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  • 8/15/2019 Alfa 016

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    SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 16/23-III-1996

    La verdadera estrella del cine:

    la persona humana

    Premios «Alfa y Omega»

    al mejor cine de hoy

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    Etapa II - Número 16Edita: Fundación «San Agustín». Arzobispado de Madrid

    Asesores religiosos: Alfonso Simón Muñoz, Manuel Mª Bru AlonsoRedacción: Casa de la Familia. Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid

    Télfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

    Redactor Jefe: José Antonio Ullate Fabo- Redactores: Coro Marín Palacios, Jesús Colina (Roma)Producción: Francisco Flores Domínguez, José Antonio de la Fuente - Secretaria de Dirección: Sonsoles de la Vega

    Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995 ΩA

    16-17

    12-13

    En este número

    ESPAÑA

    Monseñor Javier Martínez,nuevo obispo de Córdoba:

    «Aprendí más de mi madreque en la Universidad»

    RAÍCES

    El sepulcrodel primer Papa

    Sumario

    la foto   6

    criterios 7 

    iglesia en madrid

    Chequeo de Cuaresma

    XII Jornada diocesana

    de Enseñanza 8-11

    testimonio   14

    el día del señor   15

    mundo

    Cardenal Martini:

    La armadura del cristiano

    Cardenal Lustiger:

    «Soy consciente de representar

    una esperanza»  18-21

    santos de ayer y hoy

    Ciudadano Kolbe 22-23

    la vida 24-25

    desde la fe

    «No es posible entender

    nuestra cultura sin formació n

    religiosa»  26-31

    contraportada   32

    3-5

    EN PORTADA

    Por un cine a la alturade la dignidad humana

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    En esta sociedad, en esta é poca,só lo la propia familia humanaaventaja a los medios visuales

    en su capacidad de comunicar valo-res, formar conciencias, proporcio-nar modelos de conducta y motivar el

    comportamiento humano». Estaspalabras fuertes del CardenalMahony, arzobispo de Los Ánge-les, en su carta pastoral Cineastas,espectadores: sus retos y oportuni-dades (septiembre de 1992), po-nen de manifiesto que el cine esmucho más que un entreteni-miento o un espectáculo. Es tam- bién un fascinante medio detransmisión de ideas —«el cinepuede cambiar nuestra miradasobre el mundo para así intentartransformarlo», dice Win Wen-ders— y un arte; y, como tal, su

    calidad no puede ser definida ex-clusivamente con parámetros téc-nicos. Tiene que haber algo más.

    Orson Welles decía que una pe-lícula es como «un espejo que sesostiene frente a la naturaleza hu-mana», o lo que es lo mismo, fren-te a los dramas, las dudas, las es-peranzas… que dominan al ser hu-mano. Al valorar la calidad artísticade una película, no es un tema me-nor —como a veces parece admitircierta crítica cinematográfica— laautenticidad del retrato del ser hu-mano que ofrece esa película, pues

    su belleza deberá expresar en símisma la búsqueda y el hallazgode la verdad y el bien y el campode luz y de misterio que hay trastoda vida humana.

    Conscientes de todo esto, en Alfa y Omega hemos querido esta- blecer —con af án de continui-dad— unos premios simbólicosque destaquen anualmente esosfilmes ideales —por emplear laexpresión que acuñó Pío XII—que han logrado de manera so- bresaliente ese delicado equilibrioentre calidad artística y técnica y

    autenticidad antropológica. Estambién una buena manera deunirnos a las conmemoracionesdel primer centenario del naci-miento del séptimo arte.

    Mejor película extranjera:«Pena de muerte»,

    de Tim Robbins.

    Su poderosa puesta en escena,sus soberbias interpretaciones y,sobre todo, su riqueza antropoló-gica y su equilibrada crítica a lapena capital, la convierten en unade las películas más redondas de

    los últimos años. Es sorprenden-te que, estando nominada a tresde los Oscar principales —direc-tor, actor y actriz— no opte a laestatuilla a la mejor película.

    Mejor película española:«Flamenco»,

    de Carlos Saura.

    En esta bellísima exposición f í lmica, el veterano cineasta ex-plora las posibilidades del len-guaje cinematográfico para in-tentar asir, sin didactismos niretóricas vacías, el alma de ese

    arte ancestral y ecléctico que esel flamenco. Un exuberanteejercicio de estilo, en el queSaura ha conseguido atrapar ji-rones de vida.

    Mejor director:Tim Robbins,

    por «Pena de muerte».

    En Pena de muerte, Tim Robbinsconfirma las buenas maneras queya mostró en Ciudadano Bob Ro-berts, su debut tras la cámara. Lasolidez de su propio guión le fa-cilita una puesta en escena de gran

    vigor visual y una f érrea direcciónde actores de alto voltaje dramá-tico en las que hilvana con asom- brosa precisión cada uno de losmatices de la trama.

    /3en portadaNº 16/23-III-1996

    PREMIOS «ALFA Y OMEGA» AL SÉPTIMO ARTE

    Por un cine a la alturade la dignidad humana

    Pena de muerte 

    Pena de muerte Flamenco 

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    Mejor actor:Massimo Troisi,por «El cartero

    (y Pablo Neruda)»,de Michael Radford.

    El actor italiano se dejó la vidaa chorros en esta esforzada in-terpretación, rebosante de hu-manidad, que le puede valer elOscar al mejor actor a título pós-tumo. El éxito inesperado delfilm de Radford ha permitido alos aficionados españoles com-probar la altísima calidad deTroisi en otras dos películas re-

    cientes: ¿Qué  hora es? y El viajedel Capitá n Fracassa, ambas deEttore Scola.

    Mejor actriz:

    Susan Sarandon,por «Pena de muerte».

    La actriz norteamericana ofre-ce todo un recital interpretativoen su matizada e intensa caracte-rización de Helen Prejean, lamonja católica autora del libro enque se basa Pena de muerte. Consu trabajo puede conseguir porfin —después de cuatro nomina-

    ciones fallidas— el Oscar a la me- jor actriz.

    Mejor actriz secundaria:Kate Winslet,

    por «Sentido y sensibilidad»,de Ang Lee.

    Rodeada de un grupo de ac-tores y actrices de primera cate-goría, la joven Kate Winslet bri-lla con luz propia en esta elegan-te adaptación de la novela de Jane Austen.

    Mejor actor secundario:Ed Harris,

    por «Apolo 13» y «Nixon».

    Con su sobriedad habitual,Ed Harris da vida en estas pel í-culas a dos personajes de granriqueza dramática, de esos quedesvelan la variedad de regis-tros de un actor.

    Mejor guión original:Paul Auster,

    por «Smoke», de WayneWang.

    En su debut como guionista,el famoso escritor norteamerica-no ha conseguido un sugestivo

    mosaico  f í lmico, con una rica yabigarrada galería de personajes

    que simbolizan con cautivadoramaestría los grandes dramas delhombre de hoy y de siempre.

    Mejor guión adaptado:Anna Pavignano, MichaelRadford, Furio Scarpelli,

    Giacomo Scarpelli yMassimo Troisi,por «El cartero

    (y Pablo Neruda)».

    Una magnífica labor de equi-po ha convertido la obra Ardientepaciencia , del chileno AntonioSkarmeta, en una película de gransensibilidad, tierna y a la vez

    amarga, como los buenos cuen-tos. La ficticia amistad entre Pa- blo Neruda y el cartero del pue- blecito italiano en que el poeta es-tuvo exiliado resulta un verdaderogoce intelectual y humano.

    Mejor banda sonora original:James Horner,

    por «Braveheart»,de Mel Gibson.

     James Horner, sin duda unode los grandes compositores ci-nematográficos actuales, ha con-

    seguido en Braveheart una es-pléndida partitura de resonan-cias épicas, que magistralmenteintegra temas sinf ónicos y cora-les, y refuerza en todo momentolas aristas dramáticas y moralesque llenan la película.

    Mejor película para niños:«Babe, el cerdito valiente»,

    de Chris Noonan.

    El Premio a la mejor películade 1995 de la Sociedad Nacional deCrí ticos de Cine de Estados Unidos,

    el Globo de Oro, a la mejor come-dia, y ahora sus siete nominacio-nes a los Oscar —incluidas a lamejor película, director, actor se-cundario y guión adaptado—,

    4/ en portada Nº 16/23-III-1996

     JURADO DE LOS PREMIOS

    AALFLFAA YY OOMEGAMEGARafaela Rodríguez.Directora de la revista Pantalla 90.Pascual Cebollada.Crítico de cine. Autor de numerosos libros de cine. Juan Orellana.

    Profesor y crítico de cine.Ignacio Moreno.Coautor del vídeo: El cine: lenguaje, verdad,magia.

     Jerónimo José Martín.Crítico de cine de la agencia Aceprensa; crítico decine y vídeo de la revista Mundo Cristiano.Alex Rosal.Director del Secretariado diocesano

    de Medios de Comunicacióndel Arzobispado de Madrid.Miguel Ángel Velasco.Director de Alfa y Omega

    Braveheart 

    Smoke 

    El cartero y Pablo Neruda 

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    han convertido esta f á bula sobrela lucha por la vida en la sorpre-

    sa de la temporada. Se demuestrauna vez más que no hay temasgrandes y pequeños, sino buenasy malas películas. Y Babe, desdeluego, por su brillante resoluciónvisual y su inteligente humanis-mo, capaces de conmover al es-pectador con las reacciones de unanimal, es una gran película, yno sólo para niños.

    Mejor canción original:«Dead Man Walking»,de Bruce Springsteen,

    para «Pena de Muerte».

    La guinda de la magnífica pe-lícula de Tim Robbins; un temaecléctico y original, con sugesti-vos ritmos exóticos y una letraque sintetiza muy bien los inte-resantes conflictos morales queplantea Pena de muerte.

    Valores estéticos:«En lo más crudo del crudo

    invierno»,de Kenneth Branagh.

    La preciosa fotograf ía en blan-

    co y negro de esta personalísimapelícula del cineasta inglés sim- boliza magistralmente el juegode luces y sombras que dominaa sus personajes, una rica galeríaen la que están representadas ca-si todas las tragedias, inquietu-des y esperanzas del alma hu-mana. Por otra parte, su revisita-ción de Shakespeare supone unpaso adelante hacia una integra-ción de lenguaje teatral y lenguajecinematográfico.

    Originalidad en la expresión:«Toy Story» (Juguetes),

    de John Lasseter.

    Primer largometraje íntegra-mente animado por ordenador,

    en torno a los dramas cotidia-nos de un grupo de juguetes de

    un niño de seis años. El secreto—al igual que en Babe— está enque su despliegue técnico —suprodigiosa animación tridimen-sional, sus espectaculares se-cuencias de acción, sus nume-rosos golpes de humor…— es-tán al servicio de un guiónmagnífico, que toca fibras pro-fundas del ser humano. El Os-car especial que recibirá JohnLasseter «por su contribución aldesarrollo y a la magnífica apli-cación de la técnica», as í comootras cuatro nominaciones a pre-

    mios técnicos, confirman queToy Story está a la altura del lu-gar destacado que le ha corres-pondido en la historia del cinede animación.

    Valores sociales:«Lamerica»,

    de Gianni Amelio.

    El cineasta italiano hace unavigorosa disección crítica de es-te agitado final de siglo y de mi-lenio, en la que muestra las trá-gicas secuelas que ha dejado el

    marxismo, a la vez que denunciacon valentía la falta de solidari-dad de las sociedades consumis-tas occidentales.

