72376 mendes de miranda

20
1 B IBLIOGRAFÍA Antropología Sistemática I (ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA) Cátedra TISCORNIA Tema IV. Bibliografía obligatoria Antropología, Estado Moderno y Poder: perspectivas y desafíos de un campo en construcción 1 Ana Paula Mendes de Miranda 2 Traducción de la Cátedra: Florencia Corbelle, Florencia Lucía Levis Bilsky, María Sol Hurtado de Mendoza Resumen La burocracia estatal contemporánea se constituye como un campo nuevo para la Antropología, que tradicionalmente, en lo que se refiere al estudio del gobierno y de la política, se caracterizó por analizar las sociedades denominadas “primitivas”, delimitando su objeto en base a la oposición entre las formaciones sociales con Estado y sin Estado. 1 Una versión inicial de este artículo fue presentada en el GT9 – Nuevas Miradas Antropológicas, coordinado por las Profesoras María Aparecida Lopes Nogueira y Janirza Cavalcante da Rocha Lima, durante el VIII Encuentro de Antropólogos del Norte/Nordeste –ABANNE, en julio de 2003. 2 Doctora en Antropología Social (USP), Directora-Presidente del Instituto de Seguridad Pública del Estado de Río de Janeiro (ISP/RJ), Profesora de la Universidad Cándido Mendes. E-mail: [email protected] / [email protected] Actualmente, la Antropología Política se ha inclinado hacia la crisis de las legitimidades tradicionales y al desorden del paisaje político, como también al estudio de los fenómenos del poder bajo sus diversas manifestaciones. El siguiente artículo se caracteriza por una propuesta de análisis que va en el sentido de un entendimiento de las instituciones estatales, a partir de sus especificidades jurídicas y políticas, mediante la investigación cotidiana de la acción política en el proceso de decisión y en la interacción permanente entre gobernantes y gobernados, pensada tanto desde la perspectiva del orden espacial, como de la temporal. Así, la contextualización de las acciones de los funcionarios públicos permite explicitar las paradojas internas, posibilitando que se relativice la presumida homogeneidad y hegemonía que caracterizan al Estado Moderno. Palabras Clave: Antropología política burocracia estatal moderna investigación etnográfica Un abordaje antropológico del Estado “Cuando se trata del Estado, nunca dudamos lo suficiente” (Bourdieu; 1996: 92) Cuestionar la eficiencia de la burocracia en Brasil ya se volvió un lugar común: todos critican su desempeño, inclusive los burócratas. Todos dudan de la burocracia, se habla mucho de eso, pero estas dudas no ayudan a entender su funcionamiento, pues se utilizan, en general, “categorías de pensamiento producidas y garantizadas por el Estado” (Bourdieu; 1996:91). Es necesario, por lo tanto, romper con esos presupuestos y develar

Upload: martin-alejandro-duer

Post on 22-Nov-2015

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 1

    BIBLIOGRAFA Antropologa Sistemtica I

    (ORGANIZACIN SOCIAL Y POLTICA)

    Ctedra TISCORNIA Tema IV. Bibliografa obligatoria

    Antropologa, Estado Moderno y Poder: perspectivas y desafos de un campo en construccin1

    Ana Paula Mendes de Miranda2 Traduccin de la Ctedra: Florencia Corbelle, Florencia Luca Levis Bilsky, Mara Sol Hurtado de Mendoza Resumen La burocracia estatal contempornea se constituye como un campo nuevo para la Antropologa, que tradicionalmente, en lo que se refiere al estudio del gobierno y de la poltica, se caracteriz por analizar las sociedades denominadas primitivas, delimitando su objeto en base a la oposicin entre las formaciones sociales con Estado y sin Estado.

    1 Una versin inicial de este artculo fue presentada en el GT9 Nuevas Miradas Antropolgicas, coordinado por las Profesoras Mara Aparecida Lopes Nogueira y Janirza Cavalcante da Rocha Lima, durante el VIII Encuentro de Antroplogos del Norte/Nordeste ABANNE, en julio de 2003. 2 Doctora en Antropologa Social (USP), Directora-Presidente del Instituto de Seguridad Pblica del Estado de Ro de Janeiro (ISP/RJ), Profesora de la Universidad Cndido Mendes. E-mail: [email protected] / [email protected]

    Actualmente, la Antropologa Poltica se ha inclinado hacia la crisis de las legitimidades tradicionales y al desorden del paisaje poltico, como tambin al estudio de los fenmenos del poder bajo sus diversas manifestaciones. El siguiente artculo se caracteriza por una propuesta de anlisis que va en el sentido de un entendimiento de las instituciones estatales, a partir de sus especificidades jurdicas y polticas, mediante la investigacin cotidiana de la accin poltica en el proceso de decisin y en la interaccin permanente entre gobernantes y gobernados, pensada tanto desde la perspectiva del orden espacial, como de la temporal. As, la contextualizacin de las acciones de los funcionarios pblicos permite explicitar las paradojas internas, posibilitando que se relativice la presumida homogeneidad y hegemona que caracterizan al Estado Moderno. Palabras Clave: Antropologa poltica burocracia estatal moderna investigacin etnogrfica Un abordaje antropolgico del Estado

    Cuando se trata del Estado, nunca dudamos lo suficiente (Bourdieu;

    1996: 92) Cuestionar la eficiencia de la

    burocracia en Brasil ya se volvi un lugar comn: todos critican su desempeo, inclusive los burcratas. Todos dudan de la burocracia, se habla mucho de eso, pero estas dudas no ayudan a entender su funcionamiento, pues se utilizan, en general, categoras de pensamiento producidas y garantizadas por el Estado (Bourdieu; 1996:91). Es necesario, por lo tanto, romper con esos presupuestos y develar

    usuario7Cuadro de texto7/2376 20 cop

  • 2

    los conceptos fundamentales que orientan la accin del Estado. Para eso, se debe dialogar con esas categoras, transformarlas en extraas, para que se pueda pensar el papel de la burocracia y, en consecuencia, del Estado en la sociedad brasilea.

    La burocracia que tradicionalmente ha sido estudiada por la Ciencia Poltica y

    por la Sociologa, es todava encarada como un objeto extico por la Antropologa, actitud que est presente tanto entre los estudiosos como en las personas en general. Cada vez que me presento como antroploga y explico que estoy estudiando la burocracia estatal, siempre surgen comentarios jocosos, y semejantes a los que Marc Abls (1986) relat en su investigacin sobre administraciones locales en Francia, tales como Nosotros no somos salvajes, ustedes no estudian indios?.

    La diferencia entre el abordaje de la Antropologa Poltica con relacin a la

    Ciencia Poltica reside en dos aspectos: teora y escala. Para Abner Cohen (1985), la Ciencia Poltica es fundamentalmente unidimensional, ocupndose principalmente del estudio del poder, con el objetivo de comprender su distribucin, organizacin, ejercicio y lucha por l, teniendo como nico universo de referencia al Estado Moderno. Si bien la Antropologa trata de reas mucho menores de la vida poltica, compensa esta limitacin de escala con una mayor profundidad en su anlisis, pues se ocupa de la interaccin de las relaciones entre poder y simbolismo. Otro punto sealado por Cohen se refiere al modo de estudio: el cientista poltico, al analizar su propia sociedad u otra similar, est contenido por el mismo sistema de smbolos que est intentando descifrar, el que, sin un ejercicio de distanciamiento, es difcil de identificar y discutir.

    Segn pude observar durante las investigaciones que realic en instituciones

    pblicas, y tambin durante mi propia experiencia como funcionaria pblica, la organizacin burocrtica en la prctica poco se asemeja a la burocracia racional de la cual Weber se ocupa.3 Para l, la administracin burocrtica moderna est definida por el ejercicio de la dominacin, basado en el saber (por eso es racional), y se opone a la burocracia patrimonial, que estara caracterizada por la organizacin jerarquizada en esferas impersonales de competencia, constituida por funcionarios serviles, que actuaran de modo formalmente burocrtico.

