© 2015 karen booth · camino del ático de adam mientras él le deslizaba sabiamente la mano bajo...

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EditadoporHarlequinIbérica.UnadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.NúñezdeBalboa,5628001Madrid

©2015KarenBooth©2015HarlequinIbérica,unadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.LanochedeCenicienta,n.º2076-diciembre2015Títulooriginal:ThatNightwiththeCEOPublicadaoriginalmenteporHarlequinEnterprises,Ltd.

Todoslosderechosestánreservadosincluidoslosdereproducción,totaloparcial.EstaediciónhasidopublicadaconautorizacióndeHarlequinBooksS.A.Estaesunaobradeficción.Nombres,caracteres,lugares,ysituacionessonproductodelaimaginacióndelautorosonutilizadosficticiamente,ycualquierparecidoconpersonas,vivasomuertas,establecimientosdenegocios(comerciales),hechososituacionessonpuracoincidencia.®Harlequin,HarlequinDeseoylogotipoHarlequinsonmarcasregistradaspropiedaddeHarlequinEnterprisesLimited.®y™sonmarcasregistradasporHarlequinEnterprisesLimitedysusfiliales,utilizadasconlicencia.Lasmarcasquelleven®estánregistradasenlaOficinaEspañoladePatentesyMarcasyenotrospaíses.ImagendecubiertautilizadaconpermisodeHarlequinEnterprisesLimited.Todoslosderechosestánreservados.

I.S.B.N.:978-84-687-7275-2

Conversiónebook:MTColor&Diseño,S.L.

Índice

PortadillaCréditosÍndiceCapítuloUnoCapítuloDosCapítuloTresCapítuloCuatroCapítuloCincoCapítuloSeisCapítuloSieteCapítuloOchoCapítuloNueveCapítuloDiezCapítuloOnceCapítuloDoceSitehagustadoestelibro…

CapítuloUno

Las mujeres habían hecho algunas locuras para llegar hasta AdamLangford, peroMelanie Costello iba a por el récord delmundo. Adamobservó por la cámara de seguridad cómo cruzaba con el coche por lapuertabajo la lluviamáspertinazquehabíavistoen loscuatroañosquellevabaensufincadelamontaña.–Quemeaspen–murmurósacudiendolacabeza.Resonóuntrueno.Superro,Jack,lepusoelhocicoenlamanoygimió.–Yalosé,amigo.Hayqueestarlocoparaconducirhastaaquíconeste

tiempo.Seleerizóelvellodelbrazo.LaexcitacióndevolveraveraMelanie

porsegundavezensuvidaleteníaunpocodescentrado.Unañoatráslehabía dado la mejor noche de pasión que recordaba, y luego se habíamarchadopor lapuertaantesdequeélsedespertara.Ningunadespedidasusurradaaloído,ningúnbeso.Loúnicoqueledejófueunrecuerdodelquenopodíaliberarseymuchaspreguntas.Laprincipalerasivolveríaahacerlesentirtanvivodenuevo.Adamnisiquierasuposuapellidohastahacíaunasemana,aunquehabía

intentado averiguarlo por todos los medios cuando ella desapareció.Había hecho falta una pesadilla de proporciones monstruosas para queMelanieCostellovolvieraasuvida.Unescándaloquelaprensasenegabaa dejar morir. Ahora ella estaba allí para salvarle el trasero de loscotilleos, aunque Adam dudaba que alguien pudiera conseguirlo. Si lehubieran dado aquel trabajo a cualquier otro relaciones públicas,Adamhabríaencontrado lamaneradezafarse.Peroaquellaerasuoportunidadparaintentarconseguir loimposible.Noteníaintencióndedejarlapasar.AunquetampocoqueríahacerlesaberaMelaniequeseacordabadeella.SonóeltimbreyAdamseacercóalachimeneaparaazuzarlostroncos.

Se quedó frente a las llamas,mirándolas fijamentemientras apuraba loque le quedaba debourbon. Sintió una punzada de culpabilidad al saberque Melanie estaba fuera, pero podía esperar para empezar con larenovación de su imagen pública. Ella había tenido mucha prisa pordejarlesoloensucama;asíquepodíaaguardarunosminutosantesdequelahicierapasar.

EratípicodeMelanieCostelloterminarlamentandoelmejorsexodesuvida.Hastahacíatansolounasemana,suúnicanocheconAdamLangforderasudeliciososecreto,unrecuerdogozosoqueleprovocabaaleteosenelpechocadavezquepensabaenello,ylohacíaconmuchafrecuencia.LallamadadeteléfonodeRoger,elpadredeAdam,queleexigióunacuerdode confidencialidad antes de pronunciar una sola palabra, puso fin aaquello.Melanie aparcó el coche alquilado en la entrada circular del enorme

refugio de montaña de Adam Langford. Escondida en una gigantescaparcela situada en la cima de una montaña a las afueras de Asheville,CarolinadelNorte,lamansiónrústicadealtostechosyarcosrojosestabailuminadadeunmodoespectacularcontraelcielodelanoche.Melaniesesentíaintimidada.El frío le golpeó en la cara mientras lidiaba con el paraguas y los

zapatos le resbalaban por el suelo de adoquín. Llevaba unos tacones dediezcentímetrosenmediodeunmonzón.Searrebujóenelimpermeablenegro y subió unos escalones de piedra. Las heladas gotas de lluvia lebombardeaban los pies y le ardían las mejillas por el viento. Unrelámpagocruzóelcielo.Latormentaeraahoramuchopeorquecuandosalió del aeropuerto, pero el reto más importante de su carrera comorelacionepúblicas, reconstruir la imagenpúblicadeAdamLangford,nopodíaesperar.Subiólasescalerasagarrándosealpasamanos,haciendomalabarescon

elbolsoy labolsadeviajecargadade librossobre imagencorporativa.Miróhacia lapuertaexpectante.Sindudaalguienacudiría rápidamenteaabrir para sacarla del frío y la lluvia. Alguien había abierto la puerta.Alguienteníaqueestaresperando.Noparecíahaberuncomitédebienvenidatraslapuertademadera,así

que tocó el timbre.Cada segundoquepasabaparecíauna eternidad.Lospies se le convirtieronencubosdehieloy el frío le atravesóel abrigo.«Notiembles».Imaginarse al propio Adam Langford esperando por ella hacía que

estuvieramás convencida de que si empezaba a temblar, no pararía. Lesurgieron recuerdos, el de una copa de champán, y luego otramientrasobservaba aAdamal otro lado de la abarrotada suite del ParkHotel de

Madison Avenue. Llevaba una perfecta barba incipiente y un traje grisajustadoquemarcabasuesbeltacomplexiónyhacíaqueMelaniequisieraolvidartodaslasleccionesdeetiquetaquehabíaaprendido.LafiestahabíasidolamásimportantedeNuevaYork,ysellevóacaboparacelebrarellanzamientode laúltimaaventuradeAdam,AdLab,undesarrolladordesoftware.Elgenial,prodigiosoyvisionarioAdamhabíarecibidomuchasetiquetasdesdequeconsiguiósufortunaconlapáginasocialChatterBackantes incluso de graduarse summa cum laude en la Facultad deEmpresarialesdeHarvard.Melaniehabía conseguidouna invitaciónconla esperanza de contactar con potenciales clientes. Pero lo último queimaginófuequeacabaríayéndoseconelhombredelmomento,queteníaqueañadirunaetiquetamásimportanteasucurrículum:ladereconocidomujeriego.Adam fue muy delicado en el acercamiento, primero provocó fuego

conelcontactovisualantesdecruzarlaabarrotadaestancia.Cuandollegóaella,laideadepresentarseresultabaabsurda.Todoelmundosabíaquién.Melanie era una completa desconocida, así que Adam le preguntó sunombreyellarespondióquesellamabaMel.NadielallamabaMel.Adam le estrechó la mano y la retuvo unos instantes mientras

comentabaqueellaeralamásdestacabledelafiesta.Melaniesesonrojóyfue inmediatamente abducida por el torbellino de Adam Langford, unlugardondereinabanlasmiradassensualesylasbromasinteligentes.Losiguiente que supo fue que estaban en la parte de atrás de su limusinacamino del ático de Adammientras él le deslizaba sabiamente la manobajoelvestidoylerecorríaelcuelloconloslabios.Ahora que iba a estar otra vez en presencia del hombre que la había

electrificado de la cabeza a los pies, un hombre que provenía de unafamiliaricadeManhattanyaquiennolefaltabannidinero,nibellezaniinteligencia, Melanie no podía evitar sentirse inquieta. Si Adam lareconocía, la «absoluta discreción» que su padre exigía saldría volandopor laventana.Nohabíanadadediscretoenacostarseconelhombrealqueteníaquecambiarlaimagenpúblicadechicomalo.LareputacióndeAdam de tener aventuras de una noche había contribuido sin duda alescándalo de la prensa.Melanie se estremeció al pensarlo. Adam habíasidolaúnicaaventuradeunanochedetodasuvida.Le parecía demala educación volver a llamar al timbre por segunda

vez, pero se estaba congelando.Cuanto antes terminaranAdamy ella la

primerapartedeltrabajoaquellanoche,antesestaríaenpijama,calentitaycómodabajoeledredóndesuhotel.Volvióapulsareltimbrejustocuandosedescorríaelcerrojo.Adam Langford abrió la puerta vestido con una camisa de cuadros

blancos y azules y las mangas subidas, mostrando los musculososantebrazos.Unosvaqueroscompletabanelconjunto.–¿La señorita Costello, supongo? Me sorprende que haya logrado

llegar. ¿Tomó usted una canoa en el aeropuerto? –mantuvo la puertaabiertaconunamanomientrassepasabalaotraporelpelocastaño.Ellaserionerviosa.–Optéporunhidrodeslizador.A Melanie le latía el corazón con fuerza contra el pecho. Los ojos

azulesyfríosdeAdam,bordeadosporunaspestañasnegrísimas,lahacíansentirseexpuestaydesnuda.Élsonrióylainvitóaentrarconunainclinacióndecabeza.–Siento haberla hecho esperar. Tuve que meter a mi perro en la

habitación.Sinolaconoceselanzarásobreusted.Melanieapartólamirada.Nopodíaseguirsosteniendolasuya.Extendió

lamano.–Mealegrodeverle,señorLangford.Secontuvoparanodecir«mealegrodeconocerle»,porqueesohabría

sidounamentira.Cuandoaceptóaqueltrabajo,pensóqueAdamconocíaamuchísimasmujeres.¿Cómoibaarecordarlasatodas?Además,sehabíacortadounpocoelpeloyhabíapasadodelrubioapagadoaldoradodesdesuencuentro.–LlámameAdam,porfavor–Adamcerrólapuerta,dejandoporsuerte

elfríoatrás–.¿Tuvisteproblemasparaencontrarestesitiobajolalluvia?Adamlaestabatratandoconlaeducaciónreservadaalosdesconocidos,

yporprimeravezdesdequeleabrió lapuerta,Melaniesintióquepodíarespirar.«Nomerecuerda».Talvezpodíavolveramirarlealosojos.–Oh,no,ningúnproblema.Lacomplejidaddesusojosladejóparalizada,atrapadaenelrecuerdo

deloquehabíasentidolaprimeravezquelamiró,cuandoparecíadecirlequeloúnicoquequeríaeraestarconella.–Porfavor,dameelabrigo.–Ah, sí. Gracias –Melanie se desabrochó con cierta ansiedad los

botonesysequitóelabrigo–.¿Notienesservicioaquíenlamontaña?

Adamlecolgóelabrigoenelarmarioyellasetomóunsegundoparapasarselasmanosporlospantalonesdevestirnegrosyretocarselablusadesedagris.–Tengoamadellavesycocinera,perolasenvíeacasahacehoras.No

queríaquesalieranacarreteraenestascondiciones.–Sé que llego unas horas tarde, pero tenemos que ajustarnos al

programa. Si esta noche acabamos con el plan de los medios, mañanapodemosdedicareldíaenteroalapreparacióndelasentrevistas–Melanieagarrólabolsaysacóloslibrosquehabíallevado.Adamdejóescaparunsuspiroylosagarró.–Elaborarunaimagenparaelmundocorporativo.¿Enserio?¿Lagente

leeesto?–Esunlibrofabuloso.–Pareceapasionante–Adamsacudió lacabeza–.Vayamosalsalón.Me

vendríabienunacopa.Adamlaguioporelpasillohastaunaenormesalaconvigasdemadera

en el techo. Había una zona de estar con sillones de cuero tenuementeiluminadaporunalámparadearañayelfuegodelachimenea.Enlapareddelfondo,losventanalesparecíanvivosconlasgotasdelluviaquecaían.–Tienesunacasa impresionante.Entiendoquehayasvenidohastaaquí

paraescapar.–MeencantaNuevaYork,peronohaynadacomolapazyelairedelas

montañas.Esunodelospocoslugaresenlosquepuedodarmeunrespirodeltrabajo–Adamsefrotóelcuello–.Aunquealparecer,eltrabajoselashaarregladoparadarconmigo.Melanieforzóunasonrisa.–Notelotomescomountrabajo.Vamosasolucionarunproblema.–Noquieroinsultartuprofesión,pero¿noesunpococansadopasarte

el día preocupándote por lo que piensan los demás? ¿Moldeando laopinión pública? No sé para qué te molestas. Los medios dicen lo quequieren.Nolesimportanadalaverdad.–Yoloveocomopelearfuegocontrafuego–ellasabíaqueAdamibaa

seruncasodifícil.Odiabaalaprensa,loqueconvertíaelescándaloahorallamado«delaprincesajuerguista»enalgomuchomáscomplicado.–Sinceramente,todoesteasuntomepareceunamonumentalpérdidade

dinero,porqueestoysegurodequemipadreteestápagandomuchoporesto.

«Menosmalquenoqueríasinsultarmiprofesión».Melanieapretóloslabios.–Tupadremepagabien.Esodeberíaindicarteloimportantequeesesto

paraél.PormuchoquelemolestaraelcomentariodeAdam,elanticipoquele

habíadado supadreera superior a loqueganaríaenaquelmescon losdemásclientes.RelacionesPúblicasCostelloestabacreciendo,pero talycomohabíacomentadoAdam,eraunnegociobasadoen lasapariencias.Esoimplicabaunaoficinaeleganteyunguardarropaimpecable,yesonoresultababarato.Seescuchóunladridoalotroladodelapuerta.Adammiróatrás.–¿Tegustan losperros?Lohedejadoenelzaguán,peroaél legusta

estardondeestálaacción.–Claro–Melaniedejólascosasenunamesitaauxiliar–.¿Cómosellama

tuperro?Yaconocíalarespuesta,ytambiénqueelperrodeAdameraenormey

cariñoso,uncrucedemastínygrandanés.–Se llama Jack. Tengo que advertirte de que impone un poco, pero

cuando se acostumbre a ti ya no pasará nada. El primer encuentro essiempreelmásdifícil.Jackvolvióa ladrar.Adamabrió lapuerta.Elperropasóa todaprisa

pordelantedeélendirecciónaMelanie.–¡Jack,no!–gritóél,peronohizoamagodedetenerlo.JackseacercóaMelanieyempezóalamerlelamanomientrasagitaba

lacola.NohabíacontadoconqueelperrodeAdamrevelarasupasadocomún.–Esmuyamigable.Adamentornólosojos.–Esto es muy extraño. Nunca había hecho eso con alguien que no

conociera.Nunca.Melanieseencogiódehombros,apartólamiradayacaricióalanimal

detrásdelasorejas.–Talvezhayapresentidoquemegustanlosperros.«O tal vez Jack y yo estuvimos juntos en tu cocina antes de que me

marcharadetuapartamentoenmitaddelanoche».LoúnicoqueescuchóMelanieeranlosjadeosdeJackcuandoAdamse

leacercómás,sindudaobservándola.Sepusotannerviosaquetuvoquedeciralgo.–Deberíamos empezar. Seguramente tardaré bastante en regresar al

hotel.–Todavía no entiendo cómo conseguiste llegar hasta arriba de la

montaña,peronovasaregresarpronto–Adamseñalólosventanalesconla cabeza. El agua caía en ráfagas laterales–. Dicen que hay pequeñasriadasalospiesdelacolina.–Soyunabuenaconductora.Nomepasaránada.–No hay coche que pueda superar una riada. Tengo espacio de sobra

paraquetequedes.Insisto.Quedarse era el problema. Cada momento que Adam y ella pasaban

juntos era otra oportunidad para que él la recordara, y entonces tendríaquedarlemuchas explicaciones.Talvez aquellano fueraunagran idea,peronoteníaopción.–Esosupondríaunacosamenosdelaquepreocuparme.Gracias.–Teacompañaréaunodeloscuartosdeinvitados.–Preferiríaquenospusiéramosatrabajar.Asípodríaacostarmepronto

y empezar fresca por lamañana –sacó un par de carpetas de la bolsa–.¿Tienesundespachoenelquepodamostrabajar?–Estaba pensando en la cocina. Abriré una botella de vino –Adam se

acercóa la islade lacocinaysacóunascopasdevinodelarmaritoquehabíadebajo.Melanie dejó el material sobre la isla de mármol del centro y tomó

asientoenunodelosaltostaburetesdebar.–Nodebo,perogracias–abrióunadelascarpetasydejó laotraenel

taburetedeallado.–Tú te lo pierdes. Es un Chianti de una bodega muy pequeña de la

Toscana.Nopuedesconseguirestevinoenningúnsitioquenoseaenelsalóndeldueñodelviñedo–Adamsedispusoaabrirlabotella.Melaniecerrólosojosyrezóparapedirfuerzas.BebervinoconAdam

lehabíallevadounavezauncaminoquenoqueríavolverapisar.–Probaré un poco –le detuvo cuando le llenó la mitad de la copa–.

Gracias.Asíestáperfecto.El primer sorbo que dio le provocó una oleada de calor por todo el

cuerpo. Una reacción negativa teniendo en cuanta con quién estababebiendo.

Jackseacercóaellaylecolocólaenormecabezaenelregazo.Adamdejólacopayfruncióelceño.–Hayalgoentiquemeresultamuyfamiliar.

CapítuloDos

–Lagentedicequetengounrostromuycomún–lavozdeMelanieteníaun tono nervioso. Se dio la vuelta y prácticamente hundió la cara en lacarpeta.Adamseconsiderabaunexpertoendescifrarelmensajeocultoen las

palabrasdeunamujer,sobretodoenelartedeldespiste.«Nopuedocreerquevayaaintentarocultarlo».–¿Hastrabajadoalgunavezparamí?Ellaseencogiódehombrosyclavólamiradaensuagenda.–Meacordaría.Habíallegadoelmomentodesubirlatemperatura.–¿Hemostenidounacita?Melanievaciló.–No,nohemostenidoningunacita–señalóconeldedounapáginadela

agenda–.Entonces,lasentrevistas…Adam se acercó y observó la página. Se perdió en la confusión de

nombresdepublicaciones.–Nomeextrañaquemiasistenteentraraenpánicoestatarde–pasólas

páginas–.Normalmentetrabajodieciochohorasaldía.¿Cuándosesuponequevoyaencontrartiempoparaesto?–Tu asistente dijo que te reorganizaría la agenda. La mayoría de las

fotosylasentrevistasseharánentucasaoenlaoficina.Yomeasegurarédequetengastodoloquenecesitas.En aquelmomento, lo quemás necesitaba era buscar consuelo en un

segundobourbonencuantoacabaraconelChianti.Continuarconaquellafarsanoleapetecíanada,ylanegativadeMelanieareconocersupasadocomún le resultaba muy frustrante. Necesitaba una respuesta para lapregunta que le había rondado la cabeza durante el año pasado. ¿Cómopodíaunamujercompartirunanochetanextraordinariadepasiónconélyluegodesaparecer?–Por el momento, la entrevista más importante es la de la revista

MetropolitanStyle –continuóMelanie–.Van a hacer también fotos en tucasa.Voyallevaraundecoradorparaasegurarmedequeelambienteseaperfecto para las fotos. Jack tendrá que ir a la peluquería, pero yo meocupodeeso.

–Jack odia a los peluqueros. Tendrás que contratar al suyo, perosiempretienetodaslashorasreservadassemanasantes.–Haré lo que pueda, pero si no está disponible tendré que contratar a

alguien.Jackesimportante.Alagenteleencantanlosperros.–¿Cómosabíasqueteníaperro?Melanieseaclarólagarganta,–Selopreguntéatuasistente.Teníaunarespuestaevasivaparatodo.–Ysinohubieratenidoperro,¿quéhabríashecho?–Hago todo loque seanecesarioparaquemis clientesdenunabuena

imagen.–Perotodoesmentira.Lasmentirasseacabandescubriendo.Melanie dejó el bolígrafo y aspiró con fuerza el aire. Se subió las

mangasdelablusacongestodecidido.–El decorador es una pérdida de tiempo –aseguró Adam–. Mi

apartamentoestáperfecto.–Tenemosquehacerqueparezcaunhogarenlasfotos,nolaguaridade

unsoltero.Adam vio allí su oportunidad. Ella sabía cómo era su apartamento,

porquelahabíaseducidoallí.–Entonces tendréque librarmede lacoleccióndeetiquetasdecerveza

deneón, ¿verdad?Estánpor todaspartes–no tenía semejantecosa,peronovacilóeninventárseloparapillarla.Melanieapretóloslabios.–Yahablaremosdeesomástarde–afirmócontonofrustrado.–No,quierosolucionarloahora–Adamestabadispuestoapasarsehoras

inventandotonterías–.Haygrifosdecervezaenlacocina,ynecesitosabersivanafotografiarmidormitorio.Tengounacamaredonda.–Esoesridículo.–Muchoshombrestienencamasdeeseestilo.–Perotúno–leespetóella.Sequedópálida.–¿Túcómolosabes?–lepreguntó.Melaniesepusomásrectaenlasillaytratóderecomponerse.–Eh…–Estoyesperando.–¿Quéesperasexactamente?

–Estoyesperandoaoír laverdaderarazónpor laquesabesque tengoperroycómoesmiapartamento.Estoyesperandoaquelodigas,Mel.Melaniedejócaerloshombros.–Teacuerdasdemí.–Porsupuesto.Yonuncaolvidoaunamujer.Tehascambiadoelpelo.Aellaseleaceleróelpulso.–Sí,melohecortado.–Yelcoloresdiferente.Lorecuerdoextendidoen laalmohadademi

cama–Adamsepusodepieyvolvióalaisladelacocinaparallenarselacopa.Alparecerestabaenfadado,porqueaellano leofreciómás–.¿Deverdadno te pareció unproblema aceptar este trabajo sabiendoquenoshabíamosacostado?Supongoqueesonoselocontaríasamipadre.Adamteníatodalarazón,peronecesitabaeldinero.Suantiguosociose

había marchado dejándola a cargo de un crédito astronómico. La peorparteeraquetambiénfuesunovio,yquesehabíaidoporqueseenamoródeunadelasclientas.–Espero que podamos ser discretos con esto. Creo que es mejor

reconocerquefuealgopuntualynopermitirqueafecteanuestrarelaciónlaboral.–¿Algo puntual? ¿Eso fue? No me pareces una mujer que vaya por

Manhattanyéndoseconhombresquenoconoce.¿Yquéhaydelcontratoque te hizo firmar mi padre, la cláusula de no confraternizar con elcliente?–Esoesexactamenteporloquepenséqueseríamejorignorarnuestro

pasado. Necesito este trabajo y tú necesitas limpiar tu imagen. Los dossalimosganando.–Asíquenecesitaseltrabajo.Estoesunacuestióndedinero.–Sí, lonecesito.Tupadreesunhombremuypoderosoyesto seráun

granimpulsoparamiempresa.–¿Ysitedigoqueyonoquierohaceresto?Melanie tragó saliva. Adam no paraba de ponerle obstáculos en el

camino.–Mira,entiendoqueestésenfadado.Elescándaloesterribleyyonohe

mejorado las cosas al confiar en que nome reconocerías. Ha sido unaestupidezpormiparteylosiento.Perosiestásbuscandounarazónparaseguir con esto, solo tienes que pensar en tu padre. No solo estápreocupadoporsuempresaylareputacióndesufamilia,sinoporti.No

quiere que tu talento quede ensombrecido por las historias de losperiódicossensacionalistas.Sehizoelsilencio.Adamparecíaestarreflexionando.–Teagradezcolasdisculpas.–Gracias por aceptarlas –Melanie aspiró con fuerza el aire y deseó

haberpuestofinalasituación.Entonces se volvió a hacer el silencio y a Melanie le rugió tanto el

estómagoqueAdamabriólosojosdeparenpar.–Eseruidoesmuyinquietante–sedirigióalaneveraysacóuncuenco

tapado–. Mi cocinera hizo una salsa marinera antes de irse. Solo mellevaráunosminutoshacerunapasta.–Déjameayudarte–lepidióella.Deseabadesesperadamentehaceralgo

paradistraerse.–¿Ayudarmeaqué?¿Aponeraguaahervir?–Adamllenóunacacerola

altaconaguaylapusoenlavitrocerámicadeseisfuegos–.Podríahabertepreparadomisfamososhuevosrevueltossiaquellanocheno tehubierasmarchadoaescondidascomoCenicienta.Aquel hombre no tenía miedo a tocar temas incómodos. ¿Qué se

suponíaquedebíadecirella?–¿Notienesnadaquedecir,Cenicienta?–Losiento–Melanieseaclarólagarganta–.Nopodíaquedarme.Adamechólasalsaenunasarténysacudiólacabeza.–Esaesunaexcusaterrible.Excusa o no, no podía quedarse de ningunamanera.No podría haber

soportadoel rechazodeAdama lamañana siguiente.Oírledecirque lallamaríacuandosabíaqueno loharía.Yahabía sufridounmenospreciodolorosoaquelmes,ydelhombreconelquecreíaquesecasaría.–Losiento,peroeslaverdad.Salíavapordelacacerola,yelaromadelasalsainundabaelaire.Adam

echólapastafrescaenelagua.–Solomepreguntoporquénotequedastecuandohayunaquímicaasí

con alguien. O almenos despedirte, o dejar una nota. Ni siquiera sabíacómoteapellidabas.Unmomento, ¿había dicho química?Melanie pensaba que había sido

solocosasuya.Adamclavólamiradaenlasuyayentornólosojos.–Talvezalgúndíamedigaslaauténticarazón.

No,esonoibaaocurrir.Adamagarrólasasasdelacacerolaconuntrapodecocinayvacióel

contenidoenuncolador.Luegovertiólapastaenlasarténconlasalsaylaremoviócongarbo.Elhombremásbrillantedelmundodelosnegociosde los últimos tiempos, el hombreque le había dado lamejor nochedepasióndesuvida,estabacocinandoparaella.Adamdividiólapastaendoscuencosypusoquesoparmesanorallado

porencima.Dejóunodeloscuencosdelantedeellaylevolvióallenarlacopadevinoantesdehacerlomismoconlasuya.–Salud–dijosentándoseasuladoyentrechocandolascopas.–Gracias. Esto tiene un aspecto increíble –comió un poco y luego se

limpiólabocaconlaservilleta–.Estádelicioso.Bueno,ahoraquehemosarreglado las cosas, ¿te parece bien que empecemos a trabajarmañana?Necesitamosenterrarelescándalodelaprincesajuerguista.–¿Nopodemossencillamenteignorarlo?Sinosponemosaladefensiva,

¿noestaremosalimentandoelfuego?–Si tuviéramos un año o más, eso podría funcionar. Pero con la

enfermedaddetupadre,nocontamosconesetiempo.Sientodecirloasí.Adam dejó escapar un suspiro y puso el tenedor en lamesa.Melanie

sintiólástimaporél.Nopodíani imaginarporloqueestaríapasandoalencontrarse a puntode ascender al puesto con el que soñabadesdeniñodebidoalcáncerterminaldesupadre.–Sí. Me lo contó en secreto. Creo que necesitaba que entendiera lo

urgentequeesesto.Escrucialque la juntadedirectores teveabajounamejorluzyasíapruebentucandidaturaalapresidencia.Elescándalotieneque serun recuerdodistante cuando seanuncie formalmente la sucesiónenlagaladelaempresa.Yparaesosolofaltanunassemanas.–Lajuntadedirectores.Buenasuerte–Adamsacudiólacabeza.Enaquel

momentolesonóelmóvil–.Losiento,tengoquecontestar.Adam se levantó del asiento y se acercó a la zona del salón.Melanie

agradeció el descanso. Aunque él cooperara, la presión de cambiar lapercepciónde lagente en el plazodeunmes resultabamonumental.Noestabamuyseguradepoderconseguirlo,peroteníaquehacerlo.–Losiento–dijoAdamcolgando–.Problemasconellanzamientodela

nuevaaplicación.–Notedisculpes,loentiendo–Melaniesepusodepieyllevóelplatoal

fregadero.Loenjuagóantesdemeterloenel lavaplatos–.Tú terminade

cenar.Yovoyabuscarmimaletayadescansarunpoco.Simedicesdóndeestálahabitacióndeinvitados…–Llámame anticuado, pero creo que ningunamujer debería salir a la

lluviaabuscarunamaleta.Yoloharé–alzóundedoalverqueellaibaaprotestar–.Insisto.Melanie vio desde el umbral cómo salía al viento y a la lluvia sin

chaqueta.Cuandovolvióaentrarteníaelpeloylacamisaempapados.–Tuhabitaciónestáarriba.Lasegundapuertaaladerecha.Adamfuetrasellasmientrassubíaporlaenormeescalera.–¿Esta?–preguntóMelanieasomandolacabezadentro.Adam pasó por delante de ella y encendió la luz, iluminando un

dormitorioequipadoconunapreciosacamadematrimonio,chimeneadepiedraysupropiazonadeestar.–Esperoqueestésagustoaquí–Adamentróypusolamaletasobreun

soportealladodeunapreciosacómoda.–Esperfecto–Melaniesegiróparamirarle,supresenciafísicaejercía

sobre ella una influencia injustificada. Su cerebro no tenía muy clarocómoreaccionarasuamabilidad,perosucuerposabíaperfectamente loquepensaba.Volvióasentirunaleteoenelpecho–.Graciasportodo.Porlahabitación.Porsubirmelamaleta.–Sientodecepcionarte,peronosoyelsinvergüenzaqueelmundocree

quesoy–pasópordelantedeellaysedetuvoenelumbral.Melanie no estaba muy segura de cómo era Adam, de dónde estaba

realmentelaverdad.Talvezloaveriguaraaquelfindesemana.Otalveznunca.–Eso está bien. Eso hará que sea mucho más sencillo mostrarle al

mundolamejorpartedeAdamLangford.UnasonrisapícaralecruzóelrostroaAdam.–Mehas visto desnudo, así que sabes perfectamente cuál esmimejor

parte.Melaniesintióqueleardíanlasmejillas.–Buenasnoches–dijoAdamdándoselavueltaparamarcharse.

