es aquella que es ancha, curvilínea y gruesa; mientras la embarcación macho, “To’olo”, es aquella que es delgada y recta.

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Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu 153Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 147. Suchepa o decoración de canoa.

En las canoas, la tripulación acostumbra llevar el “washu” o “lapuna”, el cual es un recipiente cilíndrico construido del fruto del calabazo en el que guardan principalmente tabaco, fósforos y una corteza aromá-tica llamada “arouka” o “malambo” (Croton malambo), que se utiliza en rituales de aspersión e impregnación de las redes como ofrenda a la “Pulowi” de mar, ser hiperfemenino que niega o concede el acceso a los recursos marinos. Antiguamente se solía llevar también el “Ulupu”, instrumento construido del caparazón del caracol pala (Strombus gigas), al que se le corta el pico y produce un sonido ronco y potente. Este instrumento se utilizaba para comunicarse entre las tripulaciones de diversas canoas que pescaban en la noche, además de utilizarse para llamar al viento y para alejar a seres dañinos, como los denominados “Yoluja”: sombras de los muertos provenientes de “Jepira” (el mundo sobrenatural wayuu), a las que se les atribuyen también enfermedades y muertes de animales.

La canoa es representada por algunos pescado-res indígenas como una especie de caballo de mar al cual se le componen cantos cuando se está alegre y se establece, por lo tanto, una relación especial con ella. Las espumas del mar que deja el cayuco a su paso se asemejan a las flores del árbol de jobito (Cordial aba),

“koushoutkijatusu”, y como tales, son percibidas por las tortugas dentro del juego erótico que mantienen con los pescadores. Ellas, cuando ven llegar las embarcacio-nes, esperan en fila a los hombres que las ocupan como mujeres coquetas que aguardan a sus maridos.

Artes de pesca Delfín Quezada (1996) considera que las técnicas

de pesca pueden ser clasificadas en activas y pasivas. Entre las primeras, se cuentan las técnicas basadas en arpones, cordeles o líneas, redes, etc. Mientras que entre las pasivas se encuentran las basadas en nasas, trampas y palangres.

Los arpones se cuentan entre los instrumentos de pesca más tradicionales. En tiempos anteriores, los arpones se construían con madera y cuerdas, utilizando como puntas espinas de raya. Las puntas de hierro se incorporaron recientemente, al producirse el contacto con la población europea. Existen varios tipos de este instrumento, los wayuu llaman al arpón utilizado para capturar tortugas “chuus” y al que se emplea para obtener peces, “jatpuna”. Estos vocablos probablemente se derivan de los términos en español chuzo y arpón, respectivamente. La denominación puede relacionarse también con el tipo de madera con que están construi-dos; así, el término “junna” hace referencia a un arpón

construido con mangle rojo que se elabora con un tipo de algarrobillo. Los peces que se capturan con este ins-trumento son el carite (Scomberomorus maculatus), jurel (Caranx hippos), y sábalo (Tarpón atlanticus). Actual-mente, los pescadores wayuu también utilizan pistolas para pesca submarina, algunas de las cuales adquieren en el mercado y otras son fabricadas por ellos mismos. A este elemento le llaman sonía. Caretas y aletas de tipo occidental también tienen un uso extendido entre los buceadores indígenas.

La pesca con línea de mano o cordel, se hacía anteriormente con hilo de curricán, en la actualidad, se elabora con nylon. El cordel es una extensión de nylon envuelta en un carrete de madera que tiene en un extremo un pedazo de plomo y cerca de éste un anzuelo; se usa desde una embarcación en alta mar cuando está anclada.

La pesca con redes comprende varias modalida-des, desde el lanceo de fondo hasta la simple pesca con atarraya en la orilla. De acuerdo con lo narrado por los pescadores wayuu en tiempos anteriores, no se empleaba el nylon sino hilo de algodón, curricán y algarrobillo, con los cuales se hacían el cordel y las redes con que se capturaba camarones y otras especies. Las boyas que eran utilizadas solían ser de maderas livianas y las pesas se construían con material lítico.

Las redes empleadas actualmente pueden ser de hilo, cabuya y nylon. Diversas redes integradas forman un “chinchorro”. Éste puede alcanzar una longitud de 250 m o más, y consta de pesas de plomo en la parte inferior, y boyas o flotadores en la parte superior. La especie que se desee capturar determina también el tipo de entramado en la red del chinchorro. En consecuencia, hay redes tortugueras, cazoneras, cariteras y langosteras, las cuales se emplean para capturar tortugas, el cazón (un juvenil de tiburón), sierras, carites y langostas, res-pectivamente.

Las redes tortugueras se caracterizan por tener un ojo grande de 35 x 35 cm, y estar sostenidas por dos cuerdas horizontales o mecates. Una de las cuerdas se halla en la superficie provista de boyas o, en algunos casos, de flotadores hechos de círculos recortados de chancletas viejas o sandalias de plástico espumoso de segunda mano. En cada punta, la cuerda tiene una boya grande para que la red sea visible a distancia. En algunas comunidades marítimas, como la del Cabo de la Vela, estas boyas generalmente se arman con botellas plásticas de gaseosa de 2 litros usadas, o envases plásticos de 5 litros de agua. En el extremo inferior de la red, por su parte, se encuentra otra cuerda también de manera hori-zontal, que tiene plomos o pesas. Este mecate inferior, en cada extremo, tiene un ancla de piedra o hierro que sirve para que las corrientes o mareas no cambien la red de posición. De esta manera, la red queda extendida desde la superficie hacia el fondo, aproximadamente 4,5 metros, y generalmente tiene una longitud horizontal de 15 a 20 metros; algunas veces, los pescadores wayuu unen varias redes tortugueras para un mejor efecto. Esta red es tejida por los pescadores locales, quienes usan cuerdas

 

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154 Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuuTerritorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu

delgadas de nylon para este fin. Una vez terminada, esta red permanece todos los días en el agua (24 horas), solo es retirada para limpiarla de algas, repararla o cuando está muy enredada a causa de una tortuga.

La comúnmente conocida red transparente atrapa todo tipo de peces y es fabricada de nylon de monofi-lamento, lo que origina que los peces no la vean y sea ampliamente efectiva. Tiene el tamaño del ojo pequeño, de 10 x 10 cm, y una longitud aproximada de 200 metros. Esta red se coloca hacia el final de la tarde y se recoge en la mañana del día siguiente. Es fabricada en Colombia, Panamá y en Venezuela, y generalmente es comprada por las pesqueras del Cabo de la Vela para ser vendida a los pescadores mediante el sistema de endeudamiento, él cual consiste en que el pescador le venderá todo su producto a esta empresa pesquera e ira pagando gra-dualmente la deuda adquirida.

La red langostera es una de las más importantes por el alto precio al que es comprada la langosta. Esta red tiene los dos mecates con boyas y pesas, pero las boyas no flotan tanto y la red queda a ras del suelo en forma de una gran bolsa. Cuenta además con las boyas de ubicación y las piedras de anclaje, anteriormente men-cionadas. Cuando la langosta sale a buscar comida en la noche queda atrapada. El ojo de esta red es de tamaño pequeño, de 10 x 10 cm.

La red Caritera sirve para capturar carites, sierras, jureles y otros peces migratorios que se acercan a la costa para comer sardinas. Cuando se coloca en el mar, ésta queda suspendida en el agua por medio de una cuerda con flotadores y plomos. No obstante, esta red, a dife-rencia de las redes tortugueras, tiene ojos pequeños de 10 x 10 cm, y es tejida con una cuerda delgada de nylon. Su longitud puede alcanzar aproximadamente entre 150 y 300 metros. Ésta se coloca al final de la tarde y se recoge al día siguiente en la mañana. Debido al tamaño pequeño de su ojo, su fabricación requiere mayor canti-dad de material, incrementando de esta manera su valor (Thiele y Villate, 2002).

La concepción de territorio, vivienda y campamento

Duremberg y Pallson (1987) consideran que las reglas de acceso a los recursos marinos deben ser entendidas en el marco general del sistema social y eco-nómico del cual forman parte. Por ello, es conveniente identificar los niveles de asentamientos tradicionales en La Guajira, los cuales ordenan frecuentemente las relaciones espaciales entre las distintas unidades polí-ticas y sociales wayuu.

Pare este fin, adoptaremos aquí el concepto acuñado por Goulet (1981) de patria wayuu o “woum-mainpaa”: “nuestra tierra desde el pasado”, él cual corresponde a una extensión geográfica socializada y humanizada por uno o varios grupos de parientes uterinos, los cuales la identifican como lugar de per-tenencia. Dicha extensión de tierra puede tener un elástico sentido de exclusividad negativa de la cual son sujetos los restantes grupos familiares indígenas.

En la patria wayuu se encuentran hitos territoria-les que le dan sentido a la misma, entre ellos: cemen-terios, viviendas, lugares de evitación o asociados al conjunto mítico, fuentes de agua, tierras de pastaje, caza, agricultura y recolección, secularmente aprove-chados por los wayuu que allí habitan. En el caso de los playeros o “apalaanshi”, la patria wayuu también incluye las bocas de lagunas litorales, áreas de salinas y playones, en los cuales se aprovechan los recursos esta-cionales derivados de éstas. Allí pueden residir también los hijos biológicos y clasificados, más los afines del grupo familiar, con el consentimiento del conjunto de parientes uterinos ligados al territorio, llamados

“apüshii”.

Las patrias wayuu ponen de manifiesto una rica toponimia entre la comunidad, pues se designan con nombres diversos tales como “Ishotshiima’ana” de

“Ishotshi”, tierra quebrada, y “ma’ana”, tener o apropia-ción: por tanto, al traducrila se tiene “lugar de tierra quebrada”. Adicionalmente, la patria wayuu puede albergar en su territorio diversos vecindarios o ran-cherías.

El vecindario y/o ranchería es un conjunto de viviendas en las cuales se encuentran personas unidas por nexos de consanguinidad, residencia y afinidad. Aquí, el nivel de cooperación económica es más estre-cho. Además, el vecindario tiene también un nombre que corresponde al sitio específico de este nivel de asentamiento o a un hito cultural o geográfico. De esta manera, en el territorio de “Uuchitu’u”, zona de los cerros del Cabo de la Vela, se encuentran los lugares de “Pantu’u”, “Lujo’u” y “Jepira”.

La vivienda o “Miichipa”, por su parte, está formada por las diversas construcciones necesarias

Figura 148. Pareja de pescadores

wayuu recogiendo red de pesca en

la localidad de Ballenas (Foto: archivo

CSC-Invemar).

