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  • 8/12/2019 03 VON UEXKLL, Jacob. Mundo animal o alma animal

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    VON UEXKLL, Jacob (1951). Ideas para una concepcinbiolgica del mundo. Buenos Aires, Espasa-Calpe.

    MUNDO ANIMAL O ALMA ANIMALNo dejara de tener .inters dar un paseo por la ciudad si, con

    siderando las cosas que encontramos, quedara establecida demodo permanente una determinada ordenacin de cuestiones.Pa.ra ello vamos a averiguar qu significacin tienen los objetosque despiertan nuestra atencin y para quin tienen esa signi-ficacin. Pasamos por delante de una sastrera: los trajes expuestos noslo estn acomodados a la forma del cuerpo humano sino quetambin cambian en relacin con las diversas manifestacionesde la vida urbana.A su lado se encuentra un relojero que expone los ms diversosrelojes. Hace tiempo que qued pasada la poca de los relojesde sol. La salida y la puesta 'del Sol ya no representan en nuestra vida urbana el pap el que representaron antiguamente. Elalumbrado artificial alarga el da, y esa pequea mquina cuidade la divisin regular de nuestra jornada a la cual, mediantesu marcha de da y de noche, divide en espacios de timpo deigual longitud, mientras que aun entre los romanos segn lasestaciones dei ao, la noche o l da posean horas ms largas.As, hemos corregido segn nuestras necesidades el curso del Sol,originario seor del tiempo y de la hora.

    Nos detenemos gustosos delante del escaparate de un librero,que ofrece aquel objeto que posee hoy la mayor significacin enel trato del hombre con el hombre: el libro. Sabemos que dentrode esas grandes y pequeas cubiertas dormitan palabras a lasque podemos despertar en todo momento y que nos contarnentonces toda la vida humana. Sigue despus una tablajera. Vemos all la carne de los ani-males que sirve para nuestro alimento, dispuesta para una subsiguiente preparacin. Qu pocos de los transentes saben que

    MUNDO NIM L O LM NIM L 61esta carne es un aparato ingenioso de inasequible precisin) queproporciona a los animales movimiento y calor

    Una escalera de piedra nos eleva hasta la terraza del caf, dondeunos rboles cuidadosamente recortados nos proporcionan sombra y alegran nuestra vista bien cuidadas flores. Nos sentamosen una cmoda silla y deja mos que acte en nosotros la imagende los coches que pasan rpidos, ya arrastrados por caballos, yaimpulsados por motores .

    Todo literalmente todo, lo que logramos ver est acomodadoa nuestras necesidades humanas La altura de las casas, de laspuertas y ventanas puede ser referida a la magnitud de la figurahumana . Los escalones se adaptan a nuestro paso, y el pasama-no a la altura de nuestros brazos. A cada objeto le da sentidoy forma cualquier funcin de la vida humana.

    Encontramos por todas pa rtes una funcin humana a la cualpresta sostn el objeto con su funcin antagnica. Para sentarsesirve la silla; para subir, la escalera; para trasladarse de un sitioa otro, l coche, etc. Podemos hablar de un ser-silla, un ser-escalera y un ser-coche sin ser mal comprendidos, pues al servicio querinden las producciones humanas es a lo que nos referimos pro-piamente bajo la pa labra que designan los objetos. No es laforma de la silla, del coche, de la casa, lo que es designado porla palabra sino su servicio.

    En su servicio es t la significacin del objeto para nuestra existencia. l es el que tena en su mente el constructor del coche,en l piensa el arquitecto que traza el plano de l casa, s lo enl piensa el tablajero que sacrifica los bueyes, as como el escritorque escribe l libro y el relojero que fabrica el reloj. El jardineroque poda los rboles y planta las flores los prepara para servicio. Todo lo que nos rodea aqu en la ciudad slo tiene sentidoy :Significacin por su relacin con nosotros los hombres.

    El gran progreso que distingue nuestra vida de la de tiemposanteriores consiste en el aprovechamiento cada vez mayor detodas esas cosas. Este :.p1;ovechamiento lo descubrimos en la sujecin, que cada vez va hasta ms lejos, de la materia y fuerzasde la naturaleza a nuestros fines; en el sometimiento, cada vezms fuerte, de animales y plantas a nuestro seoro.As, nuestra vida se. aleja cada vez ms de la Na turaleza; as,

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    6 IDE S P R UN CONCEPCiN BIOLGIC EL MUN Ocada nuevo descubrimiento remueve un nuevo .muro divisorioentre la vida extrahumana y nosotros.Si se hace que pasen ante la vista espiritual las produccionesde la moderna literatura de gran ciudad y especialmente de la' ' .lrica, como diferencia esencial de la de tiempos mas antiguos,aparece ante nuestros ojos lo siguiente: lo que antes se vestaen versos sentimentales acerca de la impresin de la puesta elSol, la nostalgia de la vida en el seno de la Naturaleza ha temdoque ceder el puesto a las impresiones de luz de un cafc nocturnolleno de humo. Ya no hay nostalgia que lleve fuera de los. milaparatos humanos. El mugir del vapor, el humo de las chimeneas, la batahola del martillo m e c n ~ c o inflaman el entusiasmopotico.As parece que, en medio de la muchedumbre de productoshumanos, creciente de da en da, viven miles de hombres quetienen esas cosas por nica realidad.Y, sin embargo, slo necesitamos llevar un perro con nosotros,en nuestro paseo por la ciudad, par a que se nos abran l?s ojos.

    Pasa rpidamente por la tienda del sastre. Estos vest1dos sloadquieren significacin para l cuando los ha usado su amo yles ha prestado el olor de su cuerpo. Entonces llegan a ser importantes notas de la vida del perro. Nuestros e l o j ~ Y l i b ~ ~ s nollegan a constituirse para l en objetos especiales. ~ l l l g m f l c a n -te laberinto de colores y formas lo deja del todo m d f e r e n ~ e .Slo la tablajera puede regocijarse de su plena. s u n p a t 1 ~ . Elacre olor de carne fresca el dulce vaho de las salchichas coodas,'despiertan su apetito, mientras que la suave hediondez de unospescados podridos le produce el afn 4e revolcarse sobre ellos.