Melanieestabasentadaenlacama,mediodormida,conlasuavecolchasubidahastaelpecho.Lanocheanteriornohabíasalidosegúnsusplanes,peroenmuchossentidos,eraunalivioquetodohubierasalidoalaluz.

Había tardadomuchashorasendormirse.QueAdamlerecordaraquele había visto desnudo había servido para afianzarla en su idea dedescubrircuálerasumejorparte.Lástimaquenopudieravolveraverleasí.Retiró las sábanasymiróhacia fuera,haciael terrenoque rodeaba la

casa.Unarroyodiscurríaentre losarreglados jardinesy losaltospinosenmarcabanlavisióndelasmontañasquehabíaatrás.Eraunnuevodía,latormentaquedabaatrás.Horadeempezardecero.Sacó la bolsa demaquillaje y se dirigió al bonito baño de invitados.

Tras una ducha rápida, se puso base demaquillaje y un antiojeras paraocultar la falta de sueño. Un toque de colorete, raya de ojos y rímel.Arreglada,peronodemasiado.Rematóconunpocodebrillodelabiosentonomelocotónyluegose

atusó el pelo con el corte estilo Campanilla. Cortárselo y cambiarse elcolorparaolvidarsede sumentirosoexhabía sidounamedidadrástica,peronohabíafuncionado.TodavíanohabíasuperadoqueJoshsehubieraidoconotramujer,dejándolaaellacargandoconelcrédito.No, talvezparecieradistintaporfuera,peropordentroeralamismaMelanie,herida,solitariaytambiéndecididaanoabandonarnunca.Sepusouna camisetablanca, chaquetanegrayvaqueros ajustados.Se

calzóunasbailarinasplanasycorrióescalerasabajo.Delacocinasalíaeloloracafé,ysesentíallenadevigoryrenovada.EntoncesvioaAdam.Noestabapreparadaparaversupechodesnudo.Nisuvientredesnudo.

Nielestrechofilodevellobajosuombligo.Niversucuerpoperladoporelsudor.–Buenosdías–Adamestaba en la cocina consultandoel teléfono–.He

preparado café. Déjame servirte una taza –se dio la vuelta, abrió unarmarito y sacó una taza. Un comportamiento muy educado mientrasmostraba los esculpidos contornos de los hombros y los definidosmúsculosdelaespalda–.¿Azúcar?¿Leche?–Las dos cosas, por favor –Melanie sacudió la cabeza para intentar

pensarconclaridad–.Yoloharé.–Sírvetetúmisma.¿Hasdormidobien?Melaniesesirvióelazúcarycentrólaatenciónenlahumeantetazade

café.–Sí,gracias.Estoylistaparatrabajarcuandotúdigas.Hoytienesmucho

quehacer.

–Yaheentrenado.–Ya lo veo –Melanie se dio la vuelta, pero incluso una fracción de

segundo era demasiado tiempo para mirar a Adam en aquel momento.Desvió la mirada por toda la cocina, desesperada por encontrar algodesagradablequemirar.–¿Pasaalgo?–No.Pero…¿nopodríasponerteunacamiseta?–¿Porqué?¿Temolesta?Nopuedoevitar tenercalor–Adamsonrióy

sepasóunamanoporelvientrelisoydesnudo.–Esunpocodifícilmantenereltonoprofesionalsitepaseasporlacasa

mediodesnudo.Además,¿noesdebuenaeducaciónponerseunacamisaparadesayunar?–Asíes.Mipadre siempremeobligabaaponérmelacuandoeraniño.

También me dijo que usara hilo dental a diario y que me cambiara decalzoncillos.Hoyhehechodosdetres.Nadieesperfecto.Sabíaloqueestabahaciendo.Laestabavolviendolocaporquepodía.–Mira, tenemos muchísimo trabajo. Te sugiero que te des una ducha

paraquepodamosempezar.–Seríamásrápidosialguienmeenjabonaralaespalda.–Adam, por favor. ¿Recuerdas el contrato que firmé? Nada de

relacionespersonales.Yome tomoestascosasmuyenserioy séque tupadretambién.–Eh,erestúquienhasugeridolodeladucha,noyo.Melaniedejóescaparunsuspirodedesesperación.–Las cosas seríanmás fáciles si colaboras. ¿Por qué tienes que hacer

bromasdetodo?–Porqueessábadoytrabajocomounburrotodalasemana.Preferiría

leer un libro o ver un partido que practicar preguntas y respuestas paraunaentrevista.–Séqueodiasesto,pero tenemosqueponer finalescándalo–sonóel

teléfonodeMelanie–.Disculpa, tengoquemiraresto–elmensajenoeraunabuenanoticia–.Hasalidoalgonuevoen losperiódicosestamañana.Un reportero ha conseguido una entrevista con tu exprometida. Por esometienesquedejarhacermitrabajo.

Adam se desató las zapatillas de deporte mientras sostenía el móvil

entrelaorejayelhombro.Sumadrerespondióenseguida.–Hola,mamá.¿Estápapáporahí?–¿Noquiereshablarconmigo?–Claro que sí, pero quería saber qué tal está papá –se quitó los

calcetinesyloslanzóalcubodelaropasucia.–Tu padre está bien.Le controlo las llamadas. Si no lo hago contesta

llamadasdeltrabajodurantetodoelfindesemanaynuncadescansa.Ylonecesita.–¿Estácansadoahora?–Sí.Losvierneseselpeordía.Noséporquésigueempeñadoenira

LangTeltodoslosdías.LangTeleralaoperadoratelefónicaquesupadrehabíafundadoenlos

añossetenta.Adamcreciócomosuheredero,perocuandofueaHarvardsediocuentadequenuncaestaríacontentoasumiendoelimperiodeotrapersona.Queríaconstruirelsuyopropio,yporesoprecisamentefundósuprimera empresa cuando todavía estaba en el instituto. Consiguió suprimera fortunaantesdecumplir losveinticuatro.Perode todas formas,cuandosuspadreslepidieronqueseocuparadeLangTelentrebastidorestras laenfermedaddesupadre,cumplióconsudeber familiar.Enaquelentonces no estaba muy claro el diagnóstico de Roger Langford y noqueríanqueparecieradébilportemoraunacaídabursátildelaempresa.Sesuponíaquesoloibaaserunensayo,yAdamlopasóconnota,pero

fue el peor año de su vida al tener que preparar el lanzamiento de suempresamientras dirigíaLangTel.Elmomentonopodía ser peor, justodespuésdequesuprometidaacabaraconsurelacióndedosaños.–En algún momento –continuó Adam–, vamos a tener que decirle al

mundoquesucáncerespeordeloquetodoscreen.–Estoydeacuerdo,pero tupadrenoquieredecirniunapalabrahasta

quetúhayassolucionadolascosasconlaprensa.Sumadrenofuecapazdepronunciarlapalabra«escándalo»yAdamse

lo agradeció. Al menos solo se había tratado de unas fotografías quealguieninfiltróynoalgopeor,comounvídeosexual.Adammiróelrelojqueestabaencimade lacómoda.Erancasi lasnueveymediayMelaniehabíadejadoclaroqueestabalistaparaponerseatrabajar.Se quitó los pantalones cortos y los calzoncillos y los lanzó hacia la

cesta.–Hablaré con papá de esto cuando vuelva a la ciudad. Tal vez pueda

regresareldomingoporlatarde.–Peroasegúratedellamarprimero.Todavíahayfotógrafosacampados

en la puerta de tu edificio. Tal vez tengas que entrar por la puerta deservicio.–Deacuerdo–Adamsepusoelalbornoz.–Siquieresquedarteacenarpodemosinvitaratuhermanatambién.Atu

padreleencantaría.–Eso suena estupendo.Anna y yo podemos intentar convencer a papá

paraquesepiensemejorlodelasucesióndeLangTel.Losdossabemosqueellaharíauntrabajoincreíble.Centraba su atención en que su padre le diera a su hermana la

oportunidadquequeríaymerecía.–Tupadre nuncadejará que tu hermanadirija la empresa.Quiere que

Annaseocupedeunmarido,noquesesienteenunajuntadirectiva.–¿Porquénopuedehacerambascosas?–Estoy a punto de perder a tu padre, ¿y ahora no quieres que tenga

nietos?Tú no tendrás hijos hasta que encuentres a lamujer adecuada, yDiossabecuándoocurriráeso.Yaestabaotravez.–Mira,mamá, tengo que irme. Tengo una invitada en casa y necesito

darmeunaducha–entróenelbaño.–¿Unainvitada?Adamabrióelgrifo.–Sí,MelanieCostello, lamujerquepapáhacontratadoparaesta inútil

campañaderelacionespúblicas.–Noesinútil.Tenemosquepreservarellegadodetupadre.Cuandoél

noesté tú serásel cabezade familia.Es importanteque seas reconocidoportutalento,noporlasmujeresdelasqueterodeas.Adamsuspiró.Nolegustabaquesumadrelevieradeaquelmodo.–Ydime,¿esguapa?Adamnopudoevitarreírse.–Mamá,estonoesunacita.Estrabajo.Nadamás–losespejosdelbaño

empezaron a empañarse–.Tengoque irme.Dile a papá queme llame sipuede.Estoypreocupadoporél.Adam se despidió y dejó elmóvil sobre la cómoda demármol.Dejó

caerelalbornozalsueloysemetióbajoladucha,deseandoqueelaguacalientesellevarasupreocupaciónporsupadreaunquesolofueradurante

uninstante.Pormuydesgarradoraque fuera laenfermedaddesupadre,nopodía

hacernadaalrespectoexceptoasegurarsedequesusúltimosmesesfueranfelices.EsaeraunadelasrazonesporlasqueAdamhabíaaccedidoalacampañaderelacionespúblicas.ConloquenocontabaeraconMelanie.

CapítuloTres

–¿Has visto mis carpetas? –preguntó Melanie mirando detrás de loscojinesdelsalón.Adam,queestabaocupándosedelfuego,seincorporóysesacudiólas

pernerasdesusimpecablesvaquerosmientrasnegabaconlacabeza.Melaniesiguiórebuscandoyporfinlasviodetrásdeunadelasbutacas

decuero.–¿SelashasdadoaJackparaqueselascomiera?–¿Eh?Claroqueno.Silasdejasteenlamesita,lashabráagarrado.Solo

tienetresaños,masticatodoloqueseencuentra.Melanie pasó las hojas de sus agendas. Una tenía la marca de los

enormesdientesenlasesquinas,ylaotrateníaellomoretorcido.–Espero que haya disfrutado de su aperitivo. Bueno, deberíamos

centrarnosenlapreparacióndelasentrevistas.Vasanecesitarayuda.–No lo dirás en serio. Soy imperturbable –Adam tomó asiento en el

sofáysepasólasmanosporelpelo.–De acuerdo, señor imperturbable –Melanie se sentó frente a él–.

Haremosunaentrevistafalsayveremoscómotedesenvuelves.–Bien.Deacuerdo.Melanieestabaal tantode las técnicasque losperiodistasusaríanpara

ponerlenervioso.–Señor Langford, hábleme de aquella noche de febrero con Portia

Winfield.Adamsonriócomosiestuvieranjugando.–De acuerdo. Salí yme encontré con Portia.Nos habíamos conocido

unosmesesantesenunafiesta.Bebimosdemasiado.–Nodigascuántobebiste.Tehacequedarmal.–¿Porqué?Esteesunpaíslibre.–Nodigasnuncaqueesteesunpaíslibre.Esunaexcusaparahacerlo

que te venga en gana sin atenerte a las consecuencias. Vamos, inténtalootra vez –lo animó, ignorando su gesto torcido–. Háblame de aquellanochedefebrero.–Yatehecontestadoconlaverdad.Ahoranosénipordóndeempezar.–Esos periodistas son expertos en el arte de confundir a la gente.

Quierenquedigasalgovergonzosooquetevengasabajo.Quierenalgo

jugoso.Tu trabajo es controlar la conversación.Hacer que el escándaloparezcaexactamenteloquetúquieres.–¿Yquéquieroqueparezca?–Dímelotú–Melaniejugueteóconelbolígrafosinapartarlavistadeél.–Nofuialadiscotecaconella.Melaencontré.–Eso hace que parezca que estabas allí para ligarte a alguna mujer.

Céntrateenlopositivo.Adamapretóloslabios.–Había estado trabajando como un loco en un nuevo proyecto y

necesitabasoltarunpocodepresión.–Losiento,peroeso tampoco funciona.Lodel trabajoestábien,pero

soltar presión hace que parezcas un hombre que utiliza el alcohol paradivertirse.–Claro,asíes–Adamsereclinósobreloscojines–.Creoquenovoya

poderhaceresto, ¿sabes?Micerebrono funcionaasí.Lagentemehaceunapregunta,yocontestoysigoadelante.–Séqueestoesdifícil,pero loconseguirás.Te loprometo.Solohace

faltaendulzarunpocotusrespuestas.–¿Porquénomedemuestrasaquéterefieres?Encasocontrariovamos

aquedarnosaquísentadosdurantedías.–Deacuerdo.Enprimer lugar tienesquedejar claro cómoempezó tu

relaciónconlaseñoritaWinfield.Algotipo:«ConozcoaPortiaWinfielddesdehaceunosmesesy somosamigos.Esunamujer encantadora, congranconversación».Adamalzóunacejaysonrió.–Tú ya sabes que no es la herramienta más afilada del cobertizo,

¿verdad?–Loúnicoquehedichoesqueesdivertidayhablamucho.UnaexpresióndeadmiracióncruzóelrostrodeAdam.–Continúa.Melaniesepensóloqueibaadeciracontinuación.Nolegustabalaidea

dequeAdamestuvieraconotramujer.Sentiresoerairracional.Noteníaningúnderechosobreél,ylareputacióndeAdamsugeríaquepodíaestarconcualquiermujerquequisiera.Elañoanteriortuvounbreveromancecon laactriz JuliaKeys justodespuésdequeella fueraelegida lamujermás bella delmundo.Melanie recordabamuy bien que ella estaba en lacoladelsupermercado,viendolacaraperfectadeJuliaenlaportadadela

revistaysintiendoenvidiaalsaberquelaactrizsalíaconelhombrequeellasolopudotenerunanoche.–Podrías decir que os tomasteis una copa juntos –dijo Melanie

volviendoalmomento.–Fueronmásdetres,yellayaibacargadacuandonosvimos.–Pero es cierto que en algúnmomento de la noche os tomasteis una

copa,¿verdad?–Claro.–Ahílotienes.Adamsonrió.–Sigue,porfavor.–Ahí es donde me atasco, porque no entiendo cómo acabasteis

besándoosyellaconelvestidometidoenlacinturilladelasbraguitas.Lasfamosasbraguitasdesaparecidas.Adamsuspiróysacudiólacabeza.–¿Tienesideadeloestúpidaqueestodaestahistoria?–Vasatenerquedescribírmelo.Adamsecruzódebrazossobreelpecho.–Labesé,yfuealgomásqueunpiquitoenlaboca.Esoescierto.Pero

enseguidamedicuentadeloborrachaqueestaba.Noibaairmásallá.Nosabíaqueleestabaenseñandoeltraseroatodoelbar.Acababadesalirdelbaño.Ytampocosabíaquealguienestabatomandofotosconelmóvil.A Melanie se le había enganchado más de una vez la falda en la

cinturilla de la braguitas por accidente, así que sabía que era unaexplicaciónplausible.–¿Y luego qué? –sentía curiosidad a pesar de que la historia la hacía

sentiruntantoincómoda.–Ledijequemeparecíabuena ideaacompañarlaal cocheparaqueel

chófer la llevara a casa.Me senté en un taburetemientras ella volvía albaño.Laacompañéfuera,peroellaapenaspodíaandaryseagarrabaamí.Selecayóelmóvilenlaacera,seagachópararecogerloperoyoseguíarodeándolaconelbrazo.Ahífuecuandoleenseñóatodoelmundosu…yasabes.–Ah,sí.LaimagenquehaprovocadounmillóndebromasenInternet.–Tedigoqueyonoteníaniidea.–Yapartirdeahí, todoelmundodioporhechoque tú lequitaste las

braguitasenladiscoteca.

–Sí,peroesonofueloquepasó.Notengoniideadequéhizoconellasniporquéselasquitó.Yoestabaintentandoportarmebien.–Larealidadesquealaprensaleencantapillaralosfamososhaciendo

tonterías,perolamalapublicidadnoleafectaaellacomoteafectaati.Loúnico que hace ella es pasarse el día dando vueltas en una limusina yyendo de compras. Si acaso, esto la hace más interesante para susseguidores.–Nuncadebíinvitarlaaunacopa.Nitampocobesarla.Melanie casi sintió lástima por él. No había hecho nada malo. Todo

habíasalidomal.–¿Vasadecirmeloquemiexdijoenelperiódicosobreesteescándalo?

Nocreoquepuedaleerloyomismo.Melanie se estremeció porque sabía que era algomuymalo. Si su ex

hubieradichoalgotanhorribledeellaalgunavez,seguramentesehabríamuerto.–Nocreoquedebamospreocuparnosporeso.–No,quierosaberlo.Cuéntamelo–aseguróAdamconfirmeza.–Recuerda que tú lo pediste –Melanie buscó el artículo en elmóvil y

aspiróconfuerzaelaire–.Diceasí:«Meencantaríadecirqueestoesunasorpresaparamí,peronoloes.Adamsiemprehasentidograndebilidadpor las chicas guapas. No sé si es capaz de tomarse a algunamujer enserio.Desde luego,creoquenoescapazdeamar.Siento lástimaporél.Espero que algún día aprenda a estar con una mujer y a entregarse deverdad».Adamselevantódelsofádeunsalto,seacercóalachimeneayempezó

aremovernerviosolostroncos.–Séqueestásenfadado,peroquemar lacasano servirádenada–dijo

Melanie.–¿Tienesideadelodolorosoqueesesto?¿Quenosoycapazdeamar?

Ellaeramiprometida.Íbamosacasarnosyatenerhijos.–Parecequelaqueríasmucho.–Laquería.Enpasado–siguió atizando el fuego–.En cuantomedejó

supequeellanuncamehabíaamadoenrealidad.Melanie se preguntó si sería verdad, si Adam supo al instante que

aquellonohabíasidoamor.EllatardómesesenaveriguarlocuandoJoshsemarchó,yenmuchossentidos,aquellohizoqueeldolorfuerapeor.–¿Porquétedejó?Sinoteimportaquetepregunte–lacuriosidadera

demasiadogrande.–Dijoqueestabademasiadocentradoeneltrabajo–Adamseencogióde

hombros–.Siquieressabermiopinión,creoquesedesilusionóalverqueno quería dilapidar la fortuna de los Langford en fiestas y viajes. Esridículo. Trabajo duro porque así me criaron. No sé hacerlo de otromodo.–Trabajarduronoesnadavergonzoso.–Por supuesto que no, pero yo no conté mi parte de la historia a la

prensa.Tuvequeaceptarlascosasterriblesqueelladijosobremí.–Lo siento.Séque esdifícil que tuvidapersonal esté expuestade esa

manera.–Yonosoyeltipodeesasfotos.Eresconscientedeello,¿verdad?–Desgraciadamente,alagenteesloúnicoqueleinteresa.Adamsacudiólacabezadisgustado.–Todo esto es ridículo. ¿No podemos volver a mi plan original e

ignorarlo?–Sinoquieresqueloprimeroquepienselagentealescuchartunombre

seaenlasbraguitasdePortiaWinfield,no.Adamgruñóyvolvióadejarsecaerenelsofá.–Entoncessigamos.Melaniecerrólaagendayladejósobrelamesita.Teníaquecambiarde

temaporelbiendelosdos.–Hablemos del vestuario. Para las sesiones de fotos,me gustaría que

aparecieras arreglado pero informal. Buscaremos un traje para laspublicacioneseconómicas,peroparalasrevistasdeestiloestoypensandoenvaquerososcurosycamisadevestir.Sincorbata.Megustaríaverteconunacamisa lavanda.Te resaltará losojos,y lasmujeres reaccionanbienanteloshombresquenotienenmiedoallevarcoloresmássuaves.–Debes estar de broma. Yo voy de azul, gris y negro. Ni siquiera sé

cómoeselcolorlavanda.–Noteestoypidiendoqueescojaselcolordeunacajadeceras.Solote

pidoquelolleves.–Deningunamanera.Nadadelavanda.Melanieapretóloslabios.Nopodíaganartodaslasbatallas.–Entonces que sea azul.Azul claro.Nadademasiadooscuro.También

tendrás que maquillarte, sobre todo para las apariciones en televisión,peronotendrásquehacernadamásquesentarteahíydejarqueseocupen

deello.Noduele.–¿Dóndeaprendistetodoesto?–Estudiéenlauniversidad.–No.Esascosassobreelcolorlavandaylasmujeres.–Digamosquecrecíenunafamiliaenlaquelasaparienciaseranmuy

importantes–aquello eraquedarse corto, perono estabapor la labordeabriraquellacajadegusanosenparticular.–¿Ah,sí?¿Aquéterefieres?Melaniehizoungestodespectivoconlamano.–Esmuyaburrido,créeme.–Mira,necesitounrespirodespuésdelafalsaentrevistaydeloqueme

hasleído.Asíquecuéntame.Melanienoquisorechazarle,sobretodoporqueodiabacuandoélselo

hacíaaella.Talvezbastaríacondarleunascuantaspinceladas.–Para mis padres eran muy importantes las apariencias, aunque mi

madremuriócuandoyoeramuypequeñaynolarecuerdomuybien.Perosírecuerdoamipadre.Adamfruncióelceño.–¿Quétedecía?Melanie se encogió de hombros y semiró el regazo. Se había dicho

muchas veces que no permitiría que esos recuerdos la hicieran sentirpequeña,peroasíera.–Meordenabaponermeunciertovestido,opeinarmemejor,parecerme

más a mis hermanas. Soy la pequeña de cuatro chicas y era un pocochicazo de niña. Todas participaban en concursos de belleza.Mimadreganómuchosde joven, pero ella era impresionante.Yo sabíaquenuncaestaríaalaaltura.–¿Porqué?Eresmuyguapa.Melaniesesonrojó.Parecíaunatontería,perolegustóescucharaAdam

decirqueeraguapa.–Noessoloeso.Tienesquesubirteaunescenario,sonreírdeunmodo

impecable, saludar de una manera determinada y seguir un millón denormasquealguiendecidióenalgúnmomento.Yonopodíahacerlo.Nopodíaseresachicadeplástico.Adamserascólabarbilla.–Y sin embargo, escogiste una profesión que implica un montón de

humoydejuegodeespejos.

Melanienuncalohabíavistoasí.–Peropuedohacerlascosasamimaneracuandoquiero.Esuntrabajo

creativoydeestrategia.Meencantaesaparte,ynuncameaburro.–¿Participasteenalgúnconcursodebellezadeniñaofuisteunarebelde

desdeelprincipio?–Soloenuno.Dehechologané,peroparamífuesuficiente.–¿PequeñaMissVirginia?PorqueeresdeVirginia,¿verdad?–Sí,delaVirginiarural.Delasmontañas.Ynopuedodecirtequétitulo

ganéporqueeshumillante.–Ahora tendrásque contármelo.Nadiepuede apartarsedemi lado sin

habercompartidoalmenosunahistoriahumillante.Ellasacudiólacabeza.–No. Lo siento. Estamos hablando de trabajo. Volvamos al tema del

vestuario.–Vamos,¿ysiteprometoquemepondréunacamisalavanda?–Vale, de acuerdo. Fui coronadaPequeñamiss Suero deLeche.Tenía

cincoaños.Adamsoltóunarisilla.–NopuedocreerqueganaraselcodiciadotítulodePequeñamissSuero

deLeche.Melanie se inclinó hacia delante y le dio una palmada en la rodilla.

Nuncalehabíacontadoaningúnhombreaquellaestúpidahistoria.–Yaqueteinteresa,tediréquecreoqueloganépormitalento.Erauna

excelentebailarinadeclaqué.–Nomecabeningunaduda.Tehevistolaspiernas,Melanietragósalivaysecolocóunapiernadebajodelaotra.Adamse

aclarólagarganta.–Seguramentetuspadresteobligaronahacercosasquenotegustaban

cuandoerasniño.–Sí. A mis amigos sus padres les regalaban guantes de béisbol por

Navidad. Amíme regaló unmaletín. Pero quieromucho ami padre –murmurócontristeza.–Esa fue la razón por la que me dejaste venir. Para hacer feliz a tu

padre.–Esaesunadelasrazones.

***

Melanieyélllevabanhorashablandodeentrevistasyvestuario.Habíanprofundizadoenlosdetallesdesupasadoenlosquedebíancentrarseylosque debían evitar. Melanie le había reprendido por enfrentarse a losfotógrafos cuando se ponían pesados. Adam lo había hecho en unaocasión,peronoestabasegurodepoderprometernadaalrespecto.AdmiróaMelaniemientrasellaconsultabaelrelojporterceraocuarta

vez. Estaba especialmente bella bajo la débil luz del día, con un brillorosadoenlasmejillasquelehacíajuegoconeldelaboca.–¿Tienesqueestarenalgúnotrositio,SuerodeLeche?–Si vas a llamarme así, al menos enciende la televisión para que

podamosverelbaloncesto.Estájugandomiequipo–Melaniesonrió.–Sí, por supuesto –Adam agarró el mando y encendió la televisión–.

Peroespera,laNBAnoempiezahastajunio.–Estoy hablando del equipo universitario –ella sacudió la cabeza y le

miróconaquellosojosazulestanmágicos.–Tusdeseossonórdenesparamí–Adambuscóentreloscanaleshasta

que encontró el partido–. A mí me gusta más la NBA que la ligauniversitaria,peroestoydispuestoavercualquiercosa.Melanie se acercó al extremo del asiento y observó con atención la

pantalla.–Laligauniversitariaesmuchomejorquelaprofesional–noapartólos

ojos de la televisión–.No puedo soportar un partido con un puñado demillonariosdandovueltassinjugaraladefensiva.–Esosuenaalamayoríadelasfiestasalasqueyovoy.–Apuestoaquesí.LaintencióndeAdamhabíasidohacerlareír,peroalpareceraquelera

unasuntoserioparaMelanie.–¿Tienescerveza?–levolvióamirarysonrióconexpresiónbeatífica–.

Siperdemosmemuero.Adamselevantódelsofá.–Marchandouna cerveza–entró en la cocina, sacódos cervezasde la

nevera,agarróunabolsadepatatasdeladespensayvolvióalsalón.–Gracias –Melanie alzó la vista para mirarle y sus dedos se tocaron

cuandoagarrólabotella.Teníalosojosabiertosdeparenpar.Sepodríapasarlavidaobservandosusprofundidades.Ellalehizoungestoparaqueseapartarayestiróelcuello.