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Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu 155Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu Atlas Marino Costero de La Guajira

para la vida de una o varias familias nucleares, así como para el desarrollo de sus actividades económi-cas. Comúnmente, una vivienda se compondría de la unidad de habitación, la enramada, la cocina, el corral, y en algunas zonas: la “roza” o área de cultivo. En el caso de las comunidades de playa la vivienda tiende a ser más sencilla que entre los pastores y posee, general-mente, menos componentes. Usualmente, la vivienda es construida con paredes y techo de yotojoro, varas secas de cactus, o también en barro y palmas, de acuerdo con la oferta de estos materiales en el área en donde esté emplazada.

Las enramadas, luma, constituyen el espacio social de la vivienda, en tanto que la habitación está reservada a los miembros de la unidad familiar. En estas enramadas el pescador teje pacientemente sus redes, pesa el producto de una faena de pesca y recibe a sus visitantes. En algunos asentamientos, como Las Delicias y “Popoya”, se encuentran en la propia orilla conjuntos de enramadas que amparan las embarca-ciones. En ellas, también se realizan las transaccio-nes con los intermediarios y en el momento de arribo de las lanchas, en la mañana o la tarde, se aglomeran numerosas personas. Cerca a ellas, las mujeres playeras evisceran, descaman y retiran las huevas de los peces capturados por los hombres.

Los pescadores tienden a ser muy recursivos al momento de tornar funcionales diversos elementos del entorno de sus viviendas. Por ejemplo, un arbusto seco sirve a las mujeres para colgar vasos y tazas de metal de sus delgadas ramas o se improvisa como área de cocina. Caparazones de tortuga se emplean como singulares bandejas de alimentos. En los bajos techos de algunas viviendas se pone a secar el pescado y en las aguas someras, situadas al frente de éstas, se colocan las nasas que conservan vivas a las langostas hasta el momento de su entrega a los intermediarios y/o a los agentes de empresas pesqueras.

Cuando escasea la pesca, los “apalaanshi” suelen realizar transitorias campañas a otros territorios coste-ros, las que pueden durar entre dos semanas y un mes, aunque algunas personas afirman que anteriormente éstas solían extenderse hasta dos meses. Estas campa-ñas se denominan “apalaanja”, y convocan a conjuntos de entre tres y quince embarcaciones con sus respecti-vos tripulantes, quienes establecen campamentos tem-porales en los cuales las responsabilidades de armar las enramadas, pescar, salar los peces capturados, reparar las redes, buscar leña y cocinar, se comparten por igual entre la población masculina que las conforman. La estación más propicia para realizar estas expediciones de pesca, es la correspondiente a “Iwa” (abril-mayo) y, de acuerdo con el calendario lunar, la fase oscura del satélite es la más propicia porque se capturan las especies de mayor valor comercial como es el caso de los pargos, meros, sierras y otros.

Para algunos pescadores, los campamentos pueden levantarse libremente y no se requiere pedir permiso a los grupos familiares asentados en esa área

costera para realizar las tareas de pesca. Otros, sin embargo, afirman que se acostumbra avisar con antici-pación a los habitantes seculares de un territorio sobre la llegada de los visitantes.

“Para hacer campañas siempre acostumbramos a pedir permiso a las personas que son miembros de la comunidad a donde tenemos que enrrancharnos; a cambio de eso tenemos que brindarles pescados. A veces hacemos un intercambio de pescados por leñas, agua y chicha” (José Ulises Redondo Epinayuu).

Otro tipo de campamentos temporales se levanta cerca de las charcas de sal durante el verano, época en que se realiza la extracción de este recurso natural. Estos campamentos son prontamente improvisados, cuentan con la presencia de mujeres y se construyen con sacos, lonas, retazos de madera e incluso cartón. Adicionalmente, durante las estaciones caracterizadas por la abundancia de tortugas, en los territorios coste-ros de “Mülujui” y “Müsishiipa”, situados entre Carrizal y el Cabo de la Vela, se encuentran numerosos campa-mentos de pesca bajos los raquíticos arbustos improvi-sados con telas y madera. Mediante estas minúsculas adecuaciones que les sirven de vivienda temporal, los pescadores buscan principalmente la protección de la sombra que alivia las condiciones caniculares del desierto guajiro.

Pollnac (1984) sostiene que los derechos territo-riales en comunidades de pescadores (territorial use of rights fisheries (TURFs)2), presentan varias dimen-siones cruciales e importantes que permiten dar una descripción completa del fenómeno en una situación dada. Lo básico para cualquier tipo de TURFs es un territorio, usualmente definido por alguna suerte de frontera. Christy (1982), observa que esas fronteras en el ambiente marino se caracterizan por una suerte de definición o difusión, variando de áreas claramente demarcadas, asociadas usualmente con equipos fijos, a fronteras bastante difusas fuera de la costa, en mar abierto.

El reconocimiento entre los pescadores wayuu de los derechos territoriales sobre áreas costeras cla-ramente identificables en su núcleo, pero difusamente delimitadas en sus fronteras, parece basarse, como en el caso de las tierras de pastoreo, en el reconocimiento del principio de precedencia de grupos de parentesco en la ocupación y residencia sobre dichas áreas. El prin-cipio de precedencia restringe el ingreso de pescadores adicionales, además de limitar la entrada de nuevos equipos y el aumento del existente.

“El mar que está al frente de nosotros lo con-sideramos nuestro, cuando vienen hasta aquí unos pescadores de Mayapo, de El Pájaro o de otras partes, ellos tienen que pedir permiso” (José Ulises Redondo Epinayuu).

El principio de adyacencia, entendido como la proximidad espacial de una unidad social determi-nada a unos recursos naturales específicos, actúa en el

2. Derechos de uso territorial en comunidades de pescadores.

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156 Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuuTerritorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu

mismo sentido. En otras palabras, la adyacencia com-prende varios niveles y distintos recursos. A nivel de comunidad, por ejemplo, es la proyección del mar y los playones de los derechos que tienen los habitantes de una patria wayuu determinada para aprovechar unos recursos naturales con prioridad sobre cualquier foras-tero. En un sentido más restringido, la adyacencia al litoral, se traduce en el derecho de un grupo familiar a explotar secularmente una o varias charcas en los playones, y el respeto al sitio en el mar (lecho marino), donde un individuo coloca un palangre o una trampa.

Manejo de información y acceso a los recursos marinos

Duremberg y Pallson (1987) han advertido sobre la tendencia de algunos antropólogos a confundir prácticas de restricciones en el acceso a los recursos marinos, con concepciones de propiedad de dichos espacios; lo cual, en occidente, tendría el mismo sig-nificado que tiene la propiedad sobre áreas terrestres. En este sentido, no se debe entender las concepciones de control territorial que manifiestan los pescadores wayuu, como el derecho eterno y excluyente de un individuo o un grupo de individuos sobre una exten-sión cercada y limitada de tierra, o sobre unos recursos naturales cuya extracción monopoliza, como propiedad privada. En este caso, es algo mucho más flexible: es el reconocimiento social del uso y la permanencia que un determinado grupo social ha tenido sobre unas tierras o playas ancestrales.

Algunos pescadores wayuu expresan que el mar es abierto y cualquiera puede pescar en sus aguas. Incluso, es posible armar un campamento de pesca tem-poral en una zona costera sin el consentimiento de sus

Figura 149. Vivienda típica

wayuu hecha de barro y yotojoro

u otro tipo de cactus (Foto: Archivo

Corpoguajira).

habitantes ancestrales, y aunque ello cree algunas ten-siones entre ocupantes temporales y residentes, ello no lleva a una disputa abierta. Esto ocurre principalmente porque dichas situaciones involucran tanto una tempo-ralidad no amenazante de los campamentos, como las posibilidades de reciprocidad que se abren o reafirman para el grupo receptor, respecto de las playas de origen de los visitantes. Adicionalmente, del arribo de los pes-cadores suelen derivarse beneficios para quienes tienen la precedencia en la ocupación de un territorio, como puede ser el recibir como obsequio pescados por parte de quienes han levantado el campamento temporal de pesca en el territorio ajeno.

Acheson (1981) ha expresado que en comuni-dades donde los lugares de pesca no son formalmente apropiados, el secreto y el manejo de información sobre éstos, puede actuar como derechos de propie-dad sobre dichos recursos. MacCay (1978), por su parte, considera que en la mayoría de las sociedades pesqueras los derechos se dan sobre espacios marinos y no sobre los recursos en sí mismos. En opinión de Pollnac (1984), intentar incluir el secreto como un aspecto de la tenencia marina, es llevar el asunto más allá de los límites de la credibilidad. En prácticamente todas las comunidades pesqueras con acceso abierto y con tenencia comunitaria, los pescadores intentan conservar el conocimiento concerniente a la localiza-ción de los lugares y reservas de buena pesca, dentro del máximo secreto respecto de otros pescadores. Este conocimiento es compartido solo con sus parientes y amigos. De esta manera, el único tipo de tenencia envuelto en este proceso es el del propio conocimiento; por lo cual, la inclusión del secreto como una forma de tenencia marina, debe ser soslayada.

Ciertos pescadores consideran que sus áreas marinas de pesca pueden funcionar como una con-tinuidad territorial de su patria wayuu localizadas en tierra firme. La humanización y socialización de los caladeros adyacentes, a través de una rica toponimia, es parte de un proceso gradual de conformación de formas elásticas de tenencia marina. Para Josechón Wouliyuu, habitante de “Tokoroma’ana”, su comunidad se prolonga más allá de las zonas de playa: “Hay otra Tokoroma’ana en el mar formada por nuestras piedras”. Dichas piedras son los caladeros específicos de pesca que pueden mencionar con su respectiva profundidad:

“Tokoroma’ana son cadenas de piedras donde viven las tortugas y variedades de peces. Está en 3 brazas de agua. Por eso aquí en tierra se llama Tocoromana. También hay otras piedras que se llaman Kantico, Chemermana (4 brazas), Perapu (5 brazas) y una de 3 brazas”(Josechon Wouliyuu y Carlos Epieyuu).

En las distintas comunidades visitadas, desde boca de Camarones hasta el sector de Manaure, los pescadores wayuu pueden mencionar los caladeros que se encuen-tran en sus áreas de pesca (Tabla 29, 30 y 31).