    Las caractersticas tpico-ideales de la burocracia racional descriptas por Weber

    (1979) pueden ser resumidas en cuatro: competencia (ingreso en la organizacin mediante competencia, y el ascenso a travs del mrito), impersonalidad (apego a los instrumentos legales), jerarqua (existencia de competencias definidas dentro de una divisin de trabajo) y continuidad (sealada por la ocupacin del cargo burocrtico como profesin).

    Weber (1978) destaca inclusive que el orden impersonal de la burocracia se

    caracterizara por la completa separacin entre la propiedad de la organizacin y la propiedad personal del funcionario. El funcionario trabaja desligado de la propiedad de los medios de administracin, y no se apropia del cargo, pues los derechos inherentes al cargo sirven slo para garantizar el carcter objetivo e independiente de su conducta.

    3 Esta hiptesis fue construida a partir de las etnografas realizadas en Archivos de Registros Pblicos (en el perodo de 1990-1992), en Archivos Pblicos de Ro de Janeiro (en el perodo de 1993-1995), y en Sectores de Documentacin de Puestos de Salud (1994), sobre las prcticas de produccin, guardia y circulacin de documentos pblicos, cuyos resultados pueden ser verificados en Miranda (2000 y 1997), y Miranda & Mouzinho (1996).

  • 3

    Para l, la organizacin de cargos obedece al principio de la jerarqua, donde cada cargo inferior est bajo el control del superior. El funcionario burocrtico tpico desempea las funciones de su cargo como principal ocupacin, no debiendo poseer otras.

    El Estado Moderno se constituy, por lo tanto, bajo los presupuestos de una

    administracin racional y de una justicia independiente, que deberan ser igualmente obligatorias para todos, sin que permitan privilegios o excepciones y que deberan ser, tambin, objetivas, sin que puedan ser ni manipuladas ni dirigidas a determinados individuos.

    Esas caractersticas son distintas de aqullas que componen el sentido comn

    acerca de la burocracia4 en la sociedad brasilea, generalmente representada por la mala atencin, los privilegios, la lentitud, la incompetencia, la discriminacin. A eso se suman dos imgenes ms genricas de la burocracia: la que le atribuye un papel de total control de la sociedad, y otra que, paradjicamente, niega cualquier poder de actuacin.

    En ese sentido, el trabajo antropolgico orientado hacia este campo tiene como

    premisa (re)pensar esas imgenes, tomando en consideracin cmo la organizacin burocrtica se estructura en cada sociedad. En Brasil, se observa que aunque el sistema est ordenado formalmente segn el principio de igualdad ante la ley, se caracteriza, muchas veces, por el tratamiento diferenciado de los casos, por el privilegio concedido a algunos de ser atendidos de modo distinto a los dems, por la preocupacin en atender primero los intereses del Estado.

    Sin embargo, las diferencias con respecto al modelo burocrtico-racional no

    pueden ser entendidas como un defecto de nuestro sistema. Adems, ni siquiera son exclusividad nacional, pues como afirmaba Balandier en su clsico Antropologa Poltica (1969), eran raros los Estados donde la racionalidad propuesta por Weber estuviese totalmente presente, siendo que la unidad y la centralizacin permanecen muchas veces vulnerables, que los derechos particulares subsisten, que la administracin est fundada ms en las situaciones de status y en las relaciones de dependencia personal que en la competencia.

    Desde sus inicios, la Antropologa, en lo que se refiere al estudio del gobierno y

    de la poltica, se caracteriz fundamentalmente por analizar las sociedades llamadas primitivas, delimitando su objeto en base a la oposicin que distribuye las formaciones sociales entre aquellas con Estado y sin Estado. Los intentos de estudio comparado de la poltica y del gobierno, tuvieron como marco la obra Sistemas Polticos Africanos, de Meyer Fortes y Evans-Pritchard ([1940] 1981), que suscit dos tipos de consideraciones distintas, pero relacionadas: el esclarecimiento de ciertos problemas conceptuales, tales como la relacin entre la esfera poltica y otras dimensiones de la organizacin social; y un refinamiento progresivo y una extensin de las tipologas polticas existentes, en un intento de abarcar la casi totalidad de los sistemas polticos de sociedades sin escritura. Otra obra de gran importancia fue Los Nuer, de Evans-Pritchard ([1941] 1978), que revel las relaciones de poder de un pueblo aparentemente desprovisto de instituciones polticas. 4 Sobre las imgenes de la burocracia, ver Hochman (1992) y Gouvea (1994). Es interesante destacar que la imagen de la burocracia como obstculo aparece tambin en informes oficiales, como pude constatar a lo largo de mi investigacin, pero tiene siempre la connotacin de que cada gobierno ir, con sus reformas, a transformarla.

  • 4

    Aunque la oposicin sociedad sin Estado/con Estado haya marcado a la

    Antropologa Poltica desde su nacimiento, dos autores discuten la validez de esa clasificacin. Balandier (1969) considera que es una oposicin engaosa, pues crea un corte falsamente epistemolgico. Para l, la Antropologa Poltica examina sociedades arcaicas, donde el Estado no est ntidamente constituido, y sociedades en las que el Estado existe bajo configuraciones diversas. Opinin que es compartida por Abls5 (1995), para quien el modo en que fue tratada por la tradicin antropolgica la temtica del origen del Estado condujo a un problema como negar totalmente al Estado, cuando el objeto de la Antropologa coincida con un conjunto de formas sociopolticas, distintas, pero delimitadas cada cual a su modo, en el espacio y en el tiempo. El autor resalta, adems, que la Antropologa Poltica no puede caer en la tentacin de limitarse a construir tipologas, sino que debe orientarse, principalmente, a la comprensin de la dinmica del poder en las sociedades polticas contemporneas.

    As, la cuestin que se le presenta a la Antropologa Poltica es la de la

    identificacin de las condiciones dinmicas que estn subyacentes al orden social. O sea, se trata de aprender la dinmica de las estructuras, como as tambin el sistema de relaciones que las constituyen, considerando las incompatibilidades, las contradicciones, las tensiones, y el movimiento inherente a toda sociedad.

    Segn Elizabeth Colson (1985) el conflicto se ha vuelto el punto central de

    inters de las cuestiones polticas en Antropologa. Ese cambio en el foco de atencin estara relacionado a dos factores: una transformacin en el tipo de datos utilizados para la observacin, a partir de la cada del colonialismo y de la emergencia de nuevos regmenes polticos; y la influencia de Simmel, cuya sociologa del conflicto6 ha adquirido creciente relevancia para el trabajo antropolgico, en oposicin al trabajo de Durkheim, que acentuaba el equilibrio como el factor predominante para la manutencin del orden social, considerando los conflictos como aspectos negativos, que llevaran a la anomia y a la desorganizacin social.

    Actualmente, los estudios antropolgicos abarcan un amplio campo de

    investigacin, en el cual empieza a destacarse el anlisis de Estados modernos, donde los investigadores buscan identificar sus formas y variedades principales, demostrar el curso de su desarrollo, como as tambin de las contradicciones existentes. Mcveigh (1998) afirma que la Antropologa no es extraa al estudio del poder en las sociedades complejas, pero ese abordaje ha utilizado indefinidamente el concepto de Estado7, 5 La mayor crtica de Abls est dirigida a la expresin de Pierre Clastres, sociedad contra el Estado, que encuentra extremadamente polmica. Es ms, l afirma que la focalizacin del no-Estado y la transformacin del Estado en un espectro a ser conjurado es una posicin ideolgica, y tambin una estrategia de construccin de la disciplina, que alej as a los invasores, politlogos y socilogos, de su terreno (las sociedades exticas). 6 La importancia del conflicto estara en su posibilidad de producir o de modificar grupos de inters, uniones, organizaciones, funcionando como una fuerza integradora del grupo. De modo contrario a Durkheim, Simmel no crea que la desaparicin del conflicto derivara en una vida social plena. Ver Simmel (1983). 7 Esa observacin de Mcveigh tambin puede ser aplicada a l mismo, pues define al Estado como un sistema poltico no basado en el parentesco, con instituciones burocrticas centralizadas que tienen el poder y la autoridad sobre grandes poblaciones que viven dentro de fronteras territoriales claramente definidas. Esta definicin fue elaborada a partir de su investigacin en Japn, pero no puede ser utilizada para el anlisis del Estado brasileo, en donde las relaciones de parentesco son muy importantes y, aunque no sean oficialmente reconocidas, no se puede ignorarlas al punto de negarlas.

