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REVISTA QUINCENAL ÓRGNO UNIVERSITARIO ••••••••••••• D •• D •••• '••••• a= •••••••• DB ••• D •••••••••• m.m ••••••••••••••• m••• •••••••• « ••••• Uolabolaación 1 1 ) n:io, como he. sentido des pues su 1 cIa.-Aquel dla nos habló del arte, de la . lie un I I sación en su tema favorito, el mar y la. I pesca. .. . ,En cuanto hablamos de los A. del tIempo nos lfi- ¡¡ nuestro barquero abrió mucho los ojos y vltaba a segUlr t'lr1a la 1I nos empézó á oír con atención, no perdía tarde. . Il una palabra de lo qne contaba mi amigo, la verdad nosotros mu-¡ y de cuándo en cuando exclamaba viéntio':: cho valor, nI la costa se Vela cuando se asombrado ¡oh tiene razon el Dr.1 Dan- el bote en que íbamos embarcados quedó , dale ya este'título por habernos oido.AI fin repleto de muy buen pescado. I como Dickens signie3e hablando con gran En nuestra barca no íbamos mas' que talento sobre la pesca en los mares del mi amigo A.lej andro Stanopwich, el doe- norte, el barquero lo miró muy fijamente; tor Oickens íntimo amigo mío y diciéndole con gran respeto. señor ha yo naturalmente sin contar el barquero que sido del oficio? iba sentado á pr.oa con los remos en .la Nuestro amigo se sonrió ante esta f,'anca mano para empuJar el bote cuando la bnsa I interpelación. mucho. 11 1 d" 'd' j '.. b ti. 1, va o creo, IJO ensegm a, pescar 01' Era muy Joven nuestro arquero, pero . h .. d h n 11' ya se conocía que muchas veces habia tre- e o t mu ; 0a s ! aa en pado sobre loSiGebergs en busca de las fo- I? an la. e enea elS. y aore¡;,o ense- r .. h l' d r] t'.. .. gUlda ¡son tan buenas gentes los pescado- cas, o que se a Ha es Izar o. 19mosa- rOes de Finlandial . mente tras de una ballena ya henda. .. .' E ..',' su cara j'o! ven qtle Nosotros no sabw.mos que nuestro amIgo n sus oJos grIses y , , h b' "d F' l d '1 ' . r reflejaba las arrogas del mar se vela toda ,lera o en w an .. a, pero slgmo la resolución pasiva de los hombres del dICIendo SIn dejarnos, habl.ar. mar 'y su gorro de piel y sus brazos. nu- . debe asombfar a nadie que yoquehe dosos, y sus dientes muy chatos y peque- VIajado mucho por esos qne son ños dejaban adivinar en aquel modesto blancos en una é.pocapara volverse azules mozo la raza dura de los pescadores de en la otra, haya visto mas de una vez las Finlandia. bandadas de puntas brillan.tes q1l8 Nuestra conversacion se animó mucho continuamente en el horizonte dura.nte cuando tendimos las velas del regreso. ciertas estaciones del año. , El Dr. Dickens, tenía como siempre muo Los creen al pronto qne..son cho que contar, nnneahe visto un conver- tantos petreles que van á inverqar sadot tan ameno eom9 é!, pobre amigo haCIa el sud! J 1 o:

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REVISTA QUINCENALÓRGNO UNIVERSITARIO

~.B ••••••••••••• D •• D ••••'••••• a= •••••••• DB ••• D •••••••••• m.m ••••••••••••••• m••• R~•••••••• « •••••

Uolabolaación 1

1

) n:io, como he. sentido des pues su de~gra­1 cIa.-Aquel dla nos habló del arte, de la

lanist~ria .lie un ~es~auor I~ii:~c:í:I~~~c¿~~n~~ ~~~í·~a:;~;~'~~~~:~;·~I sación en su tema favorito, el mar y la.

~. I pesca.. . . ,En cuanto hablamos de los pBs~adores

A. tranq,mhda~ del tIempo nos lfi- ¡¡ nuestro barquero abrió mucho los ojos yvltaba a segUlr ~esca[ído t'lr1a la 1I nos empézó á oír con atención, no perdía

~ tarde. . Il una palabra de lo qne contaba mi amigo,,Á la verdad qu~ nosotros tem~mos mu-¡ y de cuándo en cuando exclamaba viéntio'::

cho valor, pue~ nI la costa se Vela cuando se asombrado ¡oh tiene razon el Dr.1 Dan­el bote en que íbamos embarcados quedó , dale ya este'título por habernos oido.AI finrepleto de muy buen pescado. I como Dickens signie3e hablando con gran

En nuestra barca no íbamos mas' que talento sobre la pesca en los mares delmi amigo A.lej andro Stanopwich, el doe- norte, el barquero lo miró muy fijamente;tor Oickens íntimo amigo mío t~imbien y diciéndole con gran respeto. ~El señor hayo naturalmente sin contar el barquero que sido del oficio?iba sentado á pr.oa con los remos en .la Nuestro amigo se sonrió ante esta f,'ancamano para empuJar el bote cuando la bnsa I interpelación.cayer~ mucho. 11 1 d" 'd' j'.. b ti. 1, va o creo, IJO ensegm a, pescar 01'

Era muy Joven nuestro arquero, pero . ~ h ..d h n 11'ya se conocía que muchas veces habia tre- ;~' lPe~? e~~l o t

mu; ,~?c~n:. 0a

s! a aen

pado sobre loSiGebergs en busca de las fo- I? an la. e enea elS. y aore¡;,o ense-r .. h l' d r] t'.. .. gUlda ¡son tan buenas gentes los pescado-

cas, o que se a Ha es Izar o. ve~ 19mosa- rOes de Finlandial .mente tras de una ballena ya henda. .. .'

E..',' su cara j'o!ven qtle Nosotros no sabw.mos que nuestro amIgo

n sus oJos grIses y , , h b' "d F' l d '1 ' . rreflejaba las arrogas del mar se vela toda ~ ,lera e:5~a o en w an .. a, pero ~ slgmola resolución pasiva de los hombres del dICIendo SIn dejarnos, habl.ar.mar 'y su gorro de piel y sus brazos. nu- . ~o debe asombfar a nadie que yoquehedosos, y sus dientes muy chatos y peque- VIajado mucho por esos mare~ qne sonños dejaban adivinar en aquel modesto blancos en una é.pocapara volverse azulesmozo la raza dura de los pescadores de en la otra, haya visto mas de una vez lasFinlandia. bandadas de puntas brillan.tes q1l8 .pasJ~,n

Nuestra conversacion se animó mucho continuamente en el horizonte dura.ntecuando tendimos las velas del regreso. ciertas estaciones del año. ,

El Dr. Dickens, tenía como siempre muo Los ~iajeros creen al pronto qne..soncho que contar, nnneahe visto un conver- otr~s tantos petreles que van á inverqarsadot tan ameno eom9 é!, pobre amigo haCIa el sud! pet~O Il~e ~s~erªnzªsl~so~ J1o:

202 LOS DEBATESLOS DEBATES 203

Uorrespondencia

Señor Director de Los DEBATES.Muy señor mío.

En el número ,10 de la revista de quees Vd. digno Director, aparece la contes­tación dada por el joven Cuenca á mi ino­fensivo escrito que figura en el númeroanterior, y ruego á Vd. se digne insertarmi réplica á la carta abierta de mi ilustrecontri ncante.