–¿Puedesquitarte?Noveo.Adam obedeció y se acomodó a su lado, dejando una distancia

prudencial y deseando que pudieran sentarse cadera con cadera. ¿CómoseríavolverapasarunanocheconMelanie, tenerlaacurrucada,besarla,deslizarlelosdedosporlamandíbula?Cuando Melanie cruzó por aquella puerta veintidós horas atrás, no

estabamuy seguro de qué esperaba exactamente, aunque sí sabía lo quequeríaquesucediera.Queríaescucharlaconfesarquedejarleenmediodelanocheeraladecisiónmásestúpidayprecipitadaquehabíatomadoensuvida, que esperaba que Adam la perdonara, que quería una segundaoportunidad.Nosehabíaacercadoniporasomoaello.Siendo imparcial, entendía

sus razones aunque le resultaran decepcionantes. Así que en lugar dedisfrutardeotroapasionadoencuentrosexual,seteníaquelimitaraverelbaloncestoytomarcervezaconella,unamujerinteligenteysexy.Podríahabersidopeor.TalvezMelanieesperaraqueélvieratambiénelpartido,peronopodía

dejarpasar laoportunidaddeobservarla.Separecíamuchoa laprimeravez que la vio en la fiesta del ParkHotel. Se fijó en ella porque estabahablandoconunodesusmayoresrivalesenlosnegocios.Surisamusicalllenaba el abarrotado espacio, elevándose por encima de lasconversaciones, y le despertó la curiosidad. Mientras escuchaba áridascharlas sobre inversiones y empresas, Adam hizo un esfuerzo pormantener los ojos apartados de ella. Todo su ser cobraba vida cuandohablaba.Eraunfaroenmediodeunmardeaburrimiento.Noventa minutos más tarde, tras la montaña rusa de emociones de

Melanieentreeljúbiloylarabiaporelpartido,suequipoibaperdiendoporunpuntoyquedaban solodoce segundos.Dejóclara su resignacióndurantelapausacomercial.–Tendría que haber imaginado que era demasiado bueno para ser

verdad–segiróhaciaélconexpresiónvulnerable.AAdamlecostó trabajo lidiarcon ladecepcióndesu tonodevoz.Si

Melanie fuera suya, no dudaría en estrecharla entre sus brazos. Quédiablos,inclusohabríapagadoalárbitroparaqueganarasuequipoyellafuerafeliz.–Nuncasesabe.Haytiempodesobraparahacerunbuenlanzamiento.–Sí,claro.Esonovaapasar.

Volvió el partido.Unode los jugadores del equipo deMelanie estabaesperandoparalanzarlapelota.Melanieselevantódelsofádeunsalto.–Nopuedomirar –se balanceó sobre los talones y sacudió lasmanos

comosiselehubieranquedadodormidas.Adam no tuvo más remedio que admirar el atractivo de su trasero.

Deseabavolveraacariciárselo.–¡Lánzala!–gritóella.Eljugadortiródesdelalíneadetrespuntos…yencestó.Melanieempezóadarsaltosconlosojoscomoplatos.–¡Haencestado!–selanzóalosbrazosdeAdamylodevolvióalsofá–.

¡Oh,Diosmío,Adam,hemosganado!–afirmósinaliento–.Teníasrazón.Éllarodeóinstintivamenteconlosbrazosyaspiróeldulcearomadesu

pelo.–Sí, eso parece. Es maravilloso –aunque no tan maravilloso como

aquello.–Lo siento–Melanie se apartóunos centímetros y sacudió la cabeza–.

Nohabíamosganadouncampeonatodesdequeyoeraniña.–Nolosientas.Estoeslomejorquemehapasadoentodalasemana–

Adam le deslizó los dedos por la espina dorsal mientras Melanie seinclinabasobreél.Losdosestabantodavíasentados,peroinclinados.–Notendríaquehaberteabrazado.Hasidopocoprofesional.–Creíquenoshabíamosdadounrespirodeltemaprofesional.Ellalemiróalosojos.–¿Novasasoltarme?–Túmeestássujetandotambiénamí.Melaniepusolosojosenblanco.–Estoytratandodemantenermerecta.Adam escuchó cada palabra que dijo, pero sus labios resultaban

demasiadotentadores.–Puesdejadeestartanrecta.AntesdequeMelaniesupieraquéestabapasando,Adamlabesó.Yella

lecorrespondiócomounatonta.DiosSanto…suboca,susmanos,sucuerpo…eralatentaciónservida

en bandeja de plata. Era el combustible para su fuego, los cuerpospegados,supesocontraelsuyo,loslabiospidiendomás.Elfuegodesuinteriorfinalmenteteníaloquenecesitabaparaseralimentado.Loslabios

de Adam eran increíblemente suaves aunque no quedaba duda de susintenciones poderosamente viriles. La deseaba. Él estaba al mando.Melanielosentíaencadarocedesusmanosbajoelsuéter,agarrándolelacintura,losfuertesbrazostumbándolasinesfuerzo.Labesóenlamejilla,deslizándosehastalamandíbulayeldelicadopuntodetrásdelaoreja,elpuntoqueleprovocabaescalofríosenlaespinadorsal.Melaniesearqueócontraél,cerrólosojosydejóquesumentevagaraentreelpresenteyelpasado.LanochequehabíacompartidoconAdamnohabíasidounsueño.No

lohabíaconstruidotodoensumente,besarlenoeracomparableabesaraningúnotrohombre.Eraunmomentodeplacersublimeeinterminableenelquepoderhundirse.Adamerareal.Elbesoerareal.Perfecto.Nohabíapasadoelúltimoañosinrumbo.Lohabíapasadoechandodemenosaquelbeso.LapiernadeAdamapretabalassuyas,unafriccióncálidaenelsitioperfecto.Adameraelúltimohombreque lahabía tocadoallí,quehabíacolmadotodossusdeseos.Eraelúltimohombrealquehabíadeseadodeaquel modo. Era casi perfecto. ¿Podrían retomarlo donde lo habíandejado?¿Olvidarelúltimoaño?¿Borrarlo?–He querido hacer esto desde que entraste anoche por la puerta –

murmuró desabrochándole la blusa–. En cuanto volví a verte, tenía queposeerte.Melanie disfrutó de aquellasmaravillosas y posesivas palabras, de su

manofuertedeslizándoseporsuvientre.Ellatambiénteníaqueposeerle.Estaban en el mismo barco, aunque parecía que Adam iba por delante.Todoloquehacíaeraexactamenteloqueelladeseaba.Ledeslizóundedoporelbordedeencajedelsujetador,rozándoleligeramentelapielbajolatelaydevolviéndoselaalavida.«Nopuedes hacer esto.Necesitas este trabajo». ¿No te pasaste todo el

año pasado prometiendo que nunca permitirías que un hombre tuvieraoportunidaddedestrozarteelcorazónyeltrabajodeunatacada?«Pero lo deseo. He esperado un año por él. Nadie tiene por qué

saberlo».«Perotúlosabrías».TeníalamanodeAdamenlaespalda,eneltirantedelsujetador.–Para, Adam. No podemos –esperaba que gimiera frustrado, incluso

quelaapartaradesícondisgusto.Peronolohizo.–¿Estás bien? ¿Quéocurre? –le sostuvo la cara y le deslizó el pulgar

porlamejilla.–Losiento.Losientomucho,peronopodemos.Nopodemoshaceresto

–Melanie cerró los ojos. Necesitaba un respiro del encanto de su boca,sobretodocuandolarespiracióndeAdamlerozabaloslabios.Teníaquerecomponerse–.Nodebíahaber llegadotan lejos.Essoloque…Guardósilencio. Cuanto más se explicara, más estúpida sonaría. Y a la largatendríaqueadmitirquesisospecharaqueAdamqueríaconellaalgomásqueunaaventura,enaquelmomentoestaríanarribaenlacama.–¿Essoloqué?–preguntóél–.¿Hehechoalgomal?¿Cómo podía estar tan calmado? Lo sentía contra la pierna, fuerte y

preparado,ysinembargolepreocupabahaberhechoalgomal.–Losiento,esquenoestábien.–No lo entiendo. ¿Tienes novio? Porque de haberlo sabido no habría

dadoniunpaso.–No,notengonovio.Peroestonoestábien.Firméuncontrato.Seríaun

error.–Un error –Adam se incorporó y se apartó de ella, creando una

distancia fría e insalvable. Tal vez fuera mejor así, aunque no se loparecía–. Menuda forma tienes de decir las cosas cuando no está pormediotutrabajoderelacionespúblicas.Melaniesepusoaladefensiva.–Penséquetemerecíaslaverdad.–No sé qué me merezco, pero ahora mismo siento que estoy siendo

castigadoporalgoquenopuedoevitar.Melaniesepusodepieyseabrochólablusa.NopodíacreerqueAdam

estuvierautilizandoesocomoexcusa.–Lo sientomucho –señaló hacia la entrepierna deAdam–.Una ducha

fría te podría ayudar.Mira, lo siento.Creo que deberíamos despedirnosporestanocheyolvidarqueestohasucedidoalgunavez.Adamsacudiólacabezasinmirarla.–Loquetúdigas.Melanie se sintió como si no existiera. Lo único que quería era

esconderse. Corrió escaleras arriba y cerró la puerta del cuarto deinvitadosalentrar.Seacurrucóenlacamacomounovilloyselellenaronlosojosdelágrimas.¿Cómo iba a hacer su trabajo? ¿Cómo iba a salir bien aquello? No

podíapasarsedíatrasdíaenseñandoaAdamahacerentrevistasysesiones

defotos.Nuncaloconseguiría,ledeseabademasiado.Se secó las lágrimas. Tenía que superar aquello, en caso contrario

fracasaría y eso nopodía pasar. Solo necesitaba encontrar lamanera dequitarseaAdamdelacabeza.Necesitabaunplan.

CapítuloCuatro

Antesde lanocheanterior,¿cuándofue laúltimavezqueAdamhabíasidorechazado?Nolorecordaba.PeroelhechodequevinieradeMelaniey que hubiera esperado un año entero para tener otra oportunidadempeorabalascosas.¿Tanequivocadoestabarespectoasuquímica?Cuando se apretó contra él en el sofá, Adam solo tenía una cosa en

mente:laelectricidadhabíavuelto.Lasentíaencadaátomodesucuerpo.¿Cómo podía ser solo por su parte? ¿Cómo podían dos personas creartantocalorsisolounapersonalosentía?Melaniebajóporlasescalerastirandodelabolsa.–Te la podía haber bajado yo si me lo hubieras pedido –dijo Adam

sacandolachaquetadelropero.–Puedohacerloyomisma.–Estoysegurodeello–Adamsecruzódebrazos.Melanieaspiróconfuerzaelaireporlanarizyevitócualquiercontacto

visual.–Necesitopedirteunfavor.Acaboderecibirunanotificacióndelalínea

aérea.Mivuelotieneoverbooking.Mehandejadoentierra.–¿Y? –se estaba imaginando lo que iba a venir. Pero quería oírselo

decir.–Mepreguntabasihabríaespacioeneljetdetuempresa.–Nolosé.Jackprefiereocupardossitios.Esunchicomuygrande.–¿Tanenfadadoestásporlodeanoche?Túsabesigualqueyoquenoes

buena idea que suceda nada entre nosotros. Sería una tontería, un granerror.Adamdeseóquedejaradeutilizarlapalabra«error».–Sí,por supuestoquepuedesvenir conmigoenel aviónde regresoa

NuevaYork.–Ah,deacuerdo.Gracias.–Denada,SuerodeLeche.

Unahoraymediamástardeestabanabordodelaviónlosdossolos,elpilotoy,porsupuesto,Jack.NormalmenteJackse tumbabaenelsueloalos pies deAdam.Aquel día se colocó al lado deMelanie y le puso la

cabezaenelregazo.«Traidor».–Adam,necesitohablarcontigodealgo.–Teescucho–Adamestabaleyendouncorreoenelmóvil.–Estaba pensando que parece que las mujeres son tu problema, pero

tambiénpodríansertusalvación.–A juzgar por lo sucedido anoche,me gustaría saber adónde quieres

llegar.–Penséqueestábamosdeacuerdoennohablardeanoche.–Yonohedichoqueestuvieradeacuerdoconnada.Melaniesacudiólacabezacomosinopudieraestarmásfrustrada.–Unadelascosasqueheaprendidodelasrelacionespúblicasesquela

malaimagendeunapersonapuedereemplazarseporotramáspositivayterminaolvidándoselamala.Adamalzólavistadelmóvilyentornólamirada.–¿Aquéterefieres?¿Imágenesdemíenuncomedorparapobres?–No. Estaba pensando en algo extremadamente creíble. Tú con una

mujer. Ahora mismo, el mundo cree que solo eres capaz de teneraventuras sin importancia, la imagen que a tus padres y la junta dedirectoreslescuestatrabajoaceptar.Adamtosió.Sihubieraqueridopodríahaberse lanzadoa layugulary

recordarlequeellossehabíanconocidoenunaaventuradeunanoche.Pormucho que los eventos de la noche anterior le hubieran dejado el egotocado,nopodíahacerlo.Nunca laconsideróunaaventuradeunanocheaunquesolohubierancompartidounascuantashorasjuntos.–Quieresqueempieceasalirconmujeresdemásclase.–Con una mujer. En singular. Básicamente, necesitas una novia. Una

noviaenserio.Tienesqueencontrarunamujeryqueteveanconella.Aserposible,durantelassemanaspreviasalagaladeLangTel.Luegotelallevas a esa fiesta, tu padrehace su anunciodel plande sucesiónyparaentoncesyahabrássalidoenrevistasyenprogramasdetelevisión.SeráeldescubrimientodelnuevoAdamLangford.Adammascullóentredientes.–Estupendo.Mibailededebutante.–Yasabesaquémerefiero.–¿Vasabuscarmeunanovia?–Esapartelatendrásquehacertú.Perotengoalgunasideas.

–Estoydeseandooírlas.Melanieseaclarólagarganta.–Debeserguapa,porsupuesto.EresAdamLangford.Nadiecreeráque

estásconalguienquenoseaimpresionante.Jack alzó los ojos y le lanzó una mirada a Adam, y luego volvió a

colocarlacabezaentrelaspatas.–También debe ser alguien conocida –continuó Melanie–. Pero debe

tener una reputación inmaculada. No más chicas juerguistas. Tambiéndebería ser alguien acostumbrada al microscopio de los medio decomunicación.Yasabesloduroquees.–¿Yquétengoquehacerconestapersona?–Salir a cenar. A tomar un café. A pasear a Jack. Solo tienes que

decírmelocontiempoparaquepuedaavisaralaprensa.–Nosésiestovaafuncionar.Nosoybuenofingiendo.Losfotógrafos

sedaráncuentasinoesreal.Melanielemiróconaquellosojosazulessuyos.–Puestendrásqueserbuenofingiendo.Esonoibaapasar.Yaerabastantetrabajoestarallísentadoyhablarde

otramujer.–¿Yquépasasimeenamoro?Despuésdetodoestoysoltero,yapesar

deloquepiensesdemí,notengointencióndequedarmeasíeternamente.–Esoyaescosatuya.–Porsupuesto–¿eraaquellalamaneraqueteníaMelaniedelibrarsede

él?¿Arrojarloenbrazosdeotramujer?–¿Tienesaalguienenmente?–aMelanieselequebróunpocolavozal

final,comosihubieraforzadoeldesinterésdelarespuesta.–Laverdadesquesí.Creoqueconozcoalamujerperfecta.

Lemirómientrasavanzabanconlalimusinaderegresoalaciudad.Nopudoevitarpensar encómosería aquelmomento siAdamyella fueranpareja.Sipasaranunimposiblefindesemanarománticoenlafincadelamontaña.Seguroquepasaríanmuchashorashaciendoelamor,sinsalirdela cama, excepto tal vez para bajar a comer algo de puntillas. Seacurrucarían frente a la chimenea y se dormirían abrazados. Seríaperfecto.AdamestabahablandoconsupadreporteléfonodeLangTeldesdeque

habían aterrizado. Ella también había quedado para hablar con RogerLangfordaldíasiguienteporlamañana.¿Lepreguntaríasihabíapasadoalgo entre Adam y ella? Y en ese caso, ¿qué contestaría ella? Habíacruzadolalínea.La vergüenza de la escena del sofá el sábado por la noche todavía la

reconcomía.¿Cómopodíaunhombretenertantainfluenciasobreella,sumenteysucuerpo?Nisiquierasuexhabíasidocapazdehacerleperderelpudordeaquelmodo.Adam se despidió de su padre y empezó a pasar los contactos de su

móvil.–Estaba pensando en que debería lanzar la bola de la nueva novia.

Ahoraesunmomentotanbuenocomocualquiera.–Noviafalsa.–Ya te dije que no seme da bien ser falso. Tengo que creérmelo un

pocoonofuncionará.Melaniecontuvounsuspirodefrustración.–Loquetengasquehacer.–Perorecuerda–Adamalzóunaceja–.Simeenamoroseráculpatuya.Melanie sintió deseos de darle una bofetada. Ahora era culpable de

perderlamoralidadydejaraAdamconunbultoenlospantalones.–Loúnicoquemeimportaesquesigasmisdirectrices.–Aquíestá–Adamdiountoquerotundoenelmóvil–.LaadorableJulia.AMelanie se lepuso el estómagodel revés. ¿Julia? ¿JuliaKeys? ¿De

verdadibaAdamaescogeraunaexnoviayunadelasmujeresmásbelladelahistoriadelahumanidadparaquefuerasufalsanovia?–Julia,soyAdam.¿Quétalestás,guapa?Melaniesuspiró.Seguramentesemerecíaelcastigodeescucharaquella

conversación.Desesperadaporencontrarunadistracción,sacóunarevistadelabolsayempezóapasarlaspáginas.–HeoídoquehasvueltoaNuevaYork,ypenséquepodríamosvernos.

Tengo algo que proponerte –Adam se inclinó hacia atrás y acarició elasiento de cuero negro con la mano–. Esperaba poder decírtelo enpersona.Digamosquetengounnuevopapelpara ti,yqueimplicaráquepasemosmuchotiempojuntos.Melanie apretó los labios y se recordó que Adam estaba haciendo

exactamente lo que ella le había pedido. Entonces, ¿por qué estaba tanenfadada? Ah, sí. Porque confiaba en que Adam escogiera a alguien

adecuado y poco más. No contaba con que eligiera a una mujer quepersonificaba el ideal de belleza femenina, alguien de quien podríaenamorarse.–¿Tevendríabiencenarelmartesporlanoche?Lepediréamicocinera

quepreparealgoenmicasaparaquepodamoshablarenprivado.Siestásdeacuerdoconmiplanpodemossaliracenarotrodíadelasemanasituagendalopermite.AdamserioantealgoqueJuliadijo.Estupendo.Asíqueeraguapa,inteligente,solterayalparecergraciosa.

Melanie miró por la ventanilla. Solo estaban a una manzana delapartamentodeMelanieenGramercy,graciasaDios.Elfinalestabaalavista.NopodíasoportarunminutomásdelallamadatelefónicadeAdam.Guardólarevistaenlabolsayseinclinóhaciadelanteparahablarconelconductor.–Esaquímismo,alaizquierda.–Sí,señora–elconductorsedetuvoalaentradadesuedificio.MelaniesegiróhaciaAdamcuandoelconductorabriólapuerta.Adamasentíaysonreíacomounidiota.Lepusolamanoalmóvilpara

taparelaltavoz.–¿Algomás?MelanietratóderecordarqueaqueleraalauténticoAdamLangford,el

playboy en el coche caro haciendo lo que le venía en gana. No estabahechoparasernoviodenadie.Erasucliente,puntofinal.–Eso es todo. Hablaremosmañana –Melanie salió del coche antes de

deciralgunatontería.Buscó las llaves del portal. ¿Por qué seguía allí el coche? Sentía los

ojos de Adam clavados en la espalda. Finalmente giró la llave en lacerradura, cruzó la puerta y la limusina se marchó. Esperaba sentirsealiviada,perosolosesintióconfusaydecepcionada.Llegóalapuertadesucasa.Suvecino,Owen,bajabaporlasescaleras

desdelaterceraplantavestidoparacorrer.–Has vuelto de tu viaje –Owen sonrió y se puso a trotar en el sitio,

comosiquisierarecordarlequeestabaenexcelenteforma.Lástimaquesuperfecto cuerpo no despertara nada en ella. Lo que necesitaba era uncompañero.Melanieselasarreglóparasonreír.Owenerainofensivo.–Sí,ahoramismo.

–Me alegro. Este edificio está demasiado tranquilo sin ti. Tal vezpodríamosiralcineestefindesemana.–Eh… ya veremos –contestó ella abriendo la puerta–. Tengo mucho

trabajo –se despidió de Owen agitando la mano y cerró. Agotada, seapoyócontra lapuerta.El apartamentono leparecíaaqueldía suhogar.Sololeparecíavacío.

CadavezqueMelanieabríalaspuertasdeRelacionesPúblicasCostello,losrecuerdoslagolpeabanenlacara.Eltiempohabíacalmadoeldolor,pero seguía allí.La traicióndel hombre al queunavez amó, el hombrequelahabíadejadoatrapadaconaquelcréditoinfernal.Melanienoqueríavolverapasarlotanmalnuncamás.Eraagotador.Seacercóalmostradorde recepción.Hacíamesesquenopodía tener

contratadoanadie.Porelmomentoeramejorseguirampliandolalistadeclientes.AquellaeralarazónporlaquehabíaaceptadoeltrabajodeAdamLangford.Melaniesesentóenelmostradoryrecordóquenohabíahechocafé.Se

levantó.Cuandolohizoytuvounatazahumeanteenlamano,searmódevalorparallamaraRoger,elpadredeAdam.–Señorita Costello –dijo la voz de Roger al otro lado de la línea–.

Sinceramente, cuando la contraté estaba seguro de que esta sería lallamadadeteléfonoenlaquetendríaquedespedirla.Melanietragósaliva.–¿Señor?–Yasabe,elprimer informequemediera trasempezara trabajarcon

Adam.–Elfindesemanahaidomuybien,señorLangford,seloaseguro.–Espero que sea completamente sincera conmigo, señorita Costello.

Quieromucho ami hijo y es la persona en la quemás confío para losnegocios,peronotienemuchacabezaparalasmujeres.Confíoenqueseciñaanuestroacuerdo.¿Cómo iba a responder a aquello?No tenía opción. Necesitaba aquel

trabajoysepodíadecirquesolohabíacometidounerror,besaraAdamenelsofáyperderelsentidodeltiempoydelespacio.–MemantuvealejadadeldormitoriodeAdam,siesoes loquequiere

saber –era la verdad, pero se sintió culpable. Si los labios de Adam se

hubieranmovidoalgomásdeprisa, siellahubiera tenido laoportunidaddeacariciarleelpecho,nohabríahabidovueltaatrás.–Perdónemeporpreguntarlo.Esimportanteparamíquelascosasestén

claras –Roger se aclaró la garganta–. No la entretengo más, señoritaCostello.HehabladoconAdam.Estámuyimpresionadoconsutrabajo,yesoes algoquenoesperabaoír.Se resistiómuchoaquecontrataraunarelaciones públicas, aunque se suavizó un poco cuando apareció sunombre.Cuando investigó sus antecedentes dijo que sí. Supongo que sureputaciónlaprecede.AMelanielefuncionabalamenteatodaprisa.SabíaqueAdamsehabía

resistido a la campaña de relaciones públicas, él mismo lo habíamencionado.Loquenomencionóeraquehabíacambiadodeopiniónalsaberquelahabíancontratadoaella.Investigarsusantecedentes…sufotoestabaenelcentrodelapáginaweb.–AdammehacontadolodetuplanconJulia–continuóRoger–.Esuna

auténticagenialidad.La señoraLangfordyyo laadoramosdesdeque laconocimos.Suromancefuemuycorto,perotalvezahoraquevanapasartiempo juntos se den cuenta de su error.No hay nada como la cercaníaparareavivarlallamadelamor.¿Reavivar la llama del amor? AMelanie se le puso el estómago del

revés.¿Cómoibaasobreviviralassiguientessemanas?–Laprensaselotragará,señor.–Absolutamente excelente, señorita Costello. He visto la agenda de

entrevistasdeAdamymegustaríaquemeavisaradecuándovaahacersuapariciónenMidnightHour.Estoydeseandoquellegueeldía.Melanie se dijo que debía volver a llamar al productor de Midnight

Hour, conscientedeque la respuesta sería algoasí como«yaveremos».Teníanlaprogramacióncerradaconvariosmesesdeantelación.–Sí,señor,estoyenello.–Bien, siga trabajando así. He hablado con mi asistente. Su próximo

chequevadecamino.Melanie suspiró. Dinero. Aquella era la razón por la que estaba

haciendotodo.–Gracias,señor,lemantendréinformado.Eranpocomásdelasnueveymediacuandosedespidió,peroMelanie

sentíaquellevabadíasenlaoficina.Café.Máscafé.La próxima hora la pasó poniéndose al día con otros clientes. Tras

terminarselasegundatazadecafé,revisóelcorreo:facturasdelalquiler,de losmuebles,deInternet,de losviajes.Todosumaba.¿Cuándodejaríadesentirquedabaunpasoadelanteydosparaatrás?Eraunaluchadoraynoserendiría,peronoteníagraciaestarsolaantetodo.Sonóelteléfonodelaoficina.Melanieodiabaqueesosucedieraporque

significabaqueteníaquefingirserlarecepcionista.Habíaacostumbradoala gente a llamarle al móvil y la mayoría de los clientes preferíacomunicarse por correo electrónico, pero sus hermanas seguíanllamándola a la oficina cuando necesitaban que Melanie lidiara con sucomplicadopadre.–RelacionesPúblicasCostello–contestó–.¿Conquiéndeseahablar?–Melanie,¿erestú?La cálida y familiar voz de Adam le produjo un efecto extraño, una

mezcladeemociónynerviosismo.–Espero que tu recepcionista haya salido a tomar un café. La jefa no

deberíacontestarnuncaelteléfono.–Nomeimportahacerlodevezencuando–cómoodiabamaquillarsus

respuestas–.¿Hasperdidoelnúmerodemimóvil?–Supongo quemarqué el número de la oficina sin pensar. ¿Prefieres

quetellamealmóvil?–Quieroasegurarmedeestarsiemprelocalizable.–¿Hashabladoconmipadre?–Sí. Hace aproximadamente una hora –Melanie se preguntó si debía

contarle que su padre le había preguntado específicamente si se habíanacostado juntos. Pero seguramente Adam no se sentiría muy bien alcomprobarlapocaconfianzaqueteníasupadreenélenaquelcampo.–LecontélodeJulia.–Sí,esomedijo.Estámuyemocionado.–Ya,losiento.Supongoquetendríaquehaberteavisado.Estáencantado

conlaideadequepasetiempoconJulia.Peronotepreocupes,lehedadoelcréditoaquienselomerece.Todohasidoideatuya.–Gracias,teloagradezco.–QueríadecirtequeyahehabladodetodoconJulia.Hemostomadoun

caféestamañana.–¿En lugar de cenar esta noche? –al parecer no podía esperar para

empezarapasartiempoconella.–No. Vamos a cenar esta noche también. Por eso te llamo. Quería

decirteadóndevamosairyaquéhora.–Ah, entiendo –Melanie recuperó la compostura.Aquella iba a ser su

realidaddurantelaspróximassemanas,tantosilegustabacomosino.–Asíescomofuncionaesto,¿verdad?Melaniesacudiólacabezaparalibrarsedeaquellospensamientospoco

halagüeños.–Sí,asíes–agarróunbolígrafo–.Adelante,teescucho.–VamosaestarenMilano.Lareservaesalasocho.Nadamenosqueelrestaurantemásrománticodelaciudad.–¿YelagentedeJuliaestádeacuerdoconesto?–Sí. Julia no tiene la próxima película hasta dentro de un año. Hará

cualquiercosacontaldesalirenlaprensaparaquelosproductoresylosdirectores no se olviden de ella. Pronto cumplirá treinta años. Eso esmuchoparaunaactriz.Ysinembargoseguíasiendoimpresionantementebella.–Deacuerdoentonces.Selofiltraréaalgunosfotógrafos.–¡Estupendo!Gracias,Melanie.–YAdam,porfavor,no teenfrentesaningúnfotógrafo–se lequebró

unpocolavoz.–¿Noconfíasenquehagalocorrecto?Llegadosaaquelpunto, laúnicapersonaen laquenoconfiabaeraen

ellamisma. Impresionar aRogerLangford y tratar almismo tiempodeevitarqueAdamfueraunatentaciónleestabaprovocandounagujeroenelestómago. Cada vez que pensaba en ello se sentía incómoda. Pero teníaquecentrarseeneltrabajo.–Soloesunrecordatorio.Melaniecolgóelteléfonoysereclinóenlasillasecándoselafrente.Si

eratanbrillante,¿porquésesentíalamayortontadelplaneta?