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Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu 157Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu Atlas Marino Costero de La Guajira

Nombre de piedras Profundidad

Kaarton 3 brazas – Puerto Caracol

Wairachon. 2 brazas – Puerto Caracol

Kulirapia 4 brazas

Pachecomain – 1 y 2 2 brazas y 4 b. Puerto Caracol

Wasitpana – 1 y 2 2 ½ brazas y 4 ½ b. La Cachaca 1

Tulianain 7 brazas – Puente Guerrero

Jurulua 8 brazas – La Macolla

Kayalapala 5 brazas – Boca de Camarones

Shemerma’ana 6 brazas – Boca de Camarones

Kajunnashima’ana 3 y 4 brazas – Laguna Grande

Emeijui 7 brazas – Potrerito

Tabla 29. Listado de caladeros enumerados por Giño Uliana, de Puesto Caracol.

Nombre Profundidad

Oloonter 3 ½ brazas

Epiranain 9 brazas

Waliruluchain 7 brazas

Mayaapuna 5 brazas

Kuspiranain 6 brazas

Nombre Profundidad

Taatayu 4 brazas

Kulirapia 3 brazas

Kajunnashima’ana 4 brazas

Shemerma’ana 3 brazas

Itama’ana 3 brazas

Washima’ana 4 brazas

Kijoshi 6 brazas

Kaporoma’ana 3 brazas

urachipule 4 brazas

Torochoma’ana 6 brazas

Tankakat 5 brazas

Walirama’ana 5 brazas

Wamachito 5 brazas

Tabla 30. Caladeros citados por Talepito

Wouliyuu, de la patria wayuu de La

Raya.

Tabla 31. Sitios de pesca citados por Ministro Epieyuu

de la comunidad de Laguna Grande.

Las comunidades costeras, afirman Duremberg y Pallson (1987), han desarrollados varios procedimientos informales para regular el acceso a los recursos marinos. El primero de ellos, es el manejo del secreto, es decir, no hacer público el conocimiento necesario para realizar faenas de pesca exitosas en un determinado lugar. El segundo, consiste en definir territorios que los pescadores defienden contra la intrusión de otros. En la península, el manejo del secreto entre pescadores es una práctica muy extendida; la localización de nuevos caladeros se comparte solo con los parientes más cercanos como hijos, sobrinos y/o hermanos.

“Cuando un buzo descubre unas piedras llenas de langostas, él se queda callado, guarda el secreto, no se lo dice a nadie, solamente se lo dice a sus hijos. Así le pasa también al pescador que descubre un caladero llena de peces” (Josechon Woluiyuu).

La colocación de trampas en el fondo del mar para la pesca de langostas, conlleva la señalización de un espacio marino determinado, y por consiguiente, una exclusión relativa y temporal para los demás pescado-res. Lo mismo ocurre cuando se coloca un palangre3 o

una red, las cuales se señalizan con boyas y banderas, lo cual implica el respeto a las piezas capturadas, aún, en ausencia del pescador que las coloca.

El tipo de especie deseada y la modalidad de pesca que se utiliza, influyen decisivamente en la elasticidad y grado de exclusividad con que se considere el acceso a unos recursos, en un territorio determinado. En la obtención de camarones al interior, o en las bocas de los playones, se puede presentar aglomeración de pes-cadores de distintos grupos familiares y provenientes de asentamientos lejanos de pastores en un espacio relati-vamente estrecho. Esto, es una modalidad donde hay prácticamente acceso abierto; aquí, la obtención de los recursos es relativamente fácil y la destreza individual no tiene la misma importancia que en la pesca exterior. Intentos de regulación de este tipo de pesca han sido registrados durante estudios en la Boca de Camarones.

“Anteriormente, para la época del camarón, los wayuu tocaban latas como si fuera una Kasha4, ese era un aviso de que ya se podían meter en la salina a coger camarón. Los chinchorros de 3 y 4 brazas de largo, podían llenar hasta un cayuco en una sola chinchorrada. El camarón comenzaba a reprodu-cirse en el mes de octubre y se cogía en el mes de enero”(Carlos Epieyuu).

En tiempos recientes, no se da este tipo de meca-nismos en la zona de Camarones, por lo cual la talla de éstos ha disminuido, según reportan los propios pesca-dores de la zona.

Disputas entre pescadores

Las disputas entre pescadores wayuu pueden presentarse tanto por el control de un espacio marino, como por hurtos de redes y productos de pesca. Estas dispustas suelen presentar variaciones en el grado de ocurrencia a lo largo del litoral. En el Cabo de la Vela, por ejemplo, las conductas asociadas a hurtos de redes de pesca son tan frecuentes, que algunos pescadores se ven obligados a dormir en sus canoas durante la noche para vigilarlas. Esto puede deberse, en parte, a la alta concentración de embarcaciones, con refe-rencia al número habitual de las existentes en otras comunidades indígenas, además de operar en un área geográfica reducida. Por otra parte, las características físicas del Cabo son muy singulares con repsecto a otras zonas, puesto que la costa cambia a partir de dicho hito geográfico tornándose más profunda y accidentada y, por lo tanto, más riesgosa para la pesca artesanal. Durante el año 2003, existieron 45 embarcaciones de pesca artesanal propiedad de indígenas censadas en el área del Cabo de la Vela, sin incluir a las localizadas en la asociación de pescadores de la parte sur de dicha

3. El palangre consiste en un serie de anzuelos -que pueden ser cien o más- espaciados en el mar, sostenidos por boyas fijadas en un ancla. El tamaño del anzuelo sugiere el tipo de especie que se quiere atrapar. También influye el tipo de carnada que se utiliza. Puede haberlos de superficie de media y agua, y de fondo. [Nota del autor].

4. Instrumento musical wayuu. Consiste en un tambor cilíndrico de dos capas que se utiliza como medio de convocatoria, competencias ecuestres y en la danza wayuu llamada yonna. [Nota del autor].

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158 Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuuTerritorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu

población ni las embarcaciones de pesca industrial que también operan allí.

El 21 de noviembre de 1995, un grupo de habi-tantes de la patria wayuu de Auyama, solicitó com-pensación económica a pescadores residentes en el Cabo de La Vela, porque un familiar de éstos últimos disparó en alta mar a las tres embarcaciones en que los primeros ejercían faenas de pesca, poniendo en peligro su integridad física y la de los demás ocupantes de las mismas. Luego de un arreglo ante la Comisión de Asuntos Indígenas de Uribia, se determinó que los agresores debían entregar la suma de $2.000.000 de pesos a los agredidos, además éstos podrían retornar a las aguas del Cabo de La Vela a realizar pacíficamente sus faenas de pesca, sin ningún tipo de confrontaciones en el futuro.

En contraste, al sur del Cabo de la Vela, los pes-cadores afirman que las disputas y hurtos de elemen-tos de pesca son de poca ocurrencia. Al parecer, las condiciones peligrosas de navegación y pesca suelen fortalecer lazos de cooperación y solidaridad, además de estimular conductas dirigidas a eludir el conflicto. En las áreas cercanas a centros urbanos, o en donde también hay pescadores alijuna, se suele atribuir a ellos la autoría de tales acciones.

“Anteriormente se podía identificar un ladrón de redes. Hoy no porque hay mucha gente de otras partes, hay alijuna como los punteros y los dibu-lleros, inclusive entre uno mismo. Cuando se dan cuenta de un robo se lleva la palabra. Siempre se lleva la palabra a un tío” (Carlos Epieyuu).

Últimamente los mayores perjuicios a las artes de pesca wayuu provienen de las embarcaciones de pesca industrial, que destruyen los sistemas de seña-lización tradicional de trampas y redes colocadas por los “apalaanchi”. En consecuencia, en las dependen-cias gubernamentales del orden nacional y regional, así como en los medios de comunicación escritos, se encuentra todo un cuerpo documental que atestigua los reiterados conflictos que se dan en aguas de la penín-sula, entre las tripulaciones de los buques pesqueros de tipo industrial5 y los pescadores artesanales wayuu. Este antagonismo está relacionado, de manera casi exclusiva, con la presencia de esas naves en espacios marinos ancestralmente aprovechados por los pesca-dores indígenas. Dicha situación usualmente conlleva a la destrucción de las redes y señales de pesca de los nativos, la depredación sistemática de especies marinas con alto valor simbólico como el tiburón -del cual solo aprovechan las aletas arrojando al mar el resto de la carne debido al poco espacio disponible en las cámaras de refrigeración- y el empleo indiscriminado de proce-dimientos de captura, como las redes de arrastre, que afectan los fondos marinos y tienen, según Díaz (2003), consecuencias nefastas para los recursos pesqueros de La Guajira.

Las representaciones del mar y de los seres marinos

En el marco de los sistemas clasificatorios indígenas, los seres marinos suelen diferenciarse entre seres “sima-luna” o cimarrones, y seres “mürüt”, mansos y domestica-bles. Lo “simaluna” es propio de espacios no controlados totalmente por los humanos. Se hallan asociados a lugares boscosos de la tierra o agitados del mar, de los cuales, no sin riesgos, se puede entrar o salir. Como espacio lo cimarrón hace alusión a lugares antiguos, inhóspitos, desconocidos o parcialmente conocidos, que presentan peligros y limitaciones a la acción humana. Lo “simaluna”, entonces, se refiere a seres no domesticados: especies de mamíferos tales como jaguares, reptiles como las serpien-tes, peces como el tiburón, insectos como las abejas y/o aves de rapiña6.

El mar primigenio es considerado por excelencia un espacio cimarrón. No obstante, el conocimiento del universo marino por parte de los pescadores wayuu no es un conjunto de ideas estáticas que se han mantenido inmutables de generación en generación, antes bien, se constituyen y reconstituyen en respuesta a las trans-formaciones sociales y ecológicas y, a su vez, también configuran las relaciones sociales dentro de la comu-nidad. De una concepción primigenia del mar como ser cimarrón “Simaluna Palaa”, en un principio, se ha pasado en el transcurso de siglos, quizás de décadas, a un mar considerado “mürüt”, doméstico o en trance de domesticación.

Una visión compartida por los pescadores wayuu, es la de representar al mar como un corral gigantesco en el que pastan los animales marinos. Estos les pertenecen

Figura 150. Hombre wayuu (Foto: archivo Corpoguajira).