    Tan importante como el tablajero es para el perro el guardacantn ante el cual pasamos sin prestarle atencin ), porque enl ha dejado cada perro su olorosa tarjeta de visita.Sube corriendo por la escalera como ascendera a cualquiercolina. El pasamano no tiene sentido. De las sillas slo aprecialas almohadillas. De preferencia reposa en el lugar donde no le

    perturbe la sombra de los rboles. Los planteles de flores sloexcitan su atencin cuando en la tierra blanda se ha hechovisible un ratoncillo.

    Nadie pretender afirmar seriamente que el perro ha recorridola misma ciudad que nosotros. Precisamente aqueJlo que nos pa-

    MUNDO NIM L O LM NIM L Grece la cima de lo esencial y rea l es insignificante y nulo pa rael perro. En su mundo, los acentos est;ln puestos de otra suerte:

    t r ~ notas excitan sus sentidos; 'los objetos tienen otra significacwn.Investiguemos ahora en qu relacin estn ser y significacinen los objetos del mundo del perro.El perro utiliza en parte los mismos objetos que nosotros. Lacasa le protege de la lluvia y el mal tiempo y lo alberga durantela noche, y adquiere de este modo una determinada &gnificacinpara el perro. Puede, por lo tanto, darse alrro a modo de un, 1 bser-casa para perro, aunque con nuestro ser-casa, que ex-presa un ser habitado humanamente, s lo posee dbiles reminiscencias. Aun ms clara se har la diferencia si consideramos losobjetos que escoge el perro como luga r de descanso: sillas almohadilladas y camas. Los servicios de estos objetos se dividen engrupos para el hombre : sitios en que sentarse para la vigllra y lugares en que yacer para el sueo. Para el perro no se daesta diferencia, y la significacin es para l la misma. La designara con la misma palabra.

    Y hasta las puertas, que son para nosotros medios de comunic.acin, so.n para l el obstculo por excelencia. El rencor quesrente hacra las pu ertas el perro Peleas lo ha pintado Maeterlinckcon humorstica perspicacia.Relojes y_libros no tienen. la menor significacin para el perro,

    porque faltandole sus funciOnes, no le ofrecen ninguna especiede servicio. No significan ms para l que para nosotros, enotoo, un montn de hojas secas amontonadas en el camino porel soplo del viento.

    Existen, indudablemente, ms objetos en la ciudad del hombreque en la ciudad del perro, aunque sta tambin albergue susobjetos especiales. Slo hay que pensar en el guardacantn, alque los perros olisquean atentamente y al que le confan sus olorosas tarjetas de visita. Estas columnas anunciadoras con cartelesde olor son l na de las instalaciones ms asombrosas del mundoperruno. Por desgracia, carecemos an de todo anlisis experimental de tales objetos, y estamos as en plena oscuridad acercade la significacin que tienen para la vida del perro. Los msimportantes objetos de la ciudad del perro tienen para nosotros

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    64 IDEAS PARA UNA OV EP ION BIOL GICA DEL MUNDOtan poca significacin como los ms importantes objetos de laciudad del hombre piua el perro. .

    Slo ;1conocimiento del servicio de un objeto le da su sellocaractens;rco y lo levanta de la masa de lo indiferente y no observ ~ d o al : m ; : ~ l o luz de n u e s t r ~ atencin. S; es lcito decir ques?lo la srgmflcacwn forma el objeto; ser y significacin se condi-CIOnan mutuamente.

    . Sin ms, se ha hecho claro _que si hay un mundo del perrodrferente del mundo del hombre, tiene que haber tambin unmundo del caballo, un mundo del mono etc. Hasta all abajoel ~ s nfimo animal, se enfila m u ~ d o tras mundo, en un ;hrlera mil veces cambiante, llena de mutaciones.I n v e g a r ,estos m ~ n d o s tngolo por.uno de los temas capitales

    de. la ? w l o g ~ a expenmental, en ~ p o s i c i n a la psicologa, queqm e:e. nvestrgar el alma de los ammales. Pero estoy en la mismaopos.rcwn frente .a aquella tendencia de investigacin que intenta:ned rr, oda la v r d ~ a ~ : n a i con idntica medida exterior, ya seaesta flSlca o ya bwlogrca. Tales tentativas acaban siempre enviolencias o trivialidades e .

    Las dotes del investigador de la Naturaleza se muestran en eiarte de p l a n t e a ~ los adecuados problemas que pueden recibir lasadecuadas ,solucrones. De una parte, de nada sirven las ms hermosas teonas, verdaderas obras maestras de precisin en el arte?e la divisin lgica, si su planteamiento como problema esInaprovechable pr cticamen te. De la otra carece de valor unplant.e,ami ento de problemas prcticamen;e aprovechable si lasolucwn que obtenemos no contiene ninguna verdadera doctrinapo rque problema mismo no era bastante profundo.EJ peligro de lo primero existe principalmente para Alemaniael de lo segundo, para Norteamrica. '

    i Qu excitacin no han provocado en Alemania el "KlugeHans" y los caballos de Elberfeld La inteligencia de los caballos,

    1 ) Aparte de e s t ~ olvidan los pensadores originales que produjerone s t ~ s . s 1 s t e ~ a s ~ e . m e ~ h d a que .de este modo ponen en manos de todos loss p 1 n ~ u s sm ongmahdad un mstrumento d emasiado cmodo con el cu alt r a b a J a ~ bravamente y se sienten dispensados de toda p o s t e ~ i o r labor dep e n s a m 1 e n t ~ . Cosa doblemente p eligrosa en un tiempo en que la masade produccwn amenaza ahogar todo trabajo de calidad.