El joven Cuenca ha juzgado de sevel'Oy cruel mi trabajo y debo declarar contoda la SInceridad de mi alma, que miidea estuvo muy lejos de herir los vivossentimientos patriótícos del autor de lapoesía «Paysandú», pues al hacer dichacrítica solo tuve en cuenta que para glo­rificar á los hél'Oes de Paysandú pudo el

, poeta no ser tan severo como lo es cuandodice:

({"Unas hordas satánicas~ cegadas»,«Lanzada" al pillaje y al saqueo.»

y porqué creo tambien que no es esala manera mejor de extinguir los odiosdel pasado. Por' esta razon califiqué detorcido el camino que el poeta eligió, perodadas sus explicaciones veo que tiD estanta la distancia que nos separa, puestoque conviene conmigo al decir: conrJene­mas siernpre los motivos que arrastran álos pueblos á luchas fracticidas.

Sigamos por ese camino y veremos endía no lejano que todos aquellos que seencuentran vestidos con el ropaje blanco órojo, lo arrojarán á la fosa donde yacen lasvíctimas del partidismo causa de las des­gracias de la patria.

Mi calificación de partidista· á la poesíase explica por los terribles anatemas queella encierra~ y la interpretación que díála palabra libertad, creo que es Vd. el queha sufrido ese engaño de razonamiento.

Veré si puedo explicar mi pensamientocon más claridad y sí así· no lo hiciera,atribúyalo á las dificultades con que luchan

~2)8&­

GÉNE.sIS DE DA MUJEli

Temblaba el Paraiso! la florestaCon sus labios de pétalos de rosaLe sonreía, como un hada hermosaBesada éon el beso del placer;y al Edén c.y6 el trozo de una aurora.y al tocarlo el Adán del primer día,Se deshizo en el mar de poesíaDe donde surgiÓ al mundo la mujer.

G. Papini y Zas.

cerrarse en su pequeño cuarto y antes deempujar brutalmente para afuera asu mu­jer y á sus hijos.

Pero luego no pensó más. .. y solo suscamaradas al volver del trabajo se detuvie­ron delante de la puerta por ver el llanto dela pobre mujer cubierta de la nieve que caíadando grandes golpes.

Alaunos pescadores se llevaron á los ni-n 1

ños y otras mujeres cargaron con ella queestaba entumecída de fria.

Mientras tanto, todo el pequeño pU3blose habia agrupado delante de la puerta pa,ra golpear tres veces-Miguel Miquelawich,Miguel MiqueIénvich, Miguel Mikelawich­dijeron en voz alta.

Pero nadie les contestó~ por otra partemal podia haberlo hecho Miguel Michalor­\vich porque estaba muerto.

Se había suicidado brutalmente con una.nzuelo ...

El doctor se detuvo aquí para descansary nosotros miramos fiJamente al barquero,que habia dejado los remos y estaba inmo­vil, con los ojos muy abiertos mientras unaláarima aruesa le corría por los surcos que

n '"en su mejilla habia abierto el aire del maral misffi,o tiempo que decía muy despacio:

-Como habla de bien este extranjero.Ah 1 Yo tambien oelio el pescado. Yo hubiesehecho lo mismo que Miguel Mikelarvich.

Ivan Orloff.

'1 treinta años cuando le conocí, era todo unson mas que los pescadores que salen a brobusto y honrado mozo, y pasa a por

realizar su rudo oficio por los mares extra- 1 ser el cazador mas diestr o de toda la co-viados. '

Ellos van en largas filas d~ sombras, por marca.los parajes mas solitarios del mar, huyen Una vez se aburrió de comer como él de­de Jos navegantes y de las rutas frecuenta- cía poscado de mañana~ pescado de tarde,das~ y antes que el primer rayo de so~ vaya pe~cado de noche~ pescado á todas horas yá secar las velas pegadas de sus ba.rcas, resolvió tomar su barca é ir en busca deellos ya están entregados á su tra~aJo, y alguna foca aíguna móarta extraviada.viven en él, envueltos por la neblIna de La foca es muy agradable cuando no seagujas muy salobres que se el.eva del mar, tiene otra cosa. .y enfriados siempre por la b.flsa del norte y fué así qlle un buen día no se vió masque se viene fría como el alIento del Sep- ni á Miauel ni á su barca ni a su arpó n, altenlrión. caer la ~étrde sin decir una palabra á na-

Ah! es muy mala la vida de los pescado- die, desapareció con rumbo al nort:...res -lo único es que tal vez esto les haya Durante la ausencia me llevaron a VISItarhecho a ellos tan bien por dentro. su pequeña casa; él vivía allí con una mUJer

Pobre aente, yo la amo mucho, porlIue muy delgada, de ojos aZl1le~, y de cara lO-

he vívido ·una temporada en Frítjoft hace movíl, ademas vivian tamblen do~ pe~ue-de esto como cuatro años. ñueJos arrojados en la mas fría mIserIa.

-El señor ha estado alguna vez en Una muy mala cama y una gran red sus-Fritjoft? pendida del techo era todo el mueb.laj.e del

Preguntóle interrumpiéndole el bar- cuarto alumbrado pór una candIleja dequera. aceite,' que hacia desprender las ráfagas d~

-Ahl señor, yo he vivido mucho tiempo aire helado de las paredes.-Cuando yo VIallí. Es muy bello Fritjoft no es verdad?- esto Miguel no había vuelto todavía.Con sus aguas tan mansas siempre,. y pla- Sin embargo, no transcurrieron muchosteados como los rayos de la lnna, o como dias, mas cuando una mañana Miguel seel vapor que se forma en torno de l~ balle- presentó en Fritjoft todos sus camarad~sna herida. Y el silencio que hay sIempre fueron á recibirlo, pero la barca estaba friaen sn bahía porqne el nalzus, duerme aba- y mojada en su expedicion no ~abia.con­jo hace muchos años y nunca se agita y sus seauido cazar ni una marta, m una foca,costas tan blancas y bajas que parecen ni~un pescado siquiera.abrirles los brazos á los dichos marinos. Estaba muy triste y muyllaco Miguel,

En los malos dias me he refugiado mu- cuando entró de nuevo á su habitación.chas veces en ella.Pues bien amigo mio, prosiguió el Doc- Ahl La empresa habia salido mal!. Y el

tor allí en Fritjoft durante mi estadía invierno fria,' el invierno helado é impla­tu;o lugar un suceso que pinta, la gran cab'le que pone azules las carnes, y d~sco-miseria de los pescadores. lora los labios~ se presentaba para MIguel

Habeis conocido á Miguel? sin comida y sin fuego, anojandolo tal vezA Miguel Mokelawids? rreguntó el bar- como un mendigo~ para golpeará las puer~

tas cerrada'3 de sus compañeros, que caSIquero.-Justamente. aletargados en la mala época esperan encer-Como no señor si fuémi camarada. radas el primer deshielo para emprenderPues bien Miguel MugueIawich, era un las lejanas expediciones.

pescador de Fritjoft .. no .tendría mas de Todo esto, Miguel. lo penso antes de en-

204 LOS DEBATES-

B. Cuenca.

SOÑANDO

é~ ERÍA pOCO más ó menos media no..che, todo descansaba ya en lareal San Felipe, un silencio se­

pulcral reinaba por doquiér, y solo era in­terrumpido por el ruido que producía algu­no que otro carruaje al rodar sobre el ado­quinado suelo, por los cantos mas ó me­nos alegres de algun grupu de trasnocba­dores, ó por el monótono chiflido de losguardias civiles que anunciaban las ho­ras que pasaban, y que en esa hora meparecían mas bien, el lúgubre aullido dela lechuza sobrelas tijeras del raneho deun moribundo.