6. Una categoría más amplia de animales es la de uuchii, la cual abarca a todos los animales, de todas las especies, de los distintos hábitats, incluyendo a los reptiles e insectos, domésticos y salvajes, haciendo énfasis en algunos contextos en los que tienen alas y plumas. El lingüista Jorge Pocaterra (comunicación personal), cree que esta categoría se subdivide en dos grandes subcategorías: uchii miichipa’ajatü o animales domésticos y/o domesticables, y uchi wuna’apa’ajatü de todas las especies en tierra, aire y mar. Con este término los wayuu se previenen también de la presencia de militares y policías. Dado que éstos usan un mismo vestuario, al igual que las aves tienen un mismo plumaje.; ambos ocupan los caminos en hileras y pueden entrañar algún peligro. [Nota del autor]

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Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu 159Territorialidad y regulación de acceso al mar, entre los pescadores wayuu Atlas Marino Costero de La Guajira

y, una vez que se haya entregado las correspondientes ofrendas a “Pulowi”, entre recursos y pescadores solo median la destreza y la voluntad de los segundos. Así, el mar es visto como un corral invulnerable que se halla exento de veranos, pestes, hurtos y de los estragos de las guerras (Guerra, 2005). La concepción del mar como extenso corral, también se proyecta en las transacciones económicas cotidianas que efectúan los wayuu, espe-cialmente en su relación con los intermediarios criollos y agentes de empresas pesqueras. El mar es un garante para el pescador que tiene poco o ningún ganado. El reconocimiento social de su destreza le permite endeu-darse para el cumplimiento de obligaciones sociales como funerales, enfermedades o la entrega del precio de la novia, entre otras eventualidades.

Por otro lado, el mar puede ser visto como un espacio de alteridad: un lugar de proveniencia de lo extranjero. Según Mancuso (2010), en esta población indígena el mar puede tener significados y connotacio-nes muy diferentes. Puede ser considerado como un principio personificado que se opone a la intrusión de los indígenas, para quienes es algo que marca los límites de su territorio. En el otro extremo, su representación es como una sabana con pastizales con la fauna que vive allí, y puede tomar el caso de una simple metáfora que destaca la relación que une a estas áreas marinas y sus recursos a los seres humanos. Esta situación sería, por muchos aspectos, similar a las prácticas asociadas a la ocupación y uso de los lugares, caracterizadas por una especie de intermitente y periódica familiarización con éstos, que además da origen a una categorización diná-mica y modulada del espacio que trasciende la oposición salvaje/domesticado, concebida de un modo irreversible7.

Un aspecto que requiere estudiarse más profun-damente es el de cómo operan los modos de identifica-ción entre el propio ser y la otredad, entre los pescadores wayuu. En este caso, se trata de examinar cómo se definen las fronteras entre humanos y no humanos. En conse-cuencia, es conveniente examinar en el conjunto oral, la existencia de animales epónimos como peces y quelonios asociados a ciertos clanes wayuu, datos que no se encuen-tran registrados en la literatura etnográfica conocida sobre este grupo indígena hasta ahora, dado que estos registros se han elaborado casi exclusivamente desde comunida-des de pastores. Sin embargo, durante las investigacio-nes realizadas para este capítulo, se ha encontrado que los pescadores wayuu suelen incluir en las subdivisiones societales, como los clanes a especies marinas como las tortugas y los meros.

De manera complementaria, se incluyen dentro de la categoría de seres andariegos (waraitüsü) a los jureles (Caranx hippos) y a los miembros humanos del clan apüshana, los cuáles se asocian con peces migratorios porque se les consideran caminadores y andariegos, en oposición a otros seres considerados fijos o sedentarios (kapuyashii), como las langostas (Panulirus argus). Ello evidencia como a los no humanos pueden otorgárseles disposiciones y atributos sociales.

Epílogola permanencia de la territorialidad de los pescadores wayuu en la Guajira contemporánea

Las comunidades de pescadores wayuu hoy se encuentran inmersas en un universo social más com-plejo que el de sus mayores. Actualmente, sus miem-bros se hallan sometidos a la influencia de múltiples flujos culturales e interactúan con organizaciones económicas y políticas que se hallan presentes en su territorio, tales como estados nacionales, empresas mineras, flotas de pesca industrial, sociedades por-tuarias y consorcios turísticos. Esta interacción no se halla exenta de tensiones y conflictos sociales. Por ello, es cada vez más importante ampliar el conocimiento disponible acerca de los patrones de uso y acceso a los recursos naturales por parte de las comunidades de pescadores indígenas, sus fronteras espaciales, dere-chos territoriales y de cómo las personas conceptua-lizan, aprovechan y regulan el espacio marino y sus recursos.

Es conveniente también delimitar el sistema de variables interrelacionadas que tienen influencia en los variados aspectos de su territorialidad. Entre los distin-tos factores que pueden incidir en ellos, se encuentran, según Pollnac (1984): el incremento de las unidades de explotación pesquera en las comunidades; los cambios tecnológicos, como la introducción de nuevos motores o equipos de redes extensas; los cambios en el grado de comercialización de los productos, es decir cuando se incrementa el valor de uno, se hace insuficiente la produc-ción de las unidades individuales que buscarán incremen-tar su producción usando más espacio o permaneciendo más tiempo en un espacio dado.

Otros factores que pueden influir en ello son: la composición y distribución de las especies en una zona costera; los aspectos del ambiente físico; el sur-gimiento de nuevas oportunidades económicas, como ocurre con el turismo en el Cabo de la Vela y Mayapo; y los elementos del marco político-legal, pues donde el sistema de derechos territoriales de los pescadores está contemplado en la ley escrita, el Estado toma bajo su responsabilidad la defensa del territorio, y establece y aplica las sanciones a las violaciones de éste. En contraste, en donde los principios y mecanismos de control terri-torial de los pescadores tienen un carácter extralegal, los pescadores pueden asumir los costos. En algunos casos, por ejemplo, se presenta cómo comunidades pobres se enfrentan a grandes y poderosas corporaciones eco-nómicas, para dar como resultado: costos que pueden exceder los beneficios, induciendo cambios inevitables en el sistema.

7. Al respecto ver el ensayo de Alessandro Mancuso Tra alterità e domesticazione: il mare tra i wayuu en «Archivio Antropologico Mediterraneo» (2009-2010, 12,2: 81-103), e (2011, 13, 1: 101-117

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de la zona costera en La Guajira

integradoUna aproximación al manejo

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161Atlas Marino Costero de La Guajira

Autores:Anny Paola Zamora BornacheraÁngela Cecilia López RodríguezPaula Cristina Sierra CorreaDavid Alonso CarvajalMilena Hernández Ortiz

Parque eólico “jepirachi” (vientos del nordeste) Foto: archivo Corpoguajira

Page 166: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

162 Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La GuajiraUna aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira

La zona costera de La Guajira, como recurso natural único, frágil y limitado del país, posee un carác-ter estratégico para su desarrollo endógeno territorial, constituyendo ésto no sólo una gran oportunidad para mejorar el bienestar económico, social y cultural de esta región, sino también significando un gran reto para su manejo y planificación, en aras de contribuir al desarro-llo sostenible (Figura 151).

Figura 151. Playa del área urbana de Dibulla (Foto: Anny Paola Zamora).

La zona costera de La Guajira: realidades y potencialidades

No obstante, la realidad actual de la zona costera de La Guajira, evidencia una problemática bastante com-pleja, principalmente relacionada con la planificación del territorio y, el uso y manejo que se ha venido dando a los recursos naturales. Lo anterior ha generando pérdida de la biodiversidad, deterioro de la calidad ambiental, cambios de uso del suelo no acordes con su aptitud, incremento de la vulnerabilidad de los asentamientos humanos y de los ecosistemas marino-costeros a amenazas naturales, aislamiento del territorio y bajo nivel de la calidad de vida de la población (Figura 152).

La deficiente capacidad de gestión institucional y el poco conocimiento y apropiación de las comunidades sobre el medio natural, son quizás las principales causas de los anteriores problemas. De acuerdo con esto, las instituciones con injerencia en la zona costera de La Guajira están normalmente restringidas en su capacidad para implementar políticas y programas, cuentan con pocos recursos económicos e insuficiente personal para gestionar un área tan compleja, desde el punto de vista físico y sociocultural (Invemar, 2008).

Por otra parte, el poco conocimiento del funcio-namiento ambiental de las zonas costeras, se traduce a menudo en decisiones y acciones que conllevan a fuertes conflictos sociales y a grandes presiones antropogénicas sobre las mismas, lo cual se refleja en enfoques sectoriales de uso y manejo de los recursos costeros.

Deficiente capacidad de gestión institucional

Insuficiente inversión localInadecuada planificación y ordenamiento territorial

Inadecuadas prácticas de uso y manejo de los recursos

naturales

Deficiente organización comunitaria

Deficiente proceso de urbanización de los

municipios

Carencia de infraestructura física para el transporte, comunicación

y prestación de servicios públicos básicos

Baja capacidad productiva y deficiente desarrollo local

Cambios de uso del suelo no acorde con la aptitud del

mismo

Alteración y fragmentación de

ecosistemas

Incrementos de los procesos de

contaminación marina y costera

Deficiente capacidad de autogestion comunitaria

Mayor exposición a fenómenos naturales

costerosAislamiento del territorio

Carencia de valor agregado a la producción

Sobreexplotación de suelos y subutilización de su potencial

Pérdida de la biodiversidad

Deterioro de la calidad ambiental

Incremento de la vulnerabilidad ante amenazas naturales

Bajos ingresos económicos en la población

Disminución de la calidad del paisaje

Incremento de los niveles de pobreza y miseria en la

población

Poco conocimiento y apropiación de las

comunidades sobre medio natural

Causa Raíz Problemas centrales Problemas específicos Consecuencias

Figura 152. Problemática de la zona costera del departamento de La Guajira (Invemar).

Page 167: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 163Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

Así, el agente impulsor de la ocupación histórica de La Guajira ha estado íntimamente relacionado con la explotación y el aprovecha-miento de los recursos naturales costeros. Aquí, es preciso resaltar el proceso impulsado desde la colonia por las haciendas perleras, o más reciente por la explotación de sal, la extracción de pesca blanca y final-mente las actividades de explota-ción minero-energética, portuaria y el desarrollo del turismo (Cor-poguajira, 2009). Estas actividades productivas, predominantemente costeras, son la base del desarrollo socioeconómico del departamento, y en su conjunto, son de tipo priori-tario en el momento de buscar solu-ciones y/o acciones para su manejo integrado (Figura 153).

Otro de los elementos de interés para la planificación y ordenamiento de la zona costera en la península de La Guajira, dado que puede constituirse en un magnificador de los problemas actuales, es la susceptibilidad a las amenazas naturales (Lacambra et al., 2003). De acuerdo con las bases de datos de la Dirección General para la Prevención y Atención de Desastres (DGPAD) y la Red DesInventar, las principales amenazas que afectan la zona costera de La Guajira y que ponen en situación de alto riesgo

Figura 153. Producción de sal

en el municipio de Manaure (Foto: Angela

Lopez).

a la población e infraestructuras, son principalmente la erosión costera, las inundaciones, las sequías, los incendios forestales, los vendavales y los huracanes Figura 154. Frecuencia e intensidad de los eventos naturales que afectan la zona costera de La Guajira.(Figura 154).