    Valores morales:«Profesor Holland»,de Stephen Herek.

    Se analizan con hondura con-flictos morales de gran interés yactualidad: generosa labor es-condida frente a fama a cualquierprecio, activa aceptación de la re-alidad frente a «escapismo artís-

    tico», incontrolada libertad crea-tiva frente a rectitud moral, con- junción de trabajo y dedicacióna la familia… Todo ello, asenta-do sobre un fundamento ético,

    delimitado por la heroicidad enlo cotidiano, la importancia de lafamilia y de la amistad, y la tras-cendencia de cada vida humana.

    Valores religiosos:«Pena de muerte»,de Tim Robbins.

    Através de su honesta y equi-librada reflexión sobre la pena ca-pital, la película de Tim Robbinsafronta algunas de las grandespreguntas del hombre actual y detodos los tiempos: el sentido re-dentor del amor, el valor de laoración y el sacrificio, la necesi-dad del arrepentimiento y delperdón… Y, sobre todo, redescu- bre la auténtica razón de ser dela dignidad del hombre, aun delaparentemente más despreciable:su condición de hijo de Dios.

    Premio Homenaje 1996:Krzysztof Kieslowski.

    La inesperada muerte del di-rector polaco ha dejado al cine ac-tual sin una de sus voces másprofundas e inquietantes. Obrascomo Decá logo, La doble vida de Ve-ró nica o sus fascinantes Tres colo-res: Azul, Blanco y Rojo, le han ga-

    nado a Kieslowski un puesto dehonor entre los grandes busca-dores del séptimo arte. A propó-sito de su últim película, Rojo, re-conocía Kieslowski: «No descar-to poder encontrar algún día laesperanza, y es más, utilizo el ci-ne para ello». Esperemos que fi-nalmente haya encontrado esa es-peranza que tanto ansiaba.

    Mejor programa televisivorelacionado con el cine:

    «¡Qué grande es el cine!»y «¡Qué grande es el cineespañol!» (La 2) dirigidos

    por José Luis Garci.

    A través de estos magníficosprogramas, José Luis Garci estáconsiguiendo acercar al gran pú- blio e l mejor c ine de todas lasépocas, dándole a la vez los pun-tos de referencias necesarios pa-ra saber mirar, para saber apre-ciar en toda su plenitud las múl-tiples facetas que conforman elarte cinematográfico. Todo unmodelo de cómo la televisiónpuede no sólo entretener, sinotambién enriquecer a sus espec-tadores.

    Jerónimo José Martín

    /5en portadaNº 16/23-III-1996

    El profesor Holland 

    Viridiana 

    Toy story 

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    Matar es siempre un errorShrin Jan acribilla a balazos, cumpliendo la sentencia de un tribunal islá mico, a Dur Mohmmed, asesino convictode su hijo de 24 años. Ocurrió  hace poco en Kabul, capital de Afganistá n. El asesino tení a, como se ve en la foto,

    las manos atadas a la espalda. Aunque fuera un criminal, era un ser humano, con su dignidad y sus derechos inalienables.

    La ejecució n — el mismo dí a hubo otra —  fue en una plaza pública repleta de curiosos. Los terroristas del IRA han roto la tregua y han vuelto a matar. En Bealfast, miles de ciudadanos (foto superior) salieron a protestar a la calle. Abrazaban a sus hijoscon palomas de la paz en las manos. Só lo Dios es dueño de la vida, de todas y cada una de las vidas humanas, desde el primer

    instante de la concepció n hasta el último aliento. ¿Cuá ndo nos convenceremos todos de que matar es siempre un error?

    6/ la foto Nº 16/23-III-1996

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    Ya dice el viejo -y por viejo, sabio- re-frán, que cuando la fortuna pasa porla puerta de uno, es imperdonable no

    saber aprovecharla. No sólo es imperdona- ble; es que, además, tal error no se comete im-punemente. Se paga, y muy duramente. De

    eso aquí ya sabemos bastante, porque hacealgunos años que estamos pagando, y ¡de quémanera!, la renuncia a valores constitutivosde nuestra propia personalidad como pue- blo. Resiste a duras penas, afortunadamentemejor que en los países de nuestro entorno, el baluarte de la familia, y esto es sin duda unafuente de esperanza.

    España, tras las recientes elecciones -y almargen de los imprescindibles pactos, coali-ciones y repartos de poder a que unos y otroslleguen responsablemente,- vive un momen-to político y social privilegiado, lo que se di-ce «una ocasión de oro». Sería una irrespon-sabilidad descomunal desperdiciarla. Han si-

    do muchos y graves los errores cometidos enlos últimos años, y toda la nación, desde susmás altos dirigentes al último ciudadano de apie, que vota y paga sus impuestos, tenemosuna oportunidad inmejorable de enmendary desfacer entuertos.

    No es el menor de ellos, ciertamente, elque se ha cometido, con todos los agravan-tes, en materia de enseñanza de la religión;máxime, si se tiene en cuenta la última ra-diograf ía estadística y sociológica según lacual nada menos que noventa y dos de cadacien padres y madres de familia españolesexigen para sus hijos enseñanza religiosa, y,concretamente, católica. Cualquier Gobierno

    dotado de un mínimo de sensatez y de senti-do de la responsabilidad debe atender, prio-ritaria y urgentemente, esta exigencia clamo-rosa.

    No se trata únicamente de un derecho yde un deber inalienables que tienen los pa-

    dres, y del respeto a una opción de verdade-ra libertad, sino de una opción de la que de-pende el futuro de las nuevas generacionesque tienen todo el derecho del mundo a serellos mismos, a pensar y actuar con criteriospropios y conciencia bien formada, y a recibirel ingente patrimonio cultural, histórico y es-piritual que ha caracterizado y constituido aEspaña en dos mil años de historia. No en va-no nuestra Constitución no sólo constata co-mo básico el valor de la cultura y de la liber-tad religiosa, sino que, sin reticencia alguna,reconoce expresa y explícitamente a la Igle-sia católica como parte esencial y clave delpatrimonio histórico de nuestro pueblo. Jun-

    to con los Acuerdos firmados con la Santa Se-de, ése y no otro es el marco jurídico e insti-tucional ineludible y exigible para enseñar lareligión.

    Abochorna tener que recordar algo tanelemental y avergüenza comprobar que sen-tencias firmes del más alto Tribunal de Justi-cia de la nación siguen, aunque acatadas de boquilla, incumplidas de hecho. Son errores,insistimos, que no se cometen impunemen-te. Antes o después la Historia suele pasarfactura de ellos. Más aún, ya la está pasando.Por eso nos parece oportuno volverlo a re-cordar una vez más, precisamente en este mo-mento.

    /7criteriosNº 16/23-III-1996

    ΩA

    Una ocasiónque no se puede

    desperdiciar

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    No puede parecernos ex-cesivo que hablemos otravez de la Cuaresma, del

    pecado y de la penitencia? ¿Noestamos los cristianos bastanteconvencidos y convertidos? ¿Nopuede ser hasta enfermizo insis-tir tanto en nuestra condición depecadores y en la necesidad dearrepentirnos, de hacer peniten-

    cias y celebrar el sacramento de lapenitencia? Nos olvidamos deque somos pecadores. El mismosan Pablo, que había llegado a de-cir: «Ya no soy yo quien vive; esCristo quien vive en mí», dice enotra ocasión: «no hago lo quequiero»; «No soy yo quien lo ha-ce, sino el pecado que habita enmí». Aunque habla en general delhombre del Antiguo Testamento, bajo la Ley y sin la gracia, en con-traste con el del Nuevo, con lagracia del Espíritu Santo para lu-char contra el pecado, no deja de

    reflejar nuestra condición de pe-cadores.Si alguien que sufriera una

    grave enfermedad que tuviera

    curación con un adecuado tra-tamiento y se encontrara en un buen estado dentro de la cl íni-ca, precisamente porque estu-viera recibiendo unos cuidadosespeciales, no debería olvidarque no es un hombre completa-mente sano.

    Los cristianos estamos en elsanatorio de la Iglesia, que nos

    cuida con los remedios que nosdejó el Señor. Gracias a esos cui-dados nos sentimos bien, y va-mos mejorando. Pero no pode-mos olvidar que seguimos siendopecadores en potencia, que lospecados cometidos dejaron cica-trices y secuelas, y que en cual-quier momento podemos recaeren esa o en otra enfermedad. Co-mo dice el refrán: «No digas deeste agua no beberé, por muy su-cia que la veas…»

    Visto desde la fe cristiana, elpecado podría dividirse en tres

    clases principales: de comisión,de omisión y pecado de motiva-ción; hacer el mal, no hacer el bien, y hacer mal el bien.

    El pecado de comisión con-siste en obrar contra la propiaconciencia, con todos los maticesque habría que tener en cuentaen cada caso y circunstancia, co-mo mayor o menor gravedad delhecho, frecuencia, advertencia yresponsabilidad según las situa-ciones. El pecado de omisión es no

    hacer el bien que pudimos y de- bimos hacer. El cristianismo esante todo una moral activa, exi-gente, creativa. Aquí se abre uncampo inmenso, en relación conDios, con los hombres y con no-sotros mismos, como la oracióny la devoción; la caridad indivi-dual, política y social; la luchapor la justicia; la opción prefe-rente por los pobres y por losoprimidos; el apostolado y laevangelización; la colaboracióny la corresponsabilidad con la co-munidad cristiana; la inserción

    en el voluntariado; en organiza-ciones no gubernamentales, ensindicatos y partidos políticos, enmovimientos cívicos, culturales,etc. El pecado de motivación

    consiste en hacer mal el bien; poramor propio, más que por amora Dios y al pró jimo; hacer el bienpor quedar bien, por figurar, apa-rentar o dominar. Jesús reprocha- ba a los fariseos por obras buenascomo ayunar, rezar y dar limos-na. ¿Por qué? Porque «lo hacenpara ser vistos de la gente». Cuan-

    do estemos maduros para el cie-lo, ya no seremos pecadores, sinosantos. Pero entretanto estamosen camino, y debemos preparar-nos para el Reino, la fiesta uni-versal y permanente de la vida, elamor, el bien y la alegría. La Cua-resma es tiempo de chequeo de lavida cristiana, de rehabilitación yhasta de lifting del espíritu, po-niéndonos guapos/as para cele- brar la Pascua. La Iglesia puedepresumir de tener en sus clínicasel remedio contra la mayor enfer-medad del hombre, el pecado. El

    sacramento de la reconciliaciónno es una cadena de opresión, si-no una llave de liberación.

    Alberto Iniesta

    8/ iglesia en madrid Nº 16/23-III-1996

    LA ÚLTIMA PALABRANO LA TIENE EL MAL

    En Cuaresma, la Iglesianos invita a la conversión

    y a acoger el Evangelio. LaIglesia, en esta invitación,contempla, por una parte,nuestra realidad humana tanllena de profundas divisio-nes, de enfrentamientos yrupturas. Pero sabe, a lavez, que en el fondo del co-razón del hombre anida eldeseo de reconciliación. Per-sisten fenómenos que mues-tran el rostro de la división:la conculcación de los dere-

    chos humanos, la negaciónde la libertad, las desigual-dades, la injusta distribuciónde la riqueza, la explotacióny manipulación de los débi-les, la discriminación racial,el terrorismo... Fuerzas de-sintegradoras del hombre yla sociedad. Y también en lapropia Iglesia detectamosdesunión y desgarramiento.Todas estas divisiones tie-nen una raíz común: la he-rida del pecado, el rechazodel amor misericordioso de

    Dios. Pero el mal no tiene laúltima palabra. La esperanzase abre paso y todo hombrepuede acoger la Redención,pues «Dios que es rico enmisericordia, por el granamor con que nos amó y es-tando muertos por nuestrosdelitos, nos dio vida por Cris-to». Y el mismo Jesús nos loexplica en la parábola del hi-

     jo pródigo: Dios desea el re-greso del hijo, lo espera, loabraza al volver a casa yprepara el banquete. Esta

    acogida amorosa nos mues-tra el corazón mismo delEvangelio, que se realizahoy en la Iglesia. A ella le haconfiado Dios el ministeriode la reconciliación. Y ellasale al encuentro del hom-bre herido por el pecado, delhombre «civilizado», que vie-ne de lejos buscando, frus-trado, porque ha perdido lacertidumbre de la Verdad,del hombre quebrado por lasoledad... para ofrecerle eldon de la reconciliación y elgozo del perdón, con el sa-cramento de la Penitencia.