LOS DEBATES 205

la .patria (¡DO decia nada!), pero, en fin, 11 no son suficientes, pues aunque ellossónqUIero creerla, y acepto su explicación. obra de aquellos cuyas cabezas hoy blan-. Vuelve á exortarme desde su púlpito in- I quean ó de los que ya reposan bajo ~l már­

vlOlable ~ara ~ue conmulgue en la secta de mol frío, fueron escritos en un tiempo encondenacvlD. a nuestras luchas civiles de que la pasión política lo subyugaba todo,que es entusIasta predicadora y le repetiré en que hervía en sus venas una sanare ar­una vez mas que soy un convencido de su dorosa y decisiva yen que germinaban endogma. su mente ideas de combate y aspiraci(mes

I?s.í~te en calificar de partidista mi com- de poder; así pues no queda otro caminoposIclOn por los anatemas que fulmino en que admitir el testimonío de nuestros an­ella contr(L los invasores de nuestra patria cianos, encarnaciones del pasado, que tem­y debo advertir á la Sta. Rovira que el ana- pIados sus ardores juveniles con el hielotem~ ~s un estígma candente, si, pero no de los años son los únicos que pueden en­partIdIsta cuando se aplíca con justicia co- caminarnos en el espinoso sendero de lamo en el presente caso. verdad histórica. Es cierto que hay alguno~

En cuanto al sentido de la palabra libe/'- que aún guardan en sus corazones algunastaden que reincide la Sta. Rovira con una brasas semiapagadas de las hogueras quepregunta verdaderamente inocente y asaz en ellos los rancore3 encendieron en laspueril: ¿eran los sitiados los que defendian pasadas épocas, y entonces al.buen sentidola libertad constitucional? le responderé le corresponde pur~ar sus relatos de lo quecon la historia en la mano que Leandro Go- en ellos puede haber de exagerado.mez y sus compañeros sostenian á un go- En cuanto á lo de la galantería solo lebierno libre y constituidí) nombrado con respondo: es justicia.arreglo á esas leyes que se juraron en la Servidor de Vd.constitución del 18 de Julio de 1830 y re­presentade en la persona de don Atana~io

Cruz Aguirre presidente del Senado en ejero;cicio de la suprema magistratura de la Re·pública por haber finalizado en su períodoconstitucional la presidencia de don Ber­nardo Prudencia Ilerro.

y para terminar; ¡que concepto tiene Vd.de nuestros viejos!, oyéndola se me pre­senta como un enigma indescifrable la fuen­te de historia que aceptará Vd. como ver-

.dadera, aún considerando la verdad pura­mente relativa. A menos que pretenda ilu­minar su senda con las radíaciones de supropío intelecto, (lo que no me parece crei­ble) pues en historia es donde debemos conmayor cuidado poner coto á las esponta­neidades de la imaginación; si no es aSÍ, áque fanal quiere recurrir para alumbrar elpasado ¿á los jóvenes? no lo creo, pues ellosá su vez'.. necesitan inquirir la verdad deesoshech os pretéritos; ¿á los documentos?

Señor Director de Los DEBATES.

Señor:

Ruego á Vd. se digne dar á publicidad laspresentes líneas, que serán mi última pa­labra en la polémica que sostengo con laSta. Rovira, polémica que va ya adquirien­do las proporciones de un al egato in .fo­lio.

Me declara la Sta Rovira con toda la sin­ceridad de su alma que no pensó herir consu crítica mís sentimientos patrióticos alhacer aquella deducción de que preferíael mezquino ideal partidista al sublime de

Soy de Vd. su affmo. y S. S.

Tula Rovira.

sus partidarios, y si tenía la desgracia deser vencido, aún despues de haber recu­rrido á aquel hecho heróico del que searrancaba las charreteras en Ituzai ngó»,caer envuelto en los pliegues de aquellabandera que tenía por lema libertad ómuerte!

Termina mi distínguido adversario, «la­mentando el enojoso debate á que ]0 heconducido» etc. Discúlpeme, joven Cuen·ca, si le digo que no pienso de la mismamanera; Vd. y yo somos jóvenes y cuandono exista la idea de ofenderse mutuamentesino historiar hechos del pasado para quenos sirvan en el porvenir, no es enojoso eldebate que puede darnos I:l ¡uz necesariapara hacer ó contribuir alengrandecimien­to de la patria. No deseo, no, qne se rindaal poder dominador de la belleza (muchasgracias por la galantería) sinó al de la ver..dad.

Uste9 sabe ya como pienso del pasadoy sabe tambien donde voy con respecto alporvenir ¿cnal de los dos está mas en locierto? El tiempo lo dírá-

Con las presentes líneas devuelvo á us­ted la acerada toledana que ha puesto en

-mis manos.

todos aquellos que empíezan á dar los pri­meros pasos por la montaña escabrosa delos bechos del pasado. Pregunta Vd. ¿quie­nes representaban la pátria y la libertad?los sitiados.}) Hecba la pregunta y contes­tada de la manera afirmativa y absolutacomo lo hace el joven nuenca, puedeadmitirse dicha interpretación, pero, aho­ra pregunto yo: ¿Eran los sitiados losque defendían la libertad constitucional?No, joven Cuenca, porque aquellos defen­sores formaban parte del partido politicoque se aliaba al tirano Rosas, y no po­drían ser .ellos mismos los fieles guarda·dores de aquel libro santo que se juró el18 de Julio de 1830 en la Florida, y soloconcederé que el tesoro que ellos guarda­ban sería un aparato constitucional cimen­fado con la sangre vertida de uno de lostreinta ytres.

Dice Vd. que comp rende como yo que(por orgullo patrio debemos disimular óatenuar al menos las faltas de nuestros an­tepasados, «(yo las atenúo, por eso dije,glorifiquemos á los béroes de Paysandú) , '«pero cuando una facción de estas se con­fabula con un extrangero para usurpar alresto de los Orientales su gobierno libre yconstituido, entonces ya la falta no tieneatenuacion, ya no es cívilla lucha,» etc.

Pero Vd. no vé, joven Cuenca, que sipara hallar la certidumbre histórica recu­rrimos á aquellos «cuyas cabezas han enca­necido al calor de nuestras pasadas luchas),entonces nos encontramos con que hayquien afirma que. mientras los sitiadoressostenían una alianza con el Brasil y laRepública Argentina, los sitiados efectua­ban otra con el tirano Lopez yelGeneralUrquiza. Los dos casos son necesariamenteUlalos: el de los sitiados, por las causasque he expuesto, y el de los sitiadores,porque. quien tal alianza hizo debió seguirelejemplo de los que nos dieron pátria ylibertad, reivindicando los. derechos cons~

titucionalessi los creía hollados, solo con

206 LOS DEBATES LOS DEBATES 207

Todo descansaba ya; hasta la naturalezamisma, cansada sin duda de recibir losardorosos rayos del sol, parecía dormitaren un inmenso lecho, cuyo manto nacarino,era formado por los tibios y plateados ra­yos de una hermosa luna llena.

En esa hora yo ya estaba en mi lechodando las últimas miradas a los «poemascortos» de Campoamor; pero como misojos se negaban á permanecer más tiempoabiertos, dí fin á la luz de la lámpara y medispu$€ á dormir unas horas .

A ia mañana siguiente me encontré conla cabeza pesada, sentía como que algo extraordinario me había pasado esa noche,veía en mi espíritu como al través de unadensa niebla, un sueño que tuve y qu~ medejó vivamente impresionado; pues le en­contraba gran relación con lo que me pa­saba.

Si me permitís y os armais de pacienciapara escucharlo, trataré de reunir los re­cuerdos que de él me queda, y haciendo lomás brevemente posible, trataré de conta­roslo.