    MUNDO ANIMAL O ALMA ANIMAL 65sus propiedades de carcter, sus pequeas debilidades e inclina-ciones, exigan de repente crear una nueva psicologa.

    No quiero ocuparme de los muy discutidos resultados de losexperimentos de Krall, sino referir una observacin que por casualidad he hecho yo mismo, y que es tan sorprendente comoaquellos experimentos.Fu en Dares-Salam. Bajo un mangostn gigantesco de dilat adasombra estaba echado y dormido un joven len, atado por elcuello al tronco del rbol con una larga cuerda. En una ramasobre l se sentaba un cinocfalo adulto que viva en semidomesticidad en la ciudad. Mientras el len yaca en profundo sueo,el mono descenda suavemente del rbol, marchaba en semicrculo en torno al len, acercbase sin ruido a su extremidad posterior, coga con sus dos manos anteriores la cola del len y tirabade repente de ella con todas las fuerzas de su cuerpo. El len sedespertaba con un rugido; pero el mono ya haba trep ado por elrbol con la velocidad del rayo y volva a estar fuera de su alcance, sentado sobre l. Despus el len volva a ech arse adormir, y el mismo manejo se repiti por tres veces en nuestrapresencia, precisamente en la de Stuhlmann y la na, hasta quenos marchamos. No s cuntas se habr representado la escenaantes y despus.

    No se conduca este mono exactamente como un mal educadopilluelo de la calle que qui siera encolerizar al len? Qu multi-tud de conclusiones psicolgicas pueden sacarse de esta observacin, y qu precipitadas sern todas ellas Era puro juego oera hecho en serio? Saba acaso el mono que el len, al contrario de l, duerme de da y vela de noche? Querra el mono,ya que era por la tarde, desembarazarse de aquel pdigroso vecinoantes de que l mismo viniera a reposar? Sabe siquiera un monoque un len puede encolerizarse? Y puede encolerizarse un len?

    Mejor ser, sin embargo, que confesemos que no podemos resolver estas cuestiones, o concedamos, por lo menos; que estascuestiones psicolgicas slo se encuentran en segundo trmino.Lo que realmente nos ensea esta observacin es que en el

    mundo del mono el objeto "len" se compone de notas de diverso valor en el espacio, que la cola del len no puede morder,pero muy bien puede hacerlo la cabeza, y que todo el objetose pone en movimiento cuando se le tira de la cola. Pero el zama-

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    66 IDEAS PARA UNA CONCEPCI N BIOL GICA DEL MUNDOrreo de la cola slo puede ser ejecutado cuando el len duerme;por lo tanto, tienen que existir las notas del len dormido en elmundo del mono. Aprendemos por esta observacin que el objetolen muestra en lo esencial las mismas notas en el .mundo delmono que en el nuestro. Slo que nosotros, con nuestros pesadosmovimientos, preferimos abstenernos de tirar de la cola a unlen dormido.No creo que se pueda af irmar que el mono haya llegado asaber por medio de "ensayo y error que slo se puede tirar dela cola al len dormido. Un error, en este caso, debera cortartodo subsiguiente ensayo.M e parece biolgicamente ms interesan te saber qu clase decosas son las que existen en el mundo del mono que establecerpor trabajosos expe rimentos si el mono, por ejemplo, aprende aabrir y cerrar un cerrojo. Un .cerrojo, como expresin de un ser-vicio puramente humano, no existe ni existir nu nca en el mundodel mono. Si un mono puede llegar a abrir un cerrojo con ayudade la imitacin", o po r "ensayo y error , o por "premio y cas-tigo", es seguramente fcil de establecer experimentalmente; perome parece por completo indiferente. Pues todas esas nuevas m-ximas de la biologa no tienen sentido sino en nuestra vida civi-lizada, y a la verdad uno muy accesorio. Ta mbin es todoincomprensible pa ra m qu in ters puede tener en la v1da delanimal esta transmisin , sin fundamento alguno, de representa-ciones puramente hu manas.Pero veo muy claramente la confusin que causa en la cienciaesta ingenua ap licacin de lugares comu nes hu manos to talmen teinanalizados. Un mtodo muy en favor es, por ejemplo, el deconst ruir un laberinto a cuya salida se encuentra alimento. Eneste laberinto son cerrados, hasta donde sea posible, unos trasotros, los ms diversos animales : cangrejos, caracoles, tortugas,conejos y, a ser posible, hasta nios. Establcese entonces la ra-pidez con que encuent ra la salida el animal objeto de la prueba;si lo hace me jor la vez nmero x si un pequeo castigo, por me-dio de un azote elctrico, ac ta favorablemente; si entra en juegola imitacin, etc.Tengo a esta serie de experimentos, tal como se e jecutan ahora,como puros pierdetiempos. Al principio aun tenan trazas decomo si se quisiera investigar q u ~ notas del camino se graban

    MUNDO ANIMAL ALMA AN IM AL 67en los distin tos animales; cosa que, naturalmente, hubiera sidomuy in teresante. Pero ahora ya no se trata de eso. Slo se cuentael tiempo, se describen curvas y, en lo posible, se establece unafrmula ma temtica. Eso se llama, en rigor, experimentar fuerade la Naturaleza.

    En todo razonable planteamiento de problema hay que darsecuenta de: qu puedo saber? y qu quiero saber?