    Manuel del Campo

    Chequeode Cuaresma

    Esperanzada escalada hacia la Pascua 

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    El arzobispo de Madrid hainaugurado el Centro «DonGuanela», para los niños y

     jóvenes del barrio de San Blas, enla Parroquia de San Joaquín. Enla construcción de esta casa hancolaborado económicamente losguanelianos, el arzobispado deMadrid, la parroquia de San Joa-quín, Caritas, la Sociedad Protec-tora de los niños, el Ayuntamien-to, y la Comunidad de Madrid.

    Luis Guanela, fundó en Ita-lia, a finales del siglo pasado, es-ta Congregación, y dedicó todasu vida a los ancianos, a los dis-minuidos psíquicos y a los niñosmás necesitados. Hoy continanesta dedicación sus hijos e hijasespirituales, los Siervos de la Ca-ridad y las Hijas de Santa Maríade la Providencia.

    Este año se celebra el 30 ani-versario de la presencia de losguanelianos en España. El pro-yecto en Madrid empezó en el

    89, cuando un grupo de la pa-rroquia de San Joaquin, ante laproblemática que existía entre al-gunos adolescentes del barrio,comenzaron a trabajar con ellos,según nos cuenta Juan ManuelArija, uno de los guanelianos quedirigen este centro. Desde Pa-lencia, los guanelianos, se ofre-cíeron para trabajar en cualquier barrio de Madrid con chavalesnecesitados. Los voluntarios dela parroquia de San Joaquin seenteraron y los llamaron paraque diesen continuidad en San

    Blas a aquello que ya habían co-menzado.

    UN LUGARAPROPIADO

    En un principio utilizaban loslocales de la parroquia para rea-lizar sus actividades. Hoy yacuentan con su propia casa. Cua-tro personas forman el equipo di-rectivo del centro, dos sacerdotesguanelianos, una psicóloga, unapedagoga y un grupo de volun-tarios. Más de setenta niños deedades comprendidas entre los 7

    y los 16 años disponen de un au-la de apoyo escolar, que está co-ordinada por la pedagoga que lle-va un perfecto seguimiento de sustareas escolares, y está en contac-

    to con los profesores, tutores y di-rectores de los colegios, «para queesto —nos dice— no sea una islay haya una coordinación». Ade-más los chavales cuentan con au-las para dinámica de grupo, una biblioteca y unos talleres, y losmás pequeños pueden disfrutarde una ludoteca. Arija aseguraque «los niños en el centro en-cuentran amigos, y aprenden a

    dar su cariño a los demás, a res-petar, a comunicarse. Para los ni-ños somos a veces unos canallas,unos padres, a veces un amigue-te, a veces el muro de las lamen-taciones y otras veces donde vie-nen a sonarse los mocos».

    Hay una minoría en el barrioque no ve bien el centro «porqueson chavales que molestan, y dealguna manera los consideran

    destinados a ser un fracaso», pe-ro el trabajo que se desarrolla es-tá dando sus frutos. Los volun-tarios y la dirección se muestranoptimistas porque «los chavalesestán recuperando la aspectosque necesitaban, como los há bitosde higiene, y la autoestima...»

    Amaya Monroy LoinazCarmen Sánchez Fuentes

    /9iglesia en madridNº 16/23-III-1996

    San Blas es un barrio con identidad propia, es-pecialmente entre los jóvenes, la primera gene-ración realmente oriunda del barrio, que no quie-re dejarlo al casarse. En una reciente encuesta, susvecinos se muestran contentos con las buenas com- binaciones, los grandes espacios verdes, y el buenambiente vecinal de este barrio. Y a la vez se venpreocupados por los problemas relacionados conla vivienda, el tráfico y el consumo de drogas, la in-seguridad, y el fracaso escolar.

    En los últimos 30 años, el poder adquisitivo desus vecinos ha aumentado considerablemente, gra-cias al auge de las profesiones no universitarias.

    Pero el paro irrumpe aquí con mayor fuerza que enlas zonas más acomodadas de la ciudad. La ma-yoría de las viviendas siguen siendo aquellas de lossesenta construidas de modo provisional, a las que

    ahora el IVIMA únicamente ha «lavado la cara»por vergüenza; pero siguen teniendo los mismos 40metros cuadrados, sin ascensor, y con minúsculasventanas.

    El problema del fracaso escolar, que los vo-luntarios de Cáritas consideran fundamental, porser el más significativo de la desigualdad de opor-tunidades y de las carencias potenciales de futuro,no es, sin embargo, muy ponderado por los en-cuestados, que lo consideran por detrás del de ladroga o el paro. De todos modos, preguntadospor las causas de este fracaso escolar, apuntanmás a la falta de motivación de los niños en sus

    ambientes familiar y social, que a la calidad delos colegios.

    Manuel María Bru

    DESIGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN

    SAN

    BLAS

    Monseñor Rouco cantando con niños del centro «Don Guanelo»

    PRIMER CENTRO DE LOS GUANELIANOS EN MADRID

    Todo, menos «destinados al fracaso»

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    10/ día a día Nº 16/23-III-1996

    El día a día

    El sábado pasado tuvo lugar la reunión constitutiva delConsejo de Pastoral de la archidiócesis de Madrid. Setrata del más amplio órgano consultivo del arzobispo en elque está representada toda la archidiócesis: el Consejo

    Episcopal (vicarios generales y pastorales), representantesde la CONFER (de los religiosos), del Consejo de Laicos, yde las diversas Vicarías e instituciones diocesanas. En suprimera reunión de trabajo dieron sus aportaciones al pro-ceso de preparación del Programa Diocesano de Pastoral.Con el mismo fin se reunió también ayer el Consejo Pres-biteral, formado por representantes del presbiterio (los sa-cerdotes) de la archidiócesis.

    La Hospitalidadde NuestraSeñora de Lour-des, de las dió-cesis de Madrid,

    Alcalá y Getafe,tiene a disposi-ción las inscrip-ciones para laperegrinacióncon enfermos aLourdes, quetendrá lugar enMayo. Los inte-resados podrán informarse en la calle Fortuny nº 21. Teléfono319 93 53, de lunes a viernes, y de 6 a 9 de la tarde.

    En el foro «Familia 2000», de la Delegación diocesana deFamilia, el ciclo «Chequeo a la familia» destinado a todoslos interesados en saber y promover el valor y la misión de lasfamilias, ofrece esta semana estas conferencias: el martes 26de marzo, Luis Cabielles, Delegado diocesano de pastoral fa-miliar, hablará de la familia y la comunión eclesial; el miércoles27, el psicólogo Jesús Blanco García afrontará el tema de lapaz y la violencia en relación con la familia, y el jueves 28, eleconomista Juan Reig planteará el lugar que ocupa la fami-lia en la vida pública. Estas conferencias serán en la calleFerraz nº74, a las 20 horas, y quieren servir de preparaciónpara las Jornadas de la familia, a celebrar del 28 al 31 demayo. Para mayor información, el teléfono de la Delegación

    diocesana de pastoral familiar es el 3668404.

    Hoy se celebra en el Semi-nario diocesano,calle SanBuenaventura nº9, la XII jor-nada diocesana de Enseñan-za. A las 11.30 don LeopoldoCalvo Sotelo, ex-Presidentedel Gobierno, pronuncia unaconferencia titulada «Confe-siones del buen estudiante».A las 14 horas, el grupo musi-cal «Brotes de Olivo» ofreceun recital, y la las 18 horasmonseñor Rouco celebrará laEucaristía.

    Mañana se realizará de nuevo, en la calle Marqués de Urquijonº 29, el mercadillo en favor de la restauración del tem-plo de San Martín, que pronto será el primer templo eucarísti-co diocesano, para la adoración permanente del Santísimo.En este templo se siguen poniendo a disposición un número li-mitado de columbarios para el depósito de cenizas. Los inte-resados pueden contactar con Eugenia Kilpatrick, Presidentade la Adoración Nocturna Femenina, en la calle Princesa nº81, teléfono 5435698.

    La parroquia de San Antonio María Claret, en al calle Co-razón de María, ha realizado del 3 al 17 de marzo una«Misión Popular». Fruto de ella, el pasado fin de semana, sereunieron las 65 asambleas vecinales participantes, paracompartir la experiencia de esta «misión». Los jóvenes par-ticipantes tuvieron un «Happening» el viernes pasado con laparticipación del conjunto musical «Brotes de Olivo». Losreligiosos claretianos repetirán esta Misión Popular del 17 al30 de marzo en Guadarrama, que será clausurada el sába-do 30 por el arzobispo de Madrid, a las 6,30 de la tarde.

    A NUESTROS LECTORESSi usted quiere ayudar a la Fundación San Agustín en la pu-blicación de Alfa y Omega, y en otros proyectos de la Pro-vincia Eclesiástica de Madrid en medios de comunicación,

    puede enviar su donativo al Banco Popular Español (Agen-cia nº 52, Plaza de San Miguel nº7) a la Fundación San Agustín (cuenta nº 0075-0615-57-06001310-97).

    CURSILLOSegún anunciábamos en «El día a día» de la semana pasada,el cursillo «Salud y enfermedad: luces y desafíos desde la fe»se celebrará los próximos días 23 y 24 de marzo en la casa delas Siervas de Jesús de la Caridad, en la calle Andrés Melladonº 98, de Madrid. (Tfno: 441 88 05).

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    Una vez más el mundo dela educación, con su deci-siva importancia para la

    configuración de la sociedad pre-sente y futura, se nos hace espe-

    cialmente cercano con la celebra-ción de la Jornada diocesana deEnseñanza. Se nos ofrece unanueva ocasión de tomar concien-cia de la responsabilidad y com-promiso cristiano en el campo dela escuela y de la cultura.

    En esta década final del sigloXX nos encontramos con una so-ciedad marcada por el progresocientífico y técnico, pero con ries-go al mismo tiempo de una cre-ciente deshumanización. Se es-cribe y se habla abundantementede la necesidad de valores, y, sin

    embargo, la vida y la cultura am- biental, que nos envuelve, estádominada por la permisividad,el consumismo, la realización delo f ácil y lo cómodo, por el gozoindiscriminado y hedonista.

    ¿Qué sucede? ¿Esa búsquedade valores evidencia la nostalgiade algo perdido, deteriorado osecretamente anhelado? No esf ácil analizar ese entramado so-cial. No obstante, y en cualquiercaso, no es dif ícil descubrir en elfondo una situación, donde lapersona —el ser humano— ha

    perdido densidad interior, nortemoral y religioso: y en una pala- bra, Fe.