Bh. Portete

Bh. Honda

Bh. Hondita

Bh.Cocinetas

Bh. Tukakas

Bh. Lepu

Boca La Enea

Bocas de Apure

Boca de Camarones

Pta. Chichibacoa

Pta. Jija

Pta. HuayapainPta. Shupehin

Pta. Shuapia

Pta. OunorepPta. Kayushpana

Pta. Solipa

Pta. Utta

Pta. Kowshochom

Pta. Espada

Pta. Gorda

Pta. Arenas

Pta. Pedregal

Pta. La Vela

Pta. Manaure

Pta. La Estrella

Pta. El Seguión

Pta. Castilletes

Pta. HuojojoPta. Taroita Pta. Taroa

Pta. GallinasPta. Kijouru

Pta. Parey

Pta. Aguja (Chitara)Pta. Soldado

Pta. CañónPta. Jir

Pta. CocoPta. de Media Luna

Pta. Ojo de Agua

Pta. Chuchupa

Pta. Ishep

Pta. CaricarePta. Guamachito

Pta. Mushippa

Pta. Semescre

Boca de San Agustín

Cb. Falso

Cb. de la Vela

Eda. Aipia

Eda. Huaritchera

-900

-400

-2500

-100

-2900

-400

-300

-200

-300-2500

-800

-100

-2400-2400

-2600

-250

0

-100

-2800

-260

0

-230

0

-2700

-100

-2700

-2600

-2500-2400

-230

0

-2100

-2000

-1900

-2200

-1800

-1700

-1600

-1500

-1400-1300

-1200

-900

-800

-100

0

-110

0

-600

-500

-700

URIBIA

DIBULLA

MANAURE

RIOHACHA

71°0'0"W

71°0'0"W

72°0'0"W

72°0'0"W

73°0'0"W

73°0'0"W

12°0

'0"N

12°0

'0"N

11°0

'0"N

1:2.150.000

0 10 205

km

VENEZUELA

JEFD11

Frecuencia de eventos naturales# de eventos

Deslizamiento

Erosión

Inundación

Sequía

Afectación de eventos naturales# de personas afectadas (%)

0%

50

2575

M a r C a r i b e

Incendio forestal

Huracán

Zona costeraVendaval /Tormenta tropical

1000 %

Figura 154. Frecuencia e intensidad de los eventos naturales que afectan la zona costera de La Guajira.

Page 168: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

164 Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La GuajiraUna aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira

Fortaleza Oportunidad Potencialidad - Posición geográfica estratégica y zona costera de mayor extensión del Caribe colombiano.

- Acuerdos comerciales y tratados internacionales de libre comercio.- Crecimiento de la inversión extranjera en el país.

- Desarrollo de proyectos de interconexión y telecomunicaciones, con posibilidad de ser centro abastecedor o regulador. - Grandes posibilidades para el intercambio comercial con Venezuela, la cuenca del Caribe y otros lugares del mundo.

- Presencia de ecosistemas marino-costeros estratégicos.

-- Desarrollo de estrategias de conservación a nivel local, regional, nacional e internacional, para la preservación de la biodiversidad marina y costera. - Convenios internacionales vigentes, como el de Conservación de la Biodiversidad Biológica (CDB).

- Inclusión de los ecosistemas marinos y costeros como ejes articuladores de la planificación y ordenamiento territorial.- Consolidación de una red de Áreas Marinas Protegidas (AMP), con escenarios paisajísticos de alta biodiversidad y con alta oferta de bienes y servicios ambientales.

- Presencia de áreas marinas y costeras con vocación para el desarrollo de actividades productivas.

- Desarrollo de estrategias, planes y proyectos del orden local, departamental y nacional, para el mejoramiento de la productividad y competitividad. - Proyección municipal, departamental y nacional hacia el ecoturismo y etnoturismo.- Investigaciones que sustentan la viabilidad ecológica para el desarrollo de nuevas alternativas productivas en el área marina (Invemar, 2006).

- Posibilidad de aprovechar el área marina y costera para el desarrollo de actividades y proyectos productivos sostenibles ambientalmente, que además contribuyan a la generación de ingresos, a la seguridad alimentaria y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población.- Fortalecimiento de los procesos productivos de forma más eficiente y competitiva.

- Zona con instalaciones portuarias y experiencia industrial y exportadora

- La agenda interna para la competividad de La Guajira (DnP, 2007) y el Plan de Desarrollo Departamental y nacional proponen dentro de sus apuestas productivas, a los recursos minero-energéticos acompañados de dotación de infraestructura, para la productividad y para la articulación con los mercados externos.

- Posibilidad de constituirse en un centro minero-energético, industrial y comercial del Caribe colombiano, posicionado internacionalmente y articulado al resto del país.

- Diversidad étnica y cultural.

- Reconocimiento institucional y normativo de los derechos de los grupos étnicos (Constitución Política Nacional, 1991)

- Fortalecimiento de las formas de organización social y productiva, acordes con la vocación de la zona costera.- Permanencia en el tiempo de los valores ancestrales y culturales.

- Incipiente consolidación urbano-rural de los asentamientos costeros.

- Revisión y ajustes de los Planes y Esquemas de ordenamiento Territorial.

- Crecimiento planificado y ordenado de los asentamientos humanos sobre el territorio costero.- Articular el departamento con el corredor de ciudades de la costa Caribe.

En términos generales, la situación actual de la zona costera del departamento de La Guajira, desde el punto de vista biofísico, socioeconómico y de gobernabilidad, evidencia la necesidad de realizar en el área, procesos de planificación eficientes y acordes con sus características

Tabla 32. Algunas fortalezas y

oportunidades que determinan potencialidades

para la zona costera del departamento

de La Guajira.

intrínsecas, con el ánimo de incluir el manejo integrado costero como una prioridad para la región. En este marco, también es necesario reconocer las potencialidades de la zona, como atributos que impulsen el desarrollo sostenible del territorio marino-costero (Tabla 32).

Gobernabilidad en la gestión costera de La Guajira

Estructura administrativa

Nor

mas

Políticas

Administradores del ámbito local y departamental

Administradores del ámbito Nacional

Figura 155. Sistema de gobernabilidad en la gestión marino-costera (Invemar).

La gobernabilidad es el sistema en el que inte-ractúan la estructura administrativa, las normas y las políticas, junto con los administradores y quienes toman decisiones que lo afectan (Alonso et al., 2003) (Figura 155). Por lo tanto, requiere de la coordinación de las entidades, autoridades y órganos encargados del ejer-cicio de la función administrativa, con miras a alcanzar niveles de planeación integral (MMA, 2001).

Partiendo de este concepto, uno de los mayores obstáculos que enfrenta la zona costera de La Guajira, es la división y dispersión de responsabilidades, así como la falta de coordinación entre las diferentes instituciones gubernamentales que tienen injerencia en la adminis-tración de la zona costera (Invemar, 2008).

En este sentido, la implementación del Manejo Integrado de la Zona Costera (MIZC), entendido como un proceso holístico, continuo, dinámico, participativo y construido bajo consenso, mediante el cual se toman decisiones para el uso sostenible y la protección de la

Page 169: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 165Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

zona costera y sus recursos (Cicin-Sain and Knecht, 1998, Kay and Alder, 2005); se constituye en una prio-ridad en el departamento de La Guajira. Su implemen-tación requiere no sólo de una clara voluntad política y social para su planeamiento e implementación, sino también del fortalecimiento de la capacidad de gestión de los organismos competentes, procurando por la integración y el consenso. Para ello, se debe partir de una clara identificación de los actores involucrados en este proceso, además de promover consultas per-manentes, utilizando los adecuados mecanismos de coordinación y participación, tales como los que más adelante se describen.

Actores localesEn la zona costera de La Guajira se distinguen dos

grupos de actores cuyas actividades están directamente relacionadas con el manejo y el uso de los recursos cos-teros: actores sociales e institucionales.

Figura 156. Actores sociales de la zona costera de La Guajira (Invemar).

Los actores sociales son los usuarios directos de las zonas costeras que influyen positiva y/o negativamente sobre las decisiones que se toman, además de recibir los efectos de las acciones que se desarrollen en éstas áreas (Figura 156 y Figura 157). Éstos pueden estar organiza-dos en estructuras formales o legales, pero sin ningún desarrollo práctico en el área; o por el contrario, pueden estar funcionando realmente, pero sin tener sustento legal o normativo. También pueden ser estructuras for-males-reales, es decir, aquellas que funcionan realmente y están sustentadas por normas vigentes (Hintze, 1999).

Los actores institucionales, por su parte, son aquellos que tienen incidencia sobre las comunidades, deciden sobre la formulación de las políticas, participan en los procesos de planificación, toman decisiones, esta-blecen los mecanismos de regulación y control, y definen los esquemas de desarrollo económico que deben imple-mentarse sobre una región específica (Figura 158). Son particularmente responsables de la preparación y la aplicación de regulaciones, la planificación territorial, el control, la adjudicación y ejecución de recursos (Steer et al., 1997).

Figura 157. Proceso de participación

con actores locales en el municipio de Dibulla (Foto: Milena

Hernández).

Figura 158. Actores instituci-onales en la zona costera de La Guajira (Invemar).

Page 170: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

166 Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La GuajiraUna aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira

Mecanismos de coordinación y participación

Tipo de mecanismo

Mecanismo de participación

Qué es? Quienes? Cuando se realiza? En que se respalda

Administrativos Audiencia pública Espacio mediante el cual se ofrece a la comunidad, a las autoridades, a las organizaciones y a la autoridad ambiental correspondiente, la posibilidad de conocer, informarse e intercambiar criterios sobre la conveniencia de una actividad que pueda causar impacto ambiental.

Procurador general de la nación o delegado para asuntos ambientales, Defensor del pueblo, MAVDT, autoridades ambientales, gobernadores, alcaldes, por lo menos 100 personas y 3 entidades sin ánimo de lucro.

Antes de la expedición del acto administrativo que otorga o modifica la licencia, y no con anterioridad al Estudio de Impacto Ambiental. También se pueden dar, durante la ejecución de la obra o actividad, o cuando haya incumplimiento de la misma.

Constitución Política de Colombia, Artículo 40, 79, 270. Ley 99/93 Artículo 72.

Consulta previa Espacio que se fundamenta en el derecho que tienen los pueblos a “decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas, creencias, tierras y su desarrollo social, cultural y económico”.