    Hacia ambos lados pcase en este momento: los psiclogosplantean cuestiones que no pueden ser resueltas, y los empricospu ros p lantean cuestiones cuya solucin carece de valor.Es fcil salir al encuentro del segundo error con tal de que sepenetre uno del convencimiento de que el valor de un hechonuevo slo depende de la relacin que guarda con la vida delanimal.El primer error es mucho ms capcioso, pues se deja de verharto fcilmente el salto que da uno en sus propias consecuenciasfinales. De este modo, la conclusin que acerca de la psiquis delos animales se deduce de sus acciones es siempre un salto, tantomayor y ms a trevido cuanto ms se aparta de la nuestra laorganizacin del animal experimentado .Los fundamentos que llevan a los bilogos a rechazar las con-clusiones sobre el alma animal son p rincipalmente Jos siguientes:

    19 Lo que nosotros podemos investigar son slo fenmenos de movi-miento. L os fenmenos de la psiquis no son fenmenos de movimiento.Los fenmenos cerebrales y los psquicos no pueden, por lo tanto, ser de-ducidos unos de ot ros ni referidos a una comn medi da.29 La psiquis es un organismo que slo posee una dimensin de tiem-po. El cerebro es un organismo extendido en las tres dimensiones del es-pacio. Por eso podemos hacer que sean intuitivos para nosotros los fen-menos del cerebro, p ero no los fenmenos de la psiquis.3 Los cerebros estn siempre a disposicin de nuestra observacin ento das las formas y desarrollos imaginables; de las a lmas nunca conocemosm ~ s qu e la nuestra pr?pia. Por eso nos vemos siempre obligados a trans-

    ~ t t r nuestras selsacwnes, nuestros sen timientos, nuestra organizacinps1qUica a los. ammales, y carecemos de toda comprobacin, aunque alhacerlo nos ahrmemos el mayor desatino.Si se concibe el tema de la biologa experimental, segn lo hagoyo, .com? la investigacin de la dependencia conforme a plan

    entre anrmal y mundo exterior, se evitar en lo posible el encon-trarse con el alma animal.

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    68 IDE S P R UN CONCEPCiN BIOLGIC DEL MUNDOHasta los mismos fenmenos cerebrales tienen que ser dejadosen segundo trmino, porque prc:ientan una gran dificultad en la

    manera de considerarlos, que podemos eludir hasta cierto punto.Cierto que el cerebro es completamente perceptible; pero susmanifestaciones de movimiento son muy distintas de los fenmenos del mundo exterior. Todo lo que ocurre en el cerebro esman ifestacin de movimiento procedente de la excitacin, y slose diferencia por su cantidad, su in tensidad y distribucin :en elespacio; pero es siempre de la misma calidad.Estamos, por lo tanto, obligados, si queremos investigar los diferentes efectos que, por ejemplo, emanan de los colores. azul,verde o rojo, a buscar diferentes signos espaciales en el cerebropara que se nos haga patente la diferencia de efectos.

    Esta dificultad es la que hace principalmente que los psiclogos salgan al campo contra la teora biolgica: Es mucho mssencillo - dicen los psiclogos considerar el .correspondientesigno cualitativo en la psique del animal en vez del insegurosigno espacial en el cerebro. Cierto que hay en el mundo exteriorcosas que se extienden en el espacio: pero no las hay en la psique.En cambio, hay en la psique representaciones que ocupan ellugar de aqullas. Adems, las notas de carcter temporal (quehacen de una aparicin momentnea un objeto bien caracterizado por su funcin) no pueden de ningn modo ser reproducidas en el .cerebro por relaciones de espacio. Por eso no es, enmodo alguno, posible un a biologa experimental sin psicologa."Pero los psiclogos vuelven a olvidar siempre que son cualidades y representaciones humanas lo que ellos poetizan al pintar elalma de los animales. Ese es un juego de la fantasa, y no observacin.Secrn parece, hemos cado entre Scila y Caribdis. Si slo cons i d e r ~ m o s los fenmenos cerebrales, estamos en peligro de nointerpretar rectamente importan tes dependencias; si formulamosla hiptesis del alma animal, nos perdemos en la pura especulacin.Hay alguna solucin para este di lema? Si consideramos unanimal en sus relaciones con el mundo exterior, vemos que ejecuta acciones; esto es, que responde con una reaccin de susrganos de movimiento a los efectos de l mundo que llegan a susrganos de recepcin o de los sentido:..

    MUNDO NIM L O LM NIM L 69Mientras se .considere el mundo exterior como algo dado de

    un:. v:z para sieT?pre, e? que el animal sufre y obra, tienen quebu.,caise en e, ammal ,mismo todas las causas de sus diversas manc:as de a c ~ w n Aqtu est tal o cual objeto: de l se hace el?'nunal una Imagen de .:xcitacin en d cerebro (biologa) o unaImag:n de r e p r e s e n t a ~ w n en el alma (psicologa), y ante elloreaccwna con un mo vimiento. Si sta fue.ra la au tntica exposicin de los hechos no habra,

    sm duda, sahda alguna, y tendramos que decidirnos por una uotra de . estas defectuosas interpretaciones. Pero esta exposicines falsa.C o n t ~ m p l e m o s un animal inferior; apenas existe objeto alguno.

    que ,actue sobre el ~ n ~ r u a l sino un olor, y segn este olor obransus organos de movimiento sobre el objeto que vemos nosotrosEl T?undo de todos los animales se descompone claramente en

    ~ o s mitades totalmente distintas: el mundo que acta sobre losorganos receptores l mundo de percepciones- y eJ mundosobre el que obran los rganos de m o v i m i ~ n t o : el mundo deefectos.

    Nosotros, como observadores, es verdad que slo vemos siempre ~ i s ~ o o b j ~ t ? an te nosotros, por lo cual nos es muy difcilal principiO percibir esta divisin. Pero se logra fci lmente si secomprende que slo cier:as propiedades aisladas del objeto sonlas que. actuan como estimulo sobre el animal, y de este modose c o n ~ I ~ r t e n en n?tas distintivas de su existencia. Entran despusen actividad los o ~ g a n o s de movimiento, los que ya no actan

    s o b r ~ esa:s notas, smo sobre el objeto completo, con todas suspropiedades.En realidad, la construccin de los rganos de movimiento detodos los animales est, sobre poco ms o menos determinada

    por los mismos o?jetos sobre los que tambin o b r ~ m o nosotros.Pero nosotros Illismos sabemos que los objetos sobre los queo?ramos aun poseen ms propiedades de las que podemos percib:r; de modo que tambin nosotros, hombres, no podemos recibtr s o t r o ~ t o d a ~ las notas de los objetos. De es tas propiedades Imperceptibles solo sabemos algo cuando, por medio de unrodeo, las t r a n s f o r . t ? a ~ o s en notas perceptibles (por ejemplo,cen telleo en el m o v u ~ } e n t o del electrmetro) y cosas anlogas.