HImaginaos un cuarto, ó más bien dicho

una de esas antiquísimas buhardillas quenos sne~en describir Montepín, du Terrail,etc., (pues no recuerdo bíen donde pasósi aquí ó en París). Mediría el tal cuartounas cinco varas de largo por cuatro de an­cho, sus paredes que no haria menos deunas decenas de años que fueron sin dudablanqueadas estaban ya de un color que mesería muy dificil por no decir imposible eldefinirlo á pesar de mi buena voluntad yque sin error muy grande lo puedo comra­rar con el color del pelo del caballo de Ar­tagnan, cuando el gran Dumas, nos lo pre­senta en es<;ena al principio de sus TreSJllosqueteros.

Lo que ciertamente no faltaba en esaseslrañas paredes era, ni rinconeras ti otrosmuebles semejaBtes, compuestos por gra.ncantidatlde telas de arañas de gran varie­dad y distintos tamaños, 10 mismo que gran

aalomeración de resíduos de moscas y otros<;:) l·.insectos que formando como unares mas, ,

ó menos oscuros, rom pian la moootonlade su enigmático color.

El techo no podía ser más parecido á lasparedes, sin ser muy perpicaz y gran o~­

servador se veía perfectamente que haCIatanto tier~po, que ni aún por simple dis­tracción se le pasaba un plumero ó algopor el estilo, que más bien que el techo deun cuarto, parecía el de una pequeña grutacuyas estalactitas en vez de ser formadaspor materiales calcáreos, eran producidaspor la gran aglomeración de tierra y basn­ras que pOI' su pl'opio peso se dirigian ver­ticales á la superficie del suelo.

Una puerta de dos hojas, con unos vi­drios que más bien parecían un denso veloal travéS del cual apenas se divisaban lassiluetas de los objetos exteriores.

El mueblaría hacía juego con el aposen­to. Una cama de hierro que á fuerza de uncontinuado uso y bajo el peso de los años sehabía ido desfigurando para quedar pocomenos que insel'vible.

Cada vez que uno entraba en dicho eual'­to y por la calle pasaba algtin carrua-jeó alguna de esas pesadas carretillas,que hacían vibrar el no muy seguro pisodel aposento, la pobre y vieja cama se que­jaba, y de entre sus férreas coyunturaspartía un lamento como implorando nn des­cansu para el poco tiempo que le quedabade vida.

Un jergón que de roto y apolillado queesta.ba, dejaba ver en su interior una viejay amarillenta chala que aún el mismo Roci­nan te á vivir la despreciara.

Una almohada cu}a funda estaba del co­lor de nn cielo tormentoso, yacía por elmedio de la cama, cansaday aburrida depermanecer en los estremos.

Las colchas y sábanas arrolladas en unestremo 1 semejaban en la superficie de lacama, UllO de esos enmarañados é intransi­tables .nudos, que se forman en· la tierraen el encuentro de varía:; montañas.

Un cajón servía de mesá de noche, enci-Ima del cual, reposaba tranquilo y de pié 1

como centinela avanzando descansando delas fatigas ele la noche anterior, un cande­lero decobre~ el cual á causa de su pocalimpieza y gran uso, tenía como esmaltadogran cantidad de verdín cuyo color verdesobre la superficie del sucio cobre, le dabanel aspecto que presentan algunos· estan­ques, en cuyas superficies se desarrollanciertas algas de poca elevación, y euyasaguas pantanosas son coloreadas de amarí­Ha oscuro, por los rayos verticaleses delsol de medio día.

Un lavatorio compuesto por una silla,cuyo asiento fué sustituido, por una pa­langana de lata, podría muy bien servir deregadera; pues á medida, que uno le echa­ba agua por la parte superior, ella lo de­volvía pür tres ó cuatro bocas que tenía enla inferior; un baul que cualquiera diríafuese de la edad media una mesa escritofio con algunos libros desparramados ensu superficie, un par de sillas, UD retratode un general, varias figuras pegadas enla pared, representando en diversas posi­ciones algunas mujeres en el traje Eva ylos restos de un espejo componían el mue-;blario no muy envidiable del aposento.

He ahí descripto á grandes rasgos elli­mitado escenario de mi sueño tal cUéll esanoche se me apareció.

Habiéndoos dado cuenta poco más ó me­nos exacta de como era él, seguiré mi.in­terrumpida narración contandoos lo que enél pasaba.

Sentado en una de las dos sillas que an­teriormente mencioné, con las piernas pe­rezosamente estirarlas la cabeza a.lgo incli·nada hada atras, arrojando simultánea­mente por la nariz y boca grandes cantida-des de humo, que formlndo espirales detun color gris azulado, envolvían como en­re un tul al dueño del aposento.

Era éste un joven dstudiante, de tez pa-

lida y ojos negros, de mirar muy melan­cólíco, tan melancólico y triste como elarrullo deJa)orcaz en el monte ála caida deuna tarde de verano. A mi me pareció, queese mirar no era el suyo propio. sinó quesería producido por una causa cualquieray se me imaginó también que era como losrestos de un sufrimiento moral muy grandeque no haría mucho lo había esperimen·tado y que dejó en su alma el abatimiento ycansancio propios, como el resultado deuna gran lucha, así como después de unatormenta de verano, queda la atmósferacargada de vapores y efluvios eléctricosque abaten completamente el espíritu.

Cansado sin duda del «dolce 'farniente)se puso de pié, su cigarro que estaba casitodo consumido lo arrojó á un rincón, des·pués de pisarlo J asegurarde que estabaapagado, se quedó todavía breves instantesmás, mirándolo como abismado en unapreocupación..

Pocos momentos despaés salió de esaespecie de letargo en que había caido, ycon paso firme encaminase hacia la mesaescritorio, sentóse enfrente de ella, abriónn cajón y sacando los útiles necesariospara escribir, sumergió la pluma en la tin­ta, tomó un papel é hizo el ademán deinsertar algo en él; pero pareció que noencontrando que poner ó como empezar,arrojó con ademán iracundo la pluma lejosde sí.

y el Joven de los ojos negros y mirarmelancólico y triste sonríase amétrgamen­te, su pupila fué poco á poco perdiendoel brillo, para después volver a lucir confiuevas energías así como la luz del astrorey cuando se interpone en su camino defuego una densa y atrevida nube· que em­paña por breves instantes su diamantinaluz, pero que vuelve de.nuevo á brillar másintensa y orgullosa que nULca, y apoyandosu hermosa cabeza en las manos, comenzóIcomo conversando con un espíritu, á decirpoco más ó menos lo siguiente:

208 LOS DEBATES LOS DEBATES 209

«Lucido estoy, forzosamente obligadome encuentro á hacer un trabajo cualquie­ra para la clése de literJtura; pues mi amorpropio y el orgullo de mi apellido, nuncapodrían permitir que yo fuera el único demis condiscípulos que tal no hiciera. Untrabajo! I Ul) escrito sobre cualquier asnn­to y de cualquier clase/! pero, que será "laque mi pobre imagicación pueda producir,que fue:3e digno de presentarse ante unauditorio tan selecto é i[Jteligent~, como elq~e formarán sin cluda mis compañeros detareas?

Si evoco á mi Musa, á la manera quesuelen hacer la generalidad de los escrito­res, gasto palabras en vano; pues pobre,parece que fuera sorda y muda de naci­miento.