  • 5

    considerndolo con tanto distanciamiento, que parece muchas veces una entidad trascendente. De esa forma, el investigador no podra diferenciar el modelo de las estructuras, de las conexiones multifacticas vigentes.

    Bourdieu (1996) tambin enfatiza la relevancia de la discusin acerca de las

    nociones pre-establecidas, principalmente en lo que se refiere a los problemas ligados a la dificultad de distanciamiento de las teoras ya elaboradas sobre el Estado. En este sentido, propone la postura metodolgica de la duda radical, con el fin de que se pongan en cuestin los conceptos y preconceptos relativos al tema. La propuesta de aplicar un modo relacional de pensar, que identifique lo real no con sustancias sino con relaciones, con la explicitacin de su lgica interna, tiene como intencin revelar los lmites de la produccin de problemas sociales, y no sociolgicos, como uno de los resultados de la influencia del campo poltico/burocrtico, el cual contribuye de manera muy intensa a la consagracin y constitucin de problemas sociales universales (Bourdieu; 1989:37-38). Al proponer la inteligibilidad de las prcticas (rituales) como fundamentales para la comprensin del discurso simblico, Bourdieu recondujo el estudio de los sistemas simblicos hacia sus bases propiamente sociales, esto es, hacia las prcticas con las que los agentes afirman su cdigo comn de significaciones. Considerando los smbolos como instrumentos de integracin social, que vuelven posible el consenso sobre el sentido del mundo social, se deduce que ellos contribuyen a la reproduccin del orden social, lo cual puede ser claramente percibido en el dominio de la poltica, que es el lugar por excelencia de la eficacia simblica, accin que se ejerce por seales capaces de producir cosas sociales y, sobre todo, grupos (Bourdieu, op. cit., 159).

    En un intento de interpretar mejor el concepto de Estado, se puede tambin

    destacar el trabajo de Geertz, Negara: el Estado-Teatro en el Siglo XIX, que, aunque no se refiera al Estado moderno es una monografa etnogrfica y una incursin antropolgica en la Historia, pues combina una descripcin minuciosa de la estructura de una sociedad, a travs del relato de sus instituciones y relaciones sociales, con la reconstitucin de una formacin social y de la institucin del Estado balins del siglo XIX , tiene implcita una crtica al pensamiento occidental sobre la poltica y el Estado. Geertz distingue tres sentidos etimolgicos del principal sustantivo del moderno discurso poltico, el Estado: el status, en el sentido de puesto, posicin, rank, condicin; lo pomposo, en el sentido de esplendor, aparato, dignidad, presencia; y el gobierno, en el sentido de regencia, rgimen, soberana, comando, arte de gobernar. Seala que las principales nociones de Estado desarrolladas en Occidente desde el siglo XVI monopolio de la violencia dentro de un territorio, control exclusivo de la clase dirigente, agente delegado de la voluntad popular, mecanismo pragmtico para conciliar intereses, al estar restringidas al sentido de gobierno, no dieron cuenta de la fuerza ordenadora del aparato, del respeto y del drama (Geertz; 1991:154). As, al ocuparse de la performance, del simbolismo poltico, del ceremonial, de los mitos como formas simblicas y teatrales, intrnsecas a la poltica tradicional y no slo como elementos del campo de la ideologa o como mecanismos de movilizacin social manipulados por la clase dirigente, Geertz afirma que la poltica es una accin simblica. De ese modo, pretende destruir la oposicin entre simblico y real, ya que para l lo real es tan imaginado como lo imaginario (Geertz, op.cit.:170).

    Este tema fue igualmente abordado por Balandier, en el libro El Poder en

    Escenas, donde el poder es concebido como un juego dramtico que permanece a lo

  • 6

    largo del tiempo y que ocurre en todas las sociedades. Concluye que las manifestaciones de poder no se llevan bien con la simplicidad, pues siempre se caracterizan por la grandeza u ostentacin, por el ceremonial o por el protocolo. Para Balandier, el sentido de lo real es conducido por el imaginario, de modo que la teatralidad sera utilizada por el poder pblico para obtener la subordinacin. Sin embargo, la puesta en evidencia de la teatralidad poltica, su consagracin y sus ritos, no tiene como objetivo reducirlos apenas a la apariencia de juegos ilusorios, sino revelar que la sociedad no depende slo de la coercin, de las relaciones de fuerza legitimadas.

    Balandier seala adems que la transformacin de la poltica en una cuestin de

    elecciones racionalizadas en las sociedades modernas, donde la tecnologa desempea un papel importante, parece haber vaciado el imaginario, que aparentemente habra sido sustituido por sus nuevas alegoras Ciencia, Tecnologa, Industria, Comercio, las nuevas formas o magia poltica. Sin embargo, enfatiza que el misterio por el cual un poder se constituye y subordina permanece intacto; operadores lo forman, prcticas rituales marcan su lugar y lo vuelven espectacular (). Dado que la relacin poltica permanece con otra naturaleza, ella se establece sobre otra cosa: los dispositivos simblicos, las prcticas fuertemente codificadas conducidas segn las reglas del ritual, el imaginario y sus proyecciones dramatizadas. (Balandier; 1980:61).

    En ese sentido, el Estado Moderno y sus instituciones se constituyen como un

    objeto reciente para la Antropologa Poltica, la cual ha contribuido fuertemente para una discusin efectiva acerca del papel del Estado, al considerar que el Estado Moderno no es igual en todas las sociedades, que est construido en cada sociedad en relacin a los ms variados contextos histricos y simblicos.

    Arjun Appadurai (1994) llam la atencin sobre el hecho de que las ideas y los

    conceptos fundamentales del Iluminismo (libertad, bienestar, derechos, soberana, representacin, democracia), que fundamentaron la creacin del Estado Moderno, fueron construidos con una lgica interna que presuma una determinada relacin entre la interpretacin, la representacin y la esfera pblica. Sin embargo, su difusin hacia el resto del mundo, a partir del siglo XIX, alter la coherencia interna que una los trminos, posibilitando una sinopsis poltica estructurada libremente, a travs de la cual los diversos estados nacionales organizaron su cultura poltica8.

    As, el anlisis antropolgico se ha constituido como un instrumento de

    descubrimiento y de estudio de las diversas instituciones y prcticas que aseguran el gobierno de los hombres, como as tambin de los sistemas de pensamiento y de los smbolos que las fundan (Balandier; 1969:8), constituyndose tambin en instrumento de divulgacin de esas variadas formas de manifestacin del Estado.

    La comparacin entre las diversas instituciones no pretende limitarse a la mera diferenciacin entre las organizaciones tradicionales o modernas, o a una gnesis de las formas jurdicas. Al contrario, se aspira a una discusin acerca de las relaciones entre esas diferentes formas de organizacin, analizando sus (in)compatibilidades y antagonismos. Al contrario de los cientficos polticos, que se preocupan por el anlisis 8 Para Ronald Cohen (1985), la cultura poltica debe ser entendida como un conjunto de ideas y smbolos que describen las metas y fines de la vida poltica en trminos de las tradiciones de un grupo. Por otro lado, tambin puede ser pensada como una forma por la cual el poder y la autoridad son entendidos y practicados por una cultura como un todo.