    Por lo tanto, tambien estamos obligados a dividir en dos mita-

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    70 ID E S P R UN CONCEPCI N BIOLGIC DEL MUNDOdes el mundo de los homb res: el mundo de las notas de percep. cin de nuestros rganos de los sentidos (e l mundo perceptible)y el mundo de nuestros rganos de movimiento el mundo deefectos). Si se quieren estudiar los mundos de percepciones de los an ima les, hay, ante todas las cosas, que ejercitarse en descomponeren sus notas el mundo perceptible que nos rodea e investigar lamanera de enlazarse estas notas. Ante todo, tienen que ser investigadas las relaciones de tiempo y espacio de las notas. Sabemos,por Kant, que formamos esquemas de espacio de los objetos, conayuda de los cuales volvemos a reconocer los objetos; pero sabemostambin que todos los objetos revelan su funcin en el tiempo yque, por lo tanto, tambin formamos esquemas de tiempo de losobjetos. Los correspondientes servicios que rinden nuestras hu manas producciones suministran e: ms claro ejemplo de talesquema de tiempo. Pero tambin creamos relaciones causalesentre los objetos y las aplicamos igualmente.

    Por medio de la observacin y l experimento se llega, ms omenos completamente, a establecer qu notas se presentan en elmundo de los animales objetos del experimen to y qu relacionesestablecen.Pawlow nos ha enseado cmo se descomponen las notas delalimento del perro; cmo son suplidas por otras notas y ligadasdespus de nu evo, para de este modo crear nuevos objetos. Sureactivo era la secrecin de las glndulas salivares y digestivas delperro. Logr hacer independiente la secrecin de las glndulasde las hab ituales notas de olfato y vista, y ligarla con otras pticas, acsticas o trmicas.

    Los pescadores de caa saben qu esquemtica figura empleany qu esquemticos movimientos tienen que ejecutar con ella parahacer que se presente una mosca en el mundo perceptible delpez. Jennings ha establecido os mundos perceptibles de losinfusorios, y yo rn.ismo los de una porcin de animales inferiores.Todo est muy bien -responden los psiclogos-- ; que se hablede las correspondientes propiedades de los objetos o de las sensaciones de los animales, resulta, al cabo, lo mismo . Pero los sentimientos de los animales quedan, al hacerlo, tota lmente desa tendidos.A ello hay que responder lo siguiente: se prescinde habitual-

    MUNDO NIM L O LM NIM L 71mente de la influencia que ejercen los sentimientos en la formacin de los ob jetos. Los sentimiento.>. son los que prestan su momentnea significacin a un determinado objeto, y lo elevan aser un objeto en el crculo luminoso de la atencin y hacen desaparecer al otro en nada.La ascendente atencin es la que extrae constantemente nuevas notas del objeto; de modo que cada vez se aleja ms de aquellos otros que hasta en tonces eran sus semejantes .

    Del objeto bosque se destacan primero, al acercarse, cadauno de los r ~ o l e s unos de otros; despus se dividen en hayas,robles y castanos. Con eso nos con tentamos habitualmen te nosotros. qu de otro modo el guardabosque, que conoce cadarbol de por s, para quien cada haya presenta una multitud denotas que la di ferencian con seguridad de toda otra haya

    Qu rica en notas es la casa propia en que habitamos, frentea todas las otras casas de la ciudad Por qu plenitud de notas se distinguen nuestros amigos deJos otros hombres : la altura, la figura, el color de los ojos y delos cabellos, la forma de las manos, no son lo nico que percibimos; tambin cada gesto, la especial inclinacin de la cabeza

    la manera de caminar, el sonido de la voz, todo esto formahombre totalmente individualizado, que se distingue, sin msde los hombres indiferentes, que slo estn formados segn elgeneral esquema hombre..En todos los animales cuyo mundo de percepciones contiene yadtversos objetos observamos lo siguiente: aquel objto que est(tlleno de s i ~ n c c i n para la vida del an imal se distingue pornotas espec1ales de los restantes objetos.

    Pero aun viene a aadirse algo que yo querra llamar la in ten-sidad relativa de los objetos. Si se deja a un cierto nmero demiembros de una partida de tiburones sin alimento du rante untiempo ms o menos largo, y de da, cuando descansan con losojos cerrados, se echa una sardina en el estanque, el olor de lasardina no despertar al tiburn ms prximo, sino que primero

    v n t ~ r pondr a la busca aquel que ha permanecido mstlempo sm ahmento.H abitualmente hablamos del hambre mayor o me nor del animal an te un idntico olor de la sardina. Pero lo mismo podramoshablar de un a mayor o menor intensidad relativa del olor, y ga-

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    7 IDE S P R UN CONCEPCiN BIOLGIC DEL UNDO

    naramos con ello el conocimiento de que la m isma sardina llegaa ser un objeto totalmente distinto para el mismo tiburn en di-versos perodos de su vida.Fabre informa que del sitio en que se ha posado la hembradel pavn nocturno en la poca del a y u n t a m ~ e n t ~ y en .el,c.ualno somos capaces de e n c o n t ~ a r cosa. ~ l g u n a ; m ~ m m 1 c a m flSlca,con nuestros ms finos medios auxiliares, rrradra un e f e c que