***

Adamtecleabaconfuerzasuordenadorportátiltratandodeexpresarlasideasparalanuevaaplicaciónquequeríaquesuequipodesarrollara,peroestabadandovueltasencírculo.Apoyóloscodosenelescritorioysepasóunamanoporelpelo.Todalajornadalaboralhabíasidounapérdidadetiempo.NopodíaquitarsedelacabezaaMelanie.¿CómoibaaconseguirquelodeJuliaparecierareal,ycómoinfluiría

eso en su relación con Melanie? No podía por menos que admirar sutenacidad,sudedicaciónaltrabajobienhecho.Suasistente,Mia,estabaapoyadaenlapuertadesudespacho.–Sonlasseisymedia,señorLangford,Sesuponequedeberecogerala

señoritaKeysalassieteyelcocheleestáesperandofuera.–Gracias.Creoqueserámejorquemecambie.«Ytambiénnecesitounacopaantesdemiprimeraapariciónpúblicacon

Julia».Adamcerró la puerta del bañoprivadode sudespachoy sepusouna

camisa limpia. Agarró la chaqueta del traje que estaba colgada de unganchodetrásdelapuertayluegosepusounacorbataderayasnegrasygrises.NoestabanerviosoporveraJulia.Habíantomadouncaféytodohabía

salidobien.Lociertoeraquesurupturahabíasidotodoloamigablequepodía ser.Despuésde tres citas, Julia le tomóde lamanoen lapartedeatrásdelalimusinaydijo:–Aquínohaynada,¿verdad?Adam se sintió inmensamente aliviado. Se caían bien. Se hacían reír.

Peronohabíaningunaquímica.Sobreelpapelhacían laparejaperfecta,perolarealidaderamuydistinta.Loquelepreocupabadeverdaderaquepudieranhacercreíblelafarsa

deunarelaciónromántica.Seguroquelagentelesveríajuntosysedaríacuentadequenoestabanrealmentejuntos.Pero Adam tenía que cumplir con su trabajo por mucho que eso

contradijera sumodo de vida.Le convenía que el escándalo se olvidaraparaquesupadrepudierapasarsusúltimosdíassabiendoconcertezaquela integridad del apellido Langford estaba intacta. Tenía que funcionarpara hacer además feliz a Melanie, porque gran parte de su trabajodependía de aquel éxito.Al final, si tenía suerte, provocaría uno de dosefectos en ella: o se pondría tan celosa que se daría cuenta de que lodeseabaolaayudaríaaverqueeraunhombrebueno.Aquellapodíasersupruebadefuego,laoportunidadparademostrarleaMelaniedequépastaestabahecho.La limusina llegóalapartamentodeJuliay trasveinte largosminutos

de charla banal en el coche, llegaron al Milano. Como Melanie habíaprometido,habíaunpuñadodefotógrafosenlapuerta.–Julia,aquí–gritóunodeellos.

Los flashes de las cámaras se dispararon mientras ella le rozaba lasyemas de los dedos con las suyas. Julia sabía cómo manejarse en lasituación,sonriendoparalafotoperosinparecerforzadaycaminandoalavelocidadjustaparaquepudieranconseguirlaimagen.Una de las ventajas de escoger a Julia como falsa novia era que ella

ocuparíaelpapelprincipal.Surostro llevabaañosenlasportadasdelasrevistas.Entraron en el restaurante. Se escuchaba el suave repiqueteo de la

cuberteríadeplataylascopasdecristalporencimadeunasuavemúsicadejazz.Elmaîtreleshizounaseñaparaqueseacercaranalamesadelaesquina.Todoelrestauranteempezóamurmurar.Juliaconsultólacarta.–Y dime, cariño –le miró de reojo–. ¿Qué te apetece cenar? –una

enormesonrisaleasomóaloslabiosyladeólacabeza,permitiendoquelaonduladamelenalecayeraporloshombros.Cualquier otro hombre estaría babeando a sus pies. Adam no sintió

nada.–¿Cariño?–susurró–.Nocreoquemellamarasasícuandosalíamos.Juliadeslizóundedoporelmantel.–Si vamos a interpretar un papel, tenemos que hacerlo bien.

Necesitamosmotescariñosos.Adamasintió.–Ah,deacuerdo–ibaatardaruntiempoenacostumbrarse.El camarero se detuvo a su lado y les tomó nota de las bebidas, un

martinisecoparaJuliaybourbonsoloparaAdam.Élvolvióarepasarelmenú.–Creoquetomarélacostillaalatoscana.–Suenaestupendo,cariño–aseguróJulia–.Yotomarélaensaladacésar

conlangostinos–Juliacerrólacartaypusolamanosobrelamesa.LuegodioungolpecitoenlamesaymiróaAdam.Ah, de acuerdo. Le tomó lamano en la suya, pero no se sintió bien.

Aquellanoeralapersonaconlaquedeberíaestar.Esosí,lapersonaconlaquequería estar eraquien lehabía colocadoen aquella situación.Asíque talvez fueramejorcallarse,continuarcon la farsayconfiarenquetodosalierabien.ApenasfaltabantressemanasparalagaladeLangTel,yallí terminaría el trabajo de Melanie. Podría intentarlo entonces. Yseguramentevolveraserrechazado,peropodíaintentarlo.

–Deberíamos ponernos de acuerdo con la historia –dijo Julia–. Yasabes,cómovolvimos.Lagentevaahacerpreguntas.Necesitamostenerrespuestasonoserácreíble.–¿Porquénoempiezastú?Juliaestirólaespaldaysonrió.–He pensado un poco en ello hoy. Podemos decir que me llamaste

cuando supiste que me mudaba a Nueva York. Tu vida estaba hechajirones,porsupuesto.Quierodecir,quehabíastocadofondo.Adamparpadeóapesardequesabíaqueestabadiciendolaverdad.–Sí,yalohepillado–cambiódeposiciónenelasiento.–Hablamos durante horas por teléfono aquella noche y yo accedí a

regañadientesadejarteiramiapartamentocuandoestuvieraenlaciudad.–¿Porquéaregañadientes?–Seamosserios,Adam.Porsupuestoquehevistoesashorriblesfotos.

EstánportodoInternet.¿Quémujernosospecharíaunpocodeti?AAdamselecayóelalmaalospies.Aquellapodíasertambiénladuda

deMelanie.Habíavistolapeorpartedeél.–Supongoquetienesrazón.–Me trajiste flores, rosas blancas. Son un símbolo de buenas

intenciones.–Creíaquelasrosasblancassignificabandisculpas.–Bueno,rompisteconmigo.–Lodecidimoslosdosdemutuoacuerdo.Ynadiesevaacreerqueyo

rompícontigo.Esoesabsurdo–Adamsacudiólacabeza.Dehecho,todaaquellaconversacióneraabsurda.–Muybien,deacuerdo.Rosasrojas.Pasión–Julialeguiñóunojo.Adamnodijonada.Selimitóadarleotrosorboasubourbon.–Las chispas saltaron en cuanto nos vimos –continuó ella–. Supimos

queteníamosquevolveraestarjuntos.Adamseinclinóhaciadelante.–¿Quédecimosdentrodeunmes,cuandorompamos?–Oh,lohabitual–Julialediounsorboasucopadevino–.Dospersonas

dedicadasasutrabajoquenoencontrarontiempoelunoparaelotro.Esoescreíble,¿verdad?AAdamseleescapóunsuspiroentreloslabios.–Másdeloquecrees,cariño.Másdeloquecrees.

CapítuloCinco

Las fotos deAdam y Julia en la puerta del restaurante en su primera«cita» eran una cosa. Le dolía verlas, pero resultaba tolerable. Lasimágenesdelosdostomandocaféunosdíasmástardeeranalgodistinto.Melaniesintióunaopresiónenelpecho.En las fotos salíandadosde lamano.Había sonrisas.También loque

podíanconsiderarsemiradasrománticas.Erasuficienteparaqueunachicaperdiera toda esperanza, algo a lo que Melanie prácticamente habíarenunciado ya por el bien de su negocio. Pero aquel día Adam estabamirandoeltraserodeJulia.¿Cuántoseríacapazdeaguantar?Melanie se revolvió incómoda en la silla de la sala de espera del

despachodeAdamypasólashojasdelperiódico,forzándoseamirarlasfotosdeJuliayAdamcorriendoporCentralParkconJack.Parecíanestartanbien juntos,sonriendoycorriendo.Ledolía todoelcuerpo.Despuésdetodo,¿quiénsonreíaalcorrer?Sololagenteenamorada.Adam y Julia eran la pareja perfecta, todo lo bella que se podía ser.

Adam, en particular, estaba guapísimo. Todas las mujeres de la ciudadbabearían al ver aquellas fotos. Tenía la camiseta gris estirada por elpechoyelvientre,tantoqueselemarcabanlosabdominales.Oh,cuántosbesoshabíadepositadoenaquelmaravillosovientre.Peroahoraaquellosabdominalesestabantanfueradesualcancecomolatartadequesoenunadieta.Lafotomásdolorosaeraladedespuésdecorrer.Julia,vestidaconunas

mallasnegrasajustadasycamisetaajuego,estabainclinadahaciadelantetocándose los dedos de los pies.Adam le estabamirando el trasero condisimulo.Aquellanoeraformadeempezareldía,ymenoscuandoestabaapunto

de pasar las próximas dos horas con Adam. En cualquier momento lallamaría para que fuera a su oficina y le ayudara en una conferencia deprensaonlineenlaqueAdamibaahablarconunadocenaderevistasdetodo el mundo por videoconferencia. Aquel día no se trataba delescándalo. Se trataba de poner el foco en el negocio de Adam, deimpresionaralajuntadedirectoresdeLangTel.Melanieconsultóelreloj.Adamyaibacincominutostarderespectoal

horarioque lehabíadado.Por suerte ella sehabíaanticipadoy lehabíadadomástiempoapropósito.–SeñoritaCostello,elseñorLangfordquiereverlaahora–dijoMia,la

asistente de Adam, apareciendo en una puerta adyacente al espaciosovestíbulo.Melanie la siguió por la puerta y después por un ancho corredor

mientrasunflujoconstantedeempleadospasabadeunespaciodetrabajoabierto al otro. La oficina entera estaba llena de gente, un ejércitoinnumerableescogidoporAdam.Mia llamó a una puerta con los nudillos y la abrió paraMelanie. El

despachodeAdammedíafácilmenteeldobledelapartamentodeMelanie.Igual que el propio Adam, era un espacio moderno, bonito eimpresionante. Él estaba sentado detrás de un escritorio de brillantematerialnegrodándolelaespalda.–Tenemoselordenadorylosmonitorespreparadosparalasentrevistas

–Mia señaló hacia la mesa de conferencias situada al fondo de lahabitación.–Estupendo.Gracias–susurróMelanie,quenoqueríamolestaraAdam.

Seestabasentandocuandoélhabló.–Hola.Melanie le miró. En cuanto sus ojos conectaron supo que tenía un

problema.Leprovocóunaoleadade atracción, y teniendo en cuenta lasfotosdelperiódico,sesintiómolesta.–Hola a ti también –deseó haber sabido disimular el tono amargo de

voz,peroleresultóimposible–.Estonodeberíallevarnosmásdenoventaminutos –encendió el ordenador que tenía delante–. Tiene cámara web,¿verdad?–Por supuesto. Es de última generación. ¿Qué ordenador no tiene

cámaraweb?–Losiento.Noeramiintencióninsultaralequipamientodetuoficina.–¿Estás bien? Pareces agitada –Adam agarró el periódicomatinal del

escritorioy se lopasó–.Hasvisto esto, ¿verdad?Esexactamente loquebuscabas,¿noesasí?Todoelmundoenlaoficinahablabadeellocuandollegué al trabajo. Mi padre me ha llamado para decirme que estáencantado.Melaniesecruzódebrazos.–Sí,lohevisto.Bienhecho.Lapróximaveztalvezestaríabienqueno

tepillaranmirándoleeltrasero.–¿Poresoestásasí?Notehagustadoverlo,¿eh?–Adamsonrióytomó

asientoenunasillaasulado–.¿Estáscelosa?Melanieentornólosojos,estabamuyperturbadaporlacuestión.–Lo único que intento es hacer que parezcas menos mujeriego, nada

más.–Oh, vamos –Adam sacudió la cabeza y se rio–. No puedes estar

hablandoenserio.Cualquierhombredelmundohabríahecho lomismoqueyo.Juliatieneuntraseroespectacular.Notienenadademalomirar.Elladejóescaparunprofundosuspiro,aunquenoqueríaqueAdamse

diera cuenta de lo mucho que le molestaba. ¿Por qué tenía que usar lapalabra«espectacular»?Eracomounpuñetazoalestómago.–Sabía que utilizarías esa defensa. Los hombres sois a veces muy

predecibles.Veisunacarabonitaynopodéiscontrolaros.–Ountraseroparticularmenteatractivo,comoeselcaso.Adamsereclinóhaciaatrásyarqueóambascejas.Senotabaqueselo

estabapasandoengrande.–Tienesunaentrevistadentrodeunminuto.Nopodemosestarhablando

deestoahoramismo.–Claroquepodemos.Puedenesperar.Quierosaberporquétemolesta

esto.–Ynomeimportahablardeello.Terminastesaliendoenlosperiódicos

conJulia.Esoesloúnicoquemeimporta.Lapantalladelordenadorcobróvidayaparecieronunadocenadecaras

desconocidas.Elhombresituadoen laesquina superiorderechaagitó lamano.–Hola,señorLangford,señoritaCostello.Yovoyamoderarelchathoy.

Empezaremosdentrodeunosminutos.–Estupendo. Estamos preparados –Melanie colocó sus notas y el

bolígrafocuidadosamente.–Lo cierto es que vamos a necesitar otros cinco minutos, si no le

importa.Elmoderadoralzólavista.–Eh…claro,señorLangford.Peroquenoseamás.Losperiodistasque

sevanaunirhoyanosotrostienenlaagendamuyapretada.–No se preocupe. No los entretendré –Adam le quitó el sonido al

ordenador–.Quiero saber por qué temolestan tanto las fotos. ¿O tengo

querecordartequefueideatuyaliarmeconJulia?Hacía una semana que no estaba tan cerca deAdam, y sumente y su

cuerpoestabantodoloturbadosquepodíanestar.Todolorelacionadoconsupresenciafísica,suaroma,supelo,susmanos,lahacíadesearmetersedentrodesucamisa.–Por favor, deja de recordarmeque esto fue ideamía.Mi cerebrono

puedeprocesartantascosasalavez.–¿Qué cosas? ¿El trabajo? ¿Las fotos? ¿Julia? –Adam agarró un

bolígrafoyjugueteóconélentrelosdedos.–Vamosacentrarnosenlaentrevista.Noquieressaberquépasapormi

cabezaenestosmomentos.–Lo cierto es que pagaría por saber qué pasa por esa cabecita tuya.

Podemos empezar con el comentario de que los hombres son todosiguales.¿Hayalgúntipoimbécilentupasado?Quierodecir,megustaríapensar que todo esto es pormí, pero ahoramepregunto si ocurre algomás.Melanie no estaba dispuesta a adentrarse en el tema de su ex y de su

desastrosavidaamorosa.–Lo único que pasa es que estoy intentando hacer mi trabajo y tú te

dedicasaboicotearlo.Escomosimepasarahorasponiendolamesaparalacenaytúpasarasalladodándolelavueltaalostenedores.Adamalzóunaceja.–Nomegustanlascosasfalsasyfingidas,nadamás.Estabapasandoun

ratoconJulia,seagachóylemiréeltraseroporquelotienebonito.Findelahistoria.Nohaymás.Melaniealzólavistayvioalmoderadoragitandolasmanosconfuerza.

Encendióotravezelmicrófonootravez.–SeñorLangford,señoritaCostello,tenemosqueempezar.–Sí,porsupuesto–dijoMelanie–.Sientoelretraso.Adamseaclarólagarganta.–Sí,empecemos–entoncesescribióunanotaenuntrozodepapelyse

lopasóaMelanie.

Si tú te inclinasconesa faldaque llevas, estaréencantadodemirartetambiéneltrasero.

AdamentróenelapartamentodesuspadresenParkAvenue,ellugarenel que había vivido de niño. Estaba lujosamente decorado, un pocorecargadoparasugusto,peroseguíasiendosuhogar.–Adam, cariño –su madre cruzó el vestíbulo llevando su atuendo

habitual,negrodelacabezaalospiesyunbrillantepañueloalcuello.Adamnorecordabahaberlavistonuncavestidadeotromodo.–Estásguapísima,mamá–labesóenambasmejillasysediocuentade

que había perdido. El estrés de cuidar a su marido enfermo le estabapasandofactura–.¿EstáAnnaaquí?–Está en el baño. Saldrá en cualquier momento. Cenamos dentro de

quince minutos. Margaret está preparando tu plato favorito, terneraWellington.–Suena estupendo. ¿Y papá? –Adam y sumadre recorrieron el ancho

vestíbulodemármol.–Estáviendolatelevisión.Ahoralegustaelbaloncestouniversitario.Es

curioso,antesnuncaloveía.Adam sonrió al pensar enMelanie aquella noche en lasmontañas. A

pesar del modo en que todo había terminado, daría cualquier cosa porvolveraaquelsitioyaquellugar,losdossolosylejosdelmundo.–Adam,hijomío–Rogerintentólevantarsedelasilla.Adamsabíaquenodebíadetenerle,nipeortodavía,ofrecerleayuda.Su

padreeramuyobstinado.Leabrazóylesintiófrágilentrelosbrazos,perotodavíafuecapazde

darleunafuertepalmadaenlaespalda.–Papá,quéalegríaverte–siempreque leveíasepreguntabasiaquella

seríalaúltimavez.Eraunpensamientodemasiadodoloroso.Queríacreeralosmédicos,queasegurabanqueaRogerlequedabantodavíadosotresmeses.–Ycontanbuenosauspicios.Nopodríaestarmáscontentoconcómoha

idolacampañaderelacionespúblicas.Eseldineromejorinvertidodemivida.–LaseñoritaCostellotienemuchotalento.Deesonocabeduda.Annaentróenlasala.Llevabaellargoynegrocabellorecogidoenuna

coleta alta.Siempreprofesionalypulcra, ibavestida conun trajegris yblusa crema. Acababa de regresar de su trabajo como directora de unaempresaquefabricabaropadetrabajoparamujeres.Anna le dirigió a Adam una sonrisa incómoda. Estar con su padre

resultaba difícil para ella. Era fuerte e independiente, con una mentebrillanteparalosnegocios,perosupadrelaveíaenelcontextofamiliar:laúnicaniña,lavivaimagendesumadre,unapreciadaposesiónalaquehabía que preservar de la cruda realidad de las reuniones de la juntadirectivaydelosinformesdepérdidas.RogerLangfordnuncapermitiríaque su hijita dirigiera LangTel por mucho que ella ansiara tener laoportunidaddehacerlo.–Papá–murmuróAnnaabrazandoasupadre–.Tienesbuenaspecto.Las

mejillassonrojadas.–Eso es porque estoy contento.Adamy yo estábamos hablando de lo

bien que va la campaña de relaciones públicas.Tumadre y yo vamos acenarcondosdenuestrostreshijos.Ahoraagradezcocadapequeñacosaquemepasa.–HetenidonoticiasdeAiden–dijoAnnarefiriéndoseasuhermano,el

mayordeloshermanosLangford–.EstáenalgúnlugardeTailandia.Nosémuchomás.Solofueronunaslíneasporcorreoelectrónico,ydeestohacesemanas.Supadresacudiólacabezacondisgusto.–Parecequealchicolecuestallamaratumadreydecirlequeestávivo.Asumadreseleentristeciólamirada.–Tienequedejardeevitarlaenfermedaddesupadreyvolveracasa.–Yasabesqueesonovaapasar–dijoAdam.Aidennoibaavolveracortoplazo,nodespuésdelaúltimapeleaque

había tenidocon supadre.Nadie se atrevía ahablarde ello, peroAdamsospechaba que se debía a queAiden nunca había sido considerado unaopciónparadirigirLangTelysololehabíandejadounascuantasaccionesdelaempresa.AidenhabíacrecidodeunaformamuydistintaaAdamyAnna.Tenía

seisañosmásqueAdamlehabíanenviadoaun internadocuandoAdamtenía dos años y Anna era un bebé. Adam seguía sin saber por qué suhermanayélhabíanidoencambioauncolegioprivadodeNuevaYork.Solo sabía queAiden semetió enmuchos líos en el internado, y que aAdam le trataron desdemuy pequeño como si fuera el primogénito. Enmuchos sentidos era como siAiden no existiera, almenos a ojos de supadre.AAdamyaAnnalesentristecíanoestarmuyunidosasuhermano,peroélparecíasatisfechomanteniendolasdistancias.–Anna,¿tetraigoalgodebeber?–lepreguntóAdam.

–Porfavor.Hetenidoundíabrutal.Adamseacercóalmueblebarquehabíaenlaesquinaylepreparóasu

hermana un gin tonic. Ella le siguió. A juzgar por el sonido de latelevisión, alguien había marcado un buen tanto en el partido debaloncesto.–Maldición –su padre volvió a su asiento–. Siempre me pierdo las

jugadasimportantes.Sumadreconsultóelreloj.–Iréavercómovalacena.–¿De verdad has sabido algo de Aiden? –le preguntó Adam a Anna

bajandoeltonodevoz.–Nomedijograncosa,perotengoclaroqueprefierecontagiarsedela

pestequevolveracasayenfrentarseapapá.–Estaríabienquedejarandepelearse–Adamsacudiólacabezaylepasó

asuhermanalacopa–.Ydime,¿cuáleselplandeestanoche?¿Vamosahablarconpapá?–Sinceramente, no sé si tengo fuerzas. Si me va a tocar escuchar un

discursosobrequedebobuscarmaridoypensaren laeducacióndemisfuturoshijos,meechoallorar.Entremipadreymiactualtrabajo,tengolasensacióndequemepasolavidadándomecabezazoscontralapared.Adamaspiróconfuerzaelaire.Eraunmilagroqueaquel temanoles

hubieraproducidounaúlceraasuhermanayaél.LediounapalmadaenlaespaldaaAnna.–Yoteecharéunamano.Tenemosqueseguirintentándolo.Margaret, la cocinera de toda la vida de la familia, apareció en el

umbraldelapuerta.–Lacenaestálista,niñosLangford–sonriódeorejaaorejacomoMary

Poppins.

Despuésdelacena,Adamsiguióasupadreasudespachoagitandosucopa de bourbon. Desde que a su padre le diagnosticaron cáncer, habíadejado el alcohol. Roger ocupó su lugar tras el enorme escritorio decaobaquehabíasidoherenciadesuabuelo.–DimecómovanlascosasconJulia.Séquenoqueríashablardeello

delante de tumadre, pero a tu viejo se lo puedes contar.Ahora estamosdeseando ver tu foto en el periódico –se rio entre dientes–. Eso es una

granmejoríaconrespectoalmespasado.Adamnoestabaconvencidodequelascosashubieranmejoradoparaél,

al menos personalmente. Desfilar por Manhattan con su novia falsa lehacíasentirseunamarionetahumana,yesonolegustaba.Seacomodóenunadelasbutacasdecuerofrentealescritoriodesupadre.–Papá,ya tedijequeestonoes real.Fue ideade la señoritaCostello,

¿recuerdas?–Yoséloquevienesasfotos.Soisfelicesjuntos–Rogerrecolocóunos

sobresencimadelescritorio–.Avecesunhombrenecesitaabrirlosojosante loque tienedelante.Seríasun idiota sidejarasescaparaunamujercomoJulia.AdamsolopudopensarenquelamujerqueteníadelanteeraMelanie.Y

ellanoqueríatenernadaconél.–Juliaespreciosayfamosa,Adam.Eslaclasedemujerqueatumadre

yamínosgustaríavercontigo.Túeresunhombre.Ellaunamujer.Noveodóndeestáelproblema.«Elproblemaesquenosientonadacuandoestoyconella».Adamledio

unsorboasucopa.Supadreestabaacostumbradoaconseguirtodoloquequería. Adam no quería negarle nada a un moribundo, pero no podíamentir.–Necesitoquemamáytútengáislospiesbienpuestosenlatierra.Entre

Juliayyonohaynada.–Entoncesdéjamedecirtealgo.Mequedapocotiempoenestemundo,y

loúnicoquequieroesquetuhermana,tumadreytúestéisbiencuandomehayaido.Necesitosaberquetendréislavidaquequeréis.Esosignificaunmaridoparatuhermanayunaesposaparati.EsosignificaunahabitaciónllenadenietosenNavidadparatumadre–asupadreselequebrólavozyseleresbalóunalágrimaporlamejilla.Adamaspiróconfuerzaelaire.Solohabíavistollorarasupadreuna

vez,eldíaquemuriólaabuelaLangford.Adamsabíaquesupadreteníauncorazónenormeaunquefueraexigenteyestricto.–No deberías preocuparte por nosotros. Vamos a estar bien. Y debes

dejardedarporhechoquenoestarásaquícuandopasentodasesascosas,porquenuncasesabe.–Solo quiero que sepas que vosotros tres sois lomás importante del

mundo paramí. Sois en lo único que pienso cuandome levanto por lamañana.

–Papá, ya sabes que tenemos que hablar de Anna y de LangTel. Hasheridosussentimientosdurantelacena,ynoentiendoporquéteniegasavereltrabajotanincreíblequeharía.–Yonocuestionosushabilidades.Lapusealmandodelaorganización

delagala,¿no?–Esenoeraelencargoqueellaanhelaba.–Esunachicalista,peroparahacermitrabajohayqueserapruebade

balas,ynoestoydispuestoacolocaraminiñaenesaposición.Mitrabajoesprotegerla.Adam estaba empeñado en demostrar que su padre se equivocaba en

aquelpunto.Ynoestabamotivadoúnicamenteporrazonesegoístas.Nosetrataba solo de su falta de entusiasmopara dirigirLangTel. Suhermanahabía crecido a la sombra de Adam, y él lo odiaba. Era tan inteligentecomoél,talvezinclusomás,rápidaycreativa.–Annaestanfuertecomocualquierhombre.Talvezmás.Ellameayudó

mucho cuando me pusiste al mando durante tu operación y la primeratandadetratamientos.Noentiendoporquénoledasunaoportunidad.–Acabasdedecirlo.Teayudó.Laveoenunpapelsubordinado.Talvez

comoasistentededirecciónoalgoasí.Túestarásalfrente,comosiempresoñastedesdequeeraspequeño.Adamnopudocallarse.–¿YsiyonoquierodirigirLangTel?Supadrepusocaradeterror.–Nodejesquelosdeseosdetuhermananublenelasunto.Porsupuesto

quevasadirigirLangTel.Esehasidoelplandesdeeldíaquenaciste,ynovoyacambiarloahora.Findeladiscusión.–Soyunhombreadulto,papá.Tengomipropiaempresa.Túmejorque

nadie deberías apreciar que quiera vermi sueño hecho realidad.Quierotriunfarconmispropiosplanes.Rogerlediounpuñetazoalescritorio.–LangTeleseltrabajodetodamivida,ylaseguridadfinancieradetu

madre, y tú eres la persona en la que confío. Así que, te guste o no,necesitoqueacepteselhechodequenacisteparahacerestetrabajo.Punto.Adam se reclinó en la silla. ¿Cómo iba a discutir con su padre si se

estabaenfrentandoalamuerte?Nopodía.