    Indudablemente esta sociedadcondiciona la tarea educativa, pe-ro constituye también un retoapasionante: el de la renovaciónauténtica de esa sociedad, por lavía de la educación integral delhombre. El lema de la Jornada—Educar siempre es posible. Loseducadores cristianos ante los desa- f í os de la educació n— contiene unapropuesta para la esperanza enun futuro fecundo de la educa-

    ción: esperanza y confianza deeducadores y de educandos. Es-peranza y confianza de que éstospuedan crecer en plenitud segúnel proyecto salvador de Dios so-

     bre todos los hombres y sobre ca-da hombre. Los niños y los jóve-nes que hoy están en nuestras au-las son los que irán configuran-do un modelo u otro de sociedad.

    El educador cristiano no debeevadirse de la realidad. Pero, pre-cisamente por eso, necesita vol-ver a las raíces de su identidadpara llenar de sentido su tarea ysu misión. En el documento es-pecialmente dirigido a los edu-cadores: El laico cató lico, testigo dela fe en la escuela, se dice que «no

    puede contentarse con presentarcon valentía una serie de valoresde carácter cristiano como sim-ples y abstractos objetos de esti-ma, sino como generadores de ac-

    titudes humanas: la libertad res-petuosa con los demás, la res-ponsabilidad, la sincera y per-manente búsqueda de la verdad,la crítica equilibrada y serena, lasolidaridad y el servicio hacia to-dos los hombres, la sensibilidadhacia la justicia, la especial con-ciencia de estar llamados a seragentes positivos de cambio enuna sociedad en continua trans-formación. Su máxima aspiracióntiene que tender a que dichas ac-titudes y comportamientos lle-

    guen a estar motivados y confor-mados por la fe interior del edu-cando... La plena coherencia desaberes, valores, actitudes y com-portamientos con la fe, desem-

     bocará en la síntesis personal en-tre la vida y la fe del educando».

    Nos estamos aproximando altercer milenio. Juan Pablo II, ensu encíclica Tertio millennio adve-niente recuerda a todos los cris-tianos que ésta es una ocasión deexamen de conciencia, de con-versión de los corazones, de for-

    talecimiento en la fe y de com-promiso en la evangelización. Se-cundemos esta llamada tambiénen el ámbito de la educación. Se-cundémosla todos: los padres defamilia, primeros educadores devuestros hijos; los profesores,maestros y testigos de la expe-riencia de la verdad y de la vidacristiana; los sacerdotes, pasto-res de las comunidades cristia-nas parroquiales y maestros dela fe; los educadores de la escue-la católica...; todos los que encualquier circunstancia y lugar

    podéis testimoniar, defender,ofrecer y aportar a la sociedadvalores humanos y evangélicosimportantes para la acción edu-cadora».

    /11iglesia en madridNº 16/23-III-1996

    23 DE MARZO DE 1996: XII JORNADA DIOCESANA DE ENSEÑANZA

    El educador cristianono debe evadirse de la realidadCon motivo de la Jornada diocesana de Enseñanza, monseñor Antonio Marí a Rouco, arzobispo de Madrid, escribe:

    El arzobispo, con un grupo de jóvenes 

    «VIVIMOS UNA SITUACIÓN, DONDE LA PERSONA —EL SER

    HUMANO— HA PERDIDO DENSIDAD INTERIOR, NORTE MORALY RELIGIOSO: Y EN UNA PALABRA, FE»

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    La mía era una familia cris-tiana, sencilla. En medio delas luchas de la vida, Dios

    estaba presente. Mi madre, sobretodo, era una mujer para quienla fe era algo tan natural como elaire que respiramos. Solía decirque Dios nos acompañaba siem-pre, que siempre abría camino.Vivía en presencia del Señor. Esafe tenía el poder de disolver losproblemas, o quizás, más preci-samente, de vivirlos con paz, sinque te destruyan. De las cosasque importan verdaderamenteen la vida, he aprendido muchomás de ella, que nunca fue a laescuela, que en la universidad».

    En el seno de esa familia, deorigen asturiano, cuya historiarecuerda la de muchas otras fa-milias españolas, nació y se edu-có el nuevo obispo de Córdoba yhasta ahora auxiliar de Madrid.Don Javier nació en Madrid el 20de diciembre de 1947. Su padre,

    Francisco, era de Tebongo, unaaldea junto a Cangas del Narcea,y su madre, Pilar, de otra aldeade nombre Balsoredo, cerca deLuarca. Los dos vinieron a Ma-drid con menos de veinte años,para abrirse camino en la vida.Francisco trabajó primero, comotantos otros asturianos, en unacarbonería, y luego de pinche enun restaurante. Después de laguerra civil, fue funcionario deCorreos y guardia municipal. Pi-lar trabajó al principio como sir-vienta. Después de casarse, pu-

    sieron una pequeña tienda en elmadrileño barrio de Argüelles,que llevaba Pilar, ayudada des-pués por la otra hija del matri-monio, también Pilar de nombre.Francisco murió en 1984. Pilar en1990. Su hermana Pilar, trece añosmayor que él, trabaja como auxi-liar de clínica en «La Paz».

    Don Javier fue primero a uncolegio laico del barrio de Ar-güelles, el colegio Decroly. De eseperíodo, recuerda a las jóvenesmaestras que tuvo, que le prepa-raron a la primera Comunión:

    «Eran dos mujeres magníficas,que se desvivían por nosotros, ydaban un testimonio vivo de sufe en Jesucristo. Aún las recuer-do perfectamente, como recuer-

    do —y guardo— el libro que meregalaron cuando hice la primeraComunión. Era un cuento, situa-do en África, sobre las misiones.Al entrar en el Seminario, perdítodo contacto con ellas. Perocuando fui nombrado obispo, las

     busqué, y estuvieron junto a mifamilia en mi ordenación episco-pal. Entonces supe que una deellas era también madre de un sa-cerdote, misionero en África».

    En el Seminario, don Javier co-noce a don Francisco Golf ín, ac-tual obispo de Getafe, que iba ainfluir decisivamente en su orien-tación espiritual y pastoral, y a unexcelente profesor de Sagrada Es-critura, don Mariano Herranz

    Marco, que iba a despertar su vo-cación académica e intelectual.Ordenado sacerdote el 3 de abrilde 1972, ejerció su primer minis-terio pastoral en Casarrubuelos,

    12/ españa Nº 16/23-III-1996

    MONSEÑOR JAVIER MARTÍNEZ, NUEVO OBISPO DE CÓRDOBA

    «Aprendí más de mi madre

    Monseñor Martínez se-rá el titular de una dió-cesis que tiene su origenen el siglo III, y que perte-nece a la Provincia Ecle-siástica de Sevilla. Tieneuna superficie de 13.755

    kilómetros cuadrados, enlos que residen 753.102habitantes. De estos,692.854 se consideran ca-tólicos. El prelado contarácon 268 sacerdotes incar-dinados, con una edad me-dia de 58,43 años (segúndatos de las Estadísticasde la Iglesia Católica en Es-paña de 1995). Tambiéntrabajan en esta sede 115sacerdotes religiosos y 30profesos; además de 1.132religiosas. Este curso, elnúmero de seminaristas

     —según datos de la Comi-sión Episcopal de Semina-rios— es de 28.

    UNA DIÓCESIS

    CON HISTORIA

    Arriba, don Javier con un grupo de niños. Abajo, junto a su madre y su 

    hermana Pilar 

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    pequeña población al Sur de Ma-drid, hasta finales de 1974. Enesos años comenzó su trabajo congrupos de jóvenes, colaborandoen la recreación en Madrid de laAcción Católica General de Jóve-nes. En 1971 había hecho tambiénun Cursillo de Cristiandad, y du-rante varios años colaboró en laEscuela Diocesana de Cursillos.

    EXPERTO ORIENTALISTA

    Obtuvo la Licenciatura enTeología Bí blica por la Universi-dad Pontificia de Comillas en1973. Después lo destinaron al es-tudio: primero como becario delCSIC (1975-77), y luego en el ex-tranjero: un año en la Escuela Bí -blica Francesa de Jerusalén (curso78-79) y, finalmente, estudió Fi-lología semítica en la UniversidadCató lica de Amé rica, en Washing-ton. Allí permaneció desde el 79hasta febrero del 85, y se espe-cializó en lengua y literatura si-

    ríaca, fue profesor adjunto a lacátedra de siríaco, y obtuvo eldoctorado con una tesis sobre laapocalíptica cristiana en Orienteen el período del surgir del Islam.Desde hace años, y en la medidaen que sus responsabilidadespastorales se lo permiten, trabajaen la traducción española de lasobras de san Efrén de Nisibe.

    También ha sido profesor deSagrada Escritura y Cristologíaen el Seminario de Toledo (1976-78), de Patrología y de Dios Unoy Trino en el Centro San Dá masode Madrid (1985-91), y de lenguay literatura siríacas en el Institu-to San Justino de Filología Clásicay Oriental (1987-91).

    Durante todos estos años, nodeja la labor pastoral, sobre todocon jóvenes. Ya en 1975, juntocon otros sacerdotes, pone enmarcha unos campamentos pa-ra jóvenes en los Picos de Euro-pa, así como unos cursos de ve-rano para formación de jóvenesen Ávila, y crea la asociacióncultural Nueva Tierra, para edu-carlos a dar un testimonio cul-turalmente significativo de sufe. Durante su estancia en Ale-mania, a través de los jesuitasde Francfurt, conoce el Movi-miento Comunió n y Liberació n,que estaba por entonces empe-zando también en España, y al

    que se unió gran parte de los sa-cerdotes y de los jóvenes deNueva Tierra.

    Fue ordenado obispo el 11 demayo de 1985. Como obispo au-xiliar de Madrid se ha ocupadosobre todo de la Pastoral Univer-sitaria y de la Juventud, y delCentro de Estudios TeológicosSan Dá maso, aunque ha trabaja-

    do también en las áreas de Ense-ñanza, Catequesis, Familia y Me-dios de Comunicación Social.Quienes semanalmente hacemos

     Alfa y Omega sabemos bien —yagra- decemos de corazón— loque su impulso y su solícito se-guimiento ha significado, desdeel primer momento, para esta ini-ciativa periodística de la Iglesiade Madrid.

    En la Conferencia Episcopalha sido miembro de las Comisio-nes de Enseñanza y Catequesis,de Medios de Comunicación So-cial, de Doctrina de la Fe, y de laSubcomisión de Universidades.Desde 1989 fue miembro delConsejo Pontificio para el Diálo-

    go con los no creyentes, y desde1993 es miembro del nuevo Con-sejo Pontificio de la Cultura.

    Alfa y Omega

    /13españaNº 16/23-III-1996

    que en la Universidad»« D e s d e e l m o m e n t o e n q u e h e t e n i d o c o n o c i m i e n t o d e m i

    n u e v o d e s t i n o , q u i e r o a C ó r d o b a , a s u s p u e b l o s y a s u s g e n t e s , c o n

    t o d a m i a l m a . E s c o m o s i C ó r d o b a f u e s e y a m i l u g a r p a t r i o , l a c a -

    s a y l a t i e r r a d e m i f a m i l i a .