    d a traer los machos de varias leguas a la redonda (mientraspue e d d )1 hembra misma permanece to talmente ma vert1 a .q 1e a d 1 f 1 . Qu leJos de la me ta caen todas las tentativas e e asr rcar os1 , , d f . . 1estmulos del mundo animal segun meto os lSlcos o qmmrc?s ..y no sabemos por nosotros mismos que, de pronto, en un hbrot o t ~ l m e n t e indiferente, una p gina, una lnea o una pa labra pueden eje rcer sobre nosotros un efecto tan intenso que todo el m ~ n -do desaparece frente a ella? Del modo ms claro nos es conocidoen el dolor este efecto, pues de repente un diente enfermo puedeconvertirse en centro del mundo.Durante toda nuestra vida, los objetos que nos rodean crecenno slo en nmero, sino que tambin su riqueza de n ~ t a s perceptibles puede crecer o rr:enguar y c ~ m b i a r en n t e ~ s 1 d a d Todo0 que pensamos y sentimos se ref leJa en las relaciones, eterna-ente mudables del mundo extenor con nosotros. El efecto deITI atraccin 0 r epulsin de las cosas s??re nosot:os, su s rr:a.tices entodas las posibles notas de percepc10n, que s1empre divrerten yexcitan de nuevo al observador; este inquieto y vvido m u n ~ operceptible nos rodea con sus figuras m u l t i f o ~ e s a n o s o t r ~ s rmsmos y a los otros hombres. Pero rodea tambien ,a los am ;nales, .en formas siempre nuevas y sorprendentes. ~ r e c e s e aqm a laobsrvacin un campo rico, extremadamente neo, en el qu e se

    e ~ a sin descanso toda la vida receptiva. . .. Del o d o ms sencillo se introduce lo que hasta ahora ha srdollamado inteligencia en el mundo perceptible animal, puesinteligencia no significa otra cosa que r e c ~ n o c u m e n t ~ de re la ciones. El mundo perceptible ofrece estas mrsmas relac10nes, Y labiologa recibir con gratitud el establecimiento de tales relaciones en el mundo perceptible de los caballos, como trata de ~ o ~ -t ra.r Krall con tan gran esfuerzo. Slo que se lim ita r de;c:Ibirestas relaciones, sin anudar con ellas consecuencias p s r c o l

    No necesitamos hacer ninguna hiptesis acerca de las sensacio-

    MUNDO NIM L O LM NIM L 73nes, los sentimientos y el pensar de los animales ; s lo necesitamosinvestigar su mundo perceptible y describirlo en toda su movilidad. n t o n c e ~ hemos llenado nuestra misin plenamente, y alhacerlo no hemos abandonado nu nca nuestro puesto de puro observador.

    El m undo perceptible es el equivalente que ofrezco yo a lospsiclogos en lugar de la psique, y cierto qu e no es ningn cambio perjudical el que puedo of recerles. En lugar de una cosainextensa, invisible, slo adquirida por analoga, que ni se p uedeobservar ni sondar experimentalmente, ofrezco la rica, coloreada,realidad misma, que e ~ t p ronta a su disposicin para cadaexperimento

    Es la misma realidad, en la que tambin los psiclogos tienenque colocar sus experien cias. Pero los resu ltados de la experienciano necesitan ya ser interpretados, sino qu e dan inmediatamenteun a explicacin de la cuestin planteada. Al h acerlo se caracterizael mundo perceptible de cada sujeto animal con la misma agudeza con que lo hara la descripcin de la psique..Pero respondern los psiclogos, todos los problemas ticos y.est ticos son eliminados, por limitacin del mundo p ercep tible.Segn mi opinin, sta es una ventaja; pues q u puede resultarde que introduzcamos el problema de la voluntad lib re en elmundo animal, o que queramos .discutir la posicin de los animales en la concepcin de lo bello y lo sublime?Er , esto no debe verse ningn menosprecio del arte. Al contrar io, n ada puede ser ms instructivo pa ra el bilogo que quiereanalizar las notas las cosas que el ocuparse de pintura y el.trato con pintores, que, como nadie, tienen, que profundizar enel mundo perceptible para rep roducirlo en la pintu ra. El pin torque q ie re construir un objeto en el cu adro est obligado a darsesuficiente c;uenta de qu notas pticas construyen un objeto y enqu relaciones estn un as con otras estas notas en el espacio.

    Todos nosotro.s formamos un esquema p tico del objeto considerado en nuestra psique, que ni es una representacin, ni unaimagen, ni un concepto, sino una meloda de movimiento denuestra mirada. Esta meloda tiene que resonar si queremos reconocer u n objeto. Pues reconocer no significa otra cosa que crearnuevamente de una manera ya conocida. Aquellas notas espaciales que obligan con mayor seguridad a nuestra mirada a la eje-

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    74 IDEAS PARA UNA CONCEPCi N BIOLGICA DEL MUNDOcucin de la melod a de mo vim ien to tienen que ser buscadas porel pintor y reproducidas en su cuadro.

    Un pintor que se pone a pintar sin haber antes descompuestol objeto en sus notas con ayuda de la fantasa es un chafalln. Y

    el ju icio de Licbcrmann de que un bien pintado nabo es tanbueno, como produ cto puramente pic trico, como una bien pin-tad a A1adonna se refiere en esencia a la capacidad de reproduciraguda y completamente las bien diferenciadas notas; lo que a laverdad se logra ms fcilment e en un nabo que en una M adonna .Este juicio, tan justo en s, ha tenid o, sin embargo, dainas con-se ntencias, pu es acenta harto unilateralmente la diferencia denotas y hace retroceder su n mero y finura. As vemos que el n-mero de notas distintivas en los cuadros de los pintores ms mo-dernos, qu e se hallan justa mente en oposicin con Liebermanndisminuye cada vez ms mientras que la diferenciacin de estasnotas asciend e hasta lo extremo para terminar finalmente con tr eslneas serpenteantes, rojas, verdes y amarillas.Si colocamos la capacidad tcnica de los modernos pintorespara distinguir notas y reproducirlas fcilmente en el mismonivel de la capacidad de los grandes maestros de todos los tiem-pos, salta inmediatament e a nu estra vista el empobrecimiento delmundo perceptible de los pintores ms nuevos.Arreglrselas con tres percepciones pasa hoy por el a rte msal to; cosa que tambin pueden hacer los erizos de mar . Para losbilogos son, na tu ralmente, del mayor inters tales simplificacionesdel cuadro de notas porque les permiten sumergir profunda-me nte la mir.ada en el mundo perceptible de los animales. Esespecialmente in teresante ver cmo con la disminucin del n-me ro de notas crece la intensidad absoluta de cada una de ellas.El bilogo gana con ello el conocimien to de lo increblementeeficaz que tiene que ser sobre el an imal un mundo perceptibleque s lo consiste en t res notas y aprende a comprender por qurazn son precisamente los animales ms nfimos los que se mue-ven en el mundo con mayor seguridad.