Pero, no podría acaso inspirarme en elcariñ') que profese á algun ser, pero quefuese más bien como una adoración? ¡ Ahleso si fUé no ha mu'~ho la musa de missueño; juveniles, ella sí, sería lo único ca­paz de hacer bl'Otar de mi flemático y pobreespiritu, fria corno las ráfagas pampeanasque azotan crueles la braceada tez de nues­tros paIsanos en una alborada de invierno,palabras arJientes, que si bien no estaríanrodeadas de una bella y armoniosa forma,serían sí, la expresión más fiel de los sen­timientos de mi corazón.

Aún la recuerdo 1 Se llamaba ELvira;pero una Elvira superior todavía á aquellaque nos pinta la ardiente y soñadora fan·tasia del inmortal Espronceda, gu rubiocabello tenía ese tinte risueño que suelenadquirir nuestras cuchillas cuando blancastodavía por la helada, encuentran los do­rados rayos del s01 naciente, sus ojos, ver­des y brillantes como el reflejo de un sauceen las tranquilas aguas de un arroyo, suboca, pequefia y perfecta.mente modelada,er.1 perfilada por unos labio~ cuyo purpú­t'tm color era semejante al rojo existente enel íuteri'lrc1el silvestre burucuyá.

Pero eso'ya"pasó, a)i corno' sueHm pasar

las templadas brisas primaverales no de­jando otras huellas" de sus pasos, que elgrato y agradable perfume de flores tal vezlejanas, cuyas delicadas esencias parece

Ison arrancadas de sus tiernísimos pétalosy como envuellas en etereos cartuchos, es­parcen sus embriagadores aromas cuandochocan con algun cuerpo que se interponeen su camino.

y así pasó ella por mí alma, como unavisión deslumbradora cuyo sula recuerdola endulza y la entristece á h vez.

Perol ... la ingrata, como todas las mu­jeres ... » al llegar aquí el jóveu dijo po ..ca mas ó menos lo que Figueroa encierraen aquel célebre verso que dice:

Mas leve que pluma, el polvo;Mas leve que el polvo, el aura;Mas que el áura, la mujer,y mas leve que esta, nada,

y mi estudiante siguió diciendo: «Ya veoque por este lado no puedo encontrar nada.Que ilumine mi cerebro, en medio de lastinieblas que lo envuelven, lo único que ha­go es remover una vez más la amarga hielque p)r sorbos be ido bebiendo, yque ha¡:ermanecido estacionada, por decirlo aSÍ,

'en mi interior, como para ser mas larg,),mas eterno el amargo sufri r ele ahora.

Buscaré otro tema que sea mas grato ymenos doloroso que los recuerdos de yapasadas dichas, y si tal no encuentro, incli':'naré la cabeza y me resignaré á pasar unaverguenza tal vez mayor que la que pasaronlos Romanos, cuando vencidos tuvieronqne inclinar su cueJpo para pod~r pasarbajo las tiránicas horcas Caudinas.

Pediré disculpa al profesor y pel'dón ámis camaradas; pues ellos seguramente sesupondrán que yo soy indigno de pertene­cer á su misma clase.

Al llegar á este punto, mi extraño sueñofué bruscamente interrumpido por rosagu~do sé inarmónic03 redob'es de mi indiscre­to despertador, quemé anunciaba que era

llegada la hora de levantarme, lo que efec- Itué con gran sentimiento y 1espues de dar Idos ó tres bostezos capaces de desquijarre- ,tal' á cualquier mortal.

IIIy ahora que estoy despierto, permitidme

este br~ve raciocinio: ¿No os ha parecido,queridos compañeros, que este extraño sue­ño tiene gran relacióo, como anteriormen­te he dicho, con lo que á mí me pasa? Po­nedme á mí en lugar de ese jóven de ojosnegros, que en sueños se me apareció yentonces vereis claramente la gran seme­janza que conmigo tiene. ¿Que otra causa,que el cumplimiento de un deber impuestopor nuestro comun profesor el doctor Bli­xen, creereis pueda haberme hecho escri­bir estas míseras y mal hilvanadas líneas")Pero, para que abusar mas de vueStra pa­ciencia? Si la lectura de estas breves pági­nas no os ha gustado, os pido me perdoneisel mal rato que os he hecho pasar al leer­las .

y aquí terminaré; pues temo ser dema..siado extenso y abusar más de lo que debode vuestra condescendencia, y así dejaré lu­gar para que otros compañeros, cuyos tra­bajos son mas dignos que el mío, prosigan'en su interrumpida lectura y á los cuales siles ha costado tanto como el mio fabricarlos,os aseguro que bien merecen ser oidos,aunque mas no fuera que por eso.

He dicho.Hanl Sienra.

(ThITTACION)

. Recllerc1ocon dolor mis alegríasQue volaron por siempre descuidadas,Aquellas. esperanzas impregnadasDe puro y melanc6lico candor.Aquellas qne sonrientes en la infl1nciaRefrexaron mi mente halagadoraA los besos del aura soñadora....

.Esas...• jno volveran!

Del sol poniente en la empinada lomaTomarán los destellos de topacio~A quebrarse en las ruinas del palacio.CHal ecos de a.rmonÍa celestial .Pero aquellos de púrpura y de oro.Que alegraron el alma candorosa 'Con SllS matices de azucena y rosa....

Esas.... ¡no volverán!

Entonarán las avecillas puras.Al despuntar el alba matutina.Sus musicales cant.os, y divina}}Ielodia en los aires flotaraPero aquellos süaves que e~ estío,Cantaban la canción de mis amoresMostrando de sus galas los primores....

E'las.... ¡no volverán!

y €llverán las pintadas mariposas,Al soplo de la brisa perfumada .A besar la corola depurada,De las flores galanas, con placer,Pero aqnellas felices que "VaIYabanEn torno de mi clicha mansa~ente.Remec1ando á suspiros•... ciertamente

Esas.... ¡no volverán!

Tornarán esos ojos renegridos,Rayos de fuego á desprender inciertosy darán vida á corazones yertosPostrados en el lecho del dolor,Pero aquellos luceros encendidos,Que rutilaban en mi cielo puroy ahora recuerdo en el dolor que apuro....

Esos.... ¡no volverán!

Aquellas, si, rosadas nubecillasQue tiñeron de grana el horizonte,y se ocultaron mas allá del monteEn cendales de púrpura y jazmínAquell~s dilatando mi martirioy amargando el pesar que me devora,Cuando despunta la feliz aurora.•..

Esas.... ¡sí volverán!

Solo le queda al corazón herido,Llorar su tormento y en agonía,SufrÍr del hado la crudeza impía,En aras de una sacra abnegaciónVerter hasta la lágrima postrera,Que me desgarr¡t el alma hecha pedazos,y echarse de la muerte entre los brazos,

Esperando la santa redención.

Juan E.Camou.

~

EL GEItT~O

( CONTDlLr.A.CIÓN)

UÉ es lo que ha tenido de heroicala vida del sabio Pedro Cornei,..lle? ¿En que se distingue nota:-­

blemente de la de su hermano Tomás? Sumedio es idéntico 1 sus lecturas análogas;.