Responsable del proyecto, MAVDT, autoridades ambientales, Ministerio del Interior, InCODER, Procuraduría

Cuando se quiere asegurar que las comunidades opinen sobre los impactos en su cultura y decidan la conveniencia del proceso, actividad u obra.

Constitución Política de Colombia, Artículo 2, 7, 8, 10, 40, 79, 270, 330. Ley 21/91, Ley 99/93 artículo 76, Decreto 1397/96, Decreto 1320/98, Decreto 266/2000.

Veeduríasciudadanas enasuntos ambientales

Espacio que permite a los ciudadanos y/o diferentes organizaciones comunitarias, ejercer vigilancia sobre el proceso de la gestión pública en aquellos ámbitos en los que se invierten los recursos públicos.

Todos los ciudadanos de manera colectiva o individual, se eligen veedores de manera democrática, se inscriben en personerías municipales o distritales o Cámara de Comercio.

Cuando se quiere vigilar un proceso de gestión pública

Constitución Política de Colombia, Artículo 40, 79, 270. Ley 134/94, Ley 136/94, Ley 563/2000

Participación en los consejos directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR)

Espacio de representación de un grupo de individuos en la instancia de protección y recuperación ambiental, en coordinación con el Estado, comunidad, OnG’s y sector privado.

un representante de comunidades indígenas o étnicas tradicionales y dos representantes de entidades sin ánimo de lucro en la región.

Después de escribirse de acuerdo con los procesos reglamentados para tal fin.

Política de Colombia, Artículo 40, 70 y 270. Ley 99/93 artículo 26, Resolución 0127 y 0128 de 2000, Resolución 0389 de 2000.

Derecho a intervenir en los procesos ambientales

Espacio mediante el cual se da la posibilidad a cualquiera persona natural o jurídica, pública o privada (sin demostrar interés jurídico), de hacer parte de los procesos administrativos que adelanta la autoridad ambiental.

Cualquier persona natural o jurídica, pública o privada

Cuando se eleva una solicitud a la autoridad ambiental por escrito.

Política de Colombia, Artículo 40,79 y 270. Ley 99/93 artículo 69 y 70.

Derecho de petición de información

Posibilidad que tiene cualquier persona natural o jurídica, de dirigirse de manera respetuosa en forma verbal o escrita, a las autoridades, con el fin de obtener información y recibir una pronta respuesta.

Cualquier persona natural o jurídica, pública o privada.

Cuando hay quejas, reclamos y manifestaciones (15 días para contestar). Cuando es petición de información (10 días para contestar). Para consultas (30 días para contesta)r.

Política de Colombia, Artículo 23 y 79. Ley 99/93 artículo 74.

Judiciales Acción de tutela Mecanismo por el cual se protege un derecho fundamental.

Cualquier persona natural. Por derecho a la vida, a la igualdad, a la intimidad, al trabajo o a un ambiente sano, por mencionar algunos.

Política de Colombia, Artículo 86, decreto 306/92, Decreto 2591/92.

Acción de cumplimiento Mecanismo que tiene por objetivo que se cumpla la Ley o el acto administrativo.

Cualquier persona natural o jurídica, organizaciones sociales, OnG, procurados General de la nación, Defensor del Pueblo, Contralor General de la nación o servidores públicos.

Cuando se busca el cumplimiento de una Ley o acto administrativo que no tiene que ver con gastos.

Política de Colombia, Artículo 87. Ley 393/97.

Acciones populares Mecanismos por el cual se defienden derechos e intereses colectivos.

Cualquier persona, en todo momento sin tener apoderado judicial.

Cuando una persona o grupo de ellas siente vulnerados sus derechos colectivos.

Política de Colombia, Artículo 88 (1) y Ley 472/98.

Acciones de grupo o clase

Tiene como finalidad obtener el reconocimiento y pago de indemnización de perjuicios.

Se da por un conjunto de personas (por lo menos 20).

Cuando se requiera reparación del daño ocasionado a un derecho constitucional fundamental, interés colectivo, cuando el daño sea para todos producto de una misma causa.

Política de Colombia, Artículo 88 (2), ley 472/98.

Para que el MIZC de La Guajira genere resultados satisfactorios y acordes con la realidad y potencialidad del departamento, debe ser descentralizado, democrá-tico y participativo, cumpliendo de antemano con los principios constitucionales.

La participación deberá partir de la identifica-ción de los diversos actores sociales, mediante el uso

selectivo y combinado de herramientas jurídicas, de planeación, técnicas y administrativas (Gulh et al., 1998). En este sentido, en el país existen diversos meca-nismos de participación en la gestión ambiental, que bien pueden aplicarse al MIZC del departamento de La Guajira. Algunos de éstos se relacionan a continuación (Tabla 33).

Tabla 33. Mecanismos de participación claves para la gestión ambiental de las zonas costeras en Colombia (tomado de Sierra y Arias, 2007).

Page 171: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 167Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

Bh. Portete

Bh. Honda

Bh. Hondita

Bh.Cocinetas

Bh. Tukakas

Bh. Lepu

Boca La Enea

Bocas de Apure

Boca de Camarones

Pta. Chichibacoa

Pta. Jija

Pta. HuayapainPta. Shupehin

Pta. Shuapia

Pta. OunorepPta. Kayushpana

Pta. Solipa

Pta. Utta

Pta. Kowshochom

Pta. Espada

Pta. Gorda

Pta. Arenas

Pta. Pedregal

Pta. La Vela

Pta. Manaure

Pta. La Estrella

Pta. El Seguión

Pta. Castilletes

Pta. HuojojoPta. Taroita Pta. Taroa

Pta. GallinasPta. Kijouru

Pta. Parey

Pta. Aguja (Chitara)

Pta. Soldado

Pta. CañónPta. Jir

Pta. Coco

Pta. de Media Luna

Pta. Ojo de Agua

Pta. Chuchupa

Pta. Ishep

Pta. CaricarePta. Guamachito

Pta. Mushippa

Pta. Semescre

Boca de San Agustín

Cb. Falso

Cb. de la Vela

Eda. Aipia

Eda. Huaritchera

-100

-2500

-100

-2500

-110

0

-700

-500 -40

0-300

-200

-100

-800

-2400

-100-2400

-2400

-2600

-240

0

-2800

-100

-200

-2800

-250

0

-230

0

-300

-2700

-100

-260

0

-2700

-260

0-2

500

-240

0-2

300

-210

0-2

000

-220

0

-1900

-180

0

-1700-1600

-1500

-140

0

-1300

-120

0

-900-800

-1000 -600

SFF Los Flamencos

PNN Sierra Nevada de Santa Marta

PNN La Macuira

URIBIA

DIBULLA

MANAURE

RIOHACHA

71°0'0"W

71°0'0"W

72°0'0"W

72°0'0"W

73°0'0"W

73°0'0"W

12°0

'0"N 12

°0'0

"N

1:2.150.000

0 9 184,5

km

VENEZUELA

JEFD11

Unidad Ambiental Costera (UAC)

Alta Guajira

Vertiente norte de la SierraNevada de Santa Marta

UMI Bahía Portete

Áreas Protegidas

PNN (Parque Nacional Natural)

SFF (Santuario de Flora y Fauna)

Zona Costera

M a r C a r i b e

Planificación y ordenamiento ambiental en la zona costera de La Guajira

La planificación del territorio es el nivel de deci-sión política, técnica y administrativa, que permite territorializar las estrategias de desarrollo de una región específica (Massiris, 2003).

Es por ello que en la zona costera de La Guajira surge la necesidad de orientar acciones de MIZC que contribuyan a resolver las problemáticas identificadas, a fortalecer sus potencialidades y a dirimir los conflictos que en torno a su uso se presentan actualmente (Figura 159).

Bajo este contexto, la Política Nacional Ambien-tal para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceá-nicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (PNAOCI), establece como estrategia de planificación y ordenamiento ambiental territorial denominar las áreas marinas y costeras como regiones integrales de planificación y ordenamiento ambiental territorial, adoptando y caracterizando Unidades Ambientales Costeras (UAC) y Unidades de Manejo Integrado (UMI), en cada una de ellas (MMA, 2001).

Específicamente, para el departamento de La Guajira, se encuentra: i) la Unidad Ambiental Costera de la Vertiente Norte de la Sierra Nevada de Santa

Figura 159. Construcción de vía hacia ciénaga Buenavista (Foto: Anny Paola Zamora).

Marta (UAC-VNSNSM), la cual comprende los muni-cipios de Dibulla y Riohacha; ii) la Unidad Ambiental Costera de la Alta Guajira (UAC-Alta Guajira), que abarca los municipios de Uribia y Manaure; iii) y la Unidad de Manejo Integrado de bahía Portete (UMI bahía Portete), localizada en el municipio de Uribia y que hace parte de la UAC-Alta Guajira (Figura 160).

Figura 160. Regiones integrales de planificación y ordenamiento para el MIZC de La Guajira.

Page 172: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

168 Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La GuajiraUna aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira

Estas unidades territoriales se delimitaron teniendo en cuenta la homogeneidad de ecosistemas presentes en la zona costera; así como los procesos socioeconómicos y culturales derivados de sus características naturales. De esta manera, la planificación y el ordenamiento del espacio costero de La Guajira va más allá de las divisiones polí-tico – administrativas, y apunta hacia el ordenamiento de espacios territoriales con problemas comunes para solucionar, así como al fortalecimiento de relaciones interinstitucionales e intersectoriales, aprovechando las potencialidades del área.

Bajo este marco, es posible establecer cómo el proceso de MIZC en La Guajira se encuentra en una fase inicial, con algunos avances en caracterización, zonificación y lineamientos de manejo, como es el caso de la UAC-VNSNSM (Invemar, 2008) y la UMI – bahía Portete (Corpoguajira – Asociación Desarrollo Guajiro, 2006) (Figura 161).

PROCESO DE MIZC EN LA GUAJIRA

Caracterización y diagnóstico

Formulación y adopción del Plan

de manejo

Implementación

Evaluación

UAC-VNSNSM

Avances en lineamientos de manejo.

UMI-Bahía Portete

Formulación de líneas

estratégicas

UAC-VNSNSM y UMI-Bahía Portete

Caracterización biofísica, socioeconómica y gobernabilidad

Zonificación ambiental

UAC- Alta Guajira

Caracterización biofísica

Figura 161. Avances en el proceso de MIZC en La Guajira (Invemar).