    S é q u e e s e l S e ñ o r q u i e n , p o r m e d i o d e l S a n t o P a d r e , m e e n -v í a a e s a I g l e s i a v e n e r a b l e y l l e n a d e v i d a , q u e t a n t o s s a n t o s h a d a -d o a l a I g l e s i a y a l m u n d o . S é q u e m i m i s i ó n , c o m o s u c e s o r d e l o sA p ó s t o l e s , c o n s i s t e e n h a c e r p r e s e n t e , e n m i v i d a y e n m i m i n i s t e r i o ,e l i n f i n i t o a m o r d e C r i s t o p o r l o s h o m b r e s , y a e s o q u i e r o c o n s a -g r a r t o d a s m i s e n e r g í a s . Q u i e r o s e r p a s t o r d e t o d o s y p a r a t o d o s ,a m i g o d e l o s s a c e r d o t e s , c e r c a n o a l p u e b l o . S i e n t o y a c o m o m í o sl o s g o z o s y l o s s u f r i m i e n t o s d e l o s h o m b r e s d e e s a q u e r i d a t i e r r a . E s -

    p e c i a l m e n t e , l o s d o l o r e s d e l o s e n f e r m o s y d e l o s a n c i a n o s , l a s i n -

    q u i e t u d e s y e s p e r a n z a s d e l o s j ó v e n e s , y e l s u f r i m i e n t o d e l o s n i ñ o s .

    L e p i d o a l S e ñ o r q u e s o s t e n g a m i m i n i s t e r i o , p a r a q u e s e p a

    s e r v i r a s u I g l e s i a c o m o É l q u i e r e . Q u e É l n o s c o n c e d a a b u n d a n t e -

    m e n t e a t o d o s e l d o n d e l a u n i d a d y d e l a c a r i d a d , p a r a q u e e n n u e s -

    t r a I g l e s i a r e s p l a n d e z c a m á s y m á s e l r o s t r o d e C r i s t o , d e m o d o q u et o d o s p u e d a n e n c o n t r a r e n l a c o m u n i ó n d e l a I g l e s i a l a v i d a v e r -d a d e r a . C u e n t o p a r a e l l o c o n l a g r a c i a y l a m i s e r i c o r d i a d e l S e ñ o r .C u e n t o c o n l a i n t e r c e s i ó n d e s u M a d r e , M a r í a S a n t í s i m a , y l a d e l o ss a n t o s y m á r t i r e s c o r d o b e s e s , y c u e n t o c o n l a o r a c i o n d e l a I g l e s i a d eD i o s q u e e s t á e n C ó r d o b a . A l a c e p t a r e l m i n i s t e r i o a p o s t ó 1 i c o q u e e lS e ñ o r m e c o n f í a , e s a o r a c i ó n d e l a I g l e s i a e s m i f o r t a l e z a » .

    El nuevo obispo de Córdoba, con su madre, en una visita al Papa después de su ordenación episcopal, en 1985 

    «Es como si Córdoba fuese ya mi casa…»

    L o s s e n t i m i e n t o s q u e s u n o m b r a m i e n t o c o m o n u e v o o b i s p o d eC ó r d o b a h a s u s c i t a d o e n m o n s e ñ o r J a v i e r M a r t í n e z , q u e d a n d em a n i f i e s t o e n s u p r i m e r m e n s a j e d i r i g i d o a l o s c o r d o b e s e s , n a d am á s h a c e r s e p ú b l i c o e l n o m b r a m i e n t o :

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    Un padre no se entendía bien con su hi jo adoles-cente. Tratando de en-

    contrar la causa, un psicólogo lehizo ver que, demasiado absor- bido por su trabajo, dedicaba po-co tiempo a su hijo. Decidió cam- biar, habló con su hijo y le dijo:

    — José Mar ía, discúlpame.Creo que, con tantas ocupacio-nes, dedico muy poco tiempo a

    estar contigo, a conocer tus pro- blemas, a compartir tus inquie-tudes y tus alegrías... De ahoraen adelante, vas a encontrar enmí al mejor de tus amigos.

    El muchacho escuchó en silen-cio y, mirándole a los ojos, le dijo:

    —Papá: amigos ya tengo. Loque yo necesito es un padre.

    Hay muchos aspectos, propiosde la amistad, que los padres de- bemos intentar vivir en la relacióncon nuestros hijos, pero los hijosquieren algo más de nosotros: quie-ren que seamos padres. Veamos al-gunos de los aspectos a los que, co-mo padres, hemos de atender:

    La religiosidad, que dará sen-tido a toda la vida de los hijos y

    será luz en su camino, y fuerzaen su debilidad.

    El amor a sus padres y herma-nos, a la «familia grande», a to-dos los hombres, a la Patria queles vio nacer y, en su día, a la per-sona con la que construirán unhogar.

    La fuerza de voluntad que lespermitirá ser dueños de sí mis-mos y cumplir con sus obligacio-nes familiares, escolares y profe-sionales.

    La generosidad, antítesis delegoísmo, tan frecuente en nues-tros días.

    El espíritu de servicio que leshará sensibles a todas las causasnobles, y la laboriosidad.

    El amor al deporte y a la na-turaleza, que tanto contribui-rán a su desarrollo f ísico, al for-talecimiento de su carácter, adespertar su sentido de la be-lleza.

    La atención a sus amistades,que tanto pueden influir —para bien o para mal— en sus senti-mientos, criterios y costumbres.Atención al colegio en que se for-man, a las asociaciones en que seintegran.

    La atención a su noviazgo,tiempo de preparación al matri-monio, no matrimonio anticipa-

    do.

    La atención a la elección deprofesión, que va a marcar su fu-turo. De que acierten o no, va adepender su realización perso-nal.

    Luis Riesgo Ménguez

    14/ testimonio Nº 16/23-III-1996

    No quiero decir, Señor, al decir «gente de cine», só-lo toda esa gente guapa, maravillosa, de revistadel corazón y de papel couché, de perfume caro y últi-ma moda, gente de la jet y de la high society , de tantoamor artificial (aunque la procesión vaya por dentro,que de eso Tú tienes que saber un rato largo) y de tan-to divorcio a la vuelta de la esquina y a la primera decambio. Por todos ellos y ellas también te pido, ¡cómono, Señor!, porque a esa querida y necesitada y sensiblegente les hace falta, claro, tu mirada y tu mano tendida.

    Me refería más bien, al decir «gente de cine», a to-

    dos cuantos hacen posible, en sesión de tarde y noche,ese milagro diario de jugar con la luz a crear sueñospara toda la otra gente. Me gustaría, ante todo, —porsi se nos ha pasado, que es probable— darte las gra-cias, en nombre de todos, por esa fábrica de sueñosque es el cine. Me gustaría también, sinceramente,que no se quedara solamente el cine en sutil y habilí-sima factoría de sueños; que sirviera para pisar bienfuerte, con los pies bien en el suelo y no en las nubes,y que ayudara, con su tremenda fuerza e influencia, a trans-formar las cosas que van mal, enseñando «cómo debe ser»,mucho más que «cómo no»... Me gustaría que el cine, Se-ñor, no se quedara en pura imagen, mucho menos en suciaimagen, y que fuera espejo limpio y fiel refejo de la verdaddel hombre que Tú creaste a tu imagen y semejanza, que eneso dicen que consiste el prodigio del arte, ¿no?

    Ya puesto, me gustaría que sus estrellas, sean de la mag-nitud que sean, fuesen todas y cada una estrellas con luzpropia, personal e intransferible. Y que sean felices ayudan-

    do a los demás a serlo de cinco a siete, o de nueve a once.¡Ah!... y como Te estoy hablando en el «Día del padre»,

    ¿puedo, Señor, pedirte además una mirada larga, una mira-da de favor, de recomendación, una mirada de Padre paratodos los padres, una «cremá» de tu mejor esperanza y de tuinsustituíble misericordia para todos ellos, incluído el pordio-sero que suscribe, claro, en esta «nit del foc» del día de sanJosé del 96? ¡Gracias...!

    Miguel Angel Velasco

    ORACIONES DE ANDAR POR CASA

    POR LA GENTE DE CINE...

    A RAÍZ DEL «DÍA DEL PADRE»

    Amigos... y padres

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    La resurrección de Lázaro esel último signo de Jesús an-tes de su Pasión; y se con-

    vierte también en el motivo in-mediato de su arresto. El que vaal encuentro de la muerte, quiereantes ver la muerte cara a cara.Por eso deja expresamente morira Lázaro, a pesar de los ruegosde sus amigas, Marta y María; Je-sús quiere postrarse ante el se-pulcro de su amigo, cerrado conuna losa, y llorar «conmovido,

    consternado, irritado» (sea cualsea la traducción elegida) a causadel terrible poder de este «últi-mo enemigo», que sólo puede servencido desde dentro, desde lo

    más profundo de sí mismo. Sinestas lágrimas ante el sepulcro deLázaro, Jesús no sería el hombreque es. Pero enseguida todo seprecipita: primero viene la ordende quitar la piedra (a pesar de laobjeción de Marta); después laoración dirigida al Padre —por-que el Hijo implora la fuerza delo alto siempre que hace un mi-lagro: nunca se trata de magia,sino de una fuerza que le vienedesde arriba—; y finalmente la

    orden: «¡Lázaro, sal fuera!» Supoder sobre la muerte es partede su misión, pero no será un«pleno poder» hasta que, exha-lando el esp íritu Santo hacia

    Dios y hacia la Iglesia, muera enla cruz. Esta muerte no será yael destino de los hijos de Adán,sino la manifestación de la en-trega suprema de Dios a loshombres en Cristo. Sólo porquemuere de esta muerte de amorobediente, puede Jesús desig-narse a sí mismo como «la resu-rrección y la vida» y pronunciarestas palabras que acaban con elpoder de la muerte: «El que creeen mí, aunque haya muerto, vi-

    virá».Hans Urs von Balthasar

    (de Luz de la Palabra Ed. Encuentro. Madrid)

    Cuando Jesús lloró.../15el día del señorNº 16/23-III-1996

    Evangelio

    de mañ

    anaQUINTO DOMINGODE CUARESMA

     Juan 11,1-45

    En aquel tiempo, un cier-to Lázaro, de Betania,la aldea de María y Marta,su hermana, había caídoenfermo. Le mandaron re-cado a Jesús, diciendo:«Señor, tu amigo está en-fermo».

    Jesús dijo: «Esta enfer-medad no acabará en lamuerte, sino que servirá pa-ra la gloria de Dios». Y sequedó todavía dos días endonde estaba. Sólo enton-ces dice a sus discípulos:«Vamos otra vez a Judea».

    Cuando llegaron, Láza-ro llevaba ya cuatro díasenterrado. Jesús, muy con-movido, preguntó: «¿Dón-de lo habéis enterrado?».Contestaron: «Señor, vena verlo».

    Jesús se echó a llorar.Los judíos comentaban:«¡Cómo lo quería!» Pero al-gunos dijeron: «Y uno quele ha abierto los ojos a unciego, ¿no podía haber im-pedido que muriera éste?»

    Jesús, sollozando denuevo, llegó a la tumba, ydijo: «Quitad la losa». PeroMarta le dijo: «Señor, yahuele mal, porque llevacuatro días». Él respondió:«¿No te he dicho, que sicrees, verás la gloria de

    Dios?»Entonces quitaron la lo-sa. Jesús, levantando losojos a lo alto, dijo: «Padre,te doy gracias porque mehas escuchado; yo sé queme escuchas siempre; pe-ro lo digo por éstos paraque crean que Tú me hasenviado». Y dicho esto, gri-tó con voz potente: «Láza-ro, ven afuera». El muertosalió, atado con vendas, yla cara envuelta en un su-dario. Jesús les dijo: «De-satadlo y dejadlo andar».Y muchos judíos creyeronen él.

    Como Lázaro, tu amigo,yo, muerto, he sido puesto en la tumba;y no son cuatro días sino largos añosque mi alma muertayace en mi cuerpo.