CapítuloSeis

Lamayoríadeloseditoresderevistaserandadosacambiosdeúltimahora, y Fiona March, editora jefa de Metropolitan Style, no era unaexcepción.LaaparicióndeAdamenlaportadadelarevistasemanaleraunodelosobjetivosdelacampañadeMelanieysumayorlogro.Asíquecuando Fiona la llamó la noche anterior y le pidió que Julia estuvierapresenteenlaentrevistadeAdamyenlasesióndefotos,Melanienotuvoelección. Además, Fiona había decidido hacer ella misma la entrevista,algoquesolohacíaunpardevecesalaño.Dejóescaparunsuspiroymirólosnúmerosquehabíasobrelapuerta

delascensor.Pensóenpulsar laalarma.Lasirenaretrasaríaalmenossullegada al ático de Adam y supondría una distracción. Pero no tuvo elvalor de pulsar el botón rojo, y las puertas se abrieron al llegar alapartamentodeAdam.Aquellaeralaprimeravezqueestabaallídesdelanochequepasaronjuntos,yyaselecruzabanimágenesporlamente.Paraempeorarlascosas,supaseoporelcaminodelosrecuerdosseríatambiénsuprimerencuentroconelnuevo«interésamoroso»deAdam,Julia.Laúltimavezqueestuvoen sudormitorio estabamediodesnuda.Las

manosdeAdamlerecorríantodoelcuerpomientrasellaledesabrochabafrenéticamentelacamisaylebajabalacremalleradelospantalonesantesdetropezarsevergonzosamenteconsupie.Adamlatomóenbrazosylemurmuróaloído:–Yanotienesqueandarmás.UnminutomástardeteníaelpelodesparramadoporlacamayAdamle

estaba cubriendo el cuerpo de besos hasta el vientre. Elmero hecho depensarenelloleprovocabaoleadasdecalorplacentero,yacontinuaciónunvacío.Aquellanoche lehabíanecesitadodesesperadamente. Igualquelanochedelamontaña.¿Porquéprovocabaaquellarespuestaenél?Un fotógrafodelMetropolitanStyle estabaocupadocaptandoel salón

abierto de techos altos, suelo de madera oscura y muebles de cueromarrón. También había ahora más toques femeninos: una manta decachemir, velas decorativas y objetos de arte en lamesita auxiliar, todoañadido por un decorador contratado por Melanie y por lo que Adamhabíaprotestado.AunquenolehacíaningunailusiónconoceraJulia,necesitabaestarallí

para asegurarse de que la entrevista fuera perfecta. Necesitaba hacerleseñasaAdamsitomabaelcaminoincorrectoensusrespuestas.EscudriñólasalayvioaAdamapoyadoenuntaburetealtodemaderaenunaesquinaconJackasulado.Melanie se acercóa todaprisay admiró la camisa azulheladoque le

habíaconvencidoquesepusiera.Noeralavanda,peroalmenoslostirosibanporahí.Estabaabsurdamenteguapovestidoentonosclaros,aunquelaexpresióndesurostroeradeangustia.–Sepuedesonreír,¿sabes?–dijoella.ElmaquilladorqueestabatrabajandoconAdammiróaMelanie.–Terminaréconélenunminuto.Creoquenoloestádisfrutando.–Solo quiero terminar con esto –murmuró Adammientras le ponían

corrector en la comisura de los labios–. He recibido una docena decorreos importantesen losúltimoscincominutos.Estoes loúltimoquemegustaríaestarhaciendoenestosmomentos.–Le he obligado a dejar el móvil –comentó el maquillador–. Estaba

arrugandolafrente,yasínopuedotrabajar.Melanieescuchóunavozdemujervagamentefamiliarasuespalda.–Yocreoqueestántanguapocomosiempre.Melaniesediolavueltayseencontrócaraacaraconlapesadillamás

impresionantementebellaquehabíavistoensuvida.–TúdebesdeserMelanie.YosoyJulia–letendiólamanoyledirigió

una sonrisa que había visto docenas de veces en las revistas. El cabellocastañoylargolecaíaporloshombrosyteníaunmaquillajemínimo.Yluegoestabalaropaquellevaba.Juliasoltóunacarcajada.Susimpresionantesojosrojosseabrieronde

parenparporlasorpresa.–Oh,Diosmío,llevamoselmismovestido.¿NeimanMarcus?Si Melanie hubiera podido hacer algo en aquel momento, habría

aprovechadolaoportunidaddepulsarlaalarmadelascensor.–Vaya.Oh.Sí.–Qué casualidad –Julia se puso el pelo detrás de la oreja. La voz de

Julia tenía un tono dulce que hacía sentir cómodo a todo el mundo alinstante.Pero Melanie se negaba a estar cómoda. Estaba demasiado ocupada

sintiendolamiradadeAdamenellas.–Date la vuelta para que puedamirarte –Julia hizo un círculo con el

dedoenelaire.AMelanie se le cayó el alma a los pies cuando vio la expresión de

Adam. Aquello se parecía demasiado a las cosas que su padre solíaobligarla a hacer: girar con un vestido bonito para que lo vieran losvecinos, estar guapa para la gente. Las hermanas de Melanie siempreestabanmásguapasqueella,igualqueJuliaenloquesereferíaamostrarlassublimeslíneasdelvestidodelananegra.–Teloprometo,noteestásperdiendonada–Melanierezóparadejarde

serelcentrodeatención.Sobretodoporqueestabaal ladodeunamujercon un cuatro por ciento de grasa corporal y sin un solo centímetro demás.–Tevoyadecirunacosa,llenaslafaldamuchomejorqueyo–Juliase

apoyóenelrespaldodelsofádecuerodeAdam.–Estáfantástica,¿verdad,Jules?–intervinoAdam.–Perfecta–Juliacruzósuskilométricaspiernas.Melanie estaba algo confundida. Tal vez fuera fácil ser generosa en

cumplidos cuando siempre se era la mujer más bella de la sala fueradondefuera.ElascensordelapartamentodeAdamseabrióyFionaMarchhizosu

entradaconsucabellocortoynegro.Llevabaunbolsograndedediseñoyunabotellaenormedeagua.–Melanie,mealegrodequeyaestésaquí.Sientollegartarde.Melanie se acercó a toda prisa a ella. Fiona era uno de sus contactos

másimportantes.–Túnuncallegastarde.Hasllegadojustoatiempo.–Eresunencanto–respondióFiona–.Peromientesfatal.MelanieserioyguioaFionaatravésdelasala.–DéjamepresentarteaAdamyaJulia.Los tres intercambiaronsaludos,peroAdamparecíadistante, comosi

hubieraalgoquelemolestara.Melanieselollevóaunapartemientraselcámaraajustabalaluzparalasfotos.–¿Teencuentrasbien?–lepreguntóalzandolavistaperointentandono

mirarlealosojos.Adamesbozóunamediasonrisapícara.–Cuandoquiereseresunencanto.–Solo quiero asegurarme de que estás preparado. Eres mi cliente y

necesitoqueestésbien.

–Ah,asíqueesoes loquetepreocupa.Si tuclientevaahacerbienlaactuacióndehoy.–Noexactamente.Mepreocupadeverdad–Melanieleseñalólafrente–.

Elmaquillador tenía razón. Se te forma una arruga en la frente cuandopiensas demasiado–le tomódel codo–.Si necesitasmás tiempodímelo,¿deacuerdo?Noquieroqueteveasatrapadoenunasituaciónincómoda.

Adam bajó la vista al brazo que Melanie le estaba sosteniendo conternura.Sudulcearomaseapoderódeél, lascurvasmarcadasporaquelvestido negro le atraían, recordándole dónde se ajustaban mejor susmanos,loslugaresdondelegustabaseracariciada.–Lovasahacerdemaravilla,notepreocupes–letranquilizóMelanie.Adamfingióunasonrisa.Paraélsuponíauntormentoverlaenaquella

sala, en su apartamento, sabiendo las cosas que habían compartido laprimera vez que ella estuvo allí. Tenía aquellas horas grabadas en lamemoria.Melanie lehabíahechoreír, lehabíahechogemirdedeseo, lehacía sentir algo fuerte y real. Nunca había tenido una química tanpoderosa con nadie, ni siquiera con su exprometida, y eso que estuvoprofundamente enamorado de ella. La lógica le decía que podría teneralgo así conMelanie, pero hacían falta dos para bailar un tango y ellahabíademostradoquenoteníaningúninterésenbailar.Todavía recordaba las palabras que le dijo Melanie la noche que

pasaron juntos, cuando le enredó las piernas alrededor de la cintura, suhúmedo calor invitándole a entrar por primera vez. Melanie arqueó laespalda,introdujosucuerpoenelsuyo,seleagarróalcuelloconambasmanosymurmuróconlavozmássexyqueAdamhabíaoídojamás:–Erescomounsueño.SiAdamcerrabalosojostodavíapodíaoíraMelaniedeciraquelloyel

cuerposeleponíatirante.–Adam–dijoMelanie–,Fionaestálistaparaempezarlaentrevista.Adamforzóunasonrisa.Habíallegadoelmomentodelaactuación.En

loúnicoquepodíapensaralsentarsefrenteaFionaeraenquecuandolepreguntarapor su relacióncon Julia, todo sevolvería real, almenosdecara al mundo. Las fotos de las revistas solo eran conjeturas. Esto loconvertiríaenauténtico,yesolellevabaadesearponersedepieydecirleatodoelmundoquesefueraexceptoaMelanie.

–Bueno,Adam–Fiona se inclinóhaciadelantey apoyó lamanoen larodilla–.HáblamedeturenovadoromanceconJuliaKeys.Oshemosvistojuntos,yestoyseguradequeanuestroslectoreslesencantaríasabermássobrelaparejamássexydeManhattan.Adamse aclaró lagarganta,divididoentre loqueMelaniequeríaque

dijerayloqueélqueríadecirsituvieralaoportunidaddehacerlo.–¿Qué puedo decir? Julia es una mujer adorable y nos lo estamos

pasandomuybienconestereencuentro.–¿Puedescontarnoscómovolvisteis?–preguntóFiona.Adam se revolvió en el asiento y se tiró del cuello de la camisa,

recordandoelguionqueJulialehabíadadoenelrestaurante.–Bueno,supequeJuliaibaavolveraNuevaYorkyqueríaverla,asíque

la llamé –vio por el rabillo del ojo cómo Melanie se fijaba en cadapalabraquedecía.¿Estaríahaciendoloqueellaquería?Esperabaquesí–.Accedió a verme en su nuevo apartamento cuando llegó a la ciudad.Aquellofueelcomienzo.–No olvides lo de las rosas –intervino Julia acercándose–. Siento

interrumpir, pero es que Adam es muy romántico aunque no quierapresumirdeello.–Cuéntamemás–dijoFiona–.Si a ti teparecebienmeencantaríaque

Juliaseunieraanosotrosenlaentrevista.AdammiróaMelanie.–TalvezdeberíamospreguntárseloalaseñoritaCostello.Melanieasintió.–Claro.Porsupuesto.Loquetúdigas,Fiona–lavozletemblóunpoco

alhablar.–¿PodemostraerunasillaparaJulia,porfavor?–preguntóFiona.Julia se inclinó sobre la silla de Adam y le pasó los brazos por los

hombros.–Notepreocupespormí.Estoymuybienasí–seapretócontraélcon

unarisita–.Sí,Adammellevóunadocenaderosasaquellanoche.Fuetanrománticoquetuvequedecirlequesí,queyotambiénqueríavolverconél.Desdeentoncestodohasidocomounsueño.Exceptoquenoeraunsueño.Eraunaenormementira.Además,Melanie le había dicho a él que era un sueño, y aquel era el

únicocontextoenelquequeríavolveraescucharaquellapalabra.

El buzón de voz de Melanie y su correo electrónico se habíanconvertidoenelespectáculodeJuliayAdam,yellaeralacoreógrafa.Todoelmundoteníapreguntas.¿HabíasentadoporfinAdamlacabeza?

Su familia parecía estar convencida de que sí. Roger Langford habíallamado a Melanie para darle de nuevo las gracias por su plan. ¿SeríacapazJuliadedomarle?Melaniegruñóalleeraquellapregunta.DomaraAdamLangford.Comosiaquellofueraposible.Lesonóelteléfono.EstuvoapuntodenocontestaralverqueeraAdam.

Noestabadehumorparahablarconél,peroteníaquehacerlo.–Hola,Adam.–Voycaminodetuoficina–seescuchabaelruidodecláxonesdefondo.–¿Qué?¿Dóndeestás?–Melaniecerrólosojosyseapretóelpuentede

lanariz–.¿Porqué?–Cuántas preguntas.Estoy en el coche, atrapado en un atasco, y llego

tardealaentrevistaconesarevistatécnica.Estamosaunamanzanadetuoficina.Lehepedidoamiasistentequellamealperiodistayledigaquenosencontremosallí.Aéllevieneinclusomejor.Melanieobservóeldesastrosoescritorio.Lazonadelvestíbuloestaba

bastanteordenada,perofaltabaunacosaimportante,alguienqueatendieraelmostradorderecepción.¿Cómoibaallevarunaempresaderelacionespúblicasimportantesinpersonal?Seapresuróaponerunacafeterayaprepararunespacioadecuadopara

laentrevistaenlazonaderecepción.AcababadecolocarelúltimocojínenelsofácuandoAdamentró.–Lo siento. Llevo un día de locos –dijoAdampulsando una tecla del

móvilyguardándoloenelbolsillodelanterodelacamisa.Ibavestidoconunos impecables pantalones grises, camisa de vestir negra remangada ysincorbata.Teníaelpeloalborotadoyestabatremendamentesexy.Adamescudriñólazonaderecepción.–¿Dóndeestátodoelmundo?–¿Todoelmundo?–Melaniesegiróytuvoquehacerunesfuerzopara

noacercarsemásaéltrasaspirarsuaroma.–Elpersonal.Recepcionista.Asistentes.Empleados.Tulistadeclientes

esmuylarga.Antesera todavíamás larga,cuandoJoshestabaallí.Cuandoestabaél

había muchas cosas: alguien con quien compartir la carga del trabajo,

alguienconquienhablardesusproblemas,alguienquelaabrazaraalfinaldeldíayledijeraquetodoibaasalirbien.Susistemadeapoyo,sureddeseguridad,habíandesaparecido.Noteníafuerzasparaseguirmintiendo.Ponerunpocodebrilloatodo

loqueAdamdecíaeraagotador.Resultabamuchomásfácilsersincera.–Ahoramismoestoyyosola.Lascosassonasímássencillas.–Ah, de acuerdo –Adam parecía escéptico a pesar de sus palabras y

frunció el ceño–. Pero, ¿quién lleva la oficina? ¿Quién compra lossuministros y arregla los ordenadores? ¿Y quién organiza tus viajes, tuagendaoseencargadellevarlaropaalatintorería?Dichoasísonabaimposibleyabsurdo.–Talvezmividanoseatancomplicadacomola tuya.Trabajotodoel

día,vuelvoacasaymeduermo.Yaldíasiguientelomismo.–Suenaaburrido.Loera.–Ypocosatisfactorio–tuvoelvalordedecirAdam.–Eso no es verdad, gracias.Y también hace queme resultemuy fácil

mantenermealejadadelaprensasensacionalista.Sehizounincómodosilencio.–Uy.Melaniesesintióterriblementemal.–Losiento.Esonoveníaalcaso.–Solodigoquetendríasmásclientesymásimportantessicontarascon

personal que se ocupara de las cosas pequeñas. Necesitas delegar paratriunfar.Alparecer,Adamnoqueríadejareltema.–Sígueme.Oshepreparadouncafé.Amenosqueprefierasagua.–Café,sinduda.Necesitoalgoquemedespierte.Melanie entró en la moderna cocina. Sacó una bandeja lacada del

armarito, puso unmantelito de lino blancoy colocó el azucarero y unajarritaconleche.Añadiódoscucharitasdecafé.–¿Queréis algo para mojar? Tengo varios tipos de galletas en la

despensa.Opodríabajaralapanaderíaaverquépastastienen.–¿Lo ves? A eso me refiero. No deberías estar haciendo estas cosas.

Eresunamujerdenegociosinteligenteymuycapazytrabajasmucho.Nodeberías andar preocupándote por las pastas y las galletas para losclientes.

Melaniellenódostazasdecafé.–¿Algomás,señoradivino?¿Deberíaestartomandonotas?–Señor adivino.Muygracioso.Solo te estoydandounconsejogratis.

Sé de lo que hablo –agarró una de las tazas de café de la encimera yañadióunchorritodeleche–.Hicemiprimermillónenlauniversidad.Sécómohacercrecerunaempresa.–Sabes cómohacer crecer tu empresa.Tenemos dos líneas de trabajo

muydiferentes.Créeme,yosécómohacercrecerlamía.Sí, estaba claro que podría conseguir más clientes si no tuviera que

preocuparsedemáscosas,comopasarlaaspiradora.–Deacuerdo–Adamsaliódelacocinayvolvióalazonaderecepción–.

Yahablaremosdeesomástarde.Tellevaréatomarunacopadespuésdelaentrevista.Unodemisbaresfavoritosdelazonaestádoblandolaesquina.–¿Una copa? –justo lo que necesitaba. Una nube de licor en su ya

cuestionablefuerzadevoluntad.–Sí.Yaséquesesaledelesquemadeirdeltrabajoacasa,perocreoque

tedivertirás.Nohemospasadotiempojuntosapartedeltrabajo.–Vamosaseguirhablandodetrabajo.Creoqueesocuenta.–Algomedicequetocaremosotrostemas.Otros temas. Melanie no quería hablar de su familia ni de su vida

amorosa. ¿Qué otros temas había? ¿El tiempo? Pensó en consultar eltiempoenInternetmientrasAdamhacíalaentrevista.TalvezhablaradelaNBA,porquesabíaqueAdameraseguidordelosKnicks.Cualquiercosacontaldedesviarlaconversación.SillevabaaJulia,Melaniequeríaestarpreparadaparacambiardetemaalinstante.Llamaronalapuertayunhombredelgadolaabrió.–Creo que estoy en el lugar adecuado. Estoy buscando a Adam

Langford.–Sí, está en el lugar adecuado –respondió Melanie con una sonrisa

cruzando la estancia para estrecharle lamano–.Adelante, por favor.Hepreparadocafé.

CapítuloSiete

Aquello era lomás cercaquepodía estarAdamde teneruna cita conMelanie,almenosmientrastuvieraunarelaciónfalsaconotramujer.Yalmenos mientras Melanie le siguiera poniendo obstáculos y lanzándoleseñalescontradictorias.AbriólapuertadelpubFlaherty’sparaella.–Lasdamasprimero.Melanietorcióelgestoalmirarelpocoiluminadobar.–Algomedicequeaquínomevanaprepararunmojito.–Losiento,SuerodeLeche.Ella le lanzó una mirada acusadora y apretó los labios, pero Adam

captóunamagodesonrisa.–Yasabesloquepiensodeesemote.Éllaurgióaentrar.–Ya, pero es que te cuadra perfectamente. Un poco dulce, un poco

amargo.Lamayoríadelasvecesnosemeocurreunnombremejorparati.–Adam Langford, tienes suerte de que necesite tan desesperadamente

unacopa.SubarfavoritodeManhattaneratodolooscuroquepodíaser.Melanie

seapretóelbolsocontraelpecho.–Estonoesloqueimaginécuandodijistequemeibasallevaratomar

unacopa.Adamsacudiólacabezaylepusolasmanosenloshombros.–Relájate. ¿No confías en mí? Llevo viniendo aquí desde que era

adolescente.Me encanta. No se parece a ningún otro sitio que conozca.Mispadressellevaríanundisgustosilosupieran.Jones,elcamarerodepelogris,sepusountrapoalhombroylesaludó

conunainclinacióndecabeza.–Miraquiénestáaquí.Elhijopródigohavuelto–murmuró.AdamserioylepasóaMelanielamanoporlacintura.–Vamos –le dijo en voz baja. Aunque Melanie parecía fuera de su

elemento,lesiguió.AdamleestrechólamanoaJones.–¿Cómoestás,amigo?¿Quétalvaelnegocio?

Jonessesubiólasgafasdepastanegraporelpuentedelanariz.–Tengoatodaslascervecerasdelpaístratandodevendermesucerveza,

peropor lodemásnomepuedoquejar–limpióunamanchade labarracon el trapo–. ¿Dónde están tus modales? ¿No vas a presentarme a laencantadoradamaquehastraídoamieleganteestablecimiento?Adam asintió. Lo que más le gustaba de Flaherty’s era que nadie se

tomaba nada demasiado en serio.Nadie especulaba sobre él ni sobre sucarácter. Nadie sabía quién era en realidad ni qué se decía de él en losperiódicos sensacionalistas. A Jones en concreto solo le interesaban laspáginas de deporte y poco más. Allí podía ser solo Adam Langford yllevaraMelanieatomarunacopa.–Sí, por supuesto. Esta es Melanie Costello. Su oficina está a una

manzanadeaquí.Mesorprendequenooshayáisvistoantes.Melaniesonrió.–Seguramentetendremoshorariosdiferentes.–Jones, necesito que le prepares a Melanie una bebida especial. Le

encantanlosmojitos.¿Tienesalgoqueseparezcaaeso?Jonesresopló.–¿Estásdebroma?VivídosañosenPuertoRico.Hagoelmejormojito

delmundo,mimujercultivalamentaquelepongo.Melanie se subió a uno de los taburetes de la barra y cruzó sus

espléndidaspiernas.–Esosuenamaravilloso.Háblemedesumujer.¿Llevanmucho tiempo

casados?–Se llama Sandy, y llevamos casados veintisiete años –Jones sacó un

vasodecristalymezclómentayazúcarenelfondodeunacoctelera.–Nuncaimaginéquesupierashacermojitos–comentóAdam.–Talvezporquenuncahaspedidomásquebourbonocerveza.Ytalvez

porquelaencantadoraMelanieeslaprimeramujerquehastraídoaquí.EllaapoyóelcodoenlabarraysegiróparamiraraAdam.–Laprimeramujer.Mesientomuyespecial.Adam sabía que estaba siendo sarcástica, pero le gustaba sacar aquel

lado de Melanie, el coqueto y pícaro. Le ponía todo el cuerpo duro,especialmentedebajodelcinturón.Optópornosentarseasuladoypasóelbrazoporelrespaldodeltaburetedelbar.Allí,enaquellugarenelqueera anónimo, podía dejar que su mente vagara imaginando cómo seríaestarconMelanie.Quefuerasunovia,oalgomás.Enesemundopodría

lidiarconsusproblemasdeunmodomássencillo.Si tuvieraaMelanie,ella entendería su estrés laboral. Entendería almenos parte de su estrésfamiliarporqueellahabíalidiadoconcosassimilares.Yademásmirarlaseríaunremansodepazparasusojostrasunlargodía.Jonesterminódeprepararlasbebidas.–Latuyalaapuntoentucuenta,Adam.AMelanielainvitalacasa–dijo

guiñándoleaellaunojo.AAdamnolesorprendíaelintentodecoqueteodeJones.¿Cómonoiba

a sentirse cualquier hombre atraído por ella? Aparte de su belleza, susojos azules, los labios rosadosy las curvasde su cuerpo,había algoenellaqueresultabasencillamentemagnético.Porunladoestabasuespírituindependiente y su amor al trabajo, pero también tenía una granvulnerabilidad.Dentrodeellahabíatambiénunamujercariñosaydulce.Melaniemetióunapajitaenelvaso.–Estoestádelicioso,Jones.Eselmejorquehetomadojamás,yesoque

heprobadomuchos.AdamdisfrutódelavisióndeMelanierelamiéndoselacomisuradelos

labioscongestosatisfecho.–Vamosasentarnosenlamesadelaesquina–sugirióél.–¿Laquieressoloparati?–preguntóJones.–Nosoyidiota–replicóAdamretirandosubebidadelabarra.Seacomodaronen lamesitade laesquina.Melaniecolocósuenorme

bolsoentreellos.Maldición.Adamcontabaconlaposibilidaddeacercarseunpocomása

ella.–HáblamedeRelacionesPúblicasCostello.Quierosabercómopuedes

llevarlotodotúsola.Ynomedigasquelohacesporqueesosimplificalascosas.Nomelocreo.Melanieladeólacabeza.–¿Quétienederaro?Soycapazdehacermuchascosas.–Nunca he dicho lo contrario. Solo digo que llegarías más lejos si

tuvieraspersonalde apoyo.Debesestar ingresando suficientedinero.Sécuántotepagamipadreyesunacantidadimportante.Melaniedejóescaparunsuspiroresignado.–Digamosque tengopendiente todavíauncréditopor laoficinayque

sigopagandolosmuebles–Melaniesacudiólacabezaylediootrosorboa su mojito–. Si quieres saberlo, esa es la razón por la que no tengo

personal. No puedo permitírmelo. Todavía –puso un dedo en la mesa–.Algúndíapodré.–¿Porquénecesitas tantodineroparalaoficina?Seguroqueteníasun

plandenegocios,unpresupuestoparalosprimerosaños.–Fueideademiantiguosocio.–Puesdemándalo.Melanie hizo una breve pausa antes de contestar, como si estuviera

calculandoquédecir.–Noestansencillo.–Claro que sí. En estos casos hay que ser despiadado. Solo son

negocios.–Esalgomás–Melanievolvióadarleotrosorboasubebida–.Esalgo

personal.Muypersonal.Ademásdepersonal,estabaclaroquesetratabadeuntemadelicado.Tal

veznolegustarahablardetrabajoensutiempolibre.NoeraintencióndeAdam arrastrarla a una conversación que no le agradara, especialmenteahoraquepor fin tenía laoportunidadde salir con ella, peronecesitabasaberlo.–Teescucho.Cuéntamelotodo.–Prefieronohablardeello.Adamluchócontraladecepciónqueleproducíaquenoconfiaraenél,

peroteníaqueseguirintentándolo.–Porfavor,notengasmiedodeconfiarenmí.Solointentoayudarte.No

voyajuzgarte.Melanielemiróalosojos,suspiróyfinalmentedejócaerloshombros.–Mi socio era también mi novio, yo creía que se convertiría en mi

prometidoperonofueasí.Tuvounaaventuraconunadenuestrasclientasmientrasvivíaconmigoyhablábamosdematrimonioydetenerhijos–lavoz se le quebró, pero continuó hablando–. Se marchó con ella a SanFrancisco.Ydesgraciadamente,yoconfiabaenélyminombreeselúnicoquefiguraenelcrédito.Atodoslosefectos,RelacionesPúblicasCostelloestodomío.Parabienoparamal.Adamsintióunaoleadaderabiayelimpulsodepegarleunpuñetazoal

exdeMelanie.–Losientomucho.Menudosinvergüenza.Intentó tomarle lamano por encima de lamesa, pero ella la retiró y

apuróloquelequedabademojito.

–Una aventura con una clienta.Es horrible –y entonces cayó.Ademásdelcontratoconsupadre,habíaotrarazónparamantenerloaraya.Adamquisodecirlequesuexerauncobarde.–Tuexlohizomal,notendríaporquéhabersidoasí.Sidospersonas

se sienten atraídas la una por la otra pueden esperar a que termine surelaciónlaboralparainiciarunarelaciónromántica.–Pero esas dos personas tendrían que ser libres, no tener ningún

compromiso–estabaclaroquesereferíaaJulia,aunquenolanombró–.Ylas dos tienen que ser capaces de comprometerse. Porque yo no tengorelacionesesporádicas.Novaconmigo.¿Significabaesoqueestabainteresada?¿Podríaempezarélunarelación

así? Normalmente se dejaba llevar sin implicarse demasiado, peroMelaniesemerecíamuchomás.El móvil de Adam emitió el sonido de un mensaje. Maldición. Justo

cuandoempezabaahaceravancesconMelanie.–Losiento.Deberíahaberlopuestoenvibración.–Nopasanada,loentiendoAdamseestremecióalleerelmensajedeJulia:«Tenecesitoparacenar.

Elsábado.Directorenlaciudad».Resultó que aquella falsa relación beneficiaba a Julia más de lo que

Adampensóenunprincipio.IbanaofrecerleungranpapelcomoesposadeunmafiosodeLongIsland,algoquesegúnsuagentenuncalehabríanofrecidosinohubieraestadosaliendoconunhombre tancontrovertido.Julia estaba convencida de que era su oportunidad para conseguir unpremiodelaacademia.Elmensajeeraundesagradablerecordatoriodeloqueleesperabafuera

de Flaherty’s: obligaciones relacionadas con las necesidades de otraspersonas que lemantenían alejado deMelanie, y justo cuando la estabaconvenciendoparaqueseabrieraunpoco.Ellasabíamuchascosassobreél, incluso las malas. Adam no sabía mucho más aparte de lo de MissSuerodeLecheylodelmalnacidodesuex.–¿Crisisenlaoficina?–preguntóMelanie.Adamapagóelmóvilyseloguardóenelbolsillo.–No,soloalgoquetendráqueesperar–sonrióyagradeciólavueltaala

conversaciónconMelanie–.¿Pordóndeíbamos?–Porningúnsitio.Megustaríacambiarde tema–miróhaciaatrás–.O

ponerunacanciónen lagramola–rebuscóenelbolso–.Vaya,no tengo

cambio.–Lamáquina admitemonedasdeveinticincocentavos.Se lospediré a

Jones.–Yotracopa–Melaniealzósuvasoyloagitó.Adamserioentredientes.Adorabasuladojuguetón,sobretodoporque

no lo mostraba con frecuencia. Melanie se levantó y se dirigió a lagramola. Adam consiguió cambio y otra ronda de bebidas mientrasobservaba el balanceo de las caderas de Melanie avanzando hacia lamáquina.Habría dado cualquier cosa con tal de tener la oportunidad deacercarseaellapordetrás,rodearlelacinturaybesarlaenelcuello.–Yaerahora–dijoellacuandoAdamseleacercó.Lequitólasmonedas

delamanoyluegoseleccionóvariascancionesenlagramola.–¿Yonopuedoescogerninguna?–Adamseacercóaellahastaquetuvo

lacaderaprácticamentepegadaalasuya.Melaniepulsóotronúmero.–Deacuerdo,puedeselegirunacanción.Peromástevalequeseabuena

–Melanierevolviólabebidaconlapajita–.Podríatomarmesietedeestos,perotendríasquemetermeenuntaxiporqueomequedaríadormidaomepondríamuytonta.–Noquieroquebebastanto,peroestanocheharétodoloquetúquieras.Melaniesonrióconpicardía.–¿Estássegurodeloquedices?Porquequierobailar.–Estenoeslugarparabailar.–Talvezhayaquecambiareso–Melanieleagarrólamanoyselapuso

enlacadera.Adamletomólaotramano,entrelazólosdedosconlossuyosytiróde

ellaconungolpeseco.–¿Ysitedigoquenosébailar?–ledeslizólamanohacialapartebaja

delaespaldaycomenzóamoverseacompasadamenteenla improvisadapistadebaile.–Tecontestaríaqueeresunmentiroso–murmuróMelaniesiguiéndole

elpaso.Eralamenordelasrendiciones,peroAdamaprovecharía todoloque

pudierarecibirdeella.Hastalaúltimagota.–Laverdadesquenomegustabailar,peroestosímegusta.Mucho.Al

menospuedotenerteentremisbrazos.–¿Tellegacontresminutos?Esoesloqueduraunacanción,¿verdad?