Por otro lado, es una oportunidad para estos proce-sos de MIZC en el área, lo establecido en la reciente Ley 1450 de 2011 del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, que en su Artículo 208, con respecto a las funciones de autoridad ambiental en las zonas marinas, establece que:

“las Corporaciones Autónomas Regionales y las de Desa-rrollo Sostenibles de los departamentos costeros, ejercerán sus funciones de autoridad ambiental en las zonas marinas hasta el límite de las líneas de base recta establecidas en el Decreto 1436 de 1984, salvo las competencias que de manera privativa corresponden al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y a la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina-CORAlINA-“. Igualmente en el Artículo 207, se establece que las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible de los departamentos costeros, deben elaborar los planes de manejo costero de las Unidades Ambientales Costeras, en un término no mayor a dos (2) años contados a partir de la entrada en vigencia de dicha Ley.

Entre otros avances claves para la planificación y ordenamiento de los ecosistemas marino-costeros estra-tégicos, se encuentra: el ordenamiento ambiental de los manglares (Invemar, 2009); la definición de un portafolio de prioridades de conservación para el establecimiento de áreas prioritarias para la conservación (Alonso et. al., 2008); la formulación del Plan de Manejo del complejo de humedales Riíto, laguna Salá y los jagüeyes Bocagrande y La Esperanza (Corpoguajira – Corporación Herencia Ambiental Caribe, 2010), entre otros.

De igual manera, en el tema de gestión integral del riesgo se ha avanzado en una aproximación de la vulne-rabilidad de los sistemas biofísicos y socioeconómicos al relativo Ascenso del Nivel del Mar (ANM) (Invemar, 2003), así como en la definición de los sitios críticos por erosión costera (Posada y Henao, 2008).

Todos estos avances obtenidos se constituyen en un instrumento indispensable para la planificación y ordenamiento territorial de la zona costera de La Guajira; no obstante, aún deberán ser tomados como referentes y deberán ser articulados a los diferentes planes y visiones del orden nacional, regional y local: Planes de Ordena-miento Territorial Municipal, Planes de Ordenamiento y Manejo de Cuencas Hidrográficas (POMCAS), Planes de Desarrollo Municipal, Departamental, Nacional; Plan de Manejo del Santuario de Fauna y Flora (SFF) Los Flamencos, visiones sectoriales de desarrollo económico, entre otros, para consolidar y fotalecer los avances hasta ahora alcanzados.

Ordenamiento del Manglar

El ordenamiento de los manglares de La Guajira viene de un proceso que se inició en el año 1994 con el Pro-yecto Manglares de Colombia, realizado por el Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT) y la Organización Internacional de Madera Tropicales (OIMT), específicamente. Con este ordenamiento se obtuvo la primera aproximación al estado actual de estos ecosis-temas en el país. A partir del año 2000, Corpoguajira ha venido trabajado en el ordenamiento de manglares a una escala más detallada, lo cual ha arrojado como principal resultado la declaración de la Baja Guajira como zona de recuperación, aprobada mediante la resolución 1082 de 2000 del MADVT. Posteriormente, con el apoyo del Invemar, en el año 2008, se complementó y actualizó la caracterización, diagnóstico y zonificación, y se elaboró el plan de manejo para los manglares presentes en todo el departamento (Alta, Media y Baja Guajira), (Gil-Torres et al., 2009) (Figura 162).

La zonificación para las áreas de manglar de La Guajira se realizó de acuerdo a la metodología propuesta en las resoluciones 0924 de 1997 y la resolución 0721 de 2002, emitidas por el Ministerio del Medio Ambiente. En la siguiente tabla se presentan las categorías y crite-rios de zonificación para los manglares presentes en el departamento (Tabla 34).

Page 173: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 169Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

Figura 162. Manglar en Dibulla, ciénaga

Mamavita (Foto: Milena Hernández).

Unidades de manejo

Descripción Criterios de zonificación

Recuperación Son áreas que se encuentran en mal estado o en proceso de degradación, que no están cumpliendo con sus funciones y pueden haber perdido sus atributos naturales, o pueden estar siendo severamente afectadas. Igualmente, comprende áreas, que si bien no evidencian daños severos, mantienen actividades potenciales que pueden destruir el manglar, o que desarrollaron actividades en el pasado que ya lo afectaron significativamente. También se incluyen en este tipo de zonas aquellas áreas en donde los procesos naturales han afectado el estado del manglar o aquellas que por su formación, ubicación y condición, pueden ser aptas y básicas para el desarrollo de estos ecosistemas (Gil-Torres & Ulloa-Delgado, 2001; Sánchez-Páez et al, 2004).

- Presencia de especies o condiciones de sitio sobresalientes. - Demanda de uso de los recursos.- Oferta ambiental o disponibilidad de recursos.- Capacidad de resiliencia de los recursos. - Grado de intervención.

Preservación Áreas de manglar que por su importancia ecológica, alta productividad biótica, ubicación estratégica, función relevante e insustituible, y en general buen estado de conservación, deberán ser protegidas y sostenidas sin alteración, para la investigación científica, la educación y el mantenimiento de especies y comunidades, en procura del beneficio común y permanente de las poblaciones humanas locales (Sánchez-Páez et al, 2004).

uso sostenible

Se consideran como aquellas áreas que contienen ecosistemas naturales que deben conservarse, pero que son poseedores de una oferta de recursos naturales alta, que permite sean aprovechados sosteniblemente, sirviendo así a las necesidades humanas de manera continua mientras contribuye a la conservación de la diversidad biológica. Estas zonas deberán mantener el buen estado de conservación del ecosistema, la vida silvestre, las comunidades y los hábitats en general (Sánchez-Páez et al, 2004).

Tabla 34. Categorías y criterios de zonificación para los manglares presentes en La Guajira.

Sector Municipio Zonificación para el manejo

Área (ha)

Alta Guajira uribia Preservación 828,93

Recuperación 1.156,98

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Recuperación 55,00

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Baja Guajira Dibulla Preservación 19,01

Recuperación 158,65

Total 2.563,24

En términos generales, se zonificaron en el depar-tamento un total de 2.563,24 ha de manglar, encon-trándose casi un 80% en el municipio de Uribia, con

Tabla 35. Áreas de manejo en el departamento de La Guajira.

Municipio Sublocalidad Área (ha)

Riohacha Laguna navío Quebrado 166,30

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Ciénaga Manzanillo

un gran porcentaje en la categoría de recuperación. Dado el grado de intervención de los manglares, no se obtuvieron áreas de uso sostenible (Tabla 35) (Mapas 25, 26 y 27).

Es de resaltar que para las áreas de manglar que hacen parte del Santuario de Fauna y Flora (SFF) Los Flamencos, se asume la zonificación del parque, de acuerdo con el Plan de Manejo del SFF (Tabla 36).

Tabla 36. Áreas de manglar del SFF Los Flamencos.

Page 174: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

170 Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La GuajiraUna aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira

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Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 173Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

Áreas Marinas Protegidas

En el departamento de La Guajira existe en la actualidad una sola Área Marina Protegida (AMP) a nivel nacional dentro del Sistema Parques Nacionales Naturales (SPNN), que comprende el SFF “Los Fla-mencos” (Figura 160). Esta área protegida natural está ubicada al oeste de la península de La Guajira, juris-dicción del municipio de Riohacha, corregimiento de San Lorenzo de Camarones, en una zona transicional donde el Bosque Seco Tropical y el Muy Seco Tropical, converge con características ecológicas especiales. Con-tiene cuatro ciénagas costeras (laguna Navío Quebrado, laguna Grande, laguna de Manzanillo y laguna de Chen-tico), las cuales conforman una comunidad biológica compuesta principalmente de algas, moluscos, crustá-ceos y peces.

El área del SFF - Los Flamencos fue creada mediante acuerdo 0030 de mayo 2 de 1977 y aprobado por resolución ejecutiva N°. 169 del 6 de junio de 1977, con el objetivo de preservar especies de comunidades vegetales y animales, con fines científicos y educativos, para conservar recursos genéticos de la flora y fauna nacional, con una superficie aproximada de 7.000 hectáreas (Figura 163). De igual manera, esta área fue declarada Patrimonio Natural y Cultural de todos los colombianos, mediante la resolución número 002 del 12 de noviembre de 1992 del Ministerio de Cultura.

Durante la época de lluvias en esta zona, suben los niveles de las aguas, las ciénagas se comunican con el mar y los camarones (Penaeus sp.) migran masivamente para su reproducción. La actividad pesquera en las lagunas es esta-cional, realizada principalmente durante los meses de mayo-junio y noviembre-febrero cuando las con-diciones climáticas son favorables (se presentan los dos períodos de lluvias). Por otro lado, el santua-rio revela su magnificencia como hábitat de comunidades indígenas wayuu, relictos de bosque seco tropical y muy seco tropical, eco-sistemas de manglar, éstos últimos asociados directamente a las lagunas costeras, aves migratorias de gran interés como el Flamenco Rosado (Phoenicopterus ruber ruber), entre otras especies de fauna y flora cata-logadas por listados nacionales e internacionales como especies con algún grado de peligro de extinción.

El área marina adyacente al santuario se caracteriza por ser corredor migratorio de tortugas como laúd, tora o canal (Dermo-chelys coriacea), cabezona (Caretta

caretta), carey (Eretmochelys imbricata) y tortuga verde (Chelonia mydas), las cuales utilizan las praderas de pastos marinos de Thalassia testidinum como zonas de alimentación.

A nivel regional, el departamento, a través de la autoridad ambiental (Corpoguajira), se encuentra vin-culado a una alianza significativa para la región, deno-minada el Sistema Regional de Areas Protegidas del Caribe (SIRAP Caribe), la cual tiene como finalidad promover la conservación de los ecosistemas estraté-gicos del Caribe colombiano, a través de la creación de áreas protegidas que permitan el mantenimiento de los procesos ecológicos necesarios para la producción de los bienes y servicios ambientales que se requieren en pro del desarrollo de la región.

El análisis de vacíos de representatividad para la zonas marinas y costeras, llevado a cabo sobre los prin-cipales ecosistemas estratégicos del país, identificó para La Guajira, una baja representatividad en praderas de pastos marinos, lagunas costeras, relictos de bosque seco tropical, manglares, formaciones coralinas, entre otros (Invemar-UAESPNN-TNC. 2008a). Posteriormente, con base en los resultados anteriormente nombrados, se identificaron prioridades in situ para la conservación de la biodiversidad marina y costera del Caribe colombiano (Alonso et. al., 2008) (Mapa 28). Una vez realizado esto, el paso a seguir en el marco del Sistema SIRAP Caribe, dio lugar a la construcción de un portafolio único de áreas prioritarias para la conservación para cada depar-tamento marino- costeros (SIRAP Caribe-TNC, 2010). De los 46 sitios identificados, 25 son de carácter marino costero, en los cuales se debe propiciar la implementa-ción de estrategias de conservación como son las áreas marinas protegidas.