    Nerses Snorhalí

    Él fue para sacar afuera al muerto del sepulcro y preguntó:«¿Dónde lo habéis puesto?» Y aparecieron las lágrimas enlos ojos de Nuestro Señor; sus lágrimas fueron como la llu-via, y Lázaro como el grano, y el sepulcro como la tierra. Élgritó con voz potente y la muerte tembló ante su voz; Lá-

    zaro se irguió como el grano, salió afuera y adoró al Señorque lo había resucitado.

    San Efrén

    …Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estadoaquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún aho-ra sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo con-cederá». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».Marta respondió: «Sé que resucitará en la resu-rrección del último día». Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el

    que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y elque está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.¿Crees esto?»Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres elMesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir almundo».

    (Del evangelio de mañana)

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    16/ raíces Nº 16/23-III-1996

    C

    uando en 1939 los arqui-tectos de la Basílica vatica-

    na quisieron cerciorarse dela seguridad que presenta- ba el subsuelo para colocar en lacripta el hermoso sarcófago dealabastro regalado por Milán aPío XI, ante los ojos atónitos delos obreros que abrieron el suelode la cripta apareció un grandio-so friso romano. Consultado PíoXII, éste dispuso que se llevara acabo una excavación en toda re-gla hasta encontrar la tumba delprimer Pontífice. Los trabajos,que duraron de 1939 a 1949 y de1953 a 1958, han dejado al des-

    cubierto parte de una necrópoliscon mausoleos de los siglos II yIII alineados a ambos lados de

    una calle y construidos sobre se-pulturas de siglos anteriores.

    Hoy puede admirarse este ce-menterio pagano edificado en lacolina vaticana (Vaticano esnombre etrusco, pues durantemucho tiempo fue dominioetrusco). Se hallaba al aire libre;por tanto es algo enteramente di-ferente a una catacumba, tam- bién en este aspecto. Los cristia-nos construyeron las catacum- bas bajo tierra desde finales delsiglo II, a la vez que existían ce-menterios al aire libre como elque describimos.

    Durante la visita de casi dos

    horas, se contemplan mausoleosmuy adornados con estucos, pin-turas, mosaicos, lápidas suma-

    El sepulcro d

    En el muro rojo que cubría la tumba de Pedro, alguien escribió en griego, Petrós ení: Pedro, aquí 

    Cristo bendiciendo, que cubre la tumba del primer Papa 

    ¿Cuántos de los que visitan Roma descienden al subsuelo de la cripta de la Basílica Vaticana y llegan hasta la tumbade san Pedro? Son los cimientos sobre los que se edificó, primero, la basílica constantiniana, y después la actual.

    Resulta impresionante escuchar aquí las palabras de Cristo a Pedro: «Sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia»

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    /17raícesNº 16/23-III-1996

    mente expresivas con indicacióndel nombre, empleo y, sobre todo,dedicatorias llenas de ternura co-mo la que escribe su marido a ani-

    ma dulcis Gorgonia mire in specie etcastitate... quae vixit annis XXVIII...mensibus II diebus XXVIII. Dormitin pace, coniugi dulcissimae fecit.

    Pero, sobre todo, se llega al lu-gar de la tumba de Pedro y allí sepuede sentir el estremecimiento de

    la oración donde los cristianos he-mos orado a lo largo de 20 siglos.Es el momento de experimentar

    que no hemos estado solos ennuestra fe a través de los tiempos.Siempre como punto de referencia

    y raíz, la tumba del primer Papa.Juana María Baranguán

    l primer Papa

    Fresco de una de las tumbas romanas de la necrópolis 

    Asilo de la necrópolis vaticana 

    Monograma de Cristo y lámina votiva de oro, halladas sobre el se- 

    pulcro de san Pedro 

    Restos del muro de ladrillo original tras el que fueron encontrados 

    los huesos de Apóstol 

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    Combatiente? ¡Qué va!; pacifista. ¿Gue-rrero? Como mucho, un «no violento».Érase una vez la fe como lucha (inte-

    rior, pero no sólo ésa); éranse una vez los com- bates espirituales contra las tentaciones, la«guerra» a los instintos del «mundo» y lasarmas de la gracia para derrotar al gran ene-migo. Hoy, por el contrario, si un párroco ad-vierte en la catequesis —como antes— quecon el Crisma uno llega a ser «soldado deCristo», se arriesgaría seguramente a un pro-ceso por militarismo espiritual…

    Los católicos bonachones han cambiadoel look, a pesar de siglos de tradición ascéticadesde san Pablo a Ignacio de Loyola inclui-dos; no en vano Ignacio era un ex-capitán quequiso que sus seguidores estuvieran militar-mente encuadrados en una compañía, si biende Jesús. Precisamente de uno de sus hijosllega ahora la invitación a los creyentes paraque vuelvan a ceñir la espada (metaf órica, seentiende) y vestir la coraza, porque la «lucha,

    no tiene ni pausa, ni cuartel, contra un ad-versario astuto y terrible que está fuera y den-tro de nosotros».

    Y no se querrá echar en cara al arzobispode Milán actitudes militaristas o propensionesque no sean al diálogo. Pero, precisamente elúltimo libro del cardenal Carlo María Marti-

    ni (su cuaresmal Reencontrarse a sí  mismo (Cen-tro Ambrosiano y Piemme editores)) contieneun jugoso y provocador capítulo dedicado al—para algunos obsoleto— «combate espiri-tual». Será, por tanto, mérito del cardenal sisalva de la herrumbre aquella armadura in-terior que ya se creía reducida a chatarra.

    Como experto en la Biblia, parte del co-nocido texto de la carta de san Pablo a los Efe-

    sios: «Recibid la armadura de Dios, revestíoscon la coraza de la justicia, el escudo de la fe,el yelmo de la salvación y la espada del Es-píritu». Y el cardenal arzobispo de Milán tra-duce, actualizándolo: el cinturón es la cohe-rencia en el vivir; el calzado es la prontitudy el entusiasmo en la predicación del Evan-gelio, el escudo de la fe es «la consideraciónevangélica de toda la realidad humana» quenos protege de los «dardos encendidos delMaligno» y de la «mentalidad del mundo depecado» que asalta «desde todas partes el te-soro de la fe».

    El yelmo de la salvación es «la acciónsalvífica de Dios como única protec-

    ción y esperanza», espada del Espí-ritu para «rechazar las interpretacio-nes falsas de la historia del mundo yde nuestra existencia».

    PEDAGOGÍA CATÓLICA

    Pero, no basta. El cardenal diseña el tea-tro de la « batalla» cristiana: «Nos encon-tramos en una situación arriesgada: esarriesgado y peligroso vivir el Evangeliohasta las últimas consecuencias… Esto,

    hoy, se olvida frecuentemente, viviendo enuna atmósfera de optimismo deterministapara el que todas las cosas deben ir de bien

    en mejor, en pensar en la dramaticidad yen los quebrantos de la historia humana…Sólo quien se arma y está a punto podrá re-sistir, puesto que el enemigo nos rodea».Es un escenario bastante distinto del re-signado desistir moral que quizás en el

    post-Concilio ha enmarcado un malenten-dido «diálogo» con el mundo, y propiciadouna corriente de pedagogía católica, de es-casa fuerza, sin celo.El director de Estudios cató licos, Cesare Ca-

    valleri, no duda en ponerse al lado del car-denal: «Estoy de acuerdo totalmente. Mar-tini recoge la posición clásica de la Iglesiaque, por lo demás, tampoco ha sido aban-

    donada: la historia del mundo es la del lu-gar de lucha entre el bien y el mal, por loque reconocer un «adversario» no significapara el cristiano convertir en demonio anadie ni buscar el choque por el choque,

    18/ mundo Nº 16/23-III-1996

    «EL YELMO DE LA SALVACIÓN ES

    “LA ACCIÓN SALVÍFICA DE DIOS COMOÚNICA PROTECCIÓN Y ESPERANZA”,

    ESPADA DEL ESPÍRITU PARA “RECHAZARLAS INTERPRETACIONES FALSAS

    DE LA HISTORIA DEL MUNDO

    Y DE NUESTRA EXISTENCIA”»

    EL CARDENAL MARTINI, SOBRE LA MILICIA ESPIRITUAL Y LA LUCHA DEL CREYENTE

    La armadura

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    sino esforzase realistamente por reconducirtodo y todos a Cristo», comenzando por símismo, claro está. «Cierto, pero un creyenteno puede santificarse si no se empeña en san-tificar también a los demás: naturalmente conlos justos medios. Porque en la fe es necesarioun cierto agonismo, que es otra manera dedecir ascética. Quien entre los católicos ha ce- jado en tal empeño, ahora se encuentra conlas manos vacías: ser cristiano sin luchar notiene sentido».

    «No es cuestión de promover polémicaconstante; a veces sí; pero es un hecho quelos verdaderos cristianos han sostenido siem-pre una lucha. San Pablo, por ejemplo: la úni-ca vez que le salieron las cosas mal fue en elareópago de Atenas, cuando se presentó a lospresuntos sabios de entonces de manera untanto sumisa. Yellos se fueron sin escucharlo.La cuestión es que somos creyentes tibios:porque, por muy dialogante y comprensivoque se sea, nadie renunciaría a intervenir condecisión viendo maltratar a su madre». Lu-chadores los hay… empezando por el Papa

    que tiene la estima y el respeto de sus adver-sarios sin ceder en nada de lo esencial.Del Papa habla también el vaticanista Do-

    menico Del Río: «Siempre he considerado lapredicación de Juan Pablo II, sobre todo a los jóvenes, como una exhortación a combatir.Por eso, creo que el arzobispo de Milán hace bien en señalar la necesidad de la vigilanciacontra un cierto relajamiento espiritual. Se haperdido el sentido de lo que cuesta ser buencristiano, y precisamente hoy, cuando con tan-tas distracciones e ideologías y con una dra-mática carencia de principios y de modelos,nos faltan las ayudas exteriores de otros tiem-pos. No se trata, por lo tanto, de volver a co-

    ger la espada, sino de no dejarse arrastrar porla mentalidad común y de contrastar con loshechos la corriente de laicismo que invade lasociedad».

    «El combate contra las tentaciones se en-seña poco a los jóvenes, que ya no saben cómoreconocerlas y defenderse. Quien tiene res-ponsabilidad espiritual, por el contrario, de-

     be recuperar el filón de la lucha interior querecorre toda la historia de la Iglesia desde elAntiguo Testamento en adelante; en caso con-trario, el cristianismo queda debilitado y fal-to de preparación para vivir la fe.

    Los enemigos que hay que contrarrestar noson tanto los hombres, cuanto las ideologíasy el vacío de la fe. Porque éste es el peligro:que el cristianismo se reduzca a mero bien pen-sar. El post-Concilio ha olvidado tal vez queel diálogo se debe hacer con la Humanidad,no con la mundanidad, con la que la enemistad

    es irreductible». Hay que sacudir el polvo alescudo y a la espada: la batalla continúa.

    Roberto BerettaAvvenire-Alfa y Omega

    /19mundoNº 16/23-III-1996

    «EN LAFE ES NECESARIO UN CIERTOAGONISMO, QUE ES OTRA MANERA

    DE DECIR ASCÉTICA. QUIEN ENTRE LOSCATÓLICOS HA CEJADO EN TAL EMPEÑO,AHORA SE ENCUENTRA CON LAS MANOS

    VACÍAS: SER CRISTIANO SIN LUCHARNO TIENE SENTIDO»

    del cristiano

    1 - PORCEÑIDOR, LA VERDAD

    2 - POR CORAZA, LA JUSTICIA

    3 - POR CALZADO, EL CELO

    4 - POR ESCUDO, LAFE

    5 - POR YELMO, LA ESPERANZA

    6 - POR ESPADA, EL ESPÍRITU

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    El arzobispo de París, carde-nal Jean-Marie Lustiger, hapasado a formar parte de

    los «inmortales» de la Academiade Francia.