–Hemos metido dos dólares. He comprado veinte minutos, si losnúmerosnomefallan.–Sijuegasbientuscartas,mequedaréesetiempo.Adamserioenvozbaja.–Atiyamísenosdamuybienhablardandorodeos.Melanielemiróalosojossinningúntemor.–Puesdime,Adam.Dimequéestáspensando.Tal vez los mojitos le hubieran dado valor, y él tenía que estar a la

altura.Aspiró con fuerza el aire y se preparó, confiando en que aquello no

supusiera un obstáculo todavía mayor entre ellos. Eso fue justo lo quesucediólaúltimavezquefuesincerorespectoasussentimientos.–Estoypensandoenqueeresguapa,inteligente,sexyydivertida.Estoy

pensandoquehacefaltaserunimbécilparadejaraalguiencomotú.EstoypensandoquetalvezyotambiénloseaporpasartiempoconJuliacuandopodríaestarintentandoconstruiralgocontigo.Melanieparpadeóvariasveces,comosiestuvieraintentandoasimilarlo

quelehabíadicho.–Vaya.–¿Esdemasiado?–Eh…no–Melaniesacudiólacabeza–.Soloestoysorprendida.–¿Qué parte te sorprende? Sin duda sabes lo que siento por ti.Y que

aprovecharíacualquieroportunidadcontigoquesemepresentara.–¿Yconquéfin?¿Paraquepodamossalirunasemanaodosyluegote

aburrasdemí?AAdamlelatíaconfuerzaelcorazón.Siseaburríadelasmujeresera

porquenoveníanconelpaquetecompleto.NoerancomoMelanie.–Nuncapodríaaburrirmedeti.Nunca.–¿Cómoquieresquemecreaeso,Adam?Nisiquieraestandoprometido

fuistecapazdeconservarelinterés.

CapítuloOcho

RogerLangford le estabapagandoaMelanieuna importante sumadedinero,peroel trabajono incluíaplanear fiestas.Aceptóel trabajoextraporque la gala anual de LangTel incluía recaudar dinero para obrasbenéficas.LaotrapartedelaecuacióneraquetodosutrabajoconAdamdesembocaba en aquella noche. Tenía que ser perfecta. Haría todo loposibleparaqueasífuera.Melaniellegóunosminutostardeyconuntremendodolordecabezaal

salón de baile en el que se iba a celebrar la gala. Anna, la hermana deAdam,yaestabaallí.AnnasonrióyleestrechólamanoaMelanie.–Gracias por reunirte conmigoy ayudarme.Me siento fuera de lugar

conestetipodecosas.Llevabalalargamelenacastaña,delmismocolorque Adam, recogida en una coleta. Su actitud exudaba elegancia yprofesionalidad.–Noesningúnproblema.Tengomuchaexperienciaorganizandofiestas

paraclientes.PensarenlagalaponíatristeaMelanie.Aquellanochesignificabaelfin

deltrabajoconAdam.Élvolveríaasuvidayellaalasuya.Lasdosmujeresavanzaronporelopulentoespaciorepasandolasnotas

queleshabíadadoelasistentedeRogerLangford.Losmantelesdelino,ladecoraciónyelmenúsehabíandecididomesesatrás.MelanieyAnnasoloteníanquehablardelostiemposdelafiesta,yaqueRogerharíaentoncessugrananuncioyAdamseencargaríadeloscomentariosfinales.–Creo que una hora será suficiente para el cóctel –dijoMelanie–.Me

aseguraré deque losmedios estén situados enunbuen lugar para verlotodo.Luegotupadrepronunciarásudiscurso,queesperoseacorto.SonóelmóvildeMelanie,peroelladejóquesaltaraelbuzóndevoz.Annadejóescaparunsuspiroquedabaaentenderquenoloencontraba

gracioso.–Yonoapostaríaporello.Amípadreleencantaelsonidodesupropia

voz.–Todavía tengo que trabajar en el discurso deAdam, así que ayudaré

tambiéna tupadre.Si se extiendedemasiado las televisiones cortarán laemisión. Después de eso, Adam se subirá al escenario, dirigirá unas

palabras,brindaremosyseservirálacena.–El rey habrá subido al trono. Es como una especie de coronación –

murmuróAnna–.MipadrellevaesperandoestemomentodesdequeAdamnació. Pero todos creíamos que esto sucedería cuando mi padre sejubilara, nunca imaginamos que tendría lugar porque se estuvieramuriendo.MelaniesintiólástimaporAnnaytambiénporAdam.Verapagarseasu

padredebíaseralgomuydifícil.–Nopuedoni imaginar loduroquedebe serparavosotros–volvió a

sonarleelteléfono,perodejódenuevoquesaltaraelcontestador.–Gracias–dijoAnna–.Noestoymuyseguradeporquémipadremeha

puestoalmandode losdetalles finalesde la fiesta, aunque supongoquequisoarrojarmeunhueso.–¿Arrojarteunhueso?Annamiróaltecho.–MesorprendequeAdamno te lohayacontado.Heestadoesperando

paraocuparellugardeAdamdesdeantesdequemipadreenfermara.Megustaría ser yo quien cumpliera su sueño para LangTel.Desgraciadamente, la lógica de mi padre está anclada en los añoscincuenta.Creequelasmujeresdebendedicarseairdecompras,noalosnegocios.MelanienopudoevitarsimpatizarconAnna.–Mi padre me trata igual. Está esperando a que caiga para poder

decirmequeyameloadvirtió.Porsupuesto,esomellevaatrabajarmásduroparademostrarlequeestáequivocado.Annasonrió.–Exacto. ¿Sabes lo duro que trabajé en Harvard para sacar mejores

notasqueAdamydemostrarleamipadrequesoyigualdecapazqueél?–Meloimagino.Tuhermanoesuntipomuyinteligente.ElteléfonodeMelaniesonóporterceravez.–Hayalguienquequiereponerseencontactoconmigoatodacosta.Lo

sientomucho.–Nopasanada.–Hola,soyMelanie–contestó.–SeñoritaCostello,soyBeth,unadelasproductorasdeMidnightHour.

Hemos tenido una cancelación de última hora para el programa de estanoche.Unodenuestrosinvitadossehapuestoenfermo.¿Siguedisponible

AdamLangford?Nosencantaríacontarconél.Melanieconsultósureloj.–¿Aquéhora?–¿Podríaestaraquídentrodeunahoraparamaquillajeypeluquería?–Sí,porsupuesto.Allíestaremos.

Dos horas después de que Adam recibiera la frenética llamadatelefónica de Melanie ya estaba preparado para ponerse delante de lascámarasdeMidnightHour.Casipreparado.–Noséquémepasa.Nodejodesudar.Melanieagitóunarevistafrenteasucara.–Vasatenerqueencontrarlamaneradeparar.Confuerzadevoluntado

algoasí.Ajuzgarporsuexpresión,estabatanhorrorizadacomoélporsuestado

físico.–Talvezsimehubierasavisadoconmástiempo…–lamentósonartan

molesto,pero seguíaenfadadopor lascosasqueMelanie lehabíadichounascuantasnochesatrásenFlaherty’s.Sí, había cometidoerrores cuando seprometió.Ahora eramás sabio,

aunque nadie parecía creerlo.Y la sugerencia deMelanie de que podríallegar a aburrirse resultaba absurda. En parte se sentía tan atraído haciaellaporquenuncaleaburría.–Relájate–dijoMelanieintentandocalmarle–.Todovaasalirbien.–No lo entiendes. Yo nunca me pongo nervioso –Adam se pasó una

manoporelpelo.–Dejaderevolverteelpelo.Adamgimióentredientes.–¿Tedascuentadequevoyasalirenunprogramaquevenmillonesde

personas? Personas que esperan que los invitados sean divertidos,inteligentesyencantadores.Yyonoséactuarsimedanórdenes.Melaniesonrió.–Nomegustavertepasarlomal,perosímegustaverunaabolladuraen

la armaduradevezencuando–lepuso firmemente lasmanos sobre loshombros–.Enprimerlugar,tienesquehacerdiezrespiracionesprofundas.En segundo lugar, necesitas otra camisa. No voy a dejarte salir entelevisión con esa que llevas –se acercó al perchero del minúsculo

vestidoryescogióladerepuesto–.Quítatelacamisa.Adam se la desabrochó y se distrajo con la visión deMelanie. Cada

centímetro de su cuerpo acariciaba la idea de hacer aquellomismo conella,desnudarsedeverdad.Ensufantasíaeraellaquienledesabrochabalacamisa. PeroMelanie no le tomaba en serio sentimentalmente hablando.Sutrabajoysuempresaeransuprioridad.Melanieagarróundesodorantedelacómodayselolanzó.–Esto me recuerda que debemos decidir qué vas a llevar en la gala.

Necesitamosalgoquequedeperfectoenlasfotosyentelevisión.Podemosverlomientrasrepasamostudiscurso.–Eh…sí,claro.–¿Señor Langford? –la regidora entró en el vestidor portapapeles en

mano–. Cinco minutos para entrar –entonces pareció darse cuenta delproblema–. Tiene treinta segundos para ponerse esa camisa. Maquillajevieneencaminoparalosúltimosretoques.Melanieletendiólacamisa.–Yoteabrocholapecheraytúlospuños.Lamaquilladoraentróatodaprisa.Lepusodospañuelosdepapelenel

cuelloylepasóunaesponjacosméticaporlacara.–Estáustedsudando–afirmóapretandoloslabios–.Tienequedejarde

hacerlo.–Todo va a salir bien –intervinoMelanie ladeando la cabeza–. Es tan

guapoquelacámaraleadoraráaunquesudeachorros.Adam sabía que solo estaba tratando de distraerle, pero sintió el

corazónmásligeroalescucharledeciraquello.Nopudoevitarlo.Lamaquilladoralequitólospañuelosdepapeldelcuello.–Estoeslomáximoquepuedohacer.Melanieleestirólacamisa.–Dicesqueestásnervioso,peroenrealidadnoloestás.Tengoclientes

queseponenmuchopeorquetú.Lovasahacerdemaravilla,teconozco.Telosvasameterenelbolsilloatodos.¿Cuándofuelaúltimavezquealguienledijoalgoasí?–Eresincreíble.Creoquenadietieneconmigotantapacienciacomotú.–Confíoplenamenteenti.Nuncahedudadodetuhabilidadparahacerlo

quetepropongas.Adamseinclinóhaciadelante,laagarrósuavementedeloscodosyla

besóenlasien.

–Gracias.Laregidoraasomólacabezaenelvestidor.–SeñorLangford,yaeslahora–losguioporunpequeñopasillohasta

laentradadelplató.Adam aspiró con fuerza el aire. Si no dejaba de pensar en Melanie

tendríaqueexplicaralgomásqueunescándalosexualentelevisión.Tratóde conjurar pensamientos desagradables para cortar lamarea de sangrequelellegabaalaentrepierna.

Melaniesehabíapreparadoparalopeor.Quépérdidadetiempo.En cuanto Adam estuvo bajo las luces del plató, puso en marcha su

irresistibleencantoyelmundoenterocayóbajosuhechizo,oalmenostodoslosqueestabanenelplató.MelaniesabíamuybienloqueeraverseengullidoporAdam.Laaudiencianoteníaningunaposibilidad.Elpresentador,BillyDanville,nodudóenusar lacartade labromay

empezó la entrevista colocándose en la cabeza una tiara con la palabra«princesa»escritaenbrillantescuentasdecolores.–Bueno,Adam,tengoentendidoquehahabidounescándalo.Tressemanasatrás,Adamnohabríasoportadolabroma.Habríapuesto

losojosenblancoylehabríadichoaBillyqueseocuparadesuspropiosasuntos.Peroahorano.Adamnoseinmutó.Serecostóenlasillaconunasonrisairónica.–¿Ah, sí?He estado tanmetido en la liga de baloncesto universitario

quenomeheenterado.Elpúblicoserio.Elpresentadortambién.YMelanie.–No,enserio–Billysequitóafortunadamentelatiara–.Parecequehas

dejadoelescándaloatrás.Hemostenidolaoportunidaddeconocerteporlas entrevistas que has dado estas últimas semanas, y eso es estupendo.Ahora ya sabemos que no solo eres unmago de la informática guapo,sinoquetambiéntegustamirarleeltraseroatunovia.–Elmayorpasatiempoamericano–respondióAdam.Elpúblicovolvióareírse.–Bueno,háblanosde tu relacióncon JuliaKeys–continuóBilly–.Los

periódicos lopintanmuyserio.¿Escucharemoscampanasdebodaenunfuturo?¿Campanas de boda?Melanie contuvo el aliento. No sabía qué iba a

responderAdam,niquéqueríaellaquerespondiera.Adamcambiódepostura.–No.Nadadecampanasdebodaapesardeloquedigalaprensa.–Pero,¿vatodobien?–Oh,sinduda.Todovaperfectamente.¿Quépuedodecir?Juliaesuna

mujer preciosa, inteligente y con talento. Cualquier hombre seríaafortunadodepasartiempoconella.Billyasintióvigorosamente.–Porsupuesto.Puedesdarleminúmeroporsisecansadeti.Adamsiguió esquivando losgolpes, aceptando lasbromasa su costa,

manejandotodoslostemassensibles,yhubomuchos,incluidaslascosasquesuexprometidahabíadichosobresuincapacidadparaelcompromiso,yfinalmente,lapreguntasobrelasaluddesupadre.Billyordenólasfichasdeguionqueteníaentrelasmanos.–Odio tener que sacar este tema, pero corre el rumor de que la

enfermedaddetupadreesmuchopeordeloquesenoshadicho.Adamapretóloslabios.–Mipadreestárecibiendountratamientomédicoexcelente.Estáenmuy

buenasmanos.Esobstinadocomounamulaysigueyendotodoslosdíasalaoficina.Todo era cierto. Y ocultaba la realidad que los Langford no querían

hacer pública. Adam había aprendido a manejar las preguntas duras deformaimpecable.–¿YenquémomentoteharásconladireccióndeLangTel?–preguntó

Billy, que no parecía haberse dado cuenta de que Adam no habíarespondidoenrealidadalapregunta.–Todavía falta mucho para eso, si es que llega a ocurrir. Intento no

pensardemasiadoenello.Cuando Adam salió del plató, Melanie sintió como si le hubieran

quitadounenormepesodeencima.SuapariciónenMidnightHourhabíasidounéxito.Nopodíaestarmásorgullosa.–¿Ybien?No lo he hechomal, ¿verdad? –preguntó.La sonrisa de su

caraindicabaquesabíaquelohabíahechomuchomejorquebien.–Espectacular.Esaeslapalabra.–Estohayquecelebrarloconchampán–dijoAdamentrandoconellaen

elvestidor–.Podríamostomarloenmiapartamento.Solounacopita.Serádivertido.

–Estarde.Mañanatrabajas,yyotambién.–Yqueyosepa,hemosestadotrabajandotodalanoche.Necesitamosun

descansoyunacelebración.Teprometoqueseréunperfectocaballero.

LasburbujasbrotaronespumosascuandoAdamllenólasdoscopas.Talvez fuera el subidón por haber triunfado en su aparición en MidnightHour, pero notaba todos los sentidos agudizados.O tal vez se debiera ateneraMelanieensuapartamentoasolas.Melanie entrechocó la copa con la suya. Ella bebió, le brillaban los

ojos.Laexpresióndesurostroleresultabafamiliar,eradecoqueteo,deinvitación.Le llevó aquerer intentarlootravez, aunque sabíaquepodíaterminar con las manos de Melanie en su pecho pidiéndole que nosiguiera.–Estanochehasestadorealmenteespectacular,deverdad–afirmóella.Adam se desabrochó los puños de la camisa y se la remangó,

sintiéndoseenlacimadelmundo.Melanieyélhabíantriunfadojuntos.–Gracias, pero todo el mérito es tuyo. Si no me hubieras asesorado

antes,habríametidolapata.–Sabíaqueloibasahacerdemaravilla–Melanieignorósuhalagoyse

apoyó en el marco de uno de los ventanales. Las luces de la ciudad sereflejabanenellaconbrillosingular.–¿Ysi tedigoqueahora tevoyabesar?–lepreguntóél–.¿Creesque

esotambiénloharédemaravilla?–Adam,porfavor.–Pero quiero hacerlo. No puedo pensar en otra cosa desde que

estuvimos enFlaherty’s.Y ahora, al verte con la luzde la luna, con esevestido,recordandocómoseajustanmismanosalacurvadetuespalda…–Esosuenaabastantemásqueunbeso.–Silohacemosbien,entoncessí.Melaniemantuvolamiradafijaenlaciudad.–¿YquépasaconJulia?–Ellanoesloquequiero.Melanieserioenunsusurro.–Voy a necesitar más champán para creerme eso. Tú mismo lo has

dichoestanoche.Cualquierhombredaríaloquefueraporestarconella.Adamsacudiólacabeza

–No.Hedichoquecualquierhombreseríaafortunadodepasartiempoconella.Noeslomismo.–Hasaprendidomuybienelartededarlelavueltaalascosas.Adamlepusolamanoenelhombro,obligándolaamirarle.–Porfavor,dimequesabesqueestonoesreal.Fueideatuya.Estuplan.Ellasediolavueltayleobservóelrostrocomosibuscaralarespuesta.–Túmismo lo has dicho.No se te da bien fingir. Os he visto juntos.

Parecereal.–Las fotos son todo lo reales que las revistas quieren que sean. Tú

deberíassaberlomejorquenadie.–Lo sé –asintió, pero sus ojosmostraban todavía duda–. Pero es que

resultamuyconvincente.Adamsacudiólacabeza.¿Cómopodíaconseguirquelecreyera?–Todo es obra de Julia.Yo solo sigo sus pistas.No es a ella a quien

deseo.Esati.Melanieletomólamano.Parecíacomosilatierrasehubieradetenido.–Tal vez no me baste con palabras. Tal vez necesito que me lo

demuestres.Adamlequitólacopadechampándelamanoyladejósobrelamesa

sinapartarenningúnmomentolosojosdeella.–Heestadoesperandoparademostrártelo.Esloúnicoquequierohacer

–le sujetó la cara con ambas manos mientras la miraba a los ojos. Lasangre le recorría el cuerpo comoun río salvaje.Si había justicia en elmundo,Melanieseríasuya.Eraeldeseomás innegablequehabía tenidoensuvida–.Déjamedemostrártelotodalanoche.

Melanie contuvoel aliento cuandoAdambajó la cabezay labesó.Lasensacióndesubocasobrelasuyaresultabaarrebatadora.Nocabíadudade que la deseaba. Y ella necesitaba tenerlo cerca, ansiaba su calor. Searqueócontraélyuniólalenguaalasuya.Semanasdecontenciónlahabíanllevadoallímite.Queríasaborearcada

caricia,yalmismo tiempo todo ibademasiadodespacio.Ledesabrochóconfrenesílacamisa.–Verte cambiarte esta noche ha sido una tortura –le deslizó los dedos

por el plano vientre y los abdominales hasta llegar a los hombros ydejarlecaerlacamisaalsuelo–.Soloqueríatocarte.

–Estarcercadetiesunatortura.Lamitaddel tiemponopuedopensarconclaridad.Adam la estrechó entre sus brazos y la sostuvo con fuerza. Melanie

disfrutódelcalorquesalíadesupieldesnuda.Estabaexactamentedondequeríaestar.Sintióunaoleadadealivioydedeseoenelvientre.Porfiniba a tener lo que deseaba, lo que había pasado todo el año pasadoanhelando:aAdam.Labesóenelcuelloylebajólacremalleradelvestido,deslizándoselo

porloshombros.Melanielodejócaeralsueloyempezóadesabrocharleelcinturón.Adamladetuvoconlasmanos.–Aquí no –murmuró jadeando–. Quiero tenerte en mi habitación. He

esperadomuchotiempoparahacerteelamor.Quieroqueseaperfecto.La tomóde lamanoy la guio a través del salón por un pasillo hasta

llegarasudormitorio.–Muchomejor–murmurótomándoladelacinturaconlasdosmanosy

tumbándolasobrelacama–.Necesitomirarte–lapálidaluzdela lunasefiltrabaporlaventana,arrojandounbrillosobreellos.Adamledeslizólamiradaporelcuerpo–.Erespreciosa.Melanietampocopodíaapartarlosojosdeél.Lacinceladabarbilla,el

pechodefinido.Queríarecorrerleenteroconlasmanosyqueríasentirloensuinterior.–Basta de mirar, Langford. Te necesito ahora –Melanie se acercó al

extremodelacama,sesentóylequitóelcinturónylospantalones.Estaba duro como una roca, sobre todo en la parte que tenía justo

delante.Lebajólosboxerporlascaderasylerodeólavirilidadconlosdedos.Adam cerró los ojos y gimió, agarrándola de los hombros y

tumbándolaotravezsobrelacama.Setumbóasuladoyledesabrochóelsujetador.Se introdujounpechoen labocay le succionósuavementeelpezónmientrasledeslizabalasbraguitasporlascaderas.AMelanieselepusolapieldegallinaalpresentirloqueibaasuceder.Nadaseinterponíaentreellos.Teníanlaspiernasentrelazadasylascaderasunidas.Losbesosseibanhaciendomásrápidosyapasionados.–Déjameponermeunpreservativo–dijoAdamsinalientoabriendoel

cajóndelamesilla.–Yo te lo pongo–Melanie quería disfrutar de todas las oportunidades

quetuvieraparatocarlo.Adamselopasó.–¿Tehedichoyaqueeresperfecta?–No –Melanie se colocó a horcajadas sobre él, disfrutando de su

expresióndeplacermientrasseocupabadelasunto–.Asíquedímelo.Adamserioentredientes.–Creí que habíamos quedado en que te lo iba a demostrar –Adam la

atrajohaciasíylabesócomosiquisierarecuperareltiempoquehabíanperdido–.Necesitosentirmelomáscercaposibledeti.Melaniealzólascaderasymetiólamanoentrelaspiernas,ocupándose

deél con lamano,guiándolehacia el interior.Enaquel instante losdoscontuvieron el aliento,Adam la llenómientras ella se hundía en él y sucuerpo lo rodeaba. Cuando ambos respiraron ya eran uno, y no teníansuficienteelunodelotro.Los besos llegaron al máximo de pasión mientras se movían hacia

delanteyhaciaatrásenritmoperfecto.ElplacerseapoderódeMelanie.Elmodo en queAdammovía las caderas fue acrecentando la presión a unritmo que su cuerpo trataba de seguir. Supo que el éxtasis llegaría contotalintensidad.Habíaesperadomuchoparaestemomentoyporfinestabasucediendo. Adam prendió fuego a cada fibra de su ser, como hizo laprimeravez,soloqueenestaocasióneramuchomejorporqueahoraloconocíaaunnivelmásprofundo.Teníanunahistoriaencomún.Adamlacolocódeladoyledeslizólosdedosentreelpelo,besándola

suavementemientraslapenetrabaconlargosylentosembates.Ellalepasóunapiernaporlacadera,acercándolomásasí.–Eresmaravillosa–murmuróAdamentrebesos.Ledeslizó los labios

porlamandíbulayporelcuello,deteniéndoseenelseno,sosteniéndoloyapretándolo.Lolamióylosuccionó,llevándolahacialacima.Susrespiracionessevolvierontodavíamásagitadas.Melanieestabaal

borde.Lapresaestabaapuntoderomperse.Adamredoblósusesfuerzoshastaqueellaechólacabezahaciaatrásysedejóllevarporlasoleadasdegozo.Adam la siguió casi al instante, gritando mientras su cuerpo se

paralizaba antes de estremecerse con su propio orgasmo. Estrechó aMelanie entre sus brazosmientras recuperaban el aliento. La besó en lafrentecondulzuraunayotravez.¿Aquelloerareal?¿Setratabadeunsueño?Melanieseentregóalcalor

delcuerpodeAdamyaladulzuradesusinolvidablesbesos.–Hasidoincreíble–dijoAdam.–Espectacular –replicó ella besándole y deslizándole los dedos por el

pelorevuelto.–Tengoquedecirunacosaparaquenohayamalentendidos.AMelanielediounvuelcoalcorazón.–¿Sí?–Novasa iraningunaparte.Noquieroque temarchesdespuésde lo

quehemoscompartido.Necesitoquetequedesapasarlanoche.Melanie volvió a sentirse feliz. Adam quería que se quedara. Pero

enseguidacayóenlacuentadelasimplicaciones.–¿Estássegurodequeesunabuenaidea?Podríahaberfotógrafosenla

puerta del edificio. No estaría bien que me vieran salir de aquí por lamañana.–Entonces ya veremos qué hacemos.No voy a perderte de vista. Esta

nochetequedasaquí.Conmigo.Todalanoche.¿Deacuerdo?¿Cómoeraaqueldichodeecharletodalacarnealasador?Ellayahabía

hecholoquehabíajuradoquenuncaharíayhabíavalidolapena.Sialgosalíamal,Adamyellalidiaríanconlasituaciónjuntos.Porelmomentoseteníanelunoalotroytodalanochepordelante.–Porsupuestoquemequedaré.Todalanoche.

CapítuloNueve

Melanie se despertó sintiendo como si flotara en un sueño. ¿Habíasucedidodeverdadlodelanocheanterior?Elsoldelamañanasefiltrabaa través de las ventanas del dormitorio de Adam. Melanie se subió lasábanaalpecho.LasábanadeAdam.LacamadeAdam.Seescuchóelinconfundiblesonidodeunaspatasenelsuelodemadera

yJackaparecióporlapuerta.Encuantolavio,seacercóaella.–Buenosdías,amigo–Melaniesepusodeladoparamirarle.Elperrobajólacabezaparaqueleacariciaradetrásdelasorejas,yella

asílohizo.–Menudaparejahacéis–dijoAdamasuespalda.Melaniemiróatrás,atraídaporsutonodevozsoñoliento.Sequedósin

respiraciónalverloconaquellospantalonesdepijamagrisesysincamisa.Llevabadostazasdecaféenlamano.–Buenosdías–Melanienopudoevitarsonreíralverlotansexy.Adamapoyólarodillaenlacamayseinclinóparadarleunbesoenla

frente.–Buenos días, preciosa –le pasó una taza–. Leche y una de azúcar,

¿verdad?Ellaasintiósindarcréditoaqueseacordara.Soplósuavementeelcaféylediounsorbito.Sesentíabien,peroalgo

turbada.Lanocheanteriorhabíasidoabsolutamentemaravillosa,lehabíaencantadorendirseporfinaél,peronocabíadudadequesehabíatratadodeunmomentodedebilidad.Loquemáslepreocupabaeraelcontratoqueteníaconsupadre.Había

hechounpactoconsigomismaparahonraraquelacuerdo,ylohabíaroto.Odiabatenerqueponerexcusas,peroeralaúnicamaneradelidiarconloquehabíahecho.–Ojalápudiéramospasar lamañanaenlacama–Adamdejóla tazade

caféen lamesillay semetióbajo las sábanasconella–.Pero tengounatoneladadereunionesqueempiezanalasnueve.–Reuniones–aMelanie le latióelcorazónconfuerza–.Oh,Diosmío,

¿quéhoraes?–Pocomás de las siete.Nome digas que llegas tarde a algo, esmuy

temprano.

–Yo también tengo una reunión a las nueve en punto. Pero tengo quellegaramiapartamento,ducharme,cambiarmey luego ir a laoficinayprepararcafé.Sinomevoyahoramismonollegaré–Melanieapartólassábanas y se dio cuenta al instante de que estaba desnuda. Agarró unaalmohada y se cubrió el cuerpo, escudriñando el suelo en busca de lasbraguitasyelsujetador.–Esunpocotardeparaelrecato,SuerodeLeche.Noquedaentucuerpo

unsolocentímetroquenohayaexploradoanoche.–¿Puedes,porfavor,ayudarmeaencontrarmiropainterior?Adambuscóensuladodelacamaysacólasprendas.–¿Nomepuedoquedarestoderecuerdo?Ellaselasquitódelamano.–Muy gracioso –se sujetó la almohada en el pecho con la barbilla y

agarrólaropainterior.NosabíamuybienporquénoqueríaqueAdamlavieradesnudaahora.Talvezsesentíaculpable–.Tengoqueencontrarmivestido.Dejó aun lado la almohaday corrió al salón.Adam la siguió.Ver el

vestidoyloszapatostiradosenelsuelohizoquerecordaratododegolpe,elcalordesumanoenlaespaldadesnuda,susbesos,elgloriosomodoenquelahabíallenado.–Esperaunmomento–lepidióAdammientrasellatratabadeponerseel

vestido–.PorelamordeDios,dejaqueteayudeconlacremallera.Dimequétepasa.Séquetienesmiedo,ynecesitosaberporqué.Nocreoqueseaporesareunión.Al escuchar su voz, el cuerpo de Melanie solo quería estar desnudo

juntoalsuyotodoeldía,sobretodocuandoelcálidoalientodeAdamleacariciabalaoreja.Perosucerebroestabaaladefensiva.–Yo…–Melanieaspiróconfuerzaelaire.–¿Tú qué? ¿Estás preocupada? ¿Crees que lo que hicimos anoche no

estábien?Ellaexhaló.–Sí–nohabíanadamásquedecir.Adamlagiróylaestrechóentresusbrazos.–Lo entiendo –murmuró acariciándole la espalda en gesto

tranquilizador–. Escucha, los dos sabemos que esta no es la situaciónideal, pero no tenemos nada de qué avergonzarnos. Yo te deseo, tú medeseas.Esasídesimple.