  • 7

    de las instituciones polticas, en el sentido de la lucha por el control de las posiciones de toma de decisiones, el antroplogo ha buscado comprender cmo las instituciones o los gobiernos alcanzan sus propsitos pblicos, lo cual volvi vitalmente importante la distincin entre las prcticas de implementacin de las decisiones polticas y las prcticas de la rutina administrativa.

    El estudio comparativo que abarca las diferentes expresiones de la realidad

    poltica ha sido complementado a travs de los estudios de la Antropologa Jurdica, pues, como ya dijo Radcliffe-Brown, al ocuparnos de sistemas polticos tambin nos estamos ocupando de Derecho9. Considerando que la implementacin del aparato estatal siempre est acompaada por el desarrollo de una cultura jurdica10 especfica, la gran contribucin ha sido ampliar la comprensin de los modos en que las reglas de control del orden social son definidas por los diferentes grupos, por el modo como expresan sus conflictos, y las formas por las cuales esos conflictos son resueltos. Fried (1969) subraya que hay conflicto y necesidad de adjudicacin en todas las sociedades, pero que los mecanismos utilizados para resolverlos son distintos en cada una de ellas, y es exactamente este aspecto el que debe ser estudiado por los antroplogos, con el objetivo de entender cmo las sociedades solucionan sus conflictos, crean y mantienen un determinado orden poltico.

    Para Abls (1995), la cuestin de la constitucin de lo poltico conduce

    naturalmente a la exploracin de los lugares de lo poltico. De esta manera, propone un abordaje de la temtica de la institucin, conducido por la Antropologa Poltica en diferentes contextos, orientado por los siguientes problemas: cul es el estatuto del poder poltico?, cmo se institucionaliza?, qu espacios circunscribe?, qu rituales moviliza?

    Este autor entiende que la definicin de institucin es amplia, condensando dos

    acepciones diferentes: por un lado, significa el proceso que conduce a la produccin de reglas; por otro, la organizacin de la que proceden y que integra a sus miembros en un sistema de constreimientos; o sea, las instituciones seran las maneras de actuar, sentir y pensar cristalizadas, ms o menos constantes, constrictivas y distintivas de un grupo dado. Esa proposicin seala que el Estado se revela como un factor de dominacin de modo indirecto. Segn Abls (1977), ese proceso solamente es expuesto cuando el aspecto ritual/integracin es enfocado, dejando entrever cmo se da la coercin/dominacin, pensada como un proceso que contribuye a la consolidacin del poder.

    La Antropologa Poltica se ha inclinado actualmente hacia la crisis de las

    legitimidades tradicionales y el desorden del paisaje poltico, y tambin ha dirigido su inters hacia el estudio de los fenmenos de poder en nuestras propias sociedades. El abordaje propuesto por Abls (1992) va en el sentido, no de una visin teleolgica de lo poltico, sino de una comprensin de sus especificidades en los diferentes contextos, a travs de la investigacin cotidiana de la accin poltica en el proceso de decisin y en la interaccin permanente entre gobernantes y gobernados, pensada tanto en la perspectiva de orden espacial, como en la dimensin temporal.

    9 Ver el prefacio de Sistemas Polticos Africanos (Fortes y Evans-Pritchard: 1981). 10 Ver Shirley (1987).

  • 8

    Abandonando la obsesin por el Estado: perspectivas y desafos de un campo en construccin

    Asumiendo, por lo tanto, el nuevo paradigma, y dejando de lado la obsesin por

    la tipologa y clasificacin del Estado como objeto de estudio, se trata, por lo tanto, de emprender otra estrategia: entender la pluralidad de papeles que el Estado y sus diferentes formas de gobierno han desempeado como prcticas sociales (Abls, 1990).

    No se trata de preguntar por qu el Estado existe, sino cmo el Estado se

    constituye frente a diferentes tradiciones polticas, para poder verificar cmo es que el poder se ejerce. Se destaca que esta inversin de cuestiones es un abordaje defendido por Michel Foucault11, que enfatiza un nuevo anlisis del poder priorizando la observacin de sus prcticas y estrategias, no en base a la relacin orden/obediencia, sino a los procesos de sujecin con respecto a la construccin de identidades personales y sociales.

    Pretendemos, por lo tanto, sealar de qu modo es posible pensar en un abordaje

    desde la Antropologa que privilegie los conflictos y las formas de mediacin construidas en la sociedad brasilera. En este sentido, creemos que la comprensin del campo poltico pasa necesariamente por la observacin del campo jurdico12, y no apenas de aspectos relativos a las disputas electorales en el proceso de construccin de la democracia representativa en Brasil, como es comn actualmente13.

    La propuesta de este artculo apunta a la observacin y anlisis de las prcticas y

    rutinas de trabajo de los funcionarios pblicos que, independientemente de la actividad ejercida, se constituyen en un grupo privilegiado, capaz tanto de promover como de dificultar, y hasta impedir, la implementacin de un modelo de Estado democrtico, con garanta de universalidad en la prestacin de servicios y trato igualitario a los ciudadanos.

    La comprensin del modo por el cual las prcticas profesionales se constituyen

    socialmente permite revelar sistemas de representacin acerca de la sociedad, lo que, a su vez, posibilita la percepcin del modelo que se construy respecto de la relacin entre funcionarios y el servicio pblico.

    El nfasis en este ltimo aspecto se hace necesario, pues es l el que permitir

    articular ambos trabajos de campo con categoras distintas de funcionarios pblicos, que enfrentan un mismo dilema: ser autoridad o ser servidor pblico.

    En Brasil, hasta fines del siglo XVIII, quien ocupase un cargo pblico era

    llamado oficial por ser detentor de un oficio, esto es, de una ocupacin y de un modo de vida. El trmino era tambin utilizado para las ocupaciones relacionadas a los trabajos manuales14. Los titulares de los oficios pblicos llegaban a los cargos

    11 Ver A Governamentabilidade, Foucault (1990). 12 Ver Kant de Lima (1983). 13 Ver Palmeira & Goldman (1996). 14 El oficio era visto como un cargo de alto rango atribuido por el monarca, al que correspondan prestigios, honores y privilegios, no solamente en el nivel mundano, sino tambin con resultados sociales

  • 9

    mediante concesiones reales, lo que serva como garanta de fidelidad a las reglas dictadas por el rey, y constitua una posibilidad de ascenso social. Las caractersticas del oficio eran la patrimonialidad, el uso privado de la funcin pblica, el predominio de la fidelidad personal, la multiplicidad de funciones, la estabilidad, la ausencia de especializacin profesional y asociacin con el ennoblecimiento. La competencia era definida por la experiencia en el ejercicio del cargo, y en ese perodo al fisco le corresponda la funcin de recaudacin de impuestos y control del contrabando. La polica surge en el siglo XIX, con las tareas de proteger la propiedad y reprimir las ofensas al orden pblico, preservando la idea de que la competencia no era relevante y que la experiencia se adquiere con la prctica.

    Recin a partir de la dcada de 1920 es que se inicia la transformacin de la

    concepcin del ocupante de un cargo pblico, surgiendo un nuevo entendimiento acerca de la ejecucin del trabajo, teniendo a la teora de la administracin americana como modelo, que postulaba la total separacin entre los dominios de la poltica y de la administracin, tanto como el proceso de estandarizacin de bienes y servicios, y la despersonalizacin de las relaciones profesionales15. En ese contexto, es que se puede sealar el surgimiento del concepto de funcionario con un significado meramente tcnico, definido por el ejercicio de la dominacin basado en el saber.