    ¿Quién podría imaginar queaquel pobre inmigrante judío, hi- jo de padres polacos, se converti-ría en arzobispo de París y quin-ce años después en miembro dela Academia de Francia? Este úl-timo reconocimiento pocos se loesperaban. Su extraordinaria bio-graf ía ha empañado en cierto sen-tido la seductora faceta intelec-tual y literaria de este antiguo es-tudiante y capellán de la Sorbona.

    El cardenal Lustiger reconoceque él tampoco se lo esperaba.Sin embargo, explica así las ra-zones que le han llevado a acep-

    tar este reconocimiento: Al ele-girme a mí, los académicos hon-ran a la Iglesia que represento.¿Y qué hará usted en la Acade-mia?

    No soy un hombre de letras,sino un sacerdote —responde elcardenal—. Nunca me olvido dela misión de «anunciar la BuenaNueva a los pobres; a los prisio-neros, la liberación». Conozco elsufrimiento y soy consciente dela esperanza que represento. Eslo que esperan de mí en la Aca-demia, centro simbólico de la len-

    gua y de la cultura de nuestropaís».Un periódico italiano ha pe-

    dido al cardenal Lustiger un ba-lance de sus quince años de mi-nisterio en París.

    «No fui el primero ni el úni-co, desde el final de la SegundaGuerra Mundial, que vio desha-cerse con rapidez el humus de lavida cristiana en la Francia cam-pesina y que predijo lo que esta- ba a punto de suceder. He vivi-do muy de cerca las consecuen-cias morales y humanas de las

    perturbaciones de la sociedadfrancesa. Visité al presidente Mit-terrand al inicio de su mandato,poco después de haber sido nom- brado arzobispo de París. Le ex-

    puse lo que yo llamaba la «des-moralización» de la población: eldesmoronamiento de la moral,las costumbres de los franceses.Las motivaciones que les lleva- ban a trabajar y a convivir esta- ban profundamente enfermas, es-pecialmente entre los jóvenes. Setrataba de un problema políticoque afectaba a largo plazo a la

    fuente de energía más profundade la sociedad francesa. La Iglesiano era indiferente, tanto en sen-tido positivo como en sentido ne-gativo, a esta evolución. He ha-

     blado también con los jefes deGobierno que se han sucedido:he repetido el mismo leit-motiv alos líderes, a quien quería escu-charme. Ahora tengo la satisfac-ción amarga de ver confirmadoeste diagnóstico.

    PÁ JAROS RECUBIERTOS DE PETRÓLEO

    Los eslóganes de entonces hansido desmentidos por los hechos.Los daños están ahí. Los jóvenesme recuerdan a los pá jaros recu- biertos de petróleo: se hace lo im-

    posible por limpiarlos, pero sólose logra salvar a unos pocos. Unavez que se han hundido en ladroga, heridos por una educaciónfracasada, en la falta de amor desus padres, en el analfabetismoque vuelve a hacer acto de pre-

    sencia, en la brutalidad, quedansumergidos en el petróleo. La so-ciedad está sacrificando una par-te de sí misma. Esto no es pesi-mismo: se trata de conocer unhecho, una catástrofe que ten-dremos que pagar durante déca-das.

    Las sociedades occidentalesdesarrolladas manifiestan su fra-gilidad cuando se hacen incapa-ces de distribuir, de manera ade-cuada, la esperanza y los mediospara vivir. Al igual que el cuerpohumano, el cuerpo social no po-

    drá sobrevivir durante muchotiempo con miembros sanos ymiembros enfermos. Una socie-dad a dos velocidades es unacondición patológica de la de-

    20/ mundo Nº 16/23-III-1996

    El cardenal Lustiger, entre sus compañeros de la Academia de Francia 

    «LOS JÓVENES ME RECUERDAN A LOS PÁ JAROS RECUBIERTOS

    DE PETRÓLEO: SE HACE LO IMPOSIBLE POR LIMPIARLOS,PERO SÓLO SE LOGRA SALVAR A UNOS POCOS»

    EL CARDENAL LUSTIGER, ENTRE LOS «INMORTALES» DE LA ACADEMIA FRANCESA

    «Soy conscientede la esperanza que represento»

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    mocracia. Y éste es un problemamundial».

    La degradación de la saludlleva a la muerte. ¿Vivimos unalógica suicida?

    En este colosal sobresalto denuestra civilización, que la ma-yoría de las veces es percibido co-mo una fatalidad, surgen sínto-mas de vitalidad que muchos yano se esperaban. Por ejemplo, elnuevo espíritu humanitario… Enuna sociedad que favorece el in-dividualismo, el egoísmo, el «ca-da cual por su lado», el sentidohumanitario es la prueba de queel altruismo, el amor al pró jimo,no han muerto y son capaces derenovación. No me refiero al es-pectáculo humanitario que nosofrece la televisión… Muchos siguen viviendo elamor al pró jimo como un man-damiento de Dios. Otro ejemplo:las prácticas religiosas se cance-laron de la memoria, dejaron detransmitirse. Ahora los ritos de

    la Iglesia descubren una poten-cia y una vitalidad como nuncaen el pasado. En París, las igle-sias se están llenando. Cierta-mente la afluencia no es compa-

    rable a la que hab ía hace cin-cuenta años; pero, a diferencia delo que a veces se escucha, no es-tán desiertas. De repente la Igle-sia se ha convertido en una fuen-te de sentido espiritual que des-pierta en tantos participantesocasionales el deseo de volver.

    TIERRADE CONVERSIÓN

    Francia está viviendo en losúltimos años un fenómeno sinprecedentes: cada año aumentade manera consistente el númerode adultos que llaman a las puer-tas de la Iglesia para pedir el bau-tismo.

    En 1976, las estadísticas de laIglesia francesa indicaban que ape-nas 890 adultos en el país habíansolicitado el bautismo. En 1987, co-

    menzó a esbozarse una tendenciaalcista: 2.824 adultos pidieron el bautismo, desde 1993, las conver-siones crecen al ritmo del 30%anual. A inicios de marzo, 11.127

    personas se encontraban prepa-rándose para recibir el bautismo.

    Contrariamente a lo que po-dría imaginarse, no se trata depersonas de edad avanzada, in-quietas por la proximidad de lamuerte: el 80% de los catecúme-nos son gente joven cuyas eda-des oscilan entre los 20 y 40años.

    ¿Por qué se da esta tendencia?Una de las explicaciones que seesbozan apunta a un cambio dementalidad que se estaría pro-duciendo en Francia: el mito de

    la liberación de la religión, do-minante hace tan sólo unos años,está perdiendo terreno para de- jar paso a una sentida demandade espiritualidad.

    Jesús Colina. Roma

    /21mundoNº 16/23-III-1996

    Toda la problemática de la sociedad francesa, en las pancartas de una reciente manifestación 

    por las calles de París 

    HABLA EL PAPA

    UN NUEVO SENTIDO

    DE JUSTICIA

    Daniel Comboni y Guido

    Mar ía Conforti fuerongrandes misioneros de la Igle-sia. El ejemplo de su celo porel anuncio de Cristo nos mue-ve a reavivar en nosotros elfervor apostólico y el com-promiso de conversión en elcamino espiritual de la Cua-resma. Quiero subrayar el as-pecto de una caridad hacia lospobres más concreta que de- be caracterizar este compro-miso, siguiendo el ejemplo lu-minoso que Comboni y Con-forti nos dejaron.

    No podemos fingir no verel sufrimiento de muchos her-manos afligidos por la mise-ria. ¡Hay tanta pobreza en elmundo! Si contemplamos lastierras evangelizadas por losInstitutos fundados por losnuevos Beatos, nos encontra-mos ante situaciones verda-deramente intolerables. ¡Eldrama del hambre es el granescándalo de nuestro tiempo!¿Cómo es posible banqueteartranquilamente mientras tan-tos seres humanos mueren de

    hambre?El ayuno cuaresmal impli-ca también esta dimensión: re-nunciar a algo para compar-tirlo con quien tiene necesi-dad. Para acabar con elhambre en el mundo, la li-mosna no es suficiente. Es ne-cesario un nuevo sentido de justicia, estrategias políticas yeconómicas precisas. Pero serequiere sobre todo un proce-so general de sensibilizacióncapaz de involucrar a toda lasociedad. La penitencia cua-

    resmal, vivida con amor sin-cero hacia Dios y el pró jimo,constituye un estímulo para iren esta dirección.

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    Primera escena:«Nace una revistilla sin pena ni gloria»

    1922. Cracovia. Un franciscano de 28 años,recién salido de un sanatorio para tuberculosos,recorre la ciudad, foco de cultura centroeuro-pea, con una idea clavada en la mente:

    – Voy a editar la revista con la tirada másgrande de Polonia. En la sociedad moder-na no bastan las predicaciones de los curas,las misiones populares, y los demás siste-mas tradicionales que sólo llegan a la genteque menos lo necesita. Hay que servirse delos medios modernos, de la radio y de laprensa. Voy a sacar una revista que hastalos periódicos cotidianos más vendidos ten-drán que respetar. ¿Objetivo? Promover lo

    que más quiero en mi vida, la devoción porMaría. Se llamará «El Caballero de la Inma-culada».

    Maximiliano Kolbe busca gente que finan-cie su proyecto. Sin embargo, el entusiasmodel fraile choca con el hielo del ambiente que lecircunda.

    – ¿Una revista sobre la Virgen? ¡Qué granidea! ¡Para promoverla seguro que regalaráestampitas! ¿Cómo quiere que haga publici-dad en una revista así? ¿No se da cuenta deque perdería clientes?

    Los comerciantes y bienhechores a los queha pedido ayudas se niegan rotundamente. Nisiquiera su superior está convencido de la idea,

    un franciscano conventual de barba espesa,provincial de la Orden:– Iniciad la publicación, pero a condición

    de que ningún gasto deba ser soportado por laadministración de la Orden.

    Al final un párroco se compadece del pobrefranciscano. No sabe bien por qué le da algo dedinero. Quizá por compasión, quizá por la ad-

    miración que le infunde su testarudez. Le fi-nancia la mitad de los gastos de la primera edi-ción, 5.000 ejemplares. Poco, pero suficientepara empezar. ¿Y el resto? Mendigando poraquí y por allá, al final del milagro, Kolbe sacael resto.

    – Hay que servirse del progreso para la glo-ria de Dios y convertirlo en un arma para quela gente conozca a su Madre.

    – Padre Maximiliano... –responde un frailecon un aire un tanto socarrón–, todavía no sa- be usted que a nuestra gente le vienen todos losmales por culpa de esas invenciones: el cine, laprensa...

    – Pues con más razón tenemos que des-

    pertarnos y ponernos manos a la obra.No ha terminado de pagar las facturas delprimer número y Kolbe ya tiene que pensaren el segundo. Pero esta vez doblará el núme-ro de los ejemplares.

    Segunda escena:El complejo editor ial más grandede Polonia.