–Perotupadre…Elcontrato…Adamlaestrechótodavíaconmásfuerzaentresusbrazos.–No te preocupes por mi padre. No se va a enterar –la besó en la

frente–.Yahoradéjamequeteacompañeabajoa tomaruntaxiparaquenolleguestardeatureunión.Melanienegóconlacabeza.–¿Ysihayalguienenlapuertadeledificio?¿Fotógrafos?–Llamaréalportalparaasegurarmedequenohaymorosen lacosta.

Losporterossonmuyprofesionales.–Túllama,perobajaréyosola.Esmásseguroasí–elestómagoledio

unvuelco.Nolegustabalaideadetenerqueandarescabulléndose.–¿Quéclasedecaballeroseríayosinoteacompañoabajo?Tedirélo

que haremos. Te acompañaré hasta el vestíbulo. Y no acepto un no porrespuesta.MelanierecogiósuscosasmientrasAdamhacíalallamada.Luegoélse

pusounasudaderayunaszapatillasdedeportesinatarseloscordones.Semetieron en el ascensor sin hablar, peroAdam le tomó lamanoy se laacariciósuavementeconelpulgar.AMelanieledabavueltaslacabeza.¿Quéestabanhaciendo?¿Estoera

cosa de una noche? Eran preguntas que necesitaban respuestas, pero nohabíatiempo,almenosaquellamañana.Yencualquiercaso,AdamteníaquecontinuarlafarsaconJuliaalmenoshastalagala.Nohabíanadaenaquellasituaciónquepresagiaraunarelaciónauténtica

yduradera.Yaveíaasushijospreguntándolescómosehabíanconocido:«Bueno, papá tenía una novia falsa porque mamá le dijo que eso leserviríaparaobtenerbuenapublicidad,y tuabuelonoqueríaniquenosacercáramos,asíquepapáymamácayeronen la tentación, tuvieronunaaventurasecretaytórridaymintieronatodoelmundo».El móvil de Adam emitió un sonido y se lo sacó del bolsillo de la

sudadera.Sonriómirandolapantalla.–Esmipadre,mefelicitaporMidnightHour.Laspuertasdelascensorseabrieron.–Estuvisteincreíble–dijosaliendoalvestíbulomientrasAdamsostenía

laspuertas–.Estoyseguradequehoyvasarecibirmuchasfelicitaciones.El teléfonodeAdamvolvióa emitirun sonido.Estavezno sonrióal

leerelmensaje.Sequedópálido.–Eh,Carl–legritóalporterocontonodepánico–.Consígueleuntaxia

laseñoritaCostelloahoramismo.–¿Quéocurre?–preguntóMelanieangustiada.–Tienesque irte–leespetóAdampulsandoelbotóndelascensor–.Mi

padrevienedecamino.Laspuertassecerraron.«Oh,Diosmío,no».ElporterosacórápidamenteaMelaniefuera,pero

fuedemasiadotarde.EstuvoapuntodetropezarseconRogerLangford.–Hola,señoritaCostello–dijoRogermirandoa travésde lapuertade

cristalhaciaelvestíbulodeledificiodeAdam–.¿EstabaustedreunidaconAdam?–Eh…sí.Sí,señor–sesintiófatal–.Hahabidounagranrespuestaala

entrevistadeanoche.Soloqueríaasegurarmedesacarleelmayorpartido.Asegurarmedequetodoslosmedioshablendeello.Adamyyoestábamosrepasandoalgunascosas.«Dejadehablar.Estáscavandotupropiatumba».–Esoesloquemegustadeusted,señoritaCostello.Siemprepensando,

siempretrabajandodurosindejarpasarningunaoportunidad.AhoraMelaniesesintiómilvecespeor.–Gracias,señor.ElporteroconsiguióporfinpararuntaxiylehizounaseñalaMelanie.Ellaestabadesesperadaporescapardeallí.–Tengoqueirme,señor.Meesperaunareuniónenlaoficina.–Claro,claro–asintióRoger–.Quetengaunbuendía.

Adam recorrió arriba y abajo la cocina. ¿Habría conseguido llegarMelaniealtaxiantesdequeentrarasupadre?TuvolarespuestaencuantoRogerentróenelapartamento.–Mehe encontrado con la señoritaCostello abajo –le dijo quitándose

lentamenteelabrigo.–Ah,sí–contestóAdamsinquererofrecerningúndetalledelahistoria

porsinocoincidíaconladeMelanie–.Papá,siéntate,porfavor–enaquelinstanterecibióunmensajedetexto.MiróelmóvilparaleerelmensajedeMelanie.«Nopodemoshaceresto.Noestábien».Adamcontestó:«Notepongasnerviosa».–LaseñoritaCostelloesmuytrabajadora–supadretomóasientoenun

taburete–. Solo estaré un momento, Adam. He venido porque quería

decirte enpersona lo contentoqueestoycon tu aparicióndeanoche.Herecibidovariasllamadasfavorablesdelosmiembrosdejunta.Estánmuyimpresionados.Yotambién.Estuvisteperfecto.Cadapalabradehalagode supadrehacía sentir aAdammás turbado.

Ahora entendía de primera mano por qué Melanie se encontraba tanincómoda.¿Ysi lecontabadeprontoasupadrequeMelanieyél teníanuna relación? ¿Cómo se lo tomaría? ¿Se sentiría decepcionado? ¿Leacusaríadevolverotravezalasandadas?Larespuestanoimportaba.Melaniesepondríafuriosa.Siquería tener

algunaposibilidaddeseguirconella,nopodíaponerenpeligro todoeltrabajoquehabíahecho.SisetrataradelprestigioprofesionaldeAdam,podríaversetentadoa

arrojarlotodoporlabordacontaldepoderestarcadanocheconMelanie.Cuandosupadresefueypudorespondermejoralmensajequeellale

habíamandado,sepreguntósihabríaconseguidocalmarlaconsuúltimomensaje:«Todoestábien.Voyatuoficina».LarespuestadeMelaniefuedemasiadorápida:«No,porfavor.Esosolo

empeoraríalascosas».Adam le envió un mensaje a su asistente para que retrasara sus

reunionesmatinales.Luegodejóelmóvilbocabajoen laencimerade lacocina. No iba a entablar una conversación con Melanie por mensajecomosifueranunosadolescentes.Teníaqueverla.Cuandolatuvieraentresusbrazos,todoestaríabien.Seduchórápidamenteyunavezabajolepidióasuchóferquelellevara

a la oficina deMelanie lo más rápidamente posible. Cada semáforo enrojoconelque se topaban suponíauna tortura.El teléfonodeAdamnoparaba de sonar, pero no podía concentrarse en el trabajo y finalmentetuvo que silenciarlo. Los negocios tendrían que esperar. Nada era másimportantequeveraMelanie.Prácticamentesaltódelcochecuandollegaronaledificiodesuoficina.

El ascensor estaba fuerade servicioy subió las escalerasdedos endoshasta llegar al octavo piso. Abrió la puerta de Relaciones PúblicasCostello,laoficinaestabaaterradoramentesilenciosa.–¿Mel?¿Estásaquí?–Adamseatusólacorbataylachaquetadel traje,

cruzólazonaderecepciónysedirigióasudespacho.Asomólacabezaaldoblarlaesquina.Lapuertaestabaabierta.Escuchóunossollozos.Oh, no. Estaba llorando. Se aclaró la garganta sonoramente para no

asustarla.–¿Mel?Ella se asomó a la puerta del despacho. Tenía las mejillas rojas y

manchadasdelágrimas,peroestabatanbellacomosiempre.–Adam, te dije que no vinieras. No quiero hablar de ello. Vete, por

favor.Nopodemoshaceresto.Yonoquierohacerlo.Noestábien.–Mipadrenosabenadanilosospecha,Mel.Todoestábien.Ellasepasólosdelicadosdedosporlarubiamelenayapoyóelhombro

contralapared,comosilecostaratrabajomantenersedepie.–Paratiesmuyfácildecirlo.Túnotienestantoqueperdercomoyo.No

setratasolodeminegocioodemiprofesión.Setratademividaentera.Miidentidadestáligadaaestaestúpidaoficinaquenopuedopermitirme.Toda mi vida gira en torno a mantener las luces encendidas y seguiradelante.Notengonadamás.Nopuedopermitirmecometerunerror.Adamsintióunapunzadaenelpecho.Odiabalapalabra«error».–¿Creesquelodeanochefueunerror?–Si me despiden del trabajo más importante de toda mi carrera,

entoncessí.LacabezaaAdamledabavueltas,lecostabatrabajocreerqueMelanie

fueraaestartanmalsiladespedían.Teníaquehaberotramanera.–¿Ysitepagoyoloshonorariosquemipadreteprometió?Odéjame

comprartelaoficina–seacercóunpocomásaella.Queríatocarla,peronotabalaimpenetrablefortalezaquehabíaconstruidoasualrededor.–¿Creesquequierotudinero?¿Quequieroquemerescates?Tengoque

hacerestopormímisma.Heestadosoladesdelosdieciochoaños.Noséhacerlodeotromodo.Ynoolvidesquetodoelmundosabequeheestadotrabajando en este proyecto. Mis futuros clientes me preguntarán alrespecto, y querrán saber qué tiene que decir Roger Langford sobre eltrabajoquehice.Silescuentaquetuvoquedespedirmeporquemeacostéconsuhijo,estoyacabada.Nohabrávueltaatrásparamí.–Siyosuperémiescándalo,túpodrássalirdeesto.–Nuestras situaciones no son iguales. Tú eres Adam Langford. Tu

familiarepresentaelsueñoamericano,eresunhombreinteligente,guapoy hecho a símismo. La gente te adora. Yo solo tuve quemostrarles lobueno que hay en ti. Yo no soy nadie, Adam. Si esto sale a la luz meconvertiré en una nota a pie de página, y no puedo permitírmelo. NopuedovolveraVirginiaconlacabezabajaporlavergüenzaydecirleami

padrequeélteníarazón,quefueunerrorveniraNuevaYorkypensarquepodía dirigir mi propia firma de relaciones públicas. Creo que noentiendeslasrepercusiones.Adamentendía de dóndeprocedía, pero eso no cambiaba el hechode

queélquisieratenerlaensuvida.–Escucho todo lo que dices, pero darle una oportunidad a lo que

tenemosesmásimportantequetodoeso.Creoqueestovamásalládetutrabajoodemifamilia.Melanieadquirióunaexpresióndetotalconfusión.–Nosédequéestáshablando.Nohaynadamás.Adamseatrevióaacercarseunpocomásyleagarróelcodo.Encuanto

latocó,sintiócuántosehabíacerradoaél.–Piensaenporquéestásenestasituación.Tuex.Éleslarazónporla

quetevesasícontusfinanzas,perotambiéncreoquees larazónpor laquetedatantomiedodejarquealguienentreentuvida.Melanieledeslizólamiradaporelrostro.–No.Teequivocas.Deesohacemásdeunaño,yheconseguidosalir

adelantesinél.Adamasintióysediocuentadequeaquellarevelaciónenparticularle

resultabaconflictivaaMelanie.Élsabíacómosesentía.–Meimportas,Mel.Mucho.Séloqueesquetehagandaño.Atodosnos

hanhechodaño.Talveznohayapasadoexactamenteporlomismoquetú,pero teentiendo.Yséqueentrenosotrospodríahaberalgodeverdadsime dejaras pasar –lamiró a los ojos.Melanie necesitaba tiempo. Podíaverlo.Ypormuchoquelecostaradárselo,teníaquehacerlo.–Quieroquepiensesenello.Quieroquepiensesenloquesignificade

verdad.Melanieaspiróconfuerzaelaire.–Nosetratadeloquetúquieres,Adam.Setratatambiéndeloqueyo

quiero.–Entoncesdimequéquieres.–¿Ahora mismo? Quiero que te vayas, que sigas con tu vida y me

prometasquenovolverásapensarenmícuandolagalahayaterminado.Adam sintió como si le hubieran dado un mazazo en el corazón.

Aquellasnoeranlaspalabrasdeunamujerqueestabadispuestaapensarentodoloqueélleacababadedecir.–Puedoprometermuchascosas,peroesono.Nodespuésdeanoche.

–Bueno, pues tendrás que intentarlo, porque yo tengo un trabajo quehacer.

CapítuloDiez

ElviernessecumplieroncincodíassinsabernadadeAdam.Almenosnodirectamente.Lamayoríadelasentrevistasyahabíanterminado,perofaltabaultimar

algunosdetalles,ylomásimportante,necesitabanpulireldiscursoqueibaapronunciarenlagala.Habíanhabladosobresuscomentariosdelsábadoporlanoche,perotodoatravésdesuasistente.Pormuchoqueledoliera,MelanienopodíaculparaAdamdesudistanciamiento.Despuésdetodo,ellalehabíapedidodirectamentequelaolvidara.De quien Adam no se había distanciado al parecer era de Julia.

Volvieron a salir enseguida en la prensa, tomados de lamanomientrasiban de compras por el Soho solo dos días después de que Melanie yAdamhubieranhechoelamor.Odiabaquetodavíaleimportara,peroasíera.Leimportabatantoquesentíacomositodosuinteriorsemuriera.Las cosas que le había dicho Adam aquella mañana en su oficina

seguíandándolevueltasporlacabeza.«Podríahaberalgodeverdadentrenosotros si me dejaras pasar». No estaba convencida de que fuera tansencillo. En cualquier caso sería algo imposible disfrazado de sencillo.¿TeníarazónAdam?¿LehabríahechoAdamtantodañocomoparanosercapazdevolveraconfiarennadie?¿Tendríaelcorazóntancerrado?Melanieaspirócon fuerzael aireparaarmarsedevaloryentróenel

ascensorque llevabaalapartamentodeAdam.Aqueleraeldíaescogidopara repasar su discurso y ver qué se iba a poner para la gala del díasiguiente. No tenía ningún plan para tratar con Adam más allá de loprofesional. Con suerte, él estaría igual. Repasarían el discurso y lemostraría aMelanie lo que se iba a poner para la gala. Ella le daría elvisto bueno y desaparecería. Entonces el único obstáculo que quedaríasería la gala, y eso implicaba barra libre bien provista de champán.Benditochampán.Cuandoseabrieronlaspuertasdelascensor,Adamseestababajandode

unodelostaburetesdesuenormeisladecocina.–Llegastarde–afirmócontonogélido.Ellaconsultósureloj.–Sonlascincoytresminutos.Ytúsiemprellegastarde.–No estamos hablando de mí, ¿verdad? Tengo cosas que hacer esta

noche.Melaniesuspiró.AsíqueaqueleraelcaminoquehabíaescogidoAdam.

Ellanoqueríamorderelanzuelo,peroelmodoenquehabía regresadocorriendoabrazosdeJulialareconcomía.–¿TienesunacitaamorosaconlanoviadeAmérica?–¿Esoteharíasentirmejor?¿Quetussospechasfueranciertas?Las palabras de Adam le dolían, aunque no podía culparle por estar

enfadado.Laúltimavezquelevioseportófatalconél.–Hablemosdelvestuarioydetudiscurso,porfavor.MelaniesiguióaAdamhastasudormitorio.Encuantocruzólapuerta

sintiócomosileclavaranunpuñalenelpecho,justoenelcorazón.Mirólacama,cubiertaconunainmaculadacolchadeseda.Nolecostóningúnesfuerzo recordar qué se sentía al estar envuelta en aquellas sábanascompletamentesincronizadaconAdam.Noteníanproblemasenlacama.Locomplicadoestabafueradeldormitorio.–Heescogidotrestrajes,porsiquieresecharlesunvistazo–dijoAdam,

aquienparecíanoafectarlenadalavisióndelacama–.Laeleccióndelacorbatateladejoati–entróenelvestidoryseñalólasperchasenlasqueesperaban los trajes colgados, al igual que una extensa colección decorbatasdeseda.Melanie ya sabía que quería que llevara el traje gris oscuro.Lo tenía

puesto la noche que lo conoció y le quedaba demaravilla. La chaquetahechaamedidaleacentuabalosesculpidoshombrosylaestrechacintura.Asíquetendríaqueapartarlamiradaymorderselosnudilloscadavezquelevieraaldíasiguienteporlanoche.Nopasabanada.Habíavividocosaspeores.Melanie se acercó a las corbatas y seleccionó unas cuantas: una azul

acero,otranegraconrayasverdeoscurodiagonalesyunacolorlavanda.–Ni hablar –Adam agarró esta última y la volvió a colgar–. Tú y tu

lavanda.Esdemasiadofemenino.MelanieobservólasotrasdoscorbatasantesdeponerleunaaAdamen

lamano.–Muybien.Probaremosconlaazul.Teresaltarálosojos.–¿Deverdadteimportacómosemeveanlosojos?–Sí.Esunodetusmejoresrasgos.–Si no supiera que no es así, diría que estás coqueteando conmigo –

Adamapretóloslabios–.Perotengoclaroquenoesasí.

–Ponteeltrajeparaensayareldiscursoyasípodremosdespedirnosporestanoche.Teesperofuera.Melaniesaliódelvestidoryseacercóalventanalquedabaalaciudad.

Los días se iban haciendomás largos, solo faltaban unosmeses para elverano. ¿Dónde estaría ella para entonces? ¿Tendría más clientes?¿Entraría más dinero? La lógica indicaba que llevaba una trayectoriaascendentegraciasaléxitodelacampañadeAdam.Entonces,¿porquénoestabacontenta?Habíatomadoladecisióndecentrarseensucarrerayloibaaamortizar,perosesentíavacía.Noteníaanadieconquiencompartiraquelloslogros,ycomoAdamhabíasugerido,selohabíabuscado.Adamentróenlaestanciaysedetuvofrentealespejodecuerpoentero

delapared.–¿Ybien?Melaniesepreparóyseapoyóenlaventana.Estabatanguapoquehacía

dañomirarle,yleprodujounapunzadaenelpecho.–Estefuncionará–comentótratandodeaparentar trivialidad.Nopoder

besarle con aquel traje era una tortura.Y todavía era peor saber quenopodríavercómoseloquitaba.–¿Túquetevasaponerparalafiesta?–lepreguntóAdam.–Unvestido.–Esoyameloimaginaba.¿Teimportaríadarmásdetalles?–No lo sé –no había pensado en ello y no tenía presupuesto para

comprar nada nuevo. Seguramente se pondría alguno de los prácticosvestiditos negros que siempre llevaba a ese tipo de eventos–. ¿Quémásda?–Tengocuriosidad–Adamseajustólospuñosdelacamisa–.¿Vasair

conpareja?–noapartólamiradadesureflejoenelespejo.Melaniecerrólosojosuninstante.Sesuponíaqueaquellaibaasersu

oportunidad para tomarse la revancha, pero ahora estabamuchomenosentusiasmadaporlaidea.–Voy a ir con mi vecino, Owen. Es médico –tenía cero interés

sentimentalenél,y lehabíadejadoclaroquesoloeranamigos,peronohacíafaltaqueAdamlosupiera.Senegabaaasistira lafiestasinparejasabiendoquetendríaquesonreíryfingirqueerafelizmientrasAdamsepaseabaconJuliadelbrazo.–Estees tuevento.Supongoque lehabráspedido túque teacompañe,

¿no?

¿Quéestabainsinuando?¿Quenoeracapazdetenerunacita?–Leheinvitadoyo,peroOwenmehapedidosalirmuchasveces.–¿Yhassalidoconél?–Hemosidoalcineyacenar–seabstuvodeaclararquenoerancitas

románticas,soloplanesdeamigos.–Entiendo.Bueno,estoydeseandoconoceratuvecinoelmédico.Melaniesesentíaconfusa.¿Estabaceloso?NopodíaimaginaraAdam

envidiandoaotrohombre.Pero,¿quépasabaconsutonoposesivoyconsumirada?¿Estabadiciendoquenosehabíarendido?¿Yquédebíahacerellaenesecaso?–Deberías ensayar el discurso para que pueda oírlo –dijo entonces

rompiendoenhechizodelsilencio.–¿Aquí?Melanieseencogiódehombros.–Sí–cruzóelsalónparasentarse,aunqueestabasoloaunoscentímetros

delacama.–Ojalátuvieraunpódium.Mesientorarosoltandoundiscursoaquíde

pie–Adamseestirólachaqueta.Parecía seguro de símismoy a la vez vulnerable allí delante de ella.

Melaniecontuvounsuspiro.AqueleraelAdamqueadoraba,elAdamquenuncaseríasuyo.Adamcomenzó el discurso, peroMelanie se dio cuenta al instante de

que algo no iba bien. Todo lo que salía de su boca era optimista yconfiado,perotenía loshombrostensos, lavozuntantoagitada.Parecíacomosiestuvieradiciendolaspalabrasdeotrapersonaapesardequeélhabíaescrito lamayorpartedeldiscurso.Ella solohabíahechoalgunassugerenciasypequeñoscambios.Comoélmismohabíadichomuchasveces,noseledababienfingir.Adam se apretó el puente de la nariz cuando terminó el discurso. Ni

siquieraquisoescucharlaopinióndeMelanie.Habíavistosuexpresióndeasombromientrashablaba.–¿Vatodobien?–preguntóella.–Eh…sí,claro.¿Porqué?–Esquenoparecíastú.Enabsoluto.–Estoybien–peronoeracierto.Nadaestababien.Ynosoloporlode

LangTel. Ni tampoco por su padre. Era por ella. Los dos solos en suapartamento, comportándose de un modo civilizado y teniendo mucho

cuidadodenorozarse,denisiquieramirarse.Aquellonoestababien.Pero las cosas habían cambiado. En las otras ocasiones en las que

Melanielehabíadichoquenosedebíaaqueestabantrabajandojuntos.Noporquehubieraotrohombreenlafoto.Lapartemásegoístadesímismohabía pensado que no había ningún otro interés amoroso porque queríaestarconél.Alparecersehabíaequivocado.Ahorateníaunacitaconunhombrequeellahabíaelegido,nadamenos

queunmédico.Adamnuncasehabíacomparadoconotroshombres,peroMelanie lehabía rechazado tresvecesyhabíaescogidoaOwen.Talveznoestuvieratancerradaalaideadelamor.Talvezsoloestuvieracerradaaél.–¿Estás seguro? –preguntó Melanie–. Parece que hay algo que te

perturba.Dimequépasa.Allí estaba ella, delante de él, la mujer que no podía quitarse de la

cabeza aunque quisiera.Melanie quería escuchar.Quería hablar.Aquellapodíaserlaúltimaoportunidaddeestarjuntosasí,solohablando.Despuésdelagalairíancadaunoporsulado.Adamaspiróconfuerzaelaireyluegolodejóescaparlentamente.–NoquierodirigirLangTel–quitarseaquellodelpechofueunaliviode

proporcionesépicas.Melaniesequedóboquiabierta.–¿Qué? Pero tu padre…El plan de sucesión… –miró a su alrededor

parpadeando, como si no entendiera loquehabíadicho.Yeso erapartedel problema. Solo tenía sentido paraAdamyAnna.Nadiemás parecíaentenderlo–. A ti te encantan los retos, y esto es una gran empresa quelleva el apellido de tu familia. ¿Por qué no quieres disfrutar de estaoportunidad?Adamsacudiólacabezaysedejócaerenelbancoquehabíaalospies

delacama.–Sé que suena a locura, pero todos los Langford se han hecho a sí

mismos.Mipadre.Miabuelo.Mibisabuelo.Nopuedosoportarlaideadenohacerlomismo,demarcarmipropiocamino.Quieroalgoconstruidopormídesdelanada.¿Tanmalestáeso?Melanietorcióelgesto.–Tú mismo lo has dicho, Adam. Conseguiste tu primer millón en la

universidad.Yaeresunhombrehechoasímismo.Tachaesodetulistaypasaalsiguientereto.Nomecabedudadequeserásungrandirectorde

LangTel. Con tu mente para la tecnología podrías hacer grandesinnovaciones.–Eresunencanto,peronoestansencillo.Almenosparamí.Nopuedo

decirlequenoamipadre,ymenosahoraqueseestámuriendo.Tendríaquehaberledichoalgoal respectoañosatrás.Peronopenséque tendríaqueenfrentarmeaestohastaqueélestuvierapreparadopara jubilarse,ysiempre pensé que cabía la posibilidad de que yo cambiara de opiniónparaentonces.Melanieabriólosojosdeparenparyseinclinóunpocohaciadelante.–PeroAnnasíquierehacerlo.Melodijocuandoestábamosplaneando

lagala.Adam,esoes…esperfecto.Adam sonrió.Melanie era adorable al querer ayudarle a arreglar las

cosas.–Nuestropadreseniegaahablardeltema.Estátanchapadoalaantigua

queresultaridículo.Melanieparecíaalicaída.–Vaya,creíquesetratabadeunarivalidadentrehermanos–suspiróyle

miróalosojos–.Oh,Diosmío,Adam.Elescándalo.Aquellaeratusalida–serascólassienescongestopreocupado–.Podríashaberdichoquenoala campaña de relaciones públicas y dejar que la junta directiva terechazara.Esolohabríasolucionadotodo.Adam tuvo ganas de echarse a reír. Había pensado en ello, pero

entonces su padre contrató a una relaciones públicas llamada MelanieCostello. En cuanto vio su foto en la web de la empresa se le subió elcorazóna laboca.Finalmenteconocía la identidaddesuCenicienta.Asíque accedió a la campaña aunque era muy probable que eso sellara sudestino.Teníaquevolveraveraaquellamisteriosamujer,comprobarsilaschispaseranreales.Yloeran.Soloquenodurarondemasiado.No podía contárselo a ella ahora. Melanie había seguido adelante, y

Adamnoteníamásremedioqueaceptarlo.–Pensé en ello, pero habría supuesto una mancha para el apellido

familiar y habría destrozado mi relación con mi padre –por suerte,Melanielehabíasalvadodetomaraquelladecisión.–¿Sabesqué?EldíaqueconocíaAnnamesentíunpococelosade tu

familia–reconocióella.–Notodoesuncaminoderosas,créeme.–Yalosé,peroseguísunidosyospreocupáislosunosporlosotros.Yo

notengoeso.Mishermanaspiensanquesoyunbichoraro,mipadreesunhombre imposibleyamimadrecasini la recuerdo–Melaniesacudió lacabeza–.Séqueturelacióncontupadreestumultuosa,peroalmenoslotienescontigo.Sigueaquí.Todavíapuedeshablarconél.Solotienesqueencontrar la manera de hacerle comprender. Si fallece y no lo hasintentadounavezmásnotesentirásbien.–Laideadedecepcionarlemesigueresultandoinsoportable.Jack entró en el salón y se detuvo en la rodilla de Adam antes de

acercarseaMelanie.Ellaleacariciólacabezaylesonrió.–No soy una experta, pero es mejor decir las cosas y aceptar las

consecuencias.Yolohiceconmipadre.Nosaliómuybien,peroalmenosdijeloquepensaba.Era muy inteligente, muy intuitiva, aunque parecía más interesada en

ayudaralosdemásqueencentrarseensuspropiosproblemas.–Megustaquemehablesdetufamilia.«Hace queme sientamás cerca de ti».Quería decirle, pero parecería

que se había enamorado desesperadamente de una mujer que no podíatener.Yasíera.AmabaaMelanieconcadafibradesuser.–Debería irme –ella se puso de pie, se atusó el vestido y agarró el

bolso–.Y tú deberías quitarte ese traje si no quieres llevarlo mañanaarrugado.Adamselevantóparadespedirse.TeníaaMelanieaescasosmetrosde

él.Queríaabrazarlaynodejarlairnunca,besarladurantedías,escapardelmundo con ella.Queríamimarla y adorarla como semerecía. Le habíamostrado una oportunidad para el día siguiente, el día que tanto temíaAdam, recordándole que él decidía su propio destino. Por supuesto,aquelloconcerníaalosnegocios.Elamornosepodíacontrolar,ymenosahoraquehabíaotrohombreenlaescena.