    En Brasil, la legislacin actual16 que rige a los funcionarios civiles establece que

    cualquier persona que desempee funciones estatales puede ser llamada agente pblico, sea l un agente poltico, esto es, titular de cargos en los rganos de poder; sea l un servidor pblico, que es aquel que mantiene un vnculo de trabajo con el poder pblico, en relacin de dependencia; o tambin, los particulares que prestan servicios al poder pblico.

    El rgimen de trabajo del servidor pblico no es regido por un contrato, que

    administra las relaciones entre el empleado y el empleador, sino por un estatuto, o sea, una ley que expresa formalmente los principios que administran la relacin entre los mismos y el Estado.

    Sin embargo, la imagen que se construy del cargo de agente pblico entre los

    inspectores fiscales17 y los policas, es la de autoridad, o sea, son calificados de autoridad aquellos que por ser representantes del poder pblico tienen como obligacin hacer cumplir las leyes. Como representantes del Estado, las autoridades tienen como deber velar por el orden. Se observa que el uso de la categora autoridad es sinnimo poltico de poder y fuerza. Segn Sennett (2001), la raz latina de la palabra autoridad corresponde a autor, que significa la capacidad de producir algo.

    La imagen de autoridad, a su vez, es el aspecto concreto de esa entidad abstracta

    llamada Estado, que se mantiene distante de la sociedad. El ejercicio de poder de la autoridad debera realizarse dentro de los lmites de su competencia, establecida en prcticos (Wehling & Wehling, 2000: 143). Ver tambin Faoro (1991), Schwartz (1979) y Diccionario da Lengua Portuguesa por Antonio Moraes (1813). 15 La Constitucin de 1937 fue un hito importante, al establecer el principio de la eficiencia del servicio pblico como un deber del Estado. Para llevar a cabo ese objetivo, fue creado, en 1938, el Departamento Administrativo del Servicio Pblico (DASP), que actuaba junto a la Presidencia de la Repblica, pretendiendo orientar toda la administracin hacia el sistema taylorista. Ver Miranda (2002). 16 Ley 8.112 del 11 de Diciembre de 1990. 17 N de T: En portugs en el original: auditores fiscales

  • 10

    leyes. Sin embargo, cuando la ley slo sirve para preservar al propio Estado, la accin de la autoridad se revierte en acciones que atienden a los intereses del Estado o de la propia autoridad. Cabe destacar que el poder se entiende aqu en el sentido dado por Weber (1991), o sea, como la probabilidad de imponer la propia voluntad en una relacin social, incluso cuando hay resistencias.

    El ejercicio de autoridad consiste, entonces, en una interaccin resultante de la

    emisin de una orden por un agente pblico y el consentimiento de otro, obtenido mediante la obediencia a esa orden. Tericamente, el poder de control de la autoridad est relacionado al cargo y no a la persona que lo desempea. No obstante, se sabe que el ejercicio de la autoridad es siempre un proceso relacional, que se define en funcin del contexto en el cual es aplicada. Est el poder de autoridad del cuadro de dirigentes que determinan las rdenes generales y est el poder de autoridad del cuadro administrativo, que interpreta y transmite las rdenes18.

    La posibilidad de interpretar las rdenes implica la posibilidad de dar sentido a

    las condiciones de control e influencia; dicho de otra forma, la autoridad no es una cosa, sino un proceso en el que son construidos vnculos entre personas desiguales.

    Como pude observar en las diferentes investigaciones de campo realizadas junto

    a inspectores fiscales, policas civiles y policas militares, el ejercicio de la autoridad se manifiesta de diferentes maneras en funcin del rea de actuacin de los funcionarios, que determina diferentes sistemas de relaciones, generados por las formalidades y rutinas inherentes al cargo, las cuales orientan el nivel de distancia o proximidad social entre los agentes y su pblico. As, son creadas las condiciones necesarias para delimitar la identidad del cargo, independientemente de los individuos que vayan a ocuparlo.

    La falta de diferenciacin entre la autoridad del cargo y la persona que lo ocupa

    provoca una confusin entre persona y cargo, de modo que se construye una imagen nica. As, nadie est funcionario, y s es funcionario pblico. Y en la prctica, ser una autoridad puede significar no slo el poder de comunicar la orden, sino tambin el poder de crearla.

    La categora de los inspectores fiscales es un buen ejemplo para pensar lo que

    significa ser autoridad en Brasil. Histricamente, fueron uno de los primeros grupos profesionales que actuaron en el pas ya desde el perodo colonial, en el control del contrabando y en el cobro de los impuestos. Actualmente, el trabajo fiscal en el rea federal, aunque reciba la misma designacin oficial de inspectores fiscales, es dividido en dos reas principales19 desde el punto de vista de la construccin identitaria.

    Existen quienes actan en la aduana y son conocidos como fiscales aduaneros,

    cuyo trabajo estuvo marcado por una actuacin inclinada hacia una postura ms policaca, ya que sus atribuciones incluyen la tentativa de control de la entrada y salida de mercaderas, personas y vehculos. Al actuar con poder de polica, la autoridad fiscal tiene en sus manos el poder de mandar a arrestar atribuido a cualquier servidor pblico que juzga que las actitudes de una persona configuran un crimen contra la administracin pblica. Eso puede ocurrir cuando hubiera resistencia a la ejecucin del acto legal, mediante el uso de violencia o amenaza al funcionario; cuando hubiera 18 Ver Hopkins (1978) y Merton (1978). 19 Sobre los fiscales aduaneros y del impuesto a la renta ver Miranda (1999), (2002) y (2002).

  • 11

    desobediencia a una orden legal del funcionario pblico; cuando hubiera desacato al funcionario pblico en ejercicio de su funcin; o cuando fuera violada o destruida un acta oficial de un funcionario pblico, sea la divulgacin de un documento (por ejemplo un edicto) o sea la fijacin de alguna seal (lacre)

    Por otra parte, los fiscales que actan en el cobro de impuestos a la renta

    tuvieron su trayectoria marcada por una progresiva especializacin del trabajo y burocratizacin de las rutinas y procedimientos, que caracterizaron al trabajo como algo ms complejo que el de otros sectores de fiscalizacin, generando una diferenciacin interna en la cual ellos seran la lite de la institucin.

    Tradicionalmente, se considera que la remuneracin es un buen criterio para

    demarcar el perfil socioeconmico de los profesionales. Aunque eso no sea una verdad absoluta, se sabe que parte del prestigio que la categora posee socialmente est relacionada al hecho de ser ste histricamente uno de los grupos mejor remunerados del servicio pblico brasilero, lo cual contribuye a percibir cmo la imagen de autoridad fiscal fue siendo construida. Durante un perodo, el fiscal de aduana reciba un porcentaje de la multa aplicada en caso de una aprehensin, pero no tena derecho a recibir mercaderas, que eran destinadas a subasta o a donaciones. El fiscal del impuesto a la renta tambin tena derecho a una cuota-parte, que fue revocada en la dcada de 1960. Segn las declaraciones de quienes vivieron en ese perodo, la ventaja de la cuota-parte es que la corrupcin estara menos diseminada y el fiscal se empeaba en trabajar bien para poder recibir ms; pero tena como aspecto negativo el hecho de posibilitar los negociados, as como tambin exista la posibilidad de invencin de multas. Ese perodo aparece en el discurso de los inspectores fiscales entrevistados como un tiempo mtico, en el cual los inspectores fiscales gozaban de un gran prestigio, por un lado, por su remuneracin pues podan llegar a ganar un departamento en la zona sur por cada fiscalizacin y un volkswagen como salario mensual, y por otro, por la autonoma de trabajo, ya que no haba instrumentos de control que los limitase.