    Para el arte la disminucin del nmero de notas significa de .cierto un empobrecimiento cada vez mayor y el sumirse en loinsignificante. Pues as corno la ascendente significacin de unobjeto hace subir el nmero de notas as tambin decrece en los

    MUNDO ANIMAL O ALMA ANIM AL 75cuadros con la disminucin del nmero de t ~ s la significacinde lo representado.

    Para ver un ~ a b o bastan las notas que estn a la disposicinde todos los hombres de cualq uier tiempo. Pero si se quiere verun a Madonna hay que suponer la m s profunda meditacinelevar a una a ltura cada vez mayor el va lor del objeto re-hgwso, hasta que en general se p resenten las notas que dstini llena la A1adonna de cua lquier mu jer. o

    Qu ie? tenga presente las notas que corresponden a la M adonnacomo virgen, madre reina y diosa, comprender bien qu e eso nose p u . c ~ con tres lneas amarillas, rojas y verdes.

    d q u m r ~ la Idea de que un verdadero pintor de a:donnaspm tar un .nabo corno jugando , mientras que el mejor

    pmtor de nabos dista mucho de haber dado testimonio de queest en estado de ver un a A1adc nna.Au.nque lamentemos vivamente que el ar te de hoy en da re-nuncie a la reproduccin de aq uellas notas que son las nica-men te capaces de ac tuar sobre nuestro nimo, eso no nos da anderecho para ha cer fbulas acerca del nimo de los animales

    qu e hasta a hora no se nos ha revelado con ninguna nota d i s t i n ~tiva. Ante las obras de arte humano han fa llado hasta ahora todoslos animales, y ja ms han producido un a rte propio.Fa lta todava establecer de un modo suf iciente las relacionesentre mundo perceptible y mundo de efectos. Si a una no ta del

    r n u n ~ o ~ t i b responde el animal con un movimiento quecamb1 a los obJetos del mundo de efectos interviene tambin con

    l l ~ en su propio mundo perceptible. Admitido que el animalrecibe un estmulo p tico, al cual responde con un movimien tode con e , qu e se aleja del objeto qu e, por ejemp lo, es sue.nem1go , tamb1en con ello ha desaparecido de su mundo pe rcep-tlb.le la :percepcin del enemigo que actu corno estmulo, y elamrnal v1ene a quedar en reposo. Pero tambin el es tmulo pticopu ede producir un movimiento de acercamiento que cond uzcahasta el contacto con el objeto; po r ejemplo, la presa. Con ellose presel).ta una nueva nota en el mundo percep tible, la cual, porsu P . a r ~ e actuando como estmulo tctil, produce otra clase demov1m1ento: el comer.

    .As pu eden tambin ser explicadas complejas series de movi-mientos. Al hacerlo , el experimento pu ede ser introdu cido cons

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    76 ID EAS PAilA UNA CONCEPCiN BIOLGICA DEL MUNDO~ a n t e m e n t e y mediante una apropiada imitacin del estmulo,fundar o refutar la interpretacin. .

    La biologa experimental se parece a la psicologa comparadaen que refiere al sujeto todos sus enunciados; pero aun no afirmanada acerca de la construccin del mismo organismo. Mas el co-nocimiento d el mundo perceptible, en oposicin al pretendidoconocimiento de la psique, forma el punto de partida para lainvestigacin del p lan es tr uctu ral en el organismo. Esta parte dela biologa experimental que investiga la dependencia fsica entreestmulo y movimiento muscular en el animal m ismo, podra serllamada anatoma biolgica". Esto fu desemp eado anterior-mente por la fisiologa antes de que sta se encerrara, cada vezmis exclusivamente, en la investigacin de las fuerzas fsicas ysubstancias qumicas del cuerpo de Jos animales y acabara final-mente por no prestar atencin alguna al plan de estructura.

    Conforme al hecho de que todos Jos animales viven en el mismorrundo de efectos y slo se diferencian entre s en que el unoacta sobre este objeto y el otro sobre aqul con sus rganos de

    m o v i m i . ~ n t o ? e ~ o d o s los animales, de l ms bajo al ms alto, igualperfeccwn tecmca, que se corresponde justa.I lente con la nece-sidad del an imal. Y es simplemente ridculo hablar aqu de un aevolucin o de un progreso. Los rganos de movimiento de losma mferos ni en un pice son ms perfectos que los de la estre-llamar, por ejemplo.

    El rgano elemental de movimiento comn a todos los anima-les pluricelulares es la fibra muscular. La combinacin en lacual las fibras musculares obran, en comn o separadas, en unaparte del cuerpo es regida por la disposicin de los nervios mus-culares y por sus leyes de excitacin; Msculos, nervios muscula-r es y centros musculares constituyen en comn el aparato motordel organismo animal. Sobre el aparato motor actan las excita-ciones que vienen de los receptores, y segn el lugar donde ejer-cen su influjo, provocan este o aquel movimiento. Los receptores,con sus nervios receptores y centros, forman el aparato sensoriodel cuerpo animal.Sl? aqu m a ~ i f i e s t a n grandes diferencias entre los organismos

    ~ p e n a r e mfenores conforme a los diversos mundos percep-t i b l e ~ que actan sobre los receptores. Tambin aqu es igual entodos los animales la perfeccin de cada una de las partes; pero