210 LOS DEBATES LOS DEBATES 211

Pero Corneille ha luchado toda su vida la obra superior, pero con la condición depor las grandes concepcíones de los carac- que no se trate solamente, como para Tai­teres rígidos como el deber y heroicos has- ne, de la sociedad de hecho, de la sociedadta lo imposible. Si entre sus autores fa- contemporánea de un autor. El genio no esvaritas incluye á Lucain y los Espa'lloles, 11 solamente un reflejo, es una producción,es simplemente porque la misma natura- una invencion: es pues sobre todo el gradoleza de su genio lo lleva hacia ellos. Hoy, I de anticipaci9n de la sociedad futnra, ycon las facilidades de toda especie que nos tambien, de la socíedad ideal, que carac­rla la imprenta, el genio elige su medio, se teriza los grandes genios. 10$ cori feos delconfirma por sus estudíos predilectos; to- pensamiento y del sentimiento.do esto no lo forma, pero puede servir La aplicación hecha por Taine, de su teo­para constatarlo. Frecuentemente el histo- ria sociológica y las leres generales queriador es como el profecta; busca en las expone, son insuficientes: ellas no cons~itu­

costnmbres, en las lecturas favoritas, en yen mas que una parte de la verdad. Lalas circunstancias de la vida las causas que influencia de los medios es indiscutible,han determinado tal ó cual obra, y no ad- pero, frecuentemente e3 imposible deter­vierte que todas estas circunstancias se ex- minarla, y lo que sabemos de ella no per­plic.an por las misma~ ra~ones .qu~ han pro· mite deduci l' generalmente, ni de la obraducldo laobra: el gema lIgado mtunamente de arte á. la sociedad, ni de la sociedad á lacon el carcáter moral. obra de arte. Desde luego, en lo que con-

Taine ha iniciado la crítica no solamente cierne con la inflllencia de las razas, quepsicológica sÍno también sociológica. La por otra parte es cierta, se sabe que nin­luisma historia es, segun él, un pro- gnna raza es pura. Es un hecho demostra­bIerna de psicología. En la historia, de do por la antropología. Además, no cono­todos los documentos, el más significa- cemos cientificamente lo~ caracteres iote­Uva es el libro, por otra parte, de todos lectuales y físicos de It's razas mezcladas.los libros, el más significativo es el que ,En un mismo pueblo, de una región áotra,tiene mayor valor literario. De esto re- el espíritu cambia notablemente, yapesarsuIta la conclusión siguiente: «Yo em- de esto, este espíritu propio de una regiónprendo la, tarea de escribir la historia de no es siempre reeonocible. Se ha pre­una literatura y trato de buscar en ella la guntado con razón quíen. de Corneillle ópslcología de un pueblo.» Estos princi- de Flaubert, es el normando, y que rela­pios, en su generalidad, son justos, y este ción exíste entre ambos; de Chateau­objeto es legítimo. Seria necesario sola- briand ó de Renan quien es el Bretón,mente comprender bien el grado y el mo- Geethe Beethoren son dos alemanes deldo de significación que caracteriza el valor sud. No podemos determínar hasta queliterario de una obra: La obra mejor debe punto y en que medida el carácter de laser la más social, aqnella que represente raza persiste en los individuos, y especial­más completamente la sociedad en que el mente en los artistas. En cuanto á la he­artista ha vivido, la sociedad de la cual ha rencia en las familias, es incontestable,descendido, la sociedad que annnciaen el pero amenudo impracticable.porvenir y que el pOfvenirtalvez realizará. La influencia del medio físico Y de laAsí, ha.biendo admitido qne la emoción es· localidad es un segundo elemento impor­tética superior es una emoción social, afir- tante para la sociología estética. La Judeamaremosque la expresión superior de la y sus aspectos se encuentran de una mane­.8ociedadeslaexpresióncarecteristica' de ra general en los poetas bíblicos y en su

forma de imaginación; la naturaleza de 1I

Oriente se pinta en la exuberancia literariad~ los Hindús, la Grecia en las líneas pre­Clsas de la poesia griega.

La influencia del medio social é históri­co es más visible. Es cierto que existió unestado de espíritu idéntico en Francia quese significó por las teorias de Desca1'les, enque el pensamiento está separado radical­mente de la materia, y como reducido á laabstracción, por la poesía abstracta de Boi­leau., por la poesia completamente psico­lógícay tlmbien demasiado abstracta deRacine, y finalmente por la pintura abstrac­ta é idealista de Poussin. ¿Sobre qué tra­baja entonces el artista, el poeta, el pensa...dar? Sobre el coüjunto de las ideas y senti­mientos de su época. Esto es lo que cons­tituye su materia, y la materia acondicionasiempre la forma. Por lo tanto, ella no laproduce ni la impone completamente; lamarca del genio consiste precisamente enencontrar una nueva forma que el conoci­miento de la materia dada no la hubierahecho prever. Además, lo propio del ge­nio es añadir alfondo mismo, al conjuntode ideas si se trata de pensador, al conjuntode sentimientos y de imágenes, si se tratadel artista; y el artista es un pensador á su Imanera. La historia de la literatura se ase­meja á la histoI'ia de los descubrimientoscientíficos; es tambien interesante, peroambas no sirven, ni una sola vez, paradespejar mejor esta incógnita, el genio, yes tambíen imposible explicar completa­mente una obra original como un gran des­cubrimiento; no nos dará mucho mejorcuenta del genio de un Shakespeare ó de unBalzac que de aquel de un Descartes ó deun Newton, y existirá siempre, entre losantecedentes psicológicos para nosotros co­nocidos de Hamlet ó de Baltazar Claetz yestos tipos en si mismos, un abismo mayortodavia que entre los antecedentes del sis­tema de los torbellinos ó de la. teoria de la I

atracción y estas teorías en si mismas.(Continuará.)

SECCION CIENTÍFICAE:X:l?f¡0l1.ACIÓN Af¡ PODO NOIlIDE

'~L Doctor Nansen. He ahí el nom­p, bre en boca de todos los norue­

no-~~ gas y nombre tan en boga hoy entodas partes del mundo. Y por cierto quelos elojios que recibe el valiente noruegode todas partes, son bien merecidos pueshasta el presente, puede decirse, nadie halogrado hacer una exploración más atrevÍ­da y con resultados tan halagüeños. comola que él acaba de efectuar.

De mucho tiempo atrás se han venidosucediendo tentativas para llegar á ponerpié en el polo Norte, y para conseguirlono se habian omitido sacrjficios~ y poeose tenía en cuenta las catástrofes anterio­res. De todas ellas, rara era la que volvíaá contar sus aventuras y sufrimientos, ensu lucha estéril con los hielos que, comoinmensas murallas blancas, se levantaban,poniendo una valla infranqueable para lle­gar á meta tan deseada.

Es indudJ.ble que el éxito de Nansen sedebe en gran parte á un elemento que po­cas veces se había utilizado en otras ex..ploraciones árticas, el vapor. Antes pocovalor científico se daba á esas exploracio­nes, las mas de las veces costeadaspor particulares, y que como deciamosmas arriba, despues de muchos sacrificios,apénas conseguían avituallar un barco devela de algunos centenares de toneladas.

Además, la especial configuración queNansen dió á su barco, lo salvaguardabade ser aplastado por los hielos polares,por cuanto siendo el fondo redondeadocomo la copa de un sombrero faCllmentese escapaba del abrazo frío de su enemigohercúleo. Sín embargo, á pesar de que losadelantos en cuestionas de marina, ponianen manos de Nansen elementos para ga­rantizarle de antemano el exito de sn

213

7.11.

9.a

Lo?,aritmos, definiciones, principios ypropledades.-Uso de las tablas de simpley doble entrada. - Ejercicios.

10.a

Problemas de geometría plana -Proble­mas gráficos geométricos.···-Método de re­s?,lución de. lQ~ problemas de más aplica­ClOn en el dIbUJO lineal. .,

11.a

Coro plemento de las líneas proporciona­les. -Principio de los signos.-Teoría delas tras~ersales y sus aplicaciones en lageometna.