    La participacin en las multas significaba tambin una relacin en la que el

    funcionario era un socio del Estado, que en funcin de su mayor o menor esfuerzo en el trabajo tena asegurada una gratificacin salarial20. Ms all de la implicacin financiera, esa relacin de sociedad tambin implicaba una relacin de poder entre los inspectores fiscales y la poblacin, ya que la total autonoma de decisin acerca de cmo y quin habra de ser fiscalizado, posibilitaba la influencia de redes de intereses locales, lo cual no ofreca garanta de derechos plenos a los contribuyentes. Surga, entonces, un conflicto entre los intereses del Estado, los intereses inmediatos de los funcionarios y los intereses de la poblacin.

    La relacin de sociedad entre el funcionario y el Estado, que se manifestaba a

    travs de la cuota-parte, se revel como un problema para el modelo de Estado burocrtico, ya que los lmites entre los bienes pblicos y los bienes privados se tornaban muy tenues, as como no haba control acerca de la impersonalidad de las relaciones.

    Los parmetros de la remuneracin aparecieron naturalmente en el discurso de

    los auditores como conos de un momento que demarca el tiempo de la autoridad, que

    20 Los inspectores fiscales eran calificados de Prncipes del Estado o socios del Estado.

  • 12

    se opone al que estaran viviendo actualmente con la reduccin salarial21 y la existencia de mecanismos que limitan la actuacin del inspectores fiscales, lo que yo clasifico como el tiempo del burcrata.

    Ser autoridad significaba poder tomar decisiones, poder crear el orden, lo cual

    poda beneficiar a la institucin en el intento de clasificacin y combate a los enemigos del fisco, como tambin poda servir al propio inspector fiscal, que podra usar el cargo para simplemente cuidar sus intereses personales. La sombra del funcionario parece ser mayor que la figura del Estado.

    Por otro lado, ser burcrata significa estar atado cada vez ms al control, no del

    Estado, sino del gobierno, el cual le coarta la independencia y le quita autoridad. Significa dejar de crear el orden y asumir la condicin de fiscal de papel. Asumir la rutina de la burocracia representa el reconocimiento de la separacin entre los individuos y los instrumentos de trabajo, reforzando la imagen negativa de un funcionario metdico, distante e impersonal.

    El conflicto entre ser autoridad y ser burcrata se constituye como un indicio de

    que la autoridad no es un estado del ser, sino un acontecimiento en el tiempo. Esa crisis no supera el dilema de que las burocracias tienden a construir una cronologa propia en pos de sus objetivos. Siendo as, los Estados que incorporan los discursos polticos democrticos deben analizar y juzgar a las autoridades con el fin de asegurar la relacin de confianza con el pueblo.

    En el caso brasilero surge la cuestin de saber finalmente a quin sirve el

    funcionario pblico. El servicio est destinado al propio Estado o a atender las necesidades de la colectividad? Las autoridades estn dispuestas a someterse a la evaluacin del pueblo?

    Ese conflicto tambin puede ser observado entre los policas que,

    histricamente, han sido los agentes responsables de mantener el orden. Aunque esa formulacin pueda ser aplicada a cualquier sociedad que haya desarrollado una fuerza policial pblica, la idea de mantener el orden en la sociedad brasilera revela una tradicin de administracin del conflicto que acta siempre en el sentido de suprimirlo por la represin y el uso de la fuerza. Como plantea Kant de Lima (1997), nuestra cultura asocia conflicto a desorden, y eso justifica el uso de intervenciones violentas para restablecer la armona.

    La negacin del conflicto como un hecho inherente a las relaciones sociales

    tiene como consecuencia la construccin de un modelo que privilegia la represin y niega la posibilidad de mediacin y negociacin, fundamentos necesarios para la construccin de una sociedad democrtica y de un modelo de Estado que est orientado a las demandas de los ciudadanos.

    La prctica policial est marcada por la desigualdad en el tratamiento de los

    ciudadanos, tanto desde el punto de vista legal, como desde los procedimientos rutinarios de abordaje. Para algunos, se trata apenas de una falla en la formacin de esos 21 Los auditores que ganaron el ltimo concurso realizado se autodenominaron de forma jocosa auditores genricos, una alusin a los medicamentos genricos, pues estaran siendo contratados para hacer el mismo trabajo por la mitad del precio.

  • 13

    profesionales, aunque ese anlisis oculta el verdadero problema que es la construccin de un modelo de Estado orientado hacia la represin de los conflictos, apuntando slo a atender los intereses del propio Estado.

    La corrupcin y la violencia policial son dos caras de la misma moneda, ya que

    son fruto de un modelo de accin policial que permite total discrecionalidad a sus agentes, con el fin de que ellos puedan desempear la funcin de mantener a cada uno en su debido lugar (Kant de Lima, 1995). La estrategia de mantener el orden no se corresponde con la garanta de los derechos del ciudadano. Al contrario, los policas tienen como objetivo el combate y el exterminio del enemigo o el inexorable castigo de los transgresores.

    La implementacin de ese modelo represivista no ha posibilitado la

    construccin de una forma de administracin que desempee un efectivo control interno, que viabilice la estandarizacin del trabajo y que evite el mal uso del cargo. El modelo que ha prevalecido hasta el momento ha sido el de la burocracia que trabaja para atender los intereses del Estado que, en contrapartida, le transfiere autoridad y autonoma de accin para actuar conforme a su buen criterio, o sea, actuar segn criterios informales e implcitos.

    Confesiones, confidencias, dilogos: la traduccin de datos y metforas en la

    Antropologa del poder Los hechos registrados en anotaciones de campo, fotos, cintas de audio se

    transforman durante la etnografa en datos, cuyo sentido est totalmente relacionado y subordinado al campo, diciendo muy poco por s mismos.

    De igual modo que en los documentos examinados por el historiador, la

    informacin obtenida a travs de la investigacin de campo no es objetiva, debiendo ser comprendida como producto de una relacin construida a partir de la interferencia del antroplogo, cuya presencia algunas veces representa una amenaza, provocando miedo e inseguridad en el grupo, el cual es llevado a cuestionar aspectos de su cotidianeidad que en situaciones normales no seran objeto de reflexin.

    El reconocimiento de este proceso no se da sin sufrimiento, pues los

    antroplogos van aprendiendo que el campo no est all a la espera de su observacin, sino que es producto de encuentros y confrontaciones de sistemas simblicos diversos, o sea, el campo es construido por la interaccin del referente terico del investigador y de los constreimientos impuestos por el grupo estudiado. Tampoco nos podemos olvidar que la etnografa est histricamente marcada por el momento en que fue producida y por los lmites de quien la produjo, aunque se pretenda que ella sea capaz de traducir los sentidos de universos distintos, que podran ser ledos tal cual un libro.22 Sin embargo, ese texto es una entidad invisible que debe ser reconstruida para alcanzar los datos sensibles, teniendo como base el anlisis de los smbolos, del lenguaje y sus significados.

    Actualmente ya no se postula ms la necesidad de un conocimiento objetivo para

    la Antropologa, pero s la posibilidad de una intersubjetividad, en la cual la traduccin

    22 Ver Geertz (1989).

  • 14

    que se efecta no sea meramente del otro, sino una traduccin simultnea de culturas. Como deca Jakobson, desde que hay interpretacin, emerge el principio de la complementariedad, promoviendo la interaccin del instrumento de observacin y de la cosa observada (1975: 15).

    Vale resaltar que traducir cdigos significa tener acceso a una clave de

    desciframiento, y que el proceso de traduccin del antroplogo posee especificidades, en la medida en que hay una distincin entre descifrar el cdigo para comprender el mensaje e intentar deducir el cdigo a partir del mensaje.

    La metfora de la traduccin nos remite al modelo lingstico, segn el cual

    cualquier acto de habla involucra un mensaje y cuatro elementos conexos, cuya relacin es variable: el emisor, el receptor, el tema del mensaje y el cdigo utilizado. Solamente una mquina de traduccin podra traducir literalmente, de modo que el problema esencial para el anlisis del discurso es el del cdigo comn al emisor y al receptor y subyacente al intercambio de mensajes (Jakobson, 1975: 21). Por lo tanto, para la lingstica, lo que debe ser el foco de anlisis no es el discurso individual como una nica realidad, sino cualquier discurso que suponga un intercambio, o sea, un dilogo.