Figura 163. SFF Los Flamencos, sector la Isla (Foto: proyecto

monitoreo de aves migratorias -Corpoguajira

– CI, 2007).

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Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 175Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

En la actualidad, para la Alta Guajira, la UAESPNN, Corpoguajira, Invemar, TNC, CI y la empresa Carbones del Cerrejón Limited, están trabajando articuladamente en la posibilidad de crear un mosaico de conservación en el sector de bahía Portete con la declaración de un área de carácter nacional (Parque Nacional Natural) en el área marina, y uno de carácter regional en el área contigua terrestre (Distrito de Manejo Integrado), con el fin de avanzar en la conservación y uso sostenible de la biodi-versidad del departamento (Figura 164). Asimismo, con el ánimo de integrar estas nuevas áreas al Subsistema de Áreas Marinas Protegidas (SAMP) al interior del SINAP.

Figura 164. Bahía Portete (Foto : CSC Invemar).

Por otro lado, es necesario integrar aspectos socioeconómicos al portafolio de áreas prioritarias y estimar la capacidad de adaptativa de las comunidades, ante la eventual posibilidad de establecer AMP, tomando como ejemplo casos de estudio ya evaluados como se hizo en la Baja Guajira, donde los resultados alcanzados demuestran una capacidad de adaptación media de la comunidad (Ramírez et. al., 2009). Para alcanzar estos mismos niveles en bahía Portete, se requiere del fomento de capacidades entre la población y el reajuste de sus medios de vida, para que así puedan aprovechar las ven-tajas del nuevo ordenamiento del territorio que se pueda presentar ante esta nueva estrategia de conservación.

Por último, retomando los Artículos 207 y 208 de la Ley 1450 de 2011 del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, citados anteriormente, el departamento en asocio con la autoridad ambiental Corpoguajira, podrá fortalecer su Sistema Departamental de Areas Protegidas (SIDAP) convirtiendo las determinaciones de la Ley 1450 de 2011, en una oportunidad para salvaguardar la biodiversidad marina y costera, a través de la declara-ción de nuevas areas marinas protegidas que ayuden a garantizar la sostenibilidad de la estructura ecológica, y por ende los retos del desarrollo y la competitividad, proyectados al siglo XXI.

Figura 165. Día nublado en bahía Hondita (Foto: Mirla

Sánchez).

Cambio ClimáticoEl calentamiento global es una realidad actual a

nivel mundial. En el Cuarto Informe de Evaluación (CIE) del panel intergubernamental de expertos sobre cambio climático (IPCC, 2007), se presentan como principales efectos de éste: el Ascenso del Nivel del Mar (ANM) y los cambios en la precipitación, que en diversa forma y grado, afectarán los ecosistemas y los sistemas socioeco-nómicos de las diferentes regiones del planeta (Figura 165).

El departamento de La Guajira no es la excepción a este fenómeno, de acuerdo con la segunda comunicación nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas (Ideam, 2010), esta zona del país, con anticipa-ción a los efectos más directos del cambio climático global, ya pre-senta problemas de desertificación, sequías, inundaciones, incendios forestales y acceso limitado al agua potable para la población que allí habita. Esta situación, enmarcada en los escenarios futuros plantea-dos, hacen del departamento de La Guajira, un escenario altamente vul-nerable y susceptible a los efectos del cambio climático, teniendo mayor énfasis sobre la producción agrícola y de especies animales, y por ende sobre la seguridad alimen-

taría; disminuyendo también la disponibilidad de agua y aumentando los factores para enfermedades endémicas en la región.

Específicamente, en lo relacionado con el ANM y sus efectos inherentes (inundación, erosión e intru-sión salina), se tiene que éstos constituyen una fuerte amenaza para el sistema socioeconómico de la zona costera de La Guajira, dado que las inundaciones altera-rán en algún grado las formas de uso y aprovechamiento

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Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira 177Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira Atlas Marino Costero de La Guajira

de los recursos marino-costeros. Según Invemar (2003), bajo un escenario pesimista de ANM de 1 m al año 2100, en la zona costera de La Guajira se verían afectados 2,47 km2 de la superficie costera y 56.430 habitantes (Mapa 29), siendo el municipio de Riohacha el más vulnerable a este fenómeno, en razón al número de habitantes e infraestructura existentes (Invemar, 2003).

Las actuales evidencias y sus impactos asociados, hacen necesario evaluar a una escala más detallada los efectos y vulnerabilidad al cambio climático de la zona costera de La Guajira, para así, a partir de estos resulta-dos, proponer medidas de adaptación que tendrán que ser incorporadas en los procesos de planificación y en la Gestión Integral del Riesgo (GIR) de los municipios costeros (Figura 165).

Caso piloto de adaptación a los efectos del cambio climático en la zona costera de La Guajira

En el municipio de Manaure, corregimiento El Pájaro, sector de San Tropel, fue el escenario elegido por la Cruz Roja holandesa y colombiana, para desarrollar el primer proyecto de adaptación al Cambio Climático en esta región del país. Este proyecto contó también con el acompañamiento y aporte de Corpoguajira, la Alcaldía Municipal de Manaure, la Gobernación de La Guajira, el Comité Local de Atención y Prevención de Desastres, Capitanía de Puertos, la Chevron y la comunidad local.

Susceptibilidad a la amenaza natural

Valoración del impacto (sistema

biofísico y socioeconómico)

Identificación de estrategias de respuestas actuales

Definición de la vulnerabilidad

Formulación de las medidas de

adaptación

Incorporación en el POT y en el GIR

Figura 166. Esquema para

la identificación de las medidas

de adaptación al cambio climático

y su incorporación en la planificación

(Invemar).

El proyecto consistió en la reconstrucción y rea-sentamiento de 20 casas que beneficiaron a 169 personas que se vieron afectadas en el año 2006 por el desbor-damiento de la laguna “Yusuru”. La comunidad wayuu que habitaba en el lugar del desastre, quedó gravemente afectada por el evento natural, por lo cual tuvieron que improvisar nuevas moradas para resguardarse de las inclemencias del sol, la lluvia y la brisa (Cruz Roja colombiana, 2010).

Después de cuatro años, la Cruz Roja colombiana y sus aliados del proyecto, a través de ejercicios enmarcados en planeación participativa, priorizaron las necesidades del sector de San Tropel, concluyendo que la mejor alter-nativa era la reubicación de la comunidad en viviendas que cumplirían con las tradiciones wayuu. La ejecución del proyecto contó con el objetivo principal de mejorar la calidad de vida de la población y a la vez brindarle la oportunidad a la comunidad de estar mejor preparada frente a los fenómenos naturales adversos.

Figura 167. Infraestructura turística en el Cabo de La Vela (Foto: Archivo Corpoguajira).

El MIZC una estrategia para la planificación y el desarrollo de La Guajira

En la zona costera de La Guajira, si bien no existe una estrategia o programa de MIZC, no se puede negar que éste se constituye en una prioridad para el departa-mento. Por ello, la información aquí presentada se convierte en un insumo importante para estructurar la planifica-ción y el ordenamiento territorial de la zona costera de La Guajira, con el fin de proponer unas líneas de acción base que coadyuven a minimizar la problemática ambiental y a estimular el desarrollo en la región (Figura 167).

Partiendo de la realidad actual de la zona costera y de los avances que se tienen en caracterización, zonifi-cación y lineamientos de manejo para algunos sectores y ecosistemas estratégicos (manglares, playas, humedales, etc.); así como de las diferentes acciones que se vienen adelantando para la sostenibilidad ambiental del área, se proponen las siguientes líneas de acción e instrumentos transversales (Tabla 37), que al desarrollarse con mayor detalle en acciones y proyectos específicos, contribui-rían a orientar el manejo e intervención en el territorio, buscando el equilibrio entre la sostenibilidad ambiental y las prioridades de desarrollo en la región.

Page 182: ALTLAS MARINO COSTERO DE LA GUAJIRA

178 Una aproximación al manejo integrado de la zona costera en La Guajira

Líneas de acción Objetivos de manejo Instrumentos transversal

Planificación ambiental territorial

Proponer estrategias y acciones que permitan fortalecer los procesos de planificación, ordenamiento y gestión en la zona costera.

Investigación (Base científica)Educación y participaciónFortalecimiento institucional

Sostenibilidad ambiental Proponer estrategias para la sostenibilidad del patrimonio natural, garantizar la oferta de recursos naturales y servicios ambientales para las generaciones futuras.

Desarrollo económico y social Identificar las estrategias que permitan mejorar la planificación de las actividades económicas, bajo un esquema de competitividad y sostenibilidad de los recursos naturales, y así contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Conservación del patrimonio étnico y cultural

Concientizar a las instituciones, a los sectores productivos y a la población en general, sobre la necesidad de mantener, reconocer y potenciar la identidad cultural presente en el territorio costero de La Guajira.

Tabla 37. Líneas de acción propuestas para el MIZC de La Guajira.

Basándose en estas propuestas de líneas de acción, el reto que sigue es:

· Lograr la incorporación del MIZC en el ordenamiento territorial de los municipios de La Guajira. · Favorecer mediante las líneas de acción y acciones de manejo, la conservación de la estructura de los ecosiste-mas marinos y costeros, a fin de mantener la prestación de los servicios ambientales de éstos. · Fortalecer la estructura de manejo, como una manera para lograr la coordinación y articulación entre actores, y favorecer así la implementación del Plan MIZC.· Promover en el marco de la Gestión Integral del Riesgo (GIR), el manejo y adaptación a las amenazas naturales costeras.

Adicionalmente, se deberán considerar las siguien-tes recomendaciones:

· Generar sólidas bases científicas que permitan la con-cepción del plan de manejo integrado, su elaboración y desarrollo, con todo el rigor necesario.

· Mejorar la participación de la sociedad civil, empresas y organizaciones de base, en el proceso de planificación y manejo de la zona costera. Para ello, se deberán esta-blecer estrategias de participación y estimular el nivel de organización entre las comunidades.

· La formación en temas de manejo integrado costero deberá ser una prioridad en los planes de educación a nivel superior.

· La concientización sobre la importancia de los eco-sistemas costeros deberán estar incorporados en los planes educativos de todos los niveles.

· El manejo integrado costero requiere de una alta inversión en recursos económicos y financieros para la gestión costera. En este sentido, los sectores produc-tivos, las instituciones encargadas del manejo ambiental y la comunidad en general, deberán aportar en dicho proceso.

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