Ecuaciones de segundo grado.-Fórmulade resolución: ;1.° cuando el e'oeficiente dexl! es ~; 2. 0 cuando es mayor que la canÜ~'­

d.a~ y 3.° cuando es muy pequeño.-Ejer­CI~lOS ~e resolución de ecuaciones numéri­cas y hterales. -Discu~ión de las fórmutás-,de resolución.-Propiedades de las raices.~Descomposicíón ~el t~inomio de z.Qgra- .do en dos factores blOomios de primergra- .do.-Reconocer la naturaleza de las raiées­y sus. signos á la simple inspección de laecuaclón.-Aplicación de las ecuaciones de!::>°g'd '1 d'_. 1a o a os Iversos problemas d-e Geo-.metría y Física -Máximos ymínimos de 2.°grado.-Problemas.-Eeuaciones que se'resue~ven por las de 2 o grado. - Eeuació' ,nes blcuadradas. -Resolución y discusión.- Transfurmación del radical VA +v~- ~.

8.a

. Nociones sobre las funciones de una va.. 'rI~ble.-Ecuaciones con dos incognitas.­Numero de soluciones de esas ecuaciones.- Valor de una de las incognitas en funciónd.e la otra. - Variable independiente.-Va­nable dependiente ó función.-Notación..­Calculo .del valor de un función para un va­o:, partIcu~ar. de la variable.-Representa­clon geometnca de las funciones.

LOS DEBATES

letra ordenatril.. Divisibilidad por x-a v 1

sus consecuencias.-':'Ej. de aplicaci6n....:Expon~nte cero y negatívo.-Significación.OperacIOnes con cantidades con exponentecero y negativo.

. Can~ijades radicales y exponentes frac­CI?na~I?s.-Cantidades radicales -Valoresar~t~etlcos.-Cálculo de los valores arit­metlcos de los radicales.-Modo de hacerentrar t~n factor ó un divisor- bajo un radi­e~~. - SHnp~ificación de radicales.-Reduc­cJO~ de radIcales ~ un índice común. -Ope­raCIones co.n ca~tJdades radicales.-Expo­nente. fraCCIOnarlO. -Cá.lculo de cantidadesque tIenen exponente fraccionario.

3. a

. Ca?tid~des imaginarias.-"';Forma de laslmaglOar.las de 2.° grado.-Principio sobrelas cantIdades imaginarias.-Operacionescon estas cantidades.

4.. a

Ejercicios de aplicación.-Ejercios de,pr. grado con una incognita.-Ejerciciosde re.s~lución. de ecuaciones de 1re. gradonumefl~~s y lIterales. - Fórmula general deresoluclOn de acuaciones. - Discusión.­Aplicación á problemas de Geometría yFísica.

5.a

Sistema de ecuaciones de 1ero grado.­Deducción y ~isc.~sión de las fórmulas ge­nerales.-AphcaclOn de los sistemas deecuaciones á la resolución de problemasdiversos.-Sistema de más ó menos ecua­ciones con incognítas.

6.1

Nociones sobre la teoría de los determi­nantes. -Definición y notaciones más usua­les.-Propiedades principales.-DesarrolIode determinantes.-Composición y des­composición de determinantes. -Cálculosde determinantes, á las. ecuaciones de pri­met grado.

Carlos S. Pratt.

-e-:BC:~

PROGRAM.A

1.a

Multiplicación y división de polinomiosordenados,., con potencias repetidas de la

CONIPLEMENTO DE LAS OPERAClONES ALGEBRAICAS

Revision y Ampliación de Matemática~

DE

I un edenso mar, de gran profundidad.I Este dato acentúa el gran contraste fisieo

entre los mares irticó y Antártico. Que latemperatura observada nunca bajó tanto,como en algunas rej iones de Siberia, de

I

manera que el gran Frio que se creiaántes existtera en las rejiones polares, noserá ya un obstáculo para que se repi­tan otras expediciones, Subió 200 millasmas allá del/record del Almirante Markhamsimplemente por haber seguido el plansencillo de no oponerse, sino por el con­trario, hacer obra común con los trabajosde la naturaleza. El resultado final es untriunfo de la ciencia y una prueba, que nosolo se necesita un Nainíng cientifico,sino también coraje, perseverancia, granresistencia fiisica y un carácter muscnlar átoda pruebap ara exploraciones de ésta na~

turaleza.Puede enorgullecerse Noruega con su

conpatriota, que hará conocer otra vez conbrillo al mundo entero la patria de Ibsen.Bjorson, Nielsen, Tegnel' etc. Todos estosadelantos y progresos en aquel país léj anofriopor excelencia, dónde parece que loshielos se hubieran complacido en hacermorada eterna, parece que fllera feliz au­gúrio de otras grandes conqllistas, cientí­ficas y literarias, y que aquella gentese despierta con nuevas energias del le­targo de 3iglos, al son de ideas grandes yfuertes, de libros y obras brillantes, ocu­pando un lugar expléndido entre ta genteque sabe y entiende.

LOS DEBATES212

exploración, no puede dudarse que lo quemayormente contribuyó á que ésta fuerael record del 96, es Nansen mismo. Hom~

bre sagaz, inteligente y laborioso, entu­siasmado de tal modo con su exploración,que por años se impuso la tarea penosade acostumbarse á los frios nas rigurososy a las fatigas más grandes. Pasaba díassin probar alimento y elejia para dormircualquier rincon por húmedo y frío quefuera. Pasados años enteros en esta cla­se de experiencias, consiguió robusteceren tal módo su físico, que como se havisto, ha vuelto de una de las exploradones mas atrevidas que la história recuerda.sin haber experimentado entermedaddeningún género.

Un hombre de preparación poco comúnen materia hidrográfica, desde el primermomento vió claramente que el éxíto de·pendia, en seguir las corrientes árticas yprecisamente á ésto ha debído su salvación,como tambíenla de los bravos tripulantesdel «Frarrú).

El buque de Nansen llegó á latitudesmayores de 85°, el maximun siendo de850 57, sólo 20 míllas menos de la alturaalcanzada en el viaje que el mismo hizo alNorte en trineos. Si hubiera sído posibledesprender de alli, una expedición, en tri­neos,no hay duda que se hubiera llegado al'mismo Poto Norte.

Resumiendo. Los resultados que ha con­seguido Nansenson: ,l.o Destruir la antiguacr~encia de que por el Norte debiera exis­tir un paraje libre e-nt~e los océanos Paci­fico y Atlántico, tal pasaje no existe. De­mostrar que su teoría sobre las corrientesarticas es un hécho, ya no es posible ne­garlas Ysolo á ellas debe el «Fram» su sal-vación. Haber llevado su buque á rejionestan elevadas como 85°. en condiciones

:eI;lvidiables, sin la muerte de un solo tripu­lante. ysin. que siquiera se produjera unasolaemfermedad de las comúnes en aque­nas rejiones.Que existe léjos' en .el Norte,

LOS DEBATES

Férmulas trigonométricas.-Estudio delas formulas .usuales en ·trigonometría conejereicios de aplicación.

215

EMITI

Volved, ¡oh noches de estío!Que teneis tanta hermosuraCon vuestra atmósfera pura,y vuestra brisa sutil;Brisa impregnada de aromasQue le presta cada planta

El Señor Eduardo L.l'tloratorio'!' la. Señora PU:u· Pascual deSaoJuan.

El «Trovador de la niñez», colección depoesías ordenada por doña Pilar Pascual

,de Sanjuán, es un tomito de versos, queentre otras composiciones líricas contieneen la página 185 una rotulada «La Noche»

. 'cuyas prImeras estrofas son las siguientes:

Horas de calma v 808ieO'oJ ~ ,

Horas de dulce reposoEn que late más dichoso,Más tranquilo el corazon;Yo por vosotras deliro,Yo vuestras sombras anheloQue son del tri~te el consueioy del feliz la ilusión.