    MUNDO ANIMAL O ALMA ANIMALla riqueza en partes es mucho mayor en los animales superioresy su contextura mucho ms diversa. '. ,He llamado la a t e ~ c i n acerca del hecho -de que con la apari-cwn de enlaces .espaciales el aparato sensorial, que correspon-den a las a c w n ~ espac1ales en el mundo perceptible, se pre-senta un a mnovacwn fundamental en los animales. Mientras Josanimales son slo capaces de recibir estmulos aislados, las notasde percepcin producen, sin ms, una determinada reaccin demovimiento. Tan pronto como varias excitaciones son combina-das espontneamente en el sistema nervioso central se presenta enel anima una especie de copia de los objetos que le rodea'n. Seforma en el animal un antimundo Gegenwelt , que, correspon-diendo a las m.ezquinas combinaciones de las notas en el propio

    m u n d ~ perceptible, no pasa de ser muy mezquino; pero que enlos ammales superiores se dilp.ta enriquece cada vez ms.He introducido la idea de antimundo para dar un a base an a-

    tmica intuitiva a Ia dependencia de las mutaciones fsicas enel c b r ~ y he deducido que la admisin de sencillos esquemasde espacw basta para hacer comprensibles muchas reacciones -delos animales. l antimundo espacial deba, ante todo servir comoindicacin de Ia necesidad del experimento. '

    K. C. Schneider, que ha tomado a su cargo la direccin de lapsicologa comparada, ha aceptado la idea del antimundo; perola ha t ~ a n s J ? o r t a d o a lo psquico mostrado con ello que esextraordmanamente fecunda para la comprensin del almaan imal. Queda ampliamente expuesto el motivo por el cual tengoque rechazar esta aplicacin a los animales. Pero concedo que enel hombre la comparacin del antimundo fsico en el cerebrocon el antimundo psquico en el alma, junto con sus relaciones conel mundo perceptible, facilita mucho un preciso planteamiento deproblemas.

    Ante todo, .esto nos sirve para la cuestin ms importante:Es posible percibir mecnicamente la dependencia entre mundoperceptible y accin? Tratndose de la mayor parte de los ani-males respondera en seguida afirmativamente a esta pregunta.En el caso de las acciones instintivas, ya es muy problemtico; enlos hombres y animales superiores, en cuyos mundos percepti-bles son ya utilizados esquemas de tiempo para la formacin de

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    78 IDEAS PARA UNA CONCEPCI6N BIOL6GICA DEL MUNDOobjetos, tengo que conceder qu e la cadena n i ~ de las mutaciones no parece existir sin lagunas.

    Driesch ha mostrado ahora que hay un factor natural decisivoen el origen de la es tructu ra : la entelequia. La acepta tambincorno eficaz en el cerebro del hombre, y la llama psicoide eneste caso.

    En otro lugar 1) he tratado de lo bien que armoniza la doc-trina d e la entelequia con la doctrina de M endel sobre las p re-disposiciones de propiedades o las gena s. A un a gena hay queconsiderarla corno u n factor natur al que por una pa rte se engar-ganta en el engranaje mec nico del protoplasma, ordenan do yformando es tructu ra, y por otra est en relacin superrnecnicay conforme a plan con las otras genas; de modo que la actuacin de una gena provoca a la gena inmediata a una interven-cin mecnica, no segn la ley de causa y efecto, sino conformea plan, .corno un tono evoca al otro segn el constre imiento dela meloda.No es para ser rechazado qu e algo anlogo tenga tambin lugaren el cerebro hu mano, y acaso en los animales supe riores, hastaen los mismos actos instintivos.

    ~ o necesitarnos reparar en que tal cosa ocur re efectivamenteen las amibas. El es tmulo que alcanza a la amiba d espier ta pri-mero a la gena formadora de es tructura; en seguida se produceun rgano de movimiento del no estructu rado protoplasma delanimal. El m ismo estmulo pone en actividad al rgano nu eva-mente adquirido, y ste vuelve despu s a ser disuelto. Por lo tanto,nada se opone en principio a la in tervencin de un factor super- mecnico en el no estructurado protoplasma del cerebro, quecree ad hoc estructuras y las destruya. Indudablemente, la po-sesin de un gran n mero de genas, cada un a de las cuales creeen cada mo mento dado la adecuada relacin con el aparatomotor y vuelva a hacerla d esapa recer, tiene que elevar en tan altogrado la riqueza de solu ciones, que todo cerebro que slo poseaestructuras ya formadas aparece, por el contrario, como mezquino .L a aceptacin de que el cerebro humano no es ningn apara to terminado, sino que en cada caso crea, por medio del psi-coide, la estr uctu ra necesaria pa ra el trabajo, recuerda dem asiado

    ( 1 ) De este mismo libro. No ta del editor.

    MUNDO ANIMAL O ALMA ANIMAL 79a un deus extra machinam, cuyas capac idades podran ascendera Jo ilimitado. Si en su lugar se pone un nmero de genas, grande,pe ro siempre limitado, cada un a de las cuales de por s sola poseeuna capacidad nica completamente deterll1nada de formarestructuras es te dios recibe fronteras y ley. Pero una cosa quedasubsistent e y es que el cerebro es un rgano que no slo obedecea la necesidad mecnica de las estructuras ya formadas, sinoqu e tambin se rige por el d eber de factores supermecnicos.L a comparacin d e un cerebro as condicionado con las pro-piedades del a lma humana ofrece nuevos problemas a la psicolo-ga que son verdaderamente golosina s.

    Con es to d eba darse por contenta la psicologa y dejar fu erade discusin el a lma animal. La admisin del alma animal, cuyaexistencia es ya indemostrable, no of rece ninguna ventaja a lainvestigacin cientfica, sino s lo desventaja. La doctrina delmundo anima l, por el contrario, ofrece a los naturalistas todo loque necesitan: un obj eto de in vestigacin intuible y accesible alexperimento.

    Por eso el resul tado de la investig acin debe enunciarse as:mundo animal y no alma animal.