    Concibiendo el discurso como un dilogo, se puede cuestionar de qu modo el

    antroplogo se relaciona con las declaraciones obtenidas, de forma diferente al inquisidor.23 En primer lugar, el inquisidor busca una verdad nica y definitiva, mientras que el antroplogo busca apenas percibir cmo los discursos producidos por sus objetos se constituyen en sistemas de produccin de verdades.

    En ese sentido, es preciso distinguir cmo el inquisidor y el antroplogo se

    relacionan con las informaciones, considerando que el inquisidor busca la confesin, mientras que el antroplogo estara a la espera de la confidencia voluntaria.24 La diferencia de naturaleza entre la confidencia y la confesin es que la primera se refiere a una comunicacin en secreto, que presupone la confianza en la discrecin y en la lealtad del oyente, en la cual el foco puede estar tanto en el receptor como en el mensaje; mientras que la segunda se relaciona a la declaracin o al reconocimiento de una verdad referida a una accin, un error, una culpa25, y tambin al arrepentimiento, y en la cual el foco est en el emisor.

    Las dos categoras, confidencia/confesin, difieren de la idea de dilogo, que

    presupone una conversacin entre dos o ms personas, en la cual tericamente las partes tendran los mismos derechos y estaran en condiciones equivalentes de hablar y or. Es importante destacar tambin el papel de la conversacin en la sociedad brasilera, que se opone a la idea de discusin, puesto que la primera estara regida por un cdigo de veracidad, intimidad y amistad, mientras que la segunda sera la representacin de un 23 Ver Guinzburg (1989), Rosaldo (1986) y Miranda (2001). 24 Es bueno diferenciar la confidencia, que segn el diccionario Aurlio Buarque de Hollanda (1999) significa una comunicacin en secreto, basada en la confianza y en la discrecin del oyente, del chisme, que tambin es una informacin en secreto que genera enemistades, ya que expone pblicamente informaciones que deberan ser preservadas. 25 El reconocimiento de la culpa como forma de arrepentimiento es adoptado an hoy tanto en las instancias judiciales donde la confesin del reo tiene gran valor, es la reina de las pruebas (Kant de Lima, 1990) como en las instancias administrativas pues, mediante la firma del Trmino de Confesin de Deuda, el contribuyente reconoce, por escrito, la deuda con la Hacienda Federal y su obligacin de pagarla.

  • 15

    conflicto. Sin embargo, la conversacin misma tiene adems otro significado conversacin sin contenido, parloteo (N. del T.: en el original, conversa-fiada, conversa mole) y conversacin aburrida (N. del T.: en el original, conversa para boi dormir) revelndose tambin, segn la situacin, como un discurso falso, sin veracidad, en el cual la persona que habla no es merecedora de confianzai.

    Es comn el uso de metforas por parte de los funcionarios pblicos tanto para

    explicar qu significa su trabajo, como para definir su relacin con el pblico y el Estado. La metfora del Prncipe del Estado, encontrada en los discursos tanto de los inspectores fiscales, como en los de los policas26 debe ser valorada como un ejemplo de metfora, como algo que sirve para pensar, pues es capaz de crear un sentido mayor que la suma de las partes, que interactan creando relaciones sociales. Ser un Prncipe del Estado, cuando ya no existe ms un rgimen monrquico puede parecer un contrasentido desde el punto de vista poltico, pero, en realidad, es una forma de explicitar contradicciones de un rgimen supuestamente republicano y democrtico, que intent conciliar principios contradictorios del Estado moderno con las prcticas de un Estado patrimonial. La metfora, al reducir la realidad, busca darle coherencia, representando la construccin de otra estructura organizacional y, consecuentemente, nuevas dinmicas de poder y nuevos conflictos.

    Otros dos aspectos son importantes en la interpretacin de las acciones de los

    funcionarios. El primero habla de la existencia efectiva de una cadena de comando, entendida como la arquitectura del poder (Sennett, 2001). Cuando se verifica que la cadena de comando es rgida, o sea, cuando una orden es dada por un superior y es posible verificar su cumplimiento por parte de los subordinados, se puede considerar que existe en esa relacin una definicin clara de los papeles desempeados por los individuos, quienes sern responsabilizados cuando haya cualquier problema de conducta. En los casos analizados, fue recurrente la observacin de la gran dificultad de hacer que una orden fuera ejecutada por los subordinados, lo que tiene como consecuencia la posibilidad de un mayor arbitrio de los funcionarios, seguido de la dificultad de controlar los resultados, siendo, por lo tanto, casi imposible hablar de responsabilidad por actos irregulares e ilegales.

    El segundo aspecto se refiere a los documentos producidos por las burocracias

    estatales, en los cuales se puede observar un uso constante de los verbos en voz pasiva. La impersonalidad del discurso termina produciendo narrativas donde las responsabilidades sobre las acciones son veladas.

    El modelo de anlisis esbozado en este artculo pretende direccionar el enfoque a

    la definicin del Estado desde el punto de vista de sus agentes que, generalmente, condensan dos acepciones diferentes del mismo: por un lado, el proceso que conduce a la produccin de reglas; y por otro, la organizacin que provee de un sistema de constreimientos y que en l integra a sus miembros. Las instituciones son las maneras de actuar, de sentir y de pensar cristalizadas, ms o menos constantes, constrictivas y distintivas de un grupo dado.27 Teniendo como perspectiva su interior, el Estado pensado como institucin se constituye en un espacio abierto, y no en un sistema i N. del T.: En portugus, el trmino conversa tiene dos acepciones principales: significa tanto conversacin, como as tambin mentira. 26 Ver Miranda (2002) y S (2002). 27 Ver Abls (1995).

  • 16

    cerrado, y su rigidez aparente no impide de ningn modo los procesos internos de asuncin, de contestacin y de negociacin del poder. En ese sentido, la institucin necesita ser concebida como un proceso en accin, y no apenas como una mquina, como un engranaje que funciona automticamente.

    En ese contexto, repensar el papel de la Antropologa Poltica significa

    problematizar de qu forma la explicitacin de las prcticas de los agentes de Estado puede posibilitar la comprensin de las paradojas internas, generalmente ocultas por la aparente homogeneidad de la administracin pblica moderna.

    Es preciso, adems, recordar que la Antropologa puede contribuir a la

    formulacin de polticas pblicas, en el sentido de demostrar que la autonoma de sus agentes, sean inspectores fiscales o policas, se vincula a la responsabilidad explcita que resulta de su autorizacin para asumir la tarea de administrar conflictos en la sociedad. Sabiendo que el conflicto no es algo a ser combatido, sino una forma de sociabilidad que explicita las tensiones inherentes a las relaciones sociales, se trata de reconocer que la administracin de conflictos es una funcin primordial, en las sociedades contemporneas, de aquello que se convino en llamar Estado Moderno.

    Bibliografa Abeles, Marc 1995 Pour une anthropologie des institutions. En: LHomme. Pars, 135, jul.-sept. 1992 Antrhopologie politique de la modernit. En: LHomme. Pars, 121, XXXII (1), ene.-mar. 1990 Anthropologie de LEtat. Pars: Armand Colin. (Antropologie au Prsent). 1986 Lanthropologue et le politique. En: LHomme. Pars, 97-98, XXVI (1-2), ene.-jun. 1977 Poder, Sociedade, Simblico: ensaio de Antropologa Poltica. Lisboa: A regra do Jogo. (Textos de Antropologia 1). Appadurai, Arjun 1994 Disjunao e diferena na economia cultural global. En: Featherstone, Mike (coord.). Cultura Global: Nacionalismo, globalizaao e modernidade. Petroplis: Vozes. Balandier, Georges 1980 O poder em Cena. Braslia: Ed. da UNB. (Coleao Pensamento Poltico, 46). 1969 Antropologia Poltica. Sao Paulo: Difusao Europia do Livro/EDUSP. Bourdieu, Pierre 1996 Razoes prticas: Sobre a teoria da aao. Campinas: Papirus.