CapítuloOnce

Melanie decidió que no tendría ninguna cita cuando salió de casa deAdam.PormuydifícilquefueraaserverleconJuliaenlagala,llevaraOwencomochalecosalvavidasnoleparecíabien.Asíquesepasóporsuapartamento,sedisculpóprofusamenteyloreconociótodo.Dormíamalporlasnoches,laperseguíanimágenesdeAdamdelmodo

enquelahabíamiradocuandoseprobóeltraje,eltonoalgoposesivoquehabía utilizado, como si estuviera celoso. Otros recuerdos entraban ysalíandesumente:lacasadelamontaña,elbaileenFlaherty’s,lanocheenlaqueporfinsehabíapermitidoelplacerdedisfrutardelhombremássexyquehabíaconocidoensuvida.Todavíapodíasentirsusdulceslabiosenlossuyos,recordarsucálido

aroma, conjurar la sensaciónde seguridadque experimentaba cuando larodeaba con sus brazos. Saber que había dejado a Adam atrás leprovocabaungranvacío,unvacíoanteelquelamarchadeJoshparecíasolounrasguño.Porlamañana,confaltadesueñoysintiéndosefatal,sabíaqueteníaque

mantenerseocupadaeneldíadelagalaparanoseguirdándolevueltasaloqueyateníaclaro:ibaaecharmuchísimodemenosaAdam.Seprobóveintevestidosdistintos,sepusounamascarilla,sediounbaño,sepintólas uñas de rojo rubí y pasó largo rato ocupándose del pelo y elmaquillaje.Almenostendríabuenaspectocuandodijeraadiós.Cuandohabíareducidolaelecciónadosvestidos, leentróunmensaje

enelmóvil.Loagarróylomiró.Granerror.SentíacomosilefaltaraelalientoalmirarlafotodelperiódicoenlaqueseveíaaJuliasaliendodelapartamentodeAdamaprimerahoradelamañana.AsíqueesoeraloqueteníaquehacerAdamlanocheanterior.Juliaibadecaminoasucasa.Melaniesedejócaerenlacama,todavíaenalbornoz.Sequedómirando

la foto y trató de entender el sentimiento que se estaba formando en suinterior. La lógica le decía que debería estar triste, que aquello era otraseñaldeluniversoqueindicabaqueAdamyellanoestabanhechoselunoparaelotro.Peronohabíamelancolía.Nisiquieraestabaresentida.Estabaenfadada, pero no con Adam, sino consigo misma. El hombre másincreíble que había conocido, el único hombre con el que quería estar,estabaapuntodemarcharseyellaseloibaapermitir.

AdamnoqueríaestarconJuliayellalosabía.Aunquenoselohubieradicho,sucorazónlosabía.En los momentos en que Melanie había conseguido superar los

obstáculos entre Adam y ella, la química eramás real de lo que nuncacreyóposible.Elrestodeltiemponohabíapodidonegarlaatracciónquesentíahaciaél.Solofingíaquenoestabaallí.Nopodíaseguirfingiendo.Nopodíadejarleir.Esoimplicaríarendirse

alascircunstancias,yellanoeraasí.Eraunaluchadora.SobrevivióalamarchadeJosh,aunquenuncaluchóporél.Noselomerecía.PeroAdamnoeraJosh.Adameracariñosoydetallista.ValorabalafuerzadevoluntaddeMelanie, quería verla triunfar.Ymás que eso, podía prenderle fuegoconunasolamirada,ningúnotrohombreteníaaquelefectoenella.ValíalapenalucharporAdam.Lucharíaporelhombrealquenopodía

dejarir.Habíallegadoelmomentodevolveraescucharasucorazón.Leescribióunmensaje aAdam:«¿Podemoshablar antesde la fiesta?

Enpersona.Asolas».El pulso le latía con fuerza. Todo lo que quería decir estaba en su

interior.Soloteníaquedejarlosalir.Pero,¿seríademasiadotarde?Encuantomandóelmensajelesonóelteléfono.EraAdam.–Vaya, qué rapidez –murmuró para sus adentros–. Hola, acabo de

mandarteunmensaje.–Acabodeverlo–contestóél–.Tienegracia.Aellalelatióconfuerzaelcorazón.–¿Gracia?–El momento. Estoy en la puerta de tu edificio. ¿Puedes abrirme? El

telefonillonofunciona.¿En la puerta de su edificio? ¿Por qué?Melanie sintió una oleada de

pánico. Tenía el apartamento hecho un desastre y parecía que hubierapasadoun tornadopor suhabitación.Habíavestidosyzapatospor todaspartes.–Nisiquieramehevestido.–Noimporta.Necesitohablarcontigo.Sin tiempo para arreglarse o vestirse, y mucho menos para pensar,

Melaniesaliódeldormitorio,pulsóeltelefonillo,quitólacadenayabriólapuerta.SalióalpasilloyviocómoAdamsubíapor lasescaleras.Ladejósin

aliento. Era la tentación andante, con un traje impecable y la barba

incipiente.–¿Ocurrealgo?–Se puede decir que sí. Siento no haber llamado antes, pero me

preocupaba que no me dejaras venir –Adam estaba unos cuantoscentímetrosalejado–.Meencantaelvestido.Noes loquemeimaginaba,peroseagradeceelescote.Melanie semiró.Teníaelalbornozabiertounpocopordelante.Se le

subiólasangrealacarayleinvitóaentrar.–¿Quépasa?¿Hayalgúnproblemaconlodeestanoche?–Yo podría preguntarte lo mismo. ¿Por qué querías hablar conmigo

antesdelafiesta?Ahora que estaba frente a él y su magnetismo le resultaba difícil

empezar.Perosabíaqueteníaquehacerlo.–Vilafotoenelperiódico.NomeimportaqueJuliapasaralanocheen

tuapartamento.Nocreoquequierasestarconella.Adamasintiólentamente.Laestabamatandoconsusilencio.–Me alegro de que por fin me creas –dijo finalmente–. He venido a

decirtequeJulianovendráalagaladeestanoche.Unmomento.¿Estabanhablandodetrabajo?–¿Qué?–Noteasustes.Séquehastrabajadomuyduroparaestafiesta,perono

puedoseguirfingiendo.Esaeslarazóndelasfotosenlasquesalefuerade mi apartamento. Su agente de prensa está orquestando la ruptura apeticiónmía.Tengoqueponerfinaestoahora.Nosolopormibien,sinoporeltuyotambién.¿Leestabadiciendosimplementequeestabahartodeaquellafarsa?¿O

habíaalgomás?–Yohecanceladolacitaconelmédico.Nomeparecíabienllevarloala

gala.–¿Yesoporqué?Melanie contuvo el aliento. Adam merecía saber cómo se sentía, la

kilométricalistaderazonesporlasquelenecesitaba.–Porque estoy enamorada de ti. Y no quiero estar con ningún otro

hombreniaunqueseaporunminuto.Noquierovertemarcharestanoche.Melanie salvó la distancia física que los separaba con unos cuantos

pasos. Sentir el ritmo de su respiración la calmaba, aunque no estabasegura de qué pensaba Adam de lo que estaba diciendo. Tenía una

expresiónasombrada.–Túeresmiúnicopensamientoantesdeacostarme.Eresenloprimero

en lo que pienso cuandome despierto.Cuandome pasa algo durante eldía,sientolanecesidaddellamarteparacontártelo.Laúnicarazónporlaquenolohagoespormitrabajo.Peronecesitoalgomásquemicarrera.Tenecesitoati.Melanie vio la primera señal de que tal vez estuviera en su mismo

barco.Adamsonrió.–¿Deverdad?–Sí. Y tú tenías razón. Dejé que lo que me ocurrió con mi ex me

convirtiera en alguien que no se permite sentir. Ya no quiero ser esapersona.Mehacesentirdesgraciada.–Odio la idea de que no seas feliz –Adam le tomó la mano y se la

acaricióconelpulgar–.TeníaquehablarcontigoantesdelafiestaporquenoqueríaquedesaparecierasestanochecomoCenicienta.Teníaquevertucaracuandoporfintedijeraqueteamo.Perotemehasadelantado.AMelanielediounvuelcoalcorazónyseleaceleróelpulso.–Losiento.Esquetehehechodañotantasvecesquepenséquemerecías

laverdad.Adamletomólaotramano.–Te amo y quiero estar contigo, pero necesito saber que estás aquí a

largoplazo.Nopodríasoportarque teentraramiedoyvolvierasasalircorriendo.Una lágrima lecayópor lamejillaaMelanie.Elhombrequesiempre

había tenido un enjambre demujeres alrededor quería saber si ella eracapazdecomprometerse.–Solosalíhuyendoporquemedabamiedolomuchoqueibaasufrirsi

nosalíabien.Peroyanotengomiedo.–Hablo en serio,Melanie.A largo plazo –Adammetió lamano en el

bolsilloysacóunacajitaazuloscuro–.Quieroqueseasmiesposa.Quieropasarmividacontigo.Melanie se llevó lamanoa laboca.Cuandoabrió lacajitacontuvoel

aliento al ver un impresionante anillo de compromiso de platino deesmeralda y diamante. Casi le daba miedo tocarlo, temía quedesapareciera.SolosehabíaatrevidoafantasearconvivirunmomentoasíconAdam.Nuncasoñóconquepudierallegarahacerserealidad.–Esprecioso.

–¿Quieresprobártelo?Ellaasintióvigorosamente.Sacó el anillo de la cajita y se lo puso en el dedo.El diamante brilló

comounaconstelaciónentera.–Oh,Diosmío,Adam.Meencanta.–Peronohascontestadoamipregunta.¿Quierescasarteconmigo?¿De verdad estaba ocurriendo todo aquello? Su futuro había dado un

giroradicalencuestióndeminutos.–No quiero dejarte ir nunca. Nada deseo más que convertirme en tu

esposa.Adam la atrajohacia sí congestoposesivo.Le tomó la cara entre las

manosyleacariciólamandíbulaconelpulgar,provocándoleescalofríospor todo el cuerpo. Entonces la besó dulcemente. Melanie le pasó lasmanos por el interior de la chaqueta, anhelando su calor y su contacto.Cadasegundoquepasabaentresusbrazosibadejandoatráslatristezadelañoanterior.Adamerasuyo.

Ahora que Melanie era suya, que podía besarla y tenerla entre susbrazos, resultaba mucho más satisfactorio de lo que Adam pudo haberimaginado. La tenía apretada contra su cuerpo y sentía el calor de sutemperatura.Eltrajenoayudaba.Teníalabocamuydulce,ydeslizabalalenguadeunmododeliciosamentedelicado.Adamseibavolviendomásloco a cada segundo que pasaba.Melanie estaba al menos parcialmentedesnudabajoelalbornoz,habíavistoelgloriosomontículodesussenoscuandoaparecióporlapuerta.Letiródelcinturónydejóaldescubiertoelregalomásmaravillosoque

habíatenidojamás.Lebajólaprendaporloshombroshastaquecayóalsuelo.Nollevababraguitas.Perfecto.Melanieserio,suslabiosvibraroncontralossuyos.Eraincreíblemente

sexy.–Adam,cariño,nohay tiempo.Sesuponeque tenemosqueestaren la

fiestaalasseisymedia.LosbrazosdeMelanienoestabansolometidosdentrodesuchaqueta,

habíadeslizadounamanoporlacinturilladesuscalzoncillos.Aquellolehizoestarmásdecididoaposeerlaencuerpoyalma.–Esimposiblequemedigasquetecasarásconmigoyqueyonotehaga

perder el sentido del tiempo y el espacio –le besó el cuello y aspiró suembriagadorafragancia.–Elpelo.Elmaquillaje.–Hevistoelcabecerodetucama.Esperfecto.Ellaserio,perolaexpresióndesurostroyelsonrojodesusmejillas

decíanqueledeseabatantocomoélaella.–Todavíadebopensarquémevoyaponer.Y tenemosveinteminutos.

Comomáximo.–Funcionomejorbajopresión.Melaniebajólamanoyletocólapartedelanteradelospantalones.Se

mordióellabio.–Yaloveo.Adamlegimióaloídoylemordisqueóellóbulo.–Olohacemosenelpasilloomellevasaldormitorio.Ella le tomó lamanoy le guiopor el pasillo.Le encantabaverla así,

con sus femeninas curvas en movimiento apresurado. Y mejor todavía,mirar su hermoso traseromientras retiraba la colcha.Melanie se dio lavuelta.Sussenosdesnudoslerozaronelpecho.–Los pantalones. Todavía llevas puestos los pantalones –Melanie le

desabrochó el cinturón y los pantalones–. Ten cuidado. No hay tiempoparaplanchar.Adamsacóelpreservativoquellevabaenelbolsillo,selodioaellay

sequitóloscalzoncillos.–¿Siemprellevasunpreservativoenelbolsillo?–Hetraídounanillotambién,SuerodeLeche.Adamcontuvoelalientocuandolesostuvoconsusdelicadosdedosyle

pusoelpreservativo.Labesó,saboreandosudulzura,ylatumbósobrelacama.Setumbóasuladoylepresionóloslabioscontralaclavículaantesdelamerleunpezón.Leabriólaspiernasymoviólosdedosencírculoenelcentrodesucuerpo.Melaniegimiódeplacer.Adambajómáslamanoylaencontrómáspreparadadeloqueesperaba.–Hazmeelamor,Adam–murmuróella–.Necesitosentirte.Noerasololaapretadaagendaloquelellevóaobedecer.Eldeseoque

exudabasuvozalimentabaelflujodesangreentresuspiernas.Seacomodóentresusmuslosylamiróalosojosmientrasentrabaen

ella. Estaba increíblemente caliente, su cuerpo respondió al suyo consutiles escalofríos. Adam forcejeó contra la oleada de placer que se

apoderódeél.Melanielerodeóconlaspiernas.Élqueríatomarsesutiempo,perono

tenían mucho y ya había percibido que ella necesitaba más. Melaniearqueólaespaldayalzólascaderaspararecibirle.Ellaladeólacabezaycerrólosojos.Adamlabesóenelcuelloylapenetrómásprofundamente.Sabíaquesuorgasmoestabaapuntodellegar.Melanieleclavólosdedosenlaespaldaysurespiraciónsevolviómásagitada.Tenía todo el cuerpo tirante como una goma estirada al límite. Los

músculos internos le urgían a irmás deprisa. En cuanto ella se dejó ir,Adamlasiguió.Sucumbióalasoleadasdeplacerqueseapoderarondeélunayotravezhastaquesefuerondesvaneciendopocoapoco.SetumbóalladodeMelaniejadeando.–Ha sido increíble, pero estoydeseandoqueacabe lagalaypodamos

tenertodalanoche–afirmó.–Y no olvides quemañana es domingo.No tenemos que vestirnos en

todoeldíasinoqueremos.Adamlepasólamanoporlanucaylabesóenlacoronilla.–Meencantacómofuncionatucerebro.–Amímeencantas tú–Melanie seapoyóenel codoymiróel reloj–.

Odiotenerquedeciresto,perotenemosqueponernosenmarcha.Elcocheque viene a recogerme estará aquí en quince minutos –le dio un brevebesoenloslabios,selevantódelacamayempezóarebuscarenlaropaquehabíadejadosobrelasilla.Adam agarró los calzoncillos del suelo, pensando en lo que había

dicho.Elcoche.Sulimusinaysuchófertodavíaestabanabajoesperando.Dejando a un lado las cuestiones prácticas, ir a la fiesta separadosresultabaridículo.–Notienessentidoquevayasenotrocoche.Melanie se puso un traje de seda negra mientras él se metía los

pantalonesylacamisa.–Sí lo tiene. Los dos estaremos sin pareja esta noche, y cuando estés

listoselocontarásatuspadres–lediolaespalda–.¿Puedesayudarmeconesto?Adamlesubiólacremallera.–Nihablar.Vamosairalafiestajuntos.Comopareja.Melaniesediolavueltaylemiróconexpresiónaterrorizada.–No, Adam. Es una locura. Todo el mundo espera que esta noche te

bajesdelalimusinaconJulia.Yaesbastantemaloqueellanovayaaestarallí.Peroserádiezvecesmásescandalososiyovoydetubrazo.–Nomeimporta–Adamseabrochólacamisa–.Noquieroesperarmás.

Noloharé.Teamoy túmeamas,ysial restodelmundono lesparecebien,peorparaellos.Melanie se puso unos zapatos negros de tacón. Le encantaban sus

piernas. Estaba deseando que llegara la noche para volver a sentirlasentrelazadasensucuerpo.–Es muy fácil para ti tener esa actitud caballeresca –afirmó ella

poniéndoselospendientes–.Tucabezanovaaserlaprimeraquetupadrearranque.Serálamía.–No voy a permitirle que haga nada semejante. Esto es cosamía. Tú

cumplistetupartedeltrato.–Esmuyamableportuparte,perotúnofirmasteuncontrato.Lohice

yo –Melanie corrió al espejo que había sobre la cómoda y se atusó elpeinado.Luegoempezóasacarcosasdeunbolsitonegro.Adamseleacercópordetrásylatomódeloshombros,estableciendo

contactovisualconellaatravésdelespejo.Aquellaeralaprimeravezquesemirabanjuntoscomounapareja.Yélnonecesitabavernadamás.–Yabastadefingirydepreocuparsedeloquepiensanlosdemás.Esta

nocheterminatodo.

CapítuloDoce

Melanie había hecho cosas atrevidas en su vida, pero esta era lamásosada.Enlaqueeraprobablementelanochemásimportantedesusvidasprofesionales,Adamyellaibanapresentarsecomoparejadelantedelosmediosydelafamiliadeél.Atrevidoono,elamorparecíaserunriesgoaceptable.UnaluvióndeflashesdecámaracayósobreellosencuantoAdamabrió

lapuertadelalimusina,seguidodeungriterío.–¡Julia,Adam!¡Aquí!Porsupuesto,Melanienoeralamujerqueestabanesperando.Saliódel

coche detrás deAdam, la vergüenza amenazaba con apoderarse de ella,perodecidiómantenerlacabezabienalta.Podíahaceraquello.TeníaquehacerlosiqueríaestarconAdam,yeraloquemásdeseaba.Se escuchó un murmullo entre la multitud cuando Melanie pisó la

alfombraroja.Unavezseescucharonexclamaciones.–¿DóndeestáJulia?Adamleapretóconfuerzalamanopararecordarlequeestabaallípara

apoyarlasilonecesitaba.Melanieesperabaquepasaraatodaprisaporlaalfombra, pero no lo hizo.Avanzó unos pasos con gesto tranquilo y separófrentealaprensa.–Me gustaría presentaros a Melanie Costello. Está a cargo de mis

relacionespúblicas.–¿DóndeestáJulia?–Eso tendréis quepreguntárselo a ella.Yano estamos juntos, peroha

sidounarupturaamistosa.La letanía de flashes regresó con más fuerza, pero Melanie no se

acobardó.Estabademasiadoocupadasonriendoasufuturomarido.–¿Melanieestunuevanovia?–preguntóunafotógrafa.–Digamosqueaúltimahoradelanocheanunciaremosalgo–Adamse

inclinóyledioaMelanieunbesoenlamejilla.Melanie no podía creer que aquello estuviera ocurriendo. Todo era

comounsueño.Se pusieron otra vez en marcha por la alfombra roja mientras otros

invitados llegaban detrás de ellos. La gente que había delante se apartó,dejándoles paso y dejando claro que su destino era encontrarse frente a

frenteconRogeryEvelynLangford.Adamlesusurróaloído:–Nopasanada.Déjamehablaramí.Porunavez.Melaniesonrió,peroteníaunnudoenelestómago.Rogerpodíadecir

cualquiercosa frenteaunsalóndebaile llenodegente ricaypoderosa.Podíadestrozarsucarreraconunafrasesiquisiera.AunqueMelaniefueraa casarse con Adam, no iba a tirar por la borda la empresa que habíacreado.–Papá,mamá–dijoAdamcuando llegarona laentradadelgransalón

debaile.Rogerteníalasmandíbulasapretadas,comosiestuvieramasticandouna

bala.–Tenemos que hablar. Ahora –la furia de su voz apenas quedaba

disimuladaporunasonrisa.–Tienesrazón.Tenemosquehablar–Adammiróasualrededor.Había

muchasmiradasclavadasenellos–.Asolas.–Hayunsalóndebailemáspequeñoalladodeeste–Melanieseñalóla

esquinamáslejanadelasala–.Estávacío.Ellaabriócamino,sujetandoconfuerzalamanodeAdam.Elcorazón

le latía en la garganta.Todo elmundomurmuraba cuandopasaban a sulado.En cuanto las puertas se cerraron tras ellos, Roger clavó la vista en

Melanie.–Ustedfirmóuncontrato–señalólasmanosentrelazadasdeMelaniey

Adam–. Y está claro que no lo ha cumplido. La mañana que fui alapartamento de Adam no había pasado por ahí para hablar con él detrabajo. Había pasado la noche con él –Roger sacudió la cabeza condisgusto–.PobreJulia.–Papá,porfavor,nolehablesasíaMelanie.Yademás,noteconviene

angustiarte. Aspira con fuerza el aire y escúchame –le pidió con vozfirme.EvelynLangford,vestidaconun trajedecóctelazulmedianocheyun

preciosocollardediamantes,agarróasumaridodelbrazo.–Cariño,almenosdejaqueAdamseexplique.Rogersecruzódebrazos.–Adelanteentonces.Ymástevalehacerlobien.Adamechóloshombroshaciaatrásytomóaire.

–Papá, lo de Julia era un montaje y tú lo sabías, pero te negaste acreerme.Siemprehesidosincerocontigoalrespecto–apretólamanodeMelanie.Rogerparecíaalicaído,peroEvelynasintió.–Tienesqueentenderatupadre,Adam.Sehabíahechoalaideadeque

habíasencontradounaesposamientrasélestabatodavíaaquíparaverlo.Annaentróenlasalaconunvestidonegrosintirantes.–Estáisaquí.Todoelmundosepreguntadóndeoshabéismetido.–Estamoshablandodelascosasquetuhermanohadecididohacerpara

queestanocheseadelomásestresante–afirmóRoger.AdammantuvofirmelamanodeMelanie.–Asumo la responsabilidad de cualquier consecuencia que traiga esta

noche,perosieseeselprecioquetengoquepagarporestarconMelanie,lopagaré.Laamodemasiadoparaseguirocultándolo.AAnnaseleiluminaronlosojos.–Sabía que algo estaba pasando–aseguró–.Medi cuenta al ver cómo

hablabaMelaniedeAdam.Ynomesorprendequeélestéenamorado.Esinteligente,guapayunagranmujerdenegocios.Fue un gran alivio ver que alguien de la familia Langford aparte de

Adamestabadesulado.–Papá,amoaMelanie.Lehepedidoquesecaseconmigoymehadicho

quesí.–¿Vaisacasaros?Sisolohaceunmesqueosconocéis–protestóRoger.Adambesó aMelanie en lamejilla y luego volvió a girarse hacia su

padreotravez.–Melanieme entiende y se preocupa pormí. Será una compañera de

verdad,yesoesloúnicoquequiero.Evelynseaclarólagarganta.–Cariño, ¿tengoque recordartequenosotrosnosprometimosdespués

dedosmeses?Rogersuspiróportodarespuesta.–Papá, yo solo quiero que te alegres pormí, por nosotros –continuó

Adam–.Melanieeslamujermásincreíblequeheconocidoenmivida,yvaaformarpartedeestafamilia.–Esoeslomásimportante,papá–intervinoAnna–.Tenemosquedarle

la bienvenida a Melanie en nuestra familia. Anunciar el compromiso abomboyplatilloestanochepaseloquepase.

–SéquequieresqueAdamsecase–dijoEvelynconlosojosllenosdelágrimas–. Y has hablado maravillas de Melanie desde el día que lacontrataste.Noveodóndeestáelproblemaahoraqueconoceslaverdad–se giró hacia la pareja–. ¿Podemos acelerar la boda para que tu padrepuedaasistir?AdammiróaMelaniealosojosysonrió.–Claro–afirmó–.Perohayunacosamásquepapátienequeescuchar.Adamseacercómásasupadreylepusounamanoenelhombro.Había

llegadoelmomentodelaverdad.–No puedo dirigir LangTel. Te amo y sabes que haría cualquier cosa

por ti, pero no puedo vivir tu sueño. Y lomás importante, el sueño deAnna es dirigir la empresa, y no puedo quedarme sentado y ver cómopierdesuoportunidad.Supadrenisiquierafingiósorprenderse.–¿Estásconvencidodeello?–Tendría que haber sacado el tema, pero quería que fueras feliz. Te

quiero,papá,yquieroqueestésorgullosodemí–alverlaexpresióndesupadre se le llenaron los ojos de lágrimas.Abrazó a su padre–. LangTelseguirá siendo una empresa de la familia si Anna la dirige. Y de todasmaneraspuedeconoceralhombreperfectoycasarseconél.Annacarraspeó.–Eh,esonosesabe.Adamserio.–EstaréallícuandoAnnamenecesite,perotengolasensacióndequeno

mevaanecesitar.Vaasalirbien.Estoyseguro.Nodejaréquepasenadamalo.Loprometo.Supadresuspiróprofundamente.–Ojalá fuera tan sencillo. Pero necesitas la aprobación de la junta

directivaparahacereso,hijo.–Losé.Yoasumiréelmandode laempresa,ycuando lascosasestén

establesytengalaconfianzatotaldelajunta,quieronombrardirectoraaAnna. Y quiero contar con tu bendición. Creo que Anna y yo nossentiríamosmejorsabiendoquetúloapruebas.Rogersequedómirandoasushijos.–Tenéismibendición–dijofinalmente.Annaseapresuróaabrazarasupadre.Adamlasiguióyloabrazaron

juntos.

–Hablando de bendiciones –intervino Evelyn–. Melanie no ha sidorecibidatodavíacomosemerece.MelaniesonriócuandoEvelynlaabrazóbajolaatentamiradadeRoger.–Sientohaberempezadolanocheconmalpiel–dijoRoger–.Siempre

mehacaídoustedbien,señoritaCostello.–Gracias,señor,seloagradezco.AdamlepasóaMelanieelbrazoporelhombro.Rogermiróasumujer.–Parecequedespuésde todovaahaberunaboda,Evelyn.Yvamosa

tenerunanueraestupenda.–Yodiríaquesomosafortunados–dijoEvelynmirandoaRogera los

ojos.–Asíes–confirmóél–.Ynadamegustaríamásquesentarmeahablar

de ello, pero me temo que hay un salón de baile lleno de genteesperándome.Adamasintióvigorosamente.–Eslahora.

Rogersubió lentamente losescalonesdelpodioconEvelynasu lado.MelanieyAdamocuparonsuslugaresenlacabeceradelamesaconAnna.ElpadredeAdamcomenzósudiscurso.–Quierodaros lasgraciasa todosporestar aquíconnosotrosenesta

noche tan importante para la historia de LangTel. Quiero anunciarformalmente que, a falta de la aprobación final de la junta directiva,mihijoAdamocuparáelpuestodedirector.Lagenteaplaudióconentusiasmo.–El relevovaaproducirse loantesposible–continuóRoger–.Porque

tengoqueanunciarostambiénquemismédicoshandiagnosticadoquemicánceresterminal.Sehizounsilenciocompletoenlasala.–Pero esta noche quiero hablar del futuro deLangTel –afirmóRoger

convozfirme–.MegustaríainvitaramihijoAdam,delquetanorgullosomesiento,asubiralescenarioahablar.Creoquetienebuenasnoticiasdecarácter personal que compartir con todos –Roger se bajó del podio yabrazóaEvelyn.AdamseinclinóhaciaMelanieyhablóenvozaltaparahacerseoírpor

encimadelosaplausos.–Túsubesconmigo.Mispadresestánjuntosenelescenario,ynosotros

vamosahacerlomismo–latomódelamano.Melanie se quedó con sus padresmientras él ocupaba su lugar tras el

podio.Adammiróelmarderostros.–Serérápido,porqueséquetodoelmundoprefiereponerseacenarque

escucharme.Lagenteserio,yAdamsesintiómáscómodo.–Me gustaría darle las gracias a mi padre por su confianza. Estoy

emocionado con este nuevo reto y no decepcionaré ni a mi padre ni aLangTel. Y en cuanto a la buena noticia que mi padre ha mencionado,quiero anunciar mi compromiso con Melanie Costello. Queremoscelebrarunagranbodaypasarelrestodenuestravidajuntos.Todo elmundoaplaudióyAdam invitó aMelanie a subir.Lepasó el

brazoporlacintura.–Dichoesto,muchasgraciasatodosporvenir.Porfavor,disfrutadde

lavelada.Varios miembros de la junta los esperaban cuando bajaron del

escenario.Adamnorecibiómásquehalagosybuenosdeseosporpartedetodosloquehablaronconél.Eraungranalivio.Después de cenar, Adam tomó la mano de Melanie y la llevó a una

esquinarelativamentetranquila.–¿Cuántotengoqueesperarparapoderirnosyquitarteesevestido?–Creo que deberíamos esperar hasta medianoche, y luego podemos

irnos.ElcuerpodeAdamseestremecióantelaideayantelapreciosacriatura

queteníaallado.–El año que viene va a ser maravilloso, pero también muy duro.

Seguramente perderemos a mi padre y tendré que convencer a la juntadirectivadequeesbuenaideavolveracambiardedirector.Melaniesonriócondulzura.–Ytambiéntenemosunabodaqueplanear.Losuperaremostodo.Séque

loconseguiremos.Juntos.–Esta noche no habría sido posible sin ti. De verdad. Y tenemos que

fomentar Relaciones Públicas Costello. Necesitas un influjo de efectivoparapodercontratarpersonalycentrarteenloquemejorseteda.

–¿Yquéesloquemejorsemeda?–El mundo de las relaciones públicas. Eres la única persona que

conozcocapazdeconvenceralmundodequetengounladobueno.–Te he visto desnudo,AdamLangford –Melanie le dio un beso en el

cuello, provocándole un escalofrío por todo el cuerpo–. Créeme, tienesmásdeunladobueno.

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