    1927, el franciscano pedigüeño logra quele cedan un gran terreno, pues la redacción dela revista ha crecido en los últimos años de ma-nera inusitada y no hay convento franciscanoen Polonia que pueda albergar su maquinaria

    editorial. La solución es muy sencilla. Kolbefundará una ciudad, obviamente se llamará laCiudad de la Inmaculada (Niepokalanów). Enla tarjeta de invitación a la ceremonia de ben-dición se habla de la «humilde y pobre sede

    del complejo editorial del “Caballero”». Enefecto, nos encontramos ante un verdaderocomplejo editorial, cuyas varias edificaciones

    –¡unos modestos barracones! se estructuranen forma de «H».El cuerpo central de este complejo com-

    prende: la redacción, biblioteca, tipoteca, lino-tipias, gabinetes fotográficos, oficinas o talleresde motores, etc... Años más tarde Niepokala-nów llegaría a ser la comunidad religiosa ma-yor del mundo. En 1939, en vísperas de la se-gunda guerra mundial, contaba con 762 reli-giosos.

    Fray Maximiliano, no sólo es superior delconvento, sino también director del complejoeditorial. Aquel cura tuberculoso, en quien nocreían ni sus correligionarios, se ha convertidoen el director de un auténtico holding de co-

    municación.En 1938 «El Caballero de la Inmaculada»,tiraba mensualmente 750.000 ejemplares, contiradas extraordinarias de más de un millón.Con el tiempo había nacido «El Joven Caba-llero», mensual para jóvenes: 165.000 ejem-plares, «El Informador de la Milicia de la In-maculada», para los miembros de la Miliciade la Inmaculada, el movimiento internacio-nal que él fundó: 42.000 ejemplares, «El Pe-queño Caballero», para niños, mensual ilus-trado: 35.000 ejemplares, «Miles Inmacula-tae», trimestral, en latín, dirigido a sacerdotesde todo el mundo: 10.000 ejemplares, «Bole-tín misionero», mensual, 4.000 ejemplares,

    «El Eco de Niepokalanów», boletín de infor-mación interna para los «ciudadanos» deNiepokalanów.

    Kolbe lanza lo que debería ser la publica-ción punta del grupo «El Pequeño Diario». El

    22/ santos de ayer y hoy Nº 16/23-III-1996

    Ciudadano Kolbe

    Fotogramas de la película «De un país lejano», de Zanussi 

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    diario más barato de la nación. Costaba 5groszy frente a los 25 o 30 de los demás perió-dicos.

    – ¡Cuidado! ¡Kolbe va a sacar un diario! Co-mo casi todos sus obreros son frailes sale con

    un precio tirado.Los grandes editores de Polonia lanzan una

    campaña contra el tuberculoso franciscano.Los expertos del medio sabían perfectamenteque una publicación popular, barata y ademáscatólica podía hacer «pupa».

    – Hay que boicotearlo. Tenemos que lograrque los distribuidores no lo coloquen en kios-cos.

    – No os preocupéis. Si no paga al contadono tendrá papel, aseguraron las centrales pa-peleras.

    – Esta vez estos franciscanos se han pasado.La reacción de Kolbe no se hace esperar.

    Llama a dos de sus frailes y les dice:

    – Fray Krizsztof y Fray Gregorz, dado queno podemos depender de los distribuidores,que siempre andan boicoteándonos, os inscri- biréis en un curso para pilotos de avión. Des-

    pués compraremos dos avionetas para distri- buir el periódico.

    Para 1938 «El Pequeño Diario» tenía unatirada de más de 150.000 ejemplares en losdías ordinarios y de hasta 250.000 en los festi-vos.

    Sólo faltaba una emisora de radio (entoncesno había televisión), para completar el hol-ding. También en ello pensó el padre Kolbe.Comenzó a emitir en diciembre de 1938, demanera provisional. Nunca obtuvo el permisooficial.

    El 2 de septiembre de 1939 una noticia aba-rrota las páginas de «El Pequeño Diario».

    – «La Wehrmacht cruza la frontera».

    Tercera escena:Auschwitz, prisionero número 16.670

    28 de mayo de 1941. Auschwitz, donde los

    hombres dejan de ser considerados como per-sonas. Se convierten en simples números deun rebaño de carne humana. Desde entoncesel padre Maximiliano pasará a ser el prisio-

    nero número 16.670. Los nazis no podían de- jarse escapar al fundador de un grupo edito-rial tan influyente. Kolbe comienza a acos-tumbrarse al ritmo de los trabajos forzados, apesar de que su tuberculosis empieza a ju-

    garle malas pasadas.– ¡Un prisionero se ha evadido! ¡Pertenece

    al barracón 14!El prisionero 16.670 al igual que sus com-

    pañeros de barracón sabía muy bien la ley deAuschwitz. Por la fuga de un prisionero ha- bían de morir diez compañeros –en un prin-cipio habían sido 15– si aquél no aparecía en24 horas. Aquellas 24 horas fueron las mástensas de las vidas de los prisioneros del ba-rracón 14. Cuando expira el plazo, el coman-dante Fritsch da la orden esperada:

    – Ya que el prisionero escapado ayer no haaparecido, diez de vosotros irán a la muerte.

    Comienza la selección de los condenados.Fritsch va recorriendo las filas de los prisio-neros. Se detiene y señala, al buen tuntún, alcondenado, cuyo número se anota inmedia-tamente.

    – Tú... y tú... y tú...– Soy un padre de familia, no puedo de-

     jar a mi mujer y a mis hijos huérfanos, gritacon desesperación uno de los prisioneros es-cogidos.

    16.670 da un paso adelante desafiando ladisciplina impuesta por los nazis.

    – ¿Qué quiere este puerco polaco?, pre-gunta Fritsch.

    – Soy un sacerdote polaco, quiero ir en sulugar, ya que él tiene mujer e hijos.

    – No sé por qué lo hago, pero ya que eres uncura, acepto. Fritsch había tomado la decisión.Los prisioneros del campo escuchaban las

    oraciones que comenzaba el padre Kolbe alas que respondían en coro el resto de los mo-ribundos. Cada día los SS realizaban visitas decontrol para sacar los cadáveres de los dete-nidos muertos durante la noche.

    – ¡Un trozo de pan y un trago de agua!, gri-taban a lágrima viva los pobres desgraciados.

    Si alguno de los más fuertes se aproximabaa la puerta, era golpeado a puntapiés en elvientre por los SS, hasta que, cayendo sobreel pavimento de cemento, moría con la cabe-za destrozada o se le fusilaba. Los SS ve ían

    que los orinales siempre estaban vacíos, loscondenados a muerte bebían su propia orina.Después de quince días sólo quedaban vi-

    vas cuatro personas.– Evacuad la celda; es necesaria para los

    nuevos condenados, ordenó Fritsch.El 14 de agosto un médico alemán puso

    en el brazo izquierdo de los que aún vivíanuna inyección intravenosa de ácido f énico. Elpadre Kolbe, con la plegaria en los labios,ofreció su brazo al verdugo.

    El «ciudadano Kane», el personaje de unade las películas más célebres de la historiamurió solo, encerrado entre los cuatro murosde su inmenso castillo. El «ciudadano Kol-

     be», hechizado como él por la influencia delos medios de comunicación, murió por salvarla vida de un hermano desconocido.

    Jesús Colina. Roma

    /23santos de ayer y hoyNº 16/23-III-1996

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    24/ la vida Nº 16/23-III-1996

    Hablo con el universitario del año: un

    gallego de 21 años, Francisco Pre-sas, que estudia 4º de Telecomunica-ciones en la Universidad Politécnica deMadrid y 5º de Exactas en la UNED.¡Casi nada! Cuando le escuchaba porla radio, lo detestaba. El y yo formamosel grupo 10; él es el número uno, y yopongo, modestamente, mi cero peloteroen Economía mundial y de España. Lepregunto sobre las recientes elecciones:

    -Hubo falta de tolerancia, me dice, ymucha tensión, y ataques al resto de lasfuerzas políticas más que defensa delas propias ideas de cada partido. Ca-da vez importa menos la ideología y más

    la gestión.Fran cree que los jóvenes tienen unosideales y que luchan por ellos. Y lo sabede buena tinta, porque está rodeado depersonas que hacen eso y muchomás...; pero matiza sus afirmacionescon una metáfora taurina:

    -Mucha gente ve los toros desde labarrera; muy pocos saltan al ruedo; a mu-

    chos jóvenes de hoy les falta compro-

    meterse, dejarse la vida por un ideal.Fran ya hace varios años que saltó

    a la arena, es numerario del Opus Dei.Vive su fe, precioso don de Dios, enlas pequeñas cosas de cada día, enlo cotidiano, en el estudio, en los de-talles que tiene con sus compañerosde Facultad y de Colegio Mayor.

    -Fran: ¿qué echas en falta en nues-tros medios de comunicación?

    - Rigor. Muchas veces se busca elespectáculo más que la verdad; inte-resa más el bombo que lo que real-mente ocurre; quizá también sea por-que eso es lo que la sociedad les de-

    manda...Fran: universitario del año. Cual-quiera desearía ser amigo de este ga-llego, tan diferente y a la vez tan per-sona normal en el día a día. Yo, sobretodo, para que me echase una manoen Economía.

    Santiago Recio

    Fran, el universitario del año

    Discriminación religiosa

    en Egipto e IránEn las recienteselecciones legisla-tivas de Egipto y deIrán no había ninguncristiano copto entrelos cientos de candi-datos. Tal ausencia nose explica tanto porser los cristianos unaminoría (entre el 6 y el15 %, en Egipto) enmedio de la poblaciónmusulmana, como por

    el hecho de que talminoría está margina-da y perseguida. EnEgipto, país muchomás tolerante queIrán, los coptos estánpagando las consecuen-cias de la reislamización ydel terrorismo integrista y fundamentalista. Aunque el presidente Muba-rak lucha contra los fundamentalistas islámicos, no se atreve a ofender-los aceptando a coptos cristianos en las estructuras políticas.

    La discriminación se manifiesta en la escasa o nula libertad de culto;ni siquiera en Egipto los cristianos pueden construir o reparar una igle-sia sin autorización previa del Jefe del Estado. Muchos templos continúanprácticamente en ruinas y en algunas ciudades no hay ni uno solo; porejemplo, en Mokkatum, ciudad satélite de El Cairo, reconstruida tras elterremoto de 1992, viven unas 50.000 familias, de las que 20.000 son cris-tianas. Hay muchas mezquitas, pero ni una iglesia cristiana. En Irán,por supuesto, las cosas están mucho peor aún.

    Los niños que

    nunca se olvidanEn muchos templos budistas de Japón haymiles de “mizuko jiko”, estatuillas que repre-sentan a niños abortados. Sus padres acudenallí en señal de arrepentimiento, duelo, pena,miedo, esperanza, desasosiego, busca de per-dón... En Japón, el aborto es legal nada menosque en los primeros cinco meses de embarazo,pero que sea legal no quiere decir que sea ino-cuo. Muchas parejas se sienten inquietas y tur-bados después de ejercer tan funesto derecho.

    En algunos casos, predomina en las mucha-chas y en sus novios el miedo, el temor a que susecreta culpa atraiga la maldición sobre ellos o

    sobre sus futuros hijos, pero también hay senti-mientos más dignos y profundos: “Si has asesi-nado a alguien, dice un muchacho, agente deventas, de 27 años, la culpa nunca desapare-cerá, te acompañará durante toda la vida. Sunovia, de 24 años, ante su “mizuko jiko” rompeen sollozos. Los que, como ellos, llegan a lostemplos graban sus nombres en las estatuillasque representan a su propi