  • 17

    1989 O Poder Simblico. Lisboa / Rio de Janeiro: Difel / Bertrand Brasil. (Coleao Memria e Sociedade). Buarque de Hollanda, Aurlio 1999 Novo Dicionario Sculo XXI. Rio de Janeiro: Nova Fronteira. Cohen, Abner 1985 Antropologa poltica: El anlisis del simbolismo en las relaciones de poder. En: Llobera, Jos R. (ed.). Antropologa Poltica. 2 ed. Barcelona: Anagrama. (Biblioteca Anagrama de Antropologa). Cohen, Ronald 1985 El sistema poltico. En: Llobera, Jos R. (ed.). Antropologa Poltica. 2 ed. Barcelona: Anagrama. (Biblioteca Anagrama de Antropologa). Evans-Pritchard, E. E. 1978 Os Nuer: Una descriao do modo de subsistencia e das instituoes polticas de um povo nilota. Sao Paulo: Perspectiva. (Estudos, 53). Fortes, Meyer & Evans-Pritchard, E. E. 1981 Sistemas Polticos Africanos. Lisboa: Fundaao Calouste Gulbekian. Faoro, Raymundo 1991 Os donos do poder: formaao do patronato poltico brasileiro. 9 ed. Sao Paulo: Globo. Foucault, Michel 1990 A governamentabilidade. In: Microfsica do poder. Rio de Janeiro: Graal. Fried, Morton H. 1969 A Antropologa e o Estudo da Poltica. In: Tax, Sol et ali. Panorama da Antropologa. Lisboa: Fundo de Cultura. (Panorama do Conhecimento). Geerz, Clifford 1991 Negara:o EstadoTeatro no Sculo XIX.Lisboa/Rio de Janeiro: Difel/Bertrand Brasil. (Coleao Memria e Sociedade). 1989 A Interpretaao das Culturas. Rio de Janeiro: Guanabara. Gouvea, Gilda F.Portugal 1994 Burocracia e elites burocrticas no Brasil. Sao Paulo: Paulica. Ginzburg, Carlo 1989 O inquisidor como antroplogo: uma analogia e suas explicaoes. In: A Micro-Histria e Outros Ensaios. Lisboa: Difel. (Memria e Sociedade). Hochman, Gilberto 1992 Os Cardeais da Previdncia Social: Gnese e Consolidaao de uma Elite Burocrtica. DADOS- Revista de Cincias Sociais. Rio de Janeiro, vol 3. n3.

  • 18

    Hopkins, Terence K. 1978 O conceito de Sistema de Autoridade. In: Campus, Edmundo (org.) Sociologia da Burocracia. 4ta ed, Rio de Janeiro: Zahar. Jakobson, Roman 1975 A linguagem comum dos linguistas e dos antroplogos. In: Linguistica e Comunicaao. 8va ed. Sao Paulo:Cultrix. Kant de Lima, Roberto 1997 Estado mnimo, desde que com repressao mxima?. Insight. Inteligncia. Rio de Janeiro. 1995 A polcia da cidade do Rio de Janeiro: seus dilemas e paradoxos. 2da ed. Revista. Rio de Janeiro:Forense. 1990 Constituiao, direitos humanos e processo penal inquisitorial: Quem cala, consente?. Dados, Rio de Janeiro, 33, 3, p. 471-488. 1983 Por uma Antropologia do Direito, no Brasil. In: Palcao, J (org.). Pesquisa Cientfica e Direito. Recife: Massnanga / CNPq / Instituto Joaquim Nabuco. Mcveigh, Brian 1998 Linking State and Self: How the Japanese State Bureaucratizes Subjectivity Through Moral Education. Anthropological Quarterly. Washington, 71, 3, july. Merton, Robert King. 1978 Estrutura Burocrtica e Personalidade. In: Campos, Edmundo (org.) Sociologia da Burocracia. 4ta ed. Rio de Janeiro: Zahar. Miranda, Ana Paula Mendes de 2002 De Prncipes do Estado a Auditores Genricos: dilemas e contradioes na construao da burocracia fiscal no Brasil. Tese de Doutorado em Antropologia Social, Universidade de Sao Paulo. 2002 De Bacharis a Autoridades: os rituais de passagem dos autditores-fiscais. Revista Teoria e Pesquisa, Universidade federal de Sao Carlos, Sao Carlos, n40-41. 2001 Segredos e Mentiras, Confidncias e Confisses: reflexes sobre a representa do antroplogo como inquisidor. Revista Comum, Faculdades Integradas Hlio Alonso, Rio de Janeiro, v. 6, n. 17, jul.-dez., p.91-110. 2000 Cartrio: onde a tradio tem registro pblico. Revista Contempornea de Antropologia e Poltica - Antropoltica, Niteri, 8:1. 1999 Soltando o leo: observaes sobre as prticas de fiscalizao do imposto de renda. Cadernos de Campo, So Paulo, Universidade de So Paulo, n. 8. 1997 Arquivo Pblico: um segredo bem guardado, no prelo, Revista Contempornea de Antropologia e Poltica Antropoltica, Niteri,n. 17.

  • 19

    Miranda, Ana Paula Mendes De & Mouzinho, Glaucia Maria Pontes 1996 Arquivo Morto ou Vivo? Reflexes a Respeito da Circulao das Informaes em Sade In: Formao de Pessoal de Nivel Mdio para Sade: desafos y perspectivas. Escola Politcnica de Sade Joaquim Venncio (org). Rio de Janeiro: FIOCRUZ. Moraes, Antonio de 1813 Diccionario da Lingua Portuguesa. Lisboa: Typographia Lacrdina. Palmeira, Moacir & Goldman, Marcio 1996 Antropolgia, voto e representao poltica. Rio de Janeiro: Contra Capa. Rosaldo, Renato 1986 From the Door of His Tent: The Fieldworker and the Inquisitor. In: CLIFFORD, James & MARCUS, George. Writing Culture: The Poetics and Politics of Ethnography. Berkeley; University of California Press. S, Leonardo Damasceno de 2002 Os filhos do Estado: Auto-imagem e Disciplina na Formao dos Oficiais da Polcia Militar. Rio de Janeiro: Relume-Dumar. Schwatrz, Stuart B. 1979 Burocracia e Sociedade no Brasil Colonial. So Paulo: Perspectiva. (Coleo Estudos, 50). Sennett, Richard 2001 Autoridade. Rio de Janeiro: Record. Shirley, Robert 1987 Antropologia Jurdica. So Paulo: Saraiva. Simmel, George 1983 George Simmel: Sociologia. So Paulo: tica. (Grandes Cientistas Sociais, 34). Weber, Max 1991 Economia e sociedade: fundamentos da sociologia compreensiva. Braslia: Ed. UNB. 1979 Burocracia. In: _______. Ensaios de Sociologia. 4 ed. Rio de Janeiro: Zahar. (Biblioteca de Cincias Sociais). 1978 Os Fundamentos da Organizao Burocrtica: uma Construo do Tipo Ideal. In: Campos, Edmundo (org.). Sociologia da Burocracia. 4 ed. Rio de Janeiro: Zahar. Wehling, Arno & Wehling, Mara Jos 2000 O funcionrio colonial entre a sociedade e o rei. In: Del Priore, Mary (org.). Reviso do Paraso: os brasileiros e o estado em 500 anos de histria. Rio de Janeiro: Campus.

  • 20