~l M~seo de Historia Natural de nuestraU.nlversldad se halla abierto para los Estu­dIantes del aula de Jlineralogía, y Geologíatodos los días dez á 3 de la tarde.. ,En dich? Museo se encuentran en exibi-

IClOn los mInerales que se presentaran enlos exámenes de este año de 1IioeraloO'ía yGeología. ~

I1

Creemos que este aviso será de utilidadsobre ~odo p~ra los estudiantes libres, qll~se veran oblIgados á reconocerlos al parque los reglamentados.

LOS DEBATES

Días atras creóse en el importante dia­rio Lc¿ Esparw una nueva sección, con elohjeto de publicar las conferencias leídaspor los estgdiantes en las diversas aulasuniversitarias.

Se ha comenzado por publicar alaunostrabajos leídos en el aula de Filosofía 2.°año que tan dignamente regenta el doctordon Federico Escalada.

Dichas conferencias reportarán no hayduda un señalado servicio. á los estudian­tes de la ciLada asignatura; pues con ello severán libres de tener que recurrir á librosque, adem~s de ser ~e elevado precio, ¡,re- ~

sentan el lllconvemente de estar casi to­dos elIo,s en francés.

aprobado el siguiedte programa:23 de Octubre -Gímnástica.3 de .Noviembre-lYIineralogía y Geo-

~ogla y Zoología y Botánica.4 ldem-Literatura 11 el'. curso.D idem Francés ,1 el'. curso.6 idem-Química 1I ero curSG.7 iclem·--H. Americana 11er. curso.9 idem-Dibujo Lineal '1 el'. curso.

ilO ídem-Fral2cés 2. 0 curso.H idem -Química 2.° curso.12 ídem-Aritmética.'13 ídem-Dibujo Lineal 2.(l curso.14 ídem-H. Americana 2.0 curso.'16 idem -H. Universal 11 el'. curso.17 idem-Gramática Castellana.18 idem-Filosofía 1er. curso.49 idem -Latin 1el'. curso.20 ídem-H. Universal2. l curso.211 ídem-Física 'Ier. curso.23 idem- Filosofía 2.0 curso.24 idem-Latin 2.° curso.26 idem-Literatura 2.° curso.27 idem-Física 2. 0 curso.28 idem-Algebra.SO idem -Cosmografía y Geometría y

Trigonometría.¡I.O de Diciembre-Geografía.'1.° idem ídem - Ingreso.

l

Nuestro compañero de redacción JacoboO. Varela se halla aquejado de~de hacevarios dias por una dolencia que felizmen·te no ha revestido caracter de gravedad.

Le deseamos una rápida y completamojoría.

Debido á su enfermedad no ha podidopublicarse en este número el articulo&> deRedacción que él se había encargado deconfeccionar.

El Dr. Claudio \Villiman decano de nues­tra Universidad ha tenido la loable idea deponerse de aeuerdo con los estudiantes parala confección' del programa de exámenesque deba regir en el próximo mes de No­viembre á cuyo efecto ha celebrado unareunión con los delegados de los diversosaños de Preparatorios· en la cual ,se' ha

ECOS UNIVERSITARIOS

Uso de las tablas trigooométri'~as.-Uso

de las tablas naturales con ejercicios deaplicación.-Uso de las tablas trigonomé­tricas logaritmicas con ejercicios.

23. a

Resolución de triángulos.- Ejerciciosrepetidos de resolución en todos los casospor tablas naturales y por tablas logarít­micas.-Vso de las tablas de provecciones.-Fórmulas trigonométricas de las áreas.-Problemas de Trigonometría.

Tablas trigonométricas.- Principio~ re­lativos al cálculo de las tablas trigométri­caso -Cálculos de las tablas naturales.-Fórmulas de Si mpson.

214

Geometría esférica -Teoremas sobre losángulos y triángulos esféricos. - Polígonosesféricos.-Area de los triángulos y polígo-nos esféricos.

Lineas planas en el espacio.- Estudiodet~nido de esta teoría. -Nociones sobrelas proyecciones de una recta sobre dosplanos de proyección perpendiculares en..;tfe sL-Trazas de un plano. -plano en di­fareutes posiciones.

16.a

A.ngulos diedros y poliedres. -·Teoremasrelativos á estos ángulos.

-17. 8

Poliedros. -Complemento de esta teoría.

'18.a

Poliedros se,mejantes.-poliedros regu­lares.-Cilindro Ycono.

114. a

Complemento de las áreas. -Fórmulasde Símpson y de Poncelet.-Problemas so­bre las áreas.-Transformaciones de figu­ras en otras equi talentes.

Complemeuto de los polígonos regulares........Problemas sobre los polígonos regulares.

'13. a

Medida de la circunferencia.-Relacionde la circunferencia al diámetro. -Modo decalcularla aproximadamente.-Problemassobre la medida de la circunferencia Y losarcos.

216 LOS DEBATES

Guzman Paplni y Zas.

De todo esto se deduce qne el SeriarEduard,} L. Moratorio ha cométido un in­fame robo literario,. pues debe tenerse encllentl que la 8.a edición del libro a queme refiero, fué publicada en Barcelonael año '1884, y el pseudo poeta que hoyacapara nuestra atención por su osadiasin igual, dió á conocer esos versos, co­mo reciente obra suya, en los juegos flo­rales celebrados en el aula de literaturael dia22 de Septiembre de J896.

Una carcel espera á los que apremiadospor el hambre, fracturan un vidrio paraapoderarse de un trozo de pan y si n em­bargo, un ladrón literario, como induda­blemente lo ese! Señor Moratoria, sepasea inpune por nuestras calles, vana­glorjandose de una reputación usurpada.

Pero, para evitar una reincidencia, pa­ra evitar que este kapianga sui generisvuelva á frar.turar una poe:5ia con el fin deapoderarse de los brillos que engarcen las .estrofas de su agrado, es necesario afren­tarlo, es necesario denominarlo el «Ttro­vador de la níñez».

De indefinibles murmullosy gritos que dan pavor,Vnestr'1 solemne bellezaCanta el buho funerarioEn el alto campanarioy en la selva el raiseñor.

Esa bóveda celesteCon Rns bl'illantes estrellas,Diminutas luces bellasQue otros tantos mundos son,A vuestra vista se ofreceCual rico manto azuladoDe diamantes esmaltadoCon lujosa profusión.

f,Que en el bosque se levantaOse mece en el pensil.

~sa bóveda celesteCon sus bril:antes estrellas)Diminutas luces bellasQue otros tantos· mundos son,A nuestra vista se ofreceCual fico manto azuladoDe diamantes esmaltadoCon lUjosa profusión.

En ese inmenso conciertoDe cariñosos arrullos,De indefinibles murmullosy gritos que dan pavor,Vuestra solemne bellezaCanta el buho funerarioEn el alto campanarioYen la selva el ruiseñor.

LA NOCHE

Horas de calma y sosiego,Horas de dulce reposo

.' En que late más dichosoMás traDquilo el corazón;Yo por vosotras deliro,Yo vuestras sombras anhelo,Que son del tríste el consueloy del feliz la ilusión.

Volved, ¡oh noches de e~tíol

Que teneis tanta hermosuraCon vuestra atmósfera pura,Yvuestra brisa sutil;Brisa ímpregnada de aromasQue le presta cada plantaQue en el bosque se levantaOse .mece en el pensil.

En ese inmenso con.ciertoDe c~riñosos arrullos,

Esto nada tendria de singular, si en f:lúltimo número de Los Debates no se en­

.contrara lo que